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22 septiembre 2013

La Colonia Nefita en el contexto religioso antiguo mesoamericano y la deificación

¿Cómo habrá sido el arte Nefita cristiano en el contexto mesoamericano de la época del Libro de Mormón? 

Revisión del artículo “Deification: Divine Inheritance and the Glorious Afterlife in the Book of Mormon and AncientMesoamerica” de Mark Alan Wright, publicado en la página web de  The Maxwell Institute, perteneciente a la Universidad de Brigham Young.
Resumen, comentarios y traducciones de las citas por Jorge Albarrán Riquelme. 


Existe un argumento que señala que según las investigaciones arqueológicas actuales, no hay evidencias de que el cristianismo haya existido alguna vez en la mesoamérica antigua. Dicho argumento estaría en contradicción con el Libro de Mormón como un registro antiguo cristiano escrito por autores que probablemente vivieron y compartieron dentro de un contexto mesoamericano.

En su artículo, el hermano Mark Alan Wright nos sugiere que tal aseveración puede considerarse en parte una apreciación correcta pero engañosa. Efectivamente, no se han encontrado hasta ahora símbolos o frases que revelen mensajes cristianos tal y como los conocemos en la actualidad.

En primer lugar debemos recordar que la arqueología es una ciencia  y como tal se reescribe continuamente en base a los nuevos descubrimientos. Esto es mucho más patente en la arqueología mesoamericana si recordamos que todavía queda un 95% del área potencial por excavarse, lo que me recuerda la cita de otro erudito SUD, Michael R. Ash, quien declaró que “la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia”.

En segundo lugar recordemos que el mismo Libro de Mormón nos indica que su cultura sufrió cambios en su lenguaje y escritura con el pasar del tiempo (Mormón 9: 32-34). Y si como el mismo registro sagrado lo evidencia en numerosas instancias, también compartieron con otras culturas, entonces muy bien pudieron haber surgido modificaciones en la expresión de su simbología religiosa. Basta ver las diversas manifestaciones de arte y simbología cristianos en las diferentes culturas y cómo éstas han adoptado símbolos ajenos, incluso de culturas paganas, pero que les han dado un significado cristiano.

Por ejemplo, tomemos el símbolo del pez durante el primer siglo del cristianismo. Según Armando H. Toledo, en su publicación en Internet  El Origen del Pez,  explica:
“Tanto griegos como romanos y miembros de otras culturas paganas usaron el símbolo del pez antes que los cristianos. Por tanto, el pez, en contraste con -por ejemplo- la cruz, causaba menos sospecha, convirtiéndose éste en el símbolo secreto perfecto para los cristianos perseguidos. Cuando la Iglesia se vio amenazada por los romanos de los primeros siglos d. C., los cristianos usaron el símbolo del pez para marcar los lugares de reunión y sus tumbas, o para distinguir a los hermanos de los que no lo eran.” (1)   
El símbolo del pez, según Toledo, apuntaba a diversos aspectos del cristianismo tales como el milagro de los panes y los peces, el llamado a los apóstoles a ser pescadores de hombres y hasta la ordenanza del bautismo. Sin embargo, uno de los significados originales del símbolo del pez era el dios pagano Dagón, asociado en la Biblia con una divinidad filistea, llamada Poseidón por los griegos y asociada a otras divinidades paganas de diferentes culturas y distintos nombres. De esta manera vemos cómo un símbolo dentro de un contexto cultural diferente puede ser importado y adaptado con significados totalmente diferentes y hasta opuestos.

En este sentido el hno Wright destaca: 
“…necesitamos entender que al buscar evidencias del Libro de Mormón en mesoamérica, necesitamos tener presente que la gente del Libro de Mormón habría empleado imágenes locales y culturalmente significativas para expresar sus creencias. Eso es precisamente lo que las personas hacen. Si mirásemos obras de arte cristianas del renacimiento y les creyésemos de pie y juntillas, entonces Jesús y Sus apóstoles se habrían vestido como aristócratas europeos.”
Con todas estas variaciones en las expresiones cristianas, con sus símbolos y metáforas en las artes, el lenguaje, las escrituras de cada cultura y tiempo desde el ministerio de Cristo en la tierra, podemos preguntarnos si un cristiano del siglo I d.c. reconocería el arte cristiano medieval o si nosotros, de una cultura occidental cristiana podríamos reconocer las normas artísticas de expresión de la cultura nefita. 

¿Cómo sería el arte nefita cristiano? ¿Cuán diferente sería de nuestras expresiones de adoración y de alabanza a Cristo y Su evangelio?

Lo que Wright nos sugiere, es que abramos nuestra mente para ver un poco más allá y “reconstruir” el mundo religioso mesoamericano en que los nefitas habrían vivido según las evidencias arqueológicas y así tener una idea más clara de cómo habrían interactuado estas culturas en el plano religioso. Por ejemplo, ¿habría sido muy chocante para los nefitas las creencias y tradiciones religiosas de otras culturas mesomericanas? Y otra pregunta, ¿qué les habría parecido a estas culturas las creencias nefitas? Para intentar mostrar este contexto religioso y cultural, el Hno Wright tomará como ejemplo a una sola cultura representativa: Los Mayas.

La cosmovisión maya

Primero comencemos por echar un vistazo a las divinidades mayas. A diferencia de nuestro concepto occidental de un Dios perfecto, todopoderoso y omnipresente, los mayas veían a sus dioses como seres imperfectos, con debilidades humanas, orgullosos y hasta en algunos casos sometidos a la muerte. Podemos imaginar a las divinidades mayas como un gran número de deidades divididas en grupos, cada grupo con un número de dioses con funciones distintivas y opuestas pero complementarias en su conjunto, incluyendo divinidades locales, donde de similar manera cada grupo comparte rasgos afines físicos, en su vestimenta y en sus funciones.  Y para complicar esta visión religiosa maya, cada divinidad se transformaba según la estación del año con diferentes funciones y nombres pero reteniendo su identidad original. Dada su concepción monoteísta y cristiana, es muy posible que los nefitas al insertarse en este contexto religioso puedan haberse sentido impresionados por el marcado politeísmo, los ritos y simbolismos de sus vecinos.

