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06 abril 2012

Los tres días de oscuridad en América cuando murió Jesucristo en Jerusalén

Muchos críticos señalan como una supuesta contradicción que para las horas de la crucifixión el relato del Libro de Mormón mencione un período más extenso de tinieblas que la Biblia, difiriendo en muchas horas más, en el nuevo continente. Veremos que, por evidencia de historiadores y tradiciones, no tiene porqué ser la misma duración de tres horas en todo el mundo ni la misma clase de cataclismo.
Por Israel González.


Justamente hoy viernes de Pascua los cristianos recordamos los sucesos acaecidos en este día con nuestro Señor. Por la madrugada la Pasión de Cristo comienza, finalizada su cena y oración sacerdotal intercesora, en el Getsemaní sudando grandes gotas de sangre. Luego siendo entregado a sus captores para ser juzgado por el aparato religioso y luego el civil de su época; para luego ser sentenciado injustamente bajo decisiones arbitrarias y como consecuencia de un sinnúmero de errores en sus jucios, haber sido entregado al inmenso  sufrimiento de ser azotado, obligado a cargar su propia cruz desde la casa de Poncio Pilatos y luego ser ignominiosamente crucificado en el Gólgota, siendo expuesto a humillación, para consumar la Salvación del género humano.

En medio de su agonía, dice el Evangelista que en toda la tierra de Jerusalén, desde la hora sexta a la novena, se eclipsó el sol produciendo noche en el día, por el espacio de esas tres horas:
"El sol se oscureció" (Lucas 23:44) 
"Y cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena." (Lucas 23:43)
Sabemos que estas tinieblas no pudieron ser literalmente el efecto de un eclipse de sol normal, pues sus efectos son conocidos que sus tinieblas sólo duran breves instantes y no horas. Este fue más que un eclipse solar no supeditado a las reglas comunes de la física que conocemos. Fue una manifestación milagrosa. Fue un eclipse solar milagroso.

Por su lado, en el otro lado del orbe, en América, leemos lo que ocurrió en la región que habitaba el pueblo del Libro de Mormón. Al ellos se les había predicho con exactitud el tiempo del nacimiento de Jesús con una consecuente manifestación milagrosa de tres días de luz, y también las señales de su muerte en el viejo mundo con un período de tres días de absoluta obscuridad:
"Mas he aquí, como os dije concerniente a otra señal, una señal de su muerte, he aquí, el día en que padezca la muerte, se obscurecerá el sol, y rehusará daros su luz; y también la luna y las estrellas; y no habrá luz sobre la superficie de esta tierra durante tres días, sí, desde la hora en que sufra la muerte, hasta el momento en que resucite de entre los muertos. 
Sí, en el momento en que entregue el espíritu, habrá atruenos y relámpagos por el espacio de muchas horas, y la tierra se conmoverá y temblará" (Helamán 14:20-21, énfasis agregado para demostrar que no es sólo obscuridad producto de vapores sino que literalmente por un eclipse solar milagroso)
La primera crítica dice que esta obscuridad sólo podía ser en la tierra de Jerusalén, no en Amércia. Sin embargo se halla evidencia que ésta fue percibida por personas muy lejos a Jerusalén.

El primero es Dionisio quien estaba en Heliópolis, ciudad de Egipto, cuando vio un eclipse solar que rompía las reglas de la astronomía reconocida en aquel entonces, luego dijo: 
“O Dios está dolorido o es que ha llegado el fin del mundo.” (Dionisio, Epístola a Policarpo)
La segunda crítica dice que el Libro de Mormón menciona la obscuridad en la hora sexta, sin embargo existe un historiador griego y no cristiano que también dice que la obscuridad en Grecia fue percibida en la hora sexta:
"En el cuarto año de la bicentésimo segunda Olimpiada, tuvo lugar el eclipse más grande y extraordinario que haya jamás ocurrido, pues a la hora sexta la luz del día se trocó en tinieblas de noche, de modo que las estrellas aparecieron en los cielos" (Flego)
La tercera crítica, siguiendo la línea de la primera, dice que esta obscuridad es poco probable que haya sido tan extensa como para perdurar hasta el otro lado del globo, es decir abarcar toda la tierra, todo el planeta. Sin embargo en la tradición de los Padres de la Iglesia da evidencia que Tertuliano dice que el efecto ciertamente fue sobre toda la tierra:
"En el momento de la muerte de Cristo, la luz se apartó del sol, y la tierra se oscureció al mediodía, dicha maravilla está relatada en sus propios anales y está registrada en sus archivos hasta este día" (Apologético, Tertuliano)
Incluso se data en la tradición que la obscuridad del viejo mundo no pudo ser producida solamente por la tormenta que acompañó a la crucifixión pues dice que "se veía el día como noche al punto de que se podía ver la luna y las estrellas".

Entonces pensemos. Si este eclipse solar fue tan extenso, tan milagroso. Fue percibido en Egipto y no sabemos su duración allí, fue percibido en Grecia y tampoco sabemos por cuanto. ¿Porqué resulta ser tan descabellado para algunos que el Libro de Mormón registrase este eclipse hasta la madrugada de la resurrección de Jesús en el nuevo mundo?

Lamentablemente por la poca o nula continuidad histórica en el nuevo mundo tenemos poca evidencia extra-escritural de este eclipse, pero la suficiente para respaldar el largo de éste y los efectos devastadores que atestigua el Libro de Mormón.

Leamos la tradición escrita de los indios Washoe, grupo indígena de la parte sur de norte América:

Indios Washoes
"Hace tiempo, mucho, mucho tiempo, quizás cien años, indio no está seguro. El hombre blanco sabe. El padre de mi abuelo, muy viejo. Quizás doscientos, trescientos años, no sé. valle Carson, valle Washoe, valle Truckee, valle Long, Lago de la Pirámide, Lovelock, todos estaban llenos de agua, muchos peces, muchos patos. Peces grandes también; ahora ya no están aquí, yase fueron para no volver. (Los indios washoe vivían en las altas montañas)
A veces el indio washoe tomaba la canoa para ir a ver al indio piute, y quizás indio pinte tomaba la canoa para ir a ver al indio washoe. Ellos muy buenos amigos todo el tiempo. Señalando en dirección oeste del valle Washoe, el anciano indio continuó: 
Gran montaña, con fuego todo el tiempo, hace ruido espantoso, con mucho humo. Indio tienemiedo. Un día, la montaña da mucho humo, hace mucho ruido, la tierra tiembla mucho, indio muy asustado, cae al suelo y llora mucho.  
El sol sale cada día, se pone cada día.  
Pero un día el sol no sale. Indio no sabe por qué.  
Hay mucho humo en la montaña, la tierra tiembla mucho, el viento sopla, las aguas hierven. 
Quizás dos, tres días, el sol no sale, indio no come, no duerme, sólo llora y llora.Muy asustado. 
Entonces el agua hace mucho ruido y corre muy rápido, como el río Truckee; las aguas bajan y bajan, las montañas suben y suben, mucho lodo, muchos peces mueren, entonces el sol sale tras las montañas entonces se pone allí.  
El hombre blanco sabe, el indio no sabe. 
En dos o tres semanas, el lodo se seca, el indio piute y el indio washoe ahora caminan, ya no van en canoa. Toda el agua se ha secado,quizás poca agua queda. Lago Pirámide, lago Honey, lago Washoe, muchas montañas, él viene muy pronto. El indio no está seguro, el agua y el pez grande no vuelven. 
Nunca más volverían." (Sra. M. M. Garwood, Progressive West Magazine, reproducido en Deseret Semi-Weekly News, del 5 de febrero de 1906.)

En efecto, el pueblo del Libro de Mormón tuvo que asociar estos sucesos: este eclipse y cataclismo a la  mismísima muerte predicha del Verbo hecho carne.
"Y sucedió que duró por el espacio de tres días, de modo que no se vio ninguna luz; y hubo grandes lamentaciones, gritos y llantos continuamente entre todo el pueblo; sí, grandes fueron los gemidos del pueblo por motivo de las tinieblas y la gran destrucción que les había sobrevenido." (3 Nefi 8:23)
No es, por tanto, base suficiente de contradicción argumentar que porque en el viejo mundo la obscuridad duró tres horas, en el nuevo mundo no pueda haber durado tres días.

Como vemos el efecto fue visto en toda la tierra, percibido de manera distinta y con cataclismos asociados también distintos. Todos los pueblos de la tierra pudieron percibirla en un grado distinto. Y esto por el carácter milagroso del mismo suceso. No se le pueden aplicar las reglas tradicionales de la astronomía y la física convencional.

Creemos que el Libro de Mormón aporta valiosa información de cómo la tierra sufrió para que su pueblo en esta parte del mundo - la de América - pudiese sentir más plenamente a su Salvador.

El usar el argumento del "tres días vs tres horas" como contradicción es un intento más desesperado de los detractores por desacreditar el Libro de Mormón a cómo dé lugar. Una vez más, infructuosamente.


El Libro de Mormón es verdadero.

14 marzo 2012

Respuestas a preguntas anti-mormonas

Este artículo contesta preguntas publicadas en páginas anti-mormonas.

                                                                                Autor :  Alvaro Figueroa Z.



Hace tiempo, alguien publicó ocho afirmaciones que aparecen en sitios anti-mormones. Según esta misma persona, dichas afirmaciones no tendrían respuestas. Pues bien, las respuestas podemos encontrarlas en nuestro sitio. Revísenlas ustedes mismos.

Crítica : "Ninguna ciudad del Libro de Mormón ha sido localizada."
Respuesta: Localidad encontrada que confirma el Libro de Mormón
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2010/06/descubrimiento-arqueologico-confirma-el.html

Critica : "Ninguno de los nombres del Libro de Mormón han sido encontrados en inscripciones del Nuevo Mundo."
Respuesta: Nombre encontrado en Palenque del Libro de Mormón.
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2010/04/ukish-kan-y-el-libro-de-mormon.html

Critica : "Ningunas inscripciones genuinas han sido encontradas en Hebreo."
Respuesta: Publicación de un diario que muestra milenarias inscripciones Hebreas en América
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2009/03/articulo-publicado-cuando-en-mayo-de.html

Critica: "Ninguna inscripción genuina ha sido encontrada en Egipcio o algo similar al Egipcio, que podría corresponder al “Egipcio Reformado” de José Smith." 
Respuesta: Evidencia de Egipcio reformado por arqueólogos no mormones en Egipto.
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2011/01/tel-arad-y-el-libro-de-mormon.html

Critica: "Ninguna copia de escrituras antiguas del Libro de Mormón han sido encontradas."
Respuesta: Tradiciones respaldadas en el libro de Mormón se descubren en la actualidad por la arqueología.
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/search?q=tradiciones

Critica: "Ninguna inscripción antigua de cualquier clase indica que los habitantes antiguos sostuvieron creencias Hebreas o cristianas. Todos eran paganos.
Respuesta: Conocimiento de habitantes antiguos de América con creencias Hebreas
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2008/11/conocimiento-de-caracteres-y.html

Critica: "Ninguna mención de la gente, naciones, o sitios del Libro de Mormón ha sido encontrada."
Respuesta: Localidad mencionada en el Libro de Mormón que fue confirmada hoy en día
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2009/10/tierra-de-abundancia.html

Critica: "Ningún artefacto mencionado  en El Libro de Mormón ha sido encontrado."
Respuesta: El Libro de Mormón menciona carros, aún cuando la arqueología planteaba que no se usaba la rueda en Mesoamérica. La arqueología confirmó su uso.
http://endefensadelarestauracion.blogspot.com/2011/02/relacionan-kukulcan-con-un-dios-blanco.html

28 noviembre 2011

Elefantes en Éter 9:19

Es muy común que los críticos del Libro de Mormón muestren como un anacronismo la mención de elefantes en el libro de Éter. Sin embargo, existen fuentes válidas que contradicen a los detractores que usan este argumento para desacreditar al Libro de Mormón.

Autor: fairlds.org


Elefantes

El único lugar donde los elefantes son mencionados es en Éter 9:19 aproximadamente en el año 2500 a.C. De este modo los elefantes sobre el continente americano habrían sobrevivido al año 2400 a.C. Más allá de las tradiciones, cinco efigies de elefantes han sido encontrados en el antiguo México. Dr. Verrill, un reconocido arqueólogo (no-mormón) describe una de estas figuras:
“tan obvia y sorprendentemente de elefante que no puede ser explicada por ninguna teoría ordinaria que suponen ser un tapir exagerado, oso hormiguero o un guacamayo. No sólo acentuar que esta figura se muestra en un tronco, pero que sumado a ello tiene grandes orejas plegadas y rodillas flexionadas hacia adelante características peculiares de los elefantes. Más aún, muestra una carga pesada puesta sobre su espalda. Es inconcebible que un hombre haya podido imaginar una criatura con las orejas batientes y aquellas rodillas peculiares hacia adelante, o que alguien haya estilizado un tapir hasta esa medida..."
Las tradiciones orales, los registros escritos, y el arte mostrando elefantes representa una fuerte base para la afirmación de que existieron elefantes en América. Un apoyo aún más sustancial ha sido descubierto. Hoy en día todos los estudiosos están de acuerdo que los mastodontes y mamuts (los cuales son incuestionablemente elefantes para los zoologos) vivieron una vez en América. La disputa hoy en día es hace cuánto vivieron. De acuerdo al Libro de Mormón debieron vivir antes del año 2400 a.C. Dentro de las recientes evidencias arqueológicas se ha demostrado que el elefante pudo haber sobrevivido mucho más allá de esa fecha. Huesos de mastodontes cazados han sido recientemente hallados en un sitio arqueológico que data poco después de la época de Cristo. Otro sitio datado aproximadamente 100 a.C. ha dado a luz restos de un mastodonte así como de un caballo.

¿Mastodontes o mamuts?

Algunos estudiosos han sugerido que el elefante (mamut o mastodonte) vivió más allá de lo que anteriormente se creía. Ludwell Johnson, en un artículo titulado “Men and Elephants in America” publicado en la Scientific Monthly, escribió que “Los descubrimientos de asociaciones de humanos y proboscidios [mamíferos elefantinos, incluyendo, elefantes, mamuts, and mastodontes] no son poco frecuentes. Tal como en 1950, MacCowan listó no menos que veintisiete” incluyendo, en el mismo sentido Hugo Gross nota que una “parte quemada de esqueleto de mastodonte y numerosos restos de cerámicos en Alangasi, Ecuador... Ya no puede haber ninguna duda que el hombre y el elefante coexistieron en América .... Probablemente es seguro decir que la proboscidea americana está extinta solo hace 3.000 años".

Si el elefante murió hace al menos 3.000 años atrás, todavía habría estado bien dentro del rango de existencia de la nación jaredita. Como se hizo notar antes, la evidencia indica que el elefante pudo haber sobrevivido en un limitado numero de siglos después. 2

Otros elefantes


Tetrabelodon angustidens, miembro de la familia de los Gomfoteridae

Un tipo-elefante menos conocido es el que también existió desde hace 12 millones de años atrás hasta cerca del 400 d.C. Esos fueros los Gomfoterios:

Los Gomfoterios son un grupo diverso de animales tipo-elefantes (proboscideos) que se esparcieron en norte américa  durante el Mioceno y el Plioceno, 12-1.6 millones de años atrás. Algunos también vivieron en partes de Eurasia y Beringia, y siguieron el gran intercambio americano, en Sud América. Desde alrededor de 5 millones de años atrás hacia adelante, fueron lentamente reemplazados por los elefantes modernos, no obstante la ultima especie en Sud America no se extingió sino hasta el reciente año 400 d.C.1

Restos de Gomfoterios son comunes en sitios Paleo indios en Sud America.2 Un ejemplo es el  recientemente hallazgo de Monte Verde, Chile, datado aproximadamente 14.000 años atrás.

Los Gomfoterios difieren de los elefantes su estructura dental, particularmente en la superficie de mordida de los molares. La mayoría tuvo cuatro colmilos, y sus huesos faciales y nasales retraídos lo que ha llevado a creer a los panteólogos que los gomphotheres son de la rama de los elefantes.3

En pocas palabras, el elefante no presenta problemas para el Libro de Mormón.

