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29 diciembre 2007

Nuestro homenaje a José Smith, el traductor


Jose Smith y la Estadistica,un gran trabajo que encontre,luego voy subir algunas cosas de lo que se refiere este articulo con respecto al viaje de lehi en el desierto,por ahora disfruten a Jose smit desde el punto de viste de las estadistica...


Nuestro homenaje a José Smith, el traductor
By Richard Wellington & George Potter Por Richard & George Wellington Potter
Traducción libre por: Alvaro Figueroa Z.

En nuestro libro, Lehi en el Desierto, hemos estudiado sólo la más pequeña parte de los conocimientos dados a la humanidad por el profeta José Smith. Nos hemos concentrado en sólo 18 capítulos del Libro de Mormón, apenas 42 páginas de los cientos Y miles de páginas que el Profeta tradujo . Sin embargo, no hay un solo verso que se ha mencionado que no hable con elocuencia de la veracidad de las revelaciones dadas, que no griten el testimonio de que José Smith fue un verdadero profeta. Joseph Smith afirmó que el Libro de Mormón es un antiguo registro traducido. Sus críticos han alegado que él, o que otros, fueron los verdaderos autores, y que el Libro de Mormón es la obra moderna de una joven mente imaginativa. Sin embargo, aquí vamos a reclamar con valentía que haciendo un análisis del proceso por el cual José Smith Tradujo el registro y el contenido del primer libro de Nefi revela que es imposible que José Smith podría haber inventado esta historia.
Recientes pruebas indican que José Smith produjo el texto del libro de Mormón en un período increíblemente corto de tiempo. Si bien tenia que llevar a cabo el proceso de traducción del texto, también el tenia que llevar a cabo su vida cotidiana. Durante el período la traducción sabemos que también se trasladó en una carreta de caballos de la armonía de Fayette, hizo por lo menos un (y posiblemente dos) viajes a Colesville treinta millas de distancia, recibió y registró trece revelaciones que están ahora en las secciones de la Doctrina y Convenios, convirtió y bautizó a Hyrum Smith y Samuel, predicó Unos días y bautizo a varias personas cerca de Fayette, adquirido los derechos de autor de el Libro de Mormón y comenzó a hacer los arreglos para la publicación del Libro de Mormón, estuvo en busca de empleo, junto con el experimentaron manifestaciones los Tres y Ocho testigos, recibió el Sacerdocio Aarónico y de Melquisedec así como dedico tiempo para Comer, dormir y realizar todas las demás tareas del hogar de un amante esposo. Dentro de esta apretada agenda José Smith tradujo el Libro de Mormón entero en aproximadamente 63 días, o poco menos de 8 ½ páginas por día. En otras palabras, todo del Libro de Primera Nefi que se ha traducido en aproximadamente una semana.
Por el contrario hemos estado investigando este material por 6 años y escrito por cuatro. Hemos hecho numerosos viajes de campo cada año para examinar el terreno y de las tierras sobre las que propuso Joseph que viajó a la familia de lehi. Entre nosotros hemos cubierto unos 50000 kilómetros de desierto. Cada capítulo se ha escrito y reescrito e investigado por su precisión, corregido y presentado para su crítica, luego reescrito de nuevo. Hemos tenido acceso a cientos de obras que citar en todo nuestro trabajo en nuestra página Web. Sin embargo, nuestro trabajo es sólo un comentario de Joseph 'S original, que él escribió, sin tiempo para que hiciera una investigación, en su "tiempo libre" en poco más de una semana.
En Cada proyecto original de un capítulo de Nuestro libro, había cientos de errores, incluso con la ayuda de los modernos programas de procesamiento de texto, y gastamos mucho de nuestro tiempo en la corrección de los demás trabajos. Invariablemente regresábamos capítulos con numerosos cruces en cada Página. En cambio Joseph Smith hizo asombrosamente pocos cambios en el Libro de Mormón. Alrededor de la cuarta parte del manuscrito original está en poder de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y las páginas tienen pocos cruces. La gran mayoría de los cambios Que se hicieron cuando el libro fue publicado fueron de ortografía, la capitalización, puntuación y gramática. El Escrivá dijo En 1820 José "no podía ni escribir, ni dictar una Coherente y bien redactado carta, y mucho menos dictar un libro como el Libro de Mormón... La mayor parte de esta mano de obra [de la traducción] se hizo en mi presencia, y donde pude ver y saber qué se estaba haciendo… En ninguna parte José Smith tuvo algún manuscrito o libro de cualquier tipo del que pudiera leer dictar excepto los metálicos placas que yo sabía lo que tenía. No, había tenido nada que podría haber ocultado de mí: Añadió, a su hijo:
