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15 octubre 2007

Un análisis científico del Libro de Mormón (Segunda parte)


UN ANALISIS CIENTÍFICO DELLIBRO DE MORMON

Segunda parte
Este es el segundo de una serie de tres artículos que señalan la manera en
que los adelantos en la investigación v la ciencia en el pasado medio siglo han
producido datos que parecen apoyar v de hecho pueden ayudar a aclarar el
Libro de Mormón. Durante este mismo período. el estudio cuidadoso de este

libro por parte de los Santos de los Ultimos Días lo ha colocado en un nuevo
plano como un documento de la América antigua.
En este artículo analizaremos otro aspecto primordial de la vida en la
América antigua, el cual ilustra esta tendencia.
Escritura
El Dr. Sylvanus G. Morley, en su tiempo el más eminente de los
investigadores de la cultura maya, expresó una síntesis de la opinión que
prevalecía entre los pocos expertos que había en 1935, acerca del desarrollo de
la escritura en el Nuevo Mundo:
"La escritura maya representa una de las etapas más primitivas del
desarrollo de los sistemas gráficos que aún existen en la actualidad... Bien
puede ser que represente la etapa más primitiva de un sistema gráfico formal
de que tengamos conocimiento.
"Las inscripciones mayas primordialmente se relacionan con... la
cronología, la astronomía --o quizás sería más acertado decir la astrología- y
los temas religiosos. En ningún sentido encontramos registros de glorificación
personal y auto-adulación como las que existen en las inscripciones egipcias,
asirias y babilónicas. No relatan ninguna historia de conquistas reales, ni de
logros reales; no adulan, exaltan, glorifican ni agrandan: de hecho, son tan
esencialmente impersonales . . . que es probable que jamás se hayan inscrito en
los monumentos mayas los nombres de hombres y mujeres específicos.1 Estas
palabras ciertamente no reflejan el contenido del Libro de Mormón.
No obstante, para la década de 1970 se había realizado un gran
cambio en la opinión de los científicos. Michael Coe hace ahora referencia
despectivamente a este "concepto tan raro" que había sido común en el
tiempo de Morley de que las inscripciones mayas representaban poco más
que "tonterías cronológicas". El cambio comenzó en 1958 con las obras de
Heinrich Berlin, quien demostró. como lo indica Coe, que "los relieves
mayas y los textos que los acompañan . . . son registros históricos que no
se relacionan con las ciencias ocultas ni religiosas. sino con la política
caótica diaria de los estados primitivos con dirigentes belicosos, que
tenían la determinación de incluir a los demás estados mayas dentro de su
esfera de infuencia".2 El nuevo punto de vista hace que la civilización
maya "suene muy similar a otras civilizaciones del mundo, con sus relatos

de conquistas, de la humillación de sus prisioneros, de sus bodas y
descendencia reales.3 También hace que suene más similar a la
civilización de los Nefitas y Lamanitas.
Durante una temporada, los científicos también dudaban de la
descripción que ofrecen las Escrituras con respecto a otro punto. Moroni
afirmó que " los caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado
. . . los hemos transmitido y alterado conforme a nuestra manera de
hablar" (Mormón 9:32). Como consecuencia. esos caracteres debían de
tener un elemento fonético, ya que hasta cierto punto representaban
sonidos. No obstante, los expertos principales como Morley, Thompson y
Barthel insistían que los jeroglíficos mayas solamente contaban con
algunas rasgos fonéticos triviales.4 El científico soviético Yuri Knorosov
tomó la iniciativa y corrigió ese error.5 En la actualidad se reconoce que
"el sistema maya tenía un fuerte componente fonético-silábico", muy
similar a la descripción que hizo Moroni del sistema Nefita.6
Sigue siendo verdad que la escritura mesoamericana incluye muchos
signos ideográficos (que representan conceptos o palabras completos sin
ninguna referencia a los sonidos). Un solo signo puede tener diferentes
significados, aclarados solamente por el contexto y la experiencia del lector.
"El entendimiento de éstos es lo que requiere más tiempo y mayor paciencia."7
De nuevo escuchamos el eco de las palabras de Moroni, pues él se lamentó de
que los escribas nefitas no fueran "fuertes para escribir". No podían "escribir
sino poco, a causa de la torpeza de [sus] manos." Encontraron que
"[tropezaban) al colocar [sus] palabras". (Véase Et. 12:22-?,5.) Mormón
también se lamentó por el sistema de escritura de su pueblo, diciendo que "hay
muchas cosas que, de acuerdo con nuestro idioma, no podemos escribir'.8 (3
Ne. 5:18.) J.E.S. Thompson hace la misma observación acerca de la escritura
maya: "Tanto las consideraciones de espacio como las asociaciones rituales
hacían difícil la precisión en la escritura; . . . el lector tenía que tener un buen
conocimiento de la mitología y el folklore para poder comprender los textos",9
y aún así, la lectura podía resultar ambigua.
En este artículo se señala la escritura
jeroglífica de los mayas por dos motivos: es la