Fuentes
  1. John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon (Salt Lake City, Utah : Deseret Book Co. ; Provo, Utah : Foundation for Ancient Research and Mormon Studies, 1996 [1985]),297–298. ISBN 1573451576. GospeLink
  2. Mike Ash, mormonfortress.com
  3. "Gomphothere wikipedia.org (accessed 9 December 2008). El artículo cita a [1] Palmer, D., ed. (1999). The Marshall Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs and Prehistoric Animals. London: Marshall Editions. pp.239–242. ISBN 1-84028-152-9 [2] Prado, J. L.; Alberdi, M. T.; Azanza, B.; Sánchez, B.; Frassinetti, D. (2001), "The Pleistocene Gomphotheres (Proboscidea) from South America: diversity, habitats and feeding ecology", in Cavarretta, G.; Gioia, P.; Mussi, M. et al., The World of Elephants - Proceedings of the 1st International Congress, Rome October 16-20 2001 (Rome: Consiglio Nazionale delle Ricerche), 337–340, ISBN 88-8080-025-6, PDF link, retrieved on 25 July 2008. off-site See also Jeff Lindsay, "Elephants -- or Gomphotheres?" Mormanity (4 December 2008)

17 noviembre 2011

Hombres de gran estatura entre los Jareditas y gigantes entre los Olmecas

Este artículo explica la tradición Olmeca referida a"hombres de gran estatura", y lo relaciona con la tradición similar que describe el Libro de Mormón entre el pueblo Jaredita.


Tomando en cuenta numerosos estudios y comparaciones impresionantes entre el pueblo Jaredita, mencionado en el Libro de Mormón, y el pueblo precolombino llamado Olmeca, (que llega hasta América en el mismo tiempo que los Jareditas) entre las cuales podemos considerar sus construcciones, guerras, cronología, tradiciones y extinción, voy a realizar una recolección de estos datos que se encuentran en diferentes libros y artículos situándolos todos bajo la etiqueta "Jareditas y Olmecas".

En relación a los gigantes, Jimmy Guerrero compara la narración del cronista Fernando de Alva -quien hace alusión a"gigantes"- con la mención sobre "hombres de gran estatura" entre los Jareditas. El Libro de Mormón, en Mosíah 8:10, relata que durante la excursión enviada por Limhi para encontrar a la ciudad de Zarahemla, los viajeros se extraviaron y llegaron al territorio que anteriormente había sido habitado por Jareditas. Allí, ellos encontraron petos de gran tamaño de bronce y de cobre. También, en Helaman 1:15 leemos que Coriamtumr (líder Jaredita) era "fuerte y de gran estatura", es decir, el pueblo Jaredita tenía esta característica: eran personas fuertes y además, de gran tamaño.

Citemos ahora lo que registró Fernando de Alva en sus crónicas Ixtlilxochitl, donde narró lo siguiente sobre las tierras que ocuparon los extintos Olmecas:
"En esta tierra llamada Nueva España habían Gigantes, como ha sido demostrado por los huesos que han sido descubiertos en muchas áreas. Los antiguos toltecas eran los que llevaban los registros, se refieren a ellos como los gigantes de Quianamentzin,.... Ellos fueron destruidos y sus civilzaciones llegaron a su final como resultado de las grandes calamidades como castigo proveniente del cielo por los graves pecados que ellos habían cometido." (Ixtlilxochitl:25)
Además de esta interesante similitud en la estatura física, debemos considerar también las razones por las cuales se extinguieron ambos pueblos las cuales también son coincidentes.

Interesante es notar además, que los registros de Fernando de Alva fueron publicados al mundo 30 años después de la publicación del Libro de Mormón.

13 septiembre 2011

Las leyendas de América, por Franklin S. Harris III

Por Franklin S. Harris III

El explorador de la cultura maya, John Líoyd Stephens, dio a conocer por primera vez las maravillas de esta antigua civilización americana, en 1841 en su libro Incidents ofTravel in Central América, Chiapas, and Yucatán, (Incidentes de un viaje por Centroamérica, Chiapas y Yucatán). Cuando José Smith encontró uno de estos ejemplares su entusiasmo fue mayúsculo: "Es maravilloso contar con la ayuda del mundo para lograr tantas pruebas... ¡Quién hubiera soñado que doce años servirían para desarrollar un testimonio tan incontrovertible del Libro de Mormón!" (Times and Seasons, 15 de septiembre de"1842, págs. 914-15).

Lo que el Profeta aparentemente no sabía era que tres siglos atrás, los españoles que llegaron al nuevo mundo buscaron una respuesta al misterio del origen de los indios americanos; no en los restos de las antiguas ciudades, sino en las tradiciones de los aborígenes. La evaluación de esta obra primitiva es interesante a la luz de lo que enseña el Libro de Mormón.

El español encontró en el hemisferio occidental un pueblo completamente diferente, y se mostró naturalmente curioso acerca de su cultura, historia y antepasados. Varios soldados y misioneros católicos investigaron la historia de la antigua América examinando manuscritos nativos e interrogando a los mismos indios. Por más de dos siglos la mayoría de sus obras permanecieron sin ser publicadas, juntando polvo en los archivos europeos. Ninguna de éstas estaba a disposición en inglés durante la traducción del Libro de Mormón y muy pocos de sus escritos fueron impresos en español. ¿Qué aprendieron los españoles del siglo XVI de las tradiciones de los primeros americanos? Las fuentes de información más fidedignas y aquellas que datan de muchos siglos antes de la conquista, contienen leyendas que indican que las tierras que están más allá de los mares, son lugar de origen de los progenitores de los habitantes del Nuevo Mundo. Muchas tradiciones precolombinas mencionan inmigrantes transoceánicos.

Cuando se encontró por primera vez con Cortés, Moctezuma hizo surgir en los españoles el interrogante en cuanto al origen de los aztecas y la importancia que éste tendría en sus relaciones con el español, según se encuentra anotado en la segunda carta del conquistador al rey Carlos V:  
"Sabemos, pues así nos lo dijeron nuestros antecesores . . . que somos extranjeros y que hemos llegado aquí de tierras muy distantes. Sabemos que nuestros antepasados fueron traídos aquí por un señor a quien le debían lealtad, el que después regresó a su país natal. .. Siempre hemos creído que sus descendientes vendrían a conquistar esta tierra . .. Por lo que decís de que procedéis del lugar de donde sale el sol, y . . . que aquel gran señor o rey os ha enviado aquí, creemos por cierto que se trata de nuestro legítimo señor." (Cariasy Documentos, Hernán Cortés, México, Editorial Porrua, 1963 pág. 59.) 
El testimonio de Moctezuma fue corroborado por varios frailes católicos, quienes por muchos años recopilaron material sobre la historia de ios indios.

Los. autores misioneros españoles como Landa, Duran, Sahagún y Torquemada, trabajaron diligentemente y sin escatimar esfuerzos, ni buscar honra para sí; muy pocos de sus contemporáneos sabían de sus obras, y solamente la Monarquía Indiana, de Juan de Torquemada, fue publicada durante la vida de su autor (1615). Fray Juan era un monje franciscano que aprendió el lenguaje totonaca y comenzó a recopilar información sobre los nativos. Principalmente, basó sus obras en las historias mexicanas encontradas en los escritos nativos, especialmente en los documentos texcocanes; a éstos agregó testimonios verbales directos sobre información etnográfica.

Otro franciscano, Bernardino de Sahagún, dedicó 60 años a recopilar material sobre la cultura azteca el que organizó en doce tomos. No solamente aprendió varios idiomas nativos sino que también contaba con numerosos indios versados que interpretaron para él los antiguos escritos y grabados. Sahagún relató en dos oportunidades de las gentes que cruzaron el mar en embarcaciones, hasta llegar a las costas de México. Uno de los grupos era el de los huastecas: 
"Se dice que aquellos que llegaron . . . hasta las costas de la tierra llamada México . . . lo hicieron en embarcaciones; cruzaron el mar" (Historia general de las cosas de la Nueva España, por fray Bernardino de Sahagún, libro 10. Traducido por Arturo .1. O. Anderson y Charles E. Dibble en Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, la Escuela de Investigaciones Americanas y la Universidad de Utah, 1961, pág. 185). 
El otro grupo fue el de los mexicas: 
"En el distante pasado, . . . los primeros en venir . , . aquellos que vinieron a reinar en esta tierra . . . vinieron sobre las aguas en embarcaciones; en muchos grupos" (Ibid. pág. 190). 
Los relatos de Torquemada y Sahagún son básicamente similares, aunque incluyen detalles diferentes. Los, tres pasajes citados proveen la información esencial de los pueblos que vinieron cruzando el mar.

Fray Bernardino también se refiere a una antigua raza blanca en su sección sobre los primeros totonacas: "Todos los hombres y mujeres son blancos, con caras de buenos rasgos y proporcionadas, y de buena figura" {Historia general de las cosas de Nueva España, volumen 3, pág. 202). De Sudamerica llega información adicional sobre habitantes blancos en la época precolombina. Cerca de Tiahuanaco, Bolivia, los indios Colla le dijeron a Cieza que una raza de hombres blancos y barbados vivió hasta la época en que tuvieron batalla con uno de los dos señores pre-incaicos de esa provincia: "Uno de ellos entró en el lago Titicaca y encontró en la.isla mayor de esa acumulación de agua, hombres blancos barbados con quienes peleó hasta que los mató a todos" {Los Incas, por Pedro de Cieza de León, Imprenta de la Universidad de Oklahoma, 1959 pág. 273). Aproximadamente 800 kilómetros al noroeste, Cieza examinó las ruinas de un lugar llamado Huari, en Perú, y llegó a la conclusión de que la civilización que había construido esa ciudad no era la incaica. Al preguntar a los indios de esa localidad quién había construido ese lugar, contestaron que fue el pueblo de raza blanca y hombres barbados que habitaron el lugar mucho antes que los incas lo hicieran. (Ibid. pág. 123.)

Diego de Landa, que llegó a ser más tarde obispo de Yucatán en 1572, y a quien se recuerda muy bien por haber quemado en público la biblioteca de libros mayas, autorizó un importante relato de los antiguos mayas, el que incluye una interesante tradición de Yucatán concerniente a sus antepasados: 
"Algunos de los ancianos de Yucatán dicen que escucharon de sus antecesores, que esta tierra estaba ocupada por una raza de gente que había venido del este y a quienes Dios había guiado abriendo para ellos doce sendas en el mar. Si esto fuera verdad, sería necesario aceptar que todos los habitantes de las Indias son descendientes de los judíos." {Relato de Landa sobre las cosas de Yucatán, por Alfred M. Tozzer. Documentos del Museo Peabody de etnología y arqueología americana de la Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts, publicado por el museo en 1941, volumen 18, págs. 16-17.)
Landa llegó a la conclusión de que si el relato era correcto, los antecesores de los mayas eran judíos y reconoció la similitud con el éxodo de los israelitas desde Egipto.

Otro fraile que excribió acerca de la similitud entre los hebreos del Antiguo Testamento y los aborígenes americanos, fue Diego Duran. Duran estudió el remoto y complejo origen de los indios, descubriendo mucha semejanza entre las culturas hebrea y azteca, como podemos ver a continuación: Las historias de la creación y de la torre de Babel eran similares en ambas culturas. {Aztecas: La historia de los indios de la Nueva España., por Fray Diego Duran, Nueva York, Orion Press, 1966, págs. 4-5. Véase también Génesis 1, 11:1- Tanto los hebreos como los aztecas, "como pueblo escogido de Dios, sobrevivieron a rigurosos preregrinajes por el desierto hasta que llegaron a la tierra prometida: Canaán y el Valle de México" {Libro de los Dioses y Ritos, y El Calendario Antiguo, por fray Diego Duran, Norman, Oklahoma, Imprenta de la Universidad de Oklahoma, 1971, p. 25. Véase también Números 14:33-34). Los aztecas contaban una historia similar a la de Moisés guiando a los hijos de Israel hacia la libertad: 
"Los indios tienen tradiciones relacionadas con un gran hombre que juntó a una multitud de sus seguidores y les persuadió a que escaparan de la persecución hacia una tierra . donde pudieran vivir en paz . . . Llegó hasta las orillas de un mar y abrió las aguas con una vara que llevaba en su mano. Entonces las aguas se abrieron y tanto él como sus seguidores pudieron atravesarlas. Los enemigos, advirtiendo esta brecha comenzaron a seguirles, pero las aguas regresaron a su lugar y nunca se volvió a escuchar de los perseguidores." 
Duran escribió de otro importante episodio similar en ambas migraciones: 
"Cuando estaban acampados cerca de unas colinas, se registró un terrible terremoto. La tierra se abrió y tragó a varios hombres malvados, lo que llenó a las otras personas de pánico. Habiendo visto la pintura de este evento, recordé el libro de Números, en donde se dice cómo la tierra abrió la boca y tragó a Coré, Datan y Abiram." 
También los aztecas, como los hebreos, aseguran que durante su peregrinar recibieron maná del cielo. {Aztecas, pág. 4. Véase también Génesis 14:1-30, Números 16:1-34, Éxodo 16:4-15.) Los jóvenes aztecas llevaban a la práctica ritos en los templos, similares a aquellos de los levitas en el Antiguo Testamento. Ciertos linajes en ambas culturas poseían oficios sacerdotales. Ambos pueblos utilizaron comida como ofrendas a Dios. El rito hebreo de sacrificar palomas se comparaba al azteca de sacrificar perdices; en ambos casos, el sacerdote le arrancaba la cabeza al ave y la ponía a un costado del altar para que se desangrase. Los animales que los hebreos ofrecían en sacrificio tenían que ser sin mancha. (Dioses: páginas 85, 104, 124, 131-33. Véase también Deuteronomio 18:1-12; Números 15:1-24; Levíticos 1:14-17, 22:19-20, Salmos 106:37-38.) Estas y otras similitudes asombrosas, demasiado numerosas en la mente de Duran como para ser el resultado de una casualidad, le condujeron a creer que los aztecas eran de origen israelita. Cualquiera de estas tradiciones puede que no sea demasiado convincente en sí misma; pero si se las agrupa, pueden constituir un buen argumento y componer una descripción de viajes transoceánicos de la antigüedad, desde el Oriente a América.

Franklin S. Harris III, es licenciado en historia latinoamericana y piloto de la compañía aérea American.

08 abril 2011

Los señores de Totonicapan y las Diez tribus perdidas


Por: Mormon Encounter LDS Tours

Evidencias de los Indios Americanos sobre el contenido del Libro de Mormón

Los escritos de los Indios Americanos son evidencias potencialmente fuertes de que los acontecimientos descritos en el [Libro de Mormón] sucedieron realmente. Por ejemplo, se tiene evidencia para sostener las afirmaciones de los Mormones de que los Indios Americanos son descendientes de los Israelitas, proporcionada por un traductor del Título de los Señores de Totonicapán. (Para entender, le informamos que el Libro de Mormón profesa ser un registro de grupos antiguos de personas que partieron de Jerusalén y otras tierras para navegar a las Américas.) “El texto original del Título de los Señores de Totonicapán se registró en 1554 en el idioma del Quiché de Guatemala que data de siglos legendarios”. El traductor parece indicar que tales grupos migratorios posiblemente podrían haber existido. En resumen de sus conclusiones, él hace las siguientes declaraciones:
“Las tres gran naciones del Quiché... son descendientes de las Diez Tribus del Reino de Israel, a quienes Shalmaneser redujo a cautiverio y quienes, encontrándose en la frontera de Asiria, resolvieron emigrar....

"Estas, entonces, eran las tres naciones de Quichés, y ellos vivieron desde el naciente del sol, descendientes de Israel, con el mismo idioma y las mismas costumbres y tradiciones.... Ellos eran hijos de Abraham y Jacob....

“Ahora el 28 de septiembre de 1554 firmamos esta confirmación en la que hemos escrito lo que por tradición nuestros antepasados nos dijeron, quienes vinieron de la otra parte del mar, del Civán-Tulán, fronterizo con Babilonia” (Título de los Señores de Totonicapán, trans. Dionisio José Chonay y Delia Goetz, Norman, Oklahoma: University of Oklahoma Press, 1953, págs. 167, 170, 194).
Se ha dicho que la sangre de estas personas migratorias fluye en las venas del las tribus Indias de los Blackfoot (Pies Negros) y los Blood Indians (Indios de Sangre) de Alberta, Canadá; en los Navajos y los Apaches del Suroeste Norteamericano; los Incas de Sudamérica occidental; los Aztecas de México; los Mayas de Guatemala; y en otros grupos de Indios Americanos en el Hemisferio Occidental y las islas del Pacífico.

01 noviembre 2010

Algunas tradiciones que coinciden en el Libro de Mormón y Mesoamérica

Por Diane E. Wirth, MA.

