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19 julio 2011

Domingo Juarros y los Israelitas en América

"Luis" (no especificó apellido ni nacionalidad; pronto actualizaremos dicha información) nos envió a través de mail la siguiente información que él mismo descubrió acerca de estudios realizados por Melvin Tumin y Jhon Gillin respecto de la conexión existente entre el pueblo de Israel y los antiguos habitantes americanos. Especificamente menciona las palabras del investigador Domingo de Juarros en su libro "Compendio de la historia de la ciudad de Guatemala". Cito:
"Consta por los manuscritos de D. Juan Torres hijo, y de Juan Macario nieto del rey Chignaviucelut, y de D. Francisco Gómez, primer Ahzib Kiché, que los citados tultecas eran de la casa de Israel, y que el gran profeta Moisés los sacó del cautiverio en que los tenía el faraón, y que habiendo pasado el mar rojo se dieron a la idolatría y que persistiendo en ella, no obstante las amonestaciones del celoso Moisés; o fuese por no sufrir las represiones de este legislador o por temor de que los castigase, se apartaron de él y de sus hermanos y se trasladaron de otra parte del mar a un lugar que llamaron siete cuevas, es decir de las riberas del mar bermejo a lo que ahora es parte del Reino mexicano, donde fundaron la célebre ciudad de Tula."
Sin duda, vestigios de uno de los orígenes del poblamiento temprano de América, leyendas que se pasaron de padres a hijos a través de las generaciones y que recién hoy están a nuestro alcance para afirmar una verdad que ya conocemos.

08 abril 2011

Los señores de Totonicapan y las Diez tribus perdidas


Por: Mormon Encounter LDS Tours

Evidencias de los Indios Americanos sobre el contenido del Libro de Mormón

Los escritos de los Indios Americanos son evidencias potencialmente fuertes de que los acontecimientos descritos en el [Libro de Mormón] sucedieron realmente. Por ejemplo, se tiene evidencia para sostener las afirmaciones de los Mormones de que los Indios Americanos son descendientes de los Israelitas, proporcionada por un traductor del Título de los Señores de Totonicapán. (Para entender, le informamos que el Libro de Mormón profesa ser un registro de grupos antiguos de personas que partieron de Jerusalén y otras tierras para navegar a las Américas.) “El texto original del Título de los Señores de Totonicapán se registró en 1554 en el idioma del Quiché de Guatemala que data de siglos legendarios”. El traductor parece indicar que tales grupos migratorios posiblemente podrían haber existido. En resumen de sus conclusiones, él hace las siguientes declaraciones:
“Las tres gran naciones del Quiché... son descendientes de las Diez Tribus del Reino de Israel, a quienes Shalmaneser redujo a cautiverio y quienes, encontrándose en la frontera de Asiria, resolvieron emigrar....

"Estas, entonces, eran las tres naciones de Quichés, y ellos vivieron desde el naciente del sol, descendientes de Israel, con el mismo idioma y las mismas costumbres y tradiciones.... Ellos eran hijos de Abraham y Jacob....

“Ahora el 28 de septiembre de 1554 firmamos esta confirmación en la que hemos escrito lo que por tradición nuestros antepasados nos dijeron, quienes vinieron de la otra parte del mar, del Civán-Tulán, fronterizo con Babilonia” (Título de los Señores de Totonicapán, trans. Dionisio José Chonay y Delia Goetz, Norman, Oklahoma: University of Oklahoma Press, 1953, págs. 167, 170, 194).
Se ha dicho que la sangre de estas personas migratorias fluye en las venas del las tribus Indias de los Blackfoot (Pies Negros) y los Blood Indians (Indios de Sangre) de Alberta, Canadá; en los Navajos y los Apaches del Suroeste Norteamericano; los Incas de Sudamérica occidental; los Aztecas de México; los Mayas de Guatemala; y en otros grupos de Indios Americanos en el Hemisferio Occidental y las islas del Pacífico.

26 enero 2011

Fraile Domingo de Vico y las tribus perdidas

El Fraile Domingo de Vico, misionero español en América en 1520, descubrió gran cantidad de evidencia hablada por los aborígenes y concluyó que estos eran descendientes de las tribus perdidas de Israel. Cito una parte de su libro de Historia "Teología Indorum". En el capitulo 101 dice:
“… Estos indígenas descienden de las diez tribus perdidas de los judíos, quienes no regresaron a su tierra de herencia pero conservaron todos los eventos escritos en su texto sagrado a través de la tradición verbal mientras el demonio los engañaba en muchos errores."

01 noviembre 2010

Algunas tradiciones que coinciden en el Libro de Mormón y Mesoamérica

Por Diane E. Wirth, MA.

  1. Encontramos quiasmos (estilo literario Hebreo) en el Libro de Mormón, el Antiguo Testamento, en el Popol Vuh de los mayas quiché, así como en algunas estelas mayas.
  2. Moroni, hacia el final del Libro de Mormón, dijo que se le reveló que los niños pequeños no deben ser bautizados, porque no es necesario el arrepentimiento a esa edad (Moroni 8:9-10). Los mayas bautizaron a sus pequeños como se muestra en el Códice de Madrid, un documento pre-colombino.
  3. Más de 50 cajas de piedra se han encontrado en Mesoamérica para guardar elementos sagrados.
  4. Mesoamericanos tenían conocimiento de la rueda como se puede ver en los vestigios encontrados de éstas por la arqueología. Además, fueron encontrados pequeños animales enterrados con los difuntos, tal como se hizo en el Oriente Medio, simbolizando el transporte de los muertos al más allá.
  5. El Libro de Mormón habla de muchos reyes (no jefes), también lo hacen los monumentos y códices (libros) de Mesoamérica.
  6. La frase, "Y aconteció" en el Libro de Mormón existe en numerosos jeroglíficos, frases mayas y en las estelas.
  7. La deforestación es una consecuencia monumental de hacer cemento (estuco). La deforestación (por el hombre) y el cemento se produjo sólo en Mesoamérica  y se menciona en El Libro de Mormón.
  8. Guerreros vestidos con "ropa gruesa" (Alma 43:19) se mencionan en el Libro de Mormón. Este concepto también fue usado sobre todo por los mayas durante la época de guerra.
  9. La creencia en la resurrección mencionada en el Libro de Mormón, también existía entre los mayas.
  10. El árbol de la vida es omnipresente en toda Mesoamérica.
  11. En Mesoamérica existía la creencia de que la primera pareja fue expulsada del paraíso por arrancar la flor de un árbol, causando la muerte al entrar en el mundo. La única diferencia en el Libro de Mormón es una fruta en lugar de una flor.
  12. La práctica del sacrificio humano y el derramamiento de sangre a su dios en Mesoamérica era frecuente, pero fue prohibida y se explica en Alma 34:10-11, porque Cristo cumplió la ley de sacrificio.      


25 octubre 2010

Las primeras 40 páginas del Libro de Mormón


¿Cuan difícil resultaría para alguien como José Smith describir en 40 páginas, una zona determinada, en un tiempo específico, siendo éste un lugar geográficamente inexplorado para la época; además, escribir sobre sus costumbres, rituales, pensamientos, formas de actuar, etc. y más aún, acertar en cada uno de estos puntos?

Cuando toda esta información salió a la luz en 1830, nadie podía refutarla o discutirla con un respaldo sólido, ya que era muy poco lo que se sabía del desierto, pero ¿qué nos dicen los actuales descubrimientos arqueológicos? ¿existe suficiente información fidedigna para analizar el relato de Lehi en estos días? la solución a estas preguntas es un categórica respuesta afirmativa. Gracias a enormes investigaciones arqueológicas realizadas por eruditos de fama mundial es mucho el material con el que actualmente se cuenta y que evidencia lo relatado en las primeras 40 páginas del Libro de Mormón: cartas, sellos, cajas, objetos desenterrados, escritos, etc. Tal como se pregunta el erudito Nibley:
 "¿Alguien podría haberse imaginado que algún día Lehi sería confrontado con testigos oculares sobre las mismas escenas que él afirma, presenció?"
Todo un mundo de descubrimientos y evidencias de cómo vivía la gente de Oriente en el mismo tiempo en que Lehi salió de Jerusalén. Entonces, ¿podríamos decir que lo anterior evidencia la veracidad del Libro de Mormón y valida a Lehi como un testigo ocular de todos los hechos narrados? Claro que si. En una forma impresionantemente correcta, además de toda la descripción geográfica de lugares y direcciones que ya se ha analizado anteriormente, existen muchas preguntas que ahora son contestadas con evidencias de mucho peso. Nibley realiza una recopilación de preguntas sobre la historia de Lehi y él mismo se da el trabajo de contestarlas una a una con un solido respaldo investigativo de fuentes comprobables y reales, muchas preguntas que antes no tenían respuestas y que ahora si las tienen gracias a estos avances en la investigación.

Les invito a que realicen el siguiente ejercicio: imaginen que a ustedes les hacen las siguientes preguntas e intenten responderlas sin equivocarse. Luego consulten el libro "Lehi en el Desierto y el Mundo de los Jareditas". Hugh B. Nibley. (Lo pueden descargar de www.bibliotecasud.blogspot.com) ya que en él se encuentran las respuestas a dichas interrogantes. A continuación comparen sus resultados, verán cómo se sorprenderan, les aseguro de que de inmediato se preguntarán ¿cómo podría saber José Smith todo esto si solo era un campesino en 1800? la respuesta llegará sola, José Smith tradujo el Libro de Mormon por que este fue escrito por testigos oculares de esa época.

