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27 agosto 2011

El Libro de Mormón y el ADN de los nativos americanos


Félix A. Jelinek M., nos envió esta investigación. Agradecemos su aporte y disposición para compartir con todos nuestros lectores tan valiosa información. 

LA IGLESIA DE JESUCRISTO
EL LIBRO DE MORMÓN.
Y EL ADN DE LOS NATIVOS AMERICANOS.
Félix A. Jelinek M.
19-08-11

Esta búsqueda de información no pone en duda alguna la afirmación de la Iglesia sobre el origen de los antiguos habitantes de las Américas. Es solo producto de la investigación personal, que me ha llevado a reafirmar mi testimonio espiritual logrado hace casi 40 años, mediante la lectura y el estudio de las escrituras. Por lo tanto no siendo un profesional en el estudio de la genética, la arqueología o la lingüística, es muy probable que existan errores u omisiones en este escrito.

Quienes conocen mi testimonio de la restauración del evangelio de JESUCRISTO, mediante la Iglesia que lleva su nombre y cuyos miembros en razón al citado libro son popularmente conocidos como mormones, me han preguntado ¿qué opinión tengo sobre la afirmación de la Iglesia de que los nativos americanos provienen de la casa de Israel, cuando las evidencias científicas sobre el ADN lo niegan? 

Escritos sobre este tema, señalan supuesta falsedad del Libro de Mormón y de todos los profetas modernos, comenzando por José Smith. Este muy joven profeta afirmó a los 14 años de edad haber recibido una visita celestial y que en 1827 a los 22 años de edad, desenterró unas planchas de oro que estaban grabadas y preservadas en una caja de piedra, en un lugar llamado el cerro CUMORAH en el estado de Nueva York. Mediante revelación y con la ayuda de un escribiente, pudo traducirlas, señalando que hubo grupos provenientes de la casa de Israel, que llegaron a las Américas antes de la venida de Jesucristo. 

Un experto sobre el Oriente Medio ha opinado que el nombre Cumorah equivale a "Qum ora", en hebreo y significa "Levantaos, oh luz", o "revelación".

No teniendo duda alguna sobre la verdad proclamada con valentía por aquel joven cuyos padres y hermanos lo apoyaron sin duda alguna, me he dedicado a estudiar el tema. Al hacerlo, se ha incrementado mi testimonio sobre este Libro maravilloso, que al igual que la Biblia está lleno de guerras, de conflictos, de divisiones, asesinatos de inocentes, el uso de elementos de guerra, animales y ubicaciones geográficas muy difíciles de comprobar por ahora. Pero a pesar de ello, lo más importante es que el libro contiene el conocimiento pleno del evangelio de Jesucristo, que también fue predicado en las Américas luego de su resurrección.
Debemos conocer al menos ¿QUE ES EL ADN?
SE IDENTIFICAN CON ESAS LETRAS AL ACIDO DESOXIRRIBONUCLEICO, QUE FORMA PARTE DE TODAS LAS MACRO CÉLULAS. ESTAS CÉLULAS UNIDAS Y ESTRUCTURADAS, TIENEN TODA LA INFORMACIÓN GENÉTICA QUE RIGEN EL DESARROLLO Y FUNCIONAMIENTO DE LOS SERES VIVOS, HASTA FORMAR ORGANISMOS ADULTOS. MEDIANTE LOS PARES DE CROMOSOMAS EN LAS CÉLULAS, SE TRANSMITE LA HERENCIA, SIRVIENDO EL ADN PARA VERIFICAR LOS ORÍGENES Y PARENTESCOS DE CADA ESPECIE.

Me permito agregar en base a lo leído, que es posible que la información genética pueda sufrir alteraciones o mutaciones, con el transcurrir del tiempo, debido a las condiciones ambientales, alimenticias, físicas y espirituales que influyen en la vida. Estas alteraciones pueden ser más fácilmente detectadas en el caso de las mitocondrias o genes maternos, por cuanto la información original aportada por la primera madre se mantiene igual y por lo tanto es más fácil determinar las mutaciones ocurridas con el transcurrir de los años.
Conocimiento Bíblico:
Todos los estudios realizados hasta la fecha, indican que tanto el primer hombre llamado Adán, como la primera mujer Eva, tienen un origen común en África. Por lo tanto para los que aceptamos la Biblia, no existe duda alguna que el hombre sobreviviente del diluvio Universal a través de la descendencia de NOÉ, viene de una misma semilla, conformada por los mitocondrias femeninos y los cromosomas masculinos.
El llamado “mito” para muchos sobre la historia de Adán y Eva, que suele decirse en los círculos poligenistas, que la vida NO surgió a través de una sola pareja o ser, HOY día aceptan que este hecho es posible para la biología moderna.

Otra consideración muy importante al iniciar los estudios de ADN, es tomar como referencia la descendencia de NOÉ. Como sabemos tuvo tres hijos. SEM, de donde proviene el pueblo hebreo y otras 26 naciones. CAM del cual proviene el pueblo Egipcio, Etíope, árabe, sumando unas 30 naciones. JAFET que se extendió entre los mares Egeo y Caspio hacia el norte, dando origen en su migración a los pueblos chinos, hindúes, que Incluidos suman 14 naciones. De tal manera que pasan de 70 naciones las que se dispersaron por toda la tierra luego del Diluvio Universal. Con esta inundación, es lógico pensar que los pueblos se dispersaran buscando mayor seguridad. Por lo tanto los nativos americanos tienen que ser una mezcla, en la cual necesariamente debieron participar estas tres ramas humanas sobrevivientes del diluvio. De ser cierto que los nativos americanos tienen genes que los asocian más con el pueblo Mongol, estos estuvieron muy influenciados y dominados por el pueblo chino, quienes provienen del hijo de NOÉ Jafet. Esto indica un parentesco entre primos lejanos 4.000 años a. C., que al tiempo de hoy serían casi 6.000 años.

LA CRÍTICA:
Las muestras de la ADN tomadas de los nativos americanos modernos, no concuerdan con el ADN de los habitantes modernos del Oriente Medio. Los críticos afirman que esto demuestra la falsedad del Libro de Mormón, que enseña y afirma que los nativos americanos llamados Lamanitas, descienden de los hebreos a través de la llegada de Lehi y su familia a las Américas 600 AC. Por tanto concluyen que lo que enseñó el Profeta José Smith restaurador de la Iglesia de Jesucristo y todos los Profetas modernos es falso.

EL ARGUMENTO.
La Mitocondria y los cromosomas-Y (ye) del ADN son medios muy fiables y eficaces para determinar los orígenes y linajes de las personas y grupos étnicos. Se han realizado tales pruebas en miles de individuos de las tribus nativas de América, Alaska, hasta la punta de Sudamérica. Los resultados muestran que el 96% de esas pruebas del ADN, confirman la ascendencia asiática de los nativos americanos. Por consiguiente, las evidencias del ADN demuestran que no hubo en los tiempos antiguos alguna migración hebrea hacia América, y como resultado, no pudo haber tribus Nefitas ni Lamanitas que se hayan desarrollado con la supuesta llegada de Lehi y su familia.

Este argumento carece de mayor estudio. Existen otras migraciones antes, durante y después, de que se esparcieran las tribus de Israel por todo el mundo. Además eran frecuentes las huídas obligatorias de pueblos enteros, bien sean a pie o navegando los mares, producto de las persecuciones y guerras milenarias en el medio oriente.
La data del ADN acumulada para medir la presencia israelita en la colección genética del Nuevo Mundo, es muy escaza y otros sostienen que no existe.
Por su parte los antropólogos físicos, unánimemente clasifican a los aborígenes americanos con genes Mongoles. Entre los rasgos que permiten su identificación está el predominio de grupo sanguíneo O, el cabello oscuro y grueso, el cuerpo trigueño o moreno y lampiño, el pliegue epicántico (inserción baja del borde interno del párpado superior), sus medidas y la denominada mancha mongólica, azulada en la piel sobre la base de la columna congénita, que suele desaparecer con la edad. Estos rasgos son característicos de los pueblos del Lejano Oriente, y no son propios de los pueblos antiguos del Cercano Oriente.

Afirman que La pretensión Mormona de que estos indígenas descienden de inmigrantes Israelitas no es apoyada por la evidencia del ADN. Esta conexión entre los nativos americanos y sus descendientes asiáticos según sus estudios es de 99.3%.
Afirman a mi juicio de manera injusta y parcializada quienes niegan la verdad de José Smith, que estos descubrimientos genéticos son devastadores para el Libro de Mormón y que de ser aceptados, significa asumir una posición intelectualmente deshonesta y engañosa como lo ha hecho tanto la Iglesia Mormona como sus miembros.
Evidencias arqueológicas contundentes.
Los numerosos descubrimientos arqueológicos en las Américas, señalan con absoluta claridad una conexión o influencia con la casa de Israel. Recién en las ruinas del MIRADOR en México existen muchas evidencias que saldrán a la luz pública, cuando hayan sido debidamente comprobadas y protegidas por el equipo de profesionales que allí trabaja, para evitar los acostumbrados y dañinos ataques sobre la historia y su verdad. Maravillosa historia escrita que fue destruida en la época de la conquista española, para imponer una forma de evangelio adulterado y contaminado con la espada en una mano y en la otra la Biblia, 1492 años después del nacimiento de Jesús de Nazaret.

Se salvó de esta destrucción, la roca tallada e identificada como la Estela N° 5, encontrada en 1951 en la puerta de una tumba en IZAPA, Chiapas Mexico, que pesa 15 toneladas y tiene una altura de 255 cms. Se calcula que sus grabados se realizaron entre 300 a.C. y 50 d.C. Tiene tallados o grabados que están relacionadas con el relato del sueño de Lehi y el árbol de la vida en el Libro de Mormón. Lehi emigró con su familia de Jerusalén 600 a.C. a las Américas. El sueño fue una maravillosa profecía que entregó a su descendencia al viajar a las Américas. (El sueño es relatado en el libro de Mormón en el 1 Nefi capitulo 8).
(Información muy detallada puede ser encontrada en este sitio bajo el título "Estela N° 5 de Izapa, Mexico")

Esta representación e inclusión de personas aparentemente reales en la escena del simbólico árbol de la vida grabada sobre la piedra, sugiere que fue un intento por parte de los artistas antiguos de Izapa, de dejar constancia de un acontecimiento real muy importante. Un investigador de apellido JAKEMAN en 1958, se planteó la pregunta sobre la identidad de las seis personas que aparecen en el grabado participando del evento.

Warren y Ferguson hacen la declaración siguiente:
El Libro de Mormón también da el significado y la interpretación de los símbolos tallados en la piedra. El río representa la barrera del mal entre las personas y la felicidad. La varilla de hierro representa la palabra de Dios, que si se respetan, nos llevan a árbol de la vida eterna y la felicidad. El árbol representa el amor de Dios - y si uno ama a Dios y guarda sus mandamientos, es conducido a los frutos del árbol - la felicidad y la vida eterna. Concluye que ES UNA FILOSOFÍA DE LA VIDA ENTERA, expresada sucintamente en 15 toneladas de piedra.