Estoy convencido de que ningún hombre podría haber dictado la escritura de los manuscritos a menos que sea inspirado, yo actúe como su escribano, su padre, me dictaba hora tras hora, y cuando regresábamos después de las comidas, o después de las interrupciones, el Presidente comenzaba donde lo había dejado sin ver el manuscrito, sin importar el lugar o cualquier posición de él que quedáramos. Esto era una cosa habitual para El. Habría sido improbable que un hombre pudiera hacer esto, y, más bien alguien de escaso conocimiento como lo fue, es simplemente imposible.
Al concluir nuestro estudio de seis años, estamos convencidos de que Arabia tiene su historia y pruebas concluyentes de que José Smith no pudo ser el autor del Libro de Mormón. Más bien el profeta tenía que haber sido entre los más grandes, si no el mayor, Traductor de la antigua escritura que ha vivido. Por lo tanto, es el perfecto trabajo en cada traducción, los nombres dados en 1 º de Nefi, ahora se pueden identificar fácilmente en Arabia con posibles lugares que se ajusten en armonía completa con la narrativa del Libro de Mormón. Nueve de nueve lugares se han identificado con Un alto grado de certeza. Sin embargo, en 1830, cada uno de esos nueve lugares remotos del desierto, La Frontera, Río de Laman, Valle de Lemuel, Shazer, La mayoría de las partes fértiles, las partes más fértiles, Nahom, Land Bountiful y lugar Bountiful (donde El buque fue construido), que solo eran conocidos sólo por los árabes que viven en las inmediaciones de cada uno de estos lugares. Tuvimos que viajar en el desierto de Arabia en carreteras durante casi seis años para encontrar estos lugares, ¿cómo podría haber sabido Joseph Smith de ellos? En el curso de la escritura de nuestro libro hemos discutido, en detalle, algunos de los 81 puntos obtenidos el primer libro de Nefi relativos a la geografía o topografía del viaje y el barco de Nefi.
Si fuera casualidad que Joseph Smith podría haber adivinado estos 81 detalles de Arabia y llegado correctamente y en el orden correcto y la dirección de los lugares ¿cual es la probabilidad de adivinar correctamente que existe un río en el desierto de Arabia Saudita? 1 en 1,000? 1 in 1,000,000? ¿Cuál es la probabilidad de adivinar que las abejas silvestres no se encuentran en cualquier otro lugar en Arabia, pero si existen en la costa sur de Arabia? Un sendero que existe en el borde sur de la Rub 'Al Khali? Que dos cadenas de montañas, cerca una de la otra y cerca del Mar Rojo,y que corra a lo largo del Mar Rojo en Madián? Seamos muy generosos. Supongamos que José Smith tuvo una oportunidad uno de cada dos de adivinar estos 81 puntos . Esto significa que:
En el momento en que llegó a Shazer las posibilidades de que José Smith pudo haber adivinado correctamente los detalles sería 1 en 8388608.
En el momento en que llegó a Nahom las posibilidades de que José Smith pudo haber adivinado correctamente los detalles sería 1 140737488355328
En el momento en que llegó a Bountiful José Smith las posibilidades de haber adivinado correctamente los detalles sería 1 en 36028797018964000
En el momento en que se viaja para las América José Smith ,las posibilidades de haber adivinado correctamente los detalles sería 1 en 241785000000000000000000
Este número es más de 2,4 Septillón, que también ser escritas 2,4 x 10 24 (2,4 con 24 ceros después).. Por supuesto, el número debe ser mucho mayor que esta cantidad porque nos pusimos 1 y 2 oportunidad para cada uno de estos posibilidades, y que en realidad debería ser más como 1 en un millón o más. En este caso, la posibilidad de que José Smith adivinar estos detalles sería incomprensible, ya que seria mucho mas que 2,4 Septillón! Para poner esta cifra en perspectiva vamos a realizar un sencillo ejercicio. Se calcula que hay 5 x 10 8 (5 seguido de 8 ceros) estrellas de nuestra galaxia. El telescopio Hubble, el más poderoso disponible, ha sido capaz encontrar Galaxias distantes hasta ahora desconocidos para la humanidad. Existen en la actualidad, se calcula que 5 x 10 8 galaxias en el universo. Eso hace que 2,5 x 10 19 (2,5 con diecinueve ceros) de estrellas existen en todo el universo conocido.
Para poner las cosas en perspectiva la posibilidad de que José Smith adivinara todos estos puntos en una fila sería mucho más elevada que las posibilidades de que usted y yo apuntáramos hacia el cielo y apuntan taramos a la misma estrella en la misma galaxia, recordando que hay 500000000 estrellas en nuestra galaxia y el cielo contiene 500000000 galaxias! De hecho, que nos dé las mismas probabilidades de José Smith como adivinando los 81 100000 cielos, el mismo que todos los nuestros!. Y es que cuando nos dan una relación de 50/50 En realidad las posibilidades de José Smith de haber adivinado esto todo, es tan infinitamente pequeño como para haber sido racionalmente imposible.

