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07 junio 2013

¿De qué material eran las planchas?

¿Eran las planchas del Libro de Mormón de oro puro, o estaban hechas de una aleación que parecía oro?

Autor: Neal A. Maxwell Institute.
Traductor: Antonio A. Caballero.


La investigación más seria sobre esta pregunta la hizo hace 45 años Read H. Putman, un herrero y metalúrgico de Evanston, Wyoming [1]. Trabajando primeramente a partir de las dimensiones generales del conjunto de planchas que aportaron los testigos, calculó que un bloque de oro puro de ese tamaño, debería de haber pesado un poco más de 200 lb (91 Kg). Sin embargo, cierta cantidad de testigos dispusieron que el peso del conjunto era de unas 60 lb (28 Kg). La discrepancia puede ser parcialmente explicada por el hecho de que las láminas debieron de ser fabricadas a mano, probablemente a golpe de martillo y las irregularidades pudieron haber dejado huecos entre las planchas. Ésto llevó a Putnam a la conclusión de que probablemente todo el conjunto de planchas pudieron pesar menos de un 50% de lo que pesaría un bloque macizo del metal.

Debido a que el peso de un metal depende de su pureza, también debemos considerar si las planchas eran de oro puro. Los nefitas conocían las diferencias entre purezas y las aleaciones. Por ejemplo, sabemos que las planchas de “bronce” procedían de una aleación (muy posiblemente bronce, una mezcla de cobre y estaño) [2] y que las planchas de Éter se diferenciaban específicamente por ser de oro “puro” (Mosíah 8:9). Más adelante Nefi enseña a su pueblo “a trabajar con toda clase de” metales y “minerales preciosos”. Sin embargo en ninguna parte el texto dice que las planchas de los nefitas fueran de oro puro.

¿De oro puro o de una aleación con “la apariencia de oro”?

William, el hermano de José Smith, dijo específicamente que el material de las planchas era de “una mezcla de oro y cobre” [3] (Alguien tuvo que proporcionar un punto de vista  imparcial para esa declaración, ya que la suposición natural habría sido que las planchas eran de oro puro). Las cautelosas declaraciones de otros testigos, incluyendo al propio José Smith, quien habló de las planchas como si tuvieran “la apariencia de oro”, sugieren que el metal pudo ser una aleación [4].

Putnam observó que los dos únicos metales de color de la antigüedad eran el oro y el cobre. Una aleación de estos dos elementos era llamada por lo españoles “tumbaga” y su uso era muy común en la América tropical antigua para la elaboración de objetos preciosos. Putnam puso en marcha la razonable hipótesis de que las planchas de metal, fabricadas en los días de Mormón, eran de ese metal (la pieza arqueológica Mesoamericana más antigua de tumbaga -fabricada a partir de una hoja de metal martilleada- data del mismo siglo en que  Moroni escondió las planchas que tenía en su poder, el siglo V dC) [5]. Si las planchas del Libro de Mormón estaban hechas de tumbaga, su peso pudo haber sido mucho menor que si hubieran sido de oro puro. Putnam aclaró ese punto por medio de detalles matemáticos y concluyó que el peso total de las planchas, bajo responsabilidad de José Smith, pudo llegar a ser cerca de unas 60 lb (28 Kg) como declararon varios testigos.

Es interesante saber que al tumbaga se le daba un acabado dorado aplicándole ácido cítrico en la superficie. La reacción química resultante eliminaba los átomos de cobre de .0006 pulgadas de la superficie externa, dejando una microscópica capa de oro de 23 quilates que hacía que el objeto pareciera de oro macizo [6]. Planchas que tienen “la apariencia de oro”, es exactamente lo que se esperaría si estaban hechas de tumbaga [7].

