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12 diciembre 2010

¿Por qué Lehi encontró extraño el "edificio grande y espacioso"?

Tomado de “Nuevas luces desde Arabia acerca del viaje de Lehi”.
Por S. Kent Brown.



En la traducción al inglés del pasaje de 1 Nefi 8:33 del “edificio grande y espacioso” en el sueño de Lehi, éste lo califica de “extraño” para él (en inglés el texto dice: “And great was the multitude that did enter into that strange building”).


¿Por qué Lehi calificaría de extraño al edificio? ¿Se basaría en una realidad?

La primera y la más natural de las respuestas sería por su apariencia, su arquitectura era poco familiar para Lehi. Incluso, como hombre acaudalado, si él hubiera viajado a destinos interesantes, evidentemente no conocía todas las peculiaridades culturales de las regiones que le rodeaban a una distancia lejana (1). La mayor parte de la influencia arquitectónica del área de Jerusalén,  se trajo desde Egipto y Fenicia, donde, tocando el punto de la altura, la arquitectura es típica mente de uno o dos pisos de alto (2).


Este es un punto importante debido a que, en contraste, la arquitectura de Arabia Saudita, donde Lehi y Sariah al momento de la visión iban viajando, tenían efectivamente rascacielos para aquella época. Así, para una persona de Jerusalén, aquellos rascacielos serían totalmente inusuales, e incluso “extraños”. Aquellos rascacielos han continuado en los tiempos modernos. En este sentido encontramos especialmente interesante que Lehi haya encontrado interesante describir al “edificio espacioso” de su sueño - probablemente haya tenido plantas anchas y amplias -como si estuviese “en el aire, a gran altura de la tierra”. La arquitectura de rascacielos debiese concordar entonces incluso con el sueño donde los objetos y las escenas también son simbólicas para el que las recibe.

¿Cómo sabemos que los edificios de la antigua Arabia alcanzaron altura significativa. Después de todo, aquellos edificios no han sobrevivido. En la base de descubrimientos arqueológicos del antiguo sitio de Shabwah en 1970, el equipo francés concluyó que la base de los edificios soportó en el entonces en que estaban operativos edificios públicos de varios pisos elevándose a más de cuatro o cinco plantas en el aire (3).


Imagen de ruinas de Shabwah, provincia de Yemen

Lo más sorprendente es el hecho que de que estos imponentes edificios se podían encontrar desde 100 años antes que Lehi y Sariah empezaren su viaje. Y eso no es todo. Inscripciones en los edificios se encontraron en otros antiguos sitios de la región ”indicando que el número de pisos dentro de las casas eran aún de tres o cuatro, con un máximo de seis en la localidad de Zafr”. Así es como se comprueba que varias viviendas se elevaron por sobre el aire. Esas viviendas “proveen los nombres de sus propietarios” y sus edificios datan también del sigo VIII a.C (4).

Retornando al sueño de Lehi, nos preguntamos como aquellos edificios pudieron aparecer a Lehi como “en el aire, a gran altura de la tierra”(1 Nefi 8:26). Una respuesta es que los viajeros del desierto de Arabia usualmente viajan de noche debido a que el calor y a los peligros de mercenarios (5). Esa escena es exactamente la que Lehi muestra al inicio de su sueño, a través de una planicie, el viaja a través de la “oscuridad” (1 Nefi 8:4,7). La primera fila de ventanas de esos altos edificios estuvieron suficientemente altas para ofrecer seguridad a sus moradores. En la noche, cuando las luces de las ventanas estaban   encendidas, entonces esos edificios les parecieron como si estuviesen suspendidos en el aire.

En conclusión, es evidente que Lehi vió una arquitectura antigua caracteristica de los edificios del sur de Arabia y que fue única en esa parte del mundo para su época. Los edificios contemporáneos aun se erigen como si estuviesen “en el aire” (1 Nefi 8:26), alcanzando alturas de [varios pisos]. 
 

Los contemporáneos de José Smith, ¿conocieron de estos edificios antiguos que se han mencionado [del siglo VII a.]? La respuesta es no. Ni José Smith tampoco. En cambio, Lehi, quien vio esas estructuras en su visión, y miembro del grupo que viajaba por esa región, sí, y por eso pudo con toda propiedad llamarlos edificios “extraño[s]”.



Notas pie de pagina
  1. Lehi debió ser educado en la cultura egipcia pero no en la arábiga puesto que está demostrado que para él y su familia, la cultura y los pueblos de la península arábiga eran más bien desconocidos en la ruta en que se dirigieron por la península.
  1. Ver Michael Roaf, “Palaces an Temples in Ancient Mesopotamia” en Civilizations of the Ancient Near East, ed. Jack M. Sansson et al., (New York: charles Scribner hijo, 1995), 1:423-41, especialmente p. 434.
  1. Ninguno de los pisos superiores ha sobrevivido sino solo las bases, pero el diseño de los mismos permitió al equipo arqueológico llegar a la conclusión que estos edificios fueron los soportes de muchos pisos hacia arriba, algo impensado para un israelita como Lehi.

