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29 octubre 2010

El episodio de la muerte de Labán en el Libro de Mormón

Extracto del libro aún inédito “Testimonios Adicionales de la Veracidad del Libro de Mormón – Insertos en el Propio Libro”.
Por Rafael Diogo Jara.

“Por lo que obedeciendo la voz del Espíritu y cogiendo a Labán por los cabellos, le corté la cabeza con su propia espada.” (1 Nefi 4:18)
Este episodio relatado en El Libro de Mormón, ha constituido una fuente de críticas sobre su autenticidad. Normalmente, los mayores críticos del Libro de Mormón son defensores de la Biblia, quienes suponen que el Libro de Mormón pretende ser un sustituto de la misma, desconociendo su sagrada misión de ser otro testamento de Jesucristo.

Este capítulo no pretende describir los detalles que llevaron a Nefi a realizar este acto, exceptuando decir solamente que fue compelido tres veces por el Espíritu a que lo hiciera (1 Nefi 4:10-12). Tampoco se describirá el tipo de vida malévola de Labán y los justificativos que pudiera tener Nefi para hacerlo. Nos concentraremos en si es posible que Dios lo haya mandado, y si Dios podría disponer que se realizara un hecho semejante.

Primeramente se debe decir que Dios es el Señor de la vida y de la muerte, por Él nacemos y por Él también morimos, disponiendo de los momentos y las ocasiones según su voluntad y propósitos. Como dijo Job “Jehová dio, y Jehová quitó.” (Job 1:21). Sin embargo, Dios hace responsables a los hombres que interfieren maliciosamente tanto en la vida como en la muerte.

En las escrituras hay abundantes referencias a que Dios ha ordenado ejecutar la muerte de determinadas personas. Así como hay abundantes referencias de profetas que fueron grandes a los ojos de Dios y que debieron cumplir designios de esta naturaleza sin perder la santidad.

Téngase presente que el episodio de Nefi que analizamos, ocurrió aproximadamente entre los años 600 y 592 a.C., en plena vigencia de la ley mosaica.

Todos honramos a Abraham, y a este gran hombre se le puso a prueba su fe y confianza en Dios mandándole sacrificar a su propio hijo. Dios lo mandó, y Abraham estuvo dispuesto a hacerlo sin cuestionar la voluntad de Dios. Sin dudas, con gran dolor en el alma, pero confiando en Dios. Finalmente el acto no fue llevado a cabo, porque Dios mismo intercedió diciéndole:
“…No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya sé que temes a Dios, pues no me rehusaste tu hijo, tu único.” (Génesis 22:12).
Abraham fue grande a los ojos de Dios y de su descendencia, la que llegó a ser tan numerosa como las arenas del mar. Este acto fue un símbolo de lo que ocurriría más adelante en el tiempo, cuando Dios mismo debería sacrificar a su propio Hijo Unigénito para salvar a toda la humanidad. La grandeza de Abraham no tiene parangón, y nadie cuestiona lo que estuvo dispuesto a hacer, se lo admira porque obedeció la voz de Dios.

Sin embargo a otros profetas, que también fueron grandes a los ojos de Dios, se les encomendó tareas difíciles como la encomendada a Nefi.

Nadie desconoce la grandeza de Moisés, y nadie cuestiona la muerte de los primogénitos del faraón y su pueblo, donde Moisés tuvo un protagonismo sin precedentes para la liberación del pueblo de Israel. Tampoco se cuestiona el incidente cuando atravesaban el Mar Rojo y Dios le mandó a Moisés diciéndole:
“Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería.” (Éxodo 14:26).
 Según el registro Bíblico, el ejercito del rey de Egipto estaba compuesto por:
“…Seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos,…toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército.” (Éxodo 14:7,9).
Tampoco cuestionamos a Elías, por el incidente en el arroyo de Cisón cuando dijo:
“Prended a los profetas de Baal, que no escape ninguno. Y ellos los prendieron, y los llevó Elías al arroyo Cisón, y allí los degolló.” (1 Reyes 18:40). 
Estos profetas de Baal que fueron degollados eran 450 en total.

Tanto Moisés como Elías, como seres trasladados, estuvieron con Jesús en el Monte de la Transfiguración (Marcos 9:2-4). El obedecer la voz de Dios en ninguna manera hace pecadores o indignos a los hombres, al contrario, los engrandece y exalta.

Por lo tanto, lo que Nefi hizo al matar a Labán, fue menor a una milésima parte de lo que hicieron otros profetas bíblicos también con la aprobación divina. Y no hemos considerado aún los incidentes de Josué al invadir la tierra prometida matando a todos y perdonando solamente a la ramera Rahab (Josué 6:17). Ni tampoco hemos considerado el incidente entre Samuel y Saúl, donde el profeta le manda:
“Ve, pues, y ataca a Amalec, y destruye todo lo que tiene y no te apiades de él; mata a hombres y a mujeres, a niños y hasta a los de pecho, y vacas y ovejas, camellos y asnos.” (1 Samuel 15:3).
Entonces, puede ser difícil para las personas entender los designios de Dios de esta naturaleza, así como también entender los desastres naturales. Para el hombre común la vida termina con la muerte, sin embargo para Dios, no termina con la muerte, ni comienza con el nacimiento. Cuando Él lleva a alguien de esta vida, siempre algún propósito noble existe. A veces, los hombres en este mundo tienden a degenerarse en la maldad y la incredulidad, entorpeciendo la felicidad de los otros hijos de Dios, y en el mundo de los espíritus, tienen la posibilidad de regenerarse. Otras veces, culminaron su estado de probación, y Dios los lleva para sí.