Esto nos lleva a la única conclusión posible, algo que los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los santos del último días han dicho por más de 150 años. La única conclusión que puede extraerse es que el Libro de Mormón es un antiguo libro, narrando en su primera parte los sucesos de Nefi a través de un viaje por Arabia y que José Smith era verdaderamente lo que decía ser, que se le encomendó el Libro de Mormón por Dios, y que es traducido por los poderes de los cielos.
Nuestro último homenaje a José Smith, el hombre que trajo esta registro del Libro de Mormón para nosotros a pesar de innumerables pruebas y dificultades, es que es cierto. Damos las gracias a él a través de las manos del tiempo.

27 diciembre 2007

LA CUESTIÓN DE LAS “FALSAS PLANTAS” EN EL LIBRO DE MORMÓN




LA CUESTIÓN DE LAS “FALSAS PLANTAS” EN EL LIBRO DE MORMÓN: TRIGO, CEBADA, HIGOS, UVAS Y SEDA
Luis A. Benito
Saint-Louis University
Artículo basado en las investigaciones de Jeff Lindsay:
TRIGO, CEBADA
El trigo y la cebada se mencionan en el Libro de Mormón (Mosíah 7:22, 9:9; y Alma 11:7,15). Pero no se dice en ningún momento que se deriven de las semillas del Viejo Mundo que el grupo de Nefi pudo llevar a las Américas en el 600 A.C. Efectivamente, el traslado de plantas de un continente a otro en aquellas condiciones es posible que fuese complicado y poco exitoso. Por ello podemos considerar la tesis de que la mayor parte de las referencias a granos y plantas en el Libro de Mormón lo son de especies del Nuevo Mundo. Es decir, que allí hubiese plantas que aquellos israelitas, por analogía, denominasen “trigo” o “cebada”.
Nuevamente estamos ante el complejo asunto de la traducción de términos antiguos al inglés del siglo XIX.
La referencia a la cebada, tan largamente atacada por los críticos, recibió un fuerte espaldarazo en 1983, cuando un grupo de arqueólogos anunció el descubrimiento de cebada doméstica precolombina encontrada en Arizona (concretamente de la cultura Hohokan, en La Ciudad, lugar muy próximo a Phoenix; ver el número de Science 83 de diciembre de 1983). Ésta fue una especie de cebada cultivada del nuevo Mundo. Otros autores no mormones, Nancy B. Asch y David L. Asch, ofrecen los recientes descubrimientos de cebada doméstica precolombina en Oklahoma e Illinois, concretamente de la variedad Hordeum pusillum,con fuertes indicativos de que había sido cultivada en la región durante los anteriores 2000 años (McGimsey y Conner, 1985: 78). Como declara otro especialista, Vorsila L. Bohrer, “es razonable pensar que estamos descubriendo grano cultivado en Norteamérica de cuya existencia nunca habíamos sospechado” (Bohrer 1984: 252).
Además, se ha conocido durante muchos años la existencia de diversas clases de cebada silvestre originaria de las Américas (Sorenson y Smith, 1992: 130-132). Cualquiera puede verificarlo en la nueva página Web USDA Plants, donde la búsqueda de cebada (teclear “barley”) revela que la “cebada de rabo de zorro” y la “cebada enana” son plantas nativas de Estados Unidos, junto con la “cebada de Arizona”, la “cebada de California”, la “cebada Stebbins”, y algunas otras.
Los críticos ahora dicen que la cebada americana no tiene nada que ver con la cebada del Libro de Mormón, la cual incorrectamente asumen que se trata de cebada del Viejo Mundo. Pero la mención de cebada en el Libro de Mormón se produce cientos de años después de que Nefi llegase al Nuevo Mundo. No hay ninguna razón para creer que esta cebada descendiese de la del Viejo Mundo que teóricamente Nefi llevase. Los nefitas podrían haber estado usando fácilmente un grano similar del Nuevo Mundo que llamaron cebada y que José Smith tradujo como cebada. Es llamativo que los críticos, después de atacar durante decenios al Libro de Mormón por su “anómala” mención de la cebada, simplemente ignoran los últimos descubrimientos científicos de antigua cebada cultivada en el Nuevo Mundo y dicen que tal cebada es “inaplicable”. Eso es honestidad intelectual.
Hay una gran variedad de granos cultivados en la antigua Mesoamérica que podría llamarse “trigo” o “cebada”. Sorenson ofrece una lista parcial (Sorenson, 1994: 338-339) incluyendo el amaranto, la huauzontle, la chia (usada por los aztecas), el mijo rabo de zorro, dos especies de “maíz perenne” y el teosinte de Chalco. Las referencias provienen de publicaciones especializadas no “mormonas”. Tecleando “wheat” en la nueva base de datos USDA Plants, podemos encontrar que hay numerosas especies nativas norteamericanas cuyos nombres comprenden la palabra “wheat” (trigo). Específicamente, hay múltiples variedades de “trigo de hierba” (wheatgrass), “trigo de gamo” (buckwheat), y “trigo de vaca” (cowwheat), y una especie llamada “trigo indio del desierto” (desert Indianwheat). No hay evidencia de que alguna de éstas se haya cultivado. El asunto, sin embargo, es que los anglohablantes han usado nombres comunes de granos, como trigo o cebada, para designar especies nativas, cosa que muy bien puede haber sucedido con otros pueblos.
Una planta interesante mencionada en el Libro de Mormón es el sheum (Mosíah 9:9). Este término, obviamente, viene del babilonio (acadio) she-um, ‘cebada’ (en antiguo asirio, ‘trigo’), el nombre de cereal más popular en la antigua Mesopotamia (Gelb, 1992: vol. 17, 345-355). La fuente jaredita para este término es la más lógica, porque el grupo jaredita partió de Mesopotamia, aunque la referencia del Libro de Mormón es a una planta cultivada por los zeniffitas, un grupo nefita-mulekita del segundo siglo antes de Cristo (Sorenson, 1994: 338). Sorenson cita esto como ejemplo de un cambio de nombre que podría deberse a que los nefitas en este tiempo tuviesen una palabra distinta para cebada, y podrían llamar a otras especies con el nombre de sheum. Quizás era uno de los varios granos mesoamericanos que hemos enumerado anteriormente.
