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26 junio 2012

Los Lehitas (Lihyanites) de Arabia y Lehi del Libro de Mormón

Marcelo Riquelme realizó la traducción de este impresionante artículo. Muchas veces escuché decir: ¿Existe alguna evidencia del paso de la familia de Lehi por el desierto antes de iniciar su viaje  hasta América?


Aparte de lo que ya se ha mostrado, también existe este extraordinario descubrimiento acerca de un pueblo que se llamo los "Lihyanites" - que traducido significa "gente de Lehi" o "lehitas". Ellos existieron precisamente en la ruta que recorrió la familia de Lehi por el desierto, donde permanecieron 8 años. El descubrimiento de esta cultura es posterior a la publicación del libro de Mormón. Los arqueólogos descubrieron que los Lihyanites previamente se llamaban Dedanites pero  se habían cambiado el nombre a Lihyanites ("gente de Lehi"). Este hecho significativo ocurrió aproximadamente en el año 550 a.C.,  fecha muy cercana al paso de Lehi por ese sector de Arabia. Este cambio de nombre obedece a una antigua tradición de Arabia y es que una tribu puede adoptar el nombre de su líder si éste  fuese verdaderamente excepcional.

En el "Museo Nacional de Historia Natural Smithsoniano" puedes apreciar escritos del pueblo Lehita.

¿Fue por causa de Lehi que el pueblo Dedanite se cambió el nombre? Es una pregunta magnífica que hoy la ciencia nos permite considerar y cotejar con el antiguo registro Nefita, en la narración de su viaje por el desierto hasta el arribo a las costas de América.


Por George Potter

Traducción: Marcelo Riquelme



"Los fuertes vientos y acantilados verticales de arenisca no pudieron prevenir que un grupo de novatos exploradores del Libro de Mormón subieran una pared de piedra de 600 pies (183 metros aproximadamente). Descansando en la cumbre de la montaña en un vasto complejo del Templo Lehita. El equipo eramos Jim Anderson, David Alexander y yo.


Lo que hace este descubrimiento interesante para la comunidad SUD es que los Lehitas podrían haber sido una comunidad de conversos que se les enseñó el evangelio de Lehi y Nefi. Lynn y Hope Hilton originalmente atrajeron nuestra atención de que el nombre "Lehita" significara la gente de Lehi, y también que los Lehitas aparentemente tuvieron prácticas de templo que fueron consistentes a los de Jerusalén. Los Hilton basaron su teoria en gran medida en el descubrimiento de una fuente (Cisterna) en el templo Lihanita, en las ruinas de la ciudad Bíblica de Dedán (ver los mapas de la biblia SUD al noreste de Arabia). La Cisterna tenía cercanamente las mismas dimensiones que el Mar de Brazen del templo de Salomón en Jerusalén y cuenta con escaleras de piedra en su interior que lleva al piso que ha sido enterrado bajo el nivel del suelo (ver Descubriendo a Lehi, Hiltons).

¿Quiénes fueron los Lehitas? Hasta ahora recientemente, los arqueólogos no han encontrado pistas sobre dónde venían o cómo fueron conquistados por los Dedanitas, aquellos que tenían control sobre el valle desde la era de Abraham. Historiadores Judíos creen que ellos fueron hebreos descendientes de Abraham a través de los Dedanitas (ver Genesis 25: 1-3). Sin embargo, recientemente el Profesor Michael MacDonald, del Instituto Oriental de la Universidad de Oxford, demostró que el lenguaje de los Dedanitas y los Lehitas eran los mismos... Significa que los Lehitas, quienes vinieron a tomar poder al noreste de Arabia alrededor del año 550 a.C, no eran gente nueva, pero fueron los mismos Dedanitas quienes simplemente cambiaron su nombre a "la Gente de Lehi".

Esto es fascinante; por lo que sabemos, Nefi convirtió gente mientras viajaba en lo más salvaje de la parte baja de Jerusalén (Ver DyC 33: 7-9). En el tiempo de Nefi, él podría haber restringido el enseñar el evangelio sólo a los hebreos. Aún en Dedán entre las rutas que Lehí tomó a través de Arabia (Ver Lehi in the Wilderness por Potter y Wellington), donde existía una comunidad  hebrea: los Dedanitas. Después de esto, los Dedanitas cambiaron su nombre a "gente de Lehi". La pregunta a formularse es, "¿Porqué se habrán cambiado el nombre después de haberse llamado durante un milenio con el nombre Dedan?. Quienquiera que haya sido Lehí, debió tener una gran importancia para los Dedanitas si es que decidieron  cambiarse ellos mismos el nombre después de tan corto paso del Profeta por sus tierras. El cambio de nombre de la tribu, después de un nuevo líder es una tradición antigua en Arabia que se mantiene hasta hoy. Significa que una tribu entera se puede cambiar el nombre por su cuenta, (cambiar sus apellidos) en honor de un nuevo lider, si el lider fuese verdaderamente excepcional.