Fuentes
  1. "Were the Plates of Mormon of Tumbaga?" Improvement Era, septiembre 1966, 788–89, 828–31; véase también en Ross T. Christensen, ed., Papers of the Fifteenth Annual Symposium on the Archaeology of the Scriptures (Provo, Utah: Extension Publications, BYU Division of Continuing Education, 1964), 101–9. Los hallazgos de Putnam son resumidos en "The 'Golden' Plates," en Reexploring the Book of Mormon, ed. John W. Welch (Salt Lake City: Deseret Book and FARMS, 1992), 275–77.
  2. Véase John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon (Salt Lake City: Deseret Book and FARMS, 1985), 283–84; y su "Metals and Metallurgy Relating to the Book of Mormon Text" (FARMS, 1992).
  3. William Smith interview, The Saints' Herald, 4 octubre 1884, 644.
  4. "El testimonio de ocho testigos," El Libro de Mormón; y Joseph Smith Jr., "Church History," Times and Seasons, 1 de marzo de 1842.
  5. David M. Pendergast, "Tumbaga Object from the Early Classic Period, Found at Altun Ha, British Honduras (Belize)," Science 168, 3 de abril de 1970, 117.
  6. Putnam, "Were the Plates of Mormon of Tumbaga?"; y Heather Lechtman, "Pre-Columbian Surface Metallurgy," Scientific American 250 (junio de 1984): 56–63.
  7. También es posible que otros procedimientos metalúrgicos, tales como una aleación a golpe de martillo de cobre-plata-oro, pudo dar lugar a un producto de apariencia similar (Véase Lechtman, "Pre-Columbian Surface Metallurgy"; y Dorothy Hosler and Guy Stresser-Pean, "The Huastec Region: A Second Locus for the Production of Bronze Alloys in Ancient Mesoamerica," Science 257, 28 de agosto de 1992, 1215). Véase también, Nephi's original plates might have been of different composition than Mormon's plates.
  8. http://maxwellinstitute.byu.edu/publications/jbms/?vol=10&num=1&id=393#_ednref7

03 junio 2013

Confirman presencia Egipcia en Israel del Antiguo Testamento

El Libro de Mormón comienza mostrándonos a un hebreo - Lehi - con conocimientos avanzados en el lenguaje y cultura egipcios pero en tierra judía. Se ha cuestionado este hecho principalmente bajo el concepto de que historiadores tradicionalmente han asumido hermetismo entre hebreos y egipcios en Tierra Santa. Reciente descubrimiento arqueológico confirma la presencia de egipcios en territorio Israelí en tiempos del Antiguo Testamento.

Autor(es): Universidad de Mainz.
Traducción y aditamentos: Israel González.


Nuevamente, este año (2012), Los departamentos de Estudios del Antiguo Testamento y Arqueología Bíblica de la Facultad de Teología Protestante de la Universidad Johannes Gutenberg en Mainz (JGU) y la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) lideraron las excavaciones en la antigua colina de Jaffa en Israel. Las recientes exploraciones no sólo han arrojado nueva luz sobre la destrucción de los elementos de la fortificación, sino que también han desenterrado evidencia que apunta a la presencia de población egipcia en el lugar.

Imagen muestra los ladrillos de barro cocido de la puerta de la 
fortificación expuestos al final de la excavación.
(Imagenes de © Martin Peilstöcker & The Jaffa Cultural Heritage Project)

Históricamente, Jaffa, ahora parte de la ciudad de Tel Aviv, es el puerto más antiguo que se ha documentado en la historia del mundo. Desde inicios del segundo milenio a.C., Jaffa ha sido el hogar de una intensa actividad de intercambio comercial. Restos de un pórtico perteneciente a una fortificación egipcia que data de la dinastía de Ramsés II (1279-1213 a.C.) ya había sido descubierto durante las excavaciones lideradas por el arqueólogo municipal de aquel momento Y. Kaplan en la década de 1950. Sin embargo, los hallazgos de Kaplan nunca se han publicado de forma extensa. 

Vista actual del pórtico egipcio en Jaffa, Tel Aviv

El Proyecto de Herencia Cultural de Jaffa, cuyos socios incluyen a las universidades en Mainz y Los Ángeles así como la Autoridad de Antigüedades de Israel y la Compañía de Desarrollo de Jaffa Antigua, no sólo pretenden publicar los hallazgos de estas antiguas excavaciones, sino que también auspician nuevas excavaciones en otros lugares alrededor de la ciudad.

Piedras con jeroglíficos egipcios de la fachada del pórtico

La meta de las excavaciones de este año (2012) era esclarecer la historia de lo asentamientos durante el segundo milenio a.C., por medio de la investigación de las fases de la destrucción del fuerte y de la naturaleza de la presencia egipcia. El director alemán del yacimiento [arqueológico], Dr. Martin Peilstöcker, de la JGU, explica que ahora está claro que el propio pórtico fue destruido y reconstruido por lo menos cuatro veces. Además, parece que hay más que solamente arquitectura de adobe y cerámica domésticas que reflejan una tradición egipcia. De hecho, ha sido hallado un peculiar amuleto de escarabajo, el cual lleva el cartucho del faraón egipcio Amenhotep III (1390-1353 a.C.), que también atestigua la presencia de una comunidad egipcia en la ciudad. Algunos de los descubrimientos efectuados en las excavaciones están destinados a ser expuestos, en el 2013, en una exhibición especial en el Museo de la Experiencia Bíblica en Frankfort. (1) (2) (3)