más conocida, v data del período que
comprende la porción final del relato del
Libro de Mormón. Los habitantes de la
península de Yucatán entre los años 300 a 900
d. de J.C.. aproximadamente, quienes
hablaban el idioma maya, tallaron
inscripciones en cientos de monumentos de
piedra caliza. y sus descendientes vivieron la
cultura antigua lo suficiente para poder
comunicar a los españoles información valiosa
acerca del sistema que usaban los mayas para
pensar y escribir. El único sistema que
sobrevivió en detalle comparable a éste fue el
azteca. pero era una escritura posterior v
mucho más sencilla.10 En total se conocen
cuando menos catorce sistemas de escritura
eroglífica en Mesoamérica.11En solamente
tres de estos casos -el maya de las tierras
bajas, el azteca v el mixteca-se ha logrado un
progreso considerable en descifrarlos. Algunos
sistemas de escritura están representados por
un solo texto. 12 Tal como en el caso de la

"transcripción de Anthon"que nos dejó José
Smith, es probable que no nos sea posible
progresar en descifrar esos textos hasta que
contentos con mayor cantidad de textos
parecidos.
No obstante, estamos en terreno seguro cuando decimos que en base a lo
que se ha encontrado hasta la fecha. muchas culturas mesoamericanas tenían
conocimientos de lectura y escritura (aunque otras no los tenían) desde cuando
menos 1000 añosa. de J.C.13 No tenemos motivos para creer que en otro lugar
del hemisferio occidental existiera la escritura antes del descubrimiento
europeo.14 Se han encontrado inscripciones fragmentarias en alunas partes de
América del Norte y del Sur, pero no se sabe a ciencia cierta si representan o
no la escritura antigua y genuina. Por tanto, es interesante saber que el Libro
de Morntón habla de un pueblo instruido que habitó durante miles de años la
región contigua a "la estrecha lengua de tierra---, la misma área que cubre la
porción ístmica de Centroamérica, el cual es el único lugar conocido del Nuevo
Mundo que tiene una tradición similar de alfabetización.
Otro punto importante del que generalmente no tenían conocimiento los
primeros científicos es la similaridad que existe entre la estructura de los
jeroglíficos mayas y los egipcios. Linda M. Van Blerkom, de la Universidad de
Colorado. aclaró esto recientemente cuando elaboró una lista de los seis
principales tipos de signos que son comunes entre las dos estructuras.
Contradijo la deducción de Morley con estas palabras: "Aquellos que afirman
que los jeroglíficos mayas se encuentran en un nivel evolutivo inferior al de los
. . . sistemas de las civilizaciones del Viejo Mundo están equivocados." De
hecho. ---los jeroglíficos mayas se usaron en las mismas seis formas que los de
los egipcios".15
Otra similitud entre la escritura egipcia y maya es que ambas trataban
profundamente el aspecto sagrado de la vida: de hecho, quizás hasta se hayan
derivado de él. Hodge piensa que "el poder mágico del habla y de la
representación grafica"ayuda a explicar el aneen y la longevidad de la
escritura jeroglífica entre los egipcios, a lacual daban el nombre de "las
palabras del dios".16 Thompson menciona "la íntima relación que existía entre

