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29 enero 2009

¿Cómo conquistaron los españoles a 14 millones de habitantes?

Blanca Álvarez nos envió este excelente material, donde explica como pudo Pizarro con tan solo 40 jinetes y 60 infantes, conquistar a 14 millones de personas.


La hazaña de Pizarro

¿Por qué entonces este pueblo tan poderosamente organizado, cuya población se estima en 14 millones de habitantes, cae ante un grupículo blanco de 40 jinetes y 60 infantes?

La interrogante encierra un sofisma. La hazaña de Pizarro es una añagaza.
"... El Dios Blanco, fue un miembro de una raza blanca que vivía en las selvas del Perú. Para los indígenas, era corno un mesías, que enseñó una nueva religión de paz y la inmortalidad de alma... Centenares de años antes que un puñado de españoles buscadores de oro extendieran sus conquistas a todas las grandes civilizaciones de América..., los indígenas habían trasmitido a través de la Historia, la creencia en un Dios salvador blanco con ojos azules, cabello rubio y barba, llegado del Este... En México se lo llamó Quetzalcoatl, en Perú Viracocha; y los mayas de la Península de Yucatán lo conocían por el nombre Kukulkan... El Dios Blanco dijo a los indígenas que algún día regresaría... Cuando llegaron los conquistadores españoles, los nativos creyeron que se trataba de aquel Dios y facilitaron el camino de su propia conquista" (Gene Savoy -Dios Blanco- 1969-).
"... Al llegar Pizarro, en 1532, los indios dan a los conquistadores el nombre de Wiracocha (espuma de lago): Señores blancos, venidos de lejos, surgidos de los espacios, de una raza de hijos del Sol. Reinaba y enseñaba allí, hace milenios. Desapareció de golpe, pero volverá. En todos los lugares de la América del Sur, los europeos que iban en busca de oro conocieron esta tradición del hom­bre blanco y se aprovecharon de ella. Sus dedos de conquista fueron auxiliados por el más grande y misterioso recuerdo" (Louis Pauwels y Jacques bergier -ob. cit.).
Los indios vieron en los españoles a aquellos seres sobrenaturales que esperaban. Y, Pizarro se aprovechó a maravilla de la tradición. Se sintieron los españoles evidentemente "sobrenaturales". Por eso, en contraposición, a los indios les llamaron "naturales".

Estos "naturales" quedaron petrificados ante el caballo y su jinete cubierto de hierro; ante la lanza de acero y el arcabuz que horrísono tronaba y vomitaba fuego mortífero...

Pizarro se apoderó de Atawallpa; cuyos ejércitos se dejaron lancear y balear como ovejas paralíticas. 

Sucedió lo que sucedería ahora si los Ovnis (Platillos Voladores) con toda la leyenda que se ha tejido, bajaran sobre las ciudades de la tierra. La gente quedaría exactamente igual que aquellos indios de aquel sábado 16 de noviembre de 1532, ante Pizarro, esto es, sin poder mover un dedo.

Pero apenas los indios, descubrieron que los españoles no eran los Hijos del Sol, ni seres "sobrenaturales", sino entes perversos, rapaces y asesinos, ipso facto, súbitamente declararon GUERRA A MUERTE a la raza blanca...

Y comenzó la Gran Epopeya India que hoy arrecia.

No eran los hijos del Sol, ni seres "sobrenaturales" eran entes PERVERSOS, RAPACES Y ASESINOS. ¡LES DECLARAMOS LA GUERRA A MUERTE!"

Fuente:

Manifiesto Indio (IV)
http://www.willka.net/Documentos-filer/Manifiesto/Manifiesto_04.htm

26 enero 2009

El Libro de Mormón como el libro más correcto

Tomado de www.mundolds.blogspot.com.


La Crítica

En Historia de la Iglesia, la siguiente entrada está grabada como hecha por José Smith el 28 de noviembre de 1841.[1]
Domingo, 28.—Pasé el día en el consejo con los Doce Apóstoles en la casa del Presidente Young, conversando con ellos sobre una variedad de temas. El hermano Joseph Fielding estaba presente, habiendo estado ausente por cuatro años en una misión a Inglaterra. Declaré a los hermanos que el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro.(1)
Los críticos de la Iglesia dicen que la frase "el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra" significa que el Profeta José Smith declaraba que el Libro de Mormón era libre de error de cualquier tipo. 

Ya que cada edición del Libro de Mormón publicada desde 1829 (inclusive las ediciones publicadas durante la vida de José Smith) ha incluido cambios de fraseología, deletreo, o puntuación, los críticos afirman que la declaración de José Smith fue manifiestamente falsa, así probando que él fue profeta falso.

Respuesta

Significado de "más correcto"

Los críticos del Libro de Mormón erróneamente han interpretado "correcto" como sinónimo con "perfecto," y por lo tanto suponen que el Libro de Mormón sea sin errores de gramática, deletreo, puntuación, claridad de fraseología, y otras maneras similares.

Pero cuando José Smith dijo que el Libro de Mormón era el "más correcto de todos los libros," él se refería a más que fraseología, lo cual fue clarificado por el resto de su declaración: Él dijo que "un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro." Cuando se lee en contexto, la declaración del Profeta se refiere a la exactitud de los principios que enseña.