01 noviembre 2010

Algunas tradiciones que coinciden en el Libro de Mormón y Mesoamérica

Por Diane E. Wirth, MA.

  1. Encontramos quiasmos (estilo literario Hebreo) en el Libro de Mormón, el Antiguo Testamento, en el Popol Vuh de los mayas quiché, así como en algunas estelas mayas.
  2. Moroni, hacia el final del Libro de Mormón, dijo que se le reveló que los niños pequeños no deben ser bautizados, porque no es necesario el arrepentimiento a esa edad (Moroni 8:9-10). Los mayas bautizaron a sus pequeños como se muestra en el Códice de Madrid, un documento pre-colombino.
  3. Más de 50 cajas de piedra se han encontrado en Mesoamérica para guardar elementos sagrados.
  4. Mesoamericanos tenían conocimiento de la rueda como se puede ver en los vestigios encontrados de éstas por la arqueología. Además, fueron encontrados pequeños animales enterrados con los difuntos, tal como se hizo en el Oriente Medio, simbolizando el transporte de los muertos al más allá.
  5. El Libro de Mormón habla de muchos reyes (no jefes), también lo hacen los monumentos y códices (libros) de Mesoamérica.
  6. La frase, "Y aconteció" en el Libro de Mormón existe en numerosos jeroglíficos, frases mayas y en las estelas.
  7. La deforestación es una consecuencia monumental de hacer cemento (estuco). La deforestación (por el hombre) y el cemento se produjo sólo en Mesoamérica  y se menciona en El Libro de Mormón.
  8. Guerreros vestidos con "ropa gruesa" (Alma 43:19) se mencionan en el Libro de Mormón. Este concepto también fue usado sobre todo por los mayas durante la época de guerra.
  9. La creencia en la resurrección mencionada en el Libro de Mormón, también existía entre los mayas.
  10. El árbol de la vida es omnipresente en toda Mesoamérica.
  11. En Mesoamérica existía la creencia de que la primera pareja fue expulsada del paraíso por arrancar la flor de un árbol, causando la muerte al entrar en el mundo. La única diferencia en el Libro de Mormón es una fruta en lugar de una flor.
  12. La práctica del sacrificio humano y el derramamiento de sangre a su dios en Mesoamérica era frecuente, pero fue prohibida y se explica en Alma 34:10-11, porque Cristo cumplió la ley de sacrificio.      


29 octubre 2010

El episodio de la muerte de Labán en el Libro de Mormón

Extracto del libro aún inédito “Testimonios Adicionales de la Veracidad del Libro de Mormón – Insertos en el Propio Libro”.
Por Rafael Diogo Jara.

“Por lo que obedeciendo la voz del Espíritu y cogiendo a Labán por los cabellos, le corté la cabeza con su propia espada.” (1 Nefi 4:18)
Este episodio relatado en El Libro de Mormón, ha constituido una fuente de críticas sobre su autenticidad. Normalmente, los mayores críticos del Libro de Mormón son defensores de la Biblia, quienes suponen que el Libro de Mormón pretende ser un sustituto de la misma, desconociendo su sagrada misión de ser otro testamento de Jesucristo.

Este capítulo no pretende describir los detalles que llevaron a Nefi a realizar este acto, exceptuando decir solamente que fue compelido tres veces por el Espíritu a que lo hiciera (1 Nefi 4:10-12). Tampoco se describirá el tipo de vida malévola de Labán y los justificativos que pudiera tener Nefi para hacerlo. Nos concentraremos en si es posible que Dios lo haya mandado, y si Dios podría disponer que se realizara un hecho semejante.

Primeramente se debe decir que Dios es el Señor de la vida y de la muerte, por Él nacemos y por Él también morimos, disponiendo de los momentos y las ocasiones según su voluntad y propósitos. Como dijo Job “Jehová dio, y Jehová quitó.” (Job 1:21). Sin embargo, Dios hace responsables a los hombres que interfieren maliciosamente tanto en la vida como en la muerte.

En las escrituras hay abundantes referencias a que Dios ha ordenado ejecutar la muerte de determinadas personas. Así como hay abundantes referencias de profetas que fueron grandes a los ojos de Dios y que debieron cumplir designios de esta naturaleza sin perder la santidad.

