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15 febrero 2013

Menciones y comunicados: La sequía y las serpientes

¿Qué relación tiene una sequía y su entorno con el aumento de las serpientes que se mencionan en algunos pasajes del Libro de Mormón?

Autor: John A. Tvedtnes.
Traductor: Antonio A. Caballero.


Durante mi prolongada residencia en Israel (1971-79), tuve la oportunidad de visitar la Granja Musa Alami, cerca de Jericó. La granja se construyó después de la guerra de independencia de Israel de 1948 para acoger a los palestinos exiliados. Estaba particularmente orientada a la enseñanza de diversas habilidades agrícolas a niños palestinos. Durante los años 50, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dotó a la granja de una lechería y una vacada de arranque y envió expertos lácteos para operar esa zona de la granja.

Durante nuestra visita observamos que gran parte de la granja se encontraba en deterioro debido a la Guerra de los Seis Días de 1967. Los naranjales habían muerto por falta de agua y la mayoría de los campos estaban sin cultivar. Todas las bombas, a excepción de dos, que llevan agua subterránea a la superficie habían sido destruidas durante la guerra imposibilitando que la granja se pudiera mantener en su estado anterior. La mayoría de los refugiados habían huido a través del río Jordán hasta el reino de Jordania. Los israelíes también habían expropiado todas las tierras en la orilla occidental del río con el fin de mantener las patrullas de seguridad a lo largo de la nueva frontera.

De particular interés para mí fue el efecto sobre la vida silvestre local. Cuando las cosechas dejaron de ser cultivadas cerca del río, los ratones se trasladaron al oeste, en busca de granos, hacia los pocos campos que todavía se cultivaban. Naturalmente ellos fueron seguidos por las serpientes y de vez en cuando, los residentes de la granja encontraban víboras en y alrededor de sus casas. Algo que, según aseguraron, nunca había sucedido antes de la guerra.

Mis pensamientos se enfocaron hacia la historia de Éter 9:30-35, donde leemos que los jareditas sufrían una plaga de "serpientes venenosas" durante una época de "gran escasez" porque "no había lluvia sobre la faz de la tierra". Sus rebaños huyeron de las serpientes hacia el sur, algunas de las personas también escaparon en esa dirección, pero [el Señor hizo que], el gran número de serpientes, "obstruyeran el camino para que la gente no pudiera pasar". Después de que el pueblo se arrepintiera, el Señor envió lluvia, la cual puso fin a la hambruna, produciendo "frutos en la tierra del norte" (Éter 9:35).

Varias generaciones después de la hambruna, "en los días de Lib fueron destruidas las serpientes venenosas; de modo que fueron a las tierras del sur con objeto de procurar alimento para la gente del país, porque la región abundaba en animales del bosque" (Éter 10:19). En esta época los jareditas apartaron la tierra del sur como reserva de caza (Éter 10:21). Esto sugiere que gran parte de la vida salvaje pereció durante la hambruna de la tierra del norte.

No sabemos por qué medio (ya sea milagroso, natural o por la mano del hombre) fueron eliminadas las serpientes. Puede ser que, mientras que la escasez amainaba, simplemente se dispersaran por toda la región siguiendo a los roedores que, a su vez, seguían la regeneración de la flora.

Un relato similar se cuenta de los hijos de Israel durante el período del éxodo desde Egipto. Poco después de llegar al desierto, donde no había "pan, ni agua...", se encontraron con serpientes venenosas "y murió mucha gente de Israel". Sin embargo, en este caso, las serpientes no fueron destruidas, sino que el Señor proveyó un medio milagroso para la curación de los que habían sido mordidos (Números 21:5-9; véase también Deuteronomio 8:15; 2 Reyes 18:4; Juan 3:14-5, 1 Corintios 10:9; 1 Nefi 17:41; 2 Nefi 25:20). Tampoco era un entorno de sequía ocasional, puesto que el desierto por el que los israelitas huyeron estaba perpetuamente árido. Por esta razón hubiera sido más común encontrar los roedores acompañados por sus depredadores en los oasis que se convirtieron en campamentos israelitas.