Fuentes
  1. Universität Mainz. "Excavations in Jaffa confirm presence of Egyptian settlement on the ancient city site." http://www.uni-mainz.de/presse/15689_ENG_HTML.php
  2. Excavaciones del Jaffa Cultural Heritage Project http://www.archaeological.org/fieldwork/afob/8070
  3. Paper detallado de la prueba de presencia de Egipcios en Canaan y los hallazgos en Jaffa http://www.jchp.ucla.edu/Bibliography/Burke_and_Lords_2010_(NEA_73,1).pdf

29 mayo 2013

Tercer Nefi visto por profesor de Harvard

Profesor de teología de la Universidad de Harvard da positiva evaluación al libro de Tercer Nefi del Libro de Mormón desde su silla experta y más neutral como cristiano no-mormón.

Autor(es): Francis Clooney, SJ.
Traductor: Israel González.


Francis X. Clooney, es profesor de Divinidad de la escuela de Divinidad de la Universidad de  Harvard, donde enseña desde el año 2005, después de enseñar 21 años en el Boston College. Desde el año 2010 es Director del Centro de Estudios religiosos de la Universidad de Harvard.

La prestigiosa revista católica América, recientemente publicó una serie de artículos donde el profesor Clooney analiza el Libro de Mormón desde su mirada erudita. Aquí hemos destacado uno de estos artículos, acerca del libro Tercer Nefi, libro que contiene el ministerio del Señor Jesucristo a los nefitas. 