HIGOS Y UVAS
Higos y uvas se mencionan en 3 Nefi 14:16, cuando el Señor resucitado declara el Sermón del Monte a un grupo de Zarahemla: “¿Se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?”. El modelo griego del Nuevo Testamento dice literalmente “racimos” (staphulas) en lugar de uvas. Mientras que los espinos y los cardos estaban presentes en el Nuevo Mundo, los críticos han argumentado que no había uvas ni higos. Sin embargo algunas clases de uvas sí que estaban presentes, y varias plantas del Nuevo Mundo podrían ser descritas con el término “racimos”. Las higueras mesoamericanas existen, y una corteza de higo es lo que usaban los aztecas para hacer papel. Nótese sin embargo que el Libro de Mormón no dice si las uvas y los higos estaban disponibles para aquellos pueblos; quizás solamente tenían noticia de estas plantas desde sus escrituras de Israel, o quizás el contexto del sermón dejaba claro a qué tipo de frutos disponibles en racimos podría estarse refiriendo. Quizás los nefitas usaban las palabras semíticas correspondientes a higos y uvas para describir las plantas del Nuevo Mundo que iban encontrando. Los argumentos en contra del Libro de Mormón basados en las palabras “higos” y “uvas” se debilitan.
Inventarios extensos de plantas cultivadas en Mesoamérica se han publicado en diversas fuentes (Heiser, 1965: 930-949). Algunos críticos han difundido pequeñas listas de plantas descubiertas en excavaciones individuales, como si estas enumeraciones fraccionadas representasen un problema para el Libro de Mormón. Listas más completas incluyen especies de uva (algunas veces llamada vitis). Algunos críticos dicen que ninguna planta del Viejo Mundo ha sido identificada en las Américas, pero esto es manifiestamente falso. Una bibliografía extensa la tenemos en Pre-Columbian Contact with the Americas Across the Oceans: An Annotated Bibliography, de J.L. Sorenson y M.H. Raish. Evidencia de numerosas plantas del Viejo Mundo, incluyendo plantas cultivadas en cosechas, se han encontrado en el Nuevo Mundo. Estas plantas fueron traídas a través de los océanos, pero no sabemos cómo ni por quién.
La crítica antimormona llega al extremo de Thomas Murphy, quien dice que el Libro de Mormón es falso porque cuenta que la gente comía “trigo y copos de avena”. Del trigo ya hemos hablado. Pero la verdad es que en ningún versículo del Libro de Mormón se menciona que comieran avena ni “copos de avena” ni Choco-Krispies. Murphy ha debido estar leyendo demasiada literatura antimormona.
LA SEDA
Alma 4:6 menciona la seda en el Nuevo Mundo. Algunos estudiosos del Libro de Mormón han propuesto algunos materiales conocidos en Mesoamérica que podrían traducirse como seda. Hasta hace poco algunos han intentado desacreditar a José Smith por mencionar la seda en el Libro de Mormón (ver la página web the old Smithsonian statement on the Book of Mormon), pero hoy día ya hay evidencia de que el gusano de la seda era conocido en el Nuevo Mundo antes de la llegada de Colón (Connell, 1962: 324-325). Otra publicación reciente no mormona, el Museum Quarterly, también ha ofrecido las evidencias de la existencia de seda entre los aztecas (Peigler 1993: 10-11).
Así que los críticos continúan desafiando el Libro de Mormón basados en la vieja creencia de que la seda no existía en las antiguas Américas. Pero ahora resulta que están equivocados. ¿Se trata de otra conjetura afortunada de José, de otro de los casuales aciertos de su creatividad?
BIBLIOGRAFÍA MENCIONADA
• BOHRER, Vorsila L., “Domesticated and Wild Crops in the CAEP Study Area” en Prehistoric Cultural Development in Central Arizona: Archaeology of the Upper New River Region, ed. Patricia M. Spoerl y George J. Gumerman Carbondale, Ill.: Southern Illinois University, 1984, p. 252.
• CONNELL, Maurice W., The Prophet Said Silk, The Improvement Era, Vol. 65, No. 5, May 1962, pp. 324-345.
• GELB Ignace J., et al., The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the University of Chicago, ed. Chicago: Oriental Institute, 1992, vol. 17, pt. 2, 345–55.
• HEISER, C.B. Jr., "Cultivated Plants and Cultural Diffusion in Nuclear America ," American Anthropologist, Vol. 67, pp. 930-949, 1965.
• McGIMSEY, Charles R. y CONNER, Michael D., “Archeobotany”, en Deer Track: A Late Woodland Village in the Mississippi Valley, ed., Kampsville, Ill.: Center for American Archeology, 1985, 44; p. 78.
• PEIGLER, Richard S., Ph.D., Curator of Entomology, “Silkworm of the Aztecs”, en Museum Quarterly, Vol. 2, No. 1 (Spring, 1993): pp. 10-11 (publicada por el Denver Museum of Natural History).
• Science 83 de diciembre de 1983
• SORENSON, John L. y RAISH M.H., Pre-Columbian Contact with the Americas Across the Oceans: An Annotated Bibliography, de 2 vols., Provo, UT: Research, 1990 (disponible a través de FARMS).
• SORENSON, John L., Review of Books on the Book of Mormon, Vol. 6, No. 1, 1994, pp. 338-339.
• SORENSON, John L., y Robert F. SMITH, “Barley in Ancient America”, en Reexploring the Book of Mormon, edited by John W. Welch, 130–32. Salt Lake City: Deseret Book and FARMS, 1992.
• USDA Plants (“barley” y “wheat”).