¿Todo esto en solo las primeras 40 páginas del Libro de Mormón? si, solo en sus primeras 40 páginas. Si esto les sorprende imaginense que ocurre en todo el resto del libro, que también contiene maravillosa información escrita por personajes que realmente vivieron en esa época.

“A la luz de toda esta nueva evidencia, la defensa solicita de la manera más atenta que el caso sea reabierto.

De modo que Lehi y los nuevos testigos son examinados paralelamente y sus respuestas comparadas.

Las preguntas son breves y concisas:

¿Cuál es tu nombre? ¿No sabes que ése nombre no corresponde al de una persona? (un vino se produce desde la época de Lehi y lleva el nombre Lehi, no uno fuera de lo común.) ¿Dónde vivías en aquella época? ¿Qué quieres decir con “la tierra de Jerusalén”? ¿No significa la ciudad de Jerusalén? (la defensa presenta una antigua carta que muestra que el territorio aledaño a la ciudad era conocido como la tierra de Jerusalén.) ¿Quiénes gobernaban Jerusalén? ¿Qué clase de hombres eran? ¿Qué les hiciste para que se volvieran en tu contra? ¿De dónde obtuviste la gran riqueza de la que hablan tus hijos? ¿Cómo aprendiste el idioma egipcio? ¿No era una pérdida de tiempo? ¿Por qué no aprendiste el babilonio, un idioma mucho mas parecido al tuyo? ¿Cuál fue el problema suscitado entre los miembros de tu familia?

Tengo una lista de nombres aquí –de tus pretendidos familiares y antepasados:

¿esperas que la corte crea que son genuinos? Si es una lista auténtica, ¿Por qué no contiene nombres con el prefijo Baal? Dices que tenías sueños: ¿sobre qué? ¿Un río? ¿Qué clase de río? ¿Qué es esa locura del “vapor de tinieblas”? ¿Has visto algo parecido mientras has estado despierto? (docenas de testigos declaran.) ¿No crees que un sueño es un pretexto débil y patético para abandonar tu hogar y salir del país? ¿En que dirección huiste? ¿Cómo pudiste formar una gran caravana sin ser experto en ello? ¿Qué te llevaste? ¿Viajaste a pie? ¿Cómo te las arreglaste para sobrevivir con mujeres y niños en un terrible desierto? ¿Cómo escapaste de ser asesinado por vagabundos y merodeadores? ¿No sabes lo peligroso que puede ser el desierto? ¿De qué te alimentaste? ¿Viajaste continuamente? Cuando acampaste, ¿qué fue la primera cosa que hiciste? ¿Qué tipo de altar? ¿Qué tipo de presa cazaste? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Quién fue el cazador? Dices que tu hijo hizo un arco; ¿en qué parte de la desolada Arabia encontró madera para tal cosa? ¿Qué derecho tenías para ir por ahí dando nuevos nombres a los lugares? ¿Crees que alguna persona en sus cabales le daría al río y la valle nombres diferentes? (una oleada de protestas de los Arabes presentes en la sala se deja escuchar.) ¿Alguien llamaría al Mar Rojo una fuente? ¿Desconoces que no hay ríos en Arabia? Ese breve discurso que diste a tus hijos, ¿no te parece un poco rebuscado? (mas protestas por parte de los Beduinos.) ¿No te parece algo tonto describir un valle como “firme e inmutable”? ¿Dónde estuvieron tus hijos cuando regresaron a Jerusalén? ¿Qué es eso de una cueva? ¿No son las planchas de metal un material mas difícil para grabar registros en el? ¿No son cincuenta hombres una cantidad pequeñamente ridícula para una guarnición en una ciudad como Jerusalén?

Describes encuentros nocturnos entre los ancianos y el comandante: ¿no hubiera sido más sensato sostener tales encuentros durante el día? ¿Quieres que la corte crea que llevaste semillas durante un viaje tan largo y agotador? ¿Estás intentando decirle a la corte que encontraste un paraíso en el borde sur de la región más inhóspita de la tierra?

Y así sucesivamente. Quizá el lector pudiera agregar algunas preguntas a la lista—hay mas de cien posibilidades señaladas en nuestro estudio y la mayoría de ellas nadie en el mundo podría haberlas respondido correctamente hace 120 años.

El autor de 1er. Nefi fue confrontado con cerca de cien problemas interrelacionados delicadamente y de extrema dificultad. La probabilidad de salir airoso con una declaración plausible por simples conjeturas una o dos veces es suficientemente vaga, pero las probabilidades de repetir acertadamente cien veces en rápida sucesión es infinitamente remota. El mundo a través del cual Lehi viajó, era para el ciudadano occidental de 1830 un acertijo indescifrable, perdido en la profundidad de una impenetrable niebla; los mejores estudiantes de la Biblia estaban irremediablemente mal informados sobre Palestina y el estudio científico de la Tierra Santa da inicio con Edward Robinson recién en 1838."

03 agosto 2010

Los Indios Americanos, ¿descendientes de los Judíos?


http://elhijoahman.blogspot.com/

Diego de Landa, un misionero español destacado en Yucatán, escribiendo en aproximadamente 1556, dice que según los mayas, "... El mundo fue destruido por un diluvio" (1). También dijo:

Algunas de las personas mayores de Yucatán dicen que han oído de sus antepasados que esta tierra estaba ocupada por una raza de personas que vinieron de Oriente y a las que Dios había traído. . . . Si esto fuera cierto, se deduce necesariamente que todos los habitantes de las Indias son descendientes de los Judíos (2).

Antonio Vázquez de Espinosa un "fraile carmelita y escritor español, nació en España en el último tercio del siglo XVI y murió en Sevilla en 1630" (3). Se convirtió en un distinguido teólogo y misionero. Él vino a América e hizo un trabajo misional en el Perú y también en todo México. Él fue conocido como uno de los misioneros más fervientes en el Nuevo Mundo" (4). Cerca de 1622 regresó a España y escribió un gran libro titulado "Compendio y descripción de las Indias Occidentales." Fue escrito en español, y por primera vez se tradujo al idioma Inglés por Charles Upson Clark y publicado por el Instituto Smithsonian el 1 de septiembre de 1942.

El libro de Antonio Vázquez está literalmente lleno de evidencias que muestran que los indios eran descendientes de los Judios. Estudió sus creencias religiosas y costumbres a fondo, habiendo tenido contacto con muchos de los aborígenes americanos antes de que fueran visitados por los demás europeos, por lo que tenia la firme convicción de que ellos eran de origen hebreo. En palabras de su libro:
Los indios son muy parecidos a los Judios y similares a ellos en todos los aspectos, tanto en el físico y el temperamento y en otras características, como sus costumbres, ritos, ceremonias, supersticiones e idolatrías. . . . (5)
Un poco más tarde escribió:
. . . En Nueva España había un sumo sacerdote y varios sacerdotes menores, que fueron ungidos con un cierto líquido como bálsamo o liquidámbar, mezclado con la sangre de los niños a los que circuncidaban. Estos falsos sacerdotes llevan el pelo largo como los nazarenos, y en casi todo lo copiaron de los sacerdotes de la antigua ley, tal como lo ofrecían en sacrificio de animales, así también los indios los ofrecían, y así como los hebreos de las diez tribus sacrificaban niños, asi también los indios descendientes de las Diez Tribus, ellos también los sacrificaban. . .

Dios ordenó a Abraham que los niños ocho días de edad deben ser circuncidados, la misma costumbre es seguida por la mayoría de los indios de la Nueva España, Yucatán, Cozumel, y otras regiones, y la Guaicurus del Paraguay:. . . Por lo tanto los indios deben haberlo adoptado de los hebreos, de los que son linaje (6).
Fuentes:
Archaeology and The Book og Mormon by Milton R. Hunter

1. Diego de Landa, Relacion de Las Cosas de Yucatan (Eng. tr. by Alfred M. Tozzer, 1941).

2. Ibid., p. 16.

3. Antonio Vazquez de Espinosa, Compendium and Description of the West Indies (Eng. tr. by Charles Upson Clark. Washington, D. C., 1942), "Introduction," p. iv.

4. Ibid.

5. Ibid., p. 24.

6. Ibid., p. 26.

29 octubre 2009

Diseño hebreo en construcciones de Mesoamérica

Fuente: Mormon Times
www.mormonsud.blogspot.com


Probablemente no es muy sorprendente saber que el tabernáculo de Moisés y el templo de Salomón tienen las mismas proporciones. Todos provenían de la misma cultura, después de todo. Pero ¿y si lo complejo de los templos de Mesoamérica coinciden con las mismas proporciones, de arquitectura?

El arqueólogo Richard F. Hauck ha investigado las formas del espacio sagrado de los templos en el Israel antiguo. Basándose en el trabajo de Asher Kaufman, Hauck se enteró de que el tabernáculo de Moisés y el templo de Salomón habían utilizado medidas de codo de 43,7 centímetros y 42,8 centímetros en su construcción. Los espacios del edificio; como el lugar santísimo, los santuarios, las paredes exteriores y otras habitaciones, también fueron proporcionalmente relacionados. El templo de Salomón era el doble del tamaño del tabernáculo, sin embargo, mantuvo la misma proporción de anchura y longitud. Incluso el Arca del Pacto coincidía con las proporciones en una escala mucho menor.

Hauck, dijo a los participantes de una conferencia acerca de estudios del Libro de Mormón, en Salt Lake City, que examinó la complejidad de los templos en las ruinas de Izapa en México. Trazó las relaciones espaciales de los diferentes edificios de Izapa y pirámides a lo largo de varias líneas. Él descubrió que, al igual que los espacios sagrados hebreos en el Viejo Mundo, los arquitectos utilizaron medidas en Izapa de un codo de 43,7 cm y 42,8 centímetros.

