Traducción: Marco Royo.
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El Libro de Mormón posee un grado sumamente alto de consistencia interna, no esperable en el caso de que José Smith fuera el autor. Por ejemplo, en el Libro de Mosíah, se lee en el capítulo 28, versículo 11, que el Rey Mosíah tradujo el antiguo registro de los jareditas, pero no es hasta el final del Libro de Mormón en donde el Libro de Eter da un compendio de la historia de los jareditas. Sin embargo, en Mosíah 29, cuando el Rey Mosíaah abole la monarquía, hace una variedad de afirmaciones que demuestan un estudio cuidadoso de la historia de los jareditas, aunque no lo diga explícitamente. El Rey Mosíah ofrece varias advertencias acerca de los peligros de tener reyes. Algunos proceden del mal comportamiento del Rey Noé entre un grupo de nefitas que establecieron una ciudad en la antigua herencia nefita, que se convirtió en territorio lamanita.
El pueblo que había estado bajo el inicuo Rey Noé, había regresado recientemente a Zarahemla, la principal ciudad de los nefitas, y el Rey Mosíah había comprendido el gran daño que un rey inicuo podía realizar. Sin embargo, la mayor parte de las razones del Rey Mosíah para el cambio de sistema de gobierno parece tomada del Libro de Eter. Por ejemplo, Mosíah hace notar que su hijo mayor ha rechazado la sucesión al trono, y que existe el riesgo de la contención al haber un nuevo rey: "Y si se nombrara a otro en su lugar, he aquí, temo que surgirían contenciones entre vosotros; y quién sabe si mi hijo, a quien pertenece el reino, se tornaría a la ira y se llevaría tras de sí a una parte de este pueblo, lo cual ocasionaría guerras y contiendas entre vosotros" (Mosiah 29:6-7). John Tvedtnes explica el significado de esta afirmación (y da otras ideas utilizadas aquí) en "King Mosiah and the Judgeship," Insight, Nov. 2000 (FARMS), p. 2:
"Tal situación nunca había sucedido entre los nefitas (al menos, la primera cita histórica en el registro nefita), pero era común entre los jareditas, pues hermano luchaba contra hermano o padre, y llevaría tras si a parte del pueblo a sufragar la guerra (Ether 7:4-5, 15-17; 8:2-3; 9:11-12; 10:3, 8-10, 14, 32; 11:4, 15-18). De hecho, la idea en Mosiah 29:7 de "llevar tras si" a partidarios se conoce en el Libro de Mormón solamente en el registro jaredita (Ether 7:4, 15; 9:11; 10:32)."
Mosíah también advirtió que la iniquidad del Rey Noe trajo la cautividad al pueblo (Mosíah 29:18-19), tema recurrente en el Libro de Eter (véase Eter 6:22-23, así como los ejemplos de reyes, subyugados por miembros de su familia, que servían en la cautividad en Eter 7:5,7,17; 8:3-4; 10:14-15,30-31; 11:9, 18-19, 23; 13:23). El Rey Mosíah desarrolló la forma de gobierno que respondía a la voz del pueblo (no una democracia, sino un sistema parecido una república con una jerarquía de jueces electos con controles y equilibrios), pero advertía que la destrucción vendría si el pueblo eligiera por mayoría al mal (Mosiah 29:26,27) "...Y si llega la ocasión en que la voz del pueblo escoge la iniquidad, entonces es cuando los juicios de Dios descenderán sobre vosotros; sí, entonces es cuando él os visitará con gran destrucción, sí, como hasta aquí la ha mandado sobre esta tierra." Tvedtnes explica que "puesto que los nefitas no han experimentado tal 'gran destrucción' sobre 'esta tierra', Mosiah ha debido tener en cuenta la destrucción de los jareditas." Ya que el Libro de Eter no se escribió hasta mucho después del Libro de Mosiah, el alto nivel de acuerdo entre los dos libros va en contra de la idea de que José Smith lo inventó. Es un ejemplo de la gran consistencia interna del Libro de Mormón.