Sin embargo, en cuanto a los episodios relatados, si en alguna manera eran regidos por la ley mosaica, en el meridiano de los tiempos Jesucristo dio fin a esta antigua ley, diciendo:
“Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al malo; antes bien, a cualquiera que te golpee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra… Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:38,44).
Conclusión: Los textos analizados en este capítulo constituyen un testimonio adicional de la veracidad del Libro, porque:

a)  Si juzgáramos a Nefi por el episodio relatado en el capítulo 4, no podría ser menor, ni a Elías, ni a Moisés, ni a Josué, ni al profeta Samuel, y ni a otros profetas bíblicos.
b) Entonces, sí, es posible que Dios le haya mandado a Nefi matar a Labán.
c) También, fue demostrado que Dios podía disponer que se realizaran actos semejantes, como Señor de la vida y de la muerte.

(Rafael Diogo Jara - "Testimonios Adicionales de la Veracidad del Libro de Mormón - Insertos en el Propio Libro").

25 octubre 2010

Las primeras 40 páginas del Libro de Mormón


¿Cuan difícil resultaría para alguien como José Smith describir en 40 páginas, una zona determinada, en un tiempo específico, siendo éste un lugar geográficamente inexplorado para la época; además, escribir sobre sus costumbres, rituales, pensamientos, formas de actuar, etc. y más aún, acertar en cada uno de estos puntos?

Cuando toda esta información salió a la luz en 1830, nadie podía refutarla o discutirla con un respaldo sólido, ya que era muy poco lo que se sabía del desierto, pero ¿qué nos dicen los actuales descubrimientos arqueológicos? ¿existe suficiente información fidedigna para analizar el relato de Lehi en estos días? la solución a estas preguntas es un categórica respuesta afirmativa. Gracias a enormes investigaciones arqueológicas realizadas por eruditos de fama mundial es mucho el material con el que actualmente se cuenta y que evidencia lo relatado en las primeras 40 páginas del Libro de Mormón: cartas, sellos, cajas, objetos desenterrados, escritos, etc. Tal como se pregunta el erudito Nibley:
 "¿Alguien podría haberse imaginado que algún día Lehi sería confrontado con testigos oculares sobre las mismas escenas que él afirma, presenció?"
Todo un mundo de descubrimientos y evidencias de cómo vivía la gente de Oriente en el mismo tiempo en que Lehi salió de Jerusalén. Entonces, ¿podríamos decir que lo anterior evidencia la veracidad del Libro de Mormón y valida a Lehi como un testigo ocular de todos los hechos narrados? Claro que si. En una forma impresionantemente correcta, además de toda la descripción geográfica de lugares y direcciones que ya se ha analizado anteriormente, existen muchas preguntas que ahora son contestadas con evidencias de mucho peso. Nibley realiza una recopilación de preguntas sobre la historia de Lehi y él mismo se da el trabajo de contestarlas una a una con un solido respaldo investigativo de fuentes comprobables y reales, muchas preguntas que antes no tenían respuestas y que ahora si las tienen gracias a estos avances en la investigación.

Les invito a que realicen el siguiente ejercicio: imaginen que a ustedes les hacen las siguientes preguntas e intenten responderlas sin equivocarse. Luego consulten el libro "Lehi en el Desierto y el Mundo de los Jareditas". Hugh B. Nibley. (Lo pueden descargar de www.bibliotecasud.blogspot.com) ya que en él se encuentran las respuestas a dichas interrogantes. A continuación comparen sus resultados, verán cómo se sorprenderan, les aseguro de que de inmediato se preguntarán ¿cómo podría saber José Smith todo esto si solo era un campesino en 1800? la respuesta llegará sola, José Smith tradujo el Libro de Mormon por que este fue escrito por testigos oculares de esa época.

¿Todo esto en solo las primeras 40 páginas del Libro de Mormón? si, solo en sus primeras 40 páginas. Si esto les sorprende imaginense que ocurre en todo el resto del libro, que también contiene maravillosa información escrita por personajes que realmente vivieron en esa época.

“A la luz de toda esta nueva evidencia, la defensa solicita de la manera más atenta que el caso sea reabierto.

De modo que Lehi y los nuevos testigos son examinados paralelamente y sus respuestas comparadas.

Las preguntas son breves y concisas:

¿Cuál es tu nombre? ¿No sabes que ése nombre no corresponde al de una persona? (un vino se produce desde la época de Lehi y lleva el nombre Lehi, no uno fuera de lo común.) ¿Dónde vivías en aquella época? ¿Qué quieres decir con “la tierra de Jerusalén”? ¿No significa la ciudad de Jerusalén? (la defensa presenta una antigua carta que muestra que el territorio aledaño a la ciudad era conocido como la tierra de Jerusalén.) ¿Quiénes gobernaban Jerusalén? ¿Qué clase de hombres eran? ¿Qué les hiciste para que se volvieran en tu contra? ¿De dónde obtuviste la gran riqueza de la que hablan tus hijos? ¿Cómo aprendiste el idioma egipcio? ¿No era una pérdida de tiempo? ¿Por qué no aprendiste el babilonio, un idioma mucho mas parecido al tuyo? ¿Cuál fue el problema suscitado entre los miembros de tu familia?

Tengo una lista de nombres aquí –de tus pretendidos familiares y antepasados:

¿esperas que la corte crea que son genuinos? Si es una lista auténtica, ¿Por qué no contiene nombres con el prefijo Baal? Dices que tenías sueños: ¿sobre qué? ¿Un río? ¿Qué clase de río? ¿Qué es esa locura del “vapor de tinieblas”? ¿Has visto algo parecido mientras has estado despierto? (docenas de testigos declaran.) ¿No crees que un sueño es un pretexto débil y patético para abandonar tu hogar y salir del país? ¿En que dirección huiste? ¿Cómo pudiste formar una gran caravana sin ser experto en ello? ¿Qué te llevaste? ¿Viajaste a pie? ¿Cómo te las arreglaste para sobrevivir con mujeres y niños en un terrible desierto? ¿Cómo escapaste de ser asesinado por vagabundos y merodeadores? ¿No sabes lo peligroso que puede ser el desierto? ¿De qué te alimentaste? ¿Viajaste continuamente? Cuando acampaste, ¿qué fue la primera cosa que hiciste? ¿Qué tipo de altar? ¿Qué tipo de presa cazaste? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Quién fue el cazador? Dices que tu hijo hizo un arco; ¿en qué parte de la desolada Arabia encontró madera para tal cosa? ¿Qué derecho tenías para ir por ahí dando nuevos nombres a los lugares? ¿Crees que alguna persona en sus cabales le daría al río y la valle nombres diferentes? (una oleada de protestas de los Arabes presentes en la sala se deja escuchar.) ¿Alguien llamaría al Mar Rojo una fuente? ¿Desconoces que no hay ríos en Arabia? Ese breve discurso que diste a tus hijos, ¿no te parece un poco rebuscado? (mas protestas por parte de los Beduinos.) ¿No te parece algo tonto describir un valle como “firme e inmutable”? ¿Dónde estuvieron tus hijos cuando regresaron a Jerusalén? ¿Qué es eso de una cueva? ¿No son las planchas de metal un material mas difícil para grabar registros en el? ¿No son cincuenta hombres una cantidad pequeñamente ridícula para una guarnición en una ciudad como Jerusalén?

Describes encuentros nocturnos entre los ancianos y el comandante: ¿no hubiera sido más sensato sostener tales encuentros durante el día? ¿Quieres que la corte crea que llevaste semillas durante un viaje tan largo y agotador? ¿Estás intentando decirle a la corte que encontraste un paraíso en el borde sur de la región más inhóspita de la tierra?

Y así sucesivamente. Quizá el lector pudiera agregar algunas preguntas a la lista—hay mas de cien posibilidades señaladas en nuestro estudio y la mayoría de ellas nadie en el mundo podría haberlas respondido correctamente hace 120 años.

El autor de 1er. Nefi fue confrontado con cerca de cien problemas interrelacionados delicadamente y de extrema dificultad. La probabilidad de salir airoso con una declaración plausible por simples conjeturas una o dos veces es suficientemente vaga, pero las probabilidades de repetir acertadamente cien veces en rápida sucesión es infinitamente remota. El mundo a través del cual Lehi viajó, era para el ciudadano occidental de 1830 un acertijo indescifrable, perdido en la profundidad de una impenetrable niebla; los mejores estudiantes de la Biblia estaban irremediablemente mal informados sobre Palestina y el estudio científico de la Tierra Santa da inicio con Edward Robinson recién en 1838."

20 octubre 2010

El arco de Nefi



Las cosas se pusieron verdaderamente difíciles cuando Nefi rompió su arco de fino acero, ya que los arcos de sus hermanos habían “perdido su elasticidad” (1 Nefi. 16:21; note el peculiar uso semítico del plural por un sustantivo de calidad) y a pesar de ser hábiles en el arte de la caza, sabían muy poco sobre la fabricación de arcos, actividad reservada para especialistas, incluso entre los pueblos mas primitivos.

De manera incidental vale la pena recordar que los expertos en arquería mencionan que un buen arco mantiene su elasticidad durante aproximadamente cien mil disparos; por lo que uno podría calcular que la compañía de Lehi, en el momento de la crisis de los arcos habían estado viajando por lo menos de uno a tres años. Quedaba fuera de toda posibilidad fabricar el familiar arco de fino acero, y fue algo sorprendente cuando Nefi “hizo un arco de madera” (1 Ne. 16:23); un cazador, el mas precavido de los hombres, ni en sueños estaría dispuesto a dejar su arco de fino acero por un arco común y corriente. Aunque parece simple al leerlo, fue una gran hazaña de Nefi el hacer un arco, así como posteriormente lo sería la construcción del barco, y justificadamente se enorgullece de su proeza.

De acuerdo con los antiguos escritores árabes, la única madera útil para la fabricación de un arco disponible en toda Arabia era la madera del nabc que crecía únicamente “en medio de los peñascos agrestes e inaccesibles” de los montes Jasum y Azd, los cuales están situados exactamente en la región en donde, si seguimos el relato del Libro de Mormón, ocurrió el incidente del arco roto. 
 
¡Cuántos factores deben estar correctamente concebidos y correlacionados para hacer que la aparentemente simple historia del arco de Nefi parezca auténtica! Las elevadas montañas cercanas al Mar Rojo en un considerable viaje descendente hacia la costa; la presa en los cerros; cazando con arco y honda; el hallazgo de madera para hacer arcos visto por la compañía como una especie de milagro –¿Qué posibilidad hay de reproducir tal situación por mera conjetura?

Fuente
 
Lehi en el Desierto y el Mundo de los Jareditas. pag.45-46

18 octubre 2010

Figura literaria egipcia en el Libro de Mormón



Los primeros tres versículos de 1er. Nefi son totalmente diferentes del resto del texto; son un típico prefacio o introducción, una figura literaria que frecuentemente aparece en las composiciones egipcias. 
Un ejemplo de ello es el famoso papiro Bremen-Rhind, que inicia con un prefacio que contiene:
(1) la fecha, 
(2) el nombre de su autor, Nasim,
(3) los nombres de sus padres y una descripción de sus virtudes, con un especial énfasis sobre el llamado profético de su padre,
(4) una maldición lanzada en contra de todo aquel que pretenda “apropiarse del libro,” probablemente “debido al temor de que el libro pudiera llegar a caer en manos impuras.”(1)

Compárese lo anteriormente expuesto con el prefacio o prólogo escrito por Nefi:

(1) su nombre,
(2) los méritos de sus padres, llamando particularmente la atención del lector sobre las valiosas lecciones aprendidas de su padre,
(3) una solemne declaración (equivalente a la maldición de Nasim) sobre la veracidad de la historia, así como la aseveración, “y se escribe por mi propia mano” (1 Ne. 1:3) condición indispensable de cualquier introducción auténtica, ya que su propósito es establecer con claridad la identidad del primer redactor (no del último escribiente) del texto.