Un día, mientras trabajaba en recrear los dibujos de arquitectura del templo de Salomón, Hauck dijo que se sintió inspirado para comparar las proporciones del Templo de Salomón, con las formas en las ruinas de Izapa. Y resultaron compatibles.

De la misma manera que el templo de Salomón fue una versión más grande del tabernáculo de Moisés, el complejo  templo de Izapa se alineó con las mismas proporciones, sólo que 15 veces mayor que el templo de Salomón. Hubo una correlación directa, de acuerdo con Hauck, de los montículos y plazas de Izapa con el tabernáculo y el templo de Salomón. "Todas fueron construidas bajo el mismo modelo", dijo Hauck.

La tela y el tabernáculo de madera, de piedra del templo de Salomón, los enormes y complejos edificios en Izapa, tienen una correlación en el tamaño, de acuerdo con Hauck:
"El sistema de medición utilizado en el diseño de Izapa, y la arquitectura básica en Izapa fueron copiadas directamente de la arquitectura empleada por Moisés y Salomón."

25 agosto 2009

Fray Diego Durán, comenta sobre el posible origen judío de leyendas Mesoamericanas.


Diego Durán, (Sevilla, 1537 - 1588) historiador y domínico español conocido también como fray Diego Durán, fue escritor de una de las primeras obras sobre diversos aspectos de la sociedad mexicana, para lo que estudió el náhuatl y consultó un número importante de testimonios originales, tanto orales como escritos.

Tenia una especial idea sobre muchas de las costumbres que investigó exhaustivamente en fuentes orales, códices y testimonios diversos. Esto es lo que pensaba sobre el origen de una de estas leyendas en particular.


Cito textual su comentario:
“...donde es de saber, que tratando de un gran varón, de quien no poca noticia se halla entre ellos, me contaron que después de haber pasado grandes aflicciones y persecuciones de la tierra, que junto a toda la multitud de gente que era de su parcialidad y que les persuadió a que huyesen de aquella persecución a una tierra en donde tuviesen descanso; y que haciéndose caudillo de aquella gente, se fue a la orilla del mar, y que con una vara que en la mano traía, dio en el agua con ella y que luego se abrió el mar y entraron por ahí él y sus seguidores y que los enemigos, viendo hecho camino se entraron tras él, y que luego se tornó la mar a su lugar, y que nunca más tuvieron noticias de ellos. ¡Que más clara razón se puede dar de que estos sean judíos, que ver cuán manifiestamente y al propio relatasen la salida de Egipto, el dar Moisés con la vara en la mar! El abrirse y hacer camino, al entrar faraón con su ejército tras ellos y volver Dios las aguas a su lugar”.

02 marzo 2009

Prácticas religiosas hebreas en la América Antigua

Similitudes religiosas hebreas con las nativas de América.

Autor: John A. Widtsoe & Franklin S. Harris.


Las prácticas religiosas de los antiguos indígenas americanos son bien comprendidas por los restos de los monumentos y por las observaciones efectuadas por aquellos que vivieron entre ellos. Casi sin excepción, los estudiosos de esta faz de la vida e historia de los indios americanos han denunciado la sorprendente similitud entre la religión hebrea y la de los indios.
"En cuanto a los modales, costumbres, hábitos, etc., de las tribus salvajes del territorio occidental, un tipo más correcto y verdadero que cualquier otro que yo haya visto, puede ser encontrado en la historia antigua de los judíos o israelitas después de su liberación de la esclavitud de los egipcios. La casa del 'brujo o hechicero' de los indios puede ser comparada con el Tabernáculo de los judíos; y los sacrificios, ofrendas, purificaciones, abluciones y unciones pueden ser todos encontrados y practicados entre esa gente. El duelo por un familiar fallecido es muy similar al de los israelitas. Pueden ser hechas muchas analogías entre los modales y costumbres de esa gente y la de los judíos". (Schoolcraft, Vol. 1, pub. 1851; Scraps 2: 274-275)
Naturalmente, durante los siglos de la variada historia dada por el Libro de Mormón, la religión fue corrompida, sin embargo la similitud hebrea es notablemente evidente. La influencia egipcia aparece como una frecuente intrusión, la que es de suponer por la estrecha afinidad entre Israel y Egipto al tiempo de las emigraciones nefitas y mulekitas. Quizás nada mejor pueda hacerse que citar eminentes autoridades que han tenido conocimiento personal del asunto.
"Las creencias religiosas de los araucanos (una tribu excesivamente guerrera del sur de Chile) son sublimes. Reconocen a un Ser Supremo, a quien ellos dominan con una palabra expresiva de Suprema Esencia. Le llaman el Espíritu de los Cielos, la Gran Vida, el Fulminador o Tronador, el Omnipotente, el Eterno, el Infinito. El gobierno de este glorioso Creador es el prototipo de su comunidad". (Don Alonso Ercilla, "Historia de Chile", Reynolds, Mill. Star. 59:392).
"Igual que los judíos, los indios ofrecen sus primeros frutos; guardan sus lunas nuevas y la fiesta de la expiación al fin de septiembre o principio de octubre; dividen el año en cuatro estaciones, correspondiendo con las festividades judías. De acuerdo con Charlevoix y Lon, el hermano de un esposo fallecido recibe a la viuda en su casa como huésped y después de un tiempo prudencial la considera como a una esposa legítima. En algunas partes del Norte América se practica la circuncisión y de esto, Acosta y López de Gomara, hacen mención. Pero lo que más tiende a fortificar la opinión en cuanto al origen hebreo de las tribus americanas es una especie de arca, aparentemente igual que la del Antiguo Testamento; los indios llevan ésta consigo a la guerra; no le permiten nunca que toque el suelo haciéndola descansar sobre piedras o pedazos de madera, considerando sacrilegio e ilegal abrirla o mirar dentro de ella. Los sacerdotes americanos guardan escrupulosamente su santuario y el sumo sacerdote lleva en su pecho un racional blanco adornado con piedras preciosas, que recuerda al Urim del sumo sacerdote judío, de quien también nos recuerda por medio de una vincha con 55 plumas blancas en su frente". (Tschudi, pág. 9-10).
El hecho más notable entre los indígenass norteamericanos, que nos refiere a los judíos, es su adoración al Gran Espíritu, o Jehová, en todas partes, y tal cómo los judíos,  ellos fueron mandados a hacerlo por precepto divino, en lugar de adorar a una pluralidad de dioses como hacían los paganos. 

Los indígenas norteamericanos no son idólatras. Se dirigen al Gran Espíritu y no conocen mediador ya sea personal o simbólico. Las tribus indígenas están divididas en clanes con jefes, símbolos, insignias, etc., y muchas de sus formas de adoración las he encontrado sumamente parecidas a las de la institución mosaica. 

Los judíos tienen su Sanctasanctórum; y lo mismo puede decirse de los indígenas, tienen su casa (choza) del hechicero que es siempre considerada como lugar sagrado. 

Igual que los judíos, ellos tienen sus sumos sacerdotes y profetas. 

Entre los indígenas como entre los antiguos hebreos, a las mujeres no se les permite adorar junto con los hombres; y en todos los casos, también comen separadamente. 

Los indígenas americanos en todas partes, igual que los judíos, creen que ellos son el pueblo favorito del Gran Espíritu, y son perseguidos, ciertamente igual que aquel pueblo primitivo, tanto que todas las manos parecen levantadas contra ellos, e igual que los judíos, destinados a ser dispersados sobre todo el mundo, al parecer castigados por el Todopoderoso y despreciados por el hombre. 

En sus casamientos, tal como lo hicieron los primitivos judíos, "compran" sus esposas con regalos y en muchas tribus se asemejan notablemente en otras formas y ceremonias de sus matrimonios. 

En sus preparaciones para la guerra y la paz son sorprendentemente similares. 

En el tratamiento de los enfermos, entierro de los muertos y duelo son también similares. 

Se parecen también en sus baños y abluciones en todas las estaciones del año como parte de su observancia religiosa, teniendo lugares separados para hombres y mujeres para hacer estas inmersiones, y la costumbre entre las mujeres de separarse durante la influencia lunar es exactamente conforme a la Ley Mosaica. 