  1. Encontramos quiasmos (estilo literario Hebreo) en el Libro de Mormón, el Antiguo Testamento, en el Popol Vuh de los mayas quiché, así como en algunas estelas mayas.
  2. Moroni, hacia el final del Libro de Mormón, dijo que se le reveló que los niños pequeños no deben ser bautizados, porque no es necesario el arrepentimiento a esa edad (Moroni 8:9-10). Los mayas bautizaron a sus pequeños como se muestra en el Códice de Madrid, un documento pre-colombino.
  3. Más de 50 cajas de piedra se han encontrado en Mesoamérica para guardar elementos sagrados.
  4. Mesoamericanos tenían conocimiento de la rueda como se puede ver en los vestigios encontrados de éstas por la arqueología. Además, fueron encontrados pequeños animales enterrados con los difuntos, tal como se hizo en el Oriente Medio, simbolizando el transporte de los muertos al más allá.
  5. El Libro de Mormón habla de muchos reyes (no jefes), también lo hacen los monumentos y códices (libros) de Mesoamérica.
  6. La frase, "Y aconteció" en el Libro de Mormón existe en numerosos jeroglíficos, frases mayas y en las estelas.
  7. La deforestación es una consecuencia monumental de hacer cemento (estuco). La deforestación (por el hombre) y el cemento se produjo sólo en Mesoamérica  y se menciona en El Libro de Mormón.
  8. Guerreros vestidos con "ropa gruesa" (Alma 43:19) se mencionan en el Libro de Mormón. Este concepto también fue usado sobre todo por los mayas durante la época de guerra.
  9. La creencia en la resurrección mencionada en el Libro de Mormón, también existía entre los mayas.
  10. El árbol de la vida es omnipresente en toda Mesoamérica.
  11. En Mesoamérica existía la creencia de que la primera pareja fue expulsada del paraíso por arrancar la flor de un árbol, causando la muerte al entrar en el mundo. La única diferencia en el Libro de Mormón es una fruta en lugar de una flor.
  12. La práctica del sacrificio humano y el derramamiento de sangre a su dios en Mesoamérica era frecuente, pero fue prohibida y se explica en Alma 34:10-11, porque Cristo cumplió la ley de sacrificio.      


15 octubre 2010

El Dios blanco en América

Traducido con autorización de Jeff Lindsay de su sitio personal http://www.jefflindsay.com/.
Este artículo específicamente ha sido traducido de http://jefflindsay.com/bme9.shtml.


Traducción: Marco Royo.

Recuerdo el asombro que me causó en la Universidad en la asignatura de Historia de América, cuando la profesora enseñó que a Cortés se le reverenció como el Dios blanco que visitó las Américas y que prometió regresar, y lo más impactante fue que apareció Cortés el día en que el calendario azteca decía que iba a regresar. Enseguida vi la conexión con el Libro de Mormón.

No todas las leyendas tienen alguna relación con el Libro de Mormón, pues algunas de ellas las tergiversaron los españoles para sus propios fines. Además, algunos amerindios pudieron usar las leyendas del Dios blanco para impresionar a sus nuevos señores. Y por eso los críticos acusan: "¿Por qué no existe un retazo de evidencia que apoye al Libro de Mormón?". Se les respondería con la evidencia más importante de todas: la de una posible visita de Cristo a América, conservada en las leyendas de Mesoamérica, el área del Libro de Mormón.

Mientras que a algunas leyendas se les ha dado un matiz español, existe razón para creer que los pueblos precolombinos mesoamericanos tenían leyendas coherentes con algunas ideas clave del Libro de Mormón. Se debe tener precaución al interpretar estos mitos por acusar la influencia española para posiblemente aumentar el deseo de los indígenas de aceptar el cristianismo. Además, se debe enfrentar con la posibilidad de la referencia mesoamericana de Quetzalcoatl como Quetzalcoatl el dios, o a fiel seguidor de Quetzalcoatl, o a Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl, el héroe cultural. Pero tomando las debidas precauciones, creo que merece la pena revisitar las leyendas y tradiciones de Mesoamérica como testigos provisionales de la visita de Cristo y la existencia del Evangelio entre los antiguos habitantes de Mesoamérica.

Diane E. Wirth en "The Bearded, White God Is Everywhere - or Is He?", FARMS Review of Books, vol. 12, no. 1, 2000, pp. 9-22, escribe (citando las páginas 12-13):
Aunque es cierto que la leyenda original tiene un "tamiz", el mito del "regreso" puede derivar de una creencia original y genuina entre los indígenas. Uno de sus principales partidarios es David Carrasco de la Universidad Princeton. Carrasco escribe, "Existen referencias en las fuentes de primera mano acerca del esperado regreso de Quetzalcoatl.... Estas referencias sugieren con fuerza que la creencia en el regreso de Quetzalcoatl era una actitud precolombina y no, como algunos han insinuado, inventada por los españoles." [David Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire: Myths and Prophecies in the Aztec Tradition (Chicago: University of Chicago Press, 1982), 192. Véase la página 192 y siguientes para los argumentos y fuentes de Carrasco.] Ahora bien, existe diferencia alguna si los relatos se refieren al regreso del dios Quetzalcoatl o a Ce Acati Topiltzin Quetzalcoatl - el gran héroe cultural? Indirectamente, no. Para la comunidad mesoamericana el pasado, el presente, y el futuro se entretejían. Los rituales a menudo se dramatizaban con el propósito expreso de incluir hechos que ocurrieron en el pasado. Buen ejemplo de esta mentalidad se registra en los Anales de Cuauhtitlan, que se escribieron originalmente en lengua nativa y se registraron en la historia pre-Cortesiana del Valle de México. [Véase John Bierhorst, trans., History and Mythology of the Aztecs: The Codex Chimalpopoca (Tucson: University of Arizona Press, 1992). 10. See ibid., p. 36.] Los Anales cuentan la biografía del héroe cultural Topiltzin Quetzalcoatl quien, según este relato, vivió entre los años 817-95. A su muerte Topiltzin Quetzalcoatl milagrosamente se convirtió en una estrella, el Señor del Amanecer - se convirtió en lo que llamamos el planeta Venus. Fue en ese tiempo que descendió al mundo de los muertos. [ibid., p. 36] No es sino la repetición de lo que se dijo que su dios Quetzalcoatl había hecho; por eso los cuentacuentos pudieron transmitir los hechos del pasado al presente. Se muestra a la deidad Quetzalcoatl claramente en los códices como el planeta Venus y como el dios que descendió al reino de los muertos. Es cierto que no se puede saber con total certeza si el relato del regreso de Topiltzin Quetzalcoatl también se refiera a la deidad Quetzalcoatl, pero existe una alta probabilidad de que así lo sea.
Más recientemente, Diane Wirth hizo un detallado análisis de las posibles relaciones entre Quetzalcoatl y Jesucristo en su artículo "Quetzalcoatl, the Maya Maize God, and Jesus Christ" en Journal of Book of Mormon Studies, Vol. 11, No. 1, 2002, tambien disponible en formato PDF o en formato de texto.
Algunos estudiosos de Mesoamérica asocian Quetzalcoatl y temas de la resurrección, como explica John Sorenson en Images of Ancient America: Visualizing Book of Mormon Life (Provo, Utah: Research Press, 1998, p. 230):
El tratamiento más popular de la interpretación salvadora es la de Laurette Séjourné, Burning in Water: Thought and Religion in Ancient Mexico (Berkeley: Shambhala, 1976) quien contempla a Quetzalcoatl como dios en el culto de la resurrección que es mayormente visible en Teotihuacan. Michel Graulich insiste que elementos del mito mexicano que se han considerado frutos de la influencia española cristiana, representan creencias precolombinas (véase su artículo "Afterlife in Ancient Mexican Thought," en Circumpacifica, Band I: Mittel- und Südamerika, Festschrift für Thomas S. Bartel, ed. Bruno Ilius and Matthias Laubscher [Frankfurt, Peter Lang, 1990], 165-88). Mantiene que las fuentes, cuando se leen correctamente, hablan de una pareja que vivía en el paraíso del que fueron expulsados a causa de transgresión. Fueron rescatados de su estado atroz por el autosacrificio del dios Quetzalcoatl, o el de él o su gemelo, y esto les permite escapar del inframundo y les provee de una comprensión por el cual los hombres y mujeres que emulan sus cualidades, pueden alcanzar el paraíso perdido.
No se debe olvidar que entender lo que realmente creían los pueblos antiguos es muy difícil, especialmente al tratar con la América Antigua de donde se conserva poca documentación escrita. Brant Gardner, erudito SUD, ha examinado las leyendas y fuentes de Quetzalcoatl en profundidad y advierte de que se debe tener mucha precaución en entender cualquier conexión con el Libro de Mormón, a causa de los cambios e interpolaciones de los españoles. Incluso el "blanco" de la leyenda del Gran Dios Blanco se puede deber a nuestro punto de vista cultural y a pensar anhelosamente en aplicarlo a las leyendas indígenas.

A pesar del grado de incertidumbre, varios escritores SUD sugieren que todavía existen algunos elementos que pueden ser de interés para el Libro de Mormón. Wallace E. Hunt, Jr., en "Moses' Brazen Serpent as It Relates To Serpent Worship in Mesoamerica" (FARMS Journal of Book of Mormon Studies, vol. 2, no. 2, 1993, p. 122) observa la presencia de evidencia que relaciona a Quetzalcoatl con un ser semejante a Cristo (evidencia que se debe tomar con precaución, preferiblemente después de leer los escritos de Gardener citados más arriba).Según Hunt, aunque el origen de Quetzalcoatl se empaña en la oscuridad, las leyendas, los pocos documentos precolombinos existentes en la actualidad, y los primeros documentos después de la conquista contienen abundancia de material de este antiguo y reverenciado dios. Estos relatos son contradictorios y muy ampliamente en los atributos del dios y de cómo se le adoraba debido indudablemente a un milenio de digresiones del concepto original del fin del Libro de Mormón hasta el momento de la conquista. Sin embargo, a pesar de todo este laberinto, descubrimos que los mesoamericanos investían consistentemente a Quetzalcoatl con muchos atributos de Cristo, algunos de los cuales se listan a continuación:
--Quetzalcoatl era el creador de la vida. [1]
--Quetzalcoatl enseñó la virtud. [2]
--Quetzalcoatl era el mayor Señor de todos. [3]
--Quetzalcoatl tenía "larga barba y los rasgos de un hombre blanco." [4]
--Los mesoamericanos creían que Quetzalcoatl regresaría. [5] Referencias citadsa por Hunt:

1. Roberta H. Markman and Peter Markman, The Flayed God: The Mesoamerican Mythological Tradition (San Francisco: Harper, 1992), 32;véase también Delia Goetz and Sylvanus G. Morley, trans., Popol Vuh (Norman, OK: University of Oklahoma Press, 1975), p. 83.
2. Charles Gallenkamp, The Riddle and Rediscovery of a Lost Civilization: Maya, 3d ed. (New York: Penguin, 1987), p. 166.
3. David Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire (Chicago: University of Chicago Press, 1992), p. 43.
4. T. A. Willard, Kukulcan: The Bearded Conqueror (Los Angeles: Murray and Gee, 1941), p. 159.
5. Bernal Diaz, The Conquest of New Spain, trans. J. M. Cohen (London: Penguin, 1963); véase también Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire, p. 48; y Brian M. Fagan, Kingdoms of Gold: Kingdoms of Jade (New York: Thames and Hudson, 1991), p. 37; y Adrian Recinos y Delia Goetz, The Annals of the Cakchizuels (Norman, OK: University of Oklahoma, 1953), p. 40.
Si estas conexiones son correctas, el análisis de Hunt de la serpiente emplumada como símbolo de Quetzalcoatl en Mesoamerica puede ser de particular interés. Hunt sugiere que este símbolo se puede relacionar con el relato del Antiguo Testamento de la serpiente de bronce que hizo Moisés, que permitía a los israelitas ser sanados de las mordeduras venenosas de las serpientes ardientes que hubo entre ellos (Números 21:6-9, donde al parecer se encontraron estas serpientes cerca del Arabá o Valle de Arabá entre el Sinaí e Israel). El Libro de Mormón indica que eran "serpientes ardientes voladoras" en 1 Nefi 17:41, afirmación que parece no estar apoyado en el texto bíblico (véase también Alma 33:19-21). Sin embargo, la mención de Isaias de "serpientes ardientes voladoras" en Isaias 14:29 y 30:6 sugiere que pudiera ser lo que los israelitas encontraron en el desierto (aunque las referencias de Isaias para tales criaturas no estén en el contexto del Éxodo). numerosos textos extrabíblicos apuntan a una tradición antigua de que las serpientes que plagaron a los israelitas eran serpientes "voladoras". Citemos de nuevo a Hunt (p. 128-129):

Este uso del término volador en relación con la serpiente de bronce de Moisés se apoya indirectamente por numerosas obras de eruditos modernos. Por ejemplo, Karen Joines observa en su exhaustivo estudio sobre la materia que a la palabra hebrea para serpiente utilizado en Números "se le puede atribuir alas." [6] . . . Henry también sugiere que las serpientes "volaban hasta sus caras y los empozoñaban." [7] Además, existen relatos aislados de serpientes aladas en esta área del desierto. Joines cita a Heródoto al creer que "este desierto era el refugio para las serpientes voladoras." [8] Bush, aunque no da crédito al concepto, está de acuerdo en que "la idea popular por alguna razón inviste a estas serpientes con alas . . . [y] se supone que se le dio el epíteto volador de su poder de saltar a una distancia al ir de árbol en árbol." [9] Acaso el análisis de Auerbach sea la más significativa: la serpiente "no sólo se la colocaba sobrer el polo; se le designaría suficientemente por makkel o sencillamente 'es. Más bien, se relacionó con el 'mástil.' " [10] De esta manera, la serpiente aparecería como una bandera como si estuviera volando. [11] Si de hecho Moisés hubiera extendido su serpiente de bronce y colocado perpendicular a su polo, cumpliría plenamente con la descripción "serpiente ardiente voladora".

De este modo el uso que Nefi hace del término volador (y muy probablemente su uso por otros líderes del Libro de Mormón) se habría trasladado a las creencias religiosas tardías de los mesoamericanos, puesto que se hallan en Mesoamérica aplicaciones del término volador relacionado con las representaciones de su dios como serpiente. Por ejemplo, Carrasco se refiere a la fuente mixteca que contiene relatos en el que refiere a Quetzalcoatl como el nombre calendárico "9 Ehecatl" o "serpiente voladora." [12] Nicholson informa que los otomíes (coetáneos de los Aztecas, siendo el idioma otomí el segundo en importancia después del Nahuatl), en una de sus ceremonias en honor de Quetzalcoatl, le atribuye la palabra antazhoni, que significa "Gran Volador," a Quetzalcoatl. [13]

Referencias citadas por Hunt:

6. Karen R. Joines, Serpent Symbolism in the Old Testament (Haddonfield, NJ: Haddonfield House, 1974), p. 8. Sturdy también indica que la palabra se traducía a menudo com "serpientes voladoras"; John Sturdy, Numbers (Cambridge, England: Cambridge University, 1976), p. 148.
7. Matthew Henry, An Exposition of the Old and New Testament, 4 vols. (New York: Carter & Bros., 1853), 1:543.
8. Joines, Serpent Symbolism in the Old Testament, 44.
9. George Bush, Notes, Critical and Practical, on the Book of Numbers (Oxford: Oxford University, 1868), p. 313.
10. Elias Auerbach, Moses, traducción de Robert Barchay e Israel Lehman (Detroit: Wayne State University, 1975), p. 137. Bush, Notes, Critical and Practical, on the Book of Numbers, p. 316, también llega a la misma conclusióna. Afirma que "significa apropiadamente el asta de bandera."
11. Consistente con este concepto eran las palabras del profeta maya Chilam Balam de Mani: "El dios resucitado de madera volverá....Nuestro señor viene, Itza! Viene nuestro hermanos mayor, oh hombres de Tantun. Recibid a vuestros invitados, a los hombres barbados, a los hombres del este, los portadores de la señal de Dios, Señor"; Ralph L. Roys, The Book of the Chilam Balam of Chumayel (Norman: University of Oklahoma Press, 1967), p. 167-68.
12. Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire, 28; alsotambién, Sylvanus G. Morley y George W. Brainerd, The Ancient Maya, 4th ed. (Stanford: Stanford University, 1983), p. 470, sugieren que los dos nombres pueden designar al mismo Dios.
13. Henry B. Nicholson, "Religion in Pre-Hispanic Central Mexico," en Gordon F. Ekholm e Ignacio Bernal, eds., Handbook of Middle American Indians, 15 vols. (Austin: University of Texas Press, 1964-76), 10:tabla 4, ejemplo 4.
EL propósito no es averiguar si las serpientes puedan realmente volar, sino si es plausible para el antiguo profeta hebreo en la época de Nefi hablar de serpientes ardientes "voladoras" en vez de las serpientes ardientes que se conocen en la Biblia. No se sabe cuál sería la fuente del término "volador", quizá alguien utilizara el término "volador" porque las serpientes eran serpientes que se arrastraban por los árboles o cobras con unas aletas de piel a semejanza de "alas" que simularían mantenerlas en vertical (después de todo existen cobras en Egipto), o acaso la palabra "voladora" se debía a algún oscuro giro sobre una palabra hebrea o incluso a un tardío malentendido, o a la leyenda derivada de la creación de la serpiente de bronce por Moisés en un asta. Independientemente de su significado, el hecho es que existen tradiciones antiguas que dan apoyo a que el hebreo antiguo hubiere utilizado la palabra "voladora" pata modificar "serpientes ardientes" encontradas por los hebreos mientras deambulaban por el desierto. El pueblo fue mordido, pero Dios en su misericordia proveyó una cura milagrosa que también sirvió de poderosa herramienta de enseñanza.