Detallamos la siguiente porción de su artículo:
“Mientras preparaba esta tercera reflexión sobre el Libro de Mormón se me hizo evidente que trabajar a menor escala (centrado sólo en 3 Nefi, únicamente en éste de todos los libros del Libro de Mormón) en realidad me estaba dando más trabajo, no menos ... 
Aquí solamente voy a comentar la primera de las tres enseñanzas de Jesús. En 3 Nefi 12-14, Jesús repite en esencia el Sermón del Monte (Mateo 5-7). La última vez mencioné que el erudito Krister Stendahl escribió un artículo sobre las similitudes y las sutiles diferencias entre el sermón en Mateo y la versión mormona del sermón. No se visualiza un cambio destacable, pero pequeños cambios aparecen con frecuencia. Sugiero que estos capítulos se lean con el Nuevo Testamento a mano y con Hardy y Stendahl como ayudas. Si lo leen con atención, podrán apreciar tanto la continuidad, como los cambios. 
En mi propio estudio breve - inicial, aunque casi decisivo - no descubrí ninguna prueba irrefutable, que pudiera probar algo decisivo acerca de los mormones, o sobre el uso del Nuevo Testamento en [la traducción de] el Libro de Mormón. 
Es interesante que 3 Nefi pone el sermón en un nuevo contexto, uno más amplio. En el capítulo 15, Jesús explica con más detalle cómo Él cumple pero no finiquita la Ley y los Profetas, ya que los Profetas siguen siendo particularmente importantes, pues muchas profecías todavía no han sido cumplidas. En cualquier caso, todo es Cristo-céntrico, como Él declara, "He aquí, yo soy la ley y la luz. Mirad hacia mí, y perseverad hasta el fin, y viviréis; porque al que persevere hasta el fin, le daré vida eterna. He aquí, os he dado los mandamientos; guardad, pues, mis mandamientos. Y esto es la ley y los profetas, porque ellos en verdad testificaron de mí." (3 Nefi 15:9-10) 
En el mismo capítulo, Jesús explica con cierto detalle el significado de Juan 10:16 ("También tengo otras ovejas que no son de este redil ...") Estas palabras están citadas para hacerse realidad en el relato de 3 Nefi, donde Jesús se encuentra visitando y enseñando a un conjunto más amplio de oyentes, más allá de los descritos en los Evangelios: "Y en verdad, en verdad os digo que tengo otras ovejas que no son de esta tierra, ni de la tierra de Jerusalén, ni de ninguna de las partes de esa tierra circundante donde he estado para ejercer mi ministerio. Porque aquellos de quienes hablo son los que todavía no han oído mi voz; ni en ningún tiempo me he manifestado a ellos. Mas he recibido el mandamiento del Padre de que vaya a ellos, para que oigan mi voz y sean contados entre mis ovejas, a fin de que haya un rebaño y un pastor; por tanto, voy para manifestarme a ellos."(16:1-3) Después de continuar enseñando sobre el pueblo esparcido de Israel y los gentiles, Jesús enfatiza sus enseñanzas citando a Isaías 52:8-10 (" ... El Señor ha desnudado su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios"). Según 3 Nefi, esta buena noticia llegará a todas las naciones de una manera bastante directa, incluso aquí en el Nuevo Mundo, entre los nefitas. 
En el Capítulo 17 - bastante inusual, pero a su vez muy hermoso para mis gustos - Jesús sana a los enfermos y bendice a los niños. La última escena más tierna termina de una manera bastante dramática: "Y habló a la multitud, y les dijo: Mirad a vuestros pequeñitos. Y he aquí, al levantar la vista para ver, dirigieron la mirada al cielo, y vieron abrirse los cielos, y vieron ángeles que descendían del cielo cual si fuera en medio de fuego; y bajaron y cercaron a aquellos pequeñitos, y fueron rodeados de fuego; y los ángeles les ministraron." (17:23-24). 
En el capítulo 18, Jesús alimenta a la gente con pan y  vino, instándoles a que hagan lo mismo en su memoria. Exhorta a la multitud a la oración, para dejar que su luz brille y a que permitan que los forasteros se unan a su comunidad. Con palabras aún más fuertes dirigidas a sus discípulos escogidos, vuelve a recomendarles una apertura cautelosa para admitir forasteros y extraños a la comunidad. 
Y luego se va: "Y aconteció que cuando Jesús hubo dado fin a estas palabras, tocó con la mano a los discípulos que había elegido, uno por uno, hasta que los hubo tocado a todos, y les hablaba a medida que los tocaba. Y la multitud no oyó las palabras que él habló; por tanto, no dio testimonio; pero los discípulos dieron testimonio de que les dio el poder para conferir el Espíritu Santo. Y más adelante os mostraré que este testimonio es verdadero. Y sucedió que cuando Jesús los hubo tocado a todos, llegó una nube y cubrió a la multitud, de modo que no veían a Jesús. Y mientras los cubría, él partió de entre ellos y ascendió al cielo. Y los discípulos vieron y dieron testimonio de que ascendió de nuevo al cielo." (18:36-39) 
Hacer de todo esto Su voluntad. Estos hechos y dichos adicionales de Jesús no parecen estar destinados a ser sensacionalistas, ni superar o marginar a los cristianos tradicionales - el resto de nosotros. Esta primera enseñanza extendida de Jesús es interesante para mí, porque toda ella representa una forma de mantener la continuidad con los Evangelios, incluso cuando se busca para validar - espiritualmente, mediante la enseñanza - el mensaje de esta nueva comunidad en esta nueva tierra. Obviamente, no hay necesidad para un lector cristiano, como yo o la mayoría de ustedes, de ser conquistados por la llegada imaginaria de Jesús con su nueva/vieja enseñanza y sus acciones. Pero tampoco veo razón alguna por la que no podamos escuchar, aprender y beneficiarnos de lo que oímos. 
Después de todo, es en el Evangelio de Marcos, no en el Libro de Mormón, que escuchamos estas palabras: “Y le respondió Juan, diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue, y se lo prohibimos, porque no nos sigue. Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis, porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no está contra nosotros, por nosotros está.”(1)
Es sumamente positivo que una publicación católica y efectuada por un erudito destacado de Harvard envíe signos de apertura hacia la religiosidad cristiana del Libro de Mormón. 

La conclusión de Clooney al usar el pasaje de San Marcos, indica que él apoya que el Libro de Mormón efectivamente acerca espiritualmente al cristiano abierto al Espíritu a Dios, aquel que busca comunión con el mensaje del Dios vivo más que con el detallismo del hombre natural al error en la jota y la tilde, aquel que con sencillez busca al Espíritu Santo “en espíritu y en verdad”.

Quienes sabemos que el Libro de Mormón es verdadero compartimos esta visión espiritual positiva y cauta pero a la vez abierta - que por cierto Jesús mismo tenía de las personas - y, a diferencia del profesor Clooney, damos un paso más allá, cruzando el puente hasta el otro extremo de la fe genuina y testificando que el Libro de Mormón es palabra auténtica de Dios, que los relatos de Tercer Nefi no solo son altamente deseables para cualquier alma que crea en Jesús, sino que declaramos que éstos no fueron hechos “imaginarios” sino plenamente reales: Jesús dijo lo que el libro de Tercer Nefi dice. Jesús estuvo allí. Son palabras de Él, no de Smith. 

