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13 septiembre 2011

Las leyendas de América, por Franklin S. Harris III

Por Franklin S. Harris III

El explorador de la cultura maya, John Líoyd Stephens, dio a conocer por primera vez las maravillas de esta antigua civilización americana, en 1841 en su libro Incidents ofTravel in Central América, Chiapas, and Yucatán, (Incidentes de un viaje por Centroamérica, Chiapas y Yucatán). Cuando José Smith encontró uno de estos ejemplares su entusiasmo fue mayúsculo: "Es maravilloso contar con la ayuda del mundo para lograr tantas pruebas... ¡Quién hubiera soñado que doce años servirían para desarrollar un testimonio tan incontrovertible del Libro de Mormón!" (Times and Seasons, 15 de septiembre de"1842, págs. 914-15).

Lo que el Profeta aparentemente no sabía era que tres siglos atrás, los españoles que llegaron al nuevo mundo buscaron una respuesta al misterio del origen de los indios americanos; no en los restos de las antiguas ciudades, sino en las tradiciones de los aborígenes. La evaluación de esta obra primitiva es interesante a la luz de lo que enseña el Libro de Mormón.

El español encontró en el hemisferio occidental un pueblo completamente diferente, y se mostró naturalmente curioso acerca de su cultura, historia y antepasados. Varios soldados y misioneros católicos investigaron la historia de la antigua América examinando manuscritos nativos e interrogando a los mismos indios. Por más de dos siglos la mayoría de sus obras permanecieron sin ser publicadas, juntando polvo en los archivos europeos. Ninguna de éstas estaba a disposición en inglés durante la traducción del Libro de Mormón y muy pocos de sus escritos fueron impresos en español. ¿Qué aprendieron los españoles del siglo XVI de las tradiciones de los primeros americanos? Las fuentes de información más fidedignas y aquellas que datan de muchos siglos antes de la conquista, contienen leyendas que indican que las tierras que están más allá de los mares, son lugar de origen de los progenitores de los habitantes del Nuevo Mundo. Muchas tradiciones precolombinas mencionan inmigrantes transoceánicos.

Cuando se encontró por primera vez con Cortés, Moctezuma hizo surgir en los españoles el interrogante en cuanto al origen de los aztecas y la importancia que éste tendría en sus relaciones con el español, según se encuentra anotado en la segunda carta del conquistador al rey Carlos V:  
"Sabemos, pues así nos lo dijeron nuestros antecesores . . . que somos extranjeros y que hemos llegado aquí de tierras muy distantes. Sabemos que nuestros antepasados fueron traídos aquí por un señor a quien le debían lealtad, el que después regresó a su país natal. .. Siempre hemos creído que sus descendientes vendrían a conquistar esta tierra . .. Por lo que decís de que procedéis del lugar de donde sale el sol, y . . . que aquel gran señor o rey os ha enviado aquí, creemos por cierto que se trata de nuestro legítimo señor." (Cariasy Documentos, Hernán Cortés, México, Editorial Porrua, 1963 pág. 59.) 
El testimonio de Moctezuma fue corroborado por varios frailes católicos, quienes por muchos años recopilaron material sobre la historia de ios indios.

Los. autores misioneros españoles como Landa, Duran, Sahagún y Torquemada, trabajaron diligentemente y sin escatimar esfuerzos, ni buscar honra para sí; muy pocos de sus contemporáneos sabían de sus obras, y solamente la Monarquía Indiana, de Juan de Torquemada, fue publicada durante la vida de su autor (1615). Fray Juan era un monje franciscano que aprendió el lenguaje totonaca y comenzó a recopilar información sobre los nativos. Principalmente, basó sus obras en las historias mexicanas encontradas en los escritos nativos, especialmente en los documentos texcocanes; a éstos agregó testimonios verbales directos sobre información etnográfica.

Otro franciscano, Bernardino de Sahagún, dedicó 60 años a recopilar material sobre la cultura azteca el que organizó en doce tomos. No solamente aprendió varios idiomas nativos sino que también contaba con numerosos indios versados que interpretaron para él los antiguos escritos y grabados. Sahagún relató en dos oportunidades de las gentes que cruzaron el mar en embarcaciones, hasta llegar a las costas de México. Uno de los grupos era el de los huastecas: 
"Se dice que aquellos que llegaron . . . hasta las costas de la tierra llamada México . . . lo hicieron en embarcaciones; cruzaron el mar" (Historia general de las cosas de la Nueva España, por fray Bernardino de Sahagún, libro 10. Traducido por Arturo .1. O. Anderson y Charles E. Dibble en Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, la Escuela de Investigaciones Americanas y la Universidad de Utah, 1961, pág. 185). 
El otro grupo fue el de los mexicas: 
"En el distante pasado, . . . los primeros en venir . , . aquellos que vinieron a reinar en esta tierra . . . vinieron sobre las aguas en embarcaciones; en muchos grupos" (Ibid. pág. 190). 
Los relatos de Torquemada y Sahagún son básicamente similares, aunque incluyen detalles diferentes. Los, tres pasajes citados proveen la información esencial de los pueblos que vinieron cruzando el mar.

Fray Bernardino también se refiere a una antigua raza blanca en su sección sobre los primeros totonacas: "Todos los hombres y mujeres son blancos, con caras de buenos rasgos y proporcionadas, y de buena figura" {Historia general de las cosas de Nueva España, volumen 3, pág. 202). De Sudamerica llega información adicional sobre habitantes blancos en la época precolombina. Cerca de Tiahuanaco, Bolivia, los indios Colla le dijeron a Cieza que una raza de hombres blancos y barbados vivió hasta la época en que tuvieron batalla con uno de los dos señores pre-incaicos de esa provincia: "Uno de ellos entró en el lago Titicaca y encontró en la.isla mayor de esa acumulación de agua, hombres blancos barbados con quienes peleó hasta que los mató a todos" {Los Incas, por Pedro de Cieza de León, Imprenta de la Universidad de Oklahoma, 1959 pág. 273). Aproximadamente 800 kilómetros al noroeste, Cieza examinó las ruinas de un lugar llamado Huari, en Perú, y llegó a la conclusión de que la civilización que había construido esa ciudad no era la incaica. Al preguntar a los indios de esa localidad quién había construido ese lugar, contestaron que fue el pueblo de raza blanca y hombres barbados que habitaron el lugar mucho antes que los incas lo hicieran. (Ibid. pág. 123.)

Diego de Landa, que llegó a ser más tarde obispo de Yucatán en 1572, y a quien se recuerda muy bien por haber quemado en público la biblioteca de libros mayas, autorizó un importante relato de los antiguos mayas, el que incluye una interesante tradición de Yucatán concerniente a sus antepasados: 
"Algunos de los ancianos de Yucatán dicen que escucharon de sus antecesores, que esta tierra estaba ocupada por una raza de gente que había venido del este y a quienes Dios había guiado abriendo para ellos doce sendas en el mar. Si esto fuera verdad, sería necesario aceptar que todos los habitantes de las Indias son descendientes de los judíos." {Relato de Landa sobre las cosas de Yucatán, por Alfred M. Tozzer. Documentos del Museo Peabody de etnología y arqueología americana de la Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts, publicado por el museo en 1941, volumen 18, págs. 16-17.)
Landa llegó a la conclusión de que si el relato era correcto, los antecesores de los mayas eran judíos y reconoció la similitud con el éxodo de los israelitas desde Egipto.

Otro fraile que excribió acerca de la similitud entre los hebreos del Antiguo Testamento y los aborígenes americanos, fue Diego Duran. Duran estudió el remoto y complejo origen de los indios, descubriendo mucha semejanza entre las culturas hebrea y azteca, como podemos ver a continuación: Las historias de la creación y de la torre de Babel eran similares en ambas culturas. {Aztecas: La historia de los indios de la Nueva España., por Fray Diego Duran, Nueva York, Orion Press, 1966, págs. 4-5. Véase también Génesis 1, 11:1- Tanto los hebreos como los aztecas, "como pueblo escogido de Dios, sobrevivieron a rigurosos preregrinajes por el desierto hasta que llegaron a la tierra prometida: Canaán y el Valle de México" {Libro de los Dioses y Ritos, y El Calendario Antiguo, por fray Diego Duran, Norman, Oklahoma, Imprenta de la Universidad de Oklahoma, 1971, p. 25. Véase también Números 14:33-34). Los aztecas contaban una historia similar a la de Moisés guiando a los hijos de Israel hacia la libertad: 
"Los indios tienen tradiciones relacionadas con un gran hombre que juntó a una multitud de sus seguidores y les persuadió a que escaparan de la persecución hacia una tierra . donde pudieran vivir en paz . . . Llegó hasta las orillas de un mar y abrió las aguas con una vara que llevaba en su mano. Entonces las aguas se abrieron y tanto él como sus seguidores pudieron atravesarlas. Los enemigos, advirtiendo esta brecha comenzaron a seguirles, pero las aguas regresaron a su lugar y nunca se volvió a escuchar de los perseguidores." 
Duran escribió de otro importante episodio similar en ambas migraciones: 
"Cuando estaban acampados cerca de unas colinas, se registró un terrible terremoto. La tierra se abrió y tragó a varios hombres malvados, lo que llenó a las otras personas de pánico. Habiendo visto la pintura de este evento, recordé el libro de Números, en donde se dice cómo la tierra abrió la boca y tragó a Coré, Datan y Abiram." 
También los aztecas, como los hebreos, aseguran que durante su peregrinar recibieron maná del cielo. {Aztecas, pág. 4. Véase también Génesis 14:1-30, Números 16:1-34, Éxodo 16:4-15.) Los jóvenes aztecas llevaban a la práctica ritos en los templos, similares a aquellos de los levitas en el Antiguo Testamento. Ciertos linajes en ambas culturas poseían oficios sacerdotales. Ambos pueblos utilizaron comida como ofrendas a Dios. El rito hebreo de sacrificar palomas se comparaba al azteca de sacrificar perdices; en ambos casos, el sacerdote le arrancaba la cabeza al ave y la ponía a un costado del altar para que se desangrase. Los animales que los hebreos ofrecían en sacrificio tenían que ser sin mancha. (Dioses: páginas 85, 104, 124, 131-33. Véase también Deuteronomio 18:1-12; Números 15:1-24; Levíticos 1:14-17, 22:19-20, Salmos 106:37-38.) Estas y otras similitudes asombrosas, demasiado numerosas en la mente de Duran como para ser el resultado de una casualidad, le condujeron a creer que los aztecas eran de origen israelita. Cualquiera de estas tradiciones puede que no sea demasiado convincente en sí misma; pero si se las agrupa, pueden constituir un buen argumento y componer una descripción de viajes transoceánicos de la antigüedad, desde el Oriente a América.