Las obras literarias egipcias regularmente cierran con la fórmula iw-f-pw “por lo tanto así es” “y de manera que así es.” 2 Nefi concluye las principales partes de su libro con la frase, “Y así es, Amén” (1 Ne. 9:6; 14:30; 22:31).

Fuentes:
  1. Raymond O. Faulkner, "The Bremner-Rhind Papyrus," JEA 23 (1937): 10; EliasJ. Bickerman, "El Prólogo del Libro Griego de Esther," JBL 63 (1944): 339-62,muestra que la tradición de un prólogo o introducción era preservado cuidadosamente en Egipto; Francis L. Griffith, "The Teaching of Amenophis the Son of Kanakht, Papyrus B.M. 10474," JEA 12 (1926): 195.
  2. Con la fórmula iw-f-pw concluye la historia de Sinuhé y las Máximas de las Sagas de Ptahotep y Kagemeni. Kurt Sethe, Aegyptische Lesestücke (Leipzig:Hinrich, 1924), 17, 42, 43, and Erläuterungen zu den Aegyptischen Lesestücken (Leipzig: Hinrich, 1927), 21, 58, 61. Con la frase " y así termino" concluye la Disertacion de Amenophis. Griffith, "The Teaching of Amenophis the Son of Kanakht, Papyrus B.M. 10474," 225.
  3. Lehi en el Desierto y el Mundo de los Jareditas. Hugh B. Nibley. Pag 18

15 octubre 2010

El Dios blanco en América

Traducido con autorización de Jeff Lindsay de su sitio personal http://www.jefflindsay.com/.
Este artículo específicamente ha sido traducido de http://jefflindsay.com/bme9.shtml.


Traducción: Marco Royo.

Recuerdo el asombro que me causó en la Universidad en la asignatura de Historia de América, cuando la profesora enseñó que a Cortés se le reverenció como el Dios blanco que visitó las Américas y que prometió regresar, y lo más impactante fue que apareció Cortés el día en que el calendario azteca decía que iba a regresar. Enseguida vi la conexión con el Libro de Mormón.

No todas las leyendas tienen alguna relación con el Libro de Mormón, pues algunas de ellas las tergiversaron los españoles para sus propios fines. Además, algunos amerindios pudieron usar las leyendas del Dios blanco para impresionar a sus nuevos señores. Y por eso los críticos acusan: "¿Por qué no existe un retazo de evidencia que apoye al Libro de Mormón?". Se les respondería con la evidencia más importante de todas: la de una posible visita de Cristo a América, conservada en las leyendas de Mesoamérica, el área del Libro de Mormón.

Mientras que a algunas leyendas se les ha dado un matiz español, existe razón para creer que los pueblos precolombinos mesoamericanos tenían leyendas coherentes con algunas ideas clave del Libro de Mormón. Se debe tener precaución al interpretar estos mitos por acusar la influencia española para posiblemente aumentar el deseo de los indígenas de aceptar el cristianismo. Además, se debe enfrentar con la posibilidad de la referencia mesoamericana de Quetzalcoatl como Quetzalcoatl el dios, o a fiel seguidor de Quetzalcoatl, o a Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl, el héroe cultural. Pero tomando las debidas precauciones, creo que merece la pena revisitar las leyendas y tradiciones de Mesoamérica como testigos provisionales de la visita de Cristo y la existencia del Evangelio entre los antiguos habitantes de Mesoamérica.

Diane E. Wirth en "The Bearded, White God Is Everywhere - or Is He?", FARMS Review of Books, vol. 12, no. 1, 2000, pp. 9-22, escribe (citando las páginas 12-13):
Aunque es cierto que la leyenda original tiene un "tamiz", el mito del "regreso" puede derivar de una creencia original y genuina entre los indígenas. Uno de sus principales partidarios es David Carrasco de la Universidad Princeton. Carrasco escribe, "Existen referencias en las fuentes de primera mano acerca del esperado regreso de Quetzalcoatl.... Estas referencias sugieren con fuerza que la creencia en el regreso de Quetzalcoatl era una actitud precolombina y no, como algunos han insinuado, inventada por los españoles." [David Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire: Myths and Prophecies in the Aztec Tradition (Chicago: University of Chicago Press, 1982), 192. Véase la página 192 y siguientes para los argumentos y fuentes de Carrasco.] Ahora bien, existe diferencia alguna si los relatos se refieren al regreso del dios Quetzalcoatl o a Ce Acati Topiltzin Quetzalcoatl - el gran héroe cultural? Indirectamente, no. Para la comunidad mesoamericana el pasado, el presente, y el futuro se entretejían. Los rituales a menudo se dramatizaban con el propósito expreso de incluir hechos que ocurrieron en el pasado. Buen ejemplo de esta mentalidad se registra en los Anales de Cuauhtitlan, que se escribieron originalmente en lengua nativa y se registraron en la historia pre-Cortesiana del Valle de México. [Véase John Bierhorst, trans., History and Mythology of the Aztecs: The Codex Chimalpopoca (Tucson: University of Arizona Press, 1992). 10. See ibid., p. 36.] Los Anales cuentan la biografía del héroe cultural Topiltzin Quetzalcoatl quien, según este relato, vivió entre los años 817-95. A su muerte Topiltzin Quetzalcoatl milagrosamente se convirtió en una estrella, el Señor del Amanecer - se convirtió en lo que llamamos el planeta Venus. Fue en ese tiempo que descendió al mundo de los muertos. [ibid., p. 36] No es sino la repetición de lo que se dijo que su dios Quetzalcoatl había hecho; por eso los cuentacuentos pudieron transmitir los hechos del pasado al presente. Se muestra a la deidad Quetzalcoatl claramente en los códices como el planeta Venus y como el dios que descendió al reino de los muertos. Es cierto que no se puede saber con total certeza si el relato del regreso de Topiltzin Quetzalcoatl también se refiera a la deidad Quetzalcoatl, pero existe una alta probabilidad de que así lo sea.
Más recientemente, Diane Wirth hizo un detallado análisis de las posibles relaciones entre Quetzalcoatl y Jesucristo en su artículo "Quetzalcoatl, the Maya Maize God, and Jesus Christ" en Journal of Book of Mormon Studies, Vol. 11, No. 1, 2002, tambien disponible en formato PDF o en formato de texto.
Algunos estudiosos de Mesoamérica asocian Quetzalcoatl y temas de la resurrección, como explica John Sorenson en Images of Ancient America: Visualizing Book of Mormon Life (Provo, Utah: Research Press, 1998, p. 230):
El tratamiento más popular de la interpretación salvadora es la de Laurette Séjourné, Burning in Water: Thought and Religion in Ancient Mexico (Berkeley: Shambhala, 1976) quien contempla a Quetzalcoatl como dios en el culto de la resurrección que es mayormente visible en Teotihuacan. Michel Graulich insiste que elementos del mito mexicano que se han considerado frutos de la influencia española cristiana, representan creencias precolombinas (véase su artículo "Afterlife in Ancient Mexican Thought," en Circumpacifica, Band I: Mittel- und Südamerika, Festschrift für Thomas S. Bartel, ed. Bruno Ilius and Matthias Laubscher [Frankfurt, Peter Lang, 1990], 165-88). Mantiene que las fuentes, cuando se leen correctamente, hablan de una pareja que vivía en el paraíso del que fueron expulsados a causa de transgresión. Fueron rescatados de su estado atroz por el autosacrificio del dios Quetzalcoatl, o el de él o su gemelo, y esto les permite escapar del inframundo y les provee de una comprensión por el cual los hombres y mujeres que emulan sus cualidades, pueden alcanzar el paraíso perdido.
No se debe olvidar que entender lo que realmente creían los pueblos antiguos es muy difícil, especialmente al tratar con la América Antigua de donde se conserva poca documentación escrita. Brant Gardner, erudito SUD, ha examinado las leyendas y fuentes de Quetzalcoatl en profundidad y advierte de que se debe tener mucha precaución en entender cualquier conexión con el Libro de Mormón, a causa de los cambios e interpolaciones de los españoles. Incluso el "blanco" de la leyenda del Gran Dios Blanco se puede deber a nuestro punto de vista cultural y a pensar anhelosamente en aplicarlo a las leyendas indígenas.