21 diciembre 2007

El salmo de Nefi







El salmo de Nefi: Un documento posterior a Lehi

por John W. Welch
Traducido por Estrella La Font Díaz

Desarrollando las ideas presentadas en los últimos tres boletines de FARMS, el presente informe examina un ejemplo de cómo el relato que se encuentra en las planchas menores de Nefi refleja la época y las circunstancias en las que fue escrita. La magistral meditación de Nefi en 2 Nefi 4:16-35 se vuelve más intensa y viva si nos damos cuenta de que este salmo fue escrito cuando Nefi se sentía dolorosamente vulnerable después de perder a su padre.

Poco después de bendecir a su posteridad, Lehi murió en la tierra de su primera herencia (2 Nefi 4:14). "No muchos días después?, Lamán, Lemuel y los hijos de Ismael se enfadaron muchísimo con Nefi (2 Nefi 4:13; 5:1-2). El lamento de Nefi de que estaba enojado "a causa de mi enemigo" (2 Nefi 4:27, 29) se refiere más directamente a sus hermanos rebeldes, sus únicos "enemigos" conocidos, quienes, como el salmo recuerda, habían sido confundidos en una ocasión y habían llegado a ?temblar delante de? Nefi (2 Nefi 4:22; ver 1 Nefi 17:52-54). En esta ocasión, al aumentar de nuevo las tensiones con sus hermanos, Nefi anhelaba ser rescatado una vez más.

En su salmo, Nefi se regocija porque Dios le había preservado "sobre las aguas del gran mar" (2 Nefi 4:20). Estas palabras recuerdan el seguro viaje que realizó el grupo y también cómo Nefi se libró de los inicuos designios que sus hermanos tramaban respecto a él. En conflictos anteriores con sus hermanos, Nefi pudo contar con el apoyo emocional de Lehi; pero después de la muerte de su padre, Nefi tuvo que armarse de valor él solo, por lo que su salmo habla con fuerza en primera persona: "Mi Dios ha sido mi apoyo; me ha guiado . . . . El ha oído mi clamor durante el día, y me ha dado conocimiento en visiones durante la noche." (2 Nefi 4:20, 23).