Durante una temprana visita a Dedan, aprendí de un explorador y autor francés, que las estatuas y columnas Lehítas, se encuentran en lo mas alto de la montaña en el lado opuesto del valle desde donde el templo Lehita y la Cisterna fueron encontrados. En Abril de 2005 mis compañeros y yo regresamos a las ruinas de Dedán en busca de artefactos Lehitas.

Sin embargo, lo que encontramos fue realmente sorprendente. En la cumbre de la montaña, descubrimos un largo santuario cubierto aproximadamente de 10 a 14 hectáreas. Este templo perdido está completamente rodeado por acantilados verticales y hoy solo pueden ser alcanzadas con ayuda de cuerdas.

En la antigüedad, el santuario tenía escalones tallados en la piedra de arenisca que conducían desde la base de la montaña hasta la cima. Desafortunadamente los pasos se han erosionado por completo, excepto en la base de la montaña. Como una verdadera versión árabe de Machu -Pichu, el segundo templo Lehita se alza sobre la cima de una montaña con magníficas vistas. Pero a diferencia de la ciudad perdida de Perú, el templo perdido de los Lehitas, es mucho más dificil de alcanzar y aparentemente con un significado mucho más grandioso. En efecto, encontramos docenas de altares de piedra para sacrificio de animales, estatuas, columnas, quemadoras de inciensos y cisternas.

Literalmente hay centenares de artefactos dispersados sobre el santuario incluyendo dos grandes zonas de concentración donde los asientos han sido tallados en las paredes de anfiteatros naturales.

Con vistas a las ruinas de Dedán en el bajo valle, hay dos grandes aljibes tallados que habrían sido llenados con agua y podrían haber sido utilizado para baños o usos similares. Allí se encontró una piedra de serpiente que tenía grabado en la misma, una serpiente que simbolizaba protección para el sagrado lugar.

En otra ubicación, en la cima de la montaña, nos encontramos con dos grandes embalses que fueron excavados en el suelo de la cima. Con pequeñas aberturas circulares, los depósitos del subsuelo eran de aproximadamente 10 pies de profundidad (7 metros) y se han llevado a cabo miles de galones de agua que habrían sido llevados a la cumbre desde el fondo del valle en bolsas de piel de cabra. El Francés creía que los depósitos de agua eran reservas para lavar a los animales para el sacrificio. Para dentro de algunos pies de los embalses era lo que parece ser los restos de un altar de piedras sin labrar y dos cuencos labrados en el suelo, que el francés cree, eran utilizados para recoger la sangre de los animales sacrificados.

Tomará décadas de excavaciones y restauraciones el entender completamente las funciones y significados de este perdido templo Lehita. Está claro que en la cima del santuario de la montaña, ciertamente eclipsado por la importancia del Templo Lehita sobre valle, describen a la Capital Lehita en Dedán, como un gran centro religioso en los siglos antes del nacimiento de Cristo.

Actualmente estoy produciendo una pelicula de la gente de Lehi, la cual está programada a salir en invierno de 2006."

21 junio 2012

Huematzin: El Guardián de El Libro Divino de Mesoamérica

Celestino Villalobos, tradujo este interesante artículo donde  Bruce W.Warren  hace un paralelo entre la historia de “Huematzin”, el guardián de El Libro Divino de Mesoamérica y Mormón, el guardián de los registros Nefitas....

Por  Bruce W. Warren
Traducción Celestino Villalobos


El conocimiento de la existencia de antiguos libros sagrados fue ampliamente conocido en México y Centro América, cuando los primeros Europeos llegaron, después del descubrimiento de América por Cristóbal Colón.

Ixtlilxochitl, un príncipe Indio, que vivió cerca de la ciudad de México, conocía de estos libros en Mesoamérica desde una época muy temprana. Él nos relata de la compilación de un “Libro Divino” realizada por uno llamado Huematzin.

Antes de seguir adelante, quiero hacer un relato de Huematzin, el astrólogo. Antes de morir Huematzin, reunió todas las historias que los Toltecas tenían, desde la creación del mundo hasta el tiempo de 1115 DC. Él las tenía escritas en un libro grande, donde registró todas sus persecuciones y sus tribulaciones, su prosperidad y bendiciones. Reyes y señores, leyes y buen gobierno de sus ancestros, viejos dichos, y buenos ejemplos, templos, ídolos, sacrificios, ritos y ceremonias que ellos tenían, astrología, filosofía, arquitectura, y otras artes buenas como también malas, y un resumen de todas las cosas de ciencia y conocimiento, prósperas y adversas batallas, y muchas otras cosas mas. El pueblo llamó a este libro Yboamoxtli, que bien interpretado significa “Varias cosas de Dios y libro Divino”. Los nativos ahora le llaman las Sagradas Escrituras Tsoamoxtli, porque es casi lo mismo, principalmente en persecuciones y tribulaciones mías. (Hunter y Ferguson 337-38)