Ningún libro de escrituras es "perfecto"

Los santos de los últimos días no estamos de acuerdo con la creencia conservadora Protestante que la Biblia no contiene ningún error. No creemos que ningún libro de escritura sea perfecto o infalible. Brigham Young explicó:
Cuando Dios habla a la gente, él lo hace en una manera para acomodar sus circunstancias y capacidades.... Si el Señor Todopoderoso enviara a un ángel para escribir de nuevo la Biblia, en muchos lugares sería muy diferente de lo que ahora es. Y aún aventuro a decir que si el Libro de Mormón se escribiera de nuevo ahora, en muchas instancias sería sustancialmente diferente de la traducción actual. Según la gente esté dispuesta a recibir las cosas de Dios, los cielos emiten sus bendiciones.[2]
Aunque el Libro de Mormón nos ha llegado con menos errores de doctrina y corrupciones que la Biblia, aún ello podría ser mejorado si estuviéramos listos para recibir más luz y conocimiento.

Traducido perfectamente

Otra perfección del libro es su traducción. Edward Stevenson relató la descripción de Martin Harris de la necesidad de que la traducción fuera perfecta antes de que el Señor permitiría progresión al siguiente carácter:
Por la ayuda de la piedra de vidente, frases se aparecían y fueron leídas por el Profeta y escritas por Martin, y cuando había terminado él decía "Escrito," y si se había escrito correctamente, esa frase se desaparecía, y otra se aparecía en su lugar, pero si no se había escrito correctamente, se quedaba hasta que se había corregido, así que la traducción fue tal cual como estaba grabada en las planchas, exactamente en el lenguaje entonces usado.[3]
Conclusión

El Libro de Mormón es el "el más correcto de todos los libros", el que contiene la plenitud del evangelio y lo presenta en una manera que es "clara y preciosa" (1 Ne. 13:35,40).

Fuentes:
  1. Joseph Smith (José Smith), History of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (Historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), 7 volúmenes, editado por 
  2.  Brigham H. Roberts, (Salt Lake City: Deseret Book, 1957), 4:461.
  3. Brigham Young, Journal of Discourses (Diario de discursos) 9:311.
Martin Harris, "Statement to Edward Stevenson (Declaración a Edward Stevenson)," Millennial Star (Estrella milenaria) 44/6 (6 February 1882): 86–87.

24 enero 2009

El Libro de Mormón Anacronismos: Mar Rojo v/s Mar de Caña

Tomado de: www.mundolds.blogspot.com.


La Crítica

La Biblia KJV: Los críticos ponen en duda la partida milagrosa de Moisés del Mar Rojo asegurando que esta creencia surgió debido a un contrasentido (desacierto) de la frase hebrea "yam sup". Los críticos argumentan que la frase debería leerse "el Mar de Caña," y que los Israelitas en verdad simplemente cruzaron una entrada pantanosa mientras los carruajes de los egipcios se atascaron en el lodo.

El Libro de Mormón: ha "probado" que el entendimiento popular de la versión del Rey Santiago (KJV) es inexacta, las críticas además concluyen que el uso de "Mar Rojo" del Libro de Mormón es evidencia que José no estaba produciendo una traducción inspirada, sino simplemente copiándose del (equivocado) texto del King James.

La Respuesta

El Libro de Mormón: Aun si la traducción del Rey Santiago del Mar Rojo estuviera en error, uno sería incapaz de sacar conclusiones acerca de la exactitud de la traducción del Libro del Mormón. Lo mismo que los escritos del Nuevo Testamento del Apóstol Pablo usan el idioma de la Septuaginta (El Nuevo Testamento en Griego), a pesar de la existencia más temprana, más los manuscritos precisos conocidos hoy, Jose Smith usó el idioma de la Biblia del Rey Santiago. En ambos casos, un profeta usó el idioma de la versión más comúnmente usada de las Escrituras para la época.

El autor del artículo del BAR, Bernard F. Batto, está de acuerdo que yam sûp literalmente no quiere decir Mar Rojo (aquello sería yam adam). Más bien, él cree que está relacionado con la raíz hebrea sup, que significa "dejar de existir," o la palabra sop, significando simplemente "fin". Así, una traducción literal del nombre hebreo para esta extensión de agua sería "El mar al final del mundo". Este nombre es apropiado, ya que los ancianos consideraron que el Mar Rojo está en la frontera o al borde de la geografía conocida, o su "mundo". Este uso es confirmado en la literatura judía extra-bíblica, donde la frase yam sup se usa para referirse al Mar Rojo, el Golfo Pérsico, y el Océano Indico; o sea., "Todos aquellos océanos contiguos al sur".(1) Así, el título "el Mar al final del mundo" es apropiado, ya que era el borde del mundo conocido.

A pesar de las complejidades hebreas, puesto que la extensión de agua descrita es conocida por el lector moderno como el Mar Rojo, es apropiado traducir a yam sup como tal. El propósito de la traducción del Libro de Mormón es de seguro comunicar su significado, no los puntos sutiles de modismo hebreo. 

Claramente, el uso de Mar Rojo en el Libro de Mormón está de acuerdo con el uso moderno y la idea de sus autores antiguos.