Estando muerto Lehi, cada mención que se hace en las planchas menores que compara Nefi con Lehi (por ej. 1 Nefi 14:29; 17:44) cobra nuevo significado. Cada profecía de que Nefi llegaría a gobernar sobre sus hermanos, cada comentario sobre la iniquidad de sus hermanos y cada predicción acerca de la caída de la posteridad de los mismos, presta fuerza a la legitimidad y justicia de la posición de Nefi como sucesor de Lehi. Por consiguiente, el salmo de Nefi refuerza varios vínculos entre Nefi y su padre fallecido. Así como Lehi había tenido visiones, también las tuvo Nefi (1 Nefi 1:8; 2 Nefi 4:23). Así como se le aparecieron ángeles a Lehi, también ministraron a Nefi (1 Nefi 1:11; 2 Nefi 4:24). Y así como Lehi había implorado misericordia al Señor, también lo hizo Nefi (1 Nefi 1:14; 2 Nefi 4:26).

El sentido salmo de Nefi refleja, sobre todo, el profundo pesar que sentía en el momento en que lo compuso (2 Nefi 4.17, 19). Aunque desvió este pesar hablando de sus propias "iniquidades" (2 Nefi 4:17), probablemente fue la muerte de su padre lo que le hizo sentir tan profundamente su propia mortalidad y sus propios sentimientos de incapacidad.

Sabiendo que el alma de Lehi estaba descansando, Nefi incluyó varios pareados poderosos poniendo énfasis en el despertar de la expiación del Señor. Exclama: "¡Despierta, alma mía!" (2 Nefi 4:28). Alaba a Dios, "la roca de mi salvación?, y suplica ?¿redimirás mi alma, oh Señor?" (2 Nefi 4:30, 31).

Nefi terminó su salmo con una fuerte confianza en que el Señor también le libraría de sus enemigos (2 Nefi 4:31, 33). Después de la muerte de su padre, Nefi sabía que tendría que confiar solamente en el Señor al enfrentarse a los desafíos que suponía el asegurar la paz y la prosperidad de su pueblo (2 Nefi 4:34).

Es un gran tributo a la espiritualidad de Nefi el que él pudiera sobrellevar tantas penalidades reuniendo una creciente fe en Dios. Las planchas menores se escribieron para cubrir muchas necesidades que surgieron después de la muerte de Nefi. El salmo de Nefi encaja particularmente bien en este contexto posterior a Lehi.

16 diciembre 2007

INSCRIPCIONES EGIPCIAS EN AMÉRICA


Interesante descubrimiento muestra detalles que sumados todos, unen y testifican de algo, la veracidad del libro de mormom

INSCRIPCIONES EGIPCIAS EN AMÉRICA
Con el paso del tiempo, los investigadores tenaces suelen obtener nuevas informaciones que enriquecen trabajos anteriores. Es el caso de Paul Gallez en relación a los antiguos egipcios en América, publicado en Predescubrimientos de América [Instituto Patagónico, Bahía Blanca, 2001, p.52 y ss.]. Dice el sabio belga-argentino: “en 1976, Barry Fell [América A.C. Los primeros colonizadores del Nuevo Mundo. México, Diana, 1983]dio su traducción de una inscripción trilingüe hallada en el túmulo funerario de Davenport, en Iowa, describiendo la celebración egipcia del Año Nuevo en el equinocio de marzo. Las tres lenguas son el egipcio, el ibero púnico y el libio. Esta lápida ha sido fechada alrededor del año 800 a.J.C., durante la XXIª dinastía (libia) de Egipto. Las expresiones referidas a la astronomía y a la religión en la escritura hierática egipcia no difieren más que en textos copiados por manos diferentes”.
Según la televisión francesa –escribe Paul Gallez-, una momia egipcia de la misma XXIª dinastía fue perfumada con tabaco y cocaína, dos productos típicamente americanos [“Predescubrimientos de América”, Bahía Blanca, 2001].
Un descubrimiento sensacional, también de Barry Fell, es el uso de signos jeroglíficos por los indios Micmac de Acadia, la parte del Canadá situada al norte del Maine y al sur del estuario del río San Lorenzo. Esta tribu, que pertenece al grupo algonquino (*), fue evangelizada en el siglo XVIII por el abate Maillard (**), quien escribió en jeroglíficos, para sus parroquianos, un catecismo, una historia religiosa, el rito de la misa, las oraciones principales y algunos salmos. Para sus compatriotas franceses, Maillard redactó en 1738 su Manuel hieroglyphicus Micmac. Se ha creído durante dos siglos que Maillard había inventado estos signos jeroglíficos para escribir las oraciones de sus fieles, pero en 1823, sesenta y un años después de la muerte de Maillard, Champolion empezó a descifrarlos. Ahora Barry Fell ha demostrado que estos jeroglíficos egipcios son muy similares a los de los Micmac. ¿Cómo pudo Maillard aprender la escritura egipcia antes que Champolion revelara su lectura e interpretación? Respuesta inevitable, sentencia Gallez: los Micmac conocían y usaban la escritura jeroglífica egipcia y la habían aprendido de los propios egipcios. Cómo y cuándo, si por colonización o de otra manera, son problemas sin resolver, pero haberlo planteado ya es un gran progreso para la ciencia. Lo cierto es que los algonquinos contemporáneos celebran cada año la llegada de sus ancestros a América por mar, pero no saben ni de dónde ni cuándo vinieron.