La costumbre de la separación es uniforme entre las. diferentes tribus. En casi toda familia de una tribu puede encontrarse un pequeño aposento, lo suficientemente grande para contener una persona, el cual está construido a una pequeña distancia de la casa familiar y ocupado por la esposa e hija, según las circunstancias, donde ella vive sola hasta que está preparada para volver a la casa. Después de esta temporada de separación, antes que pueda entrar a la habitación familiar, es requisito exigido la purificación, precisamente de acuerdo con el mandamiento judío. 
"En sus fiestas, ayunos y sacrificios son sumamente iguales a aquellos pueblos primitivos. Muchos de ellos tienen una fiesta muy semejante a la fiesta anual de la Pascua judía; y otros una muy parecida a la de los Tabernáculos que dura ocho días, haciendo sacrificios de los primeros frutos y lo mejor de todas las cosas, muy semejante al voto propiciatorio o sacrificio de las paces de los hebreos... Entre la lista de sus costumbres nos encontramos con una de ellas que tiene su origen en el Código ceremonial hebreo, y las cuales son muy peculiares en su forma, y parece completamente improbable y casi imposible que dos pueblos diferentes puedan haberlo hecho igual sin algún conocimiento entre uno y otro". (Catlin, "North American Indians", Londom 1841, 2:232-234). 
"La primera razón para determinar que los indios son de descendencia hebrea es su creencia en la simbólica purificación del agua. Los habitantes del Yucatán dan al agua con que bautizan a sus hijos el título de agua de regeneración. Los indígenas de Yucatán invocan a aquel, a quien ellos creen el Dios viviente y verdadero, y de quien no hacen imagen. La segunda razón para creer que la religión de los indígenas es el judaísmo es que ellos usan la circuncisión. Tercero: que ellos esperaron un Mesías. Que muchas palabras relacionadas con la celebración de sus ritos religiosos eran claramente de descendencia hebrea. Que Las Casas, Obispo de Chiapas, quien tuvo "los mejores medios de verificar los hechos", era de esa opinión. Que los mismos judíos, incluyendo algunos de los más eminentes Rabíes, tales como Menasseh Ben Israel y Montesinos, mantuvieron esto verbalmente y por escrito. El dilema en, que algunos de los escritores españoles tales como Acosta y Torquemada pusieron a sus lectores no dejándoles otra alternativa que llegar a la conclusión que los hebreos colonizaron a América y establecieron sus ritos entre los indios, o que el demonio ha falsificado, en el Nuevo Mundo, los ritos y ceremonias que Dios dio a su pueblo elegido. El octavo es la semejanza que guardan muchas ceremonias y ritos de los indios con las de los judíos. La similitud que existió entre las leyes morales de los indios y hebreos; las tradiciones mexicanas y peruanas suplieron el conocimiento que los indios poseían; la historia contenida en el Pentateuco. La tradición mexicana del Teo-moxtli, o Libro Divino de los toltecas. Las famosas emigraciones desde Aztlán (Asia). Los rastros de historia judía, tradiciones, leyes, costumbres que son encontradas en las pinturas mexicanas. La frecuencia del sacrificio entre los indios y la consagración religiosa de la sangre y grasa de las víctimas. El estilo de la arquitectura de sus templos. Los flecos que los mexicanos usaban en sus ropas. Una similitud en las formas y costumbres de las tribus indias, lejos de la monarquía central de México y Perú, a aquellas de los judíos, que escritores no españoles lo notaron —tales como William Penn".— (Kingsbo- rough; Mill. Star 70: 836-837). 
"En la orilla tropical de las Antillas y parte norte de Sudamérica, encontramos indios completamente distintos de nuestras tribus en los Estados Unidos, de la América Central o de la parte occidental de Sudamérica. Muchos de éstos son notablemente semitas en apariencia y aun se adhieren a las costumbres semitas". (A. Hyatt Verrill, "The American Indian", 1927, pág. 4). 
"Los niños aztecas fueron enseñados a obedecer a sus padres y respetar a las personas mayores. Esto está de acuerdo con la Ley Mosaica. El pinchar con espinas parece haber sido un castigo educacional. Los judíos' también tienen un proverbio 'dar coces contra el aguijón' (Hechos 9:5)". (Sjodahl, pág. 361). 
"Como costumbre entre los orientales, las novias eran elegidas por sus padres... Se suponía que un hermano debía casarse con su cuñada viuda, como en la Ley Mosaica; pero, con esta diferencia: bajo el Código Azteca él estaba bajo, la obligación de hacerlo si había niños que cuidar sin medios de subsistencia. Bajo la Ley Mosaica, el matrimonio levítico fue instituido con el expreso propósito de perpetuar el nombre del difunto. (Deut. 25:5-6)". (Sjodahl pág. 361) 
"En el undécimo mes todas las mujeres que habían sido madres durante el año eran 'purificadas', (cf. Lev. 15:19. 30; para la idea del agua consagrada, véase Núm.. 19:2-9) y los niños presentados ante el Señor. La circuncisión fue practicada por algunos, pero, no observada en general''. (Sjodahl pág. 363). 
"Un famoso explorador francés, M. de la Borde, (Caribbeans, París, 1875) dice: 'Muchos de los habitantes del Caribe me han dicho que sus antepasados eran un pueblo grande y poderoso a quienes no puedo dejar de identificar con los judíos. Sus leyes relacionadas con el matrimonio son las mismas, y a ellos se les prohibía comer carne de animales tales como el cerdo sudamericano". (Lee, pp. 126-127). 
 El geógrafo y arqueólogo Kanne (American In-dian Myths, Leipzig, 1813., p. 57) dice:
'Encontramos el zapato de autoridad (Salmo 60:8) y la zapatilla de la esposa en los ritos sociales del antiguo Perú, exactamente como era entre los judíos. La parte principal de la ceremonia religiosa era sacarle el zapato a la novia. Si por cualquier causa el novio se reusaba a sacarlo, era denigrado como lo era un hombre entre los judíos que se negara a casarse con la viuda de su hermano fallecido. Esta ley también prevalecía en países más hacia el norte aun tan lejos como México". (Lee, pp. 127-123) 
"Cuando se reconocía la descendencia (entre los indios) a través de la línea femenina, el esposo por medio del matrimonio se unía a la generación de la esposa. La "propiedad", con excepción de unos pocos artículos de uso personal, pertenecía a la esposa, no teniendo el esposo derecho sobre ella. El precio de un hombre asesinado era entre los hurones, sólo tres cuartos del precio de una mujer. Este arreglo social nos puede parecer extraño, pero, era similar al que prevalecía entre los semitas en los días de Abraham. Sara era la 'princesa' como su nombre lo implica. Es decir, ella era la Jefa. Sus sucesores fueron Rebeca, Lea, Dina y Sera, la hija de Asen el hijo de Zilpa criada de Lea. (Núm. 26:46). También en Egipto en aquellos días, la mujer era la dueña de la casa. Ella poseía la propiedad, y la herencia era a través de la línea femenina. Este hecho social fue preservado entre los indios americanos como lo es hasta hoy día, hasta cierto punto, entre los árabes del desierto'''. (Sjodahl, pp. 279-280).
Semejanzas Hebreas

Una extensa literatura, más allá del alcance de este escrito, trata la teoría que los indios americanos son de origen hebreo. Damos aquí unas pocas y variadas evidencias. Estos ejemplos pueden ser grandemente multiplicados.
"Se nos dijo en una ocasión que, cuando el señor Catlin vio copias de las caras y cabezas de los reyes egipcios del Museo Británico, exclamó con un solemne juramento: "¡Estos deben haber sido pieles rojas'!" (Lee, p. 98).
En el año 1829 el explorador británico Pentland, descubrió en el valle de Sorata, cerca de la frontera oriental del Perú, una tribu muy peculiar y evidentemente muy antigua, de la cual dice:
"Su fisonomía, expresión y físico son completamente diferentes de aquellos otros nativos en estas partes; ciertamente, ellos no son indios, siendo extraordinariamente parecidos a los judíos. Guardan su idioma muy cuidadosamente para ellos, y no es entendido por ninguna de las tribus de indios de los alrededores". (Lee, p. 36).  
Con referencia a las tribus indias que circundaban la frontera sudoeste de su colina, Guillermo Penn en una carta fechada el 14 de agosto de 1683, dijo:
"En cuanto al origen de estos indios estoy listo para creer que son de raza hebrea, es decir, del tronco de las Diez Tribus, Los he encontrado tan parecidos y sus hijos de tan vivida semejanza que uno piensa encontrarse en Duke Flaec o Baiy Sueet (Sección judía de Londres). Pero esto no es todo; ellos concuerdan en ritos, calculan por la luna, ofrecen los primeros frutos, celebran una fiesta como la de los Tabernáculos, hacen sus altares sobre doce piedras y guardan duelo por sus muertos durante un año''. (Lee, pp. 124-125). 
"El señor Latifau publicó un libro intitulado "Moeurs des Sauvages Americains", y al final del primer volumen nos da la letra y música de las canciones sagradas que los indios cantaban en sus ceremonias religiosas. El notó sus expresiones favoritas 'Me schee hah y schee loh' que cantaban en relación. con esta otra palabra 'Yoh heh wah de esta manera: —'Yon me schee hah, he me schee-loh-heh, wah me schee hah, y schee-loh-you, schee-loy-heh schee loh'. Aunque el señor Latifau no sabía nada de ellas, estas dos palabras (maschiach y schiloh) no solamente son hebreas, sino que solamente pueden ser encontradas en relación con las más antiguas leyendas hebreas y principalmente en el libro de Génesis''. (Lee, p. 63). 
Cerca de Newark, Ohío, en 1860, se encontró un compendio de los Diez Mandamientos grabado en una lápida de piedra en 256 caracteres del antiguo hebreo. (Bancroft, 5:94-95). Esta lápida y otra grabada con caracteres hebreos están ahora en un museo en Coshocton, Ohío. Aproximadamente en 1565 en Newark, Ohío, fueron encontrados enterrados en túmulos, varios caracteres hebreos, uno de los cuales tenía esta inscripción, donde estaba enterrado un muerto: "Quiera el Señor tener piedad de mí un nefita". (Traducido Nephel). (Roberts 3:56). 
El señor José Merrick, persona muy respetable en Pittsfield, Mass., hizo el siguiente relato:
"Que en 1815 él estaba, nivelando un terreno... Después de terminado el trabajo, caminando sobre el lugar descubrió una correa negra... Tratando de cortarla encontró que era tan dura como el hueso. Al conseguir abrirla halló cuatro pedazos de pergaminos. Ellos eran de matiz amarillo obscuro y contenían cierta clase de escritura... Tres pedazos fueron enviados a Cambridge, donde fueron examinados descubriéndose que habían sido escritos, con una pluma, en hebreo bien legible. La escritura del otro pergamino eran citas del Antiguo Testamento. Véase Deut. 6:4-9; 11: 13-21; Éxodo 13:11-16" (Ethan Smith's "View of the Hebrews" del Mill. Star 21:274; Roberts 3:49; 50). 
Humboldt dice hablando de algunas imágenes que fueron encontradas cerca del antigüo templo de Mexitli (México):
"La frente está adornada con un collar de perlas en la orilla, de una estrecha vincha. El cuello está cubierto con una especie de pañuelo triangular al cual están prendidas veintidós pequeñas borlas. Estas borlas, y el aspecto general del tocado, me recordaban fuertemente lo que había leído acerca de las manzanas y granadas en las túnicas de los antiguos Sumos Sacerdotes hebreos". (Lee, pág. 32-33). 
"Los incas "también tenían un año lunar de 354 días, al cual ellos agregaban 11 días para hacerlo corresponder con el año solar. Este comenzaba el 22 de junio, después de la cosecha, y era inaugurado con un festival llamado 'Intip Raymi', cuando se ofrecían sacrificios y el pueblo banqueteaba. Hay una extraordinaria semejanza entre este año lunar de los peruanos y el año sagrado de los hebreos. Este último tiene también 354 días y se le agrega un mes cada tercer año. Empezaba poco después que el primer grano estaba maduro y era inaugurado con un festival, la así llamada fiesta de la siega. (Éxodo 23:16; Lev. 23: 9-10; Deut. 26:10). Se necesita una porción grande de credulidad para creer que esta semejanza es debida solamente a la casualidad". (Sjodahl, p. 314). 
"Los pueblos (incas) estaban divididos en 'chuncas' compuestas de diez familias. Diez chuncas, cien familias, forman una 'pachaca'. Diez pachacas, forman una 'huaranca', y diez huarancas, diez mil familias, era un 'hunu'. Por consiguiente, un hunu consta de cincuenta mil individuos si contamos cinco personas por familia. Cada una de estas divisiones tiene sus propios oficiales. El deber del presidente de las pachacas era ver que toda familia tuviera semilla para sembrar y material del cual hacer ropa, etc. Eran responsables también por la moral del pueblo bajo su autoridad, teniendo que reportar los delitos a los oficiales superiores, quienes tenían el deber de castigar a los infractores. La división de la población en chuncas, pachacas, huarancas y hunus, nos recuerda la división de las Diez Tribus de Israel en diez, cincuenta, cientos y miles con 'caporales' sobre cada división." (Éxodo 18: 21; Deut. 1:15: y quizás Lev. 26:26 donde aparece que cada 10 familias compartían un horno). (Sjodahl, pp. 299-301).
Hay también entre los indios americanos un número grande de locuciones proverbiales, que parecen haber venido de fuente hebrea:

  1. "¿Nos borrarás para siempre. Oh Señor?" (Pres-cott, México 1:54). "Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; ni permitirás que tu Santo vea corrupción". (Salmos 16:10).
  2. "Concédenos, por tu gran misericordia, los dones que no somos merecedores de recibir por medio de nuestros propios méritos". (Prescott, México 1: 54). "No recuerdes contra nosotros las iniquidades antiguas: anticípennos presto tus misericordias, porque estamos muy abatidos. Ayúdanos, Oh Dios, salud nuestra, por la gloria de tu nombre: Y líbranos, y aplácate sobre nuestros pecados por amor de tu nombre". (Salmos 79:8-9).
  3. "Guarda la paz con todos", (ibídem). "Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios". (Mateo 5:9; 3 Nefil 2:9).
  4. "Soportad las injurias con humildad", (ibídem). "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia; porque de ellos es el reino de los cielos". (Mateo 5:10; 3 Nefi 12:10).
  5. "Dios, que todo lo ve, os vengará", (ibídem). "Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público". (Mateo 6:6 cf. 6:18; 3 Nefi 13:6, 18).
  6. "El que mira muy curiosamente a una mujer, comete adulterio con sus ojos", (ibídem)."Mas yo os digo, que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". (Mateo 5:28; 3 Nefi 12:28).
  7. "La mujer que enviuda, dice Torquemada, si ella es joven, debe casarse con el hermano o pariente más cercano de su esposo". (Los Indios, su Historia y sil Civilización", Batres Jáuregui, p. 57; Smith, p. 99) "Cuando hermanos estuvieren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado entrará a ella y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco", (Deut. 25:5)
Tomás W. Rrookbank (Imp, Era 14:983-988) muestra que las medidas de las ruinas en la América Central, cuando eran medidas en 'codos' (2.1.888 pulgadas) y sus divisiones (dígitos), pueden ser expresadas en múltiplos de cinco dígitos. Da un número de mediciones para mostrar que el sistema 'codal-dígito' debe haber sido usado por ellos. El 'codo' era la unidad ordinaria de longitud entre los hebreos.
"Landa dice en su libro, que algunos ancianos de Yucatán le relataron la historia, transmitida por muchas generaciones, que. los primeros pobladores habían venido del este por agita. Estos navegantes eran unos 'a quienes Dios había libertado abriendo para ellos doce caminos en el mar'. Si hay alguna verdad en esta tradición., estos progenitores pueden haber sido una de las tribus perdidas de Israel. Un lado interesante de esta hipótesis es la semejanza, claramente semítica, de algunas de las esculturas y murales encontradas en Chichen-Itzá y en otras antiguas ciudades mayas. La dignidad de las fases y serena pose de estos grabados o pinturas es sorprendentemente hebraica. En un artículo escrito por el señor Eduardo Huntington para la revista Harper, se hace referencia a la semejanza judía de los modernos mayas, y yo he notado la similitud. Un "escritor prominente de Yucatán, considera la posibilidad del origen judío para los mayas, siendo la más sólida de las varias teorías que yo he mencionado''. (T. A. Willard,. "La ciudad del Pozo Sagrado", pp. 35-36, y nota, véase también la fotografía enfrentando p. 36).

12 febrero 2009

¿Contacto precolombiono con Semitas?

Elio Marruffo, el autor de este artículo, no es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días y plantea diversas interrogantes frente a evidencias descubiertas en un museo de México que manifiestan contactos culturales anteriores a la conquista española. Marruffo no encuentra explicación a dichas evidencias e invita a que puedan realizarse más investigaciones sobre el tema.

Autor: Elio Marruffo.



Dibujos realizados por el autor.

Encontré objetos muy interesantes en mi visita al Museo Larco Herrera: Una serie de huacos-retratos cuya fisonomía aparentaba a personas de raza no-indígena como europeos o negros.

Fui acompañado de un amigo pintor y ambos realizamos dibujos de estos huacos, algunos de los cuales adjunto a este mail.

Los huaco-retratos que aparentan ser europeos o semitas, tienen barbas muy espesas o bigote en forma de chiva. Se trata de cabello, no de indumentaria, porque están dibujadas encima de la barba bien modelada lineas paralelas que representan cabello. Algunos huacos no tienen modelada barba, pero tienen dibujados bigotes. 

En total son más de una veintena de huacos. Algunos personajes tienen una soga al cuello, lo que demuestra que se trataría posiblemente de prisioneros. 

Existen figuras que tienen un parecido (que mi amigo y yo notamos) sorprendente con griegos, en el estilo del pelo, y modelado de la nariz y arcos supercialiares.

Otros huaco-retratos que aparentan ser negros africanos, tienen una nariz ancha y respingada, otra forma de ojos (saltones) y una mandíbula prominente o prognato. De estos hay alrededor de una docena.

Todos estos personajes tienen la indumentaria propia de los indios. Esto podría indicar, que si se trata de extranjeros, fueron asimilados a la cultura indígena.

Un huaco-retrato barbudo y otro de un negroide están en la galería principal del museo. Todos los demás están en la bodega o depósito.

Tuve una breve entrevista con dos de las guías del museo, que nos indicaron que sabían de la existencia de estos huacos. Nos dijeron que el museo no podía pronunciarse al respecto, porque nadie había hecho un estudio serio y profundo sobre el tema. 

Nos indicaron que lo mas probable era que estos extranjeros hayan sido viajeros extraviados; ya que no hay evidencia de un intercambio cutural o expedición colonizadora o conquistadora pre-colombina, por parte de extranjeros en América del Sur.

Podemos asociar estos huacos con los relatos de los colonizadores o cronistas españoles que encontraron indios blancos, de ojos azules y de alta estatura en el nor-oriente del Perú, Chachapoyas (Crónicas de Pedro Cieza de León y Antonio Herrera). 

También podemos asociarlos con las leyendas indígenas de Naylamp y Wiracocha que son descritos como de piel blanca y barba; quizás también con otras tradiciones en el pacífico de un pueblo de navegantes blancos y barbados (como las historias de los cronistas españoles en las Filipinas o los relatos que recogió Thor Heyerdahl en sus expediciones).

En México existen estelas de personajes barbados en Campeche; y en Veracruz. También existen las famosas cabezas gigantes de aspecto evidentemente negroide (El lingüísta y antropólogo africano Iván Van Sortina ha dedicado su vida a probar que hubo una presencia africana en América Pre-Colombina y escribió el libro "They came before Columbus").

También han sido encontradas por la toxicóloga alemana Dra. Svelta Balabanova (Institute of Forensic Medicine of Ulm, Alemania) trazas de nicotina y cocaína en momias egipcias (examen de Ramses II reveló Tabaco, también analizó a la momia de Henut Taui de la dinastía 21).

Y todos hemos oido hablar de la saga de Vinland y restos vikingos en américa del norte (L´Anse aux Meadows, restos de edificaciones y objetos descubiertos por Helge Instad y Anne Stine en 1960).

Hay bastantes indicios y algunas evidencias (como los restos vikingos) de presencia europea o semita pre-colombina en América y es posible que hubieran habido estos contactos, porque los europeos y semitas (como los fenicios) tienen una tradición antigua de navegantes. 

Más misteriosas son las imágenes de negros, porque estos no tienen tradición de navegantes. Excepto que hayan sido transportados como esclavos en los barcos de los anteriores.

