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12 febrero 2009

¿Contacto precolombiono con Semitas?

Elio Marruffo, el autor de este artículo, no es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días y plantea diversas interrogantes frente a evidencias descubiertas en un museo de México que manifiestan contactos culturales anteriores a la conquista española. Marruffo no encuentra explicación a dichas evidencias e invita a que puedan realizarse más investigaciones sobre el tema.

Autor: Elio Marruffo.



Dibujos realizados por el autor.

Encontré objetos muy interesantes en mi visita al Museo Larco Herrera: Una serie de huacos-retratos cuya fisonomía aparentaba a personas de raza no-indígena como europeos o negros.

Fui acompañado de un amigo pintor y ambos realizamos dibujos de estos huacos, algunos de los cuales adjunto a este mail.

Los huaco-retratos que aparentan ser europeos o semitas, tienen barbas muy espesas o bigote en forma de chiva. Se trata de cabello, no de indumentaria, porque están dibujadas encima de la barba bien modelada lineas paralelas que representan cabello. Algunos huacos no tienen modelada barba, pero tienen dibujados bigotes. 

En total son más de una veintena de huacos. Algunos personajes tienen una soga al cuello, lo que demuestra que se trataría posiblemente de prisioneros. 

Existen figuras que tienen un parecido (que mi amigo y yo notamos) sorprendente con griegos, en el estilo del pelo, y modelado de la nariz y arcos supercialiares.

Otros huaco-retratos que aparentan ser negros africanos, tienen una nariz ancha y respingada, otra forma de ojos (saltones) y una mandíbula prominente o prognato. De estos hay alrededor de una docena.

Todos estos personajes tienen la indumentaria propia de los indios. Esto podría indicar, que si se trata de extranjeros, fueron asimilados a la cultura indígena.

Un huaco-retrato barbudo y otro de un negroide están en la galería principal del museo. Todos los demás están en la bodega o depósito.

Tuve una breve entrevista con dos de las guías del museo, que nos indicaron que sabían de la existencia de estos huacos. Nos dijeron que el museo no podía pronunciarse al respecto, porque nadie había hecho un estudio serio y profundo sobre el tema. 

Nos indicaron que lo mas probable era que estos extranjeros hayan sido viajeros extraviados; ya que no hay evidencia de un intercambio cutural o expedición colonizadora o conquistadora pre-colombina, por parte de extranjeros en América del Sur.

Podemos asociar estos huacos con los relatos de los colonizadores o cronistas españoles que encontraron indios blancos, de ojos azules y de alta estatura en el nor-oriente del Perú, Chachapoyas (Crónicas de Pedro Cieza de León y Antonio Herrera). 

También podemos asociarlos con las leyendas indígenas de Naylamp y Wiracocha que son descritos como de piel blanca y barba; quizás también con otras tradiciones en el pacífico de un pueblo de navegantes blancos y barbados (como las historias de los cronistas españoles en las Filipinas o los relatos que recogió Thor Heyerdahl en sus expediciones).

En México existen estelas de personajes barbados en Campeche; y en Veracruz. También existen las famosas cabezas gigantes de aspecto evidentemente negroide (El lingüísta y antropólogo africano Iván Van Sortina ha dedicado su vida a probar que hubo una presencia africana en América Pre-Colombina y escribió el libro "They came before Columbus").

También han sido encontradas por la toxicóloga alemana Dra. Svelta Balabanova (Institute of Forensic Medicine of Ulm, Alemania) trazas de nicotina y cocaína en momias egipcias (examen de Ramses II reveló Tabaco, también analizó a la momia de Henut Taui de la dinastía 21).

Y todos hemos oido hablar de la saga de Vinland y restos vikingos en américa del norte (L´Anse aux Meadows, restos de edificaciones y objetos descubiertos por Helge Instad y Anne Stine en 1960).