Recientemente se descubrió otra evidencia arqueológica del Libro de Mormón en Centro América. Allí se hace mención y se describe la ciudad de Nahom en 1 Néfi 16:34. La descripción del viaje de Lehi en el desierto de Arabia, dado en el Libro de Mormón, fue suficiente para identificar a la región donde debe estar la ciudad Nahom. El Libro de Mormón afirma que Ismael fue enterrado en Nahom (1 Néfi 16:34). Curiosamente, hay muchas tumbas encontradas entre esas ruinas. Es importante conocer que en el hebreo antiguo se suprimían las vocales. Por lo tanto el nombre citado en la Biblia es NHM.
Existen además cientos de palabras similares, con raíces hebreas y con otras lenguas antiguas, en la cultura Maya principalmente. Este pueblo mantiene una maravillosa historia enterrada en la tierra de Centroamérica, en sus lagos y pantanos, en lo que hoy se conoce como México, Guatemala, Honduras, Belice y el Salvador.

Veamos algunas coincidencias del lenguaje hebreo
  • Un planeta, signo en los cielos, era llamado ot o oth en el lenguaje maya, y es todavía llamado así en el dialecto huástico; es también oth en hebreo.
  • La noche es llamada ailo mientras que en hebreo y árabe es aila- eila –eyla
  • La idea de blancura o brillantez es expresada por la palabra zack en toda la América Central, especialmente en Yucatán; en hebreo es zech.
  • Cualquier cosa alimenticia o sostén de la vida, es llamado zeeta; en hebreo y árabe zaid.
  • Un fuego, quemazón u horno, es llamado tunni - etunni en Perú y en las partes norteñas de Sud América, en caldeo y hebreo 'attun; en el antiguo céltico es 'tienne; y en el antiguo egipcio el nombre del disco solar, la fuente de todo poder, era 'aten'.
  • La tierra entre todas las tribus aimaras, era llamada urak- urakke; que es lo mismo en caldeo, urak- urakke.
  • El hueco de la mano, o las dos manos juntas para llevar, agua como para beber, es llamado káb o kabh en el lenguaje maya, en hebreo es kaph.
  • Cualquier hombre distinguido, caudillo o jefe de hombres, es llamado Kazique
  • (cacique) en toda la América Central, Sudamérica y las Indias Occidentales; en hebreo khazek', khezek; y en árabe para un 'juez' o 'magistrado superior', es boka~ rina; en hebreo es boker.
  • Una colección de flores en un ramo, corona o guirnalda era llamada ziza o zissah en hebreo. En la América Tropical todavía se aplica este nombre a las convolvuláceas (flores de la luna) llamadas 'las flores de un mundo perdido' por los indios mexicanos. Las niñas pequeñas que iban a ser sacrificadas a los crueles dioses del México antiguo, usaban guirnaldas de estas flores; y una corona de ellas ha sido encontrada en la cabeza de una princesa egipcia que falleció hace cuatro mil años.
  • Un árbol es llamado yaor en los dialectos del Perú y América Central; que es lo mismo que en hebreo yaar, un árbol; y en la isla de Haití la selva es llamada yaarooma.
  • En Alaska y en las islas Aleutianas, un hermano es llamado aak o aaki; en hebreo y árabe la palabra para hermano es aach
  • Dos veces, o repetir, es expresado kappal en el dialecto de Yucatán, mientras que en hebreo es, kaphal.
  • El veneno o terror que causa la muerte, es llamado puggul en la América Central, y esta palabra en hebreo tiene el mismo significado.
  • El árbol del cual ciertas tribus de indios norteamericanos sacaban el veneno para sus flechas, era llamado por ellos pugguly.
  • Leña para quemar, es aun llamada kaame-ry en Venezuela; en hebreo, kamar.
  • El cabello de la cabeza, es llamado zoz en Yucatán; en hebreo es zizith.
  • Un gobernante o rey es llamado capach, mientras que en hebreo es gabach.
  • Un hijo es llamado en Guatemala pen, en hebreo ben. Los esquimales llaman a sus niños pequeños pennik el diminutivo de pen.
  • La palabra maya para "ha fallecido" o "ha muerto" es maqui; en hebreo es makak.
  • Alumbrar, brillar, es exactamente en maya que en hebreo: nagah.
  • El sol es en chearasi; en hebreo cheres.
  • En hebreo la palabra nega significa una plaga; aun la encontramos en el lenguaje haitiano aplicado a esos desagradables parásitos que se incrustan en la carne y los pies.
  • El desbordamiento del lago sagrado en la leyenda maya, es llamado tchoma; la Gran
  • Inundación de la leyenda hebrea, es llamada tchom rabba.
  • La palabra zup en hebreo significa un río grande, o el desbordamiento de uno más pequeño; en casi todos los dialectos de los indios norteamericanos, la palabra para río es, ziph, zeph o sipi. Al más grande de sus ríos ellos lo llamaban el río pez; na messi zippi'; de ahí la palabra 'Mississippi'.
  • Los indios norteamericanos, usaban la palabra asaphi para cantar o una canción; el músico mayor del rey hebreo, David, era llamado Asáph, el cantor.
  • El antiguo verbo hebreo makhak significa golpear o matar a golpes.
  • La expresión de los indios norteamericanos, para armas para matar es ta-mahakan, de la cual se ha hecho la palabra toniahawk.
  • El dios malo era llamado zet typhon para los antiguos egipcios; la palabra maya, para malo, es zetu.
  • En acadio, (lengua semítica desaparecida) la palabra nin significa esposa o señora'; en maya hija es nin, niña.
  • Tenemos la palabra maya miqui, morir, pariente de la acadia miq, quemar, y miqu, sacrificio.

Muchos otros nombres hebreos son encontrados en las civilizaciones americanas:
  • Balam: Este nombre era un favorito en la antigua América y ocurre en Ahbuluc-Balam, dios nahua; Cibil-Balam, una princesa; Ci-Balam, Quiche-Cakchiquelday; Cotz-Balam, nombre; Balam, hechicero maya; Ek-Balam, Dios maya; Balem, sumo sacerdote maya; Balam- Conache, príncipe; Balam-Colob, nación maya. El nombre Balam, deletreado Balaam, es frecuentemente encontrado en el Libro de Números, cap. 22-24.
  • Baal: Este nombre fué aplicado al Dios supremo de los fenicios y de los canaanitas. También era conocido como 'Bel' y 'Belns'; y en tiempos antiguos el Dios verdadero era conocido por el nombre de Baal; pero, después se descontinuó, se supone, por motivo de su profanación con la asociación del nombre de un ídolo. Ocurre en la Biblia en varias formas, de acuerdo al uso, como Baal, Baal-Peor, Bala, etc. Entre los nombres americanos antiguos encontramos Baali, Baaloo, capitanes zapotecas en México.
  • (El nombre SHIZ, mencionado en el libro de Morón en el libro de ETER, que correspondió a un guerrero Jaredita, curiosamente si en lugar de la Z, le colocamos H, es una palabra de origen chino). La palabra SHIH-TZU significa perro-león y se cree que su raíz es tibetana.
Durante una visita al museo del Oro en la ciudad de Bogotá en Colombia, pude observar en una vitrina, la figura de un pequeño hombre labrado en oro con un cayado en la mano. Se sabe que el cayado era símbolo de mando y sabiduría entre los sacerdotes y profetas de la antigüedad. La parte superior terminaba labrada con la figura de tres personajes. Teniendo el conocimiento del Libro de Mormón, pude entender en esa muestra arqueológica, la figura de la Santísima Trinidad, que representa tres personas distintas unidas en un mismo propósito y que ya era conocida por aquellos nativos como guía y orientación religiosa.
Esta creencia de los tres personajes existe en otros lugares. Veamos:

En eL SAGRADO AUM del Budismo, la sílaba AUM, parece no poder traducirse más que en maya. En este idioma (y sólo en este) cada letra tiene un significado coherente con las demás; A = masculino (Padre), U = femenino (Madre), M = el engendrado (hijo).
 
La Trinidad también es representada en otros pueblos de la Tierra con el símbolo del triángulo equilátero (presente, en muchos templos pre-americanos).
En la India, el Sri Santara o Gran AUM, se representa con un triángulo equilátero.
El libro hindú Niroukta afirma que: "Hay tres personas distintas y un solo Dios verdadero.”

Entre tanta evidencia, es una afirmación temeraria producto de la ignorancia, la oscuridad, y tinieblas en la cual vivimos, limitarse a criticar y negar todo, tomando solo como referencia el estudio del ADN. Además de las numerosas pruebas arqueológicas y relatos del libro de mormón, existen otros relatos que coinciden con investigaciones recientes, como por ejemplo, con la gran destrucción ocurrida al norte de México en Yucatán, presuntamente debido al impacto de un meteorito, o a grandes terremotos que originaron explosiones volcánicas.
En recientes estudios, ya algunos científicos y biólogos de la Iglesia de Jesucristo, se han pronunciado sobre los resultados de los ADN, estableciendo la dificultad para llegar a resultados concluyentes debido a la larga data en el estudio del ADN.

CONCLUSIÓN.
Así como existen palabras que señalan una interconexión entre las civilizaciones americanas, antecesores de los actuales nativos americanos, los resultados de los estudios de ADN no se pueden aceptar como una muestra de la verdad absoluta. Los razonamientos que usan el ADN contra el Libro de Mormón se centran en el hecho de que la ADN de los indios americanos es más parecida a la ADN asiática, y no a la ADN del "Oriente Medio" o al ADN "judío".

En mi opinión, se debe considerar:

Lehi y su familia claramente no eran judíos. Pertenecían a la tribu de Manasés (Alma 10:3, 1 Nefi 5:14), y se casaron con personas de la familia de Ismael, de la tribu de Efraín. Estas tribus fueron capturadas y llevadas por los Asirios, y por ello no se mezclaron mucho en el Oriente Medio, donde Vivian cautivos. Recordar que los hebreos por mandamiento, evitaban casarse con otros pueblos porque estos negaban a DIOS e idolatraban otros Dioses.
El Oriente Medio está situado en la encrucijada de tres continentes. La inmigración, cruces y casamientos inter-raciales debieron ser muy comunes debido al gran comercio, trafico de caravanas y barcos en esa región. Es muy poco confiable debido al largo tiempo transcurrido, utilizar el ADN medio-oriental moderno, para estimar como era el ADN de Manasés y de Efraín hace 2600 años. Ya existen algunos pronunciamientos de científicos que explican como con el transcurso de los siglos, si pueden verse afectados los estudios sobre los ADN. Las mutaciones y translocaciones genéticas son una realidad, pero curiosamente el pueblo hebreo miles de años atrás, mantenía la herencia hebrea a través de la madre y no del padre. Hoy día eso está comprobado científicamente, que los genes mitocondriales originarios, solo en la madre se transmiten intactos a la descendencia.
Las películas en el cine y la TV, muestran resultados sobre el ADN, sobre hechos muy recientes y ello genera y cultiva una matriz de opinión que considero equivocada e interesada para generar las diferentes tramas en las películas.
Aproximadamente noventa por ciento de la población de indios americanos murió después del contacto inicial con los europeos; la mayor parte de esto era debido a la transmisión de enfermedades infecciosas, que trajeron los conquistadores contra la cual no tenían defensa. Por lo tanto la presencia de genes diferentes, pudieron proporcionar resistencias diferentes para generar defensas en el tiempo contra esa contaminación humana.
La destrucción de la vida en las Américas fue descomunal. Desaparecieron los Jareditas, los Amulekitas, los Nefitas y el 90% de la población lamanita durante la conquista de los españoles. Puede ser que tamaña destrucción, haya de alguna manera alterado la composición genética original traída por los Jareditas, amulekitas y la familia de Lehí. No descarto que los lamanitas se hayan cruzado o mezclado con otros pueblos antes de la llegada de los españoles, que probablemente existían en las Américas y no forman parte del relato del libro de Mormón. Son más de 44.000.000 km2 y el libro se refiere solo a una muy pequeña parte del continente que no llega al 1%.