Conclusión:

No hay razón para reescribir el texto de Éxodo. Los Santos de los Últimos Días generalmente consideran que el relato del Éxodo de la partida del Mar Rojo es un acontecimiento literal, milagroso. Y, aun si los lectores modernos tienen duda, Los profetas del Libro de Mormón claramente aceptaron el éxodo como literal. Así, la traducción del Libro de Mormón refleja su idea, no las preocupaciones de los lingüistas modernos.

Fuente:

1. Bernard F. Batto, "Red Sea or Reed Sea?: How the Mistake Was Made and What Yam Sûp Really Means," Biblical Archaeology Review 10:4 (July/August 1984): 56–63.

17 enero 2009

Planchas de oro y egipcio reformado en América

Jack H West, nos demuestra citando a arqueólogos y libros reconocidos mundialmente (no Mormones), diferentes evidencias sobre Planchas de oro en América y egipcio Reformado. Algunas citas son realmente reveladoras.


El libro nos dice que no solo escribieron sobre planchas de oro, sino que sus historiadores escribieron en jeroglíficos llamados egipcio reformado y también en hebreo. "En nuestra vida hemos oído de nadie que escribiera sobre oro," decía mucha gente en 1830. "¡Que cosa más ridicula!", dijeron, cuando "Pepe" Smith, como lo llamaban, afirmaba tener unos anales antiguos de oro de aquel antiguo pueblo hebraico, escritos en una forma de jeroglíficos egipcios. Y, sin embargo, los anales siguen afirmando que, en efecto, escribieron—sobre oro:
Y como prueba de la verdad de lo que habían dicho, trajeron veinticuatro planchas, llenas de grabados, que son de oro puro. (Mosíah 8:9.)
Ahora pasemos a Mormón, quien era uno de los grandes profetas del libro y también el hombre que hizo un compendio de gran parte de la historia de este pueblo. Hablando del idioma que usaron al escribir el libro, él escribió:
Y hé aquí, hemos escrito estos anales, según nuestro conocimiento, de caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado; y han sido transmitidos y los hemos alterado conforme a nuestra manera de hablar.
Y si nuestras planchas hubiesen sido suficientemente amplias, hubiéramos escrito en hebreo; pero también el hebreo ha sido alterado;. . .(Mormón 9:32-33.)
Por muchos años estas declaraciones tenían perplejos a los científicos. Todavía en el día de hoy, hay algunas que aun son enigmas para ellos. Imagínense, por favor, al pobre arqueólogo Profesor Marett, paseándose de aquí para allá delante de una tumba que acababan de excavar en Monte Al-bán, allá en la cima de las montañas en México, cerca de Oaxaca.

Está medio fuera de sí, diciendo. "¡Imposible!" "¿Cómo es posible que un pueblo sea egipcio al mismo tiempo que son hebreos y, cosa más rara, estar sobre este continente?" Hacía tiempo que él no había leído en el Antiguo Testamento la historia del joven hebreo José —el joven de la ropa de colores—, un hijo de Israel. No había leído como José llego a ser líder de una de las tribus de Israel, una porción de la que vino a este continente, según la historia del Libro de Mormón.

Leído recientemente en la Biblia cómo este joven hebreo bajó a Egipto, vendido a la esclavitud por sus hermanos, y llego a ser, con la ayuda de Dios, el literal y verdadero jefe del gobierno de Egipto. Porque llegó el momento en que el Pa-raón le dijo a José:
". . . por tu dicho se gobernará todo mi pueblo- yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto." (Véase Génesis 41: 40, 41.) 
Y luego, durante los años de gran hambre, su familia bajó a Egipto para conseguir de comer. Eso ya es una historia aparte. 

Cuando Faraón supo del sufrimiento por falta de comida allá en Canaán, le dijo a José:
17 Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: Cargad vuestras bestias e id; volved a la tierra de Canaán;

18 y tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto y comeréis de la grosura de la tierra.
19 Y a ti se te manda: Haced esto; tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras esposas; y tomad a vuestro padre y venid.
20 Y no os preocupéis por vuestras posesiones, porque lo bueno de la tierra de Egipto será vuestro. (Génesis 45: 17-20)
Viviendo allá en Egipto, el pueblo hebreo, sobre todo los de la tribu de José, aprenderían las artes y las ciencias de los egipcios y, naturalmente, aprenderían su idioma, pero, claro, mantendrían, como todos los hebreos, su antiguo idioma y costumbres.

Esta historia es la única respuesta posible al problema del arqueólogo Marett cuando no entendía cómo un pueblo podría ser egipcio y hebreo a la vez, y estar, además, sobre este continente.

Vamos a ver si esta gente, realmente, escribía sobre oro. En la página 65 de The Americas before Columbus, hay una cita de The Goldsmith's Art in Ancient México (El arte del orfebre en el México antiguo,) por Saville:
"Padre Gay menciona. . . que los indios mexicanos vendieron a unos anticuarios europeos unas planchas de oro muy delgadas, aparentemente labradas con martillo, que sus antepasados habían logrado conservar y sobre las cuales estaban grabadas antiguos jeroglíficos."
Sí, claro que escribían sobre oro y escribían en antiguos jeroglíficos egipcios, pero sus escritos no eran como el egipcio más antiguo, ni tampoco como el más moderno. Era como si algún pueblo hubiera venido de la zona del egipcio mas antiguo para ir apartándose del original en los caracteres de sus grabados y en su lengua, como dijo Mormón.