Ixtlilxochitl da una fecha particular para el tiempo de vida de Huematzin, que fue el año 400 después del verdadero nacimiento de Cristo. De acuerdo con Ixtlilxochitl, el Libro Divino de Hematzin, cubre un período desde la creación hasta su tiempo en el siglo XII DC. La declaración de Ixtlilxochitl del contenido de estos libros sagrados, es corroborada con una declaración reveladora del padre Católico Dionisio José Chomay. En 1834 el padre Chonay tradujo al Español un antiguo documento Maya de Totonicapan, Guatemala. 

En el preámbulo decía lo siguiente:

"El manuscrito consiste en 31 y un cuarto de páginas; pero la traducción de las primeras páginas se omitieron pues hablaban de la creación del mundo, de Adán, el paraíso donde Eva fue engañada, no por la serpiente, pero por Lucifer mismo como un ángel de luz. (Recinos y Goetz 166-67). 
Quizás los paralelos entre “Huematzin” el guardián de el Libro Divino de Mesoamérica y Mormón, el guardián de los registros Nefitas y compilador de lo que luego sería el Libro de Mormón, sea digno de una investigación profunda...

19 junio 2012

"The Book of Mormon, The Earliest Text"

Recientemente el profesor Royal Skousen ha terminado de sacar a la luz pública una gran obra: "El Libro de Mormón, el texto primitivo". Un gran proyecto que duró poco más de dos décadas - The Critical Project - y que hoy está listo para que los interesados lo disfruten.



El proyecto "The Critical Project" que da a luz la obra "The Book of Mormon, The Earliest Text"  del distinguido profesor Skousen, se inicia en el año 1988 y se propone dos principales metas:
  1. En la medida de lo posible, restaurar el texto original de la primera traducción, tal cual sale de la boca de José Smith a sus escribas.
  2. Estudiar la historia del texto y sus cambios a través del tiempo, ya sean accidentales o editoriales. Identificarlos y proponer el original.
Desde ese año muchas publicaciones del avance y conclusiones fueron hechas. Sin embargo solo fue cerca de dos décadas después, que pudimos tener el proyecto completo que hoy sale a la luz pública.

Gran parte de la obra de recovering del texto original involucra dos manuscritos. El más importante de ellos es el manuscrito original, el cual José Smith dictó a sus escribas. De ese manuscrito solo el 28 por ciento se ha conservado a la actualidad. El segundo es el denominado "manuscrito de imprenta" y es una copia del primero preparado en 1829-30 para la primera impresión del libro en 1830. El proyecto también involucró las otras 20 ediciones impresas del Libro de Mormón posteriores a la de 1830 que incluyen 15 ediciones de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, 4 ediciones de la Comunidad de Cristo y una edición privada de Wilford Woodroof.

Como se ha indicado, el 28% del manuscrito original se conserva (en este calculo se omiten las 116 paginas perdidas por Martin Harris). En 1841 José Smith guardó el manuscrito colocandolo en la piedra angular de la Casa de Navoo, donde permanecería por 41 años hasta que en 1882 fuese descubierto y recuperado por el segundo esposo de Emma Smith, el señor Lewis Bidamon, quien entregó gran parte del manuscrito a la corporación de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días para ese entonces en Utah. Otra hoja y media fue encontrada en la Universidad de Utah y un 2 por ciento adicional fue encontrado en las pertenencias de Wilford Woodruf quien documentó que lo adquirió del hijo de Bidamon después de la muerte de éste, en 1937.

El proyecto ha querido proponer un texto en el mismo formato original "sin capitulizar ni versiculizar". Si no ofrecer el texto en forma seguida tal como la original, usando todas las fuentes técnicas e informáticas que permitan tener hoy la obra completa.

En su parte trasera el libro ofrece más de 2.500 cambios que se han efectuado edición tras edición, y lo más importante ofrece las comparaciones de ellas y la propuesta original.

Les cuento que lo adquirí hace solamente unos días y estoy muy animado para de poder estudiarlo. La verdad ha sido un honor poder contar con tan preciado esfuerzo del profesor Skousen. Se agradecen todos sus esfuerzos. En lo personal he leído decenas de veces el Libro de Mormón y tengo un fuerte testimonio espiritual de él, tanto por el estudio como por la fe, además de la influencia reveladora de nuestro Dios Espíritu Santo. Ahora que sé de este proyecto, estoy animadísimo de poder estudiar la propuesta del texto original, identificar los cambios editoriales y agregar más luz a mi conocimiento y testimonio. Como dice el profeta, el Señor da "linea por linea".

Nuevamente se agradece la tarea titánica del profesor Skousen.