13 diciembre 2007

El valle de lemuel y el Rio de Laman

Otro viejo argumento para atacar el Libro de Mormón siempre fue la geografía Arábiga que describía. Pero qué sorpresa cuando se fueron haciendo diferentes descubrimientos que sólo confirmaron la veracidad del Libro de Mormón

Francisco J. Ruiz de Mendoza
Universidad de La Rioja






EL VALLE DE LEMUEL Y EL RÍO LAMÁN

En el capítulo 2 del primer libro de Nefi, en el Libro de Mormón, se relata la primera parte del éxodo de la familia de Lehi, su huida, relativamente precipitada, de Jerusalén hacia zonas deshabitadas y, suponemos, donde la familia pudiera estar a salvo de posibles perseguidores que deseaban quitar la vida a Lehi. Según el relato, Lehi y los suyos descendieron “por los contornos de las playas del mar Rojo” y viajaron por el desierto “por los lados que están más próximos a este mar”, durante tres días (1 Nefi 2: 5). Entonces encontraron un valle situado a la orilla de un río que fluía constantemente e iba a desembocar (“desaguaba”) en el Mar Rojo (1 Nefi 2: 6, 8-9). Se ha especulado mucho acerca de la posible localización de este valle y río, especialmente porque comúnmente se ha venido aceptando -también en la época de José Smith- que en Arabia no existen ríos con caudal permanente (cf. Brown, 2002: 60). De hecho, si el Libro de Mormón hubiera sido escrito de manera fraudulenta por José Smith o alguno de sus contemporáneos, la referencia al valle y al río a tres días de distancia al sur de Jerusalén, con los conocimientos del momento, no era una opción nada inteligente.

Hoy en día se han identificado varios parajes que se adecúan, de una forma u otra, a lo descrito por Nefi en relación con su primer lugar de campamento. Uno de ellos es el Valle del Buen Nombre, con un río de caudal permanente que atraviesa las montañas de granito de la orilla oriental del Golfo de Aqaba, a unos cien kilómetros al sur de Aqaba, y que, a pesar de que actualmente se extrae un volumen importante de agua del mismo, todavía llega prácticamente a la orilla del Mar Rojo.

El valle es impresionante, por lo escarpado de su relieve, lo que dota de mayor contenido a las palabras de Lehi cuando le dijo a su hijo Lemuel: “¡Oh, si fueras tú semejante a este valle, firme, constante e inmutable en guardar los mandamientos del Señor”. Las mismas palabras habrían carecido de impacto para Lemuel en un paisaje menos impresionante. Pero aún hay algún detalle adicional muy significativo. Tengamos en cuenta, un versículo antes, las palabras de Lehi a su hijo Lamán: “¡Oh, si fueras semejante a este río, fluyendo continuamente en la fuente de toda justicia!”. El lector de los dos primeros capítulos del primer libro de Nefi, al llegar a ambos versículos no puede sino quedarse un tanto extrañado. ¿Por qué Lehi usa este tipo de lenguaje figurado? ¿Por qué pone el nombre de sus hijos mayores, Lamán y Lemuel, al valle y al río respectivamente?

La segunda pregunta se nos aclara más adelante, en el versículo 11: “Esto habló por causa de la dureza de cerviz de Lamán y Lemuel; pues he aquí, murmuraban contra su padre en muchas cosas, que era visionario, y los había sacado de Jerusalén, abandonando la tierra de su herencia, y su oro, y su plata y objetos preciosos, para perecer en el desierto [...]”. Evidentemente, Lehi estaba sumamente preocupado por la ínfima sensibilidad espiritual de sus dos hijos mayores, comparable a la de los judíos que buscaban matarle, y se esforzaba por encontrar la mejor forma de dejarles una impresión espiritual duradera, como se hace patente en un comentario posterior de Nefi (v. 14): “Y aconteció que mi padre les habló en el valle de Lemuel con poder, pues estaba lleno del Espíritu, al grado de que sus cuerpos temblaron delante de él, y los confundió, de modo que no osaron hablar contra él [...]”. Este comentario nos lleva a la primera pregunta, por qué Lehi usa lenguaje figurado y, en relación con este interrogante, por qué pone al río el nombre de Lamán y al valle el nombre de Lemuel.