la escritura jeroglífica de los mayas y su religión. pues no cabe duda de que
mucha; de las forma, de los jeroglíticos. y quizás sus nombres, tienen
connotaciones religiosas.17
Morley y sus compañeros percibieron correctamente la relación que
existíu entre la religión y la escritura. pero erraron al suponer que esta era
la única conexión. El sistema de escritura fue el medio por el cual
comunicaban lo sagrado a través de todos los aspectos de la vida
civilizada: el comercio, el gobierno, la "historia", el calendario, la
astronomía. v cosas como las guerras, el sacrificio. la muerte. la salud. el
destino v la eenealogía. Todos estos aspectos tenían alusiones religiosas. y
todos tenían que ver con la escritura.
Michael Coe, por ejemplo, afirma que las escenas que aparecen en las
espectaculares vasijas funerarias de las tumbas mayas provenían de “un largo
himno que posiblemente se entonaba cuando la persona había muerto o estaba
para morir . . . El tema primordial es el de la muerte y resurrección de los
señores del reino maya”. De hecho, "es muy posible que haya habido un
verdadero Libro de los Muertas para los mayas clásicos, similar al Libro de los
Muertos de los antiguos egipcios".18 Dice también que. de hecho. "en los
tiempos clásicos es posible que haya habido miles de tales libros." El Popol
Vuh, libro sagrado de los maya quiché de las tierras altas de Guatemala, fue
una versión posterior de uno de éstos, probablemente un transliteración de un
original jeroglífico.19 La mayoría de los mayas tenían conocimiento del patrón
mítico que representa este libro y los conceptos de la muerte, resurrección,
creación y destino que comunicaban tales libros. No obstante, la versión maya
solamente fue la mejor preservada. Otras culturas mesoamericanas tenían
creencias prácticas paralelas a éstas. "En Mesoamérica había un pensamiento
singular y unificado... al que podríamos llamar una religión
mesoamericana".20 afirma Coe.
Los sacerdotes eran los que principalmente tenían acceso pleno a esa re
ligión. Eran los únicos que tenían la oportunidad de dominar el idioma
complejo que era necesario para pene trar el esquema religioso, y "la escritura
maya parece haberse elaborado basándose en un tipo de idioma sacerdotal".
Era necesario recibir una instrucción sumamente laboriosa con respecto a "la
riqueza de las metáforas las técnicas que se utilizaban para parafrasear, y los
nombres en clave" (con significado implícito y oculto).21 El tener conocimiento
de este sistema "era

nada menos que un requisito para lene derecho a heredar uno de los puestos de liderazgo", ya que los sacerdotes eran los
gobemantes o viceversa. 22
Una de las razones por las que era tan difícil dominar los sistemas de
escritura jeroglífica era el complejo estilo literario. Lógicamente, hace
cincuenta años nadie sabía mucho acerca del estilo de los textos mayas. Pero en
1950, J. Eric Thompson dijo:
"Hay paralelos muy similares entre las transcripciones mayas del período
colonial, y estoy convencido de que también los hay entre los textos jeroglíficos
en sí, y los versículos de los Salmos y la poesía de Job."
Dijo que ambos textos "tienen un arreglo antifonal [cantado altemadoj,
en el cual la segunda línea de un versículo contesta o repite una variante de la
primera". (Encontramos algunos ejemplos en Lamentaciones 3:3 y Jeremías 5l
:38.) Este mismo patrón ocurre en los documentos del idioma yucateco del siglo
dieciséis y en los libros de Chumayel y de Tizimin del Chilam Balam; un rezo
de un indio maya lacandón que se grabó en 1907 muestra esta misma forma.
Sir Eric dice lo siguiente con respecto a este lenguaje: "Nótese el ritmo de las
líneas, el uso libre del pie yámbico, y la característica antifonal de cada línea."
Este "verso libre de alta calidad . . . que juega con el sonido de las palabras"
no usa la rima sino algo más similar al retruécano (juego de palabras).23
Munro Edmonson, de la Universidad de Tulane, es aún más específico:
"El Popol Vah está escrito en poesía, y es imposible comprenderlo
correctamente si se estudia como prosa. Está compuesto en su totalidad de
coplas paralelas." Esta forma, al igual que la naturaleza de las raíces de
palabras en los idiomas mayas. contribuye a la dificultad que existe en deducir
de los textos un significado que no sea ambiguo. Por tanto, "es posible
proponer legítimamente una docena de significados diferentes, o más, para una
sola raíz monosilábica".24 Edmonson también comenta sobre el uso de un
paralelismo sálmico, en el cual dos líneas sucesivas que deben compartir
palabras claves estaban sumamente ligadas en significado y en ocasiones
contenían retruécanos, o juegos de palabras. que no era posible traducir a los
idiomas indoeuropeos.
Todo esto nos recuerda las formas, la semántica y el estilo textual del
idioma hebreo. Sería aventurado decir que lo que percibimos en un idioma se
deriva directamente del otro, pero el idioma maya habría congeniado muy bien
con los conceptos y formas estilísticos que habrían utilizado las personas de
habla hebrea en un contexto maya.