A los que les interese les dejo el link del BYU Store Book donde al menos yo lo compré, pero hay más stores que lo ofrecen como el clásico Deseret Books, incluso está disponible en Amazon.com


¡Saludos a los lectores de nuestro Sitio Web de Evidencias del Libro de Mormón!

Que tengan excelente semana

16 junio 2012

Cambio social y politíco en Mesoamérica coincide con el año de la apostasía descrita en el Libro de Mormón

El cambio de doctrina que llevó al sacrificio de los prisioneros de guerra y otros, sin duda se inició a principios de la apostasía que se extendió por Mesoamérica alrededor del año 200 (comparar con Moroni 9:7-8). Esto último, causó finalmente la caída espiritual de los Nefitas y  Lamanitas, que negaron a Cristo aun después de la visita a sus antepasados. De hecho, Esther Pasztory ha contemplado la idea de que la Ciudadela, el recinto donde se construyó el Templo de la Serpiente Emplumada hacia el año 150-200, parece ser la representación arquitectónica de un cambio importante en la estructura social y política de Teotihuacán, en particular en su orientación militarista y tal vez en un nuevo linaje dinástico.  Esta innovación sorprendente sin duda, coincide con la apostasía como se registra en el Libro de Mormón.

Esther Pasztory, Teotihuacan: An Experiment in Living (Norman: University of Oklahoma Press, 1997), 115

Necesitamos traducir 5 articulos del Ingles al Español ¿ cual te reservamos?

Necesitamos traducir estos 5 artículos; la idea es que puedas elegir uno y darnos una fecha estimativa de cuando podría estar listo (favor especificar los datos en los comentarios). Obviamente esto es para publicarlo en el Sitio Web y por supuesto con tu crédito por la traducción.

En la medida  que los artículos sean elegidos, estos serán tachados y se indicará quién lo esta traduciendo, hasta que los 5 estén traducidos por completo.

Gracias por todo el interés en este Sitio Web y por las posibles trabajos, te esperamos. Y para los traductores, de nuevo gracias por compartir sus talentos y edificar a otras personas.

Los artículos son:

The Brightening Light on the Journey of Lehi and Saria

En Proceso de traduccion por Manuel Copaira

LDS Explorers Reach Second Lihy Temple

En Proceso de traduccion por Yeitor Ardhi

MESOAMERICAN SECRET PASS

Traducido por Ever Ballardo

Bountiful in the Ravine

Traducido por Celestino Villalobos

Huematzin; The Keeper of the “Divine Book” of Mesoamerica

Traducido por Celestino Villalobos

15 junio 2012

Más vestigios de la visita de Jesucristo a las Américas

Más relatos relacionados con la visita de Jesucristo a la América Antigua, luego de su resurrección.

Por Alvaro Figueroa


En toda América encontramos centenares de relatos recopilados a través de tradiciones orales y escritas de los aborígenes. la estudiosa Diane E. Wirth nos habla de uno de ellos, que se asocia a la visita del Salvador.

El fraile católico llamado Juan de Córdova escribió el siguiente relato mientras trabajaba entre los indios Zapotecas de Oaxaca, México. Citando a ellos, él registró:
En la fecha que llamamos Técpatl una gran luz vino del cielo del noreste. Brilló por cuatro días en el cielo, luego bajó a la misma roca. . . en el Valle [Valle] en Oaxaca. De la luz se produjo un gran ser, muy potente, que estaba en la parte superior de la roca y brillaba como el sol en el cielo. . . . Luego habló, su voz era como un trueno, que se oyó en todo el valle. (Citado en el libro :"Beneath the Moon and under the Sun "(Albuquerque: Sun, 1975)
La gran cantidad de material escrito con el que se cuenta hoy y la diversidad geográfica de estos registros, nos trazan una sola dirección, que este echo ocurrió y que sería imposible que todas las culturas antiguas de las Américas pudiesen inventar estas narraciones y ponerse de acuerdo entre todas para que formasen parte de sus tradiciones ancestrales.

Mas evidencias de la visita de Jesucristo a las Américas tras su resurrección.

14 junio 2012

Lo que los manuscritos y los testigos nos dicen en cuanto a la traducción del Libro de Mormón

Este interesante artículo nos muestra aspectos de la traducción del Libro de Mormón, que demuestran que José Smith fue el traductor de este antiguo texto.

                                                    
por Daniel C. Peterson

Traducción libre por Walter Iván Cruz, Perú


Royal Skousen ha dedicado una década y media a un estudio intensivo del texto del Libro de Mormón, y de manera especial al manuscrito original y al del editor. Es su fuerte opinión que la evidencia del manuscrito apoya el relato tradicional del origen del Libro de Mormón, y que no apoya la idea de que José Smith elaboró por sí mismo el texto o lo copió de cualquier otro manuscrito existente. Todos los testigos creían que de alguna manera José Smith veía las palabras y se las leía a los escribas. Tomados en conjunto, estos dos hechos son altamente significativos. Examinemos brevemente algunos datos relevantes.