A pesar del grado de incertidumbre, varios escritores SUD sugieren que todavía existen algunos elementos que pueden ser de interés para el Libro de Mormón. Wallace E. Hunt, Jr., en "Moses' Brazen Serpent as It Relates To Serpent Worship in Mesoamerica" (FARMS Journal of Book of Mormon Studies, vol. 2, no. 2, 1993, p. 122) observa la presencia de evidencia que relaciona a Quetzalcoatl con un ser semejante a Cristo (evidencia que se debe tomar con precaución, preferiblemente después de leer los escritos de Gardener citados más arriba).Según Hunt, aunque el origen de Quetzalcoatl se empaña en la oscuridad, las leyendas, los pocos documentos precolombinos existentes en la actualidad, y los primeros documentos después de la conquista contienen abundancia de material de este antiguo y reverenciado dios. Estos relatos son contradictorios y muy ampliamente en los atributos del dios y de cómo se le adoraba debido indudablemente a un milenio de digresiones del concepto original del fin del Libro de Mormón hasta el momento de la conquista. Sin embargo, a pesar de todo este laberinto, descubrimos que los mesoamericanos investían consistentemente a Quetzalcoatl con muchos atributos de Cristo, algunos de los cuales se listan a continuación:
--Quetzalcoatl era el creador de la vida. [1]
--Quetzalcoatl enseñó la virtud. [2]
--Quetzalcoatl era el mayor Señor de todos. [3]
--Quetzalcoatl tenía "larga barba y los rasgos de un hombre blanco." [4]
--Los mesoamericanos creían que Quetzalcoatl regresaría. [5] Referencias citadsa por Hunt:

1. Roberta H. Markman and Peter Markman, The Flayed God: The Mesoamerican Mythological Tradition (San Francisco: Harper, 1992), 32;véase también Delia Goetz and Sylvanus G. Morley, trans., Popol Vuh (Norman, OK: University of Oklahoma Press, 1975), p. 83.
2. Charles Gallenkamp, The Riddle and Rediscovery of a Lost Civilization: Maya, 3d ed. (New York: Penguin, 1987), p. 166.
3. David Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire (Chicago: University of Chicago Press, 1992), p. 43.
4. T. A. Willard, Kukulcan: The Bearded Conqueror (Los Angeles: Murray and Gee, 1941), p. 159.
5. Bernal Diaz, The Conquest of New Spain, trans. J. M. Cohen (London: Penguin, 1963); véase también Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire, p. 48; y Brian M. Fagan, Kingdoms of Gold: Kingdoms of Jade (New York: Thames and Hudson, 1991), p. 37; y Adrian Recinos y Delia Goetz, The Annals of the Cakchizuels (Norman, OK: University of Oklahoma, 1953), p. 40.
Si estas conexiones son correctas, el análisis de Hunt de la serpiente emplumada como símbolo de Quetzalcoatl en Mesoamerica puede ser de particular interés. Hunt sugiere que este símbolo se puede relacionar con el relato del Antiguo Testamento de la serpiente de bronce que hizo Moisés, que permitía a los israelitas ser sanados de las mordeduras venenosas de las serpientes ardientes que hubo entre ellos (Números 21:6-9, donde al parecer se encontraron estas serpientes cerca del Arabá o Valle de Arabá entre el Sinaí e Israel). El Libro de Mormón indica que eran "serpientes ardientes voladoras" en 1 Nefi 17:41, afirmación que parece no estar apoyado en el texto bíblico (véase también Alma 33:19-21). Sin embargo, la mención de Isaias de "serpientes ardientes voladoras" en Isaias 14:29 y 30:6 sugiere que pudiera ser lo que los israelitas encontraron en el desierto (aunque las referencias de Isaias para tales criaturas no estén en el contexto del Éxodo). numerosos textos extrabíblicos apuntan a una tradición antigua de que las serpientes que plagaron a los israelitas eran serpientes "voladoras". Citemos de nuevo a Hunt (p. 128-129):