Franklin S. Harris III, es licenciado en historia latinoamericana y piloto de la compañía aérea American.

19 mayo 2009

La religión de Teotihuacán y el cristianismo

En busca del Cerro Cumorah
David A. Palmer
www.bibliotecasud.blogspot.com.


Parece seguro que el cristianismo traído al Nuevo Mundo por Cristo se enseñó en Teotihuacán.

Esto, porque si los nefitas tuvieron ceremonias del Templo, no reportadas en el Libro de Mormón, Teotihuacán debió ser el lugar más indicado para haberlas practicado. Quizá 4 Nefi 27 se refiere a recomendaciones para el Templo.

Relación de Cristo con Quetzacoal

Se han escrito libros por mormónes y no mormónes, por igual, sugiriendo la posibilidad de que el Dios Serpiente Quetzalcoal fuese Jesucristo. Por cierto, hay tres referencias en el Libro de Mormón que sugieren el símbolo de la serpiente con referencia a Cristo ... (1 Nefi 17:41; 2 Nefi 25:50; Helamán 8:13-15). Por lo tanto, no debe ser sorprendente, que adoraran a un Dios Blanco y barbado desde el primer siglo a.C. conocido como Quetzalcóal (serpiente emplumada). 

Las similitudes entre la doctrina de Quetzalcóal y la de Jesucristo condujo a muchos de los sacerdotes españoles a pensar que Quetzalcóal era uno de los apóstoles originales.

Desgraciadamente las tradiciones y las leyendas del Dios de la vida antigua han sido revueltas con las leyendas de la vida de Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóal. Este último fue el rey de Tula, en el siglo diez, que abandonó la ciudad con una comitiva de seguidores para viajar a la costa del golfo. Prometió volver. Hoy en día se cree que siguió hasta Yucatán donde se apoderó de ciudades como Chichen Itzá.

Todas las tradiciones de Quetzalcoal anteceden a ese héroe cultural verídico. Por lo tanto tienen que relacionarse con el verdadero Dios quien nosotros creemos fue Jesucristo. El famoso templo de Quetzalcoal que se construyó entre 150 y 400 a.C. es la expresión más visual de la adoración a Quetzalcoatl. Está cubierto de serpientes arregladas en simetría.

Representaciones del renacimiento espiritual

Acompañando las cabezas de serpientes en el templo de Quetzalcoatl hay una abundancia de conchas simbólicas. Esas normalmente se asocian con Quetzalcoal representando un renacimiento espiritual.

Una cruz tallada de concha se muestra en el pecho de Quetzalcóal. En una representación del códice Maya, llamado Dresden, una persona adulta sale de una concha sumergida en el agua. Un Dios sentado sobre el agua detiene una serpiente. Estas y otras representaciones de hombres viejos saliendo de conchas sugieren la unión de espiritualidad y bautismo (Sejourne 1956, 1962).

Bernardino de Sahagún registró varios incidentes de bautismos, efectuados por creyentes de Quetzalcóal, poco después de la conquista de México. En uno de ellos el oficiante dijo:
"... Ahora él vive otra vez y es nacido otra vez, una vez más él es purificado y limpiado . . ." (Sahagún 1956, II, 207).
En otro relato el sacerdote es citado diciendo:
Cuando fuiste creado y mandado aquí, tu padre y madre Quetzalcóal te hizo como una piedra preciosa . . . pero por tu propia voluntad y albedrio te manchaste . . . y ahora has confesado . . . has descubierto y has manifestado todos tus pecados a nuestro Señor Dios ... quien lava y purifica todo pecador... Ahora has nacido de nuevo, ahora comienzas a vivir; y ahora aún nuestro Señor Dios te da luz y un sol nuevo . . . (Sejourne, 1956, 56 citando a Sahagún).
¡La similitud entre esta cita y el cristianismo es verdaderamente sorprendente!

El concilio en el cielo

Dentro del contexto de las tradiciones que se han heredado hasta este día concerniente a la religión de Teotihuacán, hay muchos otros elementos que reflejan verdades básicas enseñadas por José Smith.

Del Código Matritense viene esta tradición que concierne a Teotihuacán:

Cuando aún era de noche
Cuando aún no era de dia
Cuando aún no había luz
Se reunieron
Los Dioses se convocaron ahí
En Teotihuacán
Hablaron entre sí
"Vengan aquí oh Dioses!"
¿Quién se encargará?
¿Quién velará Para que haya días, Para que haya luz?"

La descripción de la creación que ésta leyenda presenta es muy significativa. En este gran concilio, se decidiría quien sería el creador. Dos dioses ofrecieron crear la luz para el mundo tirándose a sí mismos al fuego y ser transformados en el sol. El primer Dios era arrogante, pero ". . . cuando el momento del sacrificio llegó, el Dios arrogante quien era el primero, trató cuatro veces pero no tuvo el valor para hacerlo, fue así que perdió su oportunidad de convertirse en el sol. Después fue el turno del Dios Humilde. "Él cerró sus ojos y se tiró a sí mismo al fuego hasta ser consumido, siendo su destino ser transformado en el sol de esta, la quinta era" (Leon-Portilla, 1964:23).

A José Smith le fue revelado que hubo un gran concilio en el cielo antes de la organización de este mundo.

Dos planes fueron presentados. El primer plan fue el de Jesucristo y su propuesta fue la de permitir libre albedrío al hombre, lo cual requería su propio sacrificio expiatorio. Él, humildemente propuso que toda la gloria por este esfuerzo fuera para su padre (Moisés 4 :l-4; Abraham 3:27). El segundo plan fue de Satanás, quien arrogantemente deseaba toda la gloria. Su plan de compulsión no le requería sacrificarse a sí mismo.

Logrando la exaltación

La palabra misma Teotihuacán significa "Ciudad de los Dioses". Sejourne (1956, p. 136) hizo una afirmación fascinante concerniente a eso:

Lejos de sugerir una gran creencia politeísta, el término Teotihuacán evoca la idea de la humildad divina y muestra que la ciudad de los dioses era ese mismo lugar donde la serpiente aprendió milagrosamente a volar; o sea donde el individuo, a través del crecimiento interior, alcanza la categoría de un ser celestial.

Eso sugiere una doctrina que no es familiar para cast nadie en todo el mundo cristiano hoy en día, pero la cual es estrechamente consistente con los escritos del apóstol Pablo en la santa Biblia:

El espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse (Romanos 8:16-18).

Esa doctrina es mencionada por el apóstol Juan también. "Aquel que venciera heredará todas las cosas; y yo seré su Dios, él será mi hijo" (Apocalipsis 21:7).

El descubrimiento de una ciudad con grandes templos donde el hombre aprendió a superarse y ganar exaltación no debe de ser sorprendente. El desarrollo de Teotihuacan ocurrió exactamente cuando el Libro de Mormón dice que había mucha rectitud y paz. El Libro de Mormón no describe esa doctrina directamente pero alude a ella. Eso no nos sorprende porque Mormón nos dice: Y ahora bien, no puede escribirse en este libro ni la centésima parte de las cosas que Jesús verdaderamente enseñó al pueblo ... Y cuando hayan recibido esto, que conviene que obtengan primero para probar su fé, y si sucede que creen estas cosas, entonces les serán manifestadas las cosas mayores (3 Nefi 26:6-9).

Quizá los motivos para construir la "Pirámide del Sol" eran similares a los de los Mormónes de Nauvoo quienes se sacrificaron para construir un gran templo donde podrían recibir la "investidura" de llaves, señas, y conocimiento necesarios para ganar la exaltación. Como fue el caso en Nauvoo, la gran pirámide de Teotihuacan requería un gran nivel de organización de mano de obra.
Más de un millón de metros cúbicos de tierra rellenan la parte interior de la pirámide. Mide 222 por 225 metros en su base y 63 metros de altura. Su propósito era totalmente diferente que las pirámides de Egipto.
La idea era levantar un templo muy por encima de las cosas mundanas. Destruido hace mucho tiempo, indudablemente fue el lugar más sagrado de la ciudad y el lugar donde la más sagradas ceremonias se hacían.

Evidencias nos indican que la pirámide y el templo fueron construidos más o menos en el año 150 al 200 d.C. (Milton, 1961b). Quizá nunca sabremos si la pirámide del sol y las estructuras alrededor de la Calzada de los Muertos formaron parte de la adoración verdadera de Cristo o si eran los comienzos de la apostasía. De acuerdo con el gran arqueólogo mesoamericano, Ignacio Bernal, Teotihuacan sufrió dos caídas. La primera se indica a través de la terminación de construcciones por completo y la terminación del lugar como recinto ceremonial cerca del 300 d.C.

La segunda fue una caída completa 350 a 450 después (Bernal 1965: 2:2735). La primera caída fue probablemente por la apostasía. Entonces la ciudad se convirtió en un centro comercial. El tráfico de una enorme cantidad de productos comerciales trajo la fama a la sociedad de Teotihuacán.

09 octubre 2012

Las siete tribus primitivas de Mesoamérica

¿Existen registros de la Antigua América que coincidan con tradiciones narradas en el Libro de Mormón?
Autor: Diane E. Wirth, MA.
Traductor: Antonio Caballero.


En el Libro de Mormón se describen a las siete tribus como una evolución de las familias que vinieron al Nuevo Mundo provenientes de Jerusalén. La primera mención de estos grupos de linaje es alrededor del 544 a.C., cuando las tribus fueron individualmente llamadas como nefitas, jacobitas, josefitas, zoramitas, lamanitas, lemuelitas, e ismaelitas (Jacob 1:13). Casi 700 años más tarde, estas divisiones tribales patriarcales fueron mencionadas de nuevo, indicando la naturaleza duradera de esta tradición (4 Nefi 1:38). Con el paso del tiempo, el orden de los nombres sigue siendo el mismo, la última referencia aparece en Mormón 1:8, poco antes de la desaparición de la nación nefita como resultado de la guerra. De estas escrituras sabemos que las siete familias fueron recordadas en un lapso de 866 años en el Libro de Mormón. No se puede empequeñecer la importancia de estos linajes, ya que incluso se mencionan en Doctrina y Convenios 3:17-18.