Me pregunto: ¿Porque solo se mantuvieron los rasgos genéticos del asiático, entre los nativos americanos?

Sin duda demuestra que hubo un contacto asiático importante que se desarrolló y logró sobrevivir entre una parte de los que habían llegado a las América y que probablemente se mezclaron con los jareditas y los lamanitas. Así está reflejado en la historia de los Toltecas, Mayas y aztecas en México, que decían provenir de la Gran Tartaria hoy Siberia, Turquestán, Mongolia, el Tíbet etc. (Al final agrego correo de investigador mexicano Dr. Enrique Ruiz Tayabas, que confirma esto en sus estudios).
Lo primero que pienso es que el Libro de Mormón sin tener ninguna información sobre lo que hoy se conoce como el ADN, señala que la civilización Jaredita, que llegó a las Américas 2.000 a.C., desapareció aunque parezca imposible completamente en guerras entre ellos. Por lo tanto se presume que no hubo descendencia, al estar todos concentrados en un solo lugar. Otros investigadores señalan el posible origen asiático de este pueblo.
Luego señala que lo mismo sucedió con la civilización Nefita, que llegó 600 AC. Solo quedaron los Lamanitas, también descendientes de Lehi que habían sufrido cambios físicos y biológicos producto del tipo de vida nómada y de permanente contención y espíritu guerrerista que habían seguido. Esto está más que demostrado con las ruinas mayas y aztecas abandonadas o habitadas parcialmente por los nativos, cuyas construcciones, orden social, economía y conocimiento de las estrellas asombraron a los conquistadores, que pese a esa cultura e historia que no podían explicar y que sin embargo, decidieron llamar SALVAJES.
Solo existen, de manera importante pirámides en el medio oriente y en las Américas que indican una conexión con Egipto donde estuvieron los hebreos esclavos por siglos.
De reciente descubrimiento arqueológico son las ruinas del MIRADOR en Guatemala, que afirman una vez más ahora con mayor énfasis, la influencia hebrea-egipcia en esa civilización que construyó esas inmensas ciudades sumergidas en la tierra y la selva, luego del gran cataclismo que afectó seriamente ese lugar en lo que hoy se conoce como Centro América.
Se afirma que cada miles de años, los genes sufren mutaciones o alteraciones para adecuarse al medio. Esos grupos humanos pasaron del desierto seco y árido, a las pampas húmedas, de las bajas planicies y montes a las altas montañas, de un tipo de alimentación a la abundancia de otros tipos de nutrientes en las tierras y selvas tropicales Además contrajeron nuevas enfermedades y se tuvieron que adaptar a condiciones climáticas muy diferentes.
La matanza de mujeres y niños entre aquellos pobladores de las Américas, entre si, era una práctica, para evitar que siendo enemigos se multiplicaran. Ante la realidad de ser sometidos, torturados y sacrificados, los hombres acudían a los combates con sus familias completas. Son los genes mitocondriales los que se pueden transmitir manteniendo en el tiempo la información genética originaria, pese a los cambios o mutaciones que puedan haber ocurrido. Esta posibilidad del estudio de los ADN mitocondriales, se vería muy reducida por lo señalado anteriormente, dado que las muestras son tomadas solo sobre una pequeña parte de los habitantes que lograron sobrevivir a la barbarie, a las condiciones ambientales y continuas peleas que reducían su tiempo de vida. Se estima que su promedio de vida podría oscilar entre 35 y 40 años.
Sin duda en el pueblo Jaredita existían miles de hombres, mujeres y de niños para el momento de las grandes batallas que existieron entre ese pueblo que los llevó a su supuesta desaparición. Recordar que en el libro de Eter, se menciona que los hombres eran llamados a la gran batalla y acudieron recogidos desde muchas partes de la tierra, con sus familias a quienes también armaron para la lucha, señalando las escrituras que todos murieron. Se señala la muerte de 2 millones de seres incluidos las esposas y los hijos.
Solo sobrevivió el último Rey de los Jareditas llamado Corianthumr, que fue descubierto por el año 265 a.C. en la ciudad Nefita de Zarahemla por los Mulekitas que si eran de origen Judío y que habían salido huyendo de Jerusalén después de la salida de Lehí, luego de la muerte del rey Sequias, padre de Mulek. Este al parecer único sobreviviente de los Jareditas que llegaron de Babel a las Américas, estuvo viviendo un tiempo entre los nefitas.
La población Mulekita que arribó a las Américas, si era judía, pero fue escaza.

En lo personal considero cierto que otros grupos humanos llegaran a las Américas por el estrecho de Bering y por el mar, moviéndose gradualmente hacia el sur, en la búsqueda de mejor clima y alimentos, mezclándose con la gente nativa. También lo hicieron los Jareditas, los mulekitas y los Lehitas que llegaron por el mar a las costas de América luego de navegar durante meses. El Libro de Mormón no niega esa posibilidad de otros habitantes en las Américas.
Copio el correo que recibí del importante investigador mexicano Ruiz Tayabas sobre el tema “Nuestros verdaderos orígenes”, que tiene más de 30 años estudiando el tema: 
Estimado Sr. Felix Jelinek, tenemos aproximadamente 34 años de investigar el origen de nuestros antepasados y 23 o más años de investigación en el campo con credenciales autorizadas por el INAH y por la Asociación de Investigadores de Antropología, Historia y Paleontología de la Comarca Lagunera, A.C. con sede en Torreón, Coah., y en trabajos presentados en algunas instituciones y en el Simposium sobre el Origen Temprano del Hombre Americano, 2004 y dejamos asentado que nuestros antepasados dejaron gravado a lo largo de todo el continente en petroglifos y pinturas rupestres, así como en sus vestigios arqueológicos, claras señales de escritura semito-camita (como yo la he llamado) descubierta por mi y cotejada con escrituras muy antiguas, lo cual publicamos en mi libro "Nuestros Verdaderos Orígenes" y con antecedentes publicados en el  Periódico El Siglo de Torreón, desde 1972. La razón por la cual hay semejanzas con los asiáticos es debido a que históricamente los antiguos mexicanos decían proceder de La Gran Tartaria, la cual abarca desde el Rio Gnieper, Alemania,  hasta China y Japón. Encontramos caracteres tártaros (ojos rasgados y más) en los dibujos de los ladrillos de Comalcalco, Tab., junto con caracteres físicos de hombres blancos y negros. En múltiples trabajos hemos dejado asentado nuestro origen mesopotámico, procedentes de Akkad (primer país del que tenemos noticia en la Mesopotamia) y trajeron dos tipos de escritura, una de origen Babilónico mas o menos hacia el año 2500 a.C. en la época de la construcción de la Gran Torre de Babel y otra hacia el año 586 a.C. procedente también de la Mesopotamia y que comprueba claramente su procedencia, tipo de gobierno, religión, costumbres, etc. etc.  Con gusto dejo a Ud. esta información para Ud y todos los que la lean: pero advierto seriamente que no puedo sostener polémicas por escrito, sino que para eso me atengo a los Simposiums y Congresos sobre Historia, Antropología y Arqueología, porque hacerlo por escrito, sería imposible. Atte. Dr. Ruiz Tayabas (P.D. te recomiendo visites WWW.Naya.Org.Ar. y busques mi nombre en autores). Saludos afectuosos.  
Regresando a los críticos del Libro de Mormón, de José Smith y los profetas modernos, me parece que sus argumentos son INJUSTOS Y PARCIALIZADOS.
Es interesante que muchos críticos que usan EL ADN como su argumento para desacreditar al Libro de Mormón y la Iglesia De Jesucristo, también siendo religiosos, prediquen principios que parecen contradecir los estudios científicos como por ejemplo:

La tierra apenas tiene solamente unos 6.000 años de edad.
Adán y Eva eran los padres de toda la humanidad solamente 4.000 años antes de Cristo.
Una inundación mundial en la época de Noé exterminó toda la vida animal con excepción de la vida en la arca, hace aproximadamente 5.000 años.

En cuanto a la edad de la tierra la fijan entre 4.500 y 5.000 millones de años. La edad del hombre en la tierra, la fijan en 200.000 años. Luego en 150.000, luego muchos estuvieron de acuerdo en 100.000 años. La última fecha acordada la han fijado recientemente en 59.000 años. También se ha establecido ahora que el carbono 14 no es confiable. Aun no existe acuerdo entre los científicos sobre este tema.
El hombre como es natural sigue realizando sus cálculos en base a la manera como calcula su tiempo de vida. Pero la realidad es que existe el tiempo de DIOS en su mundo o morada y que la tierra fue, apartada, creada y organizada utilizando las leyes naturales y el debido proceso evolutivo transformador de la materia, para obtener el conocimiento, la experiencia y los resultados.


FINALMENTE:

"'El Libro de Mormón”: Es otro Testamento de Jesucristo. Es exactamente lo que demanda ser: un relato escrito por profetas, sobre la civilización que creció en el continente americano y la predicación del Evangelio en las Américas tal y como sucedió con la Biblia en el viejo mundo. Se convierte así, en un segundo testigo de la divinidad del señor Jesucristo. De no ser así Dios y Jesucristo hubieran sido injustos al llevar solo su palabra y evangelio a una parte del mundo, dejando de lado u olvidando al resto de la población que existía en el continente americano con más de 42 millones de km2 de superficie y una población de millones de seres, también hijos de DIOS. Se estima que más de 60 millones de nativos murieron durante la conquista europea.
Para conocer la veracidad del Libro de Mormón, este es el único sobre la tierra, que tiene una promesa espiritual para afirmarlo. Dice así:
MORONI 10:4,5. Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a DIOS el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosa; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo Fe en CRISTO, él os manifestara la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo. Y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas.
Por lo tanto "Un testimonio espiritual es el único camino para conocer la veracidad del Libro de Mormón y el origen de la civilización con raíces hebreas. Aunque los estudios del ADN no hayan arrojado vínculos genéticos entre los nativos americanos y los hebreos, estos estudios no, invalidan el Libro de Mormón. De una cosa si podemos estar seguros los nativos americanos y las demás razas humanas, provienen de los hijos de NOÉ.
Nuestras creencias no son basadas en investigaciones científicas, son basadas en el conocimiento espiritual que recibimos mediante la revelación y la fe que nutrimos con la palabra de DIOS. El evangelio es el verdadero Pan de Vida y debemos compartirlo invitando a otros a participar. En lo personal he logrado un testimonio espiritual y científico.
Anexo: INTERESANTE TRABAJO DE INVESTIGACIÓN POR EL Dr. Enrique Ruiz Tayabas.
Establece en su informe, que el hombre americano no es, como se creía, descendiente del hombre asiático, sino que tiene un origen Semita.
Esta teoría es el resultado de poco más de 23 años de estudios de campo de Ruiz Tayabas, en los que ha encontrado cientos y cientos de petroglifos con inscripciones de origen semito-camita. Esto es un pueblo cuyas lenguas existían en el sur de Asia y el oriente medio, que se fueron mezclando, una vez que emigraron hacia el norte de áfrica, partiendo de la ciudad de Akkad cercana al lugar donde se construía la torre de Babel. Luego de cotejar las inscripciones talladas en las piedras localizadas en los alrededores de la región, el doctor se encontró con sorprendentes similitudes con escrituras muy antiguas de las primeras culturas sobre la Tierra y de los mayas
El doctor se refiere a los petroglifos esparcidos por la carretera de Torreón a Saltillo, en México, incluyendo los cerros El Sol y San Rafael (éste último mejor conocido como Tierra Santa).
Luego de capturarlas en filminas y fotografías, Ruiz Tayabas se dedicó a estudiar libros y más libros, especialmente aquellos donde se hablara de las antiguas culturas como la de Mesopotamia y Babilonia.
Los petroglifos muestran claramente símbolos semito-camita, es decir, de la escritura madre de todas las escrituras, porque en los caracteres que ha estudiado encontró que poseen grafías de todas las escrituras: egipcia, china, fenicia y demás.
La investigación le permitió trazar un mapa sobre la posible ruta que siguieron los hombres que pisaron por primera vez tierra americana proveniente, según sus conclusiones, de Akkad en Mesopotamia, lo que hoy se conoce como Iraq.
Tayabas calculó la llegada de estos hombres a suelo americano hacia el año 2500-2300 a. C., mucho antes de lo que cualquier otro estudio ha determinado, porque la creación de Akkad se remonta a esos tiempos, cuando el Rey Sargón I tomó tierra y ladrillos de la Torre de Babel de la que se habla en la Biblia.
Forzosamente el estudio lo llevó a la religión, porque asociando fechas encontró la historia de la Torre de Babel. Considero que era muy probable que cuando surgió la confusión de la lengua y se regaron los hombres por toda la faz de la tierra, uno de esos grupos emigrara para nuestro Continente.
Ruiz Tayabas asegura que este grupo atravesó el Mar Mediterráneo, ya que dejó rastro de su paso con petroglifos y pinturas rupestres; siguió las corrientes marítimas de las Canarias hasta llegar al Golfo de México, desembarcando en Panohtla, hoy Pánuco, Veracruz.
Desde ahí se dispersó hacia la Huasteca Tamaulipeca, luego a Nuevo León y se estableció en Coahuila, de donde posteriormente se distribuyó a lo largo y ancho de todo el Continente Americano. Hay pruebas contundentes desde Alaska hasta la Patagonia, quien quiera comprobarlo ahí están los petroglifos.
El doctor afirma que Coahuila es el punto donde se situaba Aztlán, localización que se ha estudiado a través del tiempo a partir de la premisa de algunos códices que apuntan que este pueblo provenía del norte. De hecho, también ha encontrado evidencias en los petroglifos que le llevan a concluir tal afirmación.
Además, Ruiz Tayabas concluye que ni Cristóbal Colón, ni los celtas, ni los vikingos, ni ningún otro pueblo fueron los primeros en descubrir América. Para él, hay mucho más detrás de la historia que se ha narrado a través del tiempo. Y esa verdad está escrita en los mensajes sobre piedra que dejaron nuestros ancestros, en espera de que más especialistas la descifren.

19 julio 2011

Domingo Juarros y los Israelitas en América

"Luis" (no especificó apellido ni nacionalidad; pronto actualizaremos dicha información) nos envió a través de mail la siguiente información que él mismo descubrió acerca de estudios realizados por Melvin Tumin y Jhon Gillin respecto de la conexión existente entre el pueblo de Israel y los antiguos habitantes americanos. Especificamente menciona las palabras del investigador Domingo de Juarros en su libro "Compendio de la historia de la ciudad de Guatemala". Cito:
"Consta por los manuscritos de D. Juan Torres hijo, y de Juan Macario nieto del rey Chignaviucelut, y de D. Francisco Gómez, primer Ahzib Kiché, que los citados tultecas eran de la casa de Israel, y que el gran profeta Moisés los sacó del cautiverio en que los tenía el faraón, y que habiendo pasado el mar rojo se dieron a la idolatría y que persistiendo en ella, no obstante las amonestaciones del celoso Moisés; o fuese por no sufrir las represiones de este legislador o por temor de que los castigase, se apartaron de él y de sus hermanos y se trasladaron de otra parte del mar a un lugar que llamaron siete cuevas, es decir de las riberas del mar bermejo a lo que ahora es parte del Reino mexicano, donde fundaron la célebre ciudad de Tula."
Sin duda, vestigios de uno de los orígenes del poblamiento temprano de América, leyendas que se pasaron de padres a hijos a través de las generaciones y que recién hoy están a nuestro alcance para afirmar una verdad que ya conocemos.

24 abril 2011

Evidencias circunstanciales del Libro de Mormón


 Traducción: Marco Royo.
Autorizado por Jeff Lindsay  de su sitio personal http://www.jefflindsay.com/.

El presente artículo, ha sido traducido de http://www.jefflindsay.com/bme12.shtml. para los lectores de habla hispana.

The Prophetic Book of Mormon: New Approaches to Book of Mormon Study, Hugh Nibley, realiza una excelente observación acerca de las evidencias indirectas y circunstanciales que sostienen la autenticidad del Libro de Mormón (p. 71):

Evidencia circunstancial. Totalmente aparte de los contenidos del Libro de Mormón y de las evidencias externas que pudieran apoyarlo, existen ciertas circunstancias referentes a su producción que no se pueden explicar sobre otras bases que las dadas por José Smith. Se pueden enumerar brevemente:
  1. Existe el testimonio de los testigos.
  2. La juventud y la inexperiencia de José Smith en el momento en que tomó plena responsabilidad de la publicación del libro - prueba (a) que no pudo haberlo producido por si mismo y (b) que no estaba actuando para alguien más, pues su conducta mostró siempre una sorprendente independencia.
  3. La ausencia de notas y fuentes.
  4. El corto tiempo de producción.
  5. El hecho de que sólo exista una única versión del libro publicado (con cambios menores en cada edición). Esto es lo más significativo. Ahora se sabe que el Corán, el único libro que reclama igual grado de certeza e inspiración divinas, se reeditó al menos tres veces en vida de Mahoma. Lo que nos conduce a:
  6. La posición indubitable e inmutable de José Smith referente a sus revelaciones, posición que sorprendía a Eduard Meyer más que otra cosa [1]. Desde el momento en que salió a la luz el Libro de Mormón, José Smith nunca dejó de llevarlo al extranjero, y nunca cambió su actitud hacia ello. ¿Qué escritor creativo no se avergonzaría de la producción de tal juventud e inexperiencia después de veinte años? ¿Qué impostor no estaría despierto noches seguidas preocupándose de los deslices y errores de este producto masivo y pretencioso de su indiscreción y picardía juveniles? Pero puesto que el profeta recibía revelaciones de continuo, nada habría sido más fácil, tenido la menor sombra de duda que publicar una edición nueva, revisada, y mejorada, o renombrar totalmente el libro, limitar su circulación, decir que consistía de misterios sólo al alcance de los no iniciados, decir que sólo se debiera interpretar en un sentido "religioso", o sustituida por algo más. Los Santos que creían al Profeta, eran los únicos que tomaban el libro seriamente de alguna manera.
  7. Nunca ha habido un hálito de misterio alrededor del Libro de Mormón; no ha habido secretismo relacionado en el tiempo se su publicación o en la actualidad; existe una completa falta de sofistería o política en los análisis del Libro de Mormón; no juega ningún papel en la historia de la Iglesia como títere; nunca hay disputa sobre su naturaleza o contenidos entre los líderes de la Iglesia; nunca hay manipulaciones, explicaciónes o compromisos. El libro ha disfrutado de ventas ilimitadas en todas las épocas.
  8. Por último, aunque el éxito del libro no es prueba de su divinidad, el tipo de persona que lo ha pedido leer - sincero, sencillo, directo, sumamente equilibrado, y nada místico - es evidencia circunstantial de su honradez. Tiene unos seguidores muy vigorosos.
Fuentes:

1. Eduard Meyer, Ursprung und Geschichte der Mormonen (Halle: Niemeyer, 1912), 59-83, esp. 72, 80-83; publicado también como The Origin and History of the Mormons, tr. H. Rahde and E. Seaich (Salt Lake City: University of Utah Press, 1961), 37-56.

De estos puntos, destaquemos el primero, la existencia de testigos. Si el Libro de Mormón fuese un fraude, seguro que José Smith lo hubiera mantenido en secreto. Pero reunió en torno a él a múltiples personas que vieron, hojearon las planchas y permanecieron leales a ese testimonio hasta el fin de sus vidas, aunque muchos de ellos fueron infelices con José Smith a causa de que sufrieron gran persecución por su testimonio. Ni ganaron dinero, ni consiguieron poder pero a pesar de ello nunca negaron su testimonio. Consideremos a Martin Harris, descrito como honrado y respetable incluso por los antimormones que lo conocieron. Fue hombre de probada integridad en su comunidad, un hombre respetado y exitoso que sacrificó mucho para ayudar a avanzar el Libro de Mormón. Pero estaría más tarde en desacuerdo con las normas de la Iglesia y se le excomulgó en 1837. A pesar de eso expresó repetidamente su testimonio del Libro de Mormón, que había visto un ángel, había tocado y hojeado las planchas y sabía que era divino. Su testimonio se ratificó incluso en su lecho de muerte.

Los tres testigos vieron un ángel y las planchas, otros ocho las hojearon y dieron testimonio formal de ello y otro puñado, incluida Emma, la esposa de José, fueron testigos de la realidad física de las planchas de oro y de la divinidad del Libro de Mormón. Ninguno de los testigos negó la autenticidad y la divinidad de ese libro. ¿Qué embaucador tan loco permitiría que otros supieran de su fraude, que pudiera tener cómplices para sacrificar a todos y que mantengan repitiendo la mentira - incluso después de haberse indispuesto y amargado con la fuente de la mentira? ¿Qué estafador se permitiría el lujo de obligar a sus camaradas conspiradores, cuando al final todos tendrían que admitir que todo el mundo sospechaba que era fraude y brindar una suave venganza para los que fueron arrastrados a ellos?

Sencillamente no tiene sentido que el Libro de Mormón fuera un fraude. Deténganse en pequeñeces del idioma de la versión del rey Jacobo I u otros detalles, pero cómo se puede explicar convincentemente el elemento más básico aquí descrito: la realidad y la divinidad de un antiguo registro tiene múltiples testigos fidedignos que insistieron que el Libro de Mormón era verdadero hasta el final de sus vidas. ¿Cómo se puede ignorar tal testimonio?