Este uso del término volador en relación con la serpiente de bronce de Moisés se apoya indirectamente por numerosas obras de eruditos modernos. Por ejemplo, Karen Joines observa en su exhaustivo estudio sobre la materia que a la palabra hebrea para serpiente utilizado en Números "se le puede atribuir alas." [6] . . . Henry también sugiere que las serpientes "volaban hasta sus caras y los empozoñaban." [7] Además, existen relatos aislados de serpientes aladas en esta área del desierto. Joines cita a Heródoto al creer que "este desierto era el refugio para las serpientes voladoras." [8] Bush, aunque no da crédito al concepto, está de acuerdo en que "la idea popular por alguna razón inviste a estas serpientes con alas . . . [y] se supone que se le dio el epíteto volador de su poder de saltar a una distancia al ir de árbol en árbol." [9] Acaso el análisis de Auerbach sea la más significativa: la serpiente "no sólo se la colocaba sobrer el polo; se le designaría suficientemente por makkel o sencillamente 'es. Más bien, se relacionó con el 'mástil.' " [10] De esta manera, la serpiente aparecería como una bandera como si estuviera volando. [11] Si de hecho Moisés hubiera extendido su serpiente de bronce y colocado perpendicular a su polo, cumpliría plenamente con la descripción "serpiente ardiente voladora".

De este modo el uso que Nefi hace del término volador (y muy probablemente su uso por otros líderes del Libro de Mormón) se habría trasladado a las creencias religiosas tardías de los mesoamericanos, puesto que se hallan en Mesoamérica aplicaciones del término volador relacionado con las representaciones de su dios como serpiente. Por ejemplo, Carrasco se refiere a la fuente mixteca que contiene relatos en el que refiere a Quetzalcoatl como el nombre calendárico "9 Ehecatl" o "serpiente voladora." [12] Nicholson informa que los otomíes (coetáneos de los Aztecas, siendo el idioma otomí el segundo en importancia después del Nahuatl), en una de sus ceremonias en honor de Quetzalcoatl, le atribuye la palabra antazhoni, que significa "Gran Volador," a Quetzalcoatl. [13]

Referencias citadas por Hunt:

6. Karen R. Joines, Serpent Symbolism in the Old Testament (Haddonfield, NJ: Haddonfield House, 1974), p. 8. Sturdy también indica que la palabra se traducía a menudo com "serpientes voladoras"; John Sturdy, Numbers (Cambridge, England: Cambridge University, 1976), p. 148.
7. Matthew Henry, An Exposition of the Old and New Testament, 4 vols. (New York: Carter & Bros., 1853), 1:543.
8. Joines, Serpent Symbolism in the Old Testament, 44.
9. George Bush, Notes, Critical and Practical, on the Book of Numbers (Oxford: Oxford University, 1868), p. 313.
10. Elias Auerbach, Moses, traducción de Robert Barchay e Israel Lehman (Detroit: Wayne State University, 1975), p. 137. Bush, Notes, Critical and Practical, on the Book of Numbers, p. 316, también llega a la misma conclusióna. Afirma que "significa apropiadamente el asta de bandera."
11. Consistente con este concepto eran las palabras del profeta maya Chilam Balam de Mani: "El dios resucitado de madera volverá....Nuestro señor viene, Itza! Viene nuestro hermanos mayor, oh hombres de Tantun. Recibid a vuestros invitados, a los hombres barbados, a los hombres del este, los portadores de la señal de Dios, Señor"; Ralph L. Roys, The Book of the Chilam Balam of Chumayel (Norman: University of Oklahoma Press, 1967), p. 167-68.
12. Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire, 28; alsotambién, Sylvanus G. Morley y George W. Brainerd, The Ancient Maya, 4th ed. (Stanford: Stanford University, 1983), p. 470, sugieren que los dos nombres pueden designar al mismo Dios.
13. Henry B. Nicholson, "Religion in Pre-Hispanic Central Mexico," en Gordon F. Ekholm e Ignacio Bernal, eds., Handbook of Middle American Indians, 15 vols. (Austin: University of Texas Press, 1964-76), 10:tabla 4, ejemplo 4.
EL propósito no es averiguar si las serpientes puedan realmente volar, sino si es plausible para el antiguo profeta hebreo en la época de Nefi hablar de serpientes ardientes "voladoras" en vez de las serpientes ardientes que se conocen en la Biblia. No se sabe cuál sería la fuente del término "volador", quizá alguien utilizara el término "volador" porque las serpientes eran serpientes que se arrastraban por los árboles o cobras con unas aletas de piel a semejanza de "alas" que simularían mantenerlas en vertical (después de todo existen cobras en Egipto), o acaso la palabra "voladora" se debía a algún oscuro giro sobre una palabra hebrea o incluso a un tardío malentendido, o a la leyenda derivada de la creación de la serpiente de bronce por Moisés en un asta. Independientemente de su significado, el hecho es que existen tradiciones antiguas que dan apoyo a que el hebreo antiguo hubiere utilizado la palabra "voladora" pata modificar "serpientes ardientes" encontradas por los hebreos mientras deambulaban por el desierto. El pueblo fue mordido, pero Dios en su misericordia proveyó una cura milagrosa que también sirvió de poderosa herramienta de enseñanza.