Ante todo, la evidencia apoya fuertemente el relato tradicional que narra que el manuscrito original fue dictado oralmente. Las clases de errores que ocurren en el manuscrito son claramente las que ocurren cuando un escriba no escuchó bien; en vez de ser errores de mala lectura cuando se copia de otro manuscrito. (Por contraste, el manuscrito del impresor muestra precisamente la clase de anomalías que uno esperaría de los errores de un copista). El análisis meticuloso de Royal aún sugiere que José estuvo trabajando con más de veinte o treinta palabras a la vez.


Es aparente que José podía ver el deletreo de los nombres desde donde sea que los leía. Cuando el escriba había escrito el texto, él (o ella en el caso de Emma Smith) evidentemente lo leía en voz alta a José Smith para su corrección. De manera que el Profeta evidentemente tenía algo con él, desde donde dictaba, y con lo cual podía corregir lo que sus escribas habían escrito. Pero, ¿qué era esto? Los testigos son unánimes en cuanto a que él no tenía ningún libro, manuscrito o documento con él durante el proceso de traducción, el cual comprendía largos períodos de dictado.


En una entrevista con su hijo, José Smith III, poco antes de que ella muriese, Emma Smith insistía en que José no tenía ningún texto con él durante la obra de traducción:


P. ¿No tenía él un libro o manuscrito desde donde a usted le leía o dictaba? 

R. Él no tenía ningún manuscrito ni libro desde donde leía. 

P. ¿No podía tenerlo sin que usted lo supiera? 

R. Si él hubiese tenido alguna cosa parecida no podría haberla ocultado de mí. 


Emma Smith pudo hablar con autoridad con respecto al período durante el cual ella misma sirvió como escriba. Pero ¿qué hay sobre el período más prolongado cuando Oliverio Cowdery estaba tomando el dictado? De hecho, Emma podía hablar de una experiencia personal con respecto a ese tiempo también. Mientras estaban en Harmony, Pennsylvania – donde la mayor parte del texto del Libro de Mormón fue escrito – Emma dijo que José y Oliverio no estaban lejos de ella:


P. ¿Dónde escribían papá y Oliverio Cowdery?

R. Oliverio Cowdery y tu padre escribían en el cuarto en donde yo estaba trabajando.


Ella dijo: “Las planchas a menudo descansaban en la mesa sin ninguna intención de ser escondidas, envueltas con un pequeño mantel de lino, que yo le había dado a él para envolverlas. Una vez sentí las planchas cuando estaban en la mesa, trazando su borde y su forma. Parecían ser apilables como papel grueso, y emitían un sonido metálico cuando se movían los bordes con el pulgar, como cuando uno pasa los dedos por los bordes de las páginas de un libro.”


No mucho después de hablar con ella, José Smith III escribió una carta en la que  resumió algunas de las respuestas que ella dio a sus preguntas. “Ella escribió para José Smith durante la obra de traducción, como también lo hicieron Rubén Hale, su hermano y O. Cowdery; que la mayor parte de esta obra fue hecha en su presencia, y en donde ella podía ver y saber lo que se estaba haciendo; que mientras duró, José Smith no tuvo ningún mss. [manuscrito] o libro de ninguna clase desde donde pudiese leer, o dictar, excepto las planchas metálicas, las cuales ella sabía que él tenía.”


Un corresponsal del Chicago Times entrevistó a David Whitmer el 14 de Octubre de 1881, y obtuvo la misma historia: “El Sr. Whitmer afirma enfáticamente, como lo hicieron Harris y Cowdery, que mientras Smith dictaba la traducción, éste no tenía notas manuscritas u otros medios de conocimiento salvo la piedra vidente y los caracteres que se veían en las planchas, y que él [i.e., David Whitmer] estuvo presente y presenció como se realizaba.”


De manera similar, el St. Louis Republican, basado en una entrevista a mediados de Julio de 1884, informó que “Papá Whitmer, quien estuvo presente muy frecuentemente durante la escritura del manuscrito [i.e., de el Libro de Mormón], afirma que José Smith no tenía ningún libro o manuscrito frente a él del cual éste pudiera leer como se afirma que lo hizo, habiendo tenido él (Whitmer) la oportunidad de saber si Smith tenía el romance de Salomón Spaulding, [i.e., una novela] o el de cualquier otra persona, como para leer de éste.”