Esto es lo que se halla hoy en día sobre este continente; los jeroglíficos reformados de los egipcios, pero en el modo de 'hablar' de los hebreos, T. A. Willard, citando de la pagina 140 de Farnsworth, nos dice que del cenote sagrado de Chichén Itzá "se sacaron muchos discos de oro cubiertos de bien labradas figuras en reposo, y por los bordes había caracteres y símbolos y a veces jeroglíficos."

Algunos críticos dijeron a nuestra gente en el año de 1830 "Si es verdad que el pueblo del Libro de Mormón tenía un fondo egipcio, ¿Cómo es que, no se hallan ningunas pirámides sobre este continente?" En el año 1830, fue imposible contestar esa pregunta porque todavía no se habían, encontrado ninguna pirámides aquí.

Hoy día se han hallado pirámides, sobre toda la faz de la tierra y ¡que pirámides! Una es tan gigantesca que se podría ubicar la pirámide más grande de Egipto en un rincón de la base, colocar dos pirámides mas en otros dos rincones, y todavía tener lugar en el otro rincón para una cancha de fútbol. Esta es la gran pirámide de Cholula.

Ocho kilómetros de túneles se han cavado dentro de ella por el gobierno mexicano, para que cualquiera que pague la entrada, pueda pasar adentro para conocer algunos de sus secretos. Pues, claro que se han hallado pirámides sobre este continente.

En la página 22 de The Americas before Columbus, Jones, el arqueólogo, afirma con seguridad que estos antiguos americanos son egipcios y luego, en la página 18, está igualmente cierto que son hebreos. Esto resulta en un problema grande y dice: "¿Como puede ser? Un minuto son egipcios y hebreos el otro?"

De su América antigua, como cita Farnsworth en la página 22, Jones ofrece el siguiente testimonio:
Y como si fuera una copia exacta de lo egipcio, hemos demostrado que el tamaño de la base de la pirámide de Copan* (Honduras) es idéntica a la de la gran pirámide del Nilo — mientras que la de Cholula, México, es exactamente el doble de la medida de su base. Es prácticamente imposible que estas dimensiones hubieran ocurrido accidentalmente al construirse.
(*) Los llevaremos a Copan, Ciudad de los Muertos, mediante transparencias en colores en nuestra próxima sesión—la manera mas fácil. Yo tuve que cambiar de avión seis veces para llegar allí. Aterrizamos doce veces; ocho, de las veces, no había aeropuerto— nada más que claros hechos en la selva por los indios. Yo no tuve miedo, pero ¡Cómo se agachaban los arboles selváticos al efectuar el aterrizaje.
En la página 18, este mismo investigador, Jones, representa a muchos científicos que han hallado tanto el fondo egipcio como el hebreo.

Muchas otras costumbres y ceremonias religiosas existen. . . estrechamente análogas con la raza de Abraám, pero suficientes pruebas se han dado en este tomo para proponer estas (como creemos nosotros) preguntas sin otra contestación posible: "Si no son de las Tribus Perdidas de Israel, ¿quiénes son? ¿Qué nación de la antigua historia puede pretender identificar aquellas costumbres y modos de ser como suyos, si no la hebrea?"

Se han hallado escritos en hebreo últimamente. En una tumba en Monte Albán, el Profesor Marett descubrió artefactos y obras de escultura que eran, por una parte puramente egipcios y nos da muchas razones de por qué. Luego, por otra parte, descubrió otros artefactos y obras de escultura en la misma tumba, hechas de los mismos materiales y, a su mejor juicio, hechas por los mismos artesanos, que eran "ciertamente hebreos."

Y como les he dicho antes, el arqueólogo Marett, se halla en dificultades. Leamos, para terminar con este punto en particular, una declaración de Marett. Esto también se halla en la página 22 de Farnsworth:

Lejos de aclarar el origen del antiguo mexicano y la fuente de sus asombrosos conocimientos de la escultura, astronomía, arquitectura y de los colores permanentes, esta colección maravillosa de antigüedades no hace más que ahondar el misterio. Los ídolos y las imágenes aquí exhibidos demuestran facciones de tipos indios; algunos sin duda son hebreos; otros seguramente egipcios.

Sí, es cierto que escribían sobre oro; escribían en egipcio; y podrían haber escrito y, en verdad, escribían, muchas veces en hebreo.

12 enero 2009

Quetzalcohuatl

El siguiente artículo describe características del dios mexicano Quetzacohuatl, manifestando su parecido con Jesucristo en muchos aspectos.

Enviado por Blanca Álvarez


Simón Bolívar:
Carta de Jamaica
(Contestación de un Americano meridional a un Caballero de esta Isla)

Pienso como usted que causas individuales pueden producir resultados generales, sobre todo en las revoluciones. Pero no es el héroe, gran profeta, o Dios del Anáhuac (56), Quetzalcohuatl, el que es capaz de operar los prodigiosos beneficios que usted propone. 

Este personaje es apenas conocido del pueblo mexicano, y no ventajosamente; porque tal es la suerte de los vencidos aunque sean Dioses. Sólo los historiadores y literatos se han ocupado cuidadosamente en investigar su origen, verdadera o falsa misión, sus profecías y el término de su carrera. 