¿Cuán impresionados se podrían haber visto las culturas mesoamericanas por la religión de los “recién llegados” nefitas? (Desde aquí usaré el término “nefita” en el sentido más amplio de la palabra, como la colonia donde se originaron los pueblos mencionados en todo el Libro de Mormón y a esos mismos pueblos originados con el paso del tiempo). Según el hno Wright, para los mayas, las divinidades nefitas no les habrían resultado tan extrañas. Desde el punto de vista maya, los nefitas también poseían un grupo de divinidades opuestas pero complementarias: Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo, cada una de estas divinidades teniendo sus propias funciones y manifestaciones múltiples. Por ello es posible que, cuando por ejemplo Alma predica que estas tres divinidades constituyen “un eterno Dios” (Alma 11:44), sus oyentes les habrían comprendido perfectamente bien.

Y es necesario agregar que para los mayas, Satanás también sería considerado una divinidad (un ser sobrenatural según la concepción maya), obviamente con una función opuesta a Dios pero complementaria. Si esto nos parece algo blasfemo, el hno Wright nos recuerda que Pablo definió a Satanás como “el dios de este mundo (2° Corintios 4:4).”

Tampoco les hubiera extrañado a los mayas que los dioses nefitas “tomasen diferentes formas” o tuviesen diferentes manifestaciones sin perder sus propias identidades (tal como sucedía con sus propios dioses.) Por ejemplo, en el Libro de Mormón se menciona a Jesucristo en sus diferentes manifestaciones (y funciones): como un bebé (1° Nefi 11.20); un ser resucitado (3° Nefi 11); el creador (Jacob 2:5); un destructor (3° Nefi 9), un dios de la lluvia (Éter 9:35); un dios de la fertilidad de las cosechas (Alma 34:24); una deidad solar (1° Nefi :9 ; Helamán 14: 4,20), un dios del fuego (1° Nefi 1:6 ; Helamán 13:13) ; un rey (Mosíah 2:19); un dios de la medicina (Alma 46:40) y un pastor (Alma 5:38). Y además, según señala Wright, “al igual que en el caso de los dioses mayas, a Cristo también se le asocia con animales y objetos inanimados” como por ejemplo un cordero (1° Nefi 14) o una roca (Helamán 5:12).   

En el caso de Satanás, los mayas tampoco estarían sorprendidos por las diversas manifestaciones de esta deidad negativa que también aparece como una serpiente (Mosíah 16:13); un ángel caído (2° Nefi 2:18), un dios de la muerte (Jacob 3:11); un regidor del inframundo (2° Nefi 2:29); un engañador (Alma 30:53) y un dios de la tormenta (Helamán 5:12).

Dicho en resumen, para una cultura mesoamericana antigua como la maya, las divinidades nefitas les resultarían familiares en varios aspectos: un grupo de nuevas divinidades con dioses celestiales y dioses del inframundo, los cuales cumplen roles opuestos pero complementarios. La concepción religiosa maya también aceptaría a otros seres superiores nefitas tales como los ángeles y espíritus ministrantes (Moroni 10:14), los seres trasladados tales como los 3 Nefitas (Mormón 8:11). Además añadiremos los seres sobrenaturales malignos tales como los demonios (Alma 30:53) y los espíritus inmundos (1° Nefi 11:31). Es importante destacar que para los mayas, estos seres sobrenaturales también caerían dentro de la categoría de dioses. En este sentido, el hno Wright nos hace notar que en las planchas de bronce –que contenían los cinco primeros libros del Antiguo testamento (o Pentateuco)- se equipara a los “demonios” con el término “dioses” (Deuteronomio 32:17), y el mismo profeta Mormón los llama “ídolos” (Mormón 4:14) [Nota del Traductor: En la versión del Libro de Mormón en Inglés la palabra “ídolos” se traduce como “dioses ídolos”, lo cual refuerza este punto].

Dicho de otra manera, la tesis general de Wright es que para las diversas culturas mesoamericanas antiguas tales como la maya, la inserción religiosa de la cultura nefita habría sido relativamente fácil porque sus dioses compartían ciertas similitudes. En las palabras de Wright, 
“A modo de reiteración, mi análisis asume que los pueblos del Libro de Mormón vivieron dentro de una cultura mayor que era la mesoamericana, y fueron influidas por ella pero no eran lo mismo.” 
Por ello y a pesar de todo lo anteriormente expuesto, es importante recordar que la cultura nefita no era mesoamericana ni tampoco politeísta sino monoteísta. Declaraba la existencia de un Dios único y verdadero (y con ello implicando que los demás dioses eran falsos). Aunque tuvieran algunos rasgos afines la religión nefita era algo único, ellos “estaban en el mundo pero no eran del mundo.” De hecho los nefitas realizaron obra misional extensiva y permanente. En este sentido, y según otro estudioso, la conversión de un número importante de mesoamericanos originarios a través del tiempo podría ser uno de los factores que ayuden a explicar el gran crecimiento demográfico de los pueblos del Libro de Mormón.

Al estar insertos en las culturas mesoamericanas antiguas, es prácticamente inevitable que no hayan convivido ni se hayan influido mutuamente en un mayor o menor grado. Para los nefitas, por ejemplo, existen varios aspectos conectados con el rol y función de los reyes vecinos, su veneración, la deificación de sus reyes y sus divinidades. Wright nos dice que uno de sus objetivos es, 
“demostrar que las creencias y prácticas concernientes a la realeza y la vida más allá de la muerte que se discuten en el Libro de Mormón, son un reflejo de ciertas prácticas y creencias mesoamericanas, creo fortalecen la declaración de que los eventos del Libro de Mormón ocurrieron allá.”
La deificación

Se entiende por deificación el proceso mediante el cual una persona puede ser divinizada, es decir, convertirse en un dios. Los nefitas indudablemente deben haber conocido cómo las culturas vecinas creían, en la deificación al entrar en contacto y convivir con ellas.

En el caso de la cultura maya, como en otras culturas alrededor del mundo, sólo el rey podía ser deificado. Dicho poder, bajo la supervisión de los sacerdotes, se le brindaba en la ceremonia político-religiosa de ascensión al trono real (o coronación). Según Wright, el futuro rey “era transformado de ser un ser completamente humano a un ser con cualidades sagradas.” Aún hasta hoy los arqueólogos debaten hasta qué punto los reyes eran dioses vivientes pero de lo que no hay duda es de que quedaban investidos con una naturaleza sagrada. Dicho proceso de deificación así iniciado terminaría después con su muerte, cuando finalmente resucitarían como seres celestiales -tal como el dios solar- y se unirían a sus antepasados, reyes anteriores que ya se habían convertido en dioses. Ahora era uno de los “hijos del sol”, según Wright, investidos con “la gloria del sol”. No deja de maravillar el asombroso parecido con la cultura de deificación egipcia, donde el faraón al morir y ser depositado en la “cámara  de resucitación” de la pirámide, asciende inmortalizado para transformarse en un dios estrella en la constelación de sirio y así unirse a sus antepasados faraones-dioses.