Pero destacamos con mucho entusiasmo que el reconocimiento de parte de un erudito de Harvard, de la lectura del Libro de Mormón como provechosa espiritualmente para un cristiano tradicional, ya es un gran avance puesto que con muchísima frecuencia se aborda el Libro de Mormón con recelo y hasta con cierta apatía y resentimiento por la mayoría de los cristianos no-mormones.

Después de todo, el hombre siempre tiene sed de verdad. Jesús dijo “la Verdad os hará libres”. Esa Verdad que emana de su persona divina, esa Verdad que es Él mismo, hoy también se puede beber de la fuente del Libro de Mormón Otro Testamento de Jesucristo. Él mismo situado con tierno poder de Dios, en estas bellas escenas comentadas por Clooney, pueden convertirse en una fuente inagotable de fe y esperanza para el alma que lo desee.

Fuentes
  1. Revista America. Edición Online. http://americamagazine.org/node/150695

27 mayo 2013

Simposio del Libro de Mormón para Instituto y JAS Estaca Talca, Chile

Simposio organizado por el liderazgo estudiantil de Instituto 2013 y líderes JAS de la Estaca Talca, dirigido a alumnos y jóvenes adultos solteros.


Con gran afluencia de público se realizó este domingo 19 de mayo, el primer Simposio del Libro de Mormón organizado por el liderazgo estudiantil de Instituto y líderes JAS de la Estaca Talca, al que también concurrió la presidencia de Estaca, obispos de algunos barrios, miembros de la Iglesia en general, además de investigadores invitados.

Los asistentes demostraron gran interés en las presentaciones y se mostraron agradecidos por la posibilidad de conocer evidencias concretas del Libro de Mormón y poder familiarizarse con el contenido de nuestro sitio web.

El primer orador fue el hermano Juan Barrientos, Coordinador de Seminarios e Institutos de la región Talca. El hermano Barrientos, explicó los orígenes de la Biblia y del Libro de Mormón, relacionándolos con el palo de Judá y el palo de José. Además, analizó 6 doctrinas asociadas a la expiación de Jesucristo que son expresadas de manera mucho más clara en las páginas del Libro de Mormón.

Por último, invitó a los presentes a aplicar el desafío del elder Bruce R. McConkie de encontrar 100 doctrinas básicas del evangelio y analizarlas a la luz del Libro de Mormón y de la Biblia para descubrir la claridad y simplicidad de las enseñanzas del registro nefita.

El segundo orador, fue Álvaro Figueroa, Director General de este sitio web, quien describió el entorno geográfico transitado por la familia de Lehi al salir de Jerusalén e iniciar su viaje por el desierto, realizando su mismo recorrido a través de Google Earth. 

Esta  herramienta, permitió identificar algunos sitios exactos, como la tierra de Abundancia, el río, los lugares de caza, incluso algunos sitios donde se han encontrado evidencias arqueológicas impresionantes, como la tierra de Nahom. 

Los asistentes se mostraron gratamente sorprendidos por la exactitud de los lugares descritos por Nefi y los descubiertos en el Google Earth, logrando una comprensión mucho más clara y vivencial de los versículos narrados en las primeras 40 páginas del Libro de Mormón.

También, Álvaro ejemplificó de manera práctica la unión que debe existir entre la Biblia y El Libro de Mormón como dos Testamentos de Jesucristo que se apoyan mutuamente.

Además, nos acompañó Pamela Carrasco, la editora online de nuestro sitio web, quien colaboró en la difusión del evento.

Agradecemos a los alumnos de Instituto y líderes JAS de la Estaca Talca, por organizar este Simposio e invitarnos a participar para mostrar algunos de los descubrimientos de nuestro sitio con respecto a evidencias del Libro de Mormón.

24 mayo 2013

Relato en la historia peruana sobre la visita de Jesucristo a las Américas

Evidencia histórica entregada por antiguos aborígenes del Perú. Relata los días de obscuridad y la visita de Cristo a sus tierras.

Autora: Pamela Carrasco.


El Libro de Mormón describe en sus páginas lo sucedido en las Américas al tiempo de la crucifixión de Cristo. Tal como lo predijeron profetas de la antigüedad (Helamán 14:20), los habitantes de estas tierras también vivirían las señales de su muerte y una de ellas, sería la obscuridad. 
“Y sucedió que hubo densa obscuridad sobre toda la faz de la tierra, de tal manera que los habitantes que no habían caído podían sentir el vapor de tinieblas; 

y no podía haber luz por causa de la obscuridad, ni velas, ni antorchas; ni podía encenderse el fuego con su leña menuda y bien seca, de modo que no podía haber ninguna luz.