Se disputa si fue un apóstol de Cristo o bien pagano. Unos suponen que su nombre quiere decir Santo Tomás (57); otros que Culebra Emplumajada; y otros dicen que es el famoso profeta de Yucatán (58), Chilan-Cambal (59). 

En una palabra, los más de los autores mexicanos, polémicos e historiadores profanos, han tratado con más o menos extensión la cuestión sobre el verdadero carácter de Quetzalcohuatl. 

El hecho es, según dice Acosta (60), que él estableció una religión, cuyos ritos, dogmas y misterios tenían una admirable afinidad con la de Jesús, y que quizás es la más semejante a ella. 

No obstante esto, muchos escritores católicos han procurado alejar la idea de que este profeta fuese verdadero, sin querer reconocer en él a un Santo Tomás como lo afirman otros célebres autores. 

La opinión general es que Quetzalcohuatl es un legislador divino entre los pueblos paganos de Anáhuac, del cual era lugarteniente el gran Motekzoma, derivando de él su autoridad. 

De aquí se infiere que nuestros mexicanos no seguirían al gentil Quetzalcohuatl, aunque pareciese bajo las formas más idénticas y favorables, pues que profesan una religión la más intolerante y exclusiva de las otras.

Conceptos mencionados:

56. Anáhuac: Región del México central, en donde floreció la cultura de los Aztecas. Bolívar la cita como sinónimo de México, según era usual entonces.
57. Se refiere aquí al Apóstol Santo Tomás.
58. Yucatán: península de México en donde floreció la cultura de los antiguos mayas.
59. Chilan-cambal: Chilán o Chilam es el nombre que los antiguos mayas daban a los enviados o representantes de los Dioses. Bolívar se refiere aquí al profeta Kukulkán, de origen mítico, a quien Diego de Landa, en su Relación de las cosas de Yucatán, identifica con la Serpiente Emplumada o Quetzalcoatl de los aztecas.
60. El misionero jesuita español José de Acosta (1539-1600), quien residió largos años en América, y fue más tarde Rector del Colegio de su orden en Salamanca. Autor de la obra titulada Historia natural y moral de las Indias (Sevilla, 1590

Simón Bolívar:
Carta de Jamaica
(Contestación de un Americano meridional a un Caballero de esta Isla)

07 enero 2009

Jesucristo visitó América

Continuando con los escritos de Jack H. West, encontramos más evidencias de la visita del Salvador a la América Precolombina, a través de diferentes descubrimientos hechos por famosos arqueólogos.



JESUCRISTO APARECIÓ SOBRE ESTE CONTINENTE después de su crucifixión y resurrección en el antiguo continente. Abramos a 3 Nefi, capítulo II. Ojalá que tuviéramos a alguien con el talento de Sid Grauman. Puede ser que algunos de ustedes hayan visto en el Hollywood de antaño, algunos de los prólogos de Grauman. Si vieran ustedes al de Rey de Reyes, sé que lo recordarían hasta el fin de su vida. Alguien necesita representar este suceso—uno de los acontecimientos de indios que  tenga la leyenda entre su pueblo del gran Dios Blanco que era el Hijo de Dios, que vino a vivir con sus antepasados y les enseñó su hermoso Evangelio.

Yo hablé con un anciano de los indios, un "Patriarca" lo llamaban el guía, alla lejos, más de mil millas por senda selvática en la Ciudad de México, en su casucha en Yucatán. Sin más ni más, mi guía dijo: 

"Señor, dígale a él la historia que RAE contó sobre nuestra Biblia de oro." Pues, entonces, yo, en mi español mal pronunciado, con la ayuda del guía, le conté (mas o menos en una hora) la historia de su antigua religión que se halla en la "Biblia de oro." Escuchó, poniendo toda atención; luego, cuando llegué a la parte donde Cristo vino bajando del cielo para vivir entre ellos —el Hijo de Dios que era un Dios por derecho propio, que murió crucificado en el antiguo continente, durante cuyo tiempo hubo grandes destrucciones sobre este continente por tres horas—, los ojos del anciano se llenaron de lágrimas y empezó a asentir con la cabeza, y dijo: "Sí, es verdad. ¡Sí, es correcto!" Desde ese punto para adelante, mientras terminaba el resto de la historia, de vez en cuando asentía coa la cabeza y decía lo de antes. Luego, por dos horas, me quedé sentado en su casucha escuchando las leyendas de su pueblo. Claro que para mí fue maravilloso. Me dijo que sí tenían leyendas de que su pueblo volvería a ser grande otra vez como su antepasado que tenía doce hijos, (Padre Israel) pero no sin que se les restaurara antes su antigua religión verdadera.

Punto tras punto de su historia estaba perfectamente de acuerdo con la historia del Libro de Mormón.

Sin embargo, en el año 1830, cuando esta afirmación se leyó en el Libro de Mormón —que Cristo había visitado aquel pueblo—, otra vez los miembros de la Iglesia oyeron el grito de "¡Blasfemia!" de las iglesias contrarias. Sus pastores decían: "¿Quieren ustedes decirnos que el mismo Hijo de Dios visito a estos salvajes?" Lo único que podían decir los miembros de la lglesia mormona en el año 1830, era: "Pues, así está escrito en el Libro, y tenemos confianza y fe en ese Libro." Les era imposible comprobarlo con las pruebas que existían en aquel entonces, pero hoy día las pruebas están completas.