Estos aspectos relacionados con el estilo nos hacen pensar naturalmente
en el quiasmo, la impresionante forma literaria que se encuentra extensamente
en el Libro de Mormón y en los textos antiguos del Mediterráneo y del Oriente
Cercano.25 El quiasmo es una especie de paralelismo invertido. En Proverbios
15:1 encontramos un ejemplo de paralelismo directo: "La blanda respuesta
quita la ira: mas la palabra áspera hace subir el furor." En el quiasmo se
invierte la relación directa que existe entre los conceptos de las dos líneas. de
manera tal que la segunda línea sigue un orden invertido: "Porque mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,
dijo Jehová" Osa 55:8). Se han llegado a identificar quiasmos sumamente
complejos. incluyendo algunos del Libro de Mormón que abarcan textos de
miles de palabras, y las cuales solamente se pueden identificar después de
realizar un análisis sumamente detallado.26 Hace diez años le pregunté al
señor Thontpson si se podían encontrar ejemplos del quiasmo en la literatura
maya, pero confesó que nunca había contemplado la posibilidad. Cuando le
describí la forma, expresó su interés, sugirió que ciertos pasajes cortos de los
textos del Chilam Balam posiblemente fueran ejemplos de esta forma literaria.
Hay otros textos y arte mesoamericano que posiblemente sean ejemplos del
quiasmo. y valdría la pe na estudiarlos más detenidamente jun to con los libros
yucatecos.27
El juego de palabras o retruécano del idioma maya (y otros idiomas
mesoamericanos) encuentra un paralelo en los idiomas semíticos v cl egipcio.
Carretera Hodge observó que "la estructura de un idioma semítico hace
posible que se desarrolle un juego de palabras en una forma singular y sutil".
Los idiomas indoeuropeos, y muchos otros, no tienen esta característica. El
piensa que los jeroglíficos egipcios posiblemente se hayan desa rtollado en
parte como resultado de ta tendencia. 28
Todo esto concuerda asombrosamente con lo que indica el Libro de
Mormón. El rey Benjamín "hizo que (sus hijos) fueran instruidos en todo
idioma de sus padres, a fin de que as pudieran llegar a ser hombres de
inteligencia" (Mos 1:2: es por demá decir que los sacerdotes eran los que
habrían impartido el conocimiento.) interés del rey era que sus hijos
dominaran el idioma esotérico con el cual podrían leer sus registros
ancestrales los cuales contenían "los misterios d Dios”(Mos. 1:3).
Al tiempo de la Conquista. en Yu tan solamente los sacerdotes, los hijo de
los sacerdotes, algunos de "los señores principales”, y "los hijos menores de los