Algunos críticos se han reido a carcajadas sobre las "serpientes ardientes voladoras" citadas en el Libro de Mormón. "¿Se supone creer que Dios creó algunas criaturas volantes semejantes a dragones con aliento de fuego? ¿Cómo alguien en su sano juicio puede aceptar tal cuento?" Una pregunta más razonable, raramente contestada por los críticos, es "¿Qué podría significar el texto realemente?" Se ha especulado que las serpientes arbolícolas pudieran ser vistas y descritas como serpientes voladoras y esa idea se tornó más interesante cuando se aprende de que existen serpientes arbolícolas voladoras en Asia. Aunque ciertamente no sean las mismas que las descritas en el Éxodo, su existencia demuestra las denominadas "serpientes voladoras" son posibles. Se puede encontrar información básica sobre estas criaturas con fotos de las serpientes en vuelo en:
Estas serpientes voladoras no viven en la parte del mundo por donde fueron los israelitas. Existen algunas serpientes voladoras en la costa occidental de la India (no se puede descartar la remota posibilidad de que alguna especie relacionada de serpientes dotadas aerodinámicamente pudieron haber existido en Oriente Medio). Más conocidas por serpientes voladoras, no son los suficientemente ponzoñosas como para matar a una persona. Más que las serpientes arbolícolas, una candidata más probable para las serpientes ardientes voladoras de 1 NeFi pudieran ser un miembro de la familia de la mortífera víbora de escama de sierra, según Ronald P. Millett y John P. Pratt en, "What Fiery Flying Serpent Symbolized Christ?," Meridian Magazine, Aug. 9, 2001, online en http://www.meridianmagazine.com/sci_rel/000609serpent.html. Las víboras de escama de sierra viven en la región de Israel y se las conoce por matar a los humanos con un veneno de acción lenta, tienen una picadura ardiente y atacan tan rápidamente que se dice que son "voladoras", pueden saltar cuando atacan, e incluso son de color rojizo que se podrían representar por una serpiente de bronce. Como observan los autores, "un diccionario bíblico explica que la palabra "voladora" aún se utiliza en el árabe moderno para "referir la velocidad con que tales reptiles atacan." [New Bible Dictionary, "Serpent," Tyndall House, 1982, p. 1091] (A las cobras se las representa en el arte egipcio antiguo con alas. Puede verse un ejemplo en la web, Animals and the Gods of Ancient Egypt de Caroline Seawright, donde se muestra una escultura de Wadjet, la diosa cobra, como una cobra con alas y cabeza humana.)

Si José Smith se hubiera inventado el Libro de Mormón, Había estado loco de sacar la idea de que las serpientes que afligieron a los israelitas eran serpientes "voladoras", pero este añadido en el texto del Libro de Mormón lo apoyan varias fuentes antiguas, proveyendo evidencia adicional de que el Libro de Mormón es un texto auténtico, y también muestra una fuente factible para el uso generalizado de las serpientes emplumadas (o voladoras) como símbolo del gran Dios, como la serpiente sobre el asta que Moisés hizo como símbolo del poder sanador y de la Expiación de Cristo.
Y si las leyendas aztecas, mayas y de otros pueblos precolombinos en verdad refieren la visita de Jesús, ¿no se pueden esperar vestigios de rituales cristianos que hayan perdurado a pesar de la gran apostasía y persecución descritas en el Libro de Mormón entre los años 300 y 400 después de Cristo? Un vestigio pudiera ser el bautismo de niños mayores, como seas I analiza en Questions about LDS Baptism. Los rituales mayas descubiertos por los españoles incluían conceptos de ser renacidos, purificados y preparados para la otra vida, arrepentimiento de los pecados, confesión a un sacerdote, el símbolo de la ropa blanca, y ser llamados con un nombre que significaría "la descendencia de dios"" Estos notables paralelos con las enseñanzas del Libro de Mormón se pueden deber a las enseñanzas del bautismo que Cristo dio a su pueblo en las Américas, cuando les ministró después de su resurrección(véase 3 Nefi 11).
Otros eruditos descubren paralelismos entre tradiciones mesoamericanas y Jesucristo sin considerar la conexión mormona, pero es interesante que tengan este tipo de consideraciones. Un ejemplo interesante digno de leer y considerar es el artículo de Bruce Lane, "The Making of 'The Tree Of Life,'" en Quaker Theology, Vol. 4, No. 2, Issue 7, Autumn 2002, dispònible en http://www.quaker.org/quest/issue7-4-lane04.htm, en el que observa interesantes paralelismos entre tradiciones mesoamericanas y Jesucristo. Se encuentran en su proyecto de hacer una película acerca del ritual altamente simbólico de los "Voladores" que consiste en hombres que cuelgan del gran árbol de la vida cuando giran en círculo. Se dan mayores detalles en http://www.docfilm.com/quakers/makingTOL.html. La siguiente cita de Bruce Lane se hallan en ambas páginas web mencionadas:

Los sacerdotes españoles trajeron consigo estatuas de un dios blanco barbado en un ejemplar de madera del símbolo de los cuatro vientos. Decían los totonacas que este dios se había sacrificado para que no se necesitara hacer más sacrificios humanos y que lo aceptarían como su dios en lugar de los demás. Debido a que Quetzalcoatl, representado como blanco y barbado, había profetizado su regreso en el año en que llegó Cortés, mi suposición es que los totonacas identificaron la imagen del Cristo blanco y barbado como Quetzalcoatl. Quizá no haya manera de probar o desaprobar esta hipótesis, pero existe la evidencia circunstancial. El modelo de los Voladores de Huehuetla es San Salvador, el Cristo resucitado -- manifestación lógica del regreso de Quetzalcoatl. Y puesto que Cortés y sus hombres afirmaron ser los seguidores de Quetzalcoatl, tendría sentido que los Voladores se vistieran a la europea. Análogamente, el Árbol Floreciente se podría identificar fácilmente con el Árbol de la Vida, el árbol de las Cuatro Direcciones al cual el segundo Quetzalcoatl sería clavado. Esta explicación parecer relacionarse con las transformaciones simbólicas en el ritual de los Voladores. Finalmente, y acaso lo más extraño de todo, Cristo fue de hecho la respuesta mitológica perfecta al problema mesoamericano: el dios que se sacrificaba para terminar con todos los sacrificios.

Además de explicar el ritual Volador ritual, para mí esta interpretación me creó por primera vez una sensación fuera de la, por otro lado desconcertante idea central de la teología cristiana: que Cristo se ofreció a si mismo como sacrificio para expiar los pecados de la humanidad. Pero también suscita nuevas preguntas que estoy tratando de contestar. ¿Cómo podría una teología nacida en Oriente "resolver" un problema mítico en el otro hemisferio del mundo? Descartando la fantasía mormona de una tribu perdida, seguramente la respuesta debe residir en una concepción foránea del papel del sacrificio humano en el desarrollo de las sociedades humanas. ¿Por qué fue el sacrificio humano tan extendido y por qué parece suceder en sociedades agrícolas antiguas?

El autor, a pesar de la impresionante bibliografía y la intensa investigación en las tradiciones mesoamericanas para su proyecto de filmar la película, desechó las posibles relaciones entre el Libro de Mormón y las leyendas mesoamericanas. Tales relaciones quizá no sean tan extendidas como quisiera y acaso algunos aspectos del tema se hayan tratado con sensacionalismo en el pasado o sean productos accidentales de la influencia española. Pero aún así, ahí queda una auténtica posibilidad de una conexión real entre el Libro de Mormón y las antiguas leyendas de Quetzalcoatl y demás figuras semejantes a Cristo en la América antigua.

16 agosto 2010

El legado de Lehi: Las siete tribus

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"Se llamaban nefitas, jacobitas, josefitas, zoramitas, lamanitas, lemuelitas e ismaelitas." (Jacob 1:13)
Hace varios años se observó que los descendientes de Lehi siempre se dividieron en siete tribus. Tres veces en el Libro de Mormón se mencionan estos siete grupos de personas, cada vez  en el mismo orden "nefitas, jacobitas, josefitas, zoramitas, lamanitas, lemuelitas e ismaelitas" (Jacob 1:13; 4 Nefi 1:38; Mormón 1: 8). Significativamente, estas referencias vienen de los primeros, así como los últimos períodos de la historia nefita, lo que indica la importancia y la persistencia del parentesco como un elemento básico en esta sociedad. Ahora se ha descubierto que el origen de esta estructura social estable se remonta a las palabras de Lehi mismo.

Uno de los muchos legados perdurables de la última voluntad y testamento de Lehi parece ser la organización de sus descendientes en siete tribus. Después de hablar con varios de sus hijos en conjunto (véase 2 Nefi 1:1-29), Lehi habló primero a Zoram (véase 2 Nefi 1:30-32), segundo a Jacob (véase 2 Nefi 2), tercero a José (véase 2 Nefi 3), cuarto a los hijos de Lamán (véase 2 Nefi 4:3-7), quinto a los hijos de Lemuel (véase 2 Nefi 4:8-9), sexto a los hijos de Ismael (véase 2 Nefi 4 :10), y séptimo a Nefi y Sam juntos (véase 2 Nefi 4:11). Este parece ser el precedente que estableció el orden social y jurídico que se prolongó entre esta gente durante casi mil años. Los siete grupos reconocibles son exactamente los mismos que  figuran en Jacob 1:13, 4 Nefi 1:38, y Mormón 1:8.

Varias cosas interesantes se pueden decir sobre este acuerdo:

1. La lista fue ampliamente utilizada. Por regla general, la mayoría de las personas mencionadas en el registro nefita pueden ser claramente identificados como pertenecientes a uno de estos siete grupos. Este es un elemento más sorprendente sostenido de manera casi imperceptible en todo el Libro de Mormón.

2. La estructura fue duradera. A pesar de que las diferentes formas de gobierno pudieron aparecer y desaparecer de la historia nefita, el tejido subyacente de la familia en esta sociedad sigue siendo permanente. Incluso en los peores días de colapso político, todas las personas todavía tenían "mucha familia", y la estructura tribal estaba presente para suplantar al gobierno que se derrumbó (véase 3 Nefi 7:2-4).

3. El acuerdo también fue fundamental. Sólo la idea de que Lehi dio origen a esta organización tribal cómodamente puede explicar por qué se insistió tanto tiempo y fue reconocido tanto por los nefitas y los lamanitas. Esta es una evidencia de que las últimas palabras de Lehi a sus hijos son consideradas constitucionalmente definitivas. Por lo tanto, hay jacobitas y Josefitas, pero nunca Samitas, en el Libro de Mormón.

4. En muchos sentidos, Lehi está actuando aquí como Jacob de antaño. Tanto Jacob y Lehi pronunciaron su bendición a toda su "Casa" la cual habían congregado alrededor de ellos poco antes de morir. El objetivo era organizar una familia de Dios en una nueva tierra de promisión (véase 2 Nefi 04:12; Génesis 49). Ambos organizaron sus descendientes en grupos tribales en la tradición patriarcal del antiguo Israel. La afirmación de que Lehi eligió ese papel patriarcal se ve corroborada por el hecho de que al final los nefitas recuerdan a Lehi como el "Padre Lehi". Como los israelitas hablar de Abraham como "Padre Abraham," así los nefitas, incluyendo Enos, Benjamín, Alma, Helamán, Nefi, y Mormón, Lehi uniformemente recordado como "nuestro padre Lehi" (Enós 1:25; Mosíah 1:4; 2:34; 09:09 Alma; 18:36; 36:22; 56:3; 8:22 Helamán; 3 Nefi 10:17). De hecho, Lehi es la única figura en la historia nefita llamado "nuestro padre", aparentemente en referencia a su posición en la cabeza de la sociedad nefita y la religión.

5. La División de estas personas en tribus basadas en el parentesco tiene varias funciones religiosas, militares, políticas y legales. La tribu israelita de Leví fue dado deberes sacerdotales (ver Números 3:6), al igual que la familia de Jacob y su posteridad registros en el Libro de Mormón (véase 2 Nefi 2:3). Los ejércitos de Israel estaban contados de acuerdo a la tribu de (ver Números 1), al igual que la práctica nefita de numerar aliados como miembros de su grupo (véase 3 Nefi 2:13-14). La ley de la tierra también estaba fundamentalmente interrelacionada con la estructura tribal de la sociedad israelita. Las Tierras de la herencia no podían ser vendidas permanentemente fuera de una tribu determinada, de acuerdo a una sentencia que data de Moisés (véase Números 36:7).

Por lo tanto, la división séptuple de la gente fue una característica importante de la civilización nefita. Incluso podría haber establecido un modelo para otras organizaciones nefita. Después de todo, Alma establecio "siete iglesias en la tierra de Zarahemla" (Mosíah 25:23), y las tradiciones afirman que los antiguos mesoamericanos surgieron de siete "cuevas" o linajes.

Fuentes

  1. John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon (Salt Lake City: Deseret Book and F.A.R.M.S., 1985), 310-13.
  2. Mentioned in ibid., 313, and Ross T. Christenson, "The Seven Lineages of Lehi,'' New Era 5 (1975): 50-51.
  3. Reexploring the Book of Mormon by John W. Welch

09 agosto 2010

Hagot en la historia de la América Precolombina



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En El Libro de Mormón, Hagot, se nos dice, construyó una nave muy grande en las fronteras de la tierra de Abundancia por la tierra de desolación y la lanzó adelante en el Mar del Oeste, por la lengua estrecha de tierra que conducía a la tierra del del norte (Alma 63:5). Posteriormente se realizaron otras expediciones. Esto fue alrededor del 55 antes de Cristo

Los indios de California atribuyen un gran montículo artificial de conchas de mejillones y huesos de animales, a punto de San Jorge, cerca de San Francisco, a un pueblo prehistórico que llaman Hohgates. Ya sea que este nombre es el del Hagot del Libro de Mormón eso es una pregunta que parece pertinente.

Según las tradiciones, los Hohgates eran siete extraños que llegaron desde el mar y que fueron los primeros en construir casas para vivir en esa parte del país, cazaban venados, lobos marinos y focas. Ellos reunieron los mejillones en las rocas cercanas, y los desechos de sus comidas se amontonaban alrededor de sus viviendas. Un día, por lo que la tradición dice, vieron una foca gigante en el que se las arreglaron para clavar un arpón. El animal herido huyó hacia el mar, arrastrando con ella el barco hacia un mundo desconocido. En el momento en que los marineros estaban a punto de ser devorados, la foca gigante desapareció y el barco fue arrojado por los aires. Desde entonces, los Hohgates, se convirtieron en estrellas, para no volver más.

Es más que probable que haya una base histórica para esta hermosa leyenda. Los viajes marítimos no eran del todo desconocidos en la América prehistórica. Es evidente por las muchas tradiciones que todavía se cuentan por los habitantes de las islas del Océano Pacífico.

Commentary on the Book of Mormon, vol. 2 by Janne M. Sjodahl, George Reynolds

12 febrero 2010

El ganado en el Libro de Mormón

Extracto del libro aún Inédito “Testimonios Adicionales de la Veracidad del Libro de Mormón
– Insertos en el Propio Libro” que escribe Rafael Diogo Jara.