Téngase presente que el episodio de Nefi que analizamos, ocurrió aproximadamente entre los años 600 y 592 a.C., en plena vigencia de la ley mosaica.

Todos honramos a Abraham, y a este gran hombre se le puso a prueba su fe y confianza en Dios mandándole sacrificar a su propio hijo. Dios lo mandó, y Abraham estuvo dispuesto a hacerlo sin cuestionar la voluntad de Dios. Sin dudas, con gran dolor en el alma, pero confiando en Dios. Finalmente el acto no fue llevado a cabo, porque Dios mismo intercedió diciéndole:
“…No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya sé que temes a Dios, pues no me rehusaste tu hijo, tu único.” (Génesis 22:12).
Abraham fue grande a los ojos de Dios y de su descendencia, la que llegó a ser tan numerosa como las arenas del mar. Este acto fue un símbolo de lo que ocurriría más adelante en el tiempo, cuando Dios mismo debería sacrificar a su propio Hijo Unigénito para salvar a toda la humanidad. La grandeza de Abraham no tiene parangón, y nadie cuestiona lo que estuvo dispuesto a hacer, se lo admira porque obedeció la voz de Dios.

Sin embargo a otros profetas, que también fueron grandes a los ojos de Dios, se les encomendó tareas difíciles como la encomendada a Nefi.

Nadie desconoce la grandeza de Moisés, y nadie cuestiona la muerte de los primogénitos del faraón y su pueblo, donde Moisés tuvo un protagonismo sin precedentes para la liberación del pueblo de Israel. Tampoco se cuestiona el incidente cuando atravesaban el Mar Rojo y Dios le mandó a Moisés diciéndole:
“Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería.” (Éxodo 14:26).
 Según el registro Bíblico, el ejercito del rey de Egipto estaba compuesto por:
“…Seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos,…toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército.” (Éxodo 14:7,9).
Tampoco cuestionamos a Elías, por el incidente en el arroyo de Cisón cuando dijo:
“Prended a los profetas de Baal, que no escape ninguno. Y ellos los prendieron, y los llevó Elías al arroyo Cisón, y allí los degolló.” (1 Reyes 18:40). 
Estos profetas de Baal que fueron degollados eran 450 en total.

Tanto Moisés como Elías, como seres trasladados, estuvieron con Jesús en el Monte de la Transfiguración (Marcos 9:2-4). El obedecer la voz de Dios en ninguna manera hace pecadores o indignos a los hombres, al contrario, los engrandece y exalta.

Por lo tanto, lo que Nefi hizo al matar a Labán, fue menor a una milésima parte de lo que hicieron otros profetas bíblicos también con la aprobación divina. Y no hemos considerado aún los incidentes de Josué al invadir la tierra prometida matando a todos y perdonando solamente a la ramera Rahab (Josué 6:17). Ni tampoco hemos considerado el incidente entre Samuel y Saúl, donde el profeta le manda:
“Ve, pues, y ataca a Amalec, y destruye todo lo que tiene y no te apiades de él; mata a hombres y a mujeres, a niños y hasta a los de pecho, y vacas y ovejas, camellos y asnos.” (1 Samuel 15:3).
Entonces, puede ser difícil para las personas entender los designios de Dios de esta naturaleza, así como también entender los desastres naturales. Para el hombre común la vida termina con la muerte, sin embargo para Dios, no termina con la muerte, ni comienza con el nacimiento. Cuando Él lleva a alguien de esta vida, siempre algún propósito noble existe. A veces, los hombres en este mundo tienden a degenerarse en la maldad y la incredulidad, entorpeciendo la felicidad de los otros hijos de Dios, y en el mundo de los espíritus, tienen la posibilidad de regenerarse. Otras veces, culminaron su estado de probación, y Dios los lleva para sí.

Sin embargo, en cuanto a los episodios relatados, si en alguna manera eran regidos por la ley mosaica, en el meridiano de los tiempos Jesucristo dio fin a esta antigua ley, diciendo:
“Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al malo; antes bien, a cualquiera que te golpee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra… Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:38,44).
Conclusión: Los textos analizados en este capítulo constituyen un testimonio adicional de la veracidad del Libro, porque:

a)  Si juzgáramos a Nefi por el episodio relatado en el capítulo 4, no podría ser menor, ni a Elías, ni a Moisés, ni a Josué, ni al profeta Samuel, y ni a otros profetas bíblicos.
b) Entonces, sí, es posible que Dios le haya mandado a Nefi matar a Labán.
c) También, fue demostrado que Dios podía disponer que se realizaran actos semejantes, como Señor de la vida y de la muerte.

(Rafael Diogo Jara - "Testimonios Adicionales de la Veracidad del Libro de Mormón - Insertos en el Propio Libro").

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