Antes y después del fin de la nación nefita en el año 385 d.C., la genealogía seguía siendo extremadamente importante para las culturas mesoamericanas. Las antiguas tradiciones, transmitidas oralmente de una generación a otra, hablaban de sus antepasados, los cuales eran parte de las siete tribus primitivas. Estas leyendas mesoamericanas están registradas en murales, estelas, monumentos y en códices, y fueron recitadas fortuitamente a los clérigos españoles, quienes crearon un registro de las diferentes versiones.

Bernardo de Sahagún observó que los nativos equiparaban el simbolismo descrito en las siete cuevas, con el de barcos, y sugirió que estas tribus cruzaron las aguas en busca de un paraíso terrestre. A propósito de esto, escribió:

“En cuanto al origen de estos pueblos, en el informe que ese anciano [del centro de México] da es que llegaron por mar… en algunos barcos de madera…. Sin embargo se conjetura, por una información encontrada entre todos estos indígenas, que venían de siete cuevas y que estas siete cuevas son los siete navíos o galeras en las que los primeros pobladores de estas tierras llegaron…"[1]

¿Están los Hopi relacionados con los mayas? Según dice Frank Waters, los “hopis vivieron primeramente en siete puesivi o cuevas”. De allí emigraron hacia el norte, estableciendo a su gente y sus pueblos en concordancia con los nombres de las “cuevas o cavernas-útero” [2]. Estos acontecimientos pueden referirse al Periodo Clásico Tardío de Mesoamérica cuando muchas personas se mantenían en movimiento, a causa de las guerras, las enfermedades y el hambre que asolaban gran parte de Mesoamérica. Pero por la misma razón, el mito puede ser comparado con épocas anteriores, con acontecimientos que se remontan a los mitos de las tempranas llegadas al Nuevo Mundo a través del mar.

Izapa, Chiapas y México cuentan con muchas estelas hermosas e interesantes. La estela 67 parece retratar a un hombre barbudo en un barco, montando una ola invertida del océano. La ola invertida enseña acerca del inframundo acuático donde los muertos entran y el renacimiento tiene lugar.

Según Garth Norman, autor de Izapa Sculpture, la Estela 67 puede aludir a una migración de personas procedentes de una tierra de más allá del mar. Él sugiere que las tradiciones de los Mayas Quiché, sobre viajar en la oscuridad, pueden referirse al viaje por el inframundo acuático para llegar a esta tierra [3]. No sería descabellado comparar el vasto mar por el que viaja un barco con el inframundo y el barco con un portal desde el cual se sale de ese angustioso lugar para llegar a la luz del mundo actual. Desembarcar en tierra desconocida puede ser interpretado como el nacimiento en un mundo nuevo o nueva era, y por lo tanto entrar en la categoría de mito de la creación, el inicio de los linajes, la aparición del hombre primitivo, y así sucesivamente.

El clasificador numeral de cuevas en yucateco es “ak”, que forma parte de la palabra aktun “cueva”. El clasificador “ak” también se utiliza para palabras tales como: canoas, botes, casas y contenedores [4]. Todas estas palabras tienen relación con cosas que mantienen a las personas y los objetos en entornos seguros. Las estelas 3 y 6 en Izapa muestran representaciones de barcos ilustrados como elementos en forma de U. En cada caso, el barco está en el aire, significando posiblemente: el vehículo que transporta al mesoamericano fallecido a los cielos. Esto es similar a la barca solar de la mitología egipcia, la cual baja por el río que está en el cielo, la Vía Láctea. En cualquier caso, el barco está en el símbolo con forma de “U” de la matriz [5].

Aunque la leyenda de las siete cuevas proviene principalmente de los pueblos mexicanos de habla náhuatl, hubo una adopción generalizada de este mito entre otros pueblos, como es evidenciado por los Mayas Quichés. Tulán Zuyua o vukub pek, vukub Zivan “siete cuevas, siete cañones”, es mencionado en el Popol Vuh [6].



“Siete cuevas, siete cañones”


“Siete lugares de matorrales o huecos”
                               
La tumba del sumo sacerdote de Chichén Itzá en Yucatán también sustenta la creencia en este mito originario de pueblos situados en una zona de habla no náhuatl. Al igual que en la tierra de origen de los Quiché, el nombre original de Chichén Itzá ha sido Ucil-Abnal, “Siete Lugares de matorrales o huecos” [7].

Los anales de los Cakchiqueles, una historia Maya, se refieren una y otra vez a las siete tribus primitivas como los colonizadores originales que vinieron del otro lado del mar [8].

¿Hacen referencia estos documentos de las siete tribus, así como los otros mencionados aquí, al concepto largamente mantenido, de representar a los siete linajes mencionados en el Libro de Mormón? Sólo podemos especular que este sea el caso. Lo que sí sabemos es que después de la época del Libro de Mormón, esta leyenda ha formado parte de la tradición oral de los indígenas Mesoamericanos desde hace muchos, muchos años.

Fuentes


  1. Bernardino de Sahagún, Historia General de las Cosas de Nueva España, Introducción al Primer Libro, México, 1946, citado en “La Arqueología y el Libro de Mormón” por Milton R. Hunter (Salt Lake City: Deseret Book Company, 1972), 44. 
  2. Frank Water, México Mystique (Chicago: Swallow Press, 1975), 168-170 
  3. V. Garth Norman, Izapa Sculpture, Parte 2 (Provo: New World Archaeological Foundation, Universidad Brigham Young, 1976), 154-158. 
  4. Andrea J. Stone, images from the Underworld: Naj Tunich and the Tradition of Maya Cave Painting (Austin: Prensa de la Universidad de Texas, 1995), 35. 
  5. Véase el Capítulo VIII de Parallels: Mesoamerican and Ancient Middle Eastern Traditions, por Diane E Wirth (St. George, UT: Stonecliff Publishing, 2003). 
  6. Denis Tedlock, Popol Vuh: The Definitive Edition of the Mayan Book of the Dawn of Life and the Glories of Gods and Kings (Nueva York: Simon and Schuster, 1985), 360. 
  7. Ralph L. Roys, “Imperios indígenas de Yucatán”, en Revista Mexicana de Estudios Antropológicos 20:153-177. 
  8. The Annals of the Cakchiquels, traducido del maya cakchiquel por Adrián Recinos y Delia Goetz (Norman: Universidad de Oklahoma, 1953), 59, n.59. 
  9. Enlace artículo original: http://www.bmaf.org/node/213

08 julio 2008

Terremotos en la epoco del Libro de Mormon


Uno de los acontecimientos más interesantes de todo el libro es el relato de la visita que Jesús
hizo a los habitantes de América, después de su crucifixión y ascensión, incluso la narración de
las destrucciones que ocurrieron al tiempo de su crucifixión, las cuales literalmente cambiaron
toda la superficie de la tierra.
Se formaron montañas; se desencadenaron las tempestades y torbellinos; se hundieron
muchas ciudades; los fuertes temblores derribaron los edificios, y “quedó desfigurada la
superficie de toda la tierra”. (3 Nefi 8:17; véase todo el capítulo.)
Las investigaciones arqueológicas modernas han descubierto muchas de estas ciudades
sepultadas, con calzadas de cemento que se mencionan en el Libro de Mormón, y han hallado
templos y otros edificios magníficos construidos por estos pueblos que alcanzaron un alto grado
de civilización y cultura en el continente de América. Las tradiciones de los indios confirman
estos hechos.

UNA LEYENDA DE LOS INDIOS WASHOE.

La siguiente leyenda de los indios washoe es una de las tradiciones típicas, en que al parecer
se ha preservado la historia de la desaparición de un gran lago que se hallaba entre las montañas.
Este inmenso cuerpo de agua tenía por nombre Lahonitán. Puede comprobarse su existencia en
épocas pasadas por los restos fósiles de animales que se han hallado en varias partes de la
cuenca, así como por otras evidencias inequívocas. La leyenda de referencia se ha relatado en la
forma siguiente:
Hace tiempo, mucho, mucho tiempo, quizás cien años, indio no está seguro. El hombre
blanco sabe. El padre de mi abuelo, muy viejo. Quizás doscientos, trescientos años, no sé. Valle
Carson, Valle Washoe, valle Truckee, valle Long, Lago de la Pirámide, Lovelock, todos estaban
llenos de agua, muchos peces, muchos patos. Peces grandes también; ahora ya no están aquí, ya
se fueron para no volver.
Los indios washoe vivían en las altas montañas (señalando en dirección de la montaña). A
veces el indio washoe tomaba la canoa para ir a ver al indio piute, y quizás indio pinte tomaba
la canoa para ir a ver al indio washoe. Ellos muy buenos amigos todo el tiempo. (Señalando en
dirección oeste del valle Washoe, el anciano indio continuó:)
Gran montaña, con fuego todo el tiempo, hace ruido espantoso, con mucho humo. Indio tiene
miedo. Un día, la montaña da mucho humo, hace mucho ruido, la tierra tiembla mucho, indio
muy asustado, cae al suelo y llora mucho. El sol sale cada día, (señalando al noroeste) se pone
cada día (señalando al noroeste). Pero un día el sol no sale. Indio no sabe por qué. Hay mucho
humo en la montaña, la tierra tiembla mucho, el viento sopla, las aguas hierven.
Quizás dos, tres días, el sol no sale, indio no come, no duerme, sólo llora y llora. Muy
asustado. Entonces el agua hace mucho ruido y corre muy rápido, como el río Truckee; las
aguas bajan y bajan, las montañas suben y suben, mucho lodo, muchos peces mueren, entonces
el sol sale tras las montañas (señalando al sureste) entonces se pone allí (señalando al
noroeste). El hombre blanco sabe, el indio no sabe. En dos o tres semanas, el lodo se seca, el
indio piute y el indio washoe ahora caminan, ya no van en canoa. Toda el agua se ha secado,
quizás poca agua queda. Lago Pirámide, lago Honey, lago Washoe, muchas montañas, él viene
muy pronto. El indio no está seguro, el agua y el pez grande no vuelven. Nunca más volverían.
(Sra. M. M. Garwood, Progressive West Magazine, reproducido en Deseret Semi-Weekly News,
del 5 de febrero de 1906.)
Esta narración carece de detalles, pero es suficientemente clara para indicar que los
aborígenes de este país han preservado en forma legendaria una relación de los terribles
cataclismos que han azotado al continente americano.


43





EL TESTIMONIO DE NEFI.