“…Había animales de toda especie en los bosques; tanto la vaca como el buey, y el asno, y el caballo, y la cabra, y la cabra montés, y toda clase de animales silvestres, los cuales el hombre podía utilizar.”(1 Nefi 18:25)
“…El pueblo de Nefi cultivó la tierra... y crió rebaños de reses, y manadas de toda clase de ganado, y cabras y cabras monteses, y también muchos caballos.” (Enos 1:21)
Sobre los animales que había entre los jareditas en Éter 9:17-18 dice: 
Pues tenían… todo género de ganado, de bueyes, y vacas, y de ovejas, y de cerdos, y de cabras, y también muchas otras clases de animales que eran útiles para el sustento del hombre.”
En estas tres citas, el Libro de Mormón menciona específicamente a los siguientes animales: vaca, buey, asno, caballo, cabra, cabra montés, oveja y cerdo. Y en sentido genérico menciona: animales silvestres, rebaños de reses, manadas de ganado y “muchas otras clases de animales”.

Según el Diccionario de la Real Academia de la lengua española, el significado de estos términos es el siguiente:

Ganado: Conjunto de bestias que se apacientan y andan juntas. Ganado ovino, cabrío, vacuno.
Rebaño: Hato grande de ganado, especialmente del lanar.
Res: (Del lat. res, cosa, propiedad). Animal cuadrúpedo de ciertas especies domésticas, como el ganado vacuno, lanar, etc., o de los salvajes, como venados, jabalíes, etc.

Es costumbre del ganado en las horas de mayor sol, ir a refugiarse a la sombra de los bosques, lo que concuerda con el relato de Nefi,  que encontró ganado en los bosques.

Al descubrir las regiones del sur de América, tanto los conquistadores como los exploradores españoles, hicieron sus descripciones del ganado encontrado, sin diferenciar a qué especie de animales se referían, donde incluían entre el ganado al guanaco, a la vicuña, a la alpaca y a la llama.

En Uruguay se atribuye a Hernando Arias de Saavedra (1564-1634), conocido por Hernandarias, como quien fue el introductor de la ganadería en la Banda Oriental. La tarea de Hernandarias, cuya historia está manchada de matanzas y violaciones de los derechos de los indios, fue explotar la ganadería, documentando la introducción de gran número de reses (reales o no) y reclamar derechos sobre el ganado que se expandía y explotaba sin control. Los pleitos sobre los derechos al ganado existente lo siguieron sus descendientes durante por lo menos un siglo después.

Es bien conocida por los historiadores la gran depredación de ganado vacuno en toda la Banda Oriental, posterior a Hernandarias, donde masivamente se mataba al ganado utilizando solamente su cuero para venderlo a españoles y portugueses dejando abandonada la carne en los campos para alimentos de perros salvajes y otras fieras. Controles posteriores impidieron que fueran exterminados, y aún actualmente en nuestro propio país, ganadero por excelencia, de tanto en tanto los gobiernos han determinado vedas para estabilizar la reposición del ganado.

El rey Benjamín no le permitía a su pueblo que depredara (Mosíah 2:13). No sabemos si los otros reyes del Libro de Mormón tenían leyes contra la depredación, o si así como los españoles y portugueses, fueron también depredadores no sólo del ganado existente sino de los animales y seres humanos que habitaron el continente.

Sin ley, o control alguno, es obvio que se exterminaron muchas especies, pero ganado había, y había en abundancia en la América precolombina.
“Mientras más al norte miramos, más numerosos eran los ganados. En las partes pobladas de la Puna y Desierto de Atacama habían hatos de consideración. Fernández Oviedo al describir el norte del país dice que la provincia de Copayapo .” (Pág. 136).


García de Mendoza en una carta al Consejo de Indias, fechada en 20 de abril de 1558, haciendo referencia a su expedición al sur del país dice que halló y lo mismo agrega de las islas:
“Hemos visto ya lo que dice Cortés Hogea respecto de la provincia de Ancud, quetodos los indios tenían ganado y eso de dos variedades...” (Pág. 141)
El huanaco: De todos los auchénidos, el huanaco fue el primero visto por los españoles; no en el Perú sino en la Patagonia, en ocasión del viaje de descubrimiento de Magallanes en 1520. La expedición invernó en el Puerto de San Julián y dos de los sobrevivientes en sus relaciones del viaje hacen mención de este animal, nuevo para ellos, y que no supieron describir con prolijidad. Uno de ellos fue el caballero Francisco Antonio Pigafetta y el otro el contramaestre de la nao Trinidad, Francisco Albo, quien en su diario dice que allí vieron los primeros indios patagones y que iban vestidos de cueros de antas ‘que son como camellos sin comba’ (1).

“Pigafetta es un poco más prolijo en su referencia que es como sigue: ‘Su vestido, o mejor su capa era de pieles cosidas de un animal que abunda en el país, según tuvimos ocasión de verlo después. Este animal tiene la cabeza y la orejas de mula, el cuerpo de camello, las piernas de ciervo y la cola de caballo, cuyo relincho imita’ (2).

“En aquel tiempo, no se conocía el nombre peruana ‘huanaco’ y los primeros observadores lo denominaron de diversos modos. La mayor parte creía que era una danta o tapir, que por confusión de nombres a menudo llamaban anta, creyendo que la danta de América era del género de antas o ciervos europeos. Otros lo describían como asno salvaje y Fernández de Oviedo lo confundió con el ‘beori’ que es el nombre indígena del danta o tapir y Gómara con la cabra montés.

“Después del descubrimiento del Perú, llegó a ser más conocido este animal, pero sin embargo se confundía con frecuencia el huanaco con la llama u oveja de la tierra.
“Más tarde había menos equivocaciones y ya vemos que Sarmiento y Anton Pablos los llaman por el nombre quechua de huanaco.
“En Chile, los indios del norte, en la región donde se habían sentido las influencias peruanas, lo llamaban ‘huanaco’; pero en el sur donde se hablaba la lengua que hoy se denomina araucana, el nombre que daban a este animal era ‘luan’. Los españoles no emplearon ninguno de estos nombres durante el primer siglo de la colonia, sino que hablaban siempre de los carneros u ovejas de la tierra para designar todos los camélidos.

“LA VICUÑA: …A pesar de que la vicuña se domestica con facilidad, los peruanos durante el régimen incaico tenían pocos de estos animales en estado de domesticación.

Esto se debía a que se consideraba como patrimonio del monarca y dedicados excluidamente a su uso y al culto del sol. No se permitía al pueblo tener vicuñas mansas y a los nobles se les concedía este derecho sólo por gracia del Inca, como favor especial y en número muy limitado. Para proveerse de la lana y de las víctimas de los sacrificios, recurrían a la casa periódica…

“Al llegar los españoles, todas estas ordenanzas sabias cayeron en desuso y desde aquella época han disminuido enormemente tanto en número como extensión geográfica. Donde antes se encontraban hasta el Estrecho de Magallanes, ahora no se ven al sur de la provincia de Atacama y eso sólo de vez en cuando y en manadas de pocos animales.

“LA ALPACA: En cuanto a su estructura y caracteres físicos la alpaca se asemeja más a la vicuña que a los demás auchénidos. En cuerpo es un poco más grande y desarrollado que ella, pero la diferencia es más aparente que real a causa de su espeso y largo pelaje, que produce el efecto de hacerla parecer más corta de piernas de lo que verdaderamente es. Después del esquileo es mucho más notable la semejanza entre los dos animales. Las principales diferencias están en la cabeza más grande de la alpaca, la lana más larga, gruesa y tupida; las extremidades más fuertes y las pezuñas más sólidas.

“La alpaca solo se encuentra en estado doméstico; no hay alpacas salvajes, ni hay noticias ni tradiciones de que haya existido alguna vez. No cabe duda que este animal ha descendido de la vicuña, y que las modificaciones que hoy se notan en él sean el resultado de largos siglos de domesticación.

“Los indios raras veces cargan este animal, como lo hacen con la llama y lo crían especialmente por su lana y su carne. Por lo mismo lo dejan en un estado de semi libertad, en las altas montañas, solo cuidando que no se aleje demasiado. Para esto emplean pastores, quienes rodean las manadas de tiempo en tiempo, para echarlas a sus pacederos acostumbrados…

“LA LLAMA: …Era, indudablemente, el animal doméstico de mayor importancia y utilidad que existía en la América precolombina, sin exceptuar el perro. Entre los pueblos civilizados y semi civilizados de los países andinos, se utilizaba viva y muerta. Viva les servía como bestia de carga y productora de lana, y muerta, constituía la base de su alimentación animal y proporcionaba un cuero de primer orden para múltiples usos. Ni aun el estiércol de este animal se desperdiciaba: en las tierras altas donde faltaba leña, se empelaba como combustible y en los terrenos de cultivo servía de abono.

“Por ser animal de tanto valor en la economía doméstica de los peruanos, no es de extrañarse que los monarcas incas cuidasen tanto de su propagación y tomasen tantas precauciones contra su disminución o exterminio. Por ese motivo cundió tanto, que cuando llegó Francisco Pizarro al Perú, al decir de Cienza de León, su número era increíble.

“Como hemos dicho en otra parte, con la ocupación española, quedaron suspendidas de hecho las sabias ordenanzas implantadas por los incas y en pocos años después de la conquista habían sufrido una merma tal, que corrían serio peligro de extinguirse completamente…
“…En la alfarería y en los tejidos del antiguo Chimu, como en los de Nasca e Ica, la llama está constantemente representada y aun en los antiguos conchales de la costa se encuentran cordeles y géneros oscos fabricados de la lana de este animal. En las costas de Tarapacá pasa igual cosa. Las antiguas sepulturas de Pisagua y Punta Pichalo abundan en objetos que indican la domesticación de la llama y aún de la alpaca. No sabemos si los indios principiaron a domesticar los dos animales simultáneamente, ni en caso contrario, cual fuese el primero. Pero lo que no admite duda es que muchos siglos antes del primer viaje de Colón los peruanos tenían en domesticidad a la llama (auchenia llama) y a la alpaca (auchenia alpaca)… ” (Pág. 91 a 105).

“(1) Diario y derrotero del viaje de Magallanes desde el cabo San Agustín en el Brasil hasta el regreso de España de la nao Victoria, escrito por Francisco Albo.- Obra el P. P. Pastells.
1ª. Parte Doc.”
“(2) Premier voyage autour de Monde, per le CHEVALIER PIGAFETTA, pendant les annês 1519-20-21-22. Paris 1809. Tomo II págs. 427-8.” (El texto original no resalta en negrita).
(Extractos de la obra “Los Animales Domésticos de la América Precolombiana – De las Publicaciones del Museo de Etnología y Antropología.”, de Ricardo E. Latcham, Santiago de Chile – Imprenta Cervantes – Febrero de 1922. - Copia digital por Google, luego de la obra referida haber sobrevivido por generaciones, como para expirar los derechos de autor y el libro pase a ser de dominio público).

• Transcripción de extracto de un informe de conquistadores portugueses del siglo XVII:
“Hasta el Río de la Plata (…) llenas de inmensidad e ganado, caza, caballos, cerdos monteses y muchos otros géneros, que andan en bandas: y en la misma forma, multitud de hermosas aves (…) y todo goza la nación ya dicha e los Tapuias, desde el fértil Río [laguna] de los Patos, hasta la boca del gran Río da Prata. Verdad es, que son estos Tapuias, gente más doméstica, y también singulares comúnmente en no comer carne humana.” 
(Bracco, Diego - “Charrúas, Guenoas y Guaraníes” – Pág. 72 citando a: Vasconcellos, Simäo de. “Noticias curiosas e necessárias do Brasil” pp.76-77. (Nota: “Noticias...” fue publicado por primera vez en Lisboa, en 1668...)

• “En cualquier caso es necesario precisar que las fuentes documentales que se refieren al origen de la fauna europea en la región, en general fueron producidas para argüir derechos sobre ese ganado.”
(Bracco, Diego - “Charrúas, Guenoas y Guaraníes” – Pág. 23. Cita en la misma obra en la Pág. 45 copia de Legajo de Tribunales “de la información que sobre sus derechos a los ganados de la Banda Oriental hizo Hernandarias en 1628, inserta en el expediente iniciado por Fernando Arias de Cabrera sobre posesión de los mismos ganados como heredero del primero, iniciado en 1728.”

Los Rebaños:

En Alma 17:26 dice: 
“Y después de haber estado tres días al servicio del rey,mientras iba con los siervos lamanitas, llevando sus rebaños al abrevadero que se llamaba las aguas de Sebús –y todos los lamanitas llevaban allí sus rebaños para que bebieran-.”
En ningún momento del relato se menciona que tipo de animales componía el rebaño del rey. Es muy probable que estos rebaños a los que se refiere esta cita, no hayan sido rebaños de ovejas, sino de algún otro animal domesticado que utilizaban tanto nefitas como lamanitas.

La cita de Enós 1:21, referida anteriormente, menciona “rebaños de reses”. Es posible que por esta cita se pueda comprender mejor que el término “rebaño” utilizado por los cronistas del Libro de Mormón no se refirieran exclusivamente a ovejas. La probabilidad es mayor porque solamente entre los jareditas se menciona a las ovejas entre los animales que existían entre ellos (Éter 9:18).

En Alma 17:28-29 dice: “Entonces los siervos del rey empezaron a murmurar, diciendo: Ahora el rey nos matará como lo ha hecho con nuestros hermanos, porque sus rebaños fueron dispersados por la maldad de estos hombres. Y empezaron a llorar amargamente, diciendo: ¡He aquí, nuestros rebaños ya están esparcidos!” Si los rebaños fueran de ovejas, no sería razón para lamentar ni llorar del modo relatado. Es probable que los rebaños no fueran de ovejas porque las ovejas difícilmente se dispersan, y cuando disparan lo hacen en fila o en grupo, y aparentemente no sería un real motivo para pelear, ya que no corren tan rápido, y como tienden a permanecer en majada fácilmente se las podría recoger a pie.

Probablemente los rebaños relatados hayan sido de siervos o venados, o algún otro tipo de animal domesticado o semidomesticado como el guanaco, la vicuña, la alpaca, la llama, o el tapir, muy comunes aún en nuestra época en muchos lugares de América. Esta probabilidad se refuerza con la cita que hace el profeta Enós diciendo que el pueblo “crió rebaños de reses, y manadas de toda clase de ganado”. (Enós 1:21)

• “Por ejemplo, un animal que potencialmente estaría en la categoría de ‘ganado’ sería el venado; algunos observadores que acompañaban el grupo de Cortés observaron manadas semi-domesticadas de venados en regiones mayas, e informaba que una tribu en El Salvador rutinariamente los reunía en manadas.”
(John L. Sorenson – Los Cambios en Nuestra Comprensión de la América Antigua y de sus Escrituras – Revista Liahona Junio 1985 – citando a: Dennis Pulston, “The Role of Semi-domesticated Animal Resources in Middle American Subsistence”, artículo leído en la 37ª. Reunión Anual, Society for American
Archaeology, 1972).

Las Ovejas:

La referencia a las ovejas, como animal que existía entre los pueblos referidos en Libro de Mormón, que está en Éter 9:18, es la única, y se la menciona solamente como existente entre los jareditas. Aunque hay varias referencias más sobre la oveja en el Libro de Mormón, pero todas refiriéndose a ella en sentido figurado, tal como es utilizada en los extractos de Isaías incorporados en el Libro, y en las palabras del propio Señor Jesucristo. Pero no hay mención a la oveja como animal que existiera entre los nefitas y lamanitas.

Es para preguntarse por qué se utilizaba a la oveja en sentido figurado, si probablemente ya no existieran a la llegada de la familia de Lehí al continente americano. El primero en utilizar a la oveja en sentido figurado, para simbolizar al pueblo del Señor y a Jesucristo como el pastor, fue el profeta Nefi (1Nefi 22:25). Nefi las conocía, y quienes vinieron con él también, porque eran comunes en Jerusalén donde vivieron. Muchas de las menciones posteriores a la oveja, son citas del libro de Isaías, que estaban en las planchas de bronce que Nefi y sus hermanos trajeron de Jerusalén. Se menciona a la oveja simbólicamente también en una revelación que recibe el profeta Alma padre (Mosíah 26:20). Luego Alma hijo también la menciona simbólicamente (Alma 5:37), y de la misma manera se la menciona en el Libro de Helamán (5:13). El último, cronológicamente, en referirse a la oveja es el Señor Jesucristo, en sus propias enseñanzas a los nefitas, quien, como se dijo, se refiere a ellas en sentido figurado. Para Jesucristo las ovejas eran comunes en el Viejo Mundo donde vivió y eran conocidas por sus interlocutores al hacer referencia a ellas en las planchas de bronce y en las simbologías de los profetas que lo precedieron. Luego nadie más hace referencias a la oveja, ni en sentido real, nifigurado, y estamos hablando de que la última mención sucedió hace casi dos mil años. Éter fue el historiador de los jareditas, pueblo que llegó al continente más de dos milenios antes de Jesucristo, y que cuando el pueblo del rey Limhi, en épocas del rey Mosíah II, encontró las veinticuatro planchas que contenían la historia de Éter, él y su pueblo ya habían dejado de existir sobre la tierra. Por lo tanto en el Libro de Mormón no hay referencias a la existencia real de ovejas en América desde muchos siglos antes de Jesucristo.