En el Libro de Mormón existen varios pasajes que nos revelan que los nefitas conocían las creencias deificatorias de sus vecinos mesoamericanos pero que le dieron un sentido totalmente cristiano. Este daría un mensaje mucho más poderoso dirigido a aquellos conversos mesoamericanos que se unieron a la religión nefita y les mostrarían el verdadero significado del evangelio de Cristo, la vida eterna y la exaltación por medio de Su expiación.

Por ejemplo, cuando el rey Benjamín confiere el trono a su hijo Mosíah lo hace precisamente a través de la ceremonia oficial de ascensión al trono. Es de suponer que para los conversos mesoamericanos –que probablemente traían todavía frescas en sus mentes ceremonias similares de sus propias culturas- deben haber creído que sería otra ceremonia tradicional, donde su monarca se transformaba en casi un dios. Pero sólo podemos imaginar cuál habrá sido su sorpresa cuando el monarca les dice al iniciar su mensaje: “No os he mandado subir hasta aquí para que me temáis, ni para que penséis que yo de mi mismo sea más que un ser mortal. Sino que soy como vosotros.” (Mosíah 2: 10-11). Para los conversos extranjeros este debe haber sido un cambio dramático. Y era sólo el principio.

Los lamanitas también parecían conocer este proceso de deificación del rey de sus culturas vecinas. Cuando el misionero Amón mostró el poder de Dios los lamanitas le temieron grandemente y creyeron que él era un dios o “un poderoso gran rey” (Alma 18:13). Técnicamente no estaban tan equivocados ya que Amón era un príncipe y heredero al trono del rey Mosíah pero que lo rechazó (Mosíah 29:2-3) precisamente para predicar el evangelio a los lamanitas. Nuevamente, y al igual que el rey Benjamín, Amón tuvo que aclararles que no era un dios pese al hecho de que al haber estado en contacto con seres sobrenaturales (ángeles) o la divinidad, los hacía casi sagrados ante los ojos mesoamericanos y que el hecho de ser reyes (o herederos al trono) los separaba casi automáticamente de los demás mortales para resucitar como reyes-dioses.
  
El derramamiento de sangre

También se sabe que existía un  rito -parte de un conjunto de ritos de la ceremonia de coronación- en que los reyes debían punzarse ciertas partes del cuerpo para extraer su propia sangre y ofrendarla a los dioses. Por medio de esta ceremonia, y en su calidad de intermediario entre los hombres y los dioses, el rey aseguraba la fertilidad de las cosechas y la continuidad de las lluvias. A nuestros ojos occidentales esta ceremonia nos parecería casi expiatoria donde este rey-Salvador, a semejanza de Cristo, redimiría a todo su pueblo. Pero el Hno Wright nos advierte que no existía esta función sino que sólo servía para que los dioses bendijeran al pueblo con fructíferas cosechas y lluvias. Es posible que para que no se confundieran, los nefitas enseñaran claramente esta diferencia a los nuevos conversos como parte de su aprendizaje del verdadero evangelio de Jesucristo. Por ejemplo, el misionero Amulek les aclara a sus hermanos zoramitas que el sacrificio expiatorio de Jesucristo “no [es] un sacrificio de hombre” (Alma 34:10), también una probable alusión a la ceremonia del derramamiento de sangre ceremonial del rey mesoamericano, y para enfatizar aún más este concepto nos dice que “no hay hombre alguno que sacrifique su propia sangre, la cual expíe los pecados de otro…” Entonces Amulek les explica que sólo Jesucristo podría derramar la verdadera sangre expiatoria que tiene el poder de redimir y exaltar a todo el género humano.

Volviendo al histórico discurso del rey Benjamín, no sólo les dice a su audiencia desde el principio que el no es más que un ser mortal “sujeto a toda clase de enfermedades de cuerpo y mente” (Mosíah 2:11) y que a su edad avanzada “[su] cuerpo entero tiembla en extremo, mientras [se] esfuerza en hablarles” (Mosíah 2:30). Este es un enorme contraste con la divinización maya del rey en la ceremonia de ascensión al trono. El rey Benjamín también aprovecha de enseñarles que su verdadero rey es Cristo, el “Rey Celestial” (Mosíah 2:19) y que sólo “su sangre expía los pecados” del mundo (Mosíah 3:11), no la sangre derramada por un rey humano.

El hermano Wright también nos hace notar que aunque el rey Benjamín muestra y declara su mortalidad tan evidentemente, el hecho de que haya declarado estar en contacto con un “ángel” –un ser sobrenatural para los mayas, lo convierte automáticamente en un intermediario con la divinidad. Por ello que cuando el rey Benjamín les habla del poder redentor de la expiación de Cristo, y les invita a concertar un convenio con Cristo, la multitud no ora directamente a Cristo sino que se dirige al rey Benjamín como Su intermediario. Al aceptar este convenio divino, el rey Benjamín les enseña que serán llamados “progenie de Cristo” (Mosíah 5:7), se convertirán en los hijos del verdadero Rey Celestial, limpiados y transformados por Su sangre expiatoria.

Toda esta experiencia sagrada toma lugar en el templo, otra asociación poderosa para los nuevos conversos mesoamericanos. Los templos mayas, por ejemplo, eran pensados para efectuar rituales públicos y privados de naturaleza sagrada. De hecho la iconografía de los murales de los templos mayas muestran imágenes de la creación, la pérdida del paraíso, las ofrendas de sacrificio a los dioses, el derramamiento de sangre divino como sacrificio de un dios, y el ascenso al trono divino transformado en un dios (la deificación). Esto muestra que los templos mayas también tenían una función didáctica y preparatoria para realizar ciertas ceremonias sagradas. Los templos mayas son un claro ejemplo de la importancia de la deificación para las culturas mesoamericanas y de otras civilizaciones del mundo a lo largo de los siglos.