En mi opinión, la respuesta tiene que ver con dos hechos: uno, la antigua costumbre de poner nombres nuevos a lugares que adquirieran algún significado especial, aun a sabiendas de que el nombre se perdería, como ya advirtiera Hugh Nibley en su obra Lehi in the Desert (p. 75-76), costumbre que muy difícilmente podía conocer José Smith; dos, el fuerte valor significativo de la forma de lenguaje figurado escogida por Lehi en esta ocasión, la de un símil basado en una vivencia específica de la familia (la presencia de un accidente orográfico imponente) que, además, incorporaba, como ya notara John Tvedtnes (1986: 64), un interesante juego de palabras que difícilmente se le pudo haber ocurrido a José Smith. En efecto, una de las palabras que se utilizan en hebreo para designar un río es nahar, cuya raíz (verbal) significa “fluir”; por otra parte, la palabra hebrea ‘eytan, correspondiente a 'valle', es también un adjetivo que significa 'perenne, duradero, firme'. Si Lehi escogió estos términos a propósito, “río” y “fluyendo”, del versículo 9, y “valle” y “firme, constante, e inmutable”, del versículo 10, son en el fondo palabras de la misma raíz, con lo que al juego conceptual provocado por el símil situacional se une, potenciándolo, un importante juego fónico.

08 diciembre 2007

Señales del nacimiento de Cristo (video)


Este video fue producido por miembros de la Estaca Chillán, Chile y cuenta el relato transmitido de generación en generación al interior pueblo Mapuche, pueblo originario que habitó gran parte del centro y sur de Chile, a partir del conocimiento que sus antepasados tenían sobre una noche en que no hubo obscuridad.

Este hecho corresponde a una de las señales del nacimiento de Cristo, mencionada en El Libro de Mormón, en 3 Nefi 1: 15 y 19. Señal que además había sido profetizada con anticipación por Samuel el Lamanita.
15 Y aconteció que se cumplieron las palabras que se dieron a Nefi, tal como fueron dichas; porque he aquí, a la puesta del sol, no hubo obscuridad; y el pueblo empezó a asombrarse porque no hubo obscuridad al caer la noche.
19 Y sucedió que no hubo obscuridad durante toda esa noche, sino que estuvo tan claro como si fuese mediodía. Y aconteció que en la mañana el sol salió de nuevo, según su orden natural; y entendieron que ese era el día en que había de nacer el Señor, por motivo de la señal que se había dado.
Destacamos quer el personaje protagónico de este video es un mapuche auténtico, miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

El Códice Grolier



Esta es una imagen del mencionado Códice Grolier, un Códice es algo asi como un conjunto de escritos antiguos, bueno si hacemos una analogia comparando este códice con el libro de mormón, obtendremos una lección.


El Códice Grolier nos da una lección de sensatez

Basado en investigaciones realizadas por John L. Sorenson y John W. Welch.
Traducido por Estrella La Font Díaz

La historia de cómo se autentificó el Códice Grolier hace veinticinco años todavía nos enseña algunas lecciones valiosas en cuanto a los peligros de sacar conclusiones precipitadas así como sobre los problemas de poner calificativos, aun cuando los eruditos implicados ya no mantienen sus posturas originales. Según ha sido tratado recientemente por John L. Sorenson, el descubrimiento de manuscritos antiguos es un tema delicado que, para algunos, puede resultar inquietante1.

En 1971, se descubrió en el sur de México lo que parecía ser un antiguo códice mesoamericano. Se afirmó que procedía de "arqueología no autorizada" (la mayoría de los arqueólogos lo llamarían pillaje). Los expertos en Mesoamérica lo tacharon de falso sin dedicarle mucha atención o ninguna. Michael D. Coe fue uno de los que más defendió la autenticidad del documento, que finalmente recibió el nombre de "Códice Grolier"2. El afamado experto en temas mayas, Sir J. E. S. Thompson, jugó un papel primordial en contra de esta tesis3.

En 1992, Coe dijo sobre Thompson que éste había "ignor[ado] el argumento principal al centrarse en detalles que, según él pensaba, le ofrecían mayores posibilidades de dar una estocada maestra"4. Thompson, por su parte, había criticado a Yuri Knorosov, el lingüista soviético que ha sido reconocido por muchos como el principal artífice del desciframiento de los jeroglíficos mayas. Thompson consideró que la postura de Knorosov era absolutamente insostenible y tildó el trabajo del ruso de "patraña marxista".

En general, hoy en día, se reconoce la autenticidad del Códice Grolier, basándose en las características del propio documento y no en la forma, poco ortodoxa, en que fue descubierto. Tras haber quedado plenamente demostrada su autenticidad, Coe cree que si el Códice Grolier hubiera tenido un origen menos cargado de prejuicios, "habría [sido] aceptado como genuino hasta por el más reticente de los eruditos"5.

Los que habían asegurado que el Códice Grolier era falso cometieron al menos cinco errores, los mismos que suelen cometer los críticos del Libro de Mormón:

(1) Permitieron que la aparición poco convencional del códice prejuzgara el caso. Al igual que Thompson, quien hizo gala de un escepticismo dogmático desde el principio, muchos han descartado, de manera conminatoria, que se pueda dar tratamiento científico al Libro de Mormón.

(2) Además