Sin embargo, no significa que no haya habido ovejas entre los nefitas o lamanitas, simplemente porque no son mencionadas en el Libro de Mormón.

A la llegada de los conquistadores españoles a América, proporcionaron abundantes referencias de que encontraron ovejas, contrario a lo que comúnmente se creé. Aunque el historiador, Ricardo E. Latcham (en extracto de cuya obra se cita al final de este capitulo), concluye varios siglos después, en el año 1922 con su opinión respetable, que los españoles se referían a algún “auchénido” (o auquénido) autóctono de América.

Quedará la duda de si no se referirían realmente a alguna especie de ovinos ya extintos por los mismos españoles o posteriormente por los indios sin las leyes ecologistas del inca. También podrían referirse a especies de ovinos existentes en la época, que posteriormente fueran cruzados con los que más tarde trajeron los españoles. Las referencias a las ovejas y carneros encontrados por los conquistadores españoles, que han sido transcriptas en este capítulo de la obra citada, aunque si fueran para nombrar al guanaco o a la vicuña, o a otro animal, igual es una prueba adicional de la veracidad del Libro de Mormón, porque en la misma forma los jareditas, al llegar al continente, pudieron haberle llamado ovejas a otros animales autóctonos que se les parecieran.

La razón indica que una especie puede ser depredada y desaparecer, como muchas especies ya han desaparecido. Aún tomando como punto de referencia el supuesto de que no había ovejas a las llegada de los españoles, tampoco el Libro de Mormón lo dice que existieran en ese momento. El Libro se terminó de escribir aproximadamente en el año 421 D. C., en plena batalla de exterminio entre nefitas y lamanitas, y cuando se terminó de escribir ya hacía cuatro siglos que no se mencionaban en el Libro a las ovejas, ni en sentido figurado.

Si se han depredado animales más grandes y más ágiles, de existir las ovejas, pudieron haber sido depredadas por el mismo hombre. O sin el cuidado del hombre,por su carácter indefenso, pudieron ser depredadas por las mismas fieras del campo, como ser lobos, perros salvajes, zorros colorados, pumas, jabalíes o chanchos salvajes, y por otros animales como es común en nuestra época, en nuestro país y en otros de América.

Sin embargo, Nefi conocedor de la oveja, nunca la mencionó entre todos los animales encontrados en el continente que detalló, ni las mencionaron sus sucesores. Posiblemente las ovejas ya habían dejado de existir a la llegada de Nefi, o las referencias a ellas hechas por los jareditas eran para mencionar a otro animal autóctono como los que aún existen o a otro que haya dejado de existir.

• “En la actualidad, es el huanaco que se encuentra sobre mayor extensión geográfica; hasta el sur de Tierra del Fuego y la isla de Navarino, cerca del Cabo de Hornos, como también por la Patagonia hasta las costas del Atlántico. Formaba y forma aun el principal alimento de los patagones y fueguinos.

“Los primeros si no habían domesticado al huanaco, al menos en algunas ocasiones lo amansaban, y en ese estado sacaban partido de él como auxiliar en la caza de sus hermanos salvajes. Los indios se ponían en acecho, cerca de alguna aguada, donde bajaban a beber estos animales y amarraban en las inmediaciones al huanaco manso, el cual con sus relinchos atraía a los demás, de manera que caían fácil presa a los cazadores.

“Es posible también, que usaran estos animales mansos como bestias de carga. Al menos así nos asegura Alonso Veedor, el escribano de la expedición de Simón de Alcazaba, en su relación de esa malhadada navegación.

“Invernaron en el Cabo de Santo Domingo y durante su estada, organizaron una exploración al interior del país. Después de muchas peripecias se encontraron con un toldo de indios patagones en que habían seis indias y un viejo. Aquí vieron al primer huanaco.

Veedor refiere al incidente así: ‘Sus maridos tenían una oveja mansa como las que llevaron del peru estas tenían por señuelo conq mataban otras brabas. Llevaron a las indias y a la obeja cargada… que bien llebaba cuatro @ de peso’. (1)

“Juan de Mori, otro expedicionario que hace relación del viaje, confirma el hecho y dice que ‘la obeja llevaba por carga cinco arrobas… y con estas mansas mataban ellos las brabas a donde ay agua quando vienen a beber’. (2)

“A pesar de estas afirmaciones, no consideramos bien corroborado que los patagones usaran sus huanacos mansos para la carga, y no conocemos otra cita que lo sostenga.

Puede ser que en este caso fueran los españoles quienes encontrando a un manso animal de esta clase y sabiendo que en el Perú los cargaban, se aprovecharon de la ocasión.

“Es menos dudoso que los amansaran para servir de embauco en la caza de sus congéneres. Se ponían en acecho, cerca de algún aguadero donde bajaban a beber estos animales y amarraban en las cercanías al huanaco manso, el cual con sus relinchos atraía a los demás y así caían fácilmente presa de los cazadores.

“No sólo los patagones sino también los onas de Tierra del Fuego dependían del huanaco como principal elemento de sustento y este animal era bastante abundante en aquella isla.

“No sabemos si la vicuña se ha encontrado alguna vez en Tierra del Fuego, pero se sabe que al tiempo de la conquista se hallaba en la región cordillera, hasta el Estrecho de Magallanes. En la relación que hace Juan Ladrillero de su viaje al Estrecho encontrándose con indios patagones que vestían ‘pellejos de guanacos y de obejas sobados, la lana para adentro’. Más adelante hablando de la fauna magallánica, dice, ‘ay obejas y guanacos y venados, pero con el frío del ynvierno se meten en las montañas’. (3)

“Veinticinco años más tarde Pedro Sarmiento confirma y amplía estas noticias. Dice que entre otros animales que encontró en el Estrecho ‘ay vicuñas de las que sacan las piedras vecares en el piru y carneros de los del piru que las mantas conq los yndios andan cubiertos con dellos de lana muy fina’. (4)

“Refiriéndose al traje de los indios patagones, Anton Pablos, quien escribió en 1585 sobre lo que vió en el Estrecho dice: ‘traen Por bistidura vnas manctas hechas de pellejos muy bien concertados y cosidos y abarcas entre estos pellejos del bestido traen muchos de ovejas de la tierra y bicuña’.
(5)
Las ovejas de la tierra serían sin duda los huanacos, pero nos parece difícil que tres personas instruídas, escribiendo en diferentes fechas de lo que habían presenciado y los tres, conocedores del Perú, donde la vicuña era abundante; pudieron equivocar este animal por otro. Sobre todo, los tres están de acuerdo en que habían dos especies de auchénidos salvajes. Al ser una el huanaco, no se ha conocido otra sino la vicuña y por fuerza habría de ser la segunda.

“Las especies domesticadas tenían una repartición más restringida que las salvajes,especialmente la alpaca; pero no obstante se conocían en el Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, en las provincias orientales de Brasil y en las del noroeste argentino.

“En el Perú y en Bolivia su número al tiempo de la conquista española, era asombroso, debido al sabio reglamento del ganado dado por los monarcas incas. Los cronistas se admiraron de esta abundancia y hacen repetidas referencias a ella. Cieza de León en el capítulo que dedica a los auchénidos dice sobre este punto lo siguiente: ‘Dios, nuestro sumo bien, crió en estas partes tanta cantidad del ganado que nosotros llamamos ovejas, que si los españoles con las guerras no dieran tanta priesa a lo apocar, no había cuento ni suma lo mucho que por todas partes había’. (6)

“Francisco de Jerez al comentar el mismo hecho dice: ‘en toda esta tierra (Perú) hay mucho ganado de ovejas; muchas se hacen monteses, por no poder sostener tantas como se crían. Entre los españoles que con el Gobernador están se matan cada día ciento y cincuenta, y parece que ninguna faltase ni harían en este valle (Chincha) aunque estuviesen un año en él’. (7)

“López de Gómara dice que la carne principal que comían los antiguos peruanos era de ‘oveja-ciervos, que tienen muchos en poblado y despoblado, propias y comunes, y santaso sagradas, que son del sol, ca los ingas inventaron un cierto diezmo, hato y pegujal de pachacama y otras guacas, para tener carne los tiempos de guerra, vedando que nadie las matase ni corriese’. (8)

“…Mariño de Lovera al relatar la historia de los tres españoles desmandados, que envió Almagro desde Cuzco para que le esperasen en Tupiza, dice que llegaron al valle de Coquimbo y trabando amistad con el cacique del lugar, o más probablemente con el gobernador del inca, radicado en ese lugar, principiaron a juntar gran acopio de víveres para el ejército que acompañaba al adelantado. Tan bien les fue que los indios ‘poniendo luego por obra su promesa, comenzaron a fabricar casas y a recoger mantenimiento juntando cuatro mil hanegas de maíz y mucha carne de ovejas mansas y muchas de las que llaman guanacas, de que hicieron cecina que en su lengua se llama charqui, matando para ello cuatro mil reses’. (9)

“Después de la llegada de los españoles, principió a disminuirse rápidamente el número de los ganados indígenas y en poco más de diez años, en muchas partes comenzaron a escasear, tanto los salvajes como los domésticos. Esto se debía a varias causas. Los españoles no se conformaban con la dieta vegetal de los indios, y eran muy comedores de carne. Para mantener sus ejércitos durante la conquista y después durante las guerras civiles hicieron grandes matanzas entre el ganado manso, sin preocuparse en las sabias ordenanzas establecidas por los reyes incas. Como consecuencia del descuido en la crianza y pastoreo, se propagó una gran epidemia de Carchi o sarna entre las manadas, que casi fueron exterminadas. En la caza, no se cuidaron de no matar a las hembras y como consecuencia sobrevino una rápida disminución en el número de todas estas especies, que luego eran reemplazadas por ovejas europeas, las mulas y los asnos. “Esta disminución se hizo notar especialmente en Chile, donde nunca eran tan numerosas como en el Perú, y tan era así que en el siglo XVII solo existían unos pocos ejemplares entre los indios y el tener tres o cuatro era considerado por ellos gran riqueza. Afines del siglo XVIII las especies domésticas habían desaparecido.” (Pág. 77 a 82).

“Los cronistas e historiadores están de acuerdo en que el animal doméstico hallado en Chile era la llama. Pedro de Valdivia en una carta a su majestad Carlos V, escrita en 1551 dice que en Chile era ‘tierra próspera de ganado como lo del Perú’. (10)

“López de Gómara, quien escribió un año más tarde, al tratar de las cosas de Chile,dice: ‘Hay muchas ovejas como en el Cuzco’. (11)

“El Padre Rosales es más explícito y declara: ‘Los carneros que llamamos de la Tierra es un ganado muy doméstico, tan grandes como un ternero de un año… En el Perú los llaman llama o paco y aquí chillihueque. De aquellas provincias se piensa que vinieron a éstas porque allá hay gran abundancia de ellos y en estas son pocos los que se hallan. (12)

“Mariño de Lovera cuando habla del primer buque que llegó a Chile a mando del Capitán García de Alvarado, refiere que tocaron en un puerto de Arauco llamado Alvaquen al que los españoles pusieron por nombre Puerto del Carnero, porque los indios los recibieron de paz y les hicieron regalo de un carnero de la tierra. ‘Entonces el capitán (de los indios) mandó que ningún indio se menease, ni pusiese manos en los españoles; antes habiéndolos estado mirando un rato, les habló por señas y les mandó traer un carnero de los de la tierra, que son muy grandes y de diferente especie de los de Europa… y así en… partes del Perú hay grandes recuas dellos’.. (13)

“…A los muy pocos años, los conquistadores casi concluyeron con los animales domésticos, de la misma manera como acabaron con los indios. No es de extrañarse entonces que los historiadores de los siglos posteriores, hallaran pocos ejemplares.” (Pág. 132, 133, 137) 

Fuentes:

(1) “Relación de lo que sucedió en la expedición y Armada de Simón de Alcazaba al Estrecho de Magallanes hasta su vuelta a la isla de Santo Domingo. 1534-35 escrito por el escribano de la expedición, Alonso Veedor.
“Apéndice. Doc. No. 9 de la Obra del R. P. PASTELLS, ‘El Descubrimiento del Estrecho de Magallanes’. Primera Parte, Pág. 262 y sig.
(2) “Relación escrita por Juan de Mori, de lo ocurrido en la expedición de Simón de Alcazaba al Estrecho de Magallanes desde que salió de Sanlúcar de Barrameda hasta que llegó a Santo Domingo. Escrito en Santo Domingo en 1535. Obra de P. P. PASTELLS. Doc. 10.”
(3) “Descripción de la costa del mar océano desde el sur de Valdivia hasta el estrecho de Magallanes inclusive, por Juan LADRILLERO (1558). P. P. PASTELLS. Ob. Cit. – Apéndice doc. 15,
tomo I.
(4) “Relación hecha por Pedro Sarmiento a su Majestad sobre lo sucedió en el Estrecho cuando allí se quedó y fundó dos ciudades. Pernambuco, 1584. P. P. PASTELLS, ob. Cit., Apéndice Doc. 30.
Tomo II.
(5) “Parecer de Anton Pablos, piloto de la Armada del General Diego Flores de Valdés, el cual fue y vino del Estrecho de Magallanes, sobre lo que debe hacerse para socorrer a dicho Estrecho. 1585. P. P. PASTELLS. Apéndice Tomo II. Doc. 36.
(6) “Crónica del Perú, Cap. CXI.
(7) “Verdadera Relación de la Conquista del Perú y Provincia de Cuzco llamada la Nueva Castilla. Hist. Primitivos de Indias. Tomo II. PAG. 335- Colección Rivadeneyra.
(8) “Ob. Cit. Pág. 278.
(9) “Crónica del Reino de Chile, escrita por el Capitán Don Pedro Mariño de Lovera, pág. 28. – Col. Hist. De Chile. Tomo VI. Santiago. 1865.
(10) “Colección de Historiadores de Chile. Cartas de Valdivivia. Tomo I. p. 55.
(11) “Historia de las Indias. Ob. Cit., pág. 237.
(12) “Historia General de el Reyno de Chile. Tomo I, pág. 324.
(13) “Crónica del Reino de Chile, escrita por el Capitán Don Pedro Mariño de Lovera (siglo XVI).
Col. Hist. De Chile. Tomo VI pág. 44. – Santiago, 1865.”
(Extractos de la obra “Los Animales Domésticos de la América Precolombiana – De las Publicaciones del Museo de Etnología y Antropología.”, de Ricardo E. Latcham, Santiago de Chile – Imprenta Cervantes – Febrero de 1922. - Copia digital por Google, luego de la obra referida haber sobrevivido por generaciones, como para expirar los derechos de autor y el libro pase a ser de dominio público).

La Vaca y el Buey:

En el Libro de Mormón se menciona solamente seis veces al buey: a) Tres veces al citar las profecías de Isaías; b) Una vez al mencionarse el décimo mandamiento, referente a la codicia; c) Dos veces refiriéndose a un animal que vivía entre los nefitas (1 Nefi 18:25) así como entre los jareditas (Éter 9:18).

En el estilo de Nefi al relatar los animales encontrados en la tierra de promisión, menciona juntos a la vaca y al buey. Evidentemente no los menciona como el macho y la hembra de una misma especie, porque sino no diría seguidamente “el asno, y el caballo” o “la cabra, y la cabra montés”. El buey como lo conocemos en nuestro idioma y cultura es un ternero castrado después de la pubertad (y por lo tanto no puede reproducirse). Diferentes culturas capan al toro joven para que se transforme en buey para utilizarlo como animal de tiro en tareas agrícolas. En el pasado el buey fue utilizado también en el transporte, para tirar carretas muy pesadas.

Es importante tener en cuenta que el Libro de Mormón menciona a tres colonias que llegaron a América: los jareditas, la familia de Lehí (nefitas y lamanitas), y al pueblo de Zarahemla (“mulekitas”). A la llegada de Lehí, ya hacía más de un milenio y medio que los jareditas estaban instalados en América, y enseguida de la llegada de Lehí, llegaron los “mulekitas”.