Los testigos no eran granujas de mala reputación en sus comunidades, sino que eran personas respetadas que arriesgaron y perdieron mucho por su apoyo al Libro de Mormón. Consideren el testimonio de muchas personas no mormonas referentes a Martin Harris, como lo documentó Milton V. Backman, Jr., en Eyewitness Accounts of the Restoration (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1983), pag. 144 - 145:

Después de convertirnos en amigos cercanos o conocidos de varios testigos del Libro de Mormón, muchas personas no mormonas también declararon que los testigos que conocían, eran hombres de integridad. Ningún individuo que tuviera sólo un leve trato con esos hombres escribió que fueran deshonestos, de sinceridad fingida o jueces incompetentes de los sucesos. En vez de denunciar su carácter, muchos críticos de la Iglesia que conocieron a los testigos, declararon que eran individuos dignos de confianza. En 1830, por ejemplo, Martin Harris viajó a Geneva, New York, en un intento de asegurar un préstamo de 13.000 dólares de Charles Butler, financiero y filántropo que fundó la Union Theological Seminary. Butler escribió que Harris le trajo una carta de presentación de Mr. Jessup (probablemente Henry Jessup), prominente líder de la Iglesia Presbiteriana. Butler dependia de las recomendaciones de Jessup respecto del carácter y estado financiero de quienes buscaban préstamos en el área de Palmyra. Según Butler, Jessup presentó a Martin Harris como un "granjero muy digno e importante, que poseía una granja muy excelente que tenía una seguridad muy amplia para la suma de dinero que deseaba obtener." Aunque a Butler le impresionó favorablemente las credenciales de Harris, el financiero decidió no concederle el préstamo cuando se enteró que el dinero se destinaría para la publicación de la "Biblia Mormona. " [1]

Además de Henry Jessup, otros que vivían en Palmyra juzgaban que Martin Harris era honrado y responsable. En 1829, el Palmyra Freeman informaba que uno de los pocos individuos que creían en la historia de la "Biblia Dorada" era Martin Harris, "granjero honrado e industrioso" de Palmyra. [2] Mientras viajaba por el oeste de New York en 1831, James Gordon Bennett, periodista del New York Courier and Enquirer supo de los que le entrevistaron que Martin Harris tenía reputación de ser "granjero respetable . . . muy trabajador . . . importante" y se le conocía por su "sobriedad." [3] Cuando Martin Harris dejó Palmyra para reunirse con los Santos de los Últimos Días en Ohio, el Wayne Sentinel informó que Harris fue uno de los primeros colonizadores de ese pueblo y "siempre ha ostentado el carácter de ciudadano honorable y honrado". [4] Y después de publicar el testimonio de los tres testigos en su historia del mormonismo, Pomeroy Tucker escribió: "Cómo reconciliar el hecho de que Harris firmó su nombre a tal afirmación, en vista del carácter de honestidad que siempre se le ha concedido, es algo que no se puede explicar fácilmente." [5]

Fuentes citadas por Backman:
  1. Parte del escrito a máquina se encuentra en la Charles Butler Collection, Library of Congress.
  2. "Golden Bible," Rochester Advertiser and Telegraph, August 31, 1829, reimpresión de un artículo publicado en el Palmyra Freeman.
  3. Leonard J. Arrington, "James Gordon Bennett's 1831 Report on 'The Mormonites," BYU Studies 10 (Spring 1970):355, 358 y Hillsborough Gazette (Ohio), October, 29, 1831.
  4. Wayne Sentinel, May 27, 1831.
  5. Tucker, Origin, Rise and Progress of Mormonism, pp. 69-71. Para más referencias de que Harris era "considerado un ciudadano honrado, industrioso por sus convecinos" véase E. D. Howe, Mormonism Unvailed, p. 13 y Palmyra Courier, May 24, 1872.
Richard Lloyd Anderson en Investigating the Book of Mormon Witnesses (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1981, pp. 101-103) también analiza el testimonio de no mormones respecto a Martin Harris:

El homenaje más inusual a este testigo del Libro de Mormón viene de un obituario escrito treinta y cuatro años antes de su muerte. Probablemente a causa de actividades de otro Harris, el informe se esparció por todos los periódicos de Estados Unidos en 1841, diciendo que Martin Harris había sido asesinado en Illinois por hablar contra el mormonismo. Esto lo corrigió enseguida el Painesville Telegraph, que reportaba desde la residencia de Harris en Ohio que aún estaba vivo para leer "lo que se decía de él después de muerto." Mientras tanto Alvah Strong en Rochester se había basado en la historia de circulación nacional del asesino y había escrito una detallada estimación de su conocimiento cercano. Strong, distinguido editor y líder de la comunidad respetado en Rochester, había trabajado antes como joven impresor en Palmyra inmediatamente después de la publicación del Libro de Mormón y durante el apogeo de la prédica pública de Martin Harris en esa comunidad. Basándose en esto y otro conocimiento personal, resumió la admiración por este testigo y el prejuicio contra su testimonio que caracterizaba a la comunidad que lo conocía:
"Hemos recordado al Señor Harris como un hombre honrado. Nos familiarizamos con él en Palmyra, en la primavera de 1828, poco después de que se encontraran las planchas de las que se dijo que se habían traducido el Libro de Mormón. . . . Aunque iletrado y de actitud supersticiosa, había mantenido largamente un carácter irreprochable de probidad. . . . Sus vecinos y conciudadanos con los que trabajó incesantemente y con gran seriedad, lo recordaban más como un ser crédulo que deseoso de engañar a otros conscientemente; pero aún se le expuso a muchas mofas e increpaciones, las cuales soportó con la mansedumbre que la convertiría en mejor causa." [Rochester Daily Democrat, June 23, 1841.]
Su éxodo de Palmyra ocasionó un conmovedor homenaje delante del público por E. B. Grandin, editor del Wayne Sentinel en los años cruciales entre 1827 y 1832 e impresor del Libro de Mormón. Grandin quizá conocía a Harris más íntimamente que cualquier otro no mormón. El diario de Grandin revela a Harris como un hombre meditabundo y religiosamente independiente. Este editor pintó la despedida de Martin Harris para Ohio con otros Santos de los Últimos Días en 1831. Es impresionante que la aprobación directa de honradez del financiero del Libro de Mormón provenga del hombre con quien tuvo continuas relaciones de negocios. Martin Harris aprobó esta prueba práctica con distinción:
"El Señor Harris se encuentra entre los primeros habitantes de esta ciudad, y ha portado siempre el carácter de hombre honrado y honesto y un vecino dispuesto y benevolente. Ha obtenido una fortuna respetable con trabajo honrado y ha dejado un gran círculo de allegados y amigos." [Wayne Sentinel, May 27, 1831.]
Orasmus Turner, quien había sido aprendiz de impresor en Palmyra, escribió negativamente del Mormonismo en 1852, pintando a Harris como un fanático que, sin embargo, era "el propietario de una buena granja y un ciudadano digno y honrado" (O. Turner, History of the Pioneer Settlement of Phelps and Gorham's Purchase (Rochester, 1852), p. 215, citado por R.L. Anderson, "Martin Harris: The Honorable New York Farmer," Improvement Era, Vol. 72, No. 2 (Feb. 1969), pp. 18-21).

Testimonios parecidos de personas de fuera de la Iglesia se ofrecieron para el carácter de Oliver Cowdery y de David Whitmer (cita de Backman, pp. 146-148):

Después de dejar la Iglesia en 1838, Oliver Cowdery establecíó cálidas amistades con un número de no miembros. Samuel Murdock, abogado que llegó a ser "íntimo allegado" de Cowdery mientras residía en Kirtland, escribió que estaba en deuda con él por su "especial bondad" y "las muchas lecciones de instrucción" que recibió de él. Murdock concluyó que Oliver Cowdery era uno de los individuos más "amables, generosos, y de gran corazón" que jamás hubiera conocido. [1] El juez William Lang, socio de bufete de Oliver Cowdery en Tiffin, Ohio, escribió que se le confiaban muchas oportunidades "de estudiar y amar su noble y verídica humanidad." Según Lang, Cowdery era "un abogado capaz y gran defensor. . . . Era modesto y reservado, nunca hablaba mal de nadie, [y] nunca se quejaba." [2] Poco después de que Oliver Cowdery se mudara de Tiffin, el Seneca Advertiser informaba que se había nominado a Cowdery como el candidato demócrata para la cámara de Representantes en Wisconsin. Durante sus siete años de residencia en Tiffin, el artículo proseguía,
"nuestro estimado amigo . . . se ganó una envidiable distinción en este lugar y de su circuito judicial como un abogado sólido y capaz y como un ciudadano altamente estimado. Su honradez, integridad y laboriosidad eran dignos de imitación para todos, mientras que sus incuestionables capacidades reflejaban crédito tanto para si como para la profesión de la que era miembro." [3]
Al enterarse de la muerte de Oliver Cowdery, La Ray County Missouri Bar Association declaró formalmente que "la abogacía había perdido a un miembro cumplidor y la comunidad a un ciudadano digno y valioso." [4] Y el Seneca Advertiser declaró que "se apenaron al conocer . . . de la muerte de . . . (su) muy estimado amigo y ciudadano formal cercano, Oliver Cowdery. . . . Era un hombre de una gran capacidad, y durante su residencia entre nosotros se ha granjeado el cariño de todos los que le conocieron en los tratos de la vida privada y social." [5]

También no miembros de la Iglesia certificaron que John y David Whitmer eran "verídicos, honrados, y ciudadanos respetuosos de la ley." Después de vivir en Richmond, Missouri, durante 43 años, David Whitmer obtuvo las firmas de 22 prominentes ciudadanos de esa ciudad, incluyendo al alcalde, abogados, jueces, banqueros, comerciantes, y funcionarios públicos que verificaron que "lo habían tratado larga e íntimamente" y sabían que "él era un hombre de gran integridad y de indudable verdad y veracidad." [6] Pocos días después de su muerte, el Richmond Democrat publicó un artículo que expresaba aparentemente las opiniones de muchos amigos de David Whitmer respecto de su carácter y su testimonio del Libro de Mormón.

No ha habido hombre aquí que hubiera entre nuestro pueblo más amigos y muy pocos enemigos. Honrado, concienzudo y honesto en todos sus tratos, justo en el juicio de sus semejantes, y abierto, varonil y franco en su trato, hizo amigos duraderos que lo amaron hasta el fin . . .
Los escépticos se podrán burlar y mofar si quieren, pero ningún hombre puede escuchar al señor Whitmer cuando habla de su entrevista con el ángel del Señor, sin ser conavencido a la fuerza de que había oído a un hombre honrado decir lo que honradamente cree que es la verdad. [7]

A causa de que se han preservado más de cien declaraciones personales o descripciones de entrevistas con los tres testigos (y también existe el testimonio adicional de otros ocho testigos), el testimonio de los testigos del Libro de Mormón es el mejor documentado que cualquier otra declaración de revelación directa de la historia del mundo. [8] La sorprendente armonía de informes de diferentes épocas y circunstancias, junto con numerosas referencias en cuanto al carácter que retratan a los testigos como hombres de integridad, es una evidencia concluyente de la veracidad de los testimonios publicados en el Libro de Mormón. Estas numerosas afirmaciones y entrevistas también sirven como evidencia de que pese a la amarga persecución, las pruebas económicas, la crítica pública, y la apostasía de la Iglesia, los once testigos nunca desviaron su convicción de que cuidadosamente examinaron las planchas de metal, y de que el Libro de Mormón fue producto de la traducción de ese registro. Incluso cuando seis de los once rechazaron el liderismo de José Smith a fines de la década de 1830, ninguno de ellos negó su convicción de la autenticidad del Libro de Mormón. Los testimonios publicados de los once testigos nos habilita a comprender mejor el único suceso de la historia eclesiástica de la humanidad y dar sustento al testimonio de José Smith de que once hombres examinaron de hecho el antiguo registro que tradujo "por el don y poder de Dios."