Algunos críticos se han reido a carcajadas sobre las "serpientes ardientes voladoras" citadas en el Libro de Mormón. "¿Se supone creer que Dios creó algunas criaturas volantes semejantes a dragones con aliento de fuego? ¿Cómo alguien en su sano juicio puede aceptar tal cuento?" Una pregunta más razonable, raramente contestada por los críticos, es "¿Qué podría significar el texto realemente?" Se ha especulado que las serpientes arbolícolas pudieran ser vistas y descritas como serpientes voladoras y esa idea se tornó más interesante cuando se aprende de que existen serpientes arbolícolas voladoras en Asia. Aunque ciertamente no sean las mismas que las descritas en el Éxodo, su existencia demuestra las denominadas "serpientes voladoras" son posibles. Se puede encontrar información básica sobre estas criaturas con fotos de las serpientes en vuelo en:
Estas serpientes voladoras no viven en la parte del mundo por donde fueron los israelitas. Existen algunas serpientes voladoras en la costa occidental de la India (no se puede descartar la remota posibilidad de que alguna especie relacionada de serpientes dotadas aerodinámicamente pudieron haber existido en Oriente Medio). Más conocidas por serpientes voladoras, no son los suficientemente ponzoñosas como para matar a una persona. Más que las serpientes arbolícolas, una candidata más probable para las serpientes ardientes voladoras de 1 NeFi pudieran ser un miembro de la familia de la mortífera víbora de escama de sierra, según Ronald P. Millett y John P. Pratt en, "What Fiery Flying Serpent Symbolized Christ?," Meridian Magazine, Aug. 9, 2001, online en http://www.meridianmagazine.com/sci_rel/000609serpent.html. Las víboras de escama de sierra viven en la región de Israel y se las conoce por matar a los humanos con un veneno de acción lenta, tienen una picadura ardiente y atacan tan rápidamente que se dice que son "voladoras", pueden saltar cuando atacan, e incluso son de color rojizo que se podrían representar por una serpiente de bronce. Como observan los autores, "un diccionario bíblico explica que la palabra "voladora" aún se utiliza en el árabe moderno para "referir la velocidad con que tales reptiles atacan." [New Bible Dictionary, "Serpent," Tyndall House, 1982, p. 1091] (A las cobras se las representa en el arte egipcio antiguo con alas. Puede verse un ejemplo en la web, Animals and the Gods of Ancient Egypt de Caroline Seawright, donde se muestra una escultura de Wadjet, la diosa cobra, como una cobra con alas y cabeza humana.)

Si José Smith se hubiera inventado el Libro de Mormón, Había estado loco de sacar la idea de que las serpientes que afligieron a los israelitas eran serpientes "voladoras", pero este añadido en el texto del Libro de Mormón lo apoyan varias fuentes antiguas, proveyendo evidencia adicional de que el Libro de Mormón es un texto auténtico, y también muestra una fuente factible para el uso generalizado de las serpientes emplumadas (o voladoras) como símbolo del gran Dios, como la serpiente sobre el asta que Moisés hizo como símbolo del poder sanador y de la Expiación de Cristo.
Y si las leyendas aztecas, mayas y de otros pueblos precolombinos en verdad refieren la visita de Jesús, ¿no se pueden esperar vestigios de rituales cristianos que hayan perdurado a pesar de la gran apostasía y persecución descritas en el Libro de Mormón entre los años 300 y 400 después de Cristo? Un vestigio pudiera ser el bautismo de niños mayores, como seas I analiza en Questions about LDS Baptism. Los rituales mayas descubiertos por los españoles incluían conceptos de ser renacidos, purificados y preparados para la otra vida, arrepentimiento de los pecados, confesión a un sacerdote, el símbolo de la ropa blanca, y ser llamados con un nombre que significaría "la descendencia de dios"" Estos notables paralelos con las enseñanzas del Libro de Mormón se pueden deber a las enseñanzas del bautismo que Cristo dio a su pueblo en las Américas, cuando les ministró después de su resurrección(véase 3 Nefi 11).
Otros eruditos descubren paralelismos entre tradiciones mesoamericanas y Jesucristo sin considerar la conexión mormona, pero es interesante que tengan este tipo de consideraciones. Un ejemplo interesante digno de leer y considerar es el artículo de Bruce Lane, "The Making of 'The Tree Of Life,'" en Quaker Theology, Vol. 4, No. 2, Issue 7, Autumn 2002, dispònible en http://www.quaker.org/quest/issue7-4-lane04.htm, en el que observa interesantes paralelismos entre tradiciones mesoamericanas y Jesucristo. Se encuentran en su proyecto de hacer una película acerca del ritual altamente simbólico de los "Voladores" que consiste en hombres que cuelgan del gran árbol de la vida cuando giran en círculo. Se dan mayores detalles en http://www.docfilm.com/quakers/makingTOL.html. La siguiente cita de Bruce Lane se hallan en ambas páginas web mencionadas:

Los sacerdotes españoles trajeron consigo estatuas de un dios blanco barbado en un ejemplar de madera del símbolo de los cuatro vientos. Decían los totonacas que este dios se había sacrificado para que no se necesitara hacer más sacrificios humanos y que lo aceptarían como su dios en lugar de los demás. Debido a que Quetzalcoatl, representado como blanco y barbado, había profetizado su regreso en el año en que llegó Cortés, mi suposición es que los totonacas identificaron la imagen del Cristo blanco y barbado como Quetzalcoatl. Quizá no haya manera de probar o desaprobar esta hipótesis, pero existe la evidencia circunstancial. El modelo de los Voladores de Huehuetla es San Salvador, el Cristo resucitado -- manifestación lógica del regreso de Quetzalcoatl. Y puesto que Cortés y sus hombres afirmaron ser los seguidores de Quetzalcoatl, tendría sentido que los Voladores se vistieran a la europea. Análogamente, el Árbol Floreciente se podría identificar fácilmente con el Árbol de la Vida, el árbol de las Cuatro Direcciones al cual el segundo Quetzalcoatl sería clavado. Esta explicación parecer relacionarse con las transformaciones simbólicas en el ritual de los Voladores. Finalmente, y acaso lo más extraño de todo, Cristo fue de hecho la respuesta mitológica perfecta al problema mesoamericano: el dios que se sacrificaba para terminar con todos los sacrificios.