En este artículo he tratado de resumir los puntos principales del ensayo del hno Wright, tratando de mostrar por qué no sería tan fácil para nosotros distinguir la iconografía religiosa nefita en las culturas mesoamericanas a medida que la arqueología avanza en sus descubrimientos y cómo debemos enfrentar ese desafío. Para ello exploramos el hecho de cómo la cultura nefita se habría podido insertar dentro del contexto religioso mesoamericano sin mayores problemas y finalmente hemos visto como el Libro de Mormón refleja algunos de estos aspectos en común, teniendo en cuenta que tanto el lenguaje escrito y hablado nefita, así como su iconografía religiosa pudo haber sufrido modificaciones en base a la influencia de símbolos vecinos mesoamericanos.

Al finalizar, es de vital importancia aclarar que pese a todas estas asombrosas similitudes y ejemplos sacados del mismo Libro de Mormón, es esencial ver dónde surgen las diferencias, y la verdadera doctrina de Cristo. Recordemos –al igual que los israelitas rodeados de civilizaciones paganas-  los Nefitas “estaban en el mundo pero no eran del mundo”. Había similitudes y diferencias claves. Y esto es otro testimonio adicional del evangelio de Jesucristo. Tomemos como ejemplo el discurso del rey Benjamín: él declara al pueblo que no es un dios sino un intermediario divinamente autorizado, lo cual hace toda la diferencia; porque efectivamente él posee el verdadero santo sacerdocio de Dios para enseñar el evangelio de Cristo y efectuar ordenanzas divinas en Su nombre. Tan sólo podemos imaginar lo maravillados que los conversos mesoamericanos pudieron haberse sentido cuando se dieron cuenta que ellos ahora pasaban a ser descendientes de un rey (no un súbdito de un rey mortal mesoamericano), sino de un rey más poderoso que todos los reyes terrenales. Al concertar este convenio con Cristo, pasaban a ser “progenie de Cristo”, hijos e hijas de un rey divino, el único ser que tenía el verdadero poder de derramar su sangre expiatoria. Y no sólo serían redimidos sino que si seguían fieles al Señor y perseveraban hasta el fin, vivirían con Él para siempre jamás y serían exaltados. Esta era la verdadera doctrina de Jesucristo, y no el cúmulo de ciertas similitudes, verdades corruptas mezcladas con doctrinas de hombres que hasta entonces pudieron haber conocido.

Fuentes
  1. (http://es.scribd.com/doc/13410915/El-origen-del-simbolo-cristiano-del-pez-Armando-H-Toledo)

16 septiembre 2013

¿Jeremías en prisión?

Este artículo explica la aparente contradicción que se produce cuando Nefi menciona la prisión del profeta Jeremías de 1 Nefi 7:14 en un tiempo aparentemente no concordante con la Biblia.

Traductor: Israel González.


En 1 Nefi 7:14, Nefi se lamenta del hecho que Jeremías haya sido puesto en prisión. 
“Pues he aquí, el Espíritu del Señor pronto cesará de luchar con ellos; porque han rechazado a los profetas y han arrojado a Jeremías en una prisión.”
De acuerdo a la Biblia, Jeremías fue encarcelado en el décimo año del reinado del rey Sedequías.
“La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehová el año décimo de Sedequías, rey de Judá, que fue el año decimoctavo de Nabucodonosor.
Y en aquel entonces el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén; y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá…” (Jeremías 32: 1-2)
Sin embargo, Nefi y su familia dejaron Jerusalén en el primer año de Sedequías, de forma que no estuvieron en la región al mismo tiempo de la prisión de Jeremías.
“Pues sucedió que al comenzar el primer año del reinado de Sedequías, rey de Judá (mi padre Lehi había morado en Jerusalén toda su vida), llegaron muchos profetas ese mismo año profetizando al pueblo que se arrepintiera, o la gran ciudad de Jerusalén sería destruida.” (1 Nefi 1:4)
[Pero] Jeremías fue encarcelado al menos dos veces en el reinado del rey Sedequías. La primera vez fue poco después que Sedequías fue hecho rey. El profeta fue encarcelado en “la casa de Jonatán el escriba” [1]. Esta encarcelación fue dentro del mismo año en que Lehi condujo a su familia fuera de Jerusalén. Después “de muchos días”, el rey liberó a Jeremías brevemente, entonces lo envió e vivir en “la corte de la prisión” en lugar del calabozo de la casa de Jonatán [2].

De acuerdo a Jeremías 20:1-3 [3], Pasur puso a Jeremías en el cepo, y luego lo liberó. 
“Y el sacerdote Pasur  hijo de Imer, que presidía como príncipe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras.
Y Pasur hizo azotar al profeta Jeremías y le puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová.
Y sucedió que al día siguiente Pasur sacó a Jeremías del cepo. Le dijo entonces Jeremías: Jehová no ha llamado tu nombre Pasur, sino Magor-misabib.”
La versión griega [de la Biblia], la Septuaginta, preparada en el segundo o tercer siglo d.C. dice que él fue puesto en una “mazmorra” adyacente al templo [4]. El texto no nos dice en qué año este encarcelamiento tuvo lugar.

En algún punto, Jeremías fue liberado y dejado hablar al pueblo, lo que disgustó a los líderes, quienes “lo hicieron echar en la cisterna de Malquías hijo de Hamelec, que estaba en el patio de la cárcel,” donde él fue puesto en el “cieno” (barro) [5]. Seguido de ello, fue puesto fuera de la mazmorra“en el patio de la cárcel hasta el día en que fue tomada Jerusalén”[6] por el ejército Babilónico.

A fin de que nadie utilice la secuencia de capítulos en Jeremías para argumentar que lo dicho aquí es incorrecto, debemos hacer notar que el libro de Jeremías no fue escrito en un orden cronológico, sino compilado más tarde, posiblemente después de su muerte. Algunos capítulos finales describen eventos que tomaron lugar en los primeros días de los reyes, de tal forma que uno debe poner atención a las notas cronológicas asociadas por relato, cuando sea posible. El orden de los capítulos del libro de Jeremías en la Septuaginta es diferente del que encontramos en el texto de la traducción de la versión del rey Santiago.[7]