Si lo que Nefi vio fueron bueyes como se describió anteriormente, tendrían que ser animales sueltos que otra colonia los castró para utilizarlos como animales de trabajo. Esto es posible porque las colonias nefitas y jareditas convivieron juntas, sin saberlo, por lo menos 3 años, desde que Lehí llegó al continente hasta que los “mulekitas” encontraron a Coriántumr, el último sobreviviente de los jareditas. (Desde Aprox. el año 589 A.C. - ver pie de página 1 Nefi 18:23 - hasta el año 586 A.C. o posterior).

También debemos tener en cuenta que no hay referencias al tiempo que transcurrió entre el momento que la familia de Lehí llegó al continente y el momento en que encuentran los animales relatados en 1 Nefi 18:25. Si fue enseguida de llegar la familia de Lehí, aún no habían llegado los “mulekitas” y tenemos que descartar que hayan encontrado animales domesticados por ellos. Pero si fue algunos años después, como dice Nefi, “mientras viajábamos por el desierto” (1 Nefi 18:25), luego de haber plantado y cosechado (1 Nefi 18:24), es probable también que ya hubieran llegado los “mulekitas”, y bien podrían haber encontrado animales vacunos castrados por ellos.

En consecuencia, es posible que Nefi haya encontrado bueyes pertenecientes a cualquiera de las otras colonias que cohabitaban este continente. Además por la forma en que toman conocimiento unas de otras, las tres colonias no distaban tanto entre sí.
Pero también es importante tener en cuenta que Nefi al referirse al buey, podría estar refiriéndose a un animal originario de América que llamó buey, por ser desconocido para él, sin necesidad de ser un animal castrado, y que se reproducía libremente en el lugar que Nefi lo ubicó. Porque es posible comprender que al llegar a este continente Nefi se encontró con animales que no le eran comunes, como el bisonte, u otros completamente distintos como el tapir, el guanaco, o la vicuña, a quienes sin dudas debió designar, a algunos de ellos por su semejanza, con nombres de animales ya conocidos por él.

También es posible que Nefi fuera conocedor de otras especies antiguas de animales que eran conocidas como “bueyes salvajes”, que no eran animales capados, a los que encontró semejantes y designó con el mismo nombre.

Por lo tanto, entre los animales sueltos encontrados por los nefitas, después de su arribo, bien podrían encontrarse animales vacunos capados por la colonia jaredita como por el pueblo de Zarahemla. Aunque es más factible que haya sido otra especie de animal a la que Nefi le llamó bueyes. (Véase al final de esta obra Apéndice II – “Qué Podemos Saber Sobre las Colonias Jareditas y Mulekitas”).

• “Buey es el nombre que se le da al macho bovino (toro) castrado, dedicado específicamente al engorde y sacrificio, y, antiguamente también a la realización de tareas agrícolas como tirar de arados y carros, algo que se continúa haciendo en Asturias, Cantabria, Galicia y el País Vasco (España) como evento folclórico-deportivo. En Andalucía occidental se utiliza para engancharlos en las carretas de las distintas romerías, como El Rocío o Cuatrovitas.

En un raza de bovino, se puede llamar también "buey salvaje" a cualquier miembro no doméstico del género Bos, como el gaur, el banteng, el kuprey o el extinto uro.

“En diversos países latinoamericanos, los bueyes siguen siendo utilizados como animal de tiro, especialmente en aquellas faenas en que, por dificultades del terreno, es difícil utilizar otros animales o vehículos motorizados, tal como ocurre en las faenas forestales.

“Para que un macho bovino se transforme en buey se requiere de su castración después de la pubertad. La castración previa a la pubertad genera novillos.” (El texto original no resalta en negrita “buey salvaje”).
(Wikipedia – La Enciclopedia Libre)

• “Bos es un género de mamíferos artiodáctilos de familia Bovidae; comprende seis especies denominadas genéricamente bueyes, entre las cuales se cuenta tanto el ganado doméstico (Bos taurus) como otras especies domésticas y salvajes. Ciertos autores han diferenciado varios géneros para las especies agrupadas en Bos (Bos, Bibos, Novibos, y Poephagus), pero los estudios morfológicos y genéticos no han dado lugar aún a un acuerdo al respecto. La postura que reconoce como género único a Bos es, no obstante, la mayoritaria.

“Aunque a lo largo de la historia se ha propuesto que varias especies de Bos dieron lugar al ganado doméstico actual, hoy se puede afirmar que todas las razas descienden de un ancestro común, el uro (Bos taurus primigenius), que persistió en las llanuras de Europa hasta el siglo XVII, en que se extinguió debido a la caza excesiva. Las especies actuales se distribuyen en la mayor parte del globo, abarcando África, América, Asia, Australia y Europa; con alrededor de 1300 millones de cabezas, son uno de los grupos de mamíferos más populosos del planeta. El hábitat de las distintas especies varía ampliamente,incluyendo desde las praderas y bosques subtropicales hasta la alta montaña tibetana en que habita el yak (Bos gruniens). 

“Las especies del género Bos forman manadas, cuyo tamaño oscila entre las decenas y los centenares de cabezas, que migran lentamente a medida que agotan las pasturas; las manadas no suelen contar más que con un macho adulto. Son rumiantes, lo que les permite extraer el máximo rendimiento de una dieta de pastos rica en celulosa y pobre en nutrientes; la mayoría de las especies pasta durante la mayor parte del día, descansando durante los períodos más calurosos, y durmiendo por las noches. La gestación dura entre nueve y once meses, al cabo de los cuales nace una o excepcionalmente dos crías. En estado salvaje pueden alcanzar los 25 años.”

“…Los bóvidos más grandes pueden llegar a pesar cerca de una tonelada y posee una altura de 2 metros desde sus pezuñas hasta la espalda (bueyes, búfalos, bisontes)…” “…La actual población de bisontes americanos es de aproximadamente 350.000 ejemplares, comparada con una población estimada en 60–100 millones antes de la llegada de Colón a América.”
(Wikipedia – La Enciclopedia Libre)

El Asno y el Caballo:

Nefi también menciona entre otros animales, al caballo y al asno, aseverando en consecuencia que existían en América a la llegada de Lehí y su familia.
Se dice que los españoles no encontraron caballos ni asnos o burros a su llegada a América. De ser así, no sabemos si es que para esa época ya habían sido depredados, o si es que los nefitas le llamaban caballo o asno a algún otro animal semejante o de la familia.

Nada indica que durante los tiempos del Libro de Mormón no llamaran caballos o asnos a algún pariente cercano de los mismos. Si los primeros colonizadores españoles al describir al guanaco lo llamaron “asno salvaje”, “cabra montés” , “carnero” u “oveja de la tierra” y así como a otros animales autóctonos de América, también los llamaron caballos, ovejas, o vacas, no es de extrañarse que Nefi al llegar al continente haya hecho lo mismo.

La existencia de ganado, caballos y burros en América ha sido tema de discusión por muchos años, porque los historiadores, antes de los últimos hallazgos arqueológicos, decían que fueron introducidos por los españoles.

El caballo en el Libro de Mormón en algunas ocasiones que se lo menciona da a entender que era utilizado para alimento. También el asno, o burro bien pudo ser consumido como alimento, como tantas especies que están siendo depredadas.

Dentro de algunos años no conoceremos al carpincho, al tatú, a la mulita o al ñandú, así como a otras especies si sigue depredándose a pesar de las leyes de protección existentes.

La razón indica que una especie puede ser depredada y desaparecer, como muchas especies ya han desaparecido, así como otras se anuncia que corren riesgo de desaparecer si no se termina con la depredación realizada por el mismo hombre.

Otras especies han sido apenas libradas de desaparecer en esta era, por el dedicado trabajo de grupos ecologistas.

Los caballos dejan de mencionarse cronológicamente en el Libro de Mormón aproximadamente en el año 34 D.C. (3 Nefi 21:14), y los asnos aproximadamente entre los años 147 y 122 A.C. (Mosíah 21:3). Nada indica que por el sólo hecho de que no se hayan mencionado más hayan dejado de existir entre los nefitas o lamanitas. Pero si lo que los nefitas y jareditas llamaron caballos, son la misma especie que ahora conocemos, y dejaron de existir en esa época, estaríamos hablando de encontrar restos óseos de más de 2000 años atrás para verificar arqueológicamente su existencia. Y si la cultura del hombre de campo es herencia de nuestros indígenas,hace más difícil encontrar restos de huesos de caballos, ya que cada vez que el hombre de campo encuentra un animal muerto, le prende fuego a la carniza, para evitar el olor tan desagradable que despide, y el contagio de enfermedades a otros animales. No obstante poco a poco se han venido sumando las evidencias de su existencia en la América precolombina.

La arqueología últimamente ha encontrado evidencias de la existencia del caballo, aunque no son abundantes todavía, pero es importante tener en cuenta que hay pendientes aún de ser encontradas muchas pruebas de lo que ha existido.

• “Un problema que surge al interpretar los textos de otra época es el de la semántica de los nombres de animales (y plantas). Si utilizamos una descripción hecha hace apenas unos cuatrocientos años –la de Diego de Landa, quien describe la Península de Yucatán – veremos que él hace afirmaciones que los científicos naturales no pueden aclarar en la actualidad. La transferencia de nombres lingüísticos y conocimiento de una cultura a otra está repleta de problemas. Como ejemplo, los españoles se refirieron al bisonte americano (al que nosotros llamamos ‘búfalo’) como una vaca; los indios Delaware nombraron a la vaca europea con la palabra que usaban para nombrar al venado; y los indios Miami nombraron a las ovejas ‘se-parece-a-una-vaca’. Mientras tanto, los mayas de las tierras bajas nombraron a la oveja española un taman, lo cual básicamente se traduce como ‘algodón que se come’. El Obispo Landa consideró el gamo de Yucatán (un venado pequeño con cuernos no ramificados) como ‘una pequeña cabra salvaje’. También notó que el tapir (un animal grande de pezuña, nocturno, que habita en las regiones tropicales) tenía el tamaño de una mula, pero una pezuña como la del buey; sin embargo, un nombre español que se le dio, ‘anteburro’, significa ‘antes fue un burro’. Vemos que la terminología es una encrucijada compleja que se debe resolver con sumo cuidado.”
(John L. Sorenson – Un Cambio en Nuestra Comprensión de la América Antigua y de sus Escrituras – Revista Liahona Junio de 1985 Pág.7)

• “En primer lugar, no deberíamos rechazar la posibilidad de un ‘préstamo sustitutivo’, en el que el nombre para una especie conocida es aplicado a nuevas especies. Este es un fenómeno bien constatado – por ejemplo, los Amerindios denominaron ‘ciervos’ a los caballos europeos en su primer encuentro con ellos. El ejemplo clásico, por supuesto, es el hipopótamo, nombre que los griegos dieron a un animal que caracterizaron como “caballo (hippo) de río (potamus). Aquellos críticos que se burlan deberían preguntarse cómo podría alguien confundir un hipopótamo con un caballo – la respuesta, por supuesto, es que los griegos sabían perfectamente que el hipopótamo no era un verdadero caballo, pero el nombre se impuso…

“Asnos (Burro) - La única clave sobre el rol del “asno” en la sociedad nefita proviene de Mosíah 12:5 y Mosíah 21:3, en las que aquellos en cautiverio llevan cargas como “mudos asnos”. Otras menciones se dan en 1 Nephi 18:19 y Mosíah 5:14, mientras que mosíah 13:24 es una cita de los Diez Mandamientos. “Asno” ha sido sugerido como préstamo semántico del tapir, al cual muchos han descripto en términos decididamente equinos. Puede agregarse que algunos modernos entusiastas del tapir señalan la incapacidad de los tapires para criarse en rebaños (por no tratarse de animales de rebaño, tienden a pelear), pero “la gente de los territorios nativos del tapir mantiene ejemplares aislados para engordarlos y utilizarlos como alimento, aunque... algunos son bastante salvajes y otros pueden llegar a ser extremadamente peligrosos... Son grandes, pesados y fuertes, con poderosas mandíbulas y dientes, pudiendo movilizarse muy rápidamente" Un reciente informe gubernamental indica:
“El tapir es dócil frente al hombre y por tanto su manejo es relativamente fácil.

Un indígena describe al tapir del siguiente modo: “Es un animal muy sociable. Tomado de pequeño uno puede fácilmente domesticarlo; sabe cómo comportarse cerca de lacasa; va a alimentarse a la montaña y luego regresa para dormir cerca del hogar.”

“Pareciera que al menos un rol limitado para el tapir no debería descartarse de la discusión, ya sea como fuente alimenticia (El tapir constituye entre el 7 y el 10% de la dieta en la Amazonia rural o como potencial bestia de carga a pequeña escala (dada su fuerza). Charles Darwin aún observó que los tapires en las Américas eran domesticados, aunque no tendían a reproducirse en cautiverio. Este hecho podría explicar la relativamente poca frecuencia de su mención en el Libro de Mormón.”
(De FAIRMormon - Este articulo ha sido traducido con permiso de FAIR LDS por: Mario Rodolfo Montani y redactado por Alberto Barrios) -
(http://es.fairmormon.org/Anacronismos_del_Libro_de_Morm%C3%B3n:_Animales)

• “Tapirus es un género de mamíferos perisodáctilos de la familia Tapiridae, conocidos
vulgarmente como tapires o dantas. Es el único género actual de la familia, la cual incluye otros nueve géneros extintos. Pertenece al mismo orden que los caballos, con los que están lejanamente emparentados, y los rinocerontes, que son sus parientes vivos más cercanos.
“En algunos lugares recibe nombres como mboreví (vocablo guaraní), anta, tlapizote
y pinchaque.”
(Wikipedia – La Enciclopedia Libre)

• “Perisodáctilos: Término que se aplica a cualquier miembro de las tres familias de los mamíferos con pezuña: los caballos, los tapires y los rinocerontes. El término perisodáctilo deriva del griego y significa ‘dedo impar’; por el contrario, artiodáctilo quiere decir ‘dedo par’.

Los miembros de la familia del caballo tienen un solo dedo en cada extremidad; en el caso de la familia de los rinocerontes, los animales tienen tres dedos funcionales tanto en las patas anteriores como en las posteriores; por último, los miembros de la familia del tapir tienen cuatro dedos en las extremidades delanteras y tres dedos en las traseras.

“Las 17 especies que viven en la actualidad, sólo son una pequeña representación de las numerosas formas que antaño habitaban el planeta. …

“Clasificación científica: los caballos, tapires y rinocerontes constituyen el orden de los Perisodáctilos. Este orden se ha clasificado en dos subórdenes: el de los Hipomorfos, que contiene a los caballos, que pertenecen a la familia de los Équidos, y el suborden de los Ceratomorfos, que incluye a los rinocerontes y a los tapires. Los primeros pertenecen a la familia de los Rinoceróntidos y los segundos a la de los Tapíridos.”
(Los Mamíferos - http://mamiferoes.galeon.com/perisodactilo.htm)

• “LA LLAMA: …Es el más corpulento de todos los auchénidos, aun cuando el huanaco tal vez le aventaje ligeramente en estatura. Mide 1,55 mt. hasta la corona de la cabeza y un metro hasta la cruz. Sus extremidades son más fuertes y la cabeza un poco más tosca que en el huanaco y tiene el pelaje más largo y más tupido que éste. En otros respectos salvo en el color que es vario en la llama y siempre igual en el huanaco, estos dos animales son tan parecidos que no cabe duda de que hayan tenido un origen común. Sus pies son grandes y extensibles, con fuertes pezuñas y las plantas protegidas por callosidades, que son a la vez resistentes y de una gran elasticidad.

“Esta cualidad permite a la llama caminar con facilidad tanto por las laderas pedregosas y escarpadas de las montañas, como por los arenosos desiertos de la costa.

Como el camello, la llama puede pasar días sin beber, pero de ordinario y cuando hay abundancia de ella, absorbe grandes cantidades de agua, aunque esta sea salobre.

“…La carga que lleva ordinariamente la llama, fluctúa entre cuatro y cinco arrobas (1), según el animal y el viaje que se emprende. Con esta carga pueden caminar a razón de quince a veinte kilómetros por día, la distancia varía con relación a la bondad o aspereza del camino.

“…Pero lo que no admite duda es que muchos siglos antes del primer viaje de Colón los peruanos tenían en domesticidad a la llama (auchenia llama) y a la alpaca (auchenia alpaca).” “(1) La arroba (antigua medida española) equivale a 25 libras. El quintal español es de 100 libras o sea 46 kilogramos. La carga media de las llamas puede estimarse en 50 kilogramos.” (Pág. 100-105).