Hay bastantes indicios y algunas evidencias (como los restos vikingos) de presencia europea o semita pre-colombina en América y es posible que hubieran habido estos contactos, porque los europeos y semitas (como los fenicios) tienen una tradición antigua de navegantes. 

Más misteriosas son las imágenes de negros, porque estos no tienen tradición de navegantes. Excepto que hayan sido transportados como esclavos en los barcos de los anteriores.

Este artículo tiene la intención de incitar a que se investiguen a profundidad estos huaco-retratos y otros artefactos misteriosos del pasado americano, con el fin de que se obtenga evidencia cloncluyente que nos lleve hacia la verdadera historia. 

De comprobarse contacto frecuente entre América (que se tiende a considerar aislada antes de Colón) y el resto del mundo, ciertamente la historia cambiaría.

Hablamos con la secretaria del museo para ver si era posible filmar o fotografiar estos ceramios y hace algunas semanas esperamos su respuesta.

03 febrero 2009

La Relación de Michoacán

La Relación de Michoacán, es un documento en el que se describen las costumbres que tenían los habitantes de Michoacán, México, antes de la conquista española. Fue elaborada hacia 1540, muy probablemente por el franciscano fray Jerónimo de Alcalá, a petición del primer virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza, con la información que le proporcionaron viejos sacerdotes indígenas.


En una de sus secciones, este documento dice en forma textual:
Las primeras impresiones que los indios tuvieron de los españoles son muy interesantes porque revelan algunas de sus creencias y cómo a partir de éstas interpretaron las costumbres españolas. Primero creyeron que los españoles eran dioses que habían venido del cielo y que eran inmortales, los llamaron tucupacha (dioses), teparacha (grandes hombres o dioses) y acazecha (gente que trae gorras y sombreros) y a las mujeres españolas las llamaron cuchaecha (señoras y diosas). Pensaron que el vino, el trigo y otras semillas se las había dado a los españoles la madre Cuerauaperi cuando vinieron a la tierra, tal como el maíz y el fríjol se lo había dado Cuerauaperi a sus propios dioses (específicamente a Xaratanga).
Fuente:

http://etzakutarakua.colmich.edu.mx/proyectos/relaciondemichoacan/listado/listadoCategorias.asp?index=123

01 febrero 2009

Ciudades, carreteras y edificios construidos con cemento

Hoy en día no nos parece tan increíble la existencia de civilizaciones, ciudades, carreteras y edificios construidos con cemento. Sin embargo, en 1830, cuando no se había descubierto ningún índice de este nivel de desarrollo en América, Jose Smith fue altamente criticado por afirmar esto en el Libro de Mormón. Jack H. West nos documenta estas evidencias usando referencias de reconocidos arqueólogos.

Autor: Jack H. West.



Antiguos habitantes de las Américas construyeron ciudades, carreteras y edificios con cemento.

Yo no sé si existían grandes compañías para construir edificios allá en 1830, pero si las hubiera, seguro que algunos peritos en la materia habrían dicho después de leer el Libro de Mormón: "Pues, bien, hay muchas cosas en ese libro que sí puedo creer, pero en esto está hablando de mi profesión. ¿Quiere usted decirme que en nuestra época avanzada de 1830, cuando apenas sabemos lo que es el cemento, cuando todavía no construimos nada con él, que estos salvajes paganos (como los llamaban) allá en épocas lejanas podían construir enormes carreteras que unían los mares, pasando de costa a costa, y tremendas ciudades, y enormes edificios usando el cemento? ¡Qué ridículo!" 

Y, claro está, nuestra gente en 1830 no podía decir más que "Tenemos fe en ese libro y lo creemos." Pero en aquel año era imposible que probáramos que los antiguos habitantes construían con cemento.