Vamos ahora a leer el relato de este mismo acontecimiento como se halla en los anales de 3
Nefi en el Libro de Mormón. Según vamos leyendo, tomemos nota de que las dos narraciones
concuerdan casi en todo detalle, aun en el tiempo que el sol dejó de brillar. Sigue la relación de
Nefi sobre lo que aconteció en el continente americano al tiempo de la crucifixión del Salvador:
Pero he aquí, hubo una destrucción mucho más grande y terrible en la tierra del norte; pues
he aquí, toda la faz de la tierra fue alterada por causa de la tempestad, y los torbellinos, y los
truenos, y los relámpagos, y los sumamente violentos temblores de toda la tierra;
y se rompieron las calzadas, y se desnivelaron los cam inos, y muchos terrenos llanos se
hicieron escabrosos.
V se hundieron muchas grandes y notables ciudades, y muchas se incendiaron, y muchas fueron
sacudidas hasta que sus edificios cayeron a tierra, y sus habitantes murieron, y los sitios quedaron
desolados.
V así quedó desfigurada la superficie de toda la tierra por motivo de las tempestades, y los
truenos, y los relámpagos, y los temblores de tierra.
V sucedió que hubo una densa obscuridad sobre toda la faz de la tierra, de tal manera que
los habitantes que no habían caído podían palpar el vapor de tinieblas;
y no podía haber luz por causa de la obscuridad, ni velas, ni antorchas; ni podía encenderse
el fuego con su leña menuda y bien seca, de modo que no podía haber ninguna luz.
V no se veía luz alguna, ni fuego, ni vislumbre, ni el sol, ni la luna, ni las estrellas, por ser
tan densos los vapores de obscuridad que había sobre la faz de la tierra.
V sucedió que duró por el espacio de tres días, de modo que no se vio ninguna luz; y hubo
grandes lamentaciones, gritos y llantos continuamente entre todo el pueblo; sí, grandes fueron
los gemidos del pueblo por motivo de las tinieblas y la gran destrucción que les había
sobrevenido. (3 Nefi 8:12-14, 17, 20-23.)
Al considerar la semejanza tan notable de estos dos relatos, debe tenerse presente que el
Libro de Mormón se publicó en 1829 y esta leyenda india, en 1906. ¿Qué explicación tiene si
ninguno de los dos es verdadero?

tomado de "Una Obra Maravillosa y un Prodigio"
LEGRAND RICHARDS

14 marzo 2012

Respuestas a preguntas anti-mormonas

Este artículo contesta preguntas publicadas en páginas anti-mormonas.

                                                                                Autor :  Alvaro Figueroa Z.



Hace tiempo, alguien publicó ocho afirmaciones que aparecen en sitios anti-mormones. Según esta misma persona, dichas afirmaciones no tendrían respuestas. Pues bien, las respuestas podemos encontrarlas en nuestro sitio. Revísenlas ustedes mismos.

Crítica : "Ninguna ciudad del Libro de Mormón ha sido localizada."
Respuesta: Localidad encontrada que confirma el Libro de Mormón
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2010/06/descubrimiento-arqueologico-confirma-el.html

Critica : "Ninguno de los nombres del Libro de Mormón han sido encontrados en inscripciones del Nuevo Mundo."
Respuesta: Nombre encontrado en Palenque del Libro de Mormón.
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2010/04/ukish-kan-y-el-libro-de-mormon.html

Critica : "Ningunas inscripciones genuinas han sido encontradas en Hebreo."
Respuesta: Publicación de un diario que muestra milenarias inscripciones Hebreas en América
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2009/03/articulo-publicado-cuando-en-mayo-de.html

Critica: "Ninguna inscripción genuina ha sido encontrada en Egipcio o algo similar al Egipcio, que podría corresponder al “Egipcio Reformado” de José Smith." 
Respuesta: Evidencia de Egipcio reformado por arqueólogos no mormones en Egipto.
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2011/01/tel-arad-y-el-libro-de-mormon.html

Critica: "Ninguna copia de escrituras antiguas del Libro de Mormón han sido encontradas."
Respuesta: Tradiciones respaldadas en el libro de Mormón se descubren en la actualidad por la arqueología.
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/search?q=tradiciones

Critica: "Ninguna inscripción antigua de cualquier clase indica que los habitantes antiguos sostuvieron creencias Hebreas o cristianas. Todos eran paganos.
Respuesta: Conocimiento de habitantes antiguos de América con creencias Hebreas
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2008/11/conocimiento-de-caracteres-y.html

Critica: "Ninguna mención de la gente, naciones, o sitios del Libro de Mormón ha sido encontrada."
Respuesta: Localidad mencionada en el Libro de Mormón que fue confirmada hoy en día
http://www.evidenciaslibrodemormon.org/2009/10/tierra-de-abundancia.html

Critica: "Ningún artefacto mencionado  en El Libro de Mormón ha sido encontrado."
Respuesta: El Libro de Mormón menciona carros, aún cuando la arqueología planteaba que no se usaba la rueda en Mesoamérica. La arqueología confirmó su uso.
http://endefensadelarestauracion.blogspot.com/2011/02/relacionan-kukulcan-con-un-dios-blanco.html

18 abril 2009

Jesucristo visitó el continente Americano

     Las leyendas sobre un personaje grandioso visitando los diferentes pueblos de América, con características similares a las de Jesucristo, recorrieron todo en continente.

Por John A. Widtsoe y Franklin S. Harris, Tr.



El Libro de Mormón relata que el Salvador después de su resurrección, pero antes de su ascensión, visitó América, enseñó, organizó la Iglesia y ordenó a hombres para llevar a cabo la obra del evangelio.

La idea de la venida de un Cristo sería común entre los indios americanos, si ellos fueran de origen hebreo y hubieran tenido acceso a los libros sagrados hasta el año 600 a. C. Una gran acumulación de tradiciones prueba que un esperado Salvador era parte de la primitiva tradición religiosa americana. Hay también muchas tradiciones y leyendas que describen al esperado caudillo y salvador en donde se evidencia que efectivamente habría estado entre ellos. Tan extensa es esta tradición y tan sólidos los detalles descubiertos, que es imposible desconocerlos.

Parece fuera de sentido atribuir estas leyendas y creencias a la influencia cristiana después de Colón, pues están muy extensamente difundidas y muy inherentes en la fe de todos los pueblos desde tiempos memoriales. 
"La diseminación de las ideas cristianas, desde la conquista, no es suficiente razón para responder por estos mitos". (Nadaillac, p. 431). 
"Entre los mexicanos, mayas, incas y pre-incas del Perú, había una tradición persistente y generalmente creída de un hombre blanco y barbudo que visitó sus tierras, les enseñó, su religión y civilización, y después desapareció misteriosamente. La tradición dice de este dios barbudo que llegó a México y Yucatán en un 'barco mágico'; y la tradición del primer inca, Manco Capac, es que apareció en el lago Titicaca, declarándose a sí mismo el 'Hijo del Sol'. (Verrill p. 28).
"Los aztecas tienen una tradición de un dios sufriente y crucificado llamado Quetzalcoatl, y de uno que le precedió para preparar el camino y llamarles al arrepentimiento. Tezcaltlipoca le ofreció una copa llamándole 'hijo mío'; habla también de su aversión para probarla y de su llanto amargo después de haber bebido su contenido; despreciando los reinos temporales por el espiritual, siendo después llamado por el Padre. A su partida hubo cuatro terremotos. Prometió volver otra vez y redimir a su pueblo", (Kings-borough, 8:3; Lesueur, pp. 236-237).
Aunque teniendo varios nombres y apareciendo en diferentes países, los héroes de la cultura americana presentan todos las mismas características. Todos son descritos como blancos, barbudos y generalmente vestidos con largas túnicas, apareciendo repentina y misteriosamente en el lugar de su obra; tratando de mejorar a la gente instruyéndoles en artes beneficiosas y ornamentales; dándoles leyes, exhortándoles a practicar el amor fraternal y otras virtudes cristianas, e introduciendo una forma mejor de religión. Habiendo completado su misión desaparecen tan de improviso y misteriosamente como vinieron y finalmente ellos son deificados y tenidos en gran reverencia por una agradecida posteridad.
"En tal carácter o en tal misión Quetzalcoatl apareció en Cholula, Votan en Chiapas, Wixepecocha en Oaxaca, Zamrna y Cukuícán con sus diecinueve discípulos en Yucatán, Gucumatz en Guatemala, Viracocha en Perú, Sume y Paye-Tome en Brasil, el misterioso apóstol mencionado por Rosales en Chile y Bochica en Colombia". (Bancroft, 5:23-24).
Las Casas, obispo de Chiapas, relata en su apología, manuscrito que está en el convento de Santo Domingo, que cuando él pasó a través del reino de Yucatán encontró allí a un respetable eclesiástico de edad madura.  Le pidió que siguiera al interior de su país dándole un cierto plan de instrucción para predicar. Al final de un año, así le escribió al obispo:
"... que habían encontrado a un señor quien le había informado que ellos creían en Dios que residía en los cielos, aún el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—. El padre era llamado 'Yeona', el hijo 'Bahab' quien fué nacido de una virgen llamada 'Chibirías' y que el Espíritu Santo era llamado 'Euach'. Bahab, el hijo, decían ellos, fue muerto por Eupuro, quien le azotó y puso en su cabeza una corona de espinas, y le puso con sus brazos abiertos sobre un madero, y que al tercer día volvió a la vida y ascendió a los cielos donde está con su padre; que inmediatamente después vino Euach en su lugar como un mercader trayendo preciosas mercaderías, llenando a aquellos que quería, con abundantes y divinos dones y gracias". (Kingsborough, Mill. Star 60:86-87).
"Solamente Quetzalcoatl entre todos los dioses era preeminentemente llamado Señor, de tal manera que cuando alguien juraba, diciendo por nuestro Señor, significaba Qutzalcoalt y no otro; aunque había muchos otros dioses muy estimados". (Baneroft, 3:253).
"Él (Quetzalcoalt) se despidió de sus seguidores prometiéndoles que él y sus descendientes volverían a visitarles en el futuro". (Prescott, México, 1:50).
"Los mexicanos creían que Quetzalcoalt era dios y hombre, y que previamente a su encarnación, existió desde toda la eternidad". (Kingsborough, 6: 507).
Particularmente, la serpiente era el símbolo del Cristo, de ahí que la serpiente emplumada se encuentra representada en las esculturas y los pocos manuscritos de la América antigua. La concepción hebrea del reino del Mesías es expresada por la imagen de una serpiente 'volando' o 'alada'. La palabra usada por Isaías 14:29 es 'seraph' (ceraste) que nos podría ser familiar a nosotros en su forma plural 'seraphim' que leemos serafines, y entendemos que significa una alta orden de ángeles que atienden al Señor. (Isaías 6:2, 6).