Antes de citar más de los científicos, permítanme contarles algo: En otoño del año pasado, mi esposa (madre de mis seis hijos) y yo fuimos en nuestra segunda gran luna de miel. Pasamos por todos los países de Sudamérica y Centroamerica, visitando gran número de las islas del Caribe. Visitamos veintinueve naciones durante nuestro viaje de 38,500 millas. La razón de hacer el viaje fue para reunirnos en Río de Janeiro con nuestro hijo Jack que había completado su misión para la Iglesia en el Brasil, y así se lo habíamos prometido.

Yo tenía pensado llevar a mi hijo Jack y a mi esposa Lerona (a quien llamo cariñosamente "mí estupenda novia") por todas las ruinas principales de aquellos países mientras sacaba fotografías en colores para diapositivas adicionales, divirtiéndome grandemente así durante mis vacaciones. ¡Cómo nos divertíamos! Pero al llegar al Brasil, se terminó de repente la "luna de miel." Era una ficción lo de las vacaciones. Al llegar a Río para recoger a mi hijo, supimos que él tenía arreglada una serie de conferencias sobre el Libro de Mormón por toda Sudamérica. De repente, se acabaron las vacaciones.

El tema el Juicio del palo de José se presentaba en tres conferencias, las que se combinaron en una que se llamó: "Cristo vino a las Américas." Encontramos que la gente se quedó encantada con la idea de que Jesucristo hubiera estado entre los antiguos habitantes de este continente... ¡se quedaron asombrados! Luego, al ir penetrando mas y más en las zonas donde vivían los indígenas, no había nada de consternación porque ellos sabían que Cristo había estado entre sus antepasados y les había enseñado su hermoso evangelio.

Pero esta idea del ministerio de Cristo en America sí causo gran alarma entre los otros grupos cristianos en el año 1830, cuando supieron que el Libro de Mormón afirmaba que Jesucristo había vivido entre el pueblo, les había enseñado su evangelio, en verdad, había establecido Su Iglesia y apartado doce discípulos para la obra del ministerio sobre este continente.

Ahora volvamos a los "peritos". Abran la página 36 de The Américas before Columbus, y lean una cita de Kingsborough:
"El Cristo legendario de América hizo milagros y enseñó doctrinas cristianas. En su Historia de Chile, Rosales declara: "Había llegado a aquel país un hombre milagroso, que hacía milagros, sanaba los enfermos con agua, encendía fuego con un soplo de su aliento, hacía llover y causaba que crecieran sus cosechas, sanando de repente a los enfermos, dándoles visión a los ciegos."
Otra cita de Kingsborough, en la misma página, dice:
"Los Aztecas tienen una tradición de un Dios sufriendo y crucificado llamado Quetzalcoatl, y de uno que vino delante de él para preparar su camino y llamarlos al arrepentimiento. Tezcaltlipoca le ofreció una copa, llamándolo "Mi hijo." De su falta de voluntad para probarlo y de haber llorado amargamente después de haber tomado su contenido; haber abandonado los reinos temporales a favor de los espirituales, fue llamado por el Padre a abandonarlos. Al alejarse, hubo cuatro terremotos. Prometió volver otra vez para redimir a su pueblo. 
¿Se les habrá ocurrido pensar alguna vez por qué fue que Cortés, con unos cuantos soldados pudo subyugar a millones de indios? ¿Habrán pensado alguna vez por qué pudo escribir su nombre en sangre por toda la faz de México? Tengo algunos de los escritos personales de Las Casas, el primer obispo de Chiapas. Mientras va escribiendo, tiene lagrimas en los ojos, y nos dice: "Hasta este tiempo, únicamente, solo en esta región, Cortés ha asesinado a sangre fría a más de quince millones de indios, por que rehusaron aceptar una forma del cristianismo que, según éstos, es menos perfecto que el suyo y, sin embargo, saben que se han apartado del original."
¿Y por qué permitieron los indios tal matanza? Conozco a un cacique indio, muy amigo mío, que es descendiente directo de Moctezuma y él tiene algunos de los escritos personales de Moctezuma. En estos códices se entiende claramente que los indios podrían haber matado a Cortés en cualquier momento, hasta el momento en que se hizo aliado de los Tlascaltecas y logró alentar las enemistades naturales poniendo tribu contra tribu e indio contra indio. ¿Por qué, pues, lo dejaron vivir? ¿Por qué permitieron que cometiera tales atrocidades? Porque creían que era el Dios blanco que regresaba, para cumplir las promesas hechas por sus antepasados de que él volvería. Al fin yo le pregunté al anciano "patriarca" indio en Yucatán, "¿No había entre los indios algunos que al fin creyeran que era imposible que Cortés fuera un dios por las grandes maldades hechas en contra de su pueblo?" El respondió: "Por cierto, muchos creyeron al fin que él no podía ser un dios, pero también tenían la leyenda de que una raza blanca tenía que conquistarnos antes de que nuestra religión verdadera se nos fuera devuelta." Así que aun los que al fin creyeron que él no era el Dios blanco que regresaba, no volvieron en su contra, a sabiendas de que tenían que ser conquistados por una raza de gente blanca. Sabían que el Dios de sus antepasados volvería, y que su verdadera religión sería devuelta antes de su llegada."
En la pagina 41 de The Americas before Columbus, Farnsworth cita a P. de "Roo respecto de la posibilidad de que Jesucristo en verdad vino a esta tierra en tiempos antiguos:
"No es nuestra intención exagerar la importancia de esas coincidencias de las antiguas tradiciones americanas con la historia de nuestro Salvador, pero su origen cristiano y su significado cristiano difícilmente se pondrían en duda si halláramos, junto con ellas, entre los aborígenes mismos, tales emblemas, doctrinas y costumbres que evidentemente son exclusivamente cristianos.
¿Quién negará que, si la cruz, símbolo exclusivo del cristianismo, se hallara en Yucatán, señalaría como cristianas las tradiciones de sus habitantes, según las cuales creían que su hijo-dios, nacido de una virgen, murió crucificado?
Claro que Jesucristo había estado con ellos y les había enseñado bellas cosas, y ellos oyeron historias maravillosas de sus propios labios."
Ahora doblen la página para citar de Brinton en la página 42:
"De tal modo llegamos, todavía bajo condiciones primitivas, a tales ideales personas como Quetzalcoatl entre los Aztecas, de quien se decía en sus leyendas que era de un aspecto majestuoso, casto en la vida, adverso a la guerra, sabio y generoso en sus acciones, y que se deleitaba en el cultivo de las artes de la paz; o como vemos entre los Incas, con su héroe cultural, Tonapa, de cuyas enseñanzas un escritor católico del siglo XVI dice: "Tan semejantes eran a los preceptos de Jesús, que nada faltaban en ellas, sino su nombre y el de su Padre."
No podemos traducir los nombres propios, ¿verdad? De otro modo llevarían el nombre de Jesucristo y Dios el Padre en estas antiguas ruinas.