señores" tenían conocimiento de la escritura jeroglífica.29 El rey Benjamín
estaba cumpliendo con su deber como padre real al asegurarse que sus hijos
recibieran este conocimiento. Nótese también que Zeniff estaba tan orgulloso
de poseer este conocimiento que insertó una afirmación al respecto al principio
de su registro,en Mosíah 9:1 , que era un lugar bastante ilógico para hacer tal
observación. Ese idioma, que tan difícilmente se Ilegal a dominar, consistía
tanto en los "caracteres que entre nosotros (los nefitas) se llaman egipcio
reformado” como en el medio semántico para interpretarlos, o sea, "la ciencia
de los judíos (Morm. 9:32; 1 Ne. 1:2). Por motivo del tiempo que se requería
para llegar a dominar ese complejo sisteme los ricos, quienes tenían tiempo
para hacerlo, podían aumentar "sus oportunidadas para instruirse”, mientras
que otros "eran ignorantes a causa de su indigencia' (3 Ne. 6:12).
Otro aspecto en el que concuerda la escritura mesoamericana con la del
Libro de Mormón es la posibilidad de adaptar los caracteres para utilizarlos
con más de un idioma. .Aunque había un elemento fonético, como se señaló
anteriormente. los pueblos culturalmente relacionados podían adaptar el
sistema aprendiéndose de memoria lo determinativos fonéticos o substituyendo
nuevos. Obviamente. aun el idioma egipcio sufrió modificaciones lo largo de
miles de años, con el fin de reflejar el cambio constante en la pronunciación y
el vocabulario, y los signos que se utilizaban en los tiempos de Mormón y
Moroni no se hubieran conocido como egipcio "reformado' si no hubieran
sido diferentes en ciertos aspectos del egipcio que se conocía en los días de Nefi.
Después de haber sufrido muchos el cambios, no es de asombrarse
que,como dijo Moroni, "ningún otro pueblo conoce nuestra lengua" (Moroni
9:34). El sistema jeroglífico habría cambiado en otra dirección cuando "se
(enseñó) el idioma de Neti entre todos los pueblos de los Lamanitas" en los días
de Alma. Al aprenderlos caracteres o jeroglíficos, los Lamanitas podían
comunicarse a través de las diferencias locales en el habla, lo cual les permitía-
"negociar unos con otros" (Mos. 24:4, 7), y así, a través de la lengua franca
escrita, los comerciantes podían realizar sus negocios en cualquier lugar.
Parece no haber ninguna otra razón que pueda explicar por qué se estimule el
comercio y la prosperidad cuando el pueblo aprendió el "idioma de Nefi". La
escritura jeroglífica maya sirvió este propósito, ya que era posible leerla en
cualquier lugar en donde se hablara al uno de los veinte o más idiomas de la
familia maya, y quizás más allá.
A menudo se menciona la abundancia de registros que existía en los
tiempos del Libro de Mormón (por ejemplo. He¡. 3:15, 3 Ne. 5:9). La mayoría

de éstos, lógicamente, se habrían escrito en el material más económico y
conveniente: el papel. Lo más seguro es que hayan sido de papel las escrituras
que se quemaron cuando los creyentes en Ammoníah fueron echados al fuego
(véase Alma I-4:8). La mayoría de los registros que se llevaban en
Mesoamérica se escribían en papel de corteza de árbol. doblado en forma de
biombo para formar un libro.30 De la zona maya solamente han sobrevivido
tres de estos códices de cierta techa precolombina.31 En las "páginas" se
escribían los jeroglíficos en columnas verticales. Las inscripciones mayas
contaban con columnas dobles. y anda símbolo se leía junto con el contiguo y se
procedía por parejas de arriba a abajo. Antes del tiempo de Cristo,
aproximadamente, solamente se utilizaban columnas sencillas.
Nótese que la "transcripción de Anthon". que se dio a conocer al público
en 1980 como una copia que hizo José Smith de los caracteres de las planchas
del Libro de Mormón, tiene columnas sencillas, lo cual concuerda con la etapa
anterior y precristiana del "idioma de Neti", en el cual se escribió el Libro de
Mormón. 32 No es de sorprenderse que el profesor Charles Anthon, a quien
Martín Hartis mostró la copia hecha por José Smith en 1828. basándose en la
poca información de que disponía en ese tiempo, comparó lo que vio con "el
calendario mexicano".33
Se podría escribir mucho más acerca de otros aspectos del uso de los
registros. de ciertos caracteres, de los escribas, etc., pero los datos que se han
proporcionado en este artículo demuestran que en décadas recientes se ha
revolucionado en muchas formas nuestro conocimiento de la escritura
mesoamericana. Usando esta información. nos es posible percibir un nuevo
significado en ciertas afirmaciones del Libro de Mormón concernientes a la
escritura y los libros. Debemos esperar que haya muchos más cambios. los
cuales permitirán que vaya en aumento la concordancia entre la información
contenida en las Escrituras y la que deduzcan los científicos.