Fuentes citadas por Backman:
  1. Samuel Murdock al Editor de Dubuque Daily Times, April 13, 1893, citado en R. Etzenhouser, From Palmyra, New York, 1830, to Independence, Missouri, 1894 (Independence, Mo.: Ensign Publishing House, 1894), pp. 338-41.
  2. W. Lang, History of Seneca County (Springfield, Ohio: Transcript Printing Co., 1880), pp. 364-65.
  3. The Seneca Advertiser (Tiffin, Ohio), May 5, 1848, p. 2.
  4. Circuit Court Journal, Ray County, Missouri, March 5, 1850. Para más referencias del carácter de Oliver Cowdery y sus actividades después de que dejó la Iglesia, véase Richard L. Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1981), pp. 38-44.
  5. The Seneca Advertiser (Tiffin, Ohio), November 1, 1850, p. 2.
  6. Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses, pp. 72-76, 131-33. La afirmación respecto del carácter de David Whitmer firmada por veintidós prohombres de Richmond, Missouri, se publicó en el Richmond Conservator, March 25, 1881, y en un panfleto escrito por David Whitmer, Address to All Believers in Christ, pp. 9-10. Se conserva una fotocopia del documento en los Archivos de la Iglesia y en Ebbie L. V. Richardson, "David Whitmer: A Witness to the Divine Authenticity of the Book of Mormon" (Master's thesis, Brigham Young University, 1952.) Véase también el Apéndice F de Backman.
  7. Richmond Democrat, January 26, 1888, y reeditado February 2, 1888, en el mismo periódico. Véase también Richmond Conservator, January 26, 1888. El Richmond Conservator informaba que David Whitmer había vivido en Richmond durante 46 años "sin mancha o tacha." Gozaba de la "confianza y la estima de sus vecinos," añadía este informe, y se le consideraba "un buen ciudadano." (Richmond Conservator, August 22, 1881.)
  8. Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses, p. 79.
Poco antes de la muerte de Whitmer, the Chicago Tribune Correspondent publicaba sobre él:
"David Whitmer, el último de los tres que testificaron de la verdad del Libro de Mormón, se encuentra moribundo en su casa de Richmond. Anoche llamó a su familia y a sus amigos a la cabecera de su cama, y compartió el testimonio de la verdad del Libro de Mormón y de la Biblia. (Chicago Tribune Correspondent, 23 January 1888, citado en Lyndon W. Cook, David Whitmer Interviews: A Restoration Witness (Grandin Book Co., 1993), p. 220, y citado en la página de Mike Ash "Book of Mormon Criticisms: David Whitmer.")
Después de su muerte otro periódico, el Richmond Conservator, traía este informe:
"El domingo por la noche antes de su muerte llamó a su familia y a su médico de cabecera el Dr. George W. Buchanan a la cabecera de su cama y dijo, "Doctor, ¿considera que estoy en mis cabales?" a lo que el doctor replicó: "Sí, se encuentra en sus cabales, acabo de tener una conversación con usted." Luego se dirigió a todos los presentes y dijo: "Quiero dar mi último testimonio. Deben ser fieles en Cristo. Quiero decirles que la Biblia y el registro de los nefitas, (El Libro de Mormón) son verdaderos, por lo que pueden decir que me han oído proclamar mi testimonio en el lecho de muerte...."
El lunes por la mañana de nuevo llamó a los que estaban presentes al lado de su cama, y les dijo que había visto otra visión que le reconfirmaba la divinidad del "Libro de Mormón," y dijo que había visto a Cristo en la plenitud de su gloria y majestad, sentado sobre su trono blanco en el cielo, esperando recibir a sus hijos. (Richmond Conservator Report, 26 January 1888, citado n Cook, p. 226, tal como se cita en la página de Mike Ash "Book of Mormon Criticisms: David Whitmer; véase también Andrew Jenson, Latter-day Saint Biographical Encyclopedia: A Compilation of Biographical Sketches of Prominent Men and Women in the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 4 vols, Salt Lake City, p. 269."
Para más detalles impresionantes, por favor véanse las siguientes páginas:

Book of Mormon Witnesses de Richard L. Anderson.

La página de Mike Ash sobre "Los Tres Testigos" y sus refutaciones de ataques de antimormones respecto a Oliver Cowdery, David Whitmer, y Martin Harris.

Comments on the Book of Mormon Witnesses: A Response to Jerald and Sandra Tanner de Matt Roper.

Desafía la lógica que hombres de carácter generalmente elogiados pudiean ser parte de una combinación fraudulenta que no les atraería ninguna ganancia y luego quedarse con esa combinación y salir de ella para refrendar el fraude hasta el fin de sus días, aún después de volverse decepcionado con el organizador a quien se habían opuesto en otras cuestiones. Tendrían todos los motivos para exponer a José Smith como fraude, si su testimonio no fuere verdadero. La fiabilidad y coherencia del testimonio del Libro de Mormón exceden todas las normas legales para un testimonio fidedigno. No se puede ofrecer motivo alguno de sus testimonios en sus vidas que la de su integridad ampliamente reconocida, causándoles mantener su posición a causa de lo que sabían que era cierto, a pesar de todas las dificultades que les ocasionaron.

Muchos anti-mormones han tratado de desacreditar a los testigos, pero sus esfuerzos requieren el abandono de lo que ellos bien conocían: la honestidad y la honradez. Hasta la fecha ningún crítico antimormón ha podido refutar o explicar convincentemente la abrumadora evidencia en derredor del testimonio de los numerosos testigos del Libro de Mormón. De hecho, cuando los antimormones intentan desacreditar a los testigos, casi universalmente alegan que la masiva documentación de Richard L. Anderson y otros serios eruditos sobre este tema no existe. Más que confrontar la erudición existente, tratarán de ridiculizar a los testigos con pocas nociones insidiosas acerca de su baja inteligencia, relaciones familiares (varios de los ocho testigos tenían relaciones mutuas), ilusiones hipnóticas, o de que algunos de ellos dejaron la Iglesia, tratando falsamente sugerir que habían negado su testimonio del Libro de Mormón, etc. Pero el documento es claro: ningún testigo jamás negó su testimonio del Libro de Mormón, y muchos les oyeron repetir su testimonio hasta el fin de sus vidas. 

Sólo se puede concluir lo obvio: esas personas vieron las planchas de oro y supieron sin ninguna duda que procedían de Dios. Si el lector está de acuerdo con algo más de lo que José Smith hizo o dijo, es el momento de reconsiderar la posibilidad de que el Libro de Mormón es un auténtico registro divino con apoyo fidedigno y convincente. Afortunadamente, la verdad sobre los testigos del Libro de Mormón es el convincente relato de hombres de noble integridad y valor que proclamaron el testimonio de algo divino.

30 septiembre 2010

¿Es posible que los israelitas usaran el idioma de los egipcios?

LaCritica 

En 1 Nefi 1:1-4, un judío piadoso que creció en Jerusalén, conservó una crónica sagrada en la lengua egipcia. Pero los judíos eran siempre enemigos jurados de los egipcios y ciertamente no usaban su idioma. El padre de Nefi, que había vivido toda su vida en Jerusalén hasta el tiempo indicado, seguramente sabía que el hebreo era el idioma usado por los judíos para escribir sus crónicas.

La Respuesta:
Los judíos eran enemigos históricos de los egipcios. ¿Cómo podrían ellos usar una escritura egipcia para sus escrituras sagradas?

¿Si aquel argumento fuera válido, entonces por qué los judíos usaban en la epoca de Cristo la Versión de los Sesenta (La Septuaginta), una versión del Antiguo Testamento escrito en la lengua de los griegos, quienes eran enemigos históricos de los judíos?

Los judíos habían sufrido muchos ultrajes terribles por los griegos en los siglos anteriores (ver 1 Macabeos 1:7-64), pero ellos todavía usaban escrituras griegas. De hecho, al menos la parte del Nuevo Testamento fue escrito originalmente en el griego por judíos convertidos.
También debería saber que parte de la Biblia fue escrita en Arameo, la lengua de los babilonios. Los capítulos del 2 al 7 de Daniel y una parte del libro de Esdras (4:8-6:18) en el Antiguo testamento fueron escritos en esta lengua, también llamada Caldea. Es importante recordar que los babilonios eran paganos que conquistaron e insultaron a los israelitas. Ellos eran culpables de muchas atrocidades, pero aún asi, un par de judíos fieles decidieron escribir sus escrituras en aquella lengua. En verdad, ellos escribieron en lengua Aramea usando cartas hebreas - el tipo "de Arameo reformado".Hay también pruebas convincentes de que al menos algunos Evangelios en el Nuevo Testamento fueron al principio escritos en Arameo, que se había hecho en dicho dialecto en Israel en la epoca de Jesús. De hecho, la Biblia registra palabras Arameas pronunciadas de los labios mismos del Hijo de Dios . ¡" Talitha Cumi" registrado en Marcos 5:41 y "Abba" en su oración (¡una oración, no menos!) en Marcos 14:36 ,ambas palabras Arameas.

Del mismo modo, no debería de estar sorprendido encontrar que los programadores de ordenadores chinos y los científicos han estado usando por mucho tiempo escrituras Occidentales debido a las ventajas que esta ofrece, a pesar de la animosidad histórica de China hacia el Oeste. No deberia sorprendernos encontrar a pueblos ingleses y noruegos que usan la escritura romana para todas sus escritos, aun cuando ellos hubieran sido una vez enemigos del Imperio romano y más tarde se hubieran rebelado contra la Iglesia Católica. Los sistemas de escritura tienden a superar la enemistad histórica.


Los hebreos vivieron durante 400 años en Egipto y estuvieron fuertemente
influenciados bajo la cultura egipcia asi como también en su historia posterior. Israel y Egipto no eran enemigos todo el tiempo. Había un comercio extenso y comunicación entre los dos en tiempos pasados, incluso en los días de Lehi. Israel contemplaba en Egipto protección en cierta ocasiones, y cientos años más tarde, encontramos a José y Maria huyendo a Egipto para su seguridad. Una variedad de grupos judíos formaron hasta colonias en Egipto.

La utilización de un sistema de escritura egipcio para sus beneficios particulares es apenas irrazonable.
¿Podrían los hebreos escribir textos sagrados en escrituras egipcias? Si el espacio fuera apremiante, seguramente. De hecho, es posible que las planchas de bronce mencionadas en el Libro de mormón, los especiales escritos grabados que contienen varias escrituras de Antiguo testamento y el registro de familia de al menos algunos descendientes de Jose, fueran comenzadas por el mismo Jose. Habiendo vivido la mayor parte de su vida en Egipto, él puede haber usado una escritura egipcia para sus propias escrituras, y sus descendientes pueden haber mantenido aquella tradición durante su tiempo en Egipto y más adelante.

Ademas es importante recordar
que uno de los mayores aportes de la cultura egipcia es su escritura que se usaban mayormente para inscripciones sagradas.

¿Es posible que los israelitas usaran el idioma de los egipcios?

El argumento de que los israelitas no usarían el idioma de los egipcios es, por cierto, falso. Por el siglo IX al siglo VI a.C., los israelitas usaban los números egipcios intercalados con el texto en hebreo. El Papiro Amherst 63 contiene un texto de los Salmos 20:2-6, escrito en arameo (la lengua de Jesús), utilizando caracteres egipcios. Este texto data originalmente del siglo II a.C., pero desde entonces ha sido extendido al siglo IV d.C.

Más significativo, sin embargo, es un ostracón descubierto en Arad en 1967, datado “hacia el final del siglo VII a.C.”. Este refleja un uso desde poco antes del 600 a.C., la época de Lehi. El texto inscripto en el ostracón está escrito en una combinación de hierático egipcio y caracteres hebreos, pero se puede leer completamente en egipcio. De las diecisiete palabras que aparecen en el texto, diez están escritas en hierático (egipcio) y siete en hebreo. Sin embargo, todas las palabras escritas en hebreo se pueden leer como palabras egipcias, mientras una de ellas, la cual se repite dos veces, tiene el mismo significado tanto en egipcio como en hebreo.