Por cierto Cristo estuvo con esta gente, y en verdad les dio estas hermosas enseñanzas.

02 enero 2009

Anales semejantes al Antiguo Testamento en América Precolombina

Jack H. West en su escrito "El Juicio al Palo de José" es capaz de demostrar evidencias de arqueólogos reconocidos mundialmente. Lo mas destacable de estas pruebas es que muestran antiguos registros que existían América Precolombina, con una extraordinaria similitud a registros Bíblicos. Todas estas referencias representan el libro "The Americas before Columbus".



"Pues bien, ahora pasemos a LA SEGUNDA AFIRMACIÓN del Libro de Mormón que vamos a tratar. El Libro de Mormón nos cuenta que los Nefitas trajeron consigo del viejo continente ciertos anales llamados las PLANCHAS DE BRONCE DE LABÁN. Estas deben de haber sido muy importantes porque, para conseguirlas, un hombre perdió la vida. Nefi, el hijo de Lehi, jamás había derramado la sangre de ningún ser humano y quiso evadir la responsabilidad de matar a Labán. Pero el Espíritu le dijo:
Hé aquí que el Señor destruye a los malvados para que se cumplan sus justos designios. Vale más que muera un hombre, que dejar que una nación degenere y perezca en la incredulidad.
(1 Nefi 4:13.)
Las planchas de bronce deben  haber sido un registro de suma importancia para esa gente — un registro que les guardarían de "degenerar y caer en la incredulidad."
Porque Labán tiene en su poder los anales de los judíos así como la genealogía de tus antepasados; y se hallan grabados sobre planchas de bronce.
Por lo que el Señor me ha mandado que tú y tus hermanos vayáis a la casa de Labán para procurar conseguir los anales y traerlos aquí al desierto.
(1 Nefí 3:3-4.)
El Libro de Mormón sigue relatando lo que estaba escrito sobre las planchas de bronce, de modo que tenemos suficiente razón en creer que aquellos anales eran semejantes al Antiguo Testamento, pero sin incluir, la toma de Jerusalén por los Babilonisenses. (Véase 1 Nefi 5:10-15.) 

Cuando esta declaración se leyó desde el púlpito, algunos de nuestros amigos en otras iglesias, gritaron, "¡Blasfemias!" Ellos dijeron: "¿Quieren ustedes decirnos que aquellos salvajes idólatras tenían unos anales en tiempos antiguos semejantes al Antiguo Testamento?" Lo único que nuestros miembros de la Iglesia podían decirles en 1830, cuando el Libro salió de la imprenta, fue: "Nosotros creemos en ese libro. Tenemos un testimonio de su veracidad." Pero en aquel entonces era imposible verificar la afirmación de que aquella gente tenía anales semejantes al Antiguo Testamento. 

Hoy día los Santos de los Últimos Días no tienen que comprobarlo porque los científicos ya lo han hecho por ellos.