Además de explicar el ritual Volador ritual, para mí esta interpretación me creó por primera vez una sensación fuera de la, por otro lado desconcertante idea central de la teología cristiana: que Cristo se ofreció a si mismo como sacrificio para expiar los pecados de la humanidad. Pero también suscita nuevas preguntas que estoy tratando de contestar. ¿Cómo podría una teología nacida en Oriente "resolver" un problema mítico en el otro hemisferio del mundo? Descartando la fantasía mormona de una tribu perdida, seguramente la respuesta debe residir en una concepción foránea del papel del sacrificio humano en el desarrollo de las sociedades humanas. ¿Por qué fue el sacrificio humano tan extendido y por qué parece suceder en sociedades agrícolas antiguas?

El autor, a pesar de la impresionante bibliografía y la intensa investigación en las tradiciones mesoamericanas para su proyecto de filmar la película, desechó las posibles relaciones entre el Libro de Mormón y las leyendas mesoamericanas. Tales relaciones quizá no sean tan extendidas como quisiera y acaso algunos aspectos del tema se hayan tratado con sensacionalismo en el pasado o sean productos accidentales de la influencia española. Pero aún así, ahí queda una auténtica posibilidad de una conexión real entre el Libro de Mormón y las antiguas leyendas de Quetzalcoatl y demás figuras semejantes a Cristo en la América antigua.

12 octubre 2010

Las cimitarras del Libro de Mormón

 Extracto de "Testimonios Adicionales de la Veracidad del Libro de Mormón - Insertos en el Propio Libro" de  Rafael Diogo Jara

Ejemplo de un modelo de espada curva denominada "cimitarra"
"Y aconteció que los armé con arcos y con flechas, con espadas y con cimitarras, con mazas y con hondas, y con cuanto género de armas pudimos inventar..." (Mosíah 9:16)

Las armas que menciona  Zeniff en esta cita, exceptuando la cimitarra, son armas que la arqueología y la historia han mencionado con características comunes de las que usaban los pueblos de América. El arco, la flecha, mazas y hondas, pueden encontrarse en cualquier museo o libro de historia y estos registros son evidencia de que eran utilizadas hasta por los indígenas de nuestro país.

Lo que José Smith traduce como “cimeters”, o su equivalente “cimitarra” en español, se entiende por una espada curva y quizá fue esa la palabra del lenguaje moderno que encontró para designarla. Aunque las espadas curvas fueron utilizadas por diferentes pueblos en diversas épocas de la historia, y cada una de ellas tenía su propia denominación, sin ser expertos en el tema, en general se las denomina a todas con el término “cimitarra”.

Es probable que el arma en la cita referida haya sido inventada por los nefitas o lamanitas, ya que Zeniff hace referencia a que inventaban armas. Las armas van evolucionando y se van sustituyendo por las más modernas o más efectivas. Este tipo de arma, traducida por José Smith como “cimitarra”, es mencionada varias veces en el Libro de Mormón siendo utilizada tanto por nefitas como por lamanitas, y se las mencionaba conjuntamente con las espadas. Sin embargo la cimitarra deja de mencionarse aproximadamente en el año 52 a.C. (Helamán 1:14). Aunque la espada se siguió mencionando hasta la batalla final de Mormón aproximadamente entre los años 400 y 421 d.C. la cimitarra, al ser curva era un arma usada para que cortara, siguiera su trayectoria y no se incrustara. Aproximadamente en el año 74 A.C. ya se comenzaba a mencionar que los ejércitos nefitas iban protegidos con escudos, con ropa gruesa (Alma 43:19) y con cascos (Alma 43:38), por lo que la cimitarra ya no resultaba tan efectiva, y posiblemente se discontinuó su uso.

Conclusión: El texto analizado en este capítulo constituye un testimonio adicional de la veracidad del Libro, porque: 
a) Aunque la palabra utilizada para designar a esta arma es la misma con la que se designa a otras armas de otros pueblos, nada indica que los pueblos de América no hayan tenido la capacidad de inventar una espada curva con características semejantes a la que José Smith tradujo como “cimitarra”. 
b) Si desde el siglo anterior al nacimiento de Jesucristo no se ha mencionado más a la “cimitarra”, es probable que se haya sustituido por otra arma y discontinuado su uso, por lo que se hace más difícil encontrar abundantes evidencias arqueológicas, porque estamos hablando de más de dos mil años atrás.

Citas de otros autores relacionadas con el tema:

• “Cimitarra: La voz cimitarra parece venir de la derivación italiana "scimitarra" del shamsir persa, y sirve en occidente para referirse a cualquier sable curvo musulmán u oriental. Por ello, dentro del término cimitarra, -que en sí mismo no es un arma concreta-, entrarían las siguientes armas:

Shamsir: si es de origen persa.
Kiliç: si es de origen otomano.
Saif: si es de origen árabe.
Talwar: si es de origen indio.
Nimcha: si es de origen magrebí.
Etc...
“Por tanto, al ser armas que se diferencian escasamente unas de otras, pero que a la postre difieren, el término cimitarra es una voz genérica para todas ellas” (1).
(Wikipedia – La Enciclopedia Libre)

• “Pirámide de Tula. Cultura Tolteca (México). Atlantes - La estructura más importante descubierta hasta el momento en la ciudad de Tula es el Templo de Tlahuizcalpantecuhtli. En la parte superior de la pirámide se hallaba el templo propiamente dicho, cuyo techo estaría sostenido por cariátides y pilastras monumentales. Estas cariátides representan guerreros de gigantescas proporciones que exhiben un amplio pectoral en forma de mariposa; ancha faja y delantal bordado, de forma triangular; casco cilíndrico finalizado en un penacho de plumas; portando una espada curva en la mano izquierda y un lanzadardos en la derecha. Los atlantes visten hasta las rodillas y levantan los brazos en ademán de sostener algo. Estas figuras tienen una interesante relación con Chichén Itzá" (2).
Fuentes
  1.  (Wikipedia – La Enciclopedia Libre)
  2.  (http://www.artehistoria.jcyl.es/cronicas/obras/10301.htm)

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