Fuentes
  1. Jeremías 37:1,15. http://www.lds.org/scriptures/ot/jer/37?lang=spa#15
  2. Jeremías 37:16-21. http://www.lds.org/scriptures/ot/jer/37?lang=spa#16
  3. Jeremías 20:1-3. http://www.lds.org/scriptures/ot/jer/20?lang=spa#1
  4. Jeremías 20:2, uso de “mazmorra” (dungeon). http://www.ellopos.net/elpenor/greek-texts/septuagint/chapter.asp?book=44&page=20
  5. Jeremías 38:6. http://www.lds.org/scriptures/ot/jer/38?lang=spa#6
  6. Jeremías 38:13,28. http://www.lds.org/scriptures/ot/jer/38?lang=spa#13
  7. The Septuagint version of Jeremiah is an eighth shorter than the Masssoretic Hebrew. One of the Hebrew texts of Jeremiah (4QJerb) found among the Dead Sea Scrolls follows the shorter Septuagint version, previously known only from the Greek
  8. Link articulo original: http://bookofmormonresearch.org/book-of-mormon-criticisms/jeremiah-in-prison

11 septiembre 2013

Cival: una ciudad amurallada en Mesoamérica

El Libro de Mormón menciona ciudades fortificadas, algo comúnmente criticado en círculos antagónicos. Excavaciones recientes de una gran ciudad maya del período preclásico, denominada Cival, vienen a apoyar lo relatado por el Libro de Mormón. Cival ha demostrado ser una urbe rodeada por una imponente muralla de piedras, coincidiendo incluso en fecha con la primera ciudad amurallada mencionada por el Libro de Mormón.

Autor: Joel Skidmore [1].
Traductor: Israel González.


Mayo 5, 2004. La National Geographic Society anunció hoy que las excavaciones del sitio maya de 2.000 años de antigüedad, Cival, en Guatemala, han revelado una de las primeras y más grandes ciudades del período preclásico. Un proyecto arqueológico liderado por Francisco Estrada-Belli, de la Universidad de Vanderbilt, ha descubierto dos monumentales máscaras talladas y elaboradas de objetos rituales de [material] jade en excavaciones recientemente efectuadas en la plaza central de la ciudad. Estos hallazgos han contribuido grandemente a hacer retroceder lo que son considerados los hitos de la civilización maya del período clásico hasta bien adentrada la era preclásica.

La tradición pone al período preclásico entre el 2000 a.C. al 250 d.C, y al clásico entre el 250 d.C. al 900 d.C. Estrada-Belli data a Cival alrededor del 150 a.C. "[El término] ‘Preclásico’ es un nombre inadecuado", de acuerdo al arqueólogo. "Las sociedades mayas del Preclásico ya tenían muchas de las características que se le atribuyen al período clásico — reyes, iconografía compleja, palacios elaborados y cementerios."

Estrada-Belli estima que Cival pudo haber albergado a más de 10,000 personas en su peak, haciéndola una de las más grandes ciudades del período preclásico Maya. Así, podría haber sobrepasado a Holmul, el sitio que terminó por suplantarla en dominio regional en el Clásico.

Francisco Estrada-Belli de la Universidad de Vanderbilt excavando los cimientos de Cival

Como experto en el uso de tecnología arqueológica, Estrada-Belli usó imágenes satelitales para detectar posibles sitios arqueológicos, seguido del uso de GPS por suelo, y luego de computación para generar sofisticados mapas del área. Estrada-Belli y su equipo han determinado que el centro ceremonial de Cival es de cerca de milla y media, el doble de lo estimado por su descubridor, el explorador Ian Graham del Proyecto Corpus of Maya Hieroglyphics. Graham dijo al New York Times que cuando se mapeó el sitio hace 20 años la selva ocultó algunos bordes de los edificios y de las pirámides.

La primera de las dos caras de las máscaras estucadas de 5x3 metros fue descubierta durante la inspección de una trinchera cuando Estrada-Belli alcanzó una grieta en la pared y sintió una sección de estuco tallado. En una presentación del Maya Meetings en Texas el pasado Marzo, el arqueólogo mostró fotografías y describió una boca de "jaguar abierta" y otros artefactos Olmecoides, así como un motivo en forma de U que aparece en los murales Preclassic de San Bartolo, Guatemala, hace poco descubiertos.

Recién este Abril una segunda máscara fue descubierta en el otro lado de un conjunto de escaleras. Estrada-Belli cree que originalmente hubo dos pares de máscaras flanqueando el camino a la pirámide. La máscara nueva tiene lo que parecen ser hojas de maíz adornando los ojos, sugiriendo la conexión con el dios Maya del maíz que aparece como figura central en la iconografía de San Bartolo.

Otro hallazgo significativo en Cival fue un depósito de ofrendas en la plaza principal. Detrás de un recoveco sostenido por un recipiente rojo, dos conchas de spondylus y un tubo de jade, había una depresión en forma de cruz conteniendo cinco frascos rotos, uno de los cuales estaba ubicado en el centro de la cruz. Bajo este jarro, de acuerdo a la publicación de la National Geographic, "había 120 piezas de jade, la mayoría de ellas guijarros redondeados, pulidos, de jade, verdes y azules". Cinco hachas de jade estaban puestas cerca con sus  hojas hacia arriba.

De acuerdo a la publicación de la National Geographic, las ofrendas son algunos de los primeros ejemplos de rituales públicos asociados con el acceso al poder entre los mayas del periodo preclásico. Basados en la orientación cruzada del amanecer, Estrada-Belli cree que las ofrendas eran parte de rituales del sol asociados con el ciclo de agricultura maya. Los jarros significan agua, dice, y pueden datar del 500 a.C. Las piezas de jade probablemente simbolizan el maíz, y las hachas representan plantas de maíz. Los reyes de ambas eras, clásica y preclásica, eran creídos como personificaciones del dios del maíz en la Tierra.

Los rituales en Cival pudieron haber tenido lugar por luchas de poder que los rodeaban, dice Estrada-Belli. Los restos de una muralla defensiva que rodeaba la ciudad le indica la probabilidad que Cival haya estado bajo amenaza. "Cival fue abandonada después de un ataque violento, probablemente por un poder superior como el de Tikal," dice.

Mapa que muestra a Cival y los restos de su muralla que la rodea
Los eruditos maya tales como Estrada-Belli ven a Cival y a otros sitios preclásicos como poseedores de alianzas estratégicas, cada uno compitiendo por poder, como las ciudades clásicas de Tikal y Calakmul que vendrían después. Varios centros preclásicos — incluyendo El Mirador, Cerros y Becán — se desvanecieron casi al mismo tiempo que Cival, dice, posiblemente todos vencidos por un mismo centro de poder más fuerte.

La fotografía muestra la importante altura de la muralla sólida alrededor de la ciudad de Cival
La excavación del túnel que tenía la máscara antigua fue liderada por el arqueólogo Guatemalteco Angel Castillo. Los estudiantes graduados de la Universidad de Vanderbilt, Molly Morgan y Jeremy Bauer excavaron la ofrenda de jade.