Vamos a abrir la página 41 de The Americas before Columbus para leer una cita de De Roo. Dice:
Que el hombre fue creado en la imagen de Dios formaba parte de la creencia mexicana, dice Kingsborough. Otro punto de coincidencia con la historia de las escrituras se halla en la Diosa Azteca "Ciocoat" o mujer serpiente que los Aztecas llamaban Nuestra Señora y Madre, la Primera diosa en dar a luz, que legó el sufrimiento del parto a la mujer como tributo de la muerte y por la cual entró el pecado al mundo. En todo esto se ve mucho que nos recuerda la madre del género humano.
¿De dónde sacaron está información, si en verdad no tenían los anales que afirmaban tener? Y los indios relataron muchas de estas historias a los primeros ministros cristianos que llegaron a ellos, tan pronto pudieron efectuar suficiente nivel de comunicación, mediante señas o lo que fuera.

Como prueba adicional de que los antiguos habitantes de las Américas tenían un conocimiento y unos anales del Antiguo Testamento, leamos en la página 26, la cita de Alvin Colton, un hombre que vivió con varias de las tribus de indios y que aprendió muchas de sus leyendas:

La historia del diluvio esta muy esparcida entre los indios americanos. Un hombre (Noach) (fíjense cuán parecido —Noé no, sino Noach.) con algunas otras personas, se escapó en un barco en que iban varios animales y pájaros. Un arco iris es la señal que esto no volverá a pasar.
¿Saben ustedes que la Biblia es el único lugar donde se cuenta la historia de cómo el arco iris fue puesto en el cielo como señal de Dios a sus hijos que jamás volvería a destruir el mundo mediante el diluvio? El Antiguo Testamento es el único lugar en que se ha encontrada anotada esta historia, y, sin embargo, el pueblo indígena tenía conocimiento de la historia del arco iris cuando llegaron los primeros ministros para trabajar entre ellos .

La declaración del señor Colton sigue:
Con el transcurso del tiempo se construyó una torre con el proposito de llegar a las nubes, pero el Dios, muy enojado con tal presunción, destruyo la torre, confundió el lenguaje del día y dispersó a los habitantes.
Jacob y sus doce hijos se hallan en las leyendas del indio americano. Algunas de las tribus construían un altar de doce piedras en memoria de un gran antepasado suyo que tenía doce hijos. Tenían la tradición de que todas las tribus indígenas descendieron de un hombre que tenía doce hijos. (¿Cuál era el otro nombre de Jacob? Israel, El tenía doce hijos, y ellos llegaron a ser los jefes, en su condición prima al menos, de las doce tribus de Israel. Los indios sabían este fondo de la historia del Antiguo Testamento.) Que este señor era un príncipe notable y de renombre, teniendo gran dominio; que los indios y su posteridad, volverían a recobrar ese mismo dominio e influencia, ¿Verdad que es interesante? 

El libro de Mormón dice que en los últimos días, cuando los Lamanitas (el indio americano) nuevamente acepten y vivan el evangelio de Jesucristo, volverán a ser un pueblo de cutis blanca y suma mente bella y que mediante ellos, todas las naciones del mundo serán bendecidas. 

Por cierto, los indios tenían aquella leyenda, y, en verdad, tenían planchas de bronce como ya se ha explicado; unos anales del antiguo continente.

Vamos a leer una cita de De Roo en la página 65 del libro. Luego vamos a leer una declaración de Kingsborough, el abuelo del grupo arqueológico del continenpe americano, a quien se cita repetidas veces, quizas, más que a cual quier otro arqueólogo. De Roo dice:
Los indios contaron que hacía mucho, los Otomíes estaban en posesión de un libro, que se pasaba de padre a hijo y se guardaba por personas de importancia cuyo deber era explicarlo. . . Por reverencia, no doblaban las hojas del libro con sus manos, sino que usaban un palito que se guardaba con el libro para este propósito. Habiendo preguntado el fraile al indio sobre lo que contenía el tomo y sus enseñanzas, el viejo no podía entrar en detalles, pero dijo que, si estuviera en existencia aún, sería evidente que las enseñanzas de aquel libro y la predicación del fraile eran las mismas.- (Nótese ahora esta afirmación interesante.) Pero la venerable reliquia había perecido en la tierra, donde sus guardianes la habían enterrado.
Sí, claro, que tenían unos anales semejantes al Antiguo Testamento.

En la página 18, una cita de Kingsborough:

No puedo menos que comentar que uno de los argumentos que me lleva a creer que esta nación desciende de los Hebreos, es ver los conocimientos que tienen del Libro de Génesis.

En otro tratado, Kingsborough, también en la página 18, nos cuenta del Manuscrito Borgiano, desenterrado en las selvas de entre los escombros de siglos, sin ninguna posibilidad de que el hombre moderno hubiera podido falsificarlo.

Una extraordinaria representación de las diez plagas que Dios mandó a Egipto ocurre en las páginas once y doce del Manuscrito Borgiano. Moisés está allí pintado, sosteniendo en la mano izquierda levantada, su bastón que se volvió en una serpiente y, con un ademán furioso, llamando sobre los egipcios las plagas. Estas plagas eran ranas, saltamontes, piojos, moscas, etc., todo lo que está representado en las páginas a que se a referido. Pero la última y la mis espantosa eran las tinieblas espesas que cubrieron Egipto por tres días, y la muerte del primogénito de los egipcios. ...

¿De dónde sacó este pueblo estas ideas si no tenían algún registro de los acontecimientos y gentes del Antiguo Testamento?

Fuente:
www.bibliotecasud.blogspot.com

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