NOTAS
I . Sylvanus G. Morley, The Ancient Maya, 2a. edición (Stanford: Stanford University Press. 1947),
págs. 260-261 La cita se escribió en 1935; véase la pág. 259.
2. Michael D. Coe. "Ancient Maya Writing and Calligraphy", Visible Language 5 (1971). pág. 259.
3. Ibid., pág. 298.
4. J. Eric Thompson, "Maya Hieroglyp Writing", en Gordon R. Willey, compilador, Handbook of
Middle American Indian.s, tomo 3 (Austin: University of Texas Press. 1965), págs. 652-653: Thomas
S. Barthel, "Writing Systems', en Thomas A Sebeok. compilador. Native Languages of the
America,s, tomo 2 (New York: Plenum Press. 1977). pág. 37.
5. Coe, 1971, pág. 301; David H. Kelle Deciplrering the Maya Script (Austin: University of Texas
Press. 1976).
6. Cae. "Ancient Maya Writing and Calligraphy", pág. 301: Coe. The Maya Scribe and His World
(New York: The Grolier Club, 1973), pág. 11.
7. Coe. 1971. pág. 301.
8. Se hace aparente que Mormón no quiso decir literalmente que su sistema de escritura no permitía
que se trataran todos los temas, ya que de hecho se tratan muchos temas en el Libro de Mormón.
Sin duda Eter 12:25 puede aclarar lo que quiso decir; en este pasaje Moroni dice que tropiezan "al
colocar [sus] palabras". Esa era la "imperfección" que sufrían en su escritura. (Véase Morm. 9:31.)
La dificultad radicaba en las antigüedades que imponía el usar un sistema jeroglífico en vez de un
sistema alfabético. (Compárese con Morm. 9:33.)
9. Thompson, pág. 646.
10. Barthel, pág. 35; George C. Vaillant The Aztecs of Mexico (Harmondsworth. England: Pelican
Books, 1950), págs. 201-204; Frances F. Berdan, The Aztecs Central Mexico: An Imperial Societv
(Ne York: Holt, Rinehart and Winston, 1982 págs. 150-151.
11. Coe, "Early Steps in the Evolution o1 Maya Writing", en H. B. Nicholson, compilador, Origins
of Religious Art ana Iconography in Preclassic Mesoamerica (Los Angeles: UCLA Latín American
Center and Ethnic Arts Council of Los A.„.Ples 1976), 110 y subsiguientes Coe incluye trece. pero
omite los signos olmecas, que quizás sean jeroglíficos, y singular sello de Tlatilco, el cual tiene u
sistema totalmente diferente de cualquie otro. Este sello y la "Transcripción de Anthon" tienen