Con respecto al uso de cemento, el Libro de Mormón dice:
Y como no había sino un poco de madera sobre la superficie del país, aquellos que llegaron allí se hicieron sumamente expertos en el trabajo de cemento; por tanto, construyeron casas de cemento y vivieron en ellas.
(Helamán 3:7.) 
Y así habilitaron a la gente del país del norte para que edificasen muchas ciudades ......de cemento.
(Helamán 3:11.)
Es sumamente interesante que no se hallan ningunas pruebas del uso de cemento en Sudamérica, pero al pasar al norte de la pequeña "lengua de tierra", en la zona de Panamá, el cemento aparece en todas las obras de construcción. 

El cemento de aquellas obras antiguas era superior a todo cemento que se usa hoy en día.

Fijémonos en el testimonio de uno de los peritos modernos. Farns-worth cita de T.A. Willard una vez más en la página 38. Cada vez que leo esto me acuerdo de una experiencia personal que tuve yo puliendo cemento de la forma más difícil.

Willard cuenta la histora de un ingeniero escosés, Juan MacAdam, que vivió y murió convencido de que había inventado un sistema para construir carreteras, que hasta el momento presente seguimos llamándolas carreteras "MacAdam." Pero hace más de dos mil años antes de que naciera Juan Mac Adam, se nos dice que los constructores de carreteras usaban las mismas técnicas en Yucatán.

... se construían carreteras en Yucatán que utilizaban todas sus técnicas fundamentales para la construcción de caminos. Y MacAdam vivió y murió sin haber oído jamás de ellos ..... Lo esmerado de su construcción y los principios básicos de ingeniería que usaron, hacen rivalizar a los famosos caminos del imperio romano con nuestras carreteras de hoy en día.

En tiempos antiguos, Chichén Itzá junto con todas las ciudades mayores y menores de la Península de Yucatán, se conectaban mediante una red de carreteras lisas y de superficie dura; esta tierra, en su época tenía las mejores carreteras del mundo.

Las antiguas carreteras, sin excepción, descansaban sobre la roca solida y sobre esa base firme se construía un lecho usando piedras calizas más grandes primero y encima más pequeñas. (Esto quiere decir que cavaron cincuenta a sesenta pies, algunas veces, antes de empezar la construcción usando "primero las piedras más grandes," etc.) 

Al llegar al nivel de la superficie, se usaban piedras cada vez más pequeñas hasta llenar todos los huecos. Luego se ponía una capa lisa y dura de cemento Robre, sobre toda la superficie de la carretera. Luego se aplicaba una capa más delgada de cemento y cuando esto se había endurecido lo suficiente, grupos de obreros bien fuertes, armados de piedras lisas de una contextura fina para pulir, trabajaban la superficie plástica hasta que se endurecía en una capa pulida y plana, casi tan lisa como el azulejo, y casi así de dura.

Cuando el señor Willard escribió esta descripción de las antiguas carreteras, no sabía que los científicos hallarían más de 4,000 millas de una carretera continua solo en Centroamérica, con cada trozo cubierto de cemento; este cemento de muy alta calidad. 

Yo no puedo imaginar, ni en sueños, a bastantes hombres de rodillas para pulir aquella tremenda carretera de cemento con finas piedras pulidoras. 

Cuando yo era miembro del obispado del barrio de Monrovia y estaba encargado de la Asociación de Mejoramiento Mutuo, el obispo me llamó un día y me dijo: "Jack, te gustaría venir a la iglesia con algunos de los niños exploradores para quitar algunos nombres que escribieron en el cemento fresco?" De modo que fui con algunas de esas "finas piedras pulidoras," y de rodillas con aquellos jóvenes, tratamos de quitar los nombres, y conste que esto paso solo unas cuantas horas después de escribirlos. ¡Como trabajamos! 

Después de esa experiencia, me es imposible concebir el pulir 4,000 millas de carreteras. Puede ser que los antiguos habitantes hayan usado máquinas para trabajar y pulir el cemento de sus carreteras. No se olviden que el Libro de Mormón dice que tenían maquinaria.

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