De las diez palabras en escritura hierática, cuatro son números (una en cada línea). (20) Un símbolo, indicando una medida de capacidad, se repite cuatro veces (una vez en cada una de las cuatro líneas), y la restante palabra egipcia tiene lugar dos veces. De este modo, mientras diecisiete palabras aparecen en el ostracón, si se descuenta la repetición de las palabras, solo seis de ellas están escritas en hierático (de las cuales cuatro son números), y seis en hebreo.

Los autores anti-Mormones Ankerberg y Weldon argumentan que:

El Mormonismo nunca ha explicado como los judíos piadosos (sic) del 400 d.C., supuestamente conocían el egipcio, ni tampoco por que habrían escrito sus registros sagrados completamente en la lengua de sus enemigos históricos, paganos e idolatras”.

¿Que probabilidad existe de que los judíos Nefitas supuestamente hubiesen utilizado el idioma egipcio para escribir sus sagradas Escrituras? Su fuerte antipatía a los egipcios y a su cultura hace difícil de aceptarlo. Cuando los judíos modernos copian sus Escrituras, utilizan el hebreo, no el egipcio o el árabe, la lengua de sus enemigos históricos”. “Ninguna lengua tal (como el egipcio reformado) existe, y los egiptólogos afirman esto inequívocamente”. Sin embargo, estos están espectacularmente equivocados, y el “Mormonismo” ha explicado reiteradamente porqué:

La declaración: “Cuando los judíos modernos copian sus Escrituras, utilizan el hebreo, no el egipcio o el árabe, la lengua de sus enemigos históricos”, es una demostración bastante sorprendente de ignorancia. Dado que la lengua egipcia ha estado muerta por siglos, es fuertemente destacable que los judíos modernos no lean La Biblia en egipcio. Por otra parte, “la primera y más importante traducción (del Antiguo Testamento) del hebreo (al árabe), fue hecha por Sa’adya el Ga’on, un judío erudito, que era el jefe de la escuela Rabínica en Sura, Babilonia (muerto en el 942). (George Buttrick, editor, el Diccionario del Interprete de la Biblia, [desde ahora, DIB], 4 volúmenes, y suplemento [Nashville: Abingdon, 1962-1976] 4: 758b). En efecto, los judíos han, de este modo, traducido La Biblia al “árabe, la lengua de sus enemigos históricos”. También, la han traducido a la lengua de sus “históricos enemigos”, los griegos (DIB, 4:750 en la Septuaginta), y los arameos (DIB, 1:185-193; 4:479-50, en los Targums Arameo) ¿Que es el “egipcio reformado”?

Moroni aclara que el “egipcio reformado”, es el nombre que los Nefitas han dado a una escritura basada en caracteres egipcios, y modificada en el transcurso de mil años (ver Mormón 9:32). Por lo tanto, no sorprende que los egipcios o los judíos no tengan ninguna escritura denominada “egipcio reformado”, ya que este era un término Nefita.

Existen, sin embargo, diversas variantes de escrituras egipcias que están “reformadas” o alteradas, conforme a su forma más antigua. Hugh Nibley y otros autores han señalado que el cambio de los jeroglíficos egipcios, al hierático y al demótico, es una buena descripción del “egipcio reformado”. Por el año 600 a.C., el hierático se usaba principalmente para textos religiosos, mientras el demótico se usaba en la vida diaria.

Existió una evolución clara de la escritura egipcia en el mundo Antiguo, y estas escrituras modificadas se empleaban en el tiempo de Lehi. El pueblo del lugar y época de Lehi utilizaba tanto el hebreo como el egipcio, tal como Nefi lo afirmó, (ver 1 Nefi 1:2).

Considerando que Moroni manifiesta que los Nefitas modificaron entonces, aun más las Escrituras, el “egipcio reformado” es una refinada descripción tanto del fenómeno acaecido en el mundo Antiguo, como de lo que Moroni sostiene que sucedió entre los Nefitas.

Fuente

www.mundolds.blogspot.com

22 septiembre 2010

Como enfrentar la arqueología del Libro de Mormón

Autor: Jorge Albarrán Riquelme.


1.Introducción

En general, podría decirse que la mayoría de los miembros de la Iglesia no tiene mucho conocimiento sobre la arqueología del Libro de Mormón, salvo una que otra mención al pasar por alguna publicación SUD, alguna breve referencia en algún manual de la Iglesia o en alguna página web o blog mormón. Por el contrario, existen innumerables páginas web con argumentación arqueológica en contra del Libro de Mormón, escritas en su gran mayoría por apóstatas y grupos religiosos anti mormones. Su intención es producir confusión e intentar destruir los testimonios de los miembros de la Iglesia, especialmente de aquellos más débiles espiritualmente.

Es importante por ello hacer notar el hecho de que una cantidad creciente de evidencias arqueológicas adicionales a favor del Libro de Mormón han ido surgiendo desde finales del siglo pasado y apuntan a reafirmar el hecho de que efectivamente el Libro de Mormón fue escrito por antiguos autores Judíos tal como lo fue la Biblia. Incluso algunas de estas evidencias indican que El Profeta tuvo acceso a información cultural, histórica y religiosa precolombina no disponible en su tiempo sino hasta hoy.
Sin embargo, frente ante cada evidencia que ha ido refutando las críticas y acusaciones, los oponentes a la verdad han ido produciendo nuevas acusaciones falsas en su mayor parte distorsionando los hechos, haciendo acomodaciones o aplicaciones forzadas de ciertos descubrimientos modernos (como por ejemplo el uso del ADN para trazar migraciones poblacionales). Aún más curioso –y penoso- es el hecho de que en su gran mayoría parecen no escuchar sinceramente las refutaciones dadas a sus acusaciones y vuelven a cargar con las mismas preguntas iniciales, cual diálogo de sordos. Este hecho no se debe a que los eruditos SUD hayan callado espantados de vergüenza por el sólo hecho de escuchar tales preguntas sino a que los críticos en su mayoría no se han tomado la molestia de examinar las respuestas seria y honestamente.

Objetivo

¿Cómo podemos estar preparados cuando en algún momento u otro nos veamos enfrentados a estas falsas acusaciones? ¿Cómo enfrentarlas si parecieran crear confusión en nosotros o en alguien que conozcamos y apreciamos?
Es el propósito de esta presentación mostrar ciertos puntos de partida básicos al tomar el tema de la
arqueología del Libro de Mormón. Ello con dos objetivos claramente definidos:

1) que tanto los miembros nuevos de la Iglesia como los más antiguos podamos reconocer claramente las distorsiones en contra del Librode Mormón.
2) de esta manera poder apreciar más profundamente las evidencias arqueológicas a favor de este testamento de Jesucristo.

Sin embargo, cabe advertir que dichas evidencias por sí solas no reemplazan el poder de un testimonio espiritual de la veracidad del Libro de Mormón. Por ello es esencial para nuestra salvación el buscar, obtener y fortalecer un testimonio espiritual de la autenticidad divina del Libro de Mormón y sus enseñanzas. Así, partiendo de esta base espiritual, podemos añadir estas otras evidencias que fortalecen nuestro testimonio intelectual.

3. ¿Qué entendemos por arqueología?

El primer punto de partida es saber qué realmente entendemos por este término. La palabra arqueología está compuesta por dos palabras del griego, “archae” (antiguo) y “logos” (estudio). La arqueología es una ciencia que tiene como fin el estudio de las sociedades antiguas mediante sus restos físicos (como por ejemplo, monumentos, restos óseos, escrituras, jeroglíficos, toponimia o los nombres de los lugares, etc.). En el fondo es una “reconstrucción” de una civilización del pasado. Pero esta “reconstrucción” plantea una serie de desafíos, problemas y limitaciones, los cuales son vitales que conozcamos para evitar falsas expectativas o confundirnos con distorsiones.

4. Las limitaciones de la arqueología.

La primera limitación de la arqueología es que es una ciencia humana, y por basarse en el método científico, está en constante redefinición en base a nuevos descubrimientos. Dicho de otro modo, la historia se está reescribiendo constantemente, y muchos postulados que se creían prácticamente inmutables se eliminan o corrigen continuamente, acomodándose a los nuevos hallazgos. Por lo tanto, nunca llegaremos a tener un cuadro completo y exhaustivo de las civilizaciones pasadas. En otras palabras, una reconstrucción “virtual” total y perfecta es imposible.

Una segunda limitante es la cantidad actual de excavaciones arqueológicas. Por ejemplo, menos de un 10 % de las zonas potencialmente arqueológicas sólo en Centroamérica se han excavado hasta el momento, ya sea por falta de permisos o de fondos para continuar. Entonces, ¿cómo y cuándo se podría llegar algún día a una excavación exhaustiva de todas las áreas potenciales de excavarse? Y aún cuando teóricamente pudiera solucionarse este problema, existe una tercera limitación a considerarse: el hecho que hay civilizaciones que no dejaron registros escritos (esenciales para una “reconstrucción virtual”). O si los dejaron, los hicieron en materiales que se degradaron con el tiempo. Y en el caso que se hayan preservado, fueron destruidos por eventos climáticos, políticos y/o guerras. Incluso en el caso de algunas civilizaciones donde sus registros perduraron, sólo muy escasos fragmentos se salvaron. Un ejemplo de ello fue caso de los códices mayas, quemados a propósito por los conquistadores y sacerdotes españoles. Sólo tres de ellos (de quizás cuantos centenares) escaparon de la hoguera.

¿Quién puede decir cuántas civilizaciones hay cuyos registros desaparecieron para siempre?

¿Cuántas civilizaciones hay cuyos registros aún no se han descubierto? ¿Cuántas civilizaciones hay que ni siquiera sabemos que existieron? De hecho, por ejemplo, jamás habríamos sabido que existieron las civilizaciones Jaredita, Nefita y Lamanita sino por medio de la revelación divina a un profeta, no por la arqueología. Y si hubiesen sido descubiertas por la arqueología podemos conjeturar que tampoco habría servido de mucho ya que nadie podría haber interpretado sus registros (a semejanza de lo que sucede hoy con algunas culturas mesoamericanas, donde los arqueólogos debaten si sus registros representan palabras, sonidos o ideas o si variaban fonéticamente dependiendo de la procedencia cultural de quien las leyera). Por ello, al Profeta José tuvo que entregársele un Urim y Tumím para que pudiera traducir el idioma desconocido para el mundo de las planchas del Libro de Mormón. ¿Cómo lo sabemos? Por revelación. De otro modo, jamás sabríamos del Libro de Mormón.

En conclusión, hay que ser muy cuidadoso al pensar que la ausencia de registros de una civilización sea una prueba de que dicha civilización jamás existió. Tal como lo resumió muy bien un erudito SUD, Michael R. Ash, “¿la ausencia de evidencia es lo mismo que la evidencia de ausencia?”. La respuesta es “definitivamente no” y puede aplicarse perfectamente a las civilizaciones del Libro de Mormón.

5. La arquelogía de la Biblia versus la arqueología del Libro de Mormón.

Los críticos atacan al Libro de Mormón comparándolo con la arqueología bíblica pero olvidan que no
son comparables por 3 razones completamente específicas. Básicamente sostienen que la arqueología bíblica es tan reveladora que irrevocablemente prueba que los eventos descritos en la Biblia ocurrieron.

Desafortunadamente, su misma argumentación es su propio talón de Aquiles, según el hno Ash, porque en su aparente celo religioso, “no hacen la vital diferencia entre prueba, evidencia y testimonio.”

3a. Evidencia versus prueba ¿Cuál es la diferencia?