Un descubrimiento reciente del equipo que trabaja en Cival es lo que podría ser la primera estela tallada en tierras mayas, datada el 300 a.C. En línea se ven los monumentos preclásicos y los templos [2] en Cival, Petén, Guatemala por Francisco Estrada-Belli, Nikolai Grube, Marc Wolf, Kristen Gardella y Claudio Lozano Guerra-Librero. Los autores hablan acerca de la Stela 2 de Cival:

“El diseño tallado muestra una figura humana caminando en el estilo fluido y dinámico conocido solamente desde las primeras esculturas mayas de tierras bajas. Sus características, los pies  apuntando en la misma dirección y las piernas no superponiendo las rodillas, distintivas de los monumentos pre-Bak'tun de los períodos posteriores al 435 d.C. (Proskouriakoff 1950: 19-21). Los pies carecen de sandalias, y los brazos están adornados sólo con una pulsera alrededor de la muñeca, indican que la escultura precede al primer período clásico y es posterior a los últimos monumentos del preclásico, tales como la Estela 1 de Nakbé (Hansen 1992). Las sandalias están igualmente ausentes en el preclásico medio y las primeras esculturas del preclásico tardío tales como la Estela 9 y 11 de Kaminaljuyú, la Estela 3 de Abaj Takali, el relieve de Loltún y la Estela 10 de Uaxactun. La figura viste un taparrabos simple atado con un cinturón. El único adorno es una máscara con tres hachas adosadas a ella, cubriendo el área del pecho y vientre. La máscara antropomorfa tiene una frente cuadrada y una quijada alargada, similar a las máscaras de deidades Olmecas y de Izapan (Norman 1976 Figs. 6.28-6.31) más que imágenes conocidas de la iconografía Maya.

El estilo del tallado y la ausencia completa de jeroglifos sugieren fuertemente que esta escultura es muy temprana, antecediendo a otros tallados preclásicos, tales como el pectoral de Dumbarton Oaks, el tallado del acantilado de San Diego y la problemática y squeda Estela de Hauberg. También antecede a monumentos de Nakbé, los cuales muestran un estilo mucho más estático anticipando los adelantos de la escultura del clásico temprano. Las características arcaicas, incluyendo el uso de incisión, la máscara olmecoide y la ausencia de texto son indicios seguros de que la Estela 2 de Cival Stela 2 es de las más antiguas esculturas mayas de tierra baja.”

Cival se lista en in El Corpus de Inscripciones Jeroglíficas Maya "Fuentes de Escultura y sus Códigos" y se designa como CVL (Graham and Mathews 1999).

En el artículo en Mexico, Estrada-Belli (2002) describe a Cival como un gran centro ceremonial que se extiende sobre los bordes de una ‘cival’, o laguna, de donde toma su nombre. La gran estructura, un grupo triádico de unos 27 metros, tiene características del Preclásico Tardío. Estrada-Belli sugiere que dada la impresionante construcción, las relaciones del Preclassic con el vecino Holmul, el cual emerge como un centro de poder durante el clásico, es digno de una mayor investigación.

Estrada-Belli también dirige el proyecto arqueológico en Holmul. En línea vía FAMSI [3], se ven las Investigaciones Arqueológicas en Holmul, Petén, Guatemala (resultados preliminares en la tercer temporada, 2002). En la foto abajo, se asoma por una ventana de los restos de la muralla pintada. Tal cual el estilo de los murales de Teotihuacan-style que han sido encontrados por Estrada-Belli y su equipo en Holmul.

Fotografía que muestra la muralla pintada. Agradecimientos a Kenneth Garrett, National Geographic.
El proyecto Cival, los murales de San Bartolo y el trabajo de Richard Hansen' en el sitio Preclásico de El Mirador serán difundidos la próxima semana por National Geographic a través de señal abierta.

A pesar de que los hallazgos de Cival, San Bartolo y El Mirador han cambiado nuestro entendimiento del término Preclásico, vale la pena considerar que la distinción tradicional de un salto alrededor del año 250 d.C. sigue siendo significativa. Cuentas Dinásticas tales como las que se observan en Tikal y otros sitios Clásicos Maya, así como en indicios de un enfoque en gobiernos dinásticos, no son aparentes en el Preclásico. Tal como Simon Martin (2003:4) observa,

Un tema de permanente importancia en los estudios mayas es la transición entre el Preclásico y el Clásico, el cambio de percepción de un orden social y político al otro. Sería prematuro cuestionar al Preclásico como verdaderamente "predinástico," pero no hay duda de que el Clásico hizo hincapié en el gobierno dinástico que era ausente o débilmente articulado en épocas anteriores.

Fuentes
  1. Articulo original: http://www.mesoweb.com/reports/cival.html
  2. http://antiquity.ac.uk/ProjGall/belli/belli.html
  3. Reporte de FAMSI acerca de trabajos de Estrada-Belli http://www.famsi.org/reports/07028es/07028esEstradaBelli01.pdf

07 septiembre 2013

¿Dónde descendió Jesucristo cuando visitó a los Nefitas?

Un estudio personal en que el autor, entrelaza escrituras bíblicas, el viaje de Lehi y registros mesoamericanos que hablan de la visita del verdadero Hijo de Dios.

Autor(es): Luis Arsenio Castillo Rodríguez.


Deseo compartir con todos los lectores, el siguiente conocimiento adquirido, a través del estudio de las escrituras. Se trata del posible lugar geográfico de la llamada “tierra de Abundancia”, además de las promesas cumplidas a Efraín y Manasés, que se reflejan en la familia de Lehi, Ismael y José Smith, de acuerdo a  las bendiciones patriarcales.