Este artículo tiene la intención de incitar a que se investiguen a profundidad estos huaco-retratos y otros artefactos misteriosos del pasado americano, con el fin de que se obtenga evidencia cloncluyente que nos lleve hacia la verdadera historia. 

De comprobarse contacto frecuente entre América (que se tiende a considerar aislada antes de Colón) y el resto del mundo, ciertamente la historia cambiaría.

Hablamos con la secretaria del museo para ver si era posible filmar o fotografiar estos ceramios y hace algunas semanas esperamos su respuesta.

05 agosto 2008

¿Judíos en América Precolombiana?




Este articulo esta escrito por alguien que no es Mormón y fue publicado en "tribuna Israelita nº 352" y también en

http://www.miniweb.com.br/historia/Artigos/i_antiga/judeus_america.html

léanlo con cuidado, especialmente desde la mitad hasta el final, el autor realiza una serie de preguntas en base a evidentes pruebas, preguntas que son tan claras como nuestro testimonio para un Mormón.



http://www.miniweb.com.br/historia/Artigos/i_antiga/judeus_america.html

¿Judíos en América Precolombiana? (por Alberto Liamgot)




Dos expediciones arqueológicas - una de ellas apoyada por el Instituto de Arqueología Andina- acaban de internarse en la selva del Perú en busca de una antigua ciudad indígena.

Deberán fatigar implacables kilómetros de jungla antes de acceder a la espesa Tierra de los Antis -hoy Madre de Dios- el lugar donde se supone estaba la otrora mística Paititi. Se trata de esa inconquistable meta de aventureros del siglo XVI, tantas veces confundida con El Dorado, a quien la leyenda atribuyó habitantes de extraña procedencia y construcciones no menos singulares, «cuyos techos cubiertos de oro y piedras preciosas refulgían desde lejos bajo el sol, y cuyas calles estaban pavimentadas con adoquines de oro».

¿Qué similitud tiene Paititi con aquel otro indescifrable misterio de la desaparecida ciudad de Esteco? ¿Quiénes eran esos extraños hombres blancos que se habían anticipado al conquistador español? ¿Por qué nunca pisaban las iglesias según refieren los Cronistas ni se persignaban en nombre del Señor?

La cosmovisión de América precolombina ofrece para quién lo quiera ver un insospechado mundo de sorpresas. Aprisionado en las entrañas del Continente se oculta, bajo el peso de los siglos, el esplendor de una antiquísima civilización.

No hablamos de los incas, ni de los mayas, ni de los aztecas, ni de aquellos otros conglomerados indígenas con los que comúnmente se maneja la antropología tradicional. Hablamos de cierta presencia inconfundible en estas tierras, de la que se han hecho eco algunos autores, y sobre el conjunto de esta vasta civilización que, según novísimas teorías, también cultivaron las grandes sabanas que se extienden al este de los Andes, desde el Caribe hacia el Sur.

¿Qué quedó de aquellas culturas que levantaron colosales construcciones arquitectónicas, avanzados cuerpos de legislación social, conocían sistemas de comunicación altamente sofisticados, practicaron imaginativos métodos administrativos, y explotaron la tierra con inusual tecnología? ¿Qué destino tuvieron esos Imperios florecieron que desarrollaron artesanías inigualables, y después de alcanzar cumbres de grandeza fueron desapareciendo paulatinamente? .

A esta altura de las investigaciones muy pocos dudan que con anterioridad a la llegada de Colón, el continente americano ya era conocido por antiguos viajeros. Desde la cartografía de Ptolomeo, pasando por los sugestivos relatos de Menassah ben Israel y las más flamantes revelaciones del neozelandés Barry Fell, hay testimonios que así lo prueban. Pero para no caer en exceso de simplicidad, que frecuentemente conduce a equívocos, conviene anotar algunos antecedentes sobre esta nueva perspectiva que está reclamando desde hace tiempo una impostergable revisión.

América tuvo civilizaciones que, según la tesis clásica de Spengler, alcanzaron su apogeo y su decadencia. John Collier dice que el Imperio Inca en Sudamérica tuvo curiosos rasgos de analogía con lo que fue el antiguo Imperio Romano. Por que del mismo modo en que ambos desaparecieron también dejaron en su respectivo «tempo» imperecederas huellas físicas y culturales. Muchas de esas huellas llegaron al Viejo Mundo por relatos de navegantes precolombinos, y otros sólo se conocieron a través de documentación posterior.

Vale la pena señalar algunas singularidades de la vida cultural y social de esas civilizaciones, que se mantuvieron como una presencia constante a lo largo de los años, y cuya gravitación aún perdura en forma perceptible en las modalidades y costumbres de no pocos pueblos de América.

Por ejemplo, llama la atención la actitud de los incas frente a la riqueza. Se sabe que no conocían el dinero en ninguna de sus formas y, como seres colectivos (¿antecedente remoto del kibbutz?), su patrimonio lo constituía la agricultura. No admitían la existencia de tierras muertas, «los lugares no solamente existían sino que vivían».

No menos intrigantes fueron las costumbres de otras civilizaciones de Mesoamérica, donde pueblos de rica inspiración artística, como lo fueron los mayas, aztecas, toltecas y zapotecas, levantaron monumentos de singular riqueza. Los primitivos habitantes de México -como es sabido- conocían como pocos las leyes de la astronomía y dejaron un calendario que aún hoy es motivo de admiración.

Entre otras expresiones culturales legaron una densa producción literaria en forma de pergaminos que, lamentablemente, se perdió desde que «el primer obispo cristiano de México los reunió para hacer con ellos una gran hoguera en la plaza de la ciudad, y por todo el territorio fueron buscados y luego destruidos, salvo un puñado de ellos que han sobrevivido hasta nuestros días».

Los aztecas tenían un ajustado sentido de la ecuanimidad y practicaban un concepto de justicia moderada. Se basaban en la restitución al individuo perjudicado y no en el castigo al culpable. Perseguían como propósito la resocialización del reo. Sólo las leyes de la guerra -tan abominables entonces como hoy- empalmaban con ciertas aberraciones de carácter teocrático como lo es el sacrificio humano. Se ha podido establecer, sin embargo, que ese sacrificio formaba parte de la conciencia ceremonial de este pueblo. De ningún modo era degradante para la víctima, ni ofendía sus sentimientos.

Cuando uno acomete la lectura de algunos textos sobre mitos de estas antiquísimas culturas, nota inmediatamente que muchos de ellos reproducen, con cierto margen de corrupción, sugestivas constantes de inspiración bíblica. Si bien es sabido aquello de que un mismo mito se ha reproducido en numerosas culturas, aquí se da una tal pluralidad de analogías que cabría preguntarse: ¿Qué conocimiento de la Biblia pudieron tener esos pueblos antes de la llegada de Colón al Continente? ¿Qué significa en boca de los aztecas, por ejemplo, la historia de la Torre de Cholula, esa extraña construcción que por querer llegar al cielo incurrió en la cólera de Dios? ¿Quién fue Balán.Mitzé, esa suerte de Moisés americano que con la magia de su varita separaba las aguas de los ríos? ¿Cuál fue el origen de una antojadiza versión del Diluvio que tuvo como protagonista a Coxcox y a Xochiquetzel? ¿Qué similitud ofrece la inmolación de Ixtlilxóchitl con aquel otro su lejano antecesor, que habría de ser sacrificado en el Monte de Moria? Es verdaderamente como para reflexionar.

Pero limitémonos a enunciar algunas posibilidades de validez universal que no pretenden, sin embargo, agotar el tema. Hay quienes afirman la teoría de la intercomunicación de los continentes. Para quienes esto sostienen, las poblaciones indígenas que habitaron la ladera occidental de los Andes, el Valle de México y otras regiones interiores de América, tuvieron su linaje progenitor en sucesivas migraciones de Asia que transpusieron el helado estrecho de Behring durante el periodo pleistoces.

Otros conceptúan en cambio que viajeros ultramarinos que arribaron al Continente antes de Colón -vikingos, fenicios, hebreos-, trajeron entre sus alforjas, entre otras cosas, la vieja sabiduría bíblica. Si bien es cierto que resulta difícil establecer una nítida frontera entre lo que no lo es tanto, quienes apoyan esta tesitura van mucho más allá. Entre ellos, el profesor americano Cyrus Gordon. Este catedrático de la Universidad de Brandeis anunció en un trabajo titulado «Before Columbus: links betweenn the Old World and ancient America», publicado por «Turnstone Press», que en una excavación realizada en 1890 en Bat Creek (Tennessee), se halló bajo unos restos humanos una extraña pieza pictográfica atribuida en un principio a los indios cheroquíes que poblaban la región. Estudios posteriores comprobaron que dicha inscripción correspondía «a caracteres hebreos-siriacos semejantes a los de las monedas acuñadas por Bar Kojbá durante la gran guerra del año 135 contra Roma». La susodicha inscripción decía: Le Yehud, lo cual traducido equivale a: A Judea. Por lo que se dedujo que el texto se refería a un judío de Palestina prófugo tras la derrota de su patria que, sin duda, se había exiliado en el Nuevo Mundo catorce siglos antes de Colón. Aún hoy muchos filólogos pretenden develar el misterio de ciertas raíces semíticas en lenguas aborígenes, como si alguna influencia exógena hubiera precedido su arquitecturación. Y hay quienes asocian la similitud entre métodos de trepanación craneana que practicaron en América los Incas, antes de la conquista del Perú, con los que se conocían en Palestina durante la segunda mitad del Reino Judaico. Esto que se ha dado en llamar «la historia antes de la historia», reabre al mismo tiempo una apasionante controversia. Hay estudiosos que creen en el desarrollo autárquico de las civilizaciones de América. Contrariamente a otros que sostienen que a la historia hay que repensarla sobre la base de procesos dinámicos de trasculturización

Ciertamente son puntos de vista. Para Gerard Walter «el placer de la historia es el descubrimiento permanente de la verdad, la marcha tenaz hacia la luz, el esfuerzo obstinado de la inteligencia para librarse de los prejuicios, de las invenciones, de lo que deshonra al espíritu humano».