(Extractos de la obra “Los Animales Domésticos de la América Precolombiana – De las Publicaciones del Museo de Etnología y Antropología.”, de Ricardo E. Latcham, Santiago de Chile – Imprenta Cervantes – Febrero de 1922. - Copia digital por Google, luego de la obra referida haber sobrevivido por generaciones, como para expirar los derechos de autor y el libro pase a ser de dominio público).

• “Qué dice el Libro de Mormón: 1 Nefi 18:25 dice que los nefitas encontraron “caballos” en el desierto después de llegar al nuevo continente, seguramente Centroamérica: “Y ocurrió […] que había animales de toda especie en los bosques; tanto la vaca como el buey, y el asno, y el caballo, y la cabra, y la cabra montés, y toda clase de animales silvestres, los cuales el hombre podía utilizar”.

“…Enós 1:21 dice que fueron domesticados por los nefitas: “Y aconteció que el pueblo de Nefi […] crió rebaños de reses, y manadas de toda clase de ganado […], y también muchos caballos”.
“Eter 9:19 habla de que los jareditas “también tenían caballos y asnos […], todos los cuales eran útiles para el hombre”.

“Adviertan ustedes que el Libro de Mormón no describe caballos en las batallas, ni caballos montados por los nefitas, y apunten este dato porque es posible que nos ayude un poco más adelante. Es cierto que hay dos pasajes de caballos y carruajes (Alma 18:9-12, cuando Ammón prepara los caballos del rey, y 3 Nefi 3:22, que dice que los nefitas de Laconeo “habían reunido sus caballos, y sus carros, y su ganado, y todos sus hatos y rebaños, y su grano, y todos sus bienes […] para que se juntasen, a fin de defenderse de sus enemigos”), pero no dice en qué manera los caballos trabajaban excepto que acompañaban a un rey en un viaje corto. No especifica lo que los caballos hacían. Noten que en 3 Nefi 4:4 se asocia a los caballos con “ganado” y con “rebaños”, en una situación de supervivencia durante el largo sitio de una ciudad:”

“ […] y los nefitas se hallaban en un solo grupo, y era grande su número, y se habían provisto de víveres y de caballos, y ganado, y rebaños de toda clase, para poder subsistir por el término de siete años”. El otro pasaje que habla de caballos y ganado es 3 Nefi 6:1, donde dice que “los nefitas volvieron todos a sus propias tierras, todo hombre con su familia, sus rebaños y hatos, sus caballos y su ganado, y cuantas cosas le pertenecían”.

“Y se acabó. Ya no se mencionan más caballos en todo el Libro, salvo en las citas de Isaías. Esta última mención es del año 26 d.C.

“…Es llamativo que en los cuatrocientos años siguientes no se mencione ni una vez más ningún caballo…

“¿HAY O NO HAY RESTOS DE CABALLOS EN LA AMÉRICA PRECOLOMBINA?

“Sí hay restos. Lo único que desconcierta a ciertos investigadores es que el Libro de Mormón dice que “la tierra estaba llena de caballos”. Entonces suponen que el Libro quiere decir que toda América estaba llena de caballos, por lo cual se deberían haber encontrado miles de huesos o dientes o muelas equinas. Pero no es así. El Libro de Mormón no dice tales disparates. La tierra de los nefitas era un área pequeña, una superficie como El Salvador. A partir de esa tesis sí que es posible pensar en pequeños reductos de caballos que apenas han dejado huellas.

“Hay que tener en cuenta que pequeños grupos de animales en regiones limitadas algunas veces no dejan restos arqueológicos. Por ejemplo, según Gwyn Jones, es más que probable que los vikingos llevasen caballos, vacas, ovejas, cabras y cerdos al Este de Norteamérica en el siglo XI d.C. (Jones 1986:119), pero estos animales no han dejado restos (Wahlgren 1986:124). Otro ejemplo: los olmecas seguramente criaron perros y pavos, porque son animales muy presentes en los períodos tempranos del continente americano, pero tampoco hay restos de ellos. Es posible que los huesos hayan desaparecido por la acción de la humedad y la acidez de la tierra (Soustelle 1984:23). Último ejemplo, quizá elmás significativo: los hunos de Asia Central durante los siglos IV y V d.C. tenían un potente ejército basado en la caballería. Hablamos de cientos de miles (quizá millones) de caballos.

Bien, pues ¿pueden decirme dónde están los restos de caballos hunos? ¿Cuántos huesos de caballos hunos hemos encontrado? ¿No lo sospechan?... Se lo diré: Cero. Ninguno. Ni un molar (Bokonyi 1974:267). Sabemos de estos caballos por lo que nos cuenta la Historia escrita, pero no hay pruebas palpables, si por pruebas palpables entendemos restos de huesos.

“Completemos nuestra perspectiva con la arqueología bíblica. Se destinan muchos millones de dólares a las excavaciones en las tierras bíblicas, muchos más que a la “arqueología mormona”. Ustedes saben que la Biblia menciona leones en Palestina. Pero durante decenas de años no se encontró un solo resto de león allí. Fue en 1988 cuando se encontraron dos pequeñas muestras (Martin 1988:83-84). Hasta entonces los arqueólogos ateos y los escépticos se reían de los judeo-cristianos. Y lo mismo ha sucedido con nosotros hasta hace poco: ciertos fundamentalistas bíblicos se reían del Libro de Mormón por lo de los caballos.

“Así que tengan todos paciencia e infórmense. Mientras tanto, vamos con los hallazgos de restos de caballos confirmados:

“Ya en 1941 Ivan Sanderson declaró que “hay un cuerpo de evidencias tanto de América Central como de las zonas rocosas de Haití […] que muestran que el caballo pudo ser conocido por el hombre de las Américas antes de la llegada de los españoles […] Es concebible que pequeñas poblaciones de caballos o animales semejantes continuasen existiendo hasta épocas muy posteriores en rincones de los dos continentes donde las condiciones fuesen favorables y donde fuesen libres de los ataques de otros animales y de enfermedades de parásitos que pudiesen causar su exterminio” (Sanderson 1941:39-40).

“Yucatán, concretamente Mayapán: en un enclave indio de varios siglos antes de Colón se encontraron huesos de caballo en cuatro lugares, algunos de ellos modernos y dos de ellos precolombinos, en el Cenote de Ch’en Mul. Eran dos dentaduras de caballo en el estrato de la base, parcialmente mineralizadas, es decir, de bastante más antigüedad que 1492, junto a alfarería maya (Pollock y Ra 1957:638; Ray 1957:278).

“Yucatán, complejo de cavernas de Loltun: en 1977 dos arqueólogos mexicanos encontraron un depósito de 16 capas (Welch, 1978:99). En el nivel VII encontraron alfarería, algunos de cuyos utensilios estaban hechos con huesos de caballo, hasta el nivel II, datados por el radiocarbono en 1800 a.C. Los fragmentos de cerámica tenían porciones del 900 al 400 a.C. (Schmidt 1988:250).

“Uno de los hallazgos más sorprendentes es un sitio datado en el 100 d.C. en St. Petersburg, Florida, que contiene restos de un mamut, un mastodonte y un caballo (Sorenson 1985: 297-8. Ver también Hester, p. 185).

“Otros restos en Yucatán: ver “Once Again the Horse”, F.A.R.M.S., junio 1984; John Welch, ed., Reexploring the Book of Mormon, 98-100.

“Wisconsin: un esqueleto de caballo enterrado con artefactos indios en un montículo funerario, todo ello datado en el 700 d.C. (Baily 1990:4)

“Louissiana: Holland Hague estudia la documentación de huesos equinos encontrados en este estado, datados por el radiocarbono en los primeros siglos después de Cristo (Hague, 1990).

“Más recientemente, en 2001, el National Geographic mostró evidencias de caballos usados como alimento, lo cual corroboraba la convivencia entre la especie humana y la equina, durante tanto tiempo desechada por muchos estudiosos. El estudio se centraba en la punta de una lanza precolombina con proteínas de caballo (Mayell, 2001).

“Esta misma convivencia, sin embargo, ya había sido vislumbrada por estudios de un paleontólogo decimonónico: en 1895 Henry C. Mercer estudió 29 cuevas del área de Puuc, en Yucatán. Encontró huesos de caballo en tres cuevas, Actun Sayab, Actun Lara, y Chektalen, que resultaron ser especies americanas del Pleistoceno, llamadas entonces Equus occidentalis L, pero que Mercer, en vista de que los huesos estaban en una capa superficial, decidió clasificar como Equus equus, el mismo caballo que luego traerían los españoles (Mercer 1892:172). En 1947 Robert T. Hatt repitió las excavaciones de Mercer y encontró en Actun Lara más restos de caballo americano, llamado entonces 

Equus conversidens (Hatt 1953). Esto simplemente probaba que el caballo y el hombre pudieron convivir en algunas zonas aisladas de Yucatán mucho antes de Colón.

“Junto a estos yacimientos, tenemos hoy muchas imágenes, pintadas o esculpidas o talladas, donde se muestran caballos en épocas precolombinas, e incluso en épocas paralelas a las del Libro de Mormón…” (Véase al final de esta obra Apéndice III – “Imágenes de Caballos de la América Precolombina”)
(Luis A. Benito - Universidad de Saint-Louis -Citado en:http://evidenciasellibrodemormon.
blogspot.com/2007/10/caballos-en-el-libro-de-mormon.html)

• “Hallan restos fósiles del caballo más antiguo de América del Sur – Los Encontraron en San Pedro, Provincia de Buenos Aires - Son unos molares bien conservados, de unos 500 mil años de antigüedad. Probarían que los caballos ya estaban aquí antes de la llegada de los españoles. Fueron descubiertos por paleontólogos aficionados. (Eliana Galarza...):

“En el partido de San Pedro, a unos 157 kilómetros de Capital Federal, hay un grupo de entusiastas paleontólogos aficionados que armó con unos fósiles, a cual más llamativo,un pintoresco museo.

”A fuerza de tesón, voluntad y mucho aprendizaje, le sacaron al suelo de su ciudad, de gran riqueza (ver recuadro de opinión) unos tesoros apreciados por los paleontólogos más expertos del país. Ahora sorprenden con otro hallazgo: los restos fósiles más antiguos de Sudamérica del antecesor de los caballos actuales.

“Las piezas, unos molares bien conservados, pertenecen a Equus (ver Infografía) y se cree que son parte de un ejemplar (se especula con que podrían ser de una nueva especie) que habitó la zona hace 500.000 años. Fueron encontradas por personal del Museo Paleontológico de San Pedro en capas de sedimentos que corresponden a esa etapa denominada como Edad Bonaerense.

“Más allá de tratarse de restos muy antiguos, su valor también reside en que obligan a revisar la historia evolutiva de estos animales y demuestra que estaban en territorio argentino miles de años antes de lo que se suponía. "Es, sin dudas, el ejemplar del género Equus más antiguo de América del Sur porque su procedencia estratigráfica es clara y su edad puede ser determinada con exactitud", comentó Eduardo Tonni, paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales de La Plata.

“…Los molares fueron descubiertos en la zona conocida como Reserva Paleontológica "Campo Spósito", en el Bajo del Tala, partido de San Pedro. Ese lugar, declarado de Interés Municipal y protegido como yacimiento paleontológico, es el cielo para los entusiastas "buscahuesos" del museo de esa ciudad. Allí ya fueron encontrados restos de unos 10 géneros de mamíferos. "Para nosotros, el lugar es como una caja de sorpresas", comentó José Luis Aguilar...”
(Diario El Clarín – Argentina - 03/03/2007 – http://www.clarin.com/diario/2007/03/03/sociedad/s-
05401.htm)

La Cabra y la Cabra Montés:

La cabra silvestre aún se las puede ver en la precordillera de los Andes. La cabra domesticada es aún utilizada en poblaciones agrícolas de América, principalmente como animal lechero. Actualmente los principales países productores de cabras en el Continente son México, Brasil, Venezuela, Argentina, Colombia y Perú. Por lo tanto, que estos animales existieran en la época de Nefi, no ocupa nuestra atención, porque aún existen.

Los Curelomes y Cumomes:

En Éter 9:19 menciona a otros tipos de animales, que existían entre los jareditas, denominándolos “curelomes” y “cumomes”, cuyos nombres pueden ser más bien una transcripción fonética que una traducción literal de las palabras originales.

Por el contexto parecería que fueran animales de carga o de consumo, expresándose que eran más útiles para el hombre que el caballo y el asno, comparándolos con el elefante. No podemos saber si era una especie de ganado ya extinto, o es el nombre antiguo de alguno de los animales autóctonos de América que aún existen. Entre los animales comunes que aún existen en América que podrían ser considerados ganado y que no se los menciona específicamente en ningún lugar del Libro de Mormón están el venado, el carpincho, el guanaco, la vicuña, la alpaca, la llama, el tapir, el bisonte, y otros. Por lo que podría ser alguno de estos animales, u otro ya extinto a la llegada de la colonia de Lehi, como el mamut, porque entre los nefitas nunca se nombró a los “curelomes” y “cumomes”. También podría ser algún otro animal que fue depredado posteriormente y ya era desconocido en la época de la traducción del Libro de Mormón.

Conclusión: (Las citas del Libro de Mormón analizadas en este capítulo son un testimonio adicional porque):

a) Los primeros informes de los conquistadores españoles al explorar este continente confirmaban la existencia del ganado, como ya se ha citado, con expresiones tales como: “numerosos eran los ganados”; “habían hatos de consideración”; “hay ganado en abundancia”; “mucho ganado y sementeras”; “pobladas de la misma gente y ganado” y “que todos los indios tenían ganado y eso de dos variedades”. Los historiadores posteriores, a varios siglos después, han interpretado que las palabras de los primeros exploradores referentes al ganado eran para referirse solamente a los auquénidos (guanaco, vicuña, alpaca, llama). Aún en el supuesto de que fuera así, también es valedero como testimonio adicional del Libro de Mormón, ya que tanto los nefitas como los jareditas cuando llegaron a este continente también pudieron incluir a estos animales autóctonos al referirse al ganado.

b) Las referencias a rebaños en el Libro de Mormón no confirman ni niegan la existencia de ovejas en América, ya que no mencionan que tipo de animales conformaban dichos rebaños. Las menciones de la existencia de ovejas entre los jareditas, que llegaron a este continente hace más de cuatro milenios, concuerdan con lo razonable, y el que no fueran mencionadas como existentes entre los nefitas, nos deja sin saber si fueron depredadas antes o después. A pesar que los primeros conquistadores y exploradores españoles reiteradamente mencionaron que encontraron en América a “ovejas” y “carneros”, concordamos que tanto ellos como tal vez los jareditas pudieron estar refiriéndose a otro tipo de animal que producía lana como los autóctonos auquénidos. Nefi conocedor de la oveja, nunca las mencionó entre todos los animales útiles al hombre que encontró en el continente, tal vez porque ya habían sido depredadas o simplemente porque no las encontraron. Todo concuerda con la razón.

c) Aportar luz a algo que pueda considerarse un supuesto antagonismo, es también probar la verdad. Nefi pudo haber encontrado al buey al llegar a América por diferentes razones: 1) Porque era posible encontrar suelto en el campo a algún animal vacuno castrado proveniente de la colonia jaredita. 2) Porque podían haber animales vacunos castrados, que provenían de los “mulekitas”, porque no hay referencias de tiempo que permitan descartar esta posibilidad. 3) También es posible porque al llegar a este continente Nefi se encontró con animales que no le eran comunes, como los antepasados del bisonte u otros autóctonos, y pudo haberlos designado bueyes, y por ende podían reproducirse. 4) También es posible que Nefi fuera conocedor de otras especies que son conocidas como “bueyes salvajes”, y que al llegar al continente encontró animales que denominó como bueyes porque eran de la misma especie o semejantes, y que también podían reproducirse hasta su depredación.

d) Hay pruebas de la existencia de caballos en la América precolombina, aunque no son abundantes aún, pero suficientes para comprender la armonía del Libro de Mormón con la verdad.

e) Tanto las cabras y las cabras monteses aún existen en América como animales autóctonos.

f) Los “curelomes” y “cumomes” al no saberse que especie de animales eran, no constituye su mención ni un testimonio a favor ni en contra. No obstante si uno se detiene a pensarlo, el mencionar animales que no existen también concuerda armoniosamente con la verdad, ya que son muchas las especies que han sido depredadas en América desde antes y después que Moroni terminó de compendiar,sellar y guardar el Libro de Mormón.

Con toda la información proporcionada sobre el ganado, se puede comprender que el profeta José Smith tradujo cosas que trascendían el conocimiento de la época.

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