Y no se veía luz alguna, ni fuego, ni vislumbre, ni el sol, ni la luna, ni las estrellas, por ser tan densos los vapores de obscuridad que había sobre la faz de la tierra.

Y sucedió que duró por el espacio de tres días, de modo que no se vio ninguna luz; y hubo grandes lamentaciones, gritos y llantos continuamente entre todo el pueblo; sí, grandes fueron los gemidos del pueblo por motivo de las tinieblas y la gran destrucción que les había sobrevenido.”  (3 Nefi 8: 20 - 23)
Por lo significativo de estos hechos, lo más lógico es pensar que debieron transmitirse a través de los tiempos como parte de la historia de los antiguos habitantes de América; y para comprobar esta afirmación,  presentamos algunos extractos del capítulo V, de la “Segunda parte de la crónica del Perú”, escrita por Pedro Cieza de León y publicada por Marcos Jiménez de la Espada en Madrid, en 1880, el que se titula “De lo que dicen estos naturales de Ticiviracocha, y de la opinión que algunos tienen que atravesó un Apóstol por esta tierra, y del templo que hay en Cáchan y de lo que allí pasó”.

Transcribimos de manera textual, sin modificaciones al lenguaje de la época y tal como se halla en las páginas de este registro histórico, a fin de mostrar de manera fidedigna el relato mismo hecho por estos antiguos habitantes de la zona del Perú, al propio Pedro Cieza de León:
“Antes que los Incas reinasen en estos reinos ni en ellos fuesen conocidos, cuentan estos indios otra cosa muy mayor que todas las que ellos dicen, porque afirman questuvieron mucho tiempo sin ver el sol, y que padeciendo gran trabajo con esta falta, hacian grandes votos é plegarias á los que ellos tenian por dioses, pidiéndoles la lumbre de que carecian...” (1)
Sin lugar a dudas, las señales de la muerte de Cristo descritas en el Libro de Mormón, formaron parte de la historia de los antiguos habitantes de América y por la magnitud de los hechos, debieron ser transmitidas de padres a hijos, hasta llegar finalmente a los historiadores españoles que preservaron algunos de estos relatos.

Pero incuestionablemente el hecho más importante descrito en las páginas del Libro de Mormón es la visita de Jesucristo a las Américas.
“Y aconteció que al entender, dirigieron la vista hacia el cielo otra vez; y he aquí, vieron a un Hombre que descendía del cielo; y estaba vestido con una túnica blanca; y descendió y se puso en medio de ellos. Y los ojos de toda la multitud se fijaron en él, y no se atrevieron a abrir la boca, ni siquiera el uno al otro, y no sabían lo que significaba, porque suponían que era un ángel que se les había aparecido.

Y aconteció que extendió la mano, y habló al pueblo, diciendo:

He aquí, yo soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo.”  (3 Nefi 11: 8 - 10)
En 3 Nefi, en los capítulos 11 al 28, se encuentra el relato completo de la visita de Cristo a las Américas, tal como lo describe el Libro de Mormón; Sus tiernas enseñanzas, el establecimiento de Su Iglesia y Su doctrina, los milagros, entre muchas otras cosas maravillosas que dejó en estas tierras y que sabemos, también fueron transmitidas de generación en generación a través de los tiempos, tal como lo describe el capítulo V de la “Segunda parte de la crónica del Perú”:
“Y luego questo pasó, dicen que de hácia las partes del Mediodía vino y remanesció un hombre blanco de crecido cuerpo, el cual en su aspecto y persona mostraba gran autoridad y veneracion, y queste varon, que así vieron, tenia tan gran poder, que de los cerros hacia llanuras y de las llanuras hacia cerros grandes, haciendo fuentes en piedras vivas; y como tal poder reconociesen, llamábanle Hacedor de todas las cosas criadas, Principio dellas, Padre del sol, porque, sin esto, dicen que hacia otras cosas mayores, porque dió sér á los hombres y animales, y que, en fin, por su mano les vino notable beneficio. Y este tal, cuentan los indios que á mí me lo dixeron, que oyeron á sus pasados, que ellos tambien oyeron en los cantares que ellos de lo muy antiguo tenian, que fué de largo hácia el Norte, haciendo y obrando estas maravillas, por el camino de la serranía, y que nunca jamás lo volvieron á ver. 