David Whitmer repitió insistentemente que el proceso de traducción ocurrió a plena vista de los familiares y amigos de José Smith. (La imagen común de una cortina que colgaba entre el Profeta y sus escribas, vista algunas veces en ilustraciones de la historia del Libro de Mormón, está basada en una mala interpretación. Si existió una cortina, al menos en las últimas etapas del proceso de traducción, sin embargo, esa cortina no estaba suspendida entre el traductor y el escriba sino cerca de la puerta delantera de la casa de Peter Whitmer, con el fin de prevenir que los caminantes y mirones interfieran con la obra.)


Una evidencia adicional que demuestra que, sea lo que estuviera pasando, José Smith no estaba simplemente leyendo de un manuscrito, proviene de un episodio relatado por David Whitmer a William H. Kelley y a G. A. Blakeslee en enero de 1882:


Él no podía traducir a menos que fuese humilde y poseyese los sentimientos correctos hacia todos. Se los ilustraré para que vean. Una mañana cuando él estaba alistándose para continuar con la traducción, algo estuvo mal con la casa y él se molesto por esto; era algo que Emma, su esposa, había hecho. Oliverio y yo subimos las escaleras y José se nos unió rápidamente para continuar con la traducción, pero él no pudo hacer nada. No pudo traducir ni una simple sílaba. Él bajó las escaleras y fue a un jardín en donde oró al Señor; estuvo fuera por casi una hora, y cuando volvió a la casa le pidió perdón a Emma y entonces subió las escaleras a dónde estábamos y la traducción continuó sin problemas. Él no podía hacer nada a menos que fuese humilde y fiel. 


Whitmer le contó la misma historia a un corresponsal del Omaha Herald durante una entrevista el 10 de octubre de 1886. En lo que tal vez es un lenguaje sobredimensionado, el reportero del Herald resumió el acontecimiento de la siguiente manera:


Él [José Smith] fue de nuevo a orar a la arboleda, y esta vez se fue por una hora completa. Sus amigos llegaron a estar bastante preocupados, y estaban a punto de organizar una búsqueda, cuando José entró pálido a la habitación, habiendo padecido un severo castigo de las manos del Señor. Fue directamente a su esposa en humildad, pidiendo y obteniendo su perdón, volvió a la obra, y con mucho gozo para él mismo y para los ansiosos amigos que lo rodeaban, la piedra volvió a mostrar las letras de fuego. 


Parecería ser de esta anécdota que José Smith necesitaba estar espiritual o emocionalmente preparado para que continuase el proceso de traducción, algo que hubiese sido completamente innecesario si simplemente él lo hubiese leído de un manuscrito preparado. En este punto un escéptico podría tal vez sugerir que las distracciones emocionales interferían con la habilidad de José Smith para recordar un texto que él había memorizado la noche anterior para dictárselo a sus inocentes secretarios, o que los devaneos personales lo distraían como para poder improvisar un texto original que pueda ser escrito como si le hubiese ocurrido a él. Pero tales potenciales contra-explicaciones sufren de serios defectos: Si fuera remotamente posible imaginar a José Smith o a cualquier otra persona memorizar o componer casi 5000 palabras diarias, día tras día, semana tras semana, en la producción de un libro complejo y voluminoso es una pregunta que los lectores pueden meditar por sí mismos. También uno podría preguntarle al mismo escéptico por qué José simplemente no escribió el libro por sí mismo si estaba en verdad fingiendo la recepción del texto por revelación.


Una anécdota relatada por Martín Harris a Edward Stevenson da evidencia de que la traducción no era un simple dictado de un texto memorizado o la lectura mecánica de un manuscrito ordinario introducido subrepticiamente en la habitación. Al hablar Harris de los primeros días de la obra, antes de la llegada de Oliverio Cowdery, cuando él servía como escriba, “dijo que el Profeta poseía una piedra vidente, mediante la cual él era capaz de traducir, así como también por el Urim y Tumim, y que por conveniencia él usaba la piedra vidente.” La piedra vidente era colocada en un sombrero para oscurecer la luz circundante y hacer legibles las palabras escritas en ella. Al contrario, por supuesto, el escriba necesitaba luz para poder escribir el texto. Esta situación, aunada al hecho de no existir una cortina divisoria, puede haber hecho muy difícil, si no imposible, que José escondiese un manuscrito, o libros, o las planchas mismas. El relato de Stevenson continúa:


Con la ayuda de la piedra vidente aparecían las oraciones y eran leídas por José y escritas por Martín, y cuando terminaba de escribir él decía: “Escrito”, y si estaba correctamente escrito, la oración desaparecía y aparecía otra en su lugar, pero si no estaba escrita correctamente esta permanecía hasta que se corrigiese, de manera que la traducción era tal como fue grabada en las planchas, precisamente en el lenguaje que se usaba entonces. Martín dijo que después de continuar con la traducción cuando ellos se cansaban, bajaban al río y se ejercitaban tirando piedras, etc. En una ocasión mientras lo hacían, Martín encontró una piedra que se asemejaba mucho a la que se usaba para traducir, y al reasumir la obra de traducción, Martín reemplazó la piedra vidente con la que había encontrado. Él dijo que el Profeta permaneció en silencio, y se esforzaba de manera inusual por ver en la obscuridad, sin que aparecieran trazos de las habituales oraciones. Muy sorprendido, José exclamó: “¡Martín! ¿Qué es lo que pasa? ¡Todo está tan obscuro como en Egipto!” El rostro de Martín lo delató, y el Profeta le preguntó por qué lo había hecho, a lo que Martín respondió que para tapar la boca de los necios que le habían dicho que el Profeta se había aprendido todas esas oraciones y que solo las estaba repitiendo, etc. 