"Son representados como teniendo seis alas, tal es la celeridad de su servicio. Alas son ángeles. (Hebreos 1:7). Ellos son príncipes, nobles en los cielos. Pero, Gesenius dice, 'si uno elige seguir los usos hebreos, Loquendi, en el cual 'seraph' es serpiente, puede en verdad traducirlo (serafines) por serpientes aladas; dado que la serpiente, entre los hebreos antiguos y los egipcios, era el símbolo de la sabiduría y del arte de curar. (Véase Números 21:8; 2 Reyes 18: 4)". (Smith,.p. 60).

El tema o motivo de la serpiente controlaba el arte maya y era de primordial importancia en todas las artes subsecuentes en América Central y México. La serpiente muy pocas veces era representada al natural y, sin embargo, podemos en verdad inferir que la culebra de cascabel era el modelo prevaleciente. 

Partes de otras creaciones eran el 'trogon o quetzal', los dientes del jaguar y los ornamentos del hombre. La serpiente fue idealizada y sus líneas características entraban en la delineación de muchos sujetos distintos de la serpiente misma. Espirales y otros detalles sinuosos eran asignados al cuerpo de la serpiente, y ornamentos humanos tales como aros para las orejas y narices y aun adornos eran agregados a su cabeza. Finalmente, una cabeza humana era puesta en sus fauces. Los mayas pueden haber intentado expresar la inteligencia humana de las serpientes en esta figura. La serpiente con una cabeza humana en la boca, pertenece sin duda a la misma categoría de los dioses parcialmente humanizados de Egipto, Asiría e India.

Ilustra la apropiación parcial de la forma humana por una bestia divina. Los rasgos combinados son tan peculiares y afectados que la influencia del arte maya puede ser distinguida en toda la América Central y México, por un estudio comparativo del tema o motivo de la serpiente. (Spinden, p. 85).

Fuente:
www.bibliotecasud.blogspot.com

28 noviembre 2011

Elefantes en Éter 9:19

Es muy común que los críticos del Libro de Mormón muestren como un anacronismo la mención de elefantes en el libro de Éter. Sin embargo, existen fuentes válidas que contradicen a los detractores que usan este argumento para desacreditar al Libro de Mormón.

Autor: fairlds.org


Elefantes

El único lugar donde los elefantes son mencionados es en Éter 9:19 aproximadamente en el año 2500 a.C. De este modo los elefantes sobre el continente americano habrían sobrevivido al año 2400 a.C. Más allá de las tradiciones, cinco efigies de elefantes han sido encontrados en el antiguo México. Dr. Verrill, un reconocido arqueólogo (no-mormón) describe una de estas figuras:
“tan obvia y sorprendentemente de elefante que no puede ser explicada por ninguna teoría ordinaria que suponen ser un tapir exagerado, oso hormiguero o un guacamayo. No sólo acentuar que esta figura se muestra en un tronco, pero que sumado a ello tiene grandes orejas plegadas y rodillas flexionadas hacia adelante características peculiares de los elefantes. Más aún, muestra una carga pesada puesta sobre su espalda. Es inconcebible que un hombre haya podido imaginar una criatura con las orejas batientes y aquellas rodillas peculiares hacia adelante, o que alguien haya estilizado un tapir hasta esa medida..."
Las tradiciones orales, los registros escritos, y el arte mostrando elefantes representa una fuerte base para la afirmación de que existieron elefantes en América. Un apoyo aún más sustancial ha sido descubierto. Hoy en día todos los estudiosos están de acuerdo que los mastodontes y mamuts (los cuales son incuestionablemente elefantes para los zoologos) vivieron una vez en América. La disputa hoy en día es hace cuánto vivieron. De acuerdo al Libro de Mormón debieron vivir antes del año 2400 a.C. Dentro de las recientes evidencias arqueológicas se ha demostrado que el elefante pudo haber sobrevivido mucho más allá de esa fecha. Huesos de mastodontes cazados han sido recientemente hallados en un sitio arqueológico que data poco después de la época de Cristo. Otro sitio datado aproximadamente 100 a.C. ha dado a luz restos de un mastodonte así como de un caballo.

¿Mastodontes o mamuts?

Algunos estudiosos han sugerido que el elefante (mamut o mastodonte) vivió más allá de lo que anteriormente se creía. Ludwell Johnson, en un artículo titulado “Men and Elephants in America” publicado en la Scientific Monthly, escribió que “Los descubrimientos de asociaciones de humanos y proboscidios [mamíferos elefantinos, incluyendo, elefantes, mamuts, and mastodontes] no son poco frecuentes. Tal como en 1950, MacCowan listó no menos que veintisiete” incluyendo, en el mismo sentido Hugo Gross nota que una “parte quemada de esqueleto de mastodonte y numerosos restos de cerámicos en Alangasi, Ecuador... Ya no puede haber ninguna duda que el hombre y el elefante coexistieron en América .... Probablemente es seguro decir que la proboscidea americana está extinta solo hace 3.000 años".

Si el elefante murió hace al menos 3.000 años atrás, todavía habría estado bien dentro del rango de existencia de la nación jaredita. Como se hizo notar antes, la evidencia indica que el elefante pudo haber sobrevivido en un limitado numero de siglos después. 2

Otros elefantes


Tetrabelodon angustidens, miembro de la familia de los Gomfoteridae

Un tipo-elefante menos conocido es el que también existió desde hace 12 millones de años atrás hasta cerca del 400 d.C. Esos fueros los Gomfoterios:

Los Gomfoterios son un grupo diverso de animales tipo-elefantes (proboscideos) que se esparcieron en norte américa  durante el Mioceno y el Plioceno, 12-1.6 millones de años atrás. Algunos también vivieron en partes de Eurasia y Beringia, y siguieron el gran intercambio americano, en Sud América. Desde alrededor de 5 millones de años atrás hacia adelante, fueron lentamente reemplazados por los elefantes modernos, no obstante la ultima especie en Sud America no se extingió sino hasta el reciente año 400 d.C.1

Restos de Gomfoterios son comunes en sitios Paleo indios en Sud America.2 Un ejemplo es el  recientemente hallazgo de Monte Verde, Chile, datado aproximadamente 14.000 años atrás.

Los Gomfoterios difieren de los elefantes su estructura dental, particularmente en la superficie de mordida de los molares. La mayoría tuvo cuatro colmilos, y sus huesos faciales y nasales retraídos lo que ha llevado a creer a los panteólogos que los gomphotheres son de la rama de los elefantes.3

En pocas palabras, el elefante no presenta problemas para el Libro de Mormón.

Fuentes
  1. John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon (Salt Lake City, Utah : Deseret Book Co. ; Provo, Utah : Foundation for Ancient Research and Mormon Studies, 1996 [1985]),297–298. ISBN 1573451576. GospeLink
  2. Mike Ash, mormonfortress.com
  3. "Gomphothere wikipedia.org (accessed 9 December 2008). El artículo cita a [1] Palmer, D., ed. (1999). The Marshall Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs and Prehistoric Animals. London: Marshall Editions. pp.239–242. ISBN 1-84028-152-9 [2] Prado, J. L.; Alberdi, M. T.; Azanza, B.; Sánchez, B.; Frassinetti, D. (2001), "The Pleistocene Gomphotheres (Proboscidea) from South America: diversity, habitats and feeding ecology", in Cavarretta, G.; Gioia, P.; Mussi, M. et al., The World of Elephants - Proceedings of the 1st International Congress, Rome October 16-20 2001 (Rome: Consiglio Nazionale delle Ricerche), 337–340, ISBN 88-8080-025-6, PDF link, retrieved on 25 July 2008. off-site See also Jeff Lindsay, "Elephants -- or Gomphotheres?" Mormanity (4 December 2008)

25 octubre 2008

Jesucristo visitó el Continente Americano

Autores: John A. Widtsoe
y Franklin S. Harris, Tr.

La Historia de Cristo en la América antigua



El Libro de Mormón relata que el Salvador después de su resurrección, pero antes de su ascención visitó  América, enseñó el evangelio, organizó la Iglesia y ordenó a hombres para llevar a cabo la obra evangélica.

La idea de la venida de un Cristo sería común entre los indios americanos, si ellos fueran de origen hebreo y hubieran tenido acceso a los libros sagrados hasta el año 600 a.C. Una gran acumulación de tradiciones prueba que un esperado Salvador era parte de la primitiva tradición religiosa americana. Hay también muchas tradiciones y leyendas al efecto que este esperado caudillo y salvador efectivamente habría venido. Tan extensa es esta tradición y tan sólidos los detalles suplidos, que las evidencias de la visita de Cristo a América, son convincentes.