En muchos lugares diz que dió órden á los hombres cómo viviesen, y que les hablaba amorosamente y con mucha mansedumbre, amonestándoles que fuesen buenos y los unos á los otros no se hiciesen daño ni injuria, ántes, amándose, en todos hobiese caridad. Generalmente le nombran en la mayor parte Ticiviracocha, aunque en la provincia del Collao le llaman Tuapaca, y en otros lugares della Arnauan. Fuéronle en muchas partes hechos templos, en los cuales pusieron bultos de piedra á su semejanza, y delante dellos hacian sacrificios: los bultos grandes questán en el pueblo de Tiahuanacu, se tiene que fué desde aquellos tiempos; y aunque, por fama que tienen de lo pasado, cuentan esto que digo de Ticiviracocha, no saben decir dél más, ni que volviese á parte ninguna deste reino.” (2)
Este es uno de los muchos relatos descubiertos en los anales de la historia de América que describen este importante acontecimiento.

Jesucristo conocía y amaba a los habitantes de estas tierras, por lo que deseó ministrarles también y de ello habló en el Nuevo Testamento:
“También tengo otras ovejas que no son de este redil; a aquéllas también debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.” (Juan 10:16)
Ellos fueron algunas de sus “otras ovejas”; ellas “oyeron Su voz”, tocaron las heridas en Sus manos y en Sus pies, fueron sanados de sus enfermedades, recibieron toda la luz y el conocimiento que sólo de Él proviene y fueron bendecidos en todas las cosas.

Esto realmente ocurrió y no es sólo descrito en El Libro de Mormón, sino en múltiples registros históricos descubiertos a lo largo del tiempo y en otros, que seguramente saldrán a la luz con el paso de los años.

Fuentes
  1. “Segunda parte de la crónica del Perú”, escrita por Pedro Cieza de Leon y publicada por Márcos Jiménez de la Espada en Madrid, en 1880, capítulo V.
  2. “Segunda parte de la crónica del Perú”, escrita por Pedro Cieza de Leon y publicada por Márcos Jiménez de la Espada en Madrid, en 1880, capítulo V.

22 mayo 2013

Simposio para JAS Estaca La Florida, Chile

Simposio realizado en la Estaca La Florida, Santiago, Chile para adultos solteros.


Un gran espíritu, mucho interés y gran dedicación de los líderes se vivió en el simposio realizado en la Estaca Florida, Chile, el domingo 20 de abril del 2013. Los participantes fueron los jóvenes adultos solteros, quienes mostraron un fuerte deseo de continuar realizando más simposios similares que les permitan conocer e instruirse más en cuanto a evidencias del Libro de Mormón. Incluso la Presidencia de Estaca quedó muy motivada a efectuar próximamente un simposio muy masivo a nivel de estaca.

Israel González, Director ejecutivo de nuestro sitio web, expuso sobre la situación política y las diferentes problemáticas que implicaron la salida de Lehi y su familia de Jerusalén. Describió el entorno geográfico y climático que transitó la caravana, mostrando esta ruta a través de Google Earth, herramienta que permitió identificar los sitios tradicionales por los que pasaron, comparándolos con lo descrito en el Libro de Mormón.

Sorprendió a los participantes, la exactitud de los lugares descritos por Nefi y las locaciones, mostradas en el Google Earth, pudiendo comprender  mejor y de manera vivencial, los versículos narrados en las primeras 40 páginas del Libro de Mormón.

Además, mostró descubrimientos arqueológicos recientes de locaciones y lugares mencionados en este viaje, aspectos relacionados con su lingüística y rastros concretos del paso de la familia de Lehi, todo lo anterior, confirmando la historicidad de los anales nefitas.

Sin duda un impresionante recorrido visual que fortaleció los testimonios de todos los presentes.

Álvaro Figueroa, Director General de nuestro sitio web, expuso cómo se documenta a través de la Biblia, el recogimiento de un grupo pequeño que debe salir de Israel y que debe contar su historia;  sobre el pensamiento de Clemente (el discípulo de los apóstoles) y lo que pensaba respecto al otro lado del mundo y los convenios de Dios.

Además, mostró un pensamiento actual, por entidades reconocidas sobre la evangelización en la América antigua y expuso registros históricos precolombinos que fueron descubiertos posteriormente a la publicación del Libro de Mormón y que registran la llegada de la familia de Lehi, los jareditas y evidencias de descubrimientos arqueológicos modernos sobre los mulekitas.

También ejemplificó de manera práctica la unión que debe existir entre la Biblia y el Libro de Mormón como dos Testamentos de Jesucristo que se apoyan mutuamente.