Tomado de Tribuna Israelita, núm. 352

03 agosto 2008

Parelalismos entre Balam Hebreo y Balam de la cultura de mesoamerica




Jacky Levad me envió un muy interesante estudio sobre las similitudes del Balam mesoamericano y el Balam hebreo, en este también vienen incluidos otros paralelismos entre Mesoamerica y Egipto, por lo que los voy a dividir en dos y hoy publico el primero.

ademas de la valiosa informacion que me envio, nos promete otro articulo titulado "IDOLATRÍAS COMUNES ENTRE LAS RUINAS DE LOS PUEBLOS MESOAMERICANOS Y LAS DE CANAÁN"

Gracias Jacky , esperamo la segunda parte


Parelalismos entre Balam Hebreo y Balam de la cultura de mesoamerica
Que relacion hay entre estas palabras?
Hay Parelalismos entre Balam Hebreo y Balam de la cultura de mesoamerica



1.- Existen miles de palabras parecidas claro esta, pero no, con estas similitudes que presentan estas.
Ese es mi cuestionamiento.


A 1.) Balam en mesoamerica significa: el que es boca, osea el que profetisa y adivina.

Osea un "adivino y profeta".


Tambien significaba "Mago, Brujo o jaguar". por sus artes

adivinatorios.

Así," a los chilames se les consideraba intérpretes de los mensajes de los dioses".
http://www.fortunecity.com/victorian/coldwater/252/L36.htm
Más aún, chamanes y jaguares no son sólo
equivalentes, sino que uno es al mismo tiempo el otro,
como claramente se articula en el enunciado maya
yucateco chilam balam o “sacerdote jaguar”, en donde
chilam es “sacerdote” y balam es “jaguar”, pero al
mismo tiempo, balam, según el Diccionario maya Cordemex
(p. 32) también puede significar “el nombre de
cierta clase de sacerdotes de los antiguos mayas”.


A 2. ) Balam en la historia Israelita fue o se le conocio como: "un adivino y un profeta"
Pero tambien como un "Brujo y Adivino"

B.1) Balam uno de los autores del Chilam Balam, que significa los Oráculos o Pronunciamientos de Balam el sacerdote.

B.2) A Balam hebreo se le conocia tambien como: Bilaam - Balaam

http://www.aish.com/torahportion/shragasweekly/Bilaam_Versus_Abraham.asp

B. 3) Según leyenda judía, el Faraon de Egipto tenía tres consejeros para ayudarte a prevenir una rebelión judía potencial: Jethro, Job y Balaam.

Jethro aconseja la conciliación, el trabajo se abstiene, y "Balam" aconseja la esclavitud de los judíos.




C.1 ) Los judíos Alexandrian hicieron Balaam un objeto de leyenda popular como gran hechicero.

Philo (" De Vita Moysis, " i. 48) habla de él como " un hombre renowned sobretodo a hombres para su habilidad como adivino y un profeta, que previeron a los acontecimientos importantes, la abundancia y la lluvia de las varias naciones, o las sequías y hambre, las inundaciones o pestilence.


" José (" Ant." iv. 6, § 2) lo llama " el más grande del " de los profetas en aquel momento.; Lo han identificado con Bela, el hijo de Beor, y el primer rey de Edom

(generador xxxvi. 32; Targ. YER., Ibn Ezra y Ẓiuni al paso); con Elihu, el amigo del trabajo

(YER. Soṭah v. 20d); con Kemuel, el padre de Aram

(generador xxii. 21; comparar Targ. YER., " cabeza de los enchanters de Aram" ; y Yalḳ., numérico. i. 766),

y con Laban (Targ. YER. a numérico. xxii. 5; comparar el lvii del generador R., extremo;

y Sanh. 105a, donde Laban se identifica con Beor, el padre de Balaam), siendo un amo de la brujería, la habilidad de los hijos del este (generador xxx. 27; AIA. ii. 6; Numérico. xxiii.. 7).


C2.-) Más aún, chamanes y jaguares no son sólo

equivalentes, sino que uno es al mismo tiempo el otro,

Como claramente se articula en el enunciado maya


yucateco chilam balam o “sacerdote jaguar”, en donde

chilam es “sacerdote” y balam es “jaguar”,

pero al mismo tiempo, balam, según el Diccionario maya Cordemex

(p. 32) también puede significar :
“el nombre de cierta clase de sacerdotes de los antiguos mayas”..






C.1) Sin embargo, resulta muy intrigante que en el antiguo Egipto hubiera una clase sacerdotal llamada sacerdotes Shem, que pronunciaban oráculos durante ciertas ceremonias reales, así como fórmulas secretas dirigidas a «abrir la boca» del faraón fallecido con el fin de que pudiera reunirse con los dioses en la Otra Vida, que se vestían con pieles de leopardo (Fig. 26a).





Si analizamos el detalle de que Balaam de la Cultura Hebrea era de Canaan y estuvo en egipto por lo tanto tuvo conocimientos de la Ciencia egipcia al ser uno de lso Sacerdotes importantes de al gun faraón. Podemos entender el por que algunos alegan ciertas similitudes entre la cultura Egipcia en Mesoamerica esto ase posible una influencia Egipcia, Cananita y Ebrea.

Es preciso aclarar para los que no saben, que lo que antes fue Caanan es lo que ahora se conoce como Israel o Palestina.


ENVIADO POR Jacky Levad

25 julio 2008

Piedras talladas de posible origen Semita


Otra publicación de un Diario argentino donde se muestran y se menciona donde están exhibidas estas piedras que según varios estudios podrían ser de origen Semita

18 julio 2008

Nexo entre La Patagonia y Oriente

Periodico de Argentina con fecha 4 de agosto de 1997, en el se publica la noticia del descubrimiento con nexo entre la patagonia y Oriente

10 julio 2008

Hombres barbados en America



Imagen de Palenque, representa a un nativo .




La Fotografía corresponde aun sitio maya de Iximch Guatemala


Es inevitable preguntarse si a los nativos americanos no les crecía barba

¿ entonces en base a quien ellos hicieron esta imagen?

Muchos son los vestigios y cada vez adquiere mas fuerza el echo de que la América precolombina tubo un contacto con otras culturas.

19 noviembre 2007

Judíos en América



Por Javier Garcia Blanco

Los libros de historia no dejan lugar a la discusión: el primero en descubrir el continente americano fue Cristóbal Colón en 1492. Sin embargo, una serie de historiadores, arqueólogos y antropólogos "heterodoxos" aseguran que Colón no fue el primero, sino más bien todo lo contrario. Apoyándose en diversas evidencias arqueológicas proponen que algunos pueblos de la antigüedad -entre ellos los judíos- llegaron antes al Nuevo Mundo.

Corría el año 1947. Tan sólo habían transcurrido dos años desde el final de la 2ª Guerra Mundial cuando el explorador Thor Heyerdahl decidió demostrar al mundo entero que su teoría no era sólo una idea descabellada. Heyerdahl pretendía probar que antiguos habitantes del Perú habían podido entrar en contacto -a pesar de la gran distancia que los separaba- con pobladores de Polinesia. Así, construyó una rudimentaria balsa a la que bautizó como Kon-Tiki y partió del puerto de Callio (Perú) acompañado por cinco compañeros. El viaje fue largo y duro, pero tras 8.000 Km y 101 días, Heyerdahl y sus acompañantes lograron su objetivo.

En la actualidad, diversos estudiosos toman la hazaña de Heyerdal como referencia para plantear una polémica hipótesis: ¿llegaron a América pueblos de la antigüedad antes que Cristóbal Colón? Entre los historiadores "oficiales" parece existir una gran aversión a aceptar esta idea. El que pobladores de antiguas civilizaciones mediterráneas tuvieran la sufienciente sofistificación técnica y marítima para cruzar el atlántico es considerado como algo totalmente absurdo. Sin embargo, si tomamos en cuenta la proeza de Heyerdahl, parecen abrirse algunas puertas a esta posibilidad: desde el estrecho de Gibraltar hasta las costas de América central existe una distancia de 7.000 Km, casi mil kilómetros menos que los recorridos por el audaz explorador en 1947.

Un misterio grabado en la roca

Aunque la mayor parte de los estudiosos rechazan la idea de un "descubrimiento" antes de Colón, existen algunas notables y honrosas excepciones. Ese es el caso del Dr. Cyrus Gordon, prestigioso historiador de antiguas civilizaciones que defiende la posibilidad de que antiguos pueblos del viejo continente -entre ellos los judíos- podrían haber llegado el Nuevo Mundo. Gordon no es el único; otros estudiosos defienden ideas parecidas. Y al parecer, es posible que tengan bastante razón. A lo largo de los últimos dos siglos diversas piezas arqueológicas halladas en distintos lugares del continente parecen confirmar sus teorías.