1. La descendencia de Lehi

El Libro de Mormón  nos indica la descendencia directa de Lehi, quien provenía de Manasés, hijo de José, hijo de Jacob.
“Y Aminadí era descendiente de Nefi, que era hijo de Lehi, que vino de la tierra de Jerusalén, y el cual era descendiente de Manasés, que era hijo de José, el que fue vendido para Egipto por sus hermanos.” (Alma 10:3)
Israel bendice a Efraín y a Manasés para que sean perpetuados sus nombres y se multipliquen  en medio de la tierra. Sabemos que esta promesa se cumplió al llegar Lehi e Ismael a América y expandir allí su descendencia.  
“Y bendijo a José y dijo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día, el Ángel que me redime de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y mi nombre sea llamado en ellos y el nombre de mis padres Abraham e Isaac; y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.” (Génesis 48: 15 - 16)
Otra profecía señala que los vástagos de José se extenderán sobre “el muro”. Entendemos este “muro” como el océano o las “grandes aguas” que dividen al viejo con el nuevo continente. 
“Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se  extienden sobre el muro.” (Génesis 49: 22)
Las mejores bendiciones se le prometen a José y a sus hijos y se simbolizan con el “rocío del cielo” y con “abundancia”.
“… por el Dios de tu padre, el que te ayudará, y por el Omnipotente, el que te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba…” (Génesis 49:25) 
“Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra y abundancia de trigo y de mosto.” (Génesis 27:28)
Analicemos ahora las palabras de Moisés: Esta fue una bendición dada a José, en la que se le prometía una tierra bendita, una tierra de promisión que tendría lo mejor de los cielos y nuevamente se menciona el “rocío”.
“Bendita de Jehová sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío…” (Deuteronomio 33:13)
Continuando con esta bendición dada a José, los versículos 15 y 16 plantean lo siguiente:
“... y con lo mejor de los montes antiguos, y con lo mejor de los collados eternos y con lo mejor de la tierra y su plenitud.” 
Como sabemos y el Libro de Mormón describe; al visitar las Américas Jesús descendió en la “tierra de Abundancia”. En este lugar, se hallaba un Templo, o sea, un “collado eterno” o “monte eterno”. En las escrituras se menciona muchas veces esta analogía. 

Además, es interesante destacar que el nombre “Moroni”, significa “montaña” o “monte antiguo” en idioma maya-chorti; y que esta bendición dada a José, menciona que tendrá “lo mejor de los montes más antiguos”, es decir, El Libro de Mormón, como lo mejor que Moroni podría ayudar a sacar a la luz.

También es posible asociar este hecho con el versículo 11 del salmo 85:
“La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos.”
Podemos reconocer también en este libro del Antiguo Testamento, otros aspectos interesantes con respecto al linaje de los pueblos.
“Su gloria es como el primogénito de su toro, y sus cuernos como cuernos de toro salvaje; con ellos arrinconará a todos los pueblos hasta los confines de la tierra; y éstos son los diez millares de Efraín, y éstos los millares de Manasés."  (Deuteronomio 33:17)
Los cuernos de este toro, podrían ser Efraín y sus descendientes, Ismael y José Smith; y Manasés junto a profetas que escribieron el Libro de Mormón y que descendían de él, tales como Nefi, Alma y Mormón. La escritura dice que “ellos arrinconarán a todos los pueblos hasta los confines de la tierra”, lo que podemos relacionarlo con el recogimiento de Israel y la proclamación del evangelio en todo el mundo, misión que, tal como los cuernos del toro son inseparables, deben efectuar Efraín y Manasés en conjunto por primogenitura y principado.

2. El rocío del cielo

Después de analizar las genealogías, simbolismos y bendiciones patriarcales y descubrir en ellas el reflejo del Libro de Mormón y sus actores principales, intentaremos comprender otros aspectos interesantes.

Notamos que en muchas ocasiones se menciona “el rocío del cielo”.
 “Como el rugido del león es la ira del rey, y su favor, como el rocío sobre la hierba.”   (Proverbios 19:12) 
“... como el rocío del Hermón, que desciende sobre los montes de Sión, porque allí mandó Jehová bendición, la vida eterna.”  (Salmos 133:3) 
“Y el remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío que viene de Jehová, como las lluvias sobre la hierba...”  (Miqueas 5: 7) 
“Y cuando descendía el rocío de noche sobre el campamento, el maná descendía sobre él.”  (Números 11:9) 
“Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como la escarcha sobre la tierra. Y al verla los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.”  (Éxodo 16: 14 - 15)  
Relacionando su propia vida, con este pan dado por Jehová a los israelitas en el desierto, Jesús dijo:
“Yo soy el pan vivo que ha descendido del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre...”  (Juan 6:51)
A diferencia del maná, que satisfacía el hambre en un tiempo determinado, Jesús prometió ser el pan que permite alcanzar la vida eterna. 

Al relacionar ésta con las anteriores citas, comprendemos que Jesús desciende como o con el “rocío del cielo”, tal como lo hacía el maná de la antigüedad,  para entregarnos la dádiva de su amor y la posibilidad de vivir para siempre.

Resumen de los puntos principales descubiertos hasta ahora en estas citas de escrituras:
  • Jesús es el maná o pan de vida que desciende con el “rocío del cielo”.
  • Efraín y Manasés estarán juntos siempre, “hasta los confines de la tierra”, juntos en su misión de recoger al Israel disperso y predicar el evangelio.
  • Se les bendice con el “rocío del cielo”, osea, se les revela Jesucristo.
  • Además son bendecidos con “abundancia”, que asociamos con la “tierra de Abundancia”.
  • Se les promete “lo mejor de la tierra y su plenitud”, o en otras palabras, el Libro de Mormón.
  • Se les bendice con los “mejor de los montes antiguos y lo mejor de los collados eternos”. Asociamos este concepto a los Templos, pero además, al significado del nombre Moroni en idioma chorti-maya. 
3. Lugar [probable] dónde descendió Jesús
“No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia y del occidente te recogeré.” (Isaías 43:5)
En la península de Yucatán en México, hay muchísimas ruinas arqueológicas, pero las más sobresalientes son Tulum y Chichen-Itza. 

Tulum es una imponente ciudad arqueológica situada frente al mar y que tiene grabada en una de sus ruinas principales, la imagen del “dios descendiente”. Conozco personalmente estos lugares pues provengo de esas tierras.

Chichen- Itza,  es famosa por el fenómeno del equinoccio; ya que dos veces al año  se forma la serpiente de luz  que desciende desde la punta principal de la pirámide, hasta la cabeza de la serpiente, formando así 7 triángulos de luz. Lo anterior no tendría gran significado, si no fuera porque los dos centros ceremoniales hacen referencia a un “dios descendente”… a Kukulcan o Quetzalcoatl. 

Creo que ninguno de estos dos lugares mencionados, corresponde a “Abundancia”, pues no se relacionan con las profecías y los símbolos mencionados anteriormente. 