Presentaciones

  • Presentación Evidencias Viaje de Lehi. Expuesto por Israel González (Descargar. 1.41 MB, pdf,  versión 4.01)
  • Presentación Evidencias América. Expuesto por Álvaro Figueroa (Descargar. 60MB, tar/prezzi, versión 1.00)
  • Mapa Viaje Lehi. (Ver link)

14 mayo 2013

Los habitantes precolombinos ¿sabían de la crucifixión de Cristo?

Los aborígenes americanos, a través de sus relatos, registrados por cronistas españoles, nos hablan de la crucifixión del “Hijo del Dios creador”. 

Autor: Alvaro Figueroa Z.



Consideremos solo 3 menciones (de muchas); la de un cronista del tiempo de la llegada de los españoles a América, la de un investigador post conquista y la de un aborigen precolombino, todas apoyando el hecho de que el evangelio había sido predicado mucho antes en la América prehispánica y podremos con seguridad llegar a una conclusión.

Fray Servando de Mier de la orden de Santo Domingo, cronista español, siempre mantuvo una fuerte posición sobre el conocimiento del evangelio prehispánico, como bien ya desarrollamos en otro artículo publicado en nuestra página. Él comprendía muy bien que Dios tenía un plan determinado en el que claramente se encontraba también el continente americano. En su conocido sermón Guadalupano donde sostiene que el cristianismo era ya conocido por los aborígenes, además agrega : 
"Lo que yo prediqué fue, que la América, no más pecadora que el resto del mundo, entró también en el plan de redención del género humano, y que habiendo Jesucristo mandado a sus apóstoles a anunciarla a toda criatura que estuviese bajo el cielo, en el mundo entero hasta lo último de la tierra..." [1]
Este cronista español insertó todos sus descubrimientos, en un marco determinado por Dios en donde debía haber un plan para llevar a todos los hombres el evangelio de Cristo, aun antes de ser este continente, descubierto por los europeos. 

Ahora consideremos la opinión del investigador Dr. Peter De Roo que concluye:
"Que estos indios, y probablemente varias otras tribus análogas, eran cristianos, en el amplio sentido de la palabra, al tiempo del desembarco [de los europeos] en suelo americano difícilmente se puede poner en duda. Ellos conocían y adoraban al Dios eterno, espiritual e inalcanzable, que "causó" o creó los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos; ellos sabían acerca de la felicidad de nuestros primeros padres que comieron el "fruto gordo" de Edén, y del "mal espíritu" que los llevó a pecar, su desgracia y muerte; y, como ellos estaban familiarizados con las circunstancias de la terrible tragedia, podemos fácilmente deducir que no ignoraban del todo su detalle más importante: la promesa de un Redentor, que constituye la más firme base del cristianismo...” [2]
La recopilación de estos relatos lleva a De Roo a una postura clara y potente “... estos indios, y probablemente varias otras tribus análogas, eran cristianos”, una afirmación sostenida por la evidencia recolectada durante ya siglos.

Pero, ¿qué nos podría aportar un aborigen americano de este conocimiento acerca de la vida de Cristo?, cito este antiguo relato registrado por Bartolomé de las Casas:
“Dicen [los indios de Chiapas] que Eopuco le dio muerte [a Bacab], lo hizo azotar, le colocó una corona de espinas en su cabeza, y lo colgaron con los brazos extendidos en un poste; no queriendo decir que estaba clavado, sino atado; y para explicarlo mejor, el jefe extendió sus brazos. Finalmente murió allí". [3].
Quizás podamos imaginarnos la sorpresa que debió significar para los españoles escuchar estos relatos de los indígenas. Se trata de una afirmación demasiado específica y clara para suponer que es solo una coincidencia con la crucifixión de Cristo. En nuestra época es relativamente sencillo comparar cada punto.

¿Y a qué conclusión podemos llegar?

Este plan establecido por Dios para que la América antigua conociera de su Hijo y su misión redentora, fue llevado a cabo por personas escogidas; ellos realizaron un trabajo evangelizador y vestigios de este esfuerzo después de miles de años se cristalizan en miles de relatos que nos enseñan que una vez Cristo caminó por estas tierras.

Y lo más considerable de esto es que este testimonio se encuentra escrito en las páginas del Libro de Mormón. 

Fuentes:
  1. Fray Servando de Mier y su sermón guadalupano de 1794.
  2. P. De Roo, "Historia de América antes de Colón", vol. 1, pp. 111-112
  3. Bartolomé de Las Casas, "Apologética Historia de las Indias", cap. CCXXXV"

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