Además, resulta claro por medio de un cuidadoso análisis del manuscrito original que José no sabía de antemano lo que el texto iba a decir. Los cortes de capítulos y las divisiones de los libros aparentemente lo sorprendían. Evidentemente él veía alguna indicación de un corte en el texto, y, cada vez que ocurría, le decía al escriba que escribiese “Capítulo” y más tarde se agregaban los números. Por ejemplo, en lo que ahora reconocemos como el final de 1 Nefi, el manuscrito original primero indica que iba a empezar un nuevo capítulo (En las divisiones de capítulos original el texto que continuaba estaba marcado como “Capítulo VIII.) Cuando José y Oliverio subsecuentemente descubrieron que en vez de eso estaban ante el inicio de un libro completamente distinto, 2 Nefi, la especificación original del capítulo fue tachada y colocada después del título del nuevo libro. Esto es muy instructivo. Indica que José podía solo ver el final de una sección pero que no sabía si la siguiente sección sería otra porción del mismo libro o, por el contrario, el comienzo de un libro enteramente nuevo.


Inclusive, había partes del texto que él no entendía. Su esposa Emma recordaba de las primeras etapas de la traducción: “Cuando llegaba a los nombres propios que él no podía pronunciar, o a palabras largas, las deletreaba”, y evidentemente ella mencionó su experiencia a David Whitmer o a cualquier otra persona que supiese de este fenómeno de manera independiente. Whitmer le contó a E. C. Briggs y a Rodolfo Etzenhouser en 1884 que “cuando José no podía pronunciar las palabras las decía letra por letra.” Briggs también recordó una entrevista de 1856 en la que Emma Smith “hizo hincapié en la limitada educación de su esposo mientras él traducía el Libro de Mormón, cuando ella era su escriba, ‘Él no podía pronunciar la palabra Saríah.’ Y en una ocasión cuando estaba traduciendo, cuando se mencionaron los muros de Jerusalén, él se detuvo y dijo: ‘Emma, ¿Jerusalén tenía muros que la rodeaban? Cuando le dije que así era me respondió: ‘Oh, pensé que había sido engañado.’” Como se resumió del testimonio de David Whitmer en 1885 en el Chicago Tribune, éste confirmó la experiencia de Emma: “Al traducir los caracteres, Smith, quien era iletrado y muy poco versado en la historia bíblica, a menudo era compelido a deletrear las palabras, no sabiendo la pronunciación correcta, y el Sr. Whitmer recuerda el hecho de que en ese tiempo Smith ni siquiera sabía que Jerusalén era una ciudad amurallada.” (El uso del término iletrado es potencialmente engañoso puesto que José Smith era letrado, según el uso actual de la palabra, ya que él podía leer y escribir. Pero José no era una persona instruida; no era un hombre de letras. Según esto, en un sentido de la palabra, él era iletrado.)


En la noticia de la muerte de David Whitmer, e indudablemente basados en sus entrevistas anteriores a él, el número del Chicago Times del 24 de enero de 1888 volvió a hacer alusión a las dificultades que tenía José Smith con el texto que dictaba: “Smith, siendo iletrado, a menudo tropezaba con palabras grandes, las que el maestro de la villa [Oliverio Cowdery] se las pronunciaba, de tal manera que la obra prosiguiera.”


Así vemos que José Smith parecía haber estado leyendo desde algo, pero que no tenía ningún libro, manuscrito o documento con él. Parece ser que era un texto nuevo y extraño para él, y que requería cierto enfoque emocional o mental antes de poder leerlo. Todo esto es completamente consistente con las afirmaciones de José Smith, de que él estaba dictando el texto por revelación mediante un instrumento interpretativo, y no concuerda con las afirmaciones de que él había creado el texto previamente, o que estaba leyendo de una copia fraudulenta de algún manuscrito perteneciente a otra persona. Para hacer plausible esta última teoría tendríamos que rechazar el testimonio unánime de los testigos visuales en el proceso e ignorar la evidencia del mismo manuscrito original.


07 junio 2012

Evidencia de oscuridad solar en una zona geográfica limitada

Este artículo muestra la evidencia de cómo es posible un oscurecimiento total en una zona geográfica limitada. 
Tal como ocurrió en los tres días de oscuridad solo en la porción de América donde habitó el pueblo nefita, al momento de la muerte del Jesucristo en Jerusalén.
Autor: Alvaro Figueroa.