Parece fuera de la cuestión atribuir estas leyendas y creencias a la influencia cristiana después de Colón. Están muy extensamente difundidas y muy inherentes en la fe de todos los pueblos. 
"La diseminación de las ideas cristianas, desde la conquista, no es suficiente razón para responder por estos mitos". (Nadaillac, p. 431).  
"Entre los mexicanos, mayas, incas y pre-incas del Perú, había una tradición persistente y generalmente creída de un hombre blanco y barbudo que visitó sus tierras, les enseñó su religión y civilización y después desapareció misteriosamente. La tradición dice de este dios barbudo, que llegó a México y Yucatán en un 'barco mágico'; y la tradición del primer Inca, Manco Capac, es que apareció en el lago Titicaca, declarándose a sí mismo el 'Hijo del Sol". (Verrill p. 28). 
"Los aztecas tienen una tradición de un dios sufriente y crucificado llamado Quetzalcoatl, y de uno que le precedió para preparar el camino y llamarles al arrepentimiento.
"Tezcaltlipoca le ofreció una copa llamándole 'hijo mío'; habla también de su aversión para probarla y de su llanto amargo después de haber bebido su contenido, despreciando los reinos temporales por el espiritual, siendo después llamado por el Padre. A su partida hubo cuatro terremotos. Prometió volver otra vez y redimir a su pueblo", (Kings-borough, 8:3; Lesueur, pp. 236-237).
Aunque teniendo varios nombres y apareciendo en diferentes países, los héroes de la cultura americana presentan todos las mismas características. Todos son descritos como blancos, barbudos y generalmente vestidos con largas túnicas, apareciendo repentina y misteriosamente en el lugar de su obra; tratando de mejorar a la gente, instruyéndoles en artes beneficiosas y ornamentales; dándoles leyes, exhortándoles a practicar el amor fraternal y otras virtudes cristianas e introduciendo una forma mejor de religión. Habiendo completado su misión, desaparecen tan de improviso y misteriosamente como vinieron y finalmente ellos son deificados y tenidos en gran reverencia por una agradecida posteridad. 
"En tal carácter o en tal misión Quetzalcoatl apareció en Cholula, Votan en Chiapas, Wixepecocha en Oaxaca, Zamrna y Cukuícán con sus diecinueve discípulos en Yucatán, Gucumatz en Guatemala, Viracocha en Perú, Sume y Paye-Tome en Brasil, el misterioso apóstol mencionado por Rosales en Chile y Bochica en Colombia". (Bancroft, 5:23-24).
Las Casas, obispo de Chiapas, relata en su apología, manuscrito que está en el convento de Santo Domingo, que cuando él pasó a través del reino de Yucatán encontró allí a un respetable eclesiástico de edad madura. Le pidió que siguiera al interior de su país dándole un cierto plan de instrucción para predicar y al final de un año, así le escribió al obispo: 
"-que habían encontrado a un señor quien le había informado que ellos creían en Dios que residía en los cielos, aun el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo-. El Padre era llamado 'Yeona', el Hijo 'Bahab' quien fue nacido de una virgen llamada 'Chibirías' y que el Espíritu Santo era llamado 'Euach'. Bahab, el hijo, decían ellos, fue muerto por Eupuro, quien le azotó y puso en su cabeza una corona de espinas, y le puso con sus brazos abiertos sobre un madero, y que al tercer día volvió a la vida y ascendió a los cielos donde está con su Padre. Que inmediatamente después vino Euach en su lugar como un mercadero trayendo preciosas mercaderías, llenando a aquellos que quería, con abundantes y divinos dones y gracias." (Kingsborough, Mill. Star 60:86-87). 
"Solamente Quétzalcoatl entre todos los dioses era preeminentemente llamado Señor, de tal manera que cuando alguien juraba, diciendo por nuestro Señor, significaba Quétzalcoatl y no otro; aunque había muchos otros dioses muy estimados". (Baneroft, 3:253). 
"El (Quétzalcoatl) se despidió de sus seguidores prometiéndoles que él y sus descendientes volverían a visitarles en el futuro". (Prescott, México, 1:50). 
"Los mexicanos creían que Quétzalcohuatl era dios y hombre, y que previamente a su encarnación, existió desde toda la eternidad". (Kingsborough, 6: 507).
Particularmente, la serpiente era el símbolo del Cristo, de ahí que la serpiente emplumada se encuentra representada en las esculturas y los pocos manuscritos de la América Antigua.

La concepción hebrea del reino del Mesías es expresada por la imagen de una serpiente 'volando' o 'alada'. La palabra usada por Isaías 14:29 es 'seraph' (ceraste) que nos podría ser familiar a nosotros en su forma plural 'seraphim' que leemos serafines, y entendemos que significa una alta orden de ángeles que atienden al Señor. (Isaías 6:2, 6). Son representados como teniendo seis alas, tal es la celeridad de su servicio. Alas son ángeles. (Hebreos 1:7). Ellos son príncipes, nobles, en los cielos. Pero, Gesenius dice, 'si uno elige seguir los usos hebreos, Loquendi, en el cual 'seraph' es serpiente, puede en verdad traducirlo (serafines) por serpientes aladas; dado que la serpiente, entre los hebreos antiguos y los egipcios, era el símbolo de la sabiduría y del arte de curar. (Véase Números 21:8; 2 Reyes 18; 4)". (Smith,.p. 60).
"El tema o motivo de la serpiente controlaba el arte maya, y era de primordial importancia en todas las artes subsecuentes en América Central y México. La serpiente muy pocas veces era representada al natural y, sin embargo, podemos en verdad inferir que la culebra de cascabel era el modelo prevaleciente. Partes de otras creaciones eran el 'trogon o quetzal', los dientes del jaguar y los ornamentos del hombre. La serpiente fue idealizada y sus líneas características entraban en la delineación de muchos sujetos distintos de la serpiente misma.
Espirales y otros detalles sinuosos eran asignados al cuerpo de la serpiente, y ornamentos humanos tales como aros para las orejas y narices y aun adornos eran agregados a su cabeza.
Finalmente, una cabeza humana era puesta en sus fauces. Los mayas pueden haber intentado expresar la inteligencia humana de las serpientes en esta figura. La serpiente con una cabeza humana en la boca, per-tenece sin duda a la misma categoría de los dioses parcialmente humanizados de Egipto, Asiria e India. Ilustra la apropiación parcial de la forma humana por una bestia divina. Los rasgos combinados son tan peculiares y afectados que la influencia del arte maya puede ser distinguida en toda la América Central y México, por un estudio comparativo del tema o motivo de la serpiente". (Spinden, p. 85).

15 junio 2012

Más vestigios de la visita de Jesucristo a las Américas

Más relatos relacionados con la visita de Jesucristo a la América Antigua, luego de su resurrección.

Por Alvaro Figueroa


En toda América encontramos centenares de relatos recopilados a través de tradiciones orales y escritas de los aborígenes. la estudiosa Diane E. Wirth nos habla de uno de ellos, que se asocia a la visita del Salvador.

El fraile católico llamado Juan de Córdova escribió el siguiente relato mientras trabajaba entre los indios Zapotecas de Oaxaca, México. Citando a ellos, él registró:
En la fecha que llamamos Técpatl una gran luz vino del cielo del noreste. Brilló por cuatro días en el cielo, luego bajó a la misma roca. . . en el Valle [Valle] en Oaxaca. De la luz se produjo un gran ser, muy potente, que estaba en la parte superior de la roca y brillaba como el sol en el cielo. . . . Luego habló, su voz era como un trueno, que se oyó en todo el valle. (Citado en el libro :"Beneath the Moon and under the Sun "(Albuquerque: Sun, 1975)
La gran cantidad de material escrito con el que se cuenta hoy y la diversidad geográfica de estos registros, nos trazan una sola dirección, que este echo ocurrió y que sería imposible que todas las culturas antiguas de las Américas pudiesen inventar estas narraciones y ponerse de acuerdo entre todas para que formasen parte de sus tradiciones ancestrales.

Mas evidencias de la visita de Jesucristo a las Américas tras su resurrección.

09 agosto 2010

Hagot en la historia de la América Precolombina



http://elhijoahman.blogspot.com/

En El Libro de Mormón, Hagot, se nos dice, construyó una nave muy grande en las fronteras de la tierra de Abundancia por la tierra de desolación y la lanzó adelante en el Mar del Oeste, por la lengua estrecha de tierra que conducía a la tierra del del norte (Alma 63:5). Posteriormente se realizaron otras expediciones. Esto fue alrededor del 55 antes de Cristo

Los indios de California atribuyen un gran montículo artificial de conchas de mejillones y huesos de animales, a punto de San Jorge, cerca de San Francisco, a un pueblo prehistórico que llaman Hohgates. Ya sea que este nombre es el del Hagot del Libro de Mormón eso es una pregunta que parece pertinente.

Según las tradiciones, los Hohgates eran siete extraños que llegaron desde el mar y que fueron los primeros en construir casas para vivir en esa parte del país, cazaban venados, lobos marinos y focas. Ellos reunieron los mejillones en las rocas cercanas, y los desechos de sus comidas se amontonaban alrededor de sus viviendas. Un día, por lo que la tradición dice, vieron una foca gigante en el que se las arreglaron para clavar un arpón. El animal herido huyó hacia el mar, arrastrando con ella el barco hacia un mundo desconocido. En el momento en que los marineros estaban a punto de ser devorados, la foca gigante desapareció y el barco fue arrojado por los aires. Desde entonces, los Hohgates, se convirtieron en estrellas, para no volver más.

Es más que probable que haya una base histórica para esta hermosa leyenda. Los viajes marítimos no eran del todo desconocidos en la América prehistórica. Es evidente por las muchas tradiciones que todavía se cuentan por los habitantes de las islas del Océano Pacífico.

Commentary on the Book of Mormon, vol. 2 by Janne M. Sjodahl, George Reynolds

15 octubre 2010

El Dios blanco en América

Traducido con autorización de Jeff Lindsay de su sitio personal http://www.jefflindsay.com/.
Este artículo específicamente ha sido traducido de http://jefflindsay.com/bme9.shtml.


Traducción: Marco Royo.

Recuerdo el asombro que me causó en la Universidad en la asignatura de Historia de América, cuando la profesora enseñó que a Cortés se le reverenció como el Dios blanco que visitó las Américas y que prometió regresar, y lo más impactante fue que apareció Cortés el día en que el calendario azteca decía que iba a regresar. Enseguida vi la conexión con el Libro de Mormón.

No todas las leyendas tienen alguna relación con el Libro de Mormón, pues algunas de ellas las tergiversaron los españoles para sus propios fines. Además, algunos amerindios pudieron usar las leyendas del Dios blanco para impresionar a sus nuevos señores. Y por eso los críticos acusan: "¿Por qué no existe un retazo de evidencia que apoye al Libro de Mormón?". Se les respondería con la evidencia más importante de todas: la de una posible visita de Cristo a América, conservada en las leyendas de Mesoamérica, el área del Libro de Mormón.

Mientras que a algunas leyendas se les ha dado un matiz español, existe razón para creer que los pueblos precolombinos mesoamericanos tenían leyendas coherentes con algunas ideas clave del Libro de Mormón. Se debe tener precaución al interpretar estos mitos por acusar la influencia española para posiblemente aumentar el deseo de los indígenas de aceptar el cristianismo. Además, se debe enfrentar con la posibilidad de la referencia mesoamericana de Quetzalcoatl como Quetzalcoatl el dios, o a fiel seguidor de Quetzalcoatl, o a Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl, el héroe cultural. Pero tomando las debidas precauciones, creo que merece la pena revisitar las leyendas y tradiciones de Mesoamérica como testigos provisionales de la visita de Cristo y la existencia del Evangelio entre los antiguos habitantes de Mesoamérica.