El primer punto de partida al estudiar la arqueología del Libro de Mormón (y por ende de la Biblia) es establecer muy claramente la diferencia entre prueba y evidencia. Una prueba es una constatación física de algo específico que no deja lugar a dudas sobre su autenticidad. Por ejemplo, uno de los ataques en contra del Libro de Mormón era de que este estaba muy equivocado al mencionar la existencia de caballos en América ya que se consideraba que fueron introducidos por los conquistadores españoles en el nuevo mundo. Pero los hallazgos relativamente recientes de restos óseos de caballos precolombinos son una prueba irrefutable de que sí existieron estos cuadrúpedos en América mucho antes de la llegada de los españoles.

Podemos definir, a su vez, evidencia, como una pista (o conjunto de pistas) que apuntan a confirmar indirectamente un hecho. Por ejemplo, se desconocía la existencia de quiasmos durante la vida de José Smith.

Los quiasmos son combinaciones de ideas repetitivas ingeniosamente dispuestas en la poesía hebrea. Ya que el Profeta José desconocía la existencia de este recurso típicamente hebreo, no deja de sorprender que el Libro de Mormón contenga variados ejemplos de quiasmos, de versículos hasta capítulos enteros. Esta es una evidencia más de que el Libro de Mormón concuerda plenamente con lo que es el tipo de escritura hebrea.

Otra evidencia es la confirmación reciente de diversos hallazgos de planchas de metal en centro y Sudamérica, y que desmienten otras de las acusaciones en contra del Libro de Mormón: que era falso que en la antigüedad se escribieran registros sobre planchas de metal. No prueba que las planchas que José tradujo fueran de metal y arqueológicamente genuinas sino que es una evidencia que apoya indirectamente lo que el Profeta declaró acerca de las planchas del Libro de Mormón, lo cual realza la coherencia y consistencia del testimonio del Profeta.

Sin embargo, es importante recalcar que ni la prueba ni la evidencia reemplaza a un testimonio espiritual de la veracidad del Libro de Mormón.

La arqueología de la Biblia versus la arqueología del Libro de Mormón: Los 3 puntos
Volviendo a la comparación entre la arqueología Bíblica y del Libro de Mormón, mencionaremos los 3 puntos de diferencia para entender más detalladamente las limitaciones de la arqueología Mormona y por ende, de la bíblica.

Punto 1: Los cambios climáticos y la preservación de los registros. A pesar del hecho de que una parte importante de los registros fueron hechos en pergaminos y otros materiales muy frágiles (como los rollos del Mar Muerto, por ejemplo), la gran ventaja de las tierras bíblicas es su clima seco, el cual ha permitido la conservación de registros históricos que de otro modo se habrían destruido fácilmente en un ambiente como el mesoamericano, con una alta humedad y un clima tropical. Salvo algunas alteraciones locales y pasajeras en las tierras bíblicas, no ha habido cataclismos postdiluvianos a gran escala que hayan alterado considerablemente la faz de la tierra.

Sin embargo, sí ha habido importantes fenómenos climáticos en Mesoamérica que han alterado ciertos sectores. Por ejemplo, el mismo Libro de Mormón nos habla de los cambios climáticos ocurridos al tiempo de la venida de Jesucristo al continente americano. En un artículo de la BYU Studies, el erudito SUD Bart Kowallis, sugiere la teoría de una explosión volcánica como la causa física de este fenómeno climático que duró 3 horas, y que ”dejó desfigurada la superficie de toda la tierra” (3º Nefi 8:17). Dicha explosión volcánica pudo haber causado tsunamis, temblores, incendios, y una completa oscuridad. ¿Cuánto puede haberse desfigurado esta zona y cuántos registros pueden haberse destruido en ese lapso?
Todo lo anterior tiende a apoyar el punto de que existen registros que han desaparecido (parcial o completamente) de diversas civilizaciones, incluyendo algunas que pudieron haber sido contemporáneas de los Jareditas, Nefitas, Lamanitas. De hecho, si no fuera por la revelación (y preservación divina), no sabríamos nada de la existencia de dichas culturas del Libro de Mormón, ni de su conexión con eventos bíblicos. Por otro lado, sabemos por medio de la revelación, que aún existen otros registros de más pueblos que serán revelados en su propio tiempo por el Señor.

Punto 2: El alcance de las excavaciones arqueológicas. Hasta ahora, alrededor del 50% de los lugares mencionados en la Biblia han sido arqueológicamente comprobados. Ello ha sido posible gracias a la toponimia, es decir, el estudio etimológico de los nombres propios de un lugar. La ventaja en este sentido es que los nombres de los lugares bíblicos ha cambiado prácticamente muy poco o nada durante el transcurso de los siglos hasta el presente, a pesar de la continua invasión de civilizaciones extranjeras a lo largo de toda su historia.

Sin embargo, en el caso de la arqueología mesoamericana (probablemente conectada con la arqueología del Libro de Mormón), hubo un quiebre dramático en la continuidad cultural con la conquista española. Junto con destruir muchos de sus registros sagrados e históricos, los conquistadores españoles destruyeron las civilizaciones invadidas y bautizaron sus ciudades con nombres de origen español. Así tenemos, por ejemplo, las ciudades de San Lorenzo, La Vista y El Mirador. Pero jamás sabremos cómo se llamaban originalmente ni en su escritura ni en su fonética, lo que es esencial para identificar los lugares históricos de una civilización. De hecho no basta sólo con descubrir artefactos físicos de una civilización si no hay registros escritos (epigráficos) o jeroglíficos (ideográficos) que nos permitan conectarlos con un tiempo y un espacio de una cultura en particular. Además, los expertos aún no han podido descifrar los caracteres ideográficos de varias culturas mesoamericanas y menos aún su fonética ya que para complicar más las cosas aún, según Michael R. Ash, los mismos caracteres ideográficos serían pronunciados en diferente forma dependiendo si el hablante fuera un zapoteca, un mixteca o un nefita. Y aún los expertos debaten si ciertos registros iconográficos en los monumentos de algunas culturas realmente representan nombres de ciudades y no lugares simbólicos o místicos.

Punto 3: Una arqueología muy joven. Otro punto no menor es el desarrollo relativamente reciente de la arqueología mormona, en comparación con la Bíblica, tanto en tiempo como en recursos. Por ello queda aún muchas investigaciones y descubrimientos por realizarse en el futuro.

No ha lugar para comparación.

Por las razones anteriormente expuestas, las acusaciones de los críticos de la arqueología del Libro de Mormón no tienen ningún asidero. Su tesis principal de que la arqueología mormona debe ser tan productiva como la bíblica, y que ya deberían haberse identificado ciudades y artefactos nefitas, por ejemplo, tal como se han identificado lugares bíblicos, es un argumento que contiene una falacia de partida: que ambas arqueologías pueden compararse perfectamente.

Y más aún, su pretensión de que la arqueología prueba que la Biblia es verdadera, es otra falacia que puede volverse en su contra. La arqueología sólo respalda que los lugares mencionados por la Biblia existieron según el tiempo indicado y de acuerdo con la cultura existente. Pero por lo demás, no prueba que los acontecimientos que allí ocurrieron sucedieron efectivamente como la Biblia los registró ni que Jesús fue quien qdeclaró ser. Ello entra en el campo de la fe, no de la arqueología. Tal como se indicó al principio de este artículo, ninguna evidencia arqueológica jamás reemplazará un inconfundible e inequívoco testimonio del Espíritu Santo a nuestros corazones de que los eventos descritos en la Biblia, el Libro de Mormón, la Perla de Gran Precio y Doctrina y Convenios realmente sucedieron tal y cual como se describen.

Las civilizaciones del Libro de Mormón no fueron las únicas en América.

Aunque el Libro de Mormón no las menciona directamente, existen claves de que la colonia nefita, por ejemplo, convivió con otras civilizaciones en la América precolombina. Hay evidencias implícitas de un intercambio cultural y comercial con otros pueblos, que incluso trajeron influencias negativas que obligó a profetas a denunciarlas y llamar al pueblo de Dios al arrepentimiento. A su vez, probablemente la colonia Lehita les predicó el evangelio de Jesucristo, teniendo un resultado favorable. De hecho, una de la teorías indica que este hecho podría explicar el crecimiento exponencial de la civilización nefita y lamanita, evidenciada en las batallas finales del Libro de Mormón, la cual habría sido matemáticamente imposible si la colonia original Lehita se hubiera desarrollado en completa soledad en el continente americano.

Conclusión

Probablemente nunca sepamos exactamente dónde estaban las ciudades del Libro de Mormón ni podamos identificar el templo de Nefi en América ni encontrar espadas nefitas (ni identificar las otras civilizaciones con las cuales convivieron). Tal como lo declaró Kerry Shirts, otro erudito SUD, lo más probable es que ya hayan sido encontradas (en Mesoamérica) pero no disponemos de mayores evidencias que nos permitan conectarlas arqueológica e irrefutablemente con el Libro de Mormón, debido a todas las limitaciones y razones anteriormente expuestas en este artículo.

No debemos olvidar que aunque el Libro de Mormón contiene elementos históricos, no es un registro histórico sino sagrado. Su propósito no es llevar a cabo una detallada compilación histórica de sus civilizaciones sino testificar de Jesucristo y su evangelio.

Sin, embargo, un número creciente de sus afirmaciones históricas, que una vez fueron motivo de burla, han sido paulatinamente confirmadas por evidencias arqueológicas. Y esta tendencia continuará en el futuro.

Pero jamás la arqueología probará que la Biblia ni el Libro de Mormón son verdaderos sino la búsqueda sincera de una confirmación del Espíritu Santo (Moroni 10:3-5).
Espero sinceramente que este breve artículo haya servido de introducción al tema de la arqueología del Libro de Mormón y haya servido al lector para tomar consciencia de las limitaciones de la arqueología, saber cómo enfrentar y reconocer las acusaciones, las distorsiones así como las preguntas sinceras sobre el Libro de Mormón. Y por lo mismo, a manera de una consecuencia natural de lo anterior, maravillarse y regocijarse de la cantidad creciente de las evidencias arqueológicas (y culturales) a favor de este sagrado registro.

Fuentes

  1. Archeological Evidence and the Book of Mormon, Michael R. Ash, (accesada en Julio 2010)
  2. http://www.fairlds.org/Book_of_Mormon/Archaeological_Evidence_and_the_Book_of_Mormon.html
  3. Debating the Foundations of Mormonism: The Book of Mormon and Archeology, John E. Clark, Wade Ardern and Mathew
  4. Roper, (accesada en Julio 2010) http://www.fairlds.org/FAIR_Conferences/2005_Debating_the_Foundations_of_Mormonism.html
  5. A Social History of the Early Nephites, Brant Gardner, (accesada en Julio 2010)
  6. http://www.fairlds.org/FAIR_Conferences/2001_Social_History_of_the_Early_Nephites.html
  7. Instant Expertise on the Book of Mormon Archeology, John L. Sorenson, BYU. (accesada en Julio 2010)
  8. http://byustudies.byu.edu/showtitle.aspx?title=5238
  9. Where the Lehites alone in the Americas? , Michael R. Ash, (accesada en Julio 2010)
  10. http://www.fairlds.org/FAIR_Brochures/Were_the_Lehites_Alone.pdf
  11. The Backyard Professor (Youtube) , Kerry Shirts, (accesada en Julio 2010)
  12. http://www.youtube.com/user/TheBackyardProfessor#p/a
  13. MIS TRADUCCIONES SUD http://mistraduccionessud.es.tl
22 de Agosto de 2010
Valdivia, CHILE.

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