Hace un tiempo Israel González (igonzals) escribió un excelente artículo titulado "Los tres días de oscuridad en América cuando murió Jesucristo en Jerusalén".

Este artículo generó un fuerte debate en el que un "Anónimo" sostenía que nunca en la historia se había producido algo semejante, es decir, planteaba como imposible pensar que solo en un sector geográfico limitado existiera oscuridad total. Rápidamente se aclaró que la Biblia efectivamente respaldaba este hecho y se citó a la plaga novena que Moisés envió sobre Egipto. Si bien la Biblia demuestra que si es posible, también igonzals en el articulo menciona la tradición oral del pueblo Washoe, la cual habla de esta oscuridad en América. Sin embargo, la pregunta continuó resonando:

¿Existe algún otro registro que respalde la posibilidad de esta oscuridad limitada geográficamente?

Y debido a que "Anónimo" insistió en su negativa total a esta posibilidad, es que me dediqué a investigar sobre el asunto hasta encontrar la siguiente información:

El 19 de mayo de 1780, ocurrió un en Nueva Inglaterra un hecho inexplicable hasta entonces... El libro de R.M Devens "Our First Century" en la página 89 describe este día como:
"Único en su especie, como el más y misterioso y hasta ahora inexplicable fenómeno en su clase... fue el día oscuro del 19 de Mayo de 1780; el mas innarrable oscurecimiento de todo el cielo y la atmósfera visible en Nueva Inglaterra"
En la journal científico "Essex Antiquarian", volumen de 1899, narra las experiencias de la gente ante tan admirable fenómeno y relata que eran las 11 de la mañana cuando esta obscuridad total se produjo:
"Temor, ansiedad y terror se apoderaron gradualmente de las mentes. desde las puertas de sus casas las mujeres contemplaron la lóbrega escena: los hombres volvían de las faenas en el campo; el carpintero dejaba sus herramientas, el herrero su fragua, el comerciante su mostrador. Los niños eran despedidos de las escuelas y huían a sus casas temblando, los viajantes hacían alto en la primera casa que encontraban. Cada labio y corazón preguntaba: ¿qué va a pasar? parecía como si un huracán se fuera a desatar sobre la región, o como si fuera el día de la consumación de todas las cosas.

" Hubo que prender velas y la lumbre del hogar relumbraba tan brillantemente como en una noche de otoño sin luna. Las aves domesticas volvieron a sus gallineros y corrales y se dispusieron a dormir, el ganado reunido en su encierro mugía, las ranas croaban, los pájaros cantaban sus melodías vespertinas y los murciélagos revoloteaban. Solo el hombre sabía que no había llegado la noche... 
"El doctor Nathanael Whittaker, pastor de la Iglesia del Tabernáculo, en Salem, dirigió cultos en la sala de reuniones y predicó un sermón en el cual sostuvo que la oscuridad era sobrenatural. Otras congregaciones también se reunieron en otros lugares. En todos los casos, los textos de los sermones improvisados fueron los que parecían indicar que la oscuridad concordaba con la profecía Bíblica... la oscuridad alcanzó su mayor densidad poco después de las 11 de la mañana".
Ahora lo más importante del punto: que el Libro de William Gordon titulado "History of the Rise, Progress, and Esttablishment of the Independence of the Usa", t.3 pagina 57, hace referencia a los límites geográficos en que se produjo este fenómeno, veamos:
"En la mayor parte del País fue tanta la oscuridad durante el día, que la gente no podía decir qué hora era ni por reloj de bolsillo ni por reloj de pared; tampoco podía comer o atender los quehaceres domésticos sin las velas prendidas...

"La extensión de esa oscuridad fue extraordinaria. Se la observó al Este hasta Falmouth, y al Oeste hasta la parte mas lejana del Estado de Connecticut en la Ciudad de Albani; hacia el Sur fue observada a lo largo de toda la costa y por el norte lo fue hasta donde se extendían las colinas norteamericanas".
La explicación es notable y no deja ninguna duda de que sí hubo una oscuridad total y lo más destacable es que esto ocurrió en una  zona geográfica totalmente limitada, sin que el resto del país  percibiera lo sucedido. 

Como podemos apreciar, definitivamente la oscuridad de 3 días  mencionada en el Libro de Mormón y que solo ocurrió en América, es totalmente posible.

La conclusión extraída de la presente investigación, nos permite señalar que las críticas y cuestionamientos realizados por muchos lectores a la veracidad del Libro de Mormón, finalmente nos fortalecen, ya que es a través de ellas que surgen nuevos desafíos investigativos que no hacen más que confirmar estas verdades y fortalecer nuestro testimonio.

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