Diane E. Wirth en "The Bearded, White God Is Everywhere - or Is He?", FARMS Review of Books, vol. 12, no. 1, 2000, pp. 9-22, escribe (citando las páginas 12-13):
Aunque es cierto que la leyenda original tiene un "tamiz", el mito del "regreso" puede derivar de una creencia original y genuina entre los indígenas. Uno de sus principales partidarios es David Carrasco de la Universidad Princeton. Carrasco escribe, "Existen referencias en las fuentes de primera mano acerca del esperado regreso de Quetzalcoatl.... Estas referencias sugieren con fuerza que la creencia en el regreso de Quetzalcoatl era una actitud precolombina y no, como algunos han insinuado, inventada por los españoles." [David Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire: Myths and Prophecies in the Aztec Tradition (Chicago: University of Chicago Press, 1982), 192. Véase la página 192 y siguientes para los argumentos y fuentes de Carrasco.] Ahora bien, existe diferencia alguna si los relatos se refieren al regreso del dios Quetzalcoatl o a Ce Acati Topiltzin Quetzalcoatl - el gran héroe cultural? Indirectamente, no. Para la comunidad mesoamericana el pasado, el presente, y el futuro se entretejían. Los rituales a menudo se dramatizaban con el propósito expreso de incluir hechos que ocurrieron en el pasado. Buen ejemplo de esta mentalidad se registra en los Anales de Cuauhtitlan, que se escribieron originalmente en lengua nativa y se registraron en la historia pre-Cortesiana del Valle de México. [Véase John Bierhorst, trans., History and Mythology of the Aztecs: The Codex Chimalpopoca (Tucson: University of Arizona Press, 1992). 10. See ibid., p. 36.] Los Anales cuentan la biografía del héroe cultural Topiltzin Quetzalcoatl quien, según este relato, vivió entre los años 817-95. A su muerte Topiltzin Quetzalcoatl milagrosamente se convirtió en una estrella, el Señor del Amanecer - se convirtió en lo que llamamos el planeta Venus. Fue en ese tiempo que descendió al mundo de los muertos. [ibid., p. 36] No es sino la repetición de lo que se dijo que su dios Quetzalcoatl había hecho; por eso los cuentacuentos pudieron transmitir los hechos del pasado al presente. Se muestra a la deidad Quetzalcoatl claramente en los códices como el planeta Venus y como el dios que descendió al reino de los muertos. Es cierto que no se puede saber con total certeza si el relato del regreso de Topiltzin Quetzalcoatl también se refiera a la deidad Quetzalcoatl, pero existe una alta probabilidad de que así lo sea.
Más recientemente, Diane Wirth hizo un detallado análisis de las posibles relaciones entre Quetzalcoatl y Jesucristo en su artículo "Quetzalcoatl, the Maya Maize God, and Jesus Christ" en Journal of Book of Mormon Studies, Vol. 11, No. 1, 2002, tambien disponible en formato PDF o en formato de texto.
Algunos estudiosos de Mesoamérica asocian Quetzalcoatl y temas de la resurrección, como explica John Sorenson en Images of Ancient America: Visualizing Book of Mormon Life (Provo, Utah: Research Press, 1998, p. 230):
El tratamiento más popular de la interpretación salvadora es la de Laurette Séjourné, Burning in Water: Thought and Religion in Ancient Mexico (Berkeley: Shambhala, 1976) quien contempla a Quetzalcoatl como dios en el culto de la resurrección que es mayormente visible en Teotihuacan. Michel Graulich insiste que elementos del mito mexicano que se han considerado frutos de la influencia española cristiana, representan creencias precolombinas (véase su artículo "Afterlife in Ancient Mexican Thought," en Circumpacifica, Band I: Mittel- und Südamerika, Festschrift für Thomas S. Bartel, ed. Bruno Ilius and Matthias Laubscher [Frankfurt, Peter Lang, 1990], 165-88). Mantiene que las fuentes, cuando se leen correctamente, hablan de una pareja que vivía en el paraíso del que fueron expulsados a causa de transgresión. Fueron rescatados de su estado atroz por el autosacrificio del dios Quetzalcoatl, o el de él o su gemelo, y esto les permite escapar del inframundo y les provee de una comprensión por el cual los hombres y mujeres que emulan sus cualidades, pueden alcanzar el paraíso perdido.
No se debe olvidar que entender lo que realmente creían los pueblos antiguos es muy difícil, especialmente al tratar con la América Antigua de donde se conserva poca documentación escrita. Brant Gardner, erudito SUD, ha examinado las leyendas y fuentes de Quetzalcoatl en profundidad y advierte de que se debe tener mucha precaución en entender cualquier conexión con el Libro de Mormón, a causa de los cambios e interpolaciones de los españoles. Incluso el "blanco" de la leyenda del Gran Dios Blanco se puede deber a nuestro punto de vista cultural y a pensar anhelosamente en aplicarlo a las leyendas indígenas.

A pesar del grado de incertidumbre, varios escritores SUD sugieren que todavía existen algunos elementos que pueden ser de interés para el Libro de Mormón. Wallace E. Hunt, Jr., en "Moses' Brazen Serpent as It Relates To Serpent Worship in Mesoamerica" (FARMS Journal of Book of Mormon Studies, vol. 2, no. 2, 1993, p. 122) observa la presencia de evidencia que relaciona a Quetzalcoatl con un ser semejante a Cristo (evidencia que se debe tomar con precaución, preferiblemente después de leer los escritos de Gardener citados más arriba).Según Hunt, aunque el origen de Quetzalcoatl se empaña en la oscuridad, las leyendas, los pocos documentos precolombinos existentes en la actualidad, y los primeros documentos después de la conquista contienen abundancia de material de este antiguo y reverenciado dios. Estos relatos son contradictorios y muy ampliamente en los atributos del dios y de cómo se le adoraba debido indudablemente a un milenio de digresiones del concepto original del fin del Libro de Mormón hasta el momento de la conquista. Sin embargo, a pesar de todo este laberinto, descubrimos que los mesoamericanos investían consistentemente a Quetzalcoatl con muchos atributos de Cristo, algunos de los cuales se listan a continuación:
--Quetzalcoatl era el creador de la vida. [1]
--Quetzalcoatl enseñó la virtud. [2]
--Quetzalcoatl era el mayor Señor de todos. [3]
--Quetzalcoatl tenía "larga barba y los rasgos de un hombre blanco." [4]
--Los mesoamericanos creían que Quetzalcoatl regresaría. [5] Referencias citadsa por Hunt:

1. Roberta H. Markman and Peter Markman, The Flayed God: The Mesoamerican Mythological Tradition (San Francisco: Harper, 1992), 32;véase también Delia Goetz and Sylvanus G. Morley, trans., Popol Vuh (Norman, OK: University of Oklahoma Press, 1975), p. 83.
2. Charles Gallenkamp, The Riddle and Rediscovery of a Lost Civilization: Maya, 3d ed. (New York: Penguin, 1987), p. 166.
3. David Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire (Chicago: University of Chicago Press, 1992), p. 43.
4. T. A. Willard, Kukulcan: The Bearded Conqueror (Los Angeles: Murray and Gee, 1941), p. 159.
5. Bernal Diaz, The Conquest of New Spain, trans. J. M. Cohen (London: Penguin, 1963); véase también Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire, p. 48; y Brian M. Fagan, Kingdoms of Gold: Kingdoms of Jade (New York: Thames and Hudson, 1991), p. 37; y Adrian Recinos y Delia Goetz, The Annals of the Cakchizuels (Norman, OK: University of Oklahoma, 1953), p. 40.
Si estas conexiones son correctas, el análisis de Hunt de la serpiente emplumada como símbolo de Quetzalcoatl en Mesoamerica puede ser de particular interés. Hunt sugiere que este símbolo se puede relacionar con el relato del Antiguo Testamento de la serpiente de bronce que hizo Moisés, que permitía a los israelitas ser sanados de las mordeduras venenosas de las serpientes ardientes que hubo entre ellos (Números 21:6-9, donde al parecer se encontraron estas serpientes cerca del Arabá o Valle de Arabá entre el Sinaí e Israel). El Libro de Mormón indica que eran "serpientes ardientes voladoras" en 1 Nefi 17:41, afirmación que parece no estar apoyado en el texto bíblico (véase también Alma 33:19-21). Sin embargo, la mención de Isaias de "serpientes ardientes voladoras" en Isaias 14:29 y 30:6 sugiere que pudiera ser lo que los israelitas encontraron en el desierto (aunque las referencias de Isaias para tales criaturas no estén en el contexto del Éxodo). numerosos textos extrabíblicos apuntan a una tradición antigua de que las serpientes que plagaron a los israelitas eran serpientes "voladoras". Citemos de nuevo a Hunt (p. 128-129):

Este uso del término volador en relación con la serpiente de bronce de Moisés se apoya indirectamente por numerosas obras de eruditos modernos. Por ejemplo, Karen Joines observa en su exhaustivo estudio sobre la materia que a la palabra hebrea para serpiente utilizado en Números "se le puede atribuir alas." [6] . . . Henry también sugiere que las serpientes "volaban hasta sus caras y los empozoñaban." [7] Además, existen relatos aislados de serpientes aladas en esta área del desierto. Joines cita a Heródoto al creer que "este desierto era el refugio para las serpientes voladoras." [8] Bush, aunque no da crédito al concepto, está de acuerdo en que "la idea popular por alguna razón inviste a estas serpientes con alas . . . [y] se supone que se le dio el epíteto volador de su poder de saltar a una distancia al ir de árbol en árbol." [9] Acaso el análisis de Auerbach sea la más significativa: la serpiente "no sólo se la colocaba sobrer el polo; se le designaría suficientemente por makkel o sencillamente 'es. Más bien, se relacionó con el 'mástil.' " [10] De esta manera, la serpiente aparecería como una bandera como si estuviera volando. [11] Si de hecho Moisés hubiera extendido su serpiente de bronce y colocado perpendicular a su polo, cumpliría plenamente con la descripción "serpiente ardiente voladora".