Oasis Ein-Gedi en Israel

Al reflexionar sobre el momento en que Israel vagó "en tierra de desierto, y en yermo horrible y rugiente" (Deuteronomio 32:10), Moisés vuelve a conectar a las serpientes venenosas con condiciones de “hambre y... fiebre ardiente” (Deuteronomio 32: 24). De manera similar, Jeremías profetizó una época en que no habría "uvas en la vid ni higos en la higuera, y se caerá la hoja", una época de guerra, donde la gente huiría a las ciudades para defenderse y el Señor enviaría "entre vosotros serpientes... y os morderán" (Jeremías 8:13-7). Normalmente, en el antiguo Oriente Próximo, la guerra traía consigo hambruna. Los ejércitos invasores consumían los avituallamientos producidos y capturados por la localidad y a menudo arramblaban los campos de cereales durante el combate (comparar Alma 3:2). Una vez más los roedores, en busca de alimentos, migraban a las ciudades siendo seguidos por las serpientes.

Sospecho que un problema similar habría existido entre los nefitas que reunieron todos sus animales y los productos alimenticios en la época de Laconeo y Gidgiddoni, dificultando la subsistencia durante la invasión del ejército de ladrones de Gadiantón (3 Nefi 4). Por medio del Libro de Mormón, no podemos saber a ciencia cierta si en ese momento los nefitas tenían problemas con serpientes, porque, como escribió Mormón, "habían sucedido muchas cosas... no todas se pueden escribir en este libro... Pero he aquí, hay anales que contienen todos los hechos de este pueblo" (3 Nefi 5:8-9). Sin embargo, lo que sí es cierto, es que la historia de las serpientes venenosas que plagaron a los jareditas está rodeado por la verdad. 

Fuente
  1. iginal.- http://maxwellinstitute.byu.edu/publications/jbms/?vol=6&num=1&id=138

09 febrero 2013

Leyenda del poblamiento americano que apoya la historia de los Jareditas

La llegada del pueblo Jaredita, ¿ha sido apoyada por leyendas de la antigua América?

Autor: Álvaro Figueroa.


El historiador y Sacerdote Francisco Javier Clavijero, en su obra “Historia antigua de Mexico”, cita registros del obispo de Chiapas, en donde se cuentan relatos de los indígenas precolombinos quienes tenían como recuerdo la llegada de un personaje procedente de la Torre de Babel en el tiempo de la confusión de lenguas. Este registro, además sostiene que dicho personaje habría sido guiado por Dios hasta sus tierras. Citamos textual:
“El Sr Nuñez de la Vega obispo de Chiapa dice en el proemio de sus Constituciones Sinodales que en la visita que él mismo hizo de su diocesis a fines del siglo pasado halló muchos calendarios antiguos de los Chiapaneses y un antiguo MS en la lengua de aquel pais hecho por los mismos Indios en que se decia segun su tradicion que un cierto Votan tubo parte en la construccion de aquel gran edificio que se alzó para subir al cielo por orden de uno de sus antepasados que alli tomó cada pueblo su idioma respectivo y que el mismo Votan fue destinado por Dios para hacer la division de la tierra de Anahuac Añade que en su tiempo habia en Teopijca pueblo grande de diocesis una familia del nombre de Votan que se creia decendiente de aquel personage No pretendo yo dar tanta antigüedad a los Americanos si no solo demostrar que se creian decendientes de Noe.”[1]
Si el lector quisiera conocer más de este relato, le invitamos a leer la historia completa de un hombre que preservó su idioma y junto a su familia, viajó guiado por Dios hasta América procedente de la torre de Babel. Su historia se encuentra en el libro de Eter en El Libro de Mormón, un antiguo registro del pueblo americano descubierto y traducido para nuestra época.

Fuentes 

1.- pag 202 , Historia Antigua de Mexico Francisco, Javier Clavijero, 1780.

30 enero 2013

El Vaticano publica artículo afirmando que la evangelización llegó hasta América antes de la Conquista

¿Sabías que el 31 de Marzo del 2008, el Vaticano publicó en su diario oficial L’Osservatore Romano, un artículo que sostiene la predicación del Evangelio antes de la llegada de Colón?


Autor: Alvaro Figueroa.


Agradecemos a Luis Hill, por permitir a nuestro sitio publicar esta imagen.
En la medida en que los descubrimientos sobre la vida y costumbres de los pueblos originarios de América comienzan a estar disponibles para cualquier persona, lo que antes se creía como algo imposible de ser, hoy es una posibilidad cierta que es ya reconocida.

