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02 octubre 2007

Tiendas en el Libro de Mormón

Tiendas en el Libro de Mormón (Insights Vol 14, Num 5, 1994)
Provo, Utah: Maxwell Institute, . P. N/A
Traducido por Estrella Lafont and Francisco J. Ruiz de Mendoza


Las referencias al uso de tiendas en el Libro de Mormón nos lleva a hacernos preguntas legítimas respecto a  si existen fuentes antiguas que documenten su existencia en Mesoamérica (1). Las primeras pruebas provienen de documentos históricos escritos en torno a la época de la conquista española de 1521, es decir, más de mil años después de que desapareciera la civilización nefita. En ellos se indica que los diferentes tipos de tienda y estructuras similares eran de uso habitual entre los ejércitos aztecas y que, cuando los españoles las vieron, inmediatamente las llamaron "tiendas".

La Historia de las Indias de Nueva España e Islas de la Tierra Firme, de Diego Durán, un relato clave de las costumbres de guerra aztecas, describe las tiendas con detalle. Durán menciona al menos cinco tipos de refugio militar, algunos de los cuales fueron denominados "tiendas" por los españoles:

-casas pajizas;

-chozas, de cuyo material no se sabe nada pero que se acondicionaban para uso de los mandos militares;

- jacales (de la palabra nahuátl xahcalli), que eran una especie de cabañas, algunas de las cuales se podían desmontar y transportar. No se sabe a ciencia cierta en qué se diferenciaban de las chozas. Quizá estas últimas se hacían de maleza obtenida sobre el terreno, mientras que los jacales pueden haber estado hechos de estera o petates;

-tiendas, quizás de tela, si nos atenemos al sentido que se la da normalmente a esta palabra en español. Algunas eran lo suficientemente adecuadas como para dar cobijo a los mandos;

-casas de petates; las esteras, que eran baratas, ligeras y portátiles, se podían combinar, por ejemplo, con lanzas para uso de los soldados como tiendas sencillas;

-cuarteles, que eran quizás casas requisadas o posiblemente tiendas de campaña plegables con cabida para varias personas.

Esta variedad de refugios militares no debería sorprendernos, porque mientras existan los ejércitos, también deben existir los equivalentes de las tiendas. La forma de las tiendas varía según las culturas, al igual que los materiales y nombres que se les dan.

Aunque las evidencias más abundantes del uso de tiendas en Mesoamérica, con propósitos militares, son posteriores a la época del Libro de Mormón, de todos modos apuntan a la existencia de un modelo cultural mucho anterior relativo al uso de las mismas en dicha zona. También se utilizaban refugios como los de los soldados aztecas en muchas partes de Mesoamérica bastante antes de la época de la conquista. En el diccionario Motul -obra del siglo XVI que arroja luz, de forma crucial, sobre la lengua y cultura maya yucateca pre-hispana- se define pazel como una tienda o cabaña para uso en el campo o como un pequeño refugio de paja. Los agricultores mesoamericanos llevan mucho tiempo haciendo un amplio uso de este tipo de construcción. Por ejemplo, los zoques de Santa María Chimalapa, que habitan en el istmo de Tehuantepec, todavía construyen pequeñas chozas de hojas de palma y hierba en las que duermen durante el período en que trabajan en los campos alejados de sus hogares.

Si los aztecas tuvieron suficiente capacidad para pergeñar refugios para sus soldados en el campo, resulta razonable suponer que sus predecesores mesoamericanos pudieron haber resuelto el mismo problema de forma similar durante miles de años de guerras. Además, es perfectamente factible que los aztecas, grandes imitadores de otras culturas, que lucharon o tuvieron guarniciones militares en muchas partes de Mesoamérica, adoptaran la idea de usar tiendas de guerra de las culturas locales de cientos de años atrás.

Es evidente que, en principio, se hace imposible detectar arqueológicamente el uso de tiendas, sobre todo si se trataba de refugios temporales e improvisados, hechos de arbustos o de hierba, hace dos mil años. Hasta que la arqueología resuelva este problema, resulta sensato aceptar al Libro de Mormón como prueba documental de la existencia de tiendas el primer siglo antes de Cristo en pie de igualdad con el testimonio de Durán y el de otros en el siglo XVI d. C.

Fuentes

1. Véase, por ejemplo, 2 Nefi 5: 7; Enós 1: 20; Mosíah 2: 5-6; Alma 2: 20; 46: 31. Colaboración de John L. Sorenson.


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