Una de estas piezas, quizá una de las más importantes y destacadas, se encuentra al sur de Alburquerque (Nuevo México) en un pequeño pueblo llamado Los Lunas. En las cercanías de esta localidad norteamericana existe una montaña conocida como Mystery Mountain (la montaña del misterio) entre los habitantes del lugar. Fue precisamente a los pies de esta pequeña montaña donde se encontró una roca "decorada" con una serie de extrañas inscripciones. Dichos restos de escritura han sido catalogados por algunos arqueólogos como muestras de escritura paleo-hebrea que recogen una versión condensada y resumida del decalogo o Diez Mandamientos. Una de las personas que más y mejor ha estudiado la roca de Los Lunas es el profesor Frank Hibben, un historiador local y arqueólogo de laUniversidad de Nuevo México. Tras exaustivos estudios y análisis, Hibben está convencido de que se trata de una inscripción auténtica, realizada por antiguos judíos que llegaron hasta Nuevo México siglos antes de que lo hicieran los españoles.

Hibben asegura que vio la inscripción por primera vez en 1933, aunque la suciedad y la pátina hacían muy difícil una lectura y observación detallada. Además, Hibben fue acompañado hasta ese lugar por un guía local, quien ya había visto la misteriosa roca cuando era un niño, en la década de 1880. Estos testimonios refuerzan la posibilidad de que la pieza sea auténtica, ya que los estudios y
conocimientos sobre escritura paleo-hebrea eran casi nulos a finales del siglo XIX, lo que echaría por tierra la teoría de una falsificación en tiempos recientes.

A todas estas circunstancias hay que añadir que la roca con las inscripciones está situada en una zona de la montaña rica en restos petroglíficos. Otro investigador, David Deal, descubrió un curioso e interesante dibujo en uno de estos petroglífos. Al parecer el grabado representaba una especie de mapa astronómico en el que se pueden ver representadas la posición de planetas y constelaciones en el transcurso de un eclipse de Sol. Tras varios análisis, Deal determinó que aquel eclipse había tenido lugar el 15 de septiembre del 107 a.C., curiosamente una fecha que coincidía con una importante fiesta judía.

Las tablas de la Ley en Ohio

Aunque podría parecer que la enigmática roca encontrada en Los Lunas no deja de ser una molesta anomalía para los historiadores ortodoxos, ésta no es la única pieza de este tipo hallada en suelo americano.

En 1860 David Wyrick, un vecino de Newark (Ohio) encontró una piedra con unas inscripciones ilegibles en un monte situado a escasos kilómetros de su ciudad. La piedra estaba tallada en todas sus caras -y al igual que en el caso de Los Lunas- los investigadores han descifrado en las inscripciones una versión reducida de los Diez Mandamientos. Además de los restos de escritura, en la parte frontal de la pieza aparece representada una figura humana provista de barba y que los estudiosos han identificado con una representación de Moisés y las tablas de la ley. Algunos historiadores, como David Deal y James Trimm aseguran que la piedra fue una pieza judía de la época del segundo templo, mientras que el Dr. Gordon defiende que se trata en realidad de una mezuzah samaritana. Sea como fuere, ambas posibilidades supondrían un fuerte apoyo a la teoría de la presencia de judíos en el continente americano. Siempre y cuando la pieza fuese auténtica...

Un hecho que ha sembrado la duda es que Wyrick ya había encontrado una pieza de similares características tan sólo unos meses antes, en junio de ese mismo año. La pieza, una piedra en forma de punta de flecha, es popularmente conocida como Keystone y presenta también inscripciones que se corresponderían con el hebreo utilizado hacia el 200-100 a.C. Los arqueólogos más escépticos han considerado falsas ambas piezas, argumentando que parecía demasiada casualidad que una misma persona encontrase dos piezas tan similares en ese pequeño espacio de tiempo. Según ellos, el fraude habría sido cometido por el propio Wyrick. Sin embargo, existe un hecho que parece desechar esa posibilidad.

Un año después de los hallazgos, en 1861, Wyrick publicó un panfleto en el que reproducía las inscripciones. De 256 letras que transcribió, al menos 38 de ellas contenían errores significativos que hacían ilegible el texto. Los defensores de la autenticidad de las piezas apostillan que de haber sido un fraude realizado por Wyrick, no habría cometido tales fallos. En uno de los dibujos, Wyrick reprodujo las letras HWRH YHWH, cuando realmente las inscripciones recogen los siguiente: TWRT YHWH o Torath YHWH, que significa "La Ley de Dios".

Treinta años después de los hallazgos de Wyrick, en 1889, un grupo de personas pertenecientes al Smithsonian´s Mound Survey Project encontraban otra curiosa piedra al este de Tenesse. De nuevo, y como en las anteriores ocasiones, la piedra presentaba una serie de extrañas inscripciones sobre su superficie.

En 1971, el Dr. Cyrus Gordon logró identificar las letras de la piedra como muestras de paleo-hebreo, datadas aproximadamente en torno al primer o segundo siglo d.C. Según el estudio realizado por Gordon, las cinco primeras letras (empezando por la izquierda) tenían una significado bastante claro: LYHWD ("para Judea"). Pero quizá el dato más destacado llegaría algunos años después, en 1988, cuando algunos fragmentos de madera encontrados junto a la piedra fueron sometidos a la prueba del Carbono 14. Los resultados fueron coherentes con la fecha dada para la inscripción: aquellos trozos de madera databan entre el 32 d.C. y el 769 d.C.

Monedas judías... en Kentucky

Pero no todas las piezas que apuntan a una presencia de judíos en América corresponden a piedras grabadas con inscripciones. En 1952, un comerciante de Clay City (Kentucky) llamado Robert Cox encontró una llamativa moneda en un campo cercano al pueblo. Una vez puestas en manos de expertos, las monedas fueron fácilmente catalogadas. El Dr. Ralph Marcus de la Universidad de Chicago la identificó como perteneciente al período de la segunda revuelta de los judíos frente a Roma, hacia el 132-135 d.C. En una de las caras de la moneda aparece representada la fachada del segundo Templo de Salomón, que fue destruido por las tropas romanas durante los enfrentamientos del año 70 d.C. En su reverso, aparece la siguiente leyenda: "Año segundo de la libertad de Israel", que correspondería con el 133 d.C.

A pesar de la aparente importancia del descubrimiento, el análisis realizado por Yaakov Meshorer -un experto en monedas judías- utilizando una fotocopia realizada a una fotografía de la moneda, dictaminó que se trataba de simples réplicas realizadas en el siglo XX, y que habitualmente eran compradas por turistas que visitaban Tierra Santa. Aún así, los defensores de su autenticidad se preguntan como pudo llegar hasta un campo de Kentucky una réplica tan buena de una moneda judía del siglo II de nuestra era. La polémica aún sigue abierta...

Incomodas evidencias

La teoría de que los judíos llegaron a América antes de que lo hiciera Colón no es patrimonio exclusivo del siglo XX. Hace siglos, diversos autores mostraron su convencimiento de la presencia de tribus hebreas en distintos puntos del continente. Para "probar" sus afirmaciones se apoyan, por ejemplo, en las similitudes lingüisticas de las tribus americanas con el idioma utilizado por el pueblo judío. En su obra Compedio y descripción de las Indias Occidentales, el cronista Antonio Vázquez de Espinosa asegura que los otavaleños, antiguo pueblo de Ecuador (ver MÁS ALLÁ nº148) eran descendientes de alguna de las Tribus Perdidas de Israel: "la nación de los Puruaes junto al río Bamba, los de Otabalo y otras provincias del distrito de Quito al padre llaman Abbá, que es vocablo syriaco, del cual usaban los hebreos por haber vivido entre los syrios. Otros innumerables vocablos hay hebreos que por excusar prolijidad no los refiero, que denotan con certeza proceden los indios de las diez Tribus".

Por su parte, el lider judío portugués Menasseh Ben Isarel, en su libro Orígen de los Americanos (1650), citaba 24 libros hebreos y multitud de autores griegos, árabes y latinos para demostrar que las Diez Tribus fueron los primeros pobladores de América. Parece claro que los judíos no fueron los primeros pobladores de América, sin embargo, los datos apuntados por Espinosa o Ben Isarel apoyan otra posibilidad: que los judíos visitaron el continente americano, dejando su huella en los pueblos que poblaron esas tierras tiempo después.

Pese a todo, una cosa parece clara: las evidencias recogidas por historiadores y arqueólogos apuntan a que quizá debamos replantearnos ciertos hechos históricos que hasta ahora parecían innamovibles. Por desgracia, actualmente muchas de las piezas mencionadas y otras similares se conservan escondidas en los fondos de museos repartidos por distintos puntos de América, catalogadas como precolombinas o coloniales y consideradas como incómodas "molestias" de la historia.

El Tetragrammaton, en el decálogo de Los Lunas

Como ya dijimos, las inscripciones grabadas en la piedra de Los Lunas parecen recoger una especie de Decálogo resumido y condensado. Dentro de ese decálogo aparece en varias ocasiones (hasta tres) el llamado Tetragrammaton, vocablo compuesto por las cuatro consonantes hebreas YOD, HE, WAW y HE, y que se refieren al nombre divino. Sólo en el Antiguo Testamento -la parte exclusivamente hebrea de la Biblia- este vocablo aparece recogido en más de 6.800 ocasiones.

La importancia de la presencia del tetragrammaton en esta roca de Nuevo México sería muy grande, ya que de demostrarse su autenticidad, estaríamos ante el ejemplo de tetragrammaton más antiguo de los conservados. Algunos investigadores han comparado el tetragrammaton de Los Lunas con otras representaciones del mismo en diversas inscripciones y escrituras de distintas épocas y las semejanzas resultan más que evidentes.

Además de la ya famosa piedra, existe otra pequeña inscripción encontrada al sur de la Mystery Mountain, realizada sobre una roca que algunos han identificado como un primitivo altar. En ella también se encuentra el tetragrammaton, y en él puede leerse: "Jehová, nuestro Señor".

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