Sabemos que el Libro de Mormón nos enseña que el cristianismo fue predicado en el continente Americano mucho antes del tiempo de Colón. Por esas tierras caminaron profetas que guiaron e hicieron milagros en nombre de Dios. Aún Jesucristo mismo visitó a los antiguos habitantes de América. Todos estos hechos quedaron registrados en las páginas del Libro de Mormón, una historia detallada y fiel de cada uno de estos acontecimientos; pero también estas historias fueron pasando de generación en generación y en este proceso fueron alteradas, sin embargo, a pesar de los siglos, vestigios de este conocimiento quedaron plasmados en las leyendas que recorren toda América.

El día 31 de marzo del 2008, el Vaticano publicó en su diario oficial el “L’Osservatore Romano”[1] un artículo del historiador Luigi Guarnieri Caló Carducci con el título “La leyenda de un apóstol llamado Viracocha”. Este escrito es una síntesis de una conferencia sobre las poblaciones indígenas en las crónicas del Nuevo Mundo en las que este docente e historiador participó. En él se muestran diferentes evidencias de la predicación del evangelio de Cristo a los aborígenes precolombinos. Citaron los registros de los cronistas españoles Gonzalo Fernández de Oviedo, Bartolomé de las Casas y Juan de Betanzos, todos ellos del año 1500 d.C. quienes escribían sobre las similitudes entre lo que ellos enseñaban del cristianismo y las tradiciones e historias de los pueblos aborígenes recién conquistados. También recordó que en Brasil el jesuita Manuel de Nobrega en 1549 d.C. recogió testimonios provenientes de Paraguay mientras en Perú los relatos indígenas referían del pasaje de un predicador en las cercanías del Lago Titicaca. El texto hizo referencia a un presunto "apóstol" evangelizador del continente de nombre Viracocha el cual era descrito como un hombre alto, vestido de blanco, con los cabellos cortos y un libro en la mano "que había desaparecido en el mar".

Luigi Guarnieri al concluir su artículo dice: 
“La hipótesis de la predicación apostólica previa es sostenida con diversos argumentos (por ejemplo) la similitud entre cristianismo y religiones indígenas, deducible de las tantas nociones y prácticas comunes”.
El hecho de que el Vaticano publique y promueva un artículo, en su diario oficial, afirmando que los aborígenes americanos ya conocían el evangelio de Cristo antes de la llegada de los españoles a América en la conquista, es un vuelco increíble ya que siglos antes, ellos rechazaban tajantemente esta idea. Un ejemplo claro de esto es el caso que se dio en el año 1794 d.C.; el Fraile Servando Teresa de Mier dio un célebre sermón en presencia del virrey Revillagigedo, del arzobispo Alonso Núñez de Haro y Peralta y varios miembros de la Real Audiencia de Nueva España. En este sermón, Teresa de Mier enseñó que el cristianismo ya se enseñaba en América siglos antes que los españoles llegaran y que esta historia estaba dispersa en antiguos registros de los indios mexicanos. Por estas palabras, Fray Teresa de Mier fue encarcelado y exiliado por 10 años en España.

Este cambio de postura del Vaticano después de casi 400 años no es extraño, ya que en la actualidad la cantidad de evidencia que sostiene el hecho de la pre-evangelización de los indios precolombinos es muy fuerte. ¿Qué pensaría hoy el Fray Teresa de Mier al saber que la máxima autoridad Católica ha publicado oficialmente información similar a la que él sostuvo y por la cual fue encarcelado y exiliado?, este artículo, publicado en el diario oficial del Vaticano es otra prueba de que nuestras creencias sobre profetas y Jesucristo mismo enseñando el evangelio en América mucho antes de la llegada de los españoles, actualmente es un hecho real y reconocido, no sólo por los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Dïas.

El Libro de Mormón comenzó a enseñar esta verdad en 1830 cuando fue publicada su primera edición.

Admiramos profundamente la fe de aquellos primeros lectores, ya que en ese tiempo no se habían descubierto tantas evidencias arqueológicas que sustentaran las grandes civilizaciones, ni se conocían tantos relatos orales que sostienen la visita de Jesucristo a las Américas; todos aquellos conocimientos salieron a la luz en una época posterior. Ellos debieron forjar su testimonio solamente por la fe y la confirmación del Espíritu Santo, lo que sin duda y pese a toda la oposición, les preparó para llevar a cabo la restauración del Evangelio de Jesucristo e iniciar la última dispensación del cumplimiento de los tiempos.

Fuentes
  1. L’Osservatore Romano edición 31 de Marzo 2008 suscribirse en la pagina oficial para tener acceso al articulo referido http://www.osservatoreromano.va
  2. PDF para descargar aquí

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