En la literatura hebrea, existe el “midrash”; el método de “éxegesis judía” en que “lo que ya fue, será”  o como dijo Eclesiastés en la Biblia: “Nada hay nuevo debajo del sol",  o sea… todo es un ciclo continuo de repetición.

A los nefitas no se les enseñó la éxegesis judía, salvo a Lehi, Nefi e Ismael que sí la conocían. Recordemos que según este método, todo tiende a repetirse, por ello el Antiguo Testamento se compone de claves, sombras y figuras de lo que ha de venir…  Todo futuro se halla en el pasado, para encontrar las claves del presente y acontecimientos futuros hay que echar una mirada al pasado..
“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro; yo soy Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero…” (Isaías 46: 9 - 10)
Más arriba de Chichen-Itza,  hay otro centro ceremonial  llamado: Izamal (antiguo Etzemal). El nombre de este lugar tiene un hermoso significado: “rocío del cielo”, lo que concuerda con las profecías dadas a Efraín y Manasés (Lehi e Ismael y los profetas del Libro de Mormón).


En esta tierra, en este lugar, fueron bendecidos los nefitas con “lo mejor de los cielos de arriba, el rocío...”;  y ese rocío fue Jesucristo, cuando descendió, tal como lo hizo una vez el maná a los hijos de Israel.

Aparte de que Etzemal, “rocío del cielo”, fue un centro ceremonial importantísimo para los antiguos habitantes de las Américas, también fue y es una tierra de “abundancia”, debido a que posee terrenos fértiles, hay mucha leche, miel y lluvias en su tiempo. La península está rodeada de mares, selvas, arqueología, sabiduría maya, y además existen allí anales antiguos tales como:

El Chimbalam de Chumayel: Libro de los profetas mayas.

La página 29 de este libro sagrado de los mayas dice lo siguiente: 
“...y fue abandonada la ciudad adonde baja la lluvia del rocío, Etzemal (Izamal); allí bajó el hijo del verdadero Dios, Señor del cielo, virgen milagrosa y dijo el rey: bajen las rodelas de Kinich Kakmo, ya no puede reinar aquí… baló su voz y entonces fue reverenciada su divinidad…”
Al leer estas palabras todo empieza a tener sentido. Etzemal se encuentra en Chichen-Itza, donde “desciende la serpiente emplumada de luz” y cerca está Tulum, en donde se encuentra grabada la imagen del “dios descendiente”; todo en la península de Yucatán. Además, relativamente cerca, en Veracruz, México, se halla el “cerro vigía”, que muchos expertos afirman, se trataría del cerro Cumorah de Mormón.

Lehi e Ismael (Efrain y Manasés), en su tierra de promisión, bendecidos con los frutos de los collados antiguos, recibiendo las mejores dádivas de la tierra, la abundancia y el rocío del cielo. Ahí, justamente al conjugarse todos estos elementos, desciende el Hijo de Dios, habló y todos oyeron Su voz...
“Goteará como la lluvia mi doctrina; destilará como el rocío mi palabra, como la llovizna sobre la grama, y como las gotas sobre la hierba.” (Deuteronomio 32:2)
Nuevamente se compara el rocío del cielo con Jesucristo, en este caso con Su palabra o “Su voz”. Y otra cita también señala:
“Y el remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío que viene de Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan al hombre ni aguardan a los hijos de los hombres.” (Miqueas 5:7)
Lehi e Ismael, eran remanente de Jacob proveniente de José, por lo que también son considerados como el “rocío de Jehová”. 

4. El Dios Itzamna y vestigios argeológicos

Izamal fue uno de los sitios importantes de la civilización maya.

Al igual que muchas grandes ciudades y centros poblacionales, Izamal fue parcialmente abandonada después de la destrucción de la liga de Mayapán,  en el periodo posclásico (cronología mesoamericana), hacia el siglo XII.

Por esta razón a la llegada de los españoles el lugar se hallaba prácticamente deshabitado. Era un importante centro de peregrinación dado que ahí se veneraba a Itzamná o Zamná, "Rocío del cielo", el sacerdote patriarca de los Itzá.(1)

Itzamná; es un dios del cielo en el pensamiento maya. Esta deidad reúne grandes opuestos cósmicos: es como un pájaro que representa el cielo y como la serpiente que personifica la tierra.

Como héroe Itzamná inventó la agricultura, la escritura, los calendarios y las creaciones humanas. Dictó la  leyes y siguió gobernando a los mayas por medio de sus elegidos. En los códices se observa escribiendo, es cuando se dice que es el inventor de la escritura. Itzamná  aparece como un anciano sabio de ojos cuadrados, nariz aguileña, igual al dios sol. En su tocado lleva una alhaja de valva de molusco y una cinta con una especie de espejo en forma de flor que se apoya en su frente, la banda adornada con perlas se conoce como itz, que significa “néctar y rocío”.Se dice que Itzamná era el rocío de las nubes y del cielo, el agua sagrada que los mayas recolectaban de la hojas para usar sus ritos y ceremonias.  Itzamná está relacionado con el árbol del mundo, el eje central que unía el cielo, la tierra y el inframundo. (2)  
Los mayas tenían un Dios creador, al que llamaban Hunab Ku. Pero el creador de los hombres era  Itzamná, su hijo; un dios bueno, señor de los cielos, del día y de la noche.

Itzamná era una deidad benévola, siempre amiga del hombre. Nunca se ve asociado con la  destrucción o desastre, no aparece en los códices acompañado de los símbolos de la muerte. (3)

Entre los Mayas, Itzamná es el Dios de la sabiduría, el inventor de las ciencias y los conocimientos, representación viva de nuestro Padre que está en Secreto. Es el inventor de la  sabiduría que sirve al intelecto, la sabiduría de los libros o de la ciencia como la conocemos  en su forma convencional con sus científicos, sus instrumentos y laboratorios.

Itzamná es Dios del cielo, la noche y el día; se le considera espíritu universal de vida que anima al caos para que haya creación. (4) 

Lo anterior, nos ayuda a entender que Itzamna, tal como señalan muchas escrituras,  es,  al igual que Jesucristo,  simbolizado con el rocío del cielo y que descendió en el sitio llamado Izamal (Etzemal), península de Yucatán, México.

Fuentes:

1. Enciclopedia virtual Wikipedia: IZAMAL
2. http://alonzonovelo.com/mitologia/itzamna-mitologia-maya/
3. http://pueblosoriginarios.com/meso/maya/maya/itzamna.html
4. Apuntes de la Antropología Gnóstica

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