De este modo el uso que Nefi hace del término volador (y muy probablemente su uso por otros líderes del Libro de Mormón) se habría trasladado a las creencias religiosas tardías de los mesoamericanos, puesto que se hallan en Mesoamérica aplicaciones del término volador relacionado con las representaciones de su dios como serpiente. Por ejemplo, Carrasco se refiere a la fuente mixteca que contiene relatos en el que refiere a Quetzalcoatl como el nombre calendárico "9 Ehecatl" o "serpiente voladora." [12] Nicholson informa que los otomíes (coetáneos de los Aztecas, siendo el idioma otomí el segundo en importancia después del Nahuatl), en una de sus ceremonias en honor de Quetzalcoatl, le atribuye la palabra antazhoni, que significa "Gran Volador," a Quetzalcoatl. [13]

Referencias citadas por Hunt:

6. Karen R. Joines, Serpent Symbolism in the Old Testament (Haddonfield, NJ: Haddonfield House, 1974), p. 8. Sturdy también indica que la palabra se traducía a menudo com "serpientes voladoras"; John Sturdy, Numbers (Cambridge, England: Cambridge University, 1976), p. 148.
7. Matthew Henry, An Exposition of the Old and New Testament, 4 vols. (New York: Carter & Bros., 1853), 1:543.
8. Joines, Serpent Symbolism in the Old Testament, 44.
9. George Bush, Notes, Critical and Practical, on the Book of Numbers (Oxford: Oxford University, 1868), p. 313.
10. Elias Auerbach, Moses, traducción de Robert Barchay e Israel Lehman (Detroit: Wayne State University, 1975), p. 137. Bush, Notes, Critical and Practical, on the Book of Numbers, p. 316, también llega a la misma conclusióna. Afirma que "significa apropiadamente el asta de bandera."
11. Consistente con este concepto eran las palabras del profeta maya Chilam Balam de Mani: "El dios resucitado de madera volverá....Nuestro señor viene, Itza! Viene nuestro hermanos mayor, oh hombres de Tantun. Recibid a vuestros invitados, a los hombres barbados, a los hombres del este, los portadores de la señal de Dios, Señor"; Ralph L. Roys, The Book of the Chilam Balam of Chumayel (Norman: University of Oklahoma Press, 1967), p. 167-68.
12. Carrasco, Quetzalcoatl and the Irony of Empire, 28; alsotambién, Sylvanus G. Morley y George W. Brainerd, The Ancient Maya, 4th ed. (Stanford: Stanford University, 1983), p. 470, sugieren que los dos nombres pueden designar al mismo Dios.
13. Henry B. Nicholson, "Religion in Pre-Hispanic Central Mexico," en Gordon F. Ekholm e Ignacio Bernal, eds., Handbook of Middle American Indians, 15 vols. (Austin: University of Texas Press, 1964-76), 10:tabla 4, ejemplo 4.
EL propósito no es averiguar si las serpientes puedan realmente volar, sino si es plausible para el antiguo profeta hebreo en la época de Nefi hablar de serpientes ardientes "voladoras" en vez de las serpientes ardientes que se conocen en la Biblia. No se sabe cuál sería la fuente del término "volador", quizá alguien utilizara el término "volador" porque las serpientes eran serpientes que se arrastraban por los árboles o cobras con unas aletas de piel a semejanza de "alas" que simularían mantenerlas en vertical (después de todo existen cobras en Egipto), o acaso la palabra "voladora" se debía a algún oscuro giro sobre una palabra hebrea o incluso a un tardío malentendido, o a la leyenda derivada de la creación de la serpiente de bronce por Moisés en un asta. Independientemente de su significado, el hecho es que existen tradiciones antiguas que dan apoyo a que el hebreo antiguo hubiere utilizado la palabra "voladora" pata modificar "serpientes ardientes" encontradas por los hebreos mientras deambulaban por el desierto. El pueblo fue mordido, pero Dios en su misericordia proveyó una cura milagrosa que también sirvió de poderosa herramienta de enseñanza.

Algunos críticos se han reido a carcajadas sobre las "serpientes ardientes voladoras" citadas en el Libro de Mormón. "¿Se supone creer que Dios creó algunas criaturas volantes semejantes a dragones con aliento de fuego? ¿Cómo alguien en su sano juicio puede aceptar tal cuento?" Una pregunta más razonable, raramente contestada por los críticos, es "¿Qué podría significar el texto realemente?" Se ha especulado que las serpientes arbolícolas pudieran ser vistas y descritas como serpientes voladoras y esa idea se tornó más interesante cuando se aprende de que existen serpientes arbolícolas voladoras en Asia. Aunque ciertamente no sean las mismas que las descritas en el Éxodo, su existencia demuestra las denominadas "serpientes voladoras" son posibles. Se puede encontrar información básica sobre estas criaturas con fotos de las serpientes en vuelo en:
Estas serpientes voladoras no viven en la parte del mundo por donde fueron los israelitas. Existen algunas serpientes voladoras en la costa occidental de la India (no se puede descartar la remota posibilidad de que alguna especie relacionada de serpientes dotadas aerodinámicamente pudieron haber existido en Oriente Medio). Más conocidas por serpientes voladoras, no son los suficientemente ponzoñosas como para matar a una persona. Más que las serpientes arbolícolas, una candidata más probable para las serpientes ardientes voladoras de 1 NeFi pudieran ser un miembro de la familia de la mortífera víbora de escama de sierra, según Ronald P. Millett y John P. Pratt en, "What Fiery Flying Serpent Symbolized Christ?," Meridian Magazine, Aug. 9, 2001, online en http://www.meridianmagazine.com/sci_rel/000609serpent.html. Las víboras de escama de sierra viven en la región de Israel y se las conoce por matar a los humanos con un veneno de acción lenta, tienen una picadura ardiente y atacan tan rápidamente que se dice que son "voladoras", pueden saltar cuando atacan, e incluso son de color rojizo que se podrían representar por una serpiente de bronce. Como observan los autores, "un diccionario bíblico explica que la palabra "voladora" aún se utiliza en el árabe moderno para "referir la velocidad con que tales reptiles atacan." [New Bible Dictionary, "Serpent," Tyndall House, 1982, p. 1091] (A las cobras se las representa en el arte egipcio antiguo con alas. Puede verse un ejemplo en la web, Animals and the Gods of Ancient Egypt de Caroline Seawright, donde se muestra una escultura de Wadjet, la diosa cobra, como una cobra con alas y cabeza humana.)

Si José Smith se hubiera inventado el Libro de Mormón, Había estado loco de sacar la idea de que las serpientes que afligieron a los israelitas eran serpientes "voladoras", pero este añadido en el texto del Libro de Mormón lo apoyan varias fuentes antiguas, proveyendo evidencia adicional de que el Libro de Mormón es un texto auténtico, y también muestra una fuente factible para el uso generalizado de las serpientes emplumadas (o voladoras) como símbolo del gran Dios, como la serpiente sobre el asta que Moisés hizo como símbolo del poder sanador y de la Expiación de Cristo.
Y si las leyendas aztecas, mayas y de otros pueblos precolombinos en verdad refieren la visita de Jesús, ¿no se pueden esperar vestigios de rituales cristianos que hayan perdurado a pesar de la gran apostasía y persecución descritas en el Libro de Mormón entre los años 300 y 400 después de Cristo? Un vestigio pudiera ser el bautismo de niños mayores, como seas I analiza en Questions about LDS Baptism. Los rituales mayas descubiertos por los españoles incluían conceptos de ser renacidos, purificados y preparados para la otra vida, arrepentimiento de los pecados, confesión a un sacerdote, el símbolo de la ropa blanca, y ser llamados con un nombre que significaría "la descendencia de dios"" Estos notables paralelos con las enseñanzas del Libro de Mormón se pueden deber a las enseñanzas del bautismo que Cristo dio a su pueblo en las Américas, cuando les ministró después de su resurrección(véase 3 Nefi 11).
Otros eruditos descubren paralelismos entre tradiciones mesoamericanas y Jesucristo sin considerar la conexión mormona, pero es interesante que tengan este tipo de consideraciones. Un ejemplo interesante digno de leer y considerar es el artículo de Bruce Lane, "The Making of 'The Tree Of Life,'" en Quaker Theology, Vol. 4, No. 2, Issue 7, Autumn 2002, dispònible en http://www.quaker.org/quest/issue7-4-lane04.htm, en el que observa interesantes paralelismos entre tradiciones mesoamericanas y Jesucristo. Se encuentran en su proyecto de hacer una película acerca del ritual altamente simbólico de los "Voladores" que consiste en hombres que cuelgan del gran árbol de la vida cuando giran en círculo. Se dan mayores detalles en http://www.docfilm.com/quakers/makingTOL.html. La siguiente cita de Bruce Lane se hallan en ambas páginas web mencionadas:

Los sacerdotes españoles trajeron consigo estatuas de un dios blanco barbado en un ejemplar de madera del símbolo de los cuatro vientos. Decían los totonacas que este dios se había sacrificado para que no se necesitara hacer más sacrificios humanos y que lo aceptarían como su dios en lugar de los demás. Debido a que Quetzalcoatl, representado como blanco y barbado, había profetizado su regreso en el año en que llegó Cortés, mi suposición es que los totonacas identificaron la imagen del Cristo blanco y barbado como Quetzalcoatl. Quizá no haya manera de probar o desaprobar esta hipótesis, pero existe la evidencia circunstancial. El modelo de los Voladores de Huehuetla es San Salvador, el Cristo resucitado -- manifestación lógica del regreso de Quetzalcoatl. Y puesto que Cortés y sus hombres afirmaron ser los seguidores de Quetzalcoatl, tendría sentido que los Voladores se vistieran a la europea. Análogamente, el Árbol Floreciente se podría identificar fácilmente con el Árbol de la Vida, el árbol de las Cuatro Direcciones al cual el segundo Quetzalcoatl sería clavado. Esta explicación parecer relacionarse con las transformaciones simbólicas en el ritual de los Voladores. Finalmente, y acaso lo más extraño de todo, Cristo fue de hecho la respuesta mitológica perfecta al problema mesoamericano: el dios que se sacrificaba para terminar con todos los sacrificios.

Además de explicar el ritual Volador ritual, para mí esta interpretación me creó por primera vez una sensación fuera de la, por otro lado desconcertante idea central de la teología cristiana: que Cristo se ofreció a si mismo como sacrificio para expiar los pecados de la humanidad. Pero también suscita nuevas preguntas que estoy tratando de contestar. ¿Cómo podría una teología nacida en Oriente "resolver" un problema mítico en el otro hemisferio del mundo? Descartando la fantasía mormona de una tribu perdida, seguramente la respuesta debe residir en una concepción foránea del papel del sacrificio humano en el desarrollo de las sociedades humanas. ¿Por qué fue el sacrificio humano tan extendido y por qué parece suceder en sociedades agrícolas antiguas?

El autor, a pesar de la impresionante bibliografía y la intensa investigación en las tradiciones mesoamericanas para su proyecto de filmar la película, desechó las posibles relaciones entre el Libro de Mormón y las leyendas mesoamericanas. Tales relaciones quizá no sean tan extendidas como quisiera y acaso algunos aspectos del tema se hayan tratado con sensacionalismo en el pasado o sean productos accidentales de la influencia española. Pero aún así, ahí queda una auténtica posibilidad de una conexión real entre el Libro de Mormón y las antiguas leyendas de Quetzalcoatl y demás figuras semejantes a Cristo en la América antigua.

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