similaridades interesante las cuales se analizan en el artículo de C Hugh Jones, "The 'Anthon
Transcript' a Two Mesoamerican Cvlinder Seals",
NewsletterandProceedings, Societyfor EarlyHistoricArchaeology 122
(septiembre de 1970). págs. 1-8. basado en David H. Kelley. "A Cvlinder Sea¡ from Tlatilcó'.
American Antiquitv 31 (1966). págs. 744-746.
12. El sello de Tlatilco. mencionado en I Nota 11, y la Estela 10 de Kaminaljuyu; véase Coe. 1976,
pág. 115.
13. Joyce Marcus. "The Origins of Mesoamerican Writing”. Annual Review Anthropology 5 (1976).
pág. 44: aunque este artículo cita el año 859 a. de J.C., basado en lo que se ha descubierto a la fecha
se sabe que posiblemente haya errado en su cálculo aproximadamente un siglo. En cualquier caso,
los jeroglíficos que aparecen en este monumento (Monumento 3. San José Mogote, Oaxac están tan
estilizados que es difícil pensar que no hubieran tenido un desarrollo histórico de varios siglos.
14. Barthel, op. cit.
15. Linda Miller Van Blerkom, "A Comparison of Maya and Egyptian Hieroglyphics". Katunob I I
(agosto de 1979), págs. 1-8.
16. Carleton T. Hodge. "Ritual in Writin An Inquiry into the drigin of Egyptian ScripC, en M. Dale
Kinkade et al., compiladores, Lin,quistics and
Anthropology: In Honor oj'C. F. Voegeli (Lisse. Bélgica: The Peter de Ridder Pres 1975). págs.
333-334. 344.
17. J. Eric S. Thompson. Maca Hieroglyphic Writing: An Introduction
(Norman: University of Oklahoma Press, 1960), pág. 9.
18. Coe. 1971, págs. 305-306: 1973, pá IS y subsiguientes.
19. Coe, 1971. pág. 305. Compárese con Alfred M. Tozzer, compilador. "Landa's Relación de las
Cosas de Yucatán: A Translation". Harvard University, Peabody Museunt ofAmerican
Archaeology and Ethnology, Papers. tom 18, 1941, pág. 169.
20. Coe. 1973, pág. 8: David H. Kelley, "Astronomical Identities of blesoamerican el Gods".
Archaeoastronomy (Suplemento del Journal of the Histon of Astronomy 11 (19801, págs. 51-554.
21. Barthel. pág. 45.
22. Ibid. Compárese con Thompson, 1970, pág. 7: Tozzer. pág. 28.

23. Thompson. 1960. págs. 6I-62.
24. Munro S. Edmonson, "The Book of Counsel: The Popol Vuh of the Quiche
Maya of Guatemala, Ttdane University. Middle American Research Instttute.
Publication 35 (1971), págs. xi-xii.
25. John W. Welch. editor. Chiasmus in Antiquity: Structures, Analyses, Eregesi.sa
(Hildesheim.AlemaniaOccidentaf: Gerstenberg Verlag. 1981); John W. Welch. "Chiasmus in the
Book of Mormon". en Noel B. Reynolds, editor.
of Book of Mormon Aufrorship: Nen, Light on Ancient Origins. (Provo: Brigham Young University.
Religious Studies Center. 1982). págs- 33-52. Véase tambien "Un libro que merece respeto".
Licdtona, mayo de 1984, pág. 13.
26. Welch. 1982, págs. 49-50.
27. Por ejemplo. Marearet MeClear,a) Popol Vuh: Structure and Meaning
(MadridNew York: Plaza Mayor. 1972). págs. 55, 67-90: Marvin Cohodas. "The Iconographv of the
Panels of the Sun, Cross, and Poliated Cross at Palenque: Part I", en Sociedad Mexicana de
Antropología. Xllla Mesa Redonda, Xalapa, 1973 (México, 1975). págs. 75-101.
28. Hodge, pág. 344.
29. Tozzer, pág. 29.
30. Ibid.. pág. 28.
31. Thompson, 1960. págs. 23-26.
32. Danel W. Bachman, "Sealed in as, Book: Preliminary Observations on the
Newly Found'Anthon Transcript' " Brigham Young Universin, Studies 20
(1980), págs. 321-345: disponible por separado como Reimpresión BAC-80.
Foundation for Ancient Research and. Mormon Studies. P. O. Box 7113
University Station, Provo, Utah 84602.
33. B. H. Roberts,NesvWitnessesfor God, tomo 2, 2a. parte, "The Book of Mormon' (Salí Lake
City: Deseret Book, 1926), págs. 95-100. Véase el análisis del tema en mi artículo "The Book of
Mormon as a Mesoamerican Codex", Newsletter and Proceedings. Socierv for Early
HistoricArchaeology 139 (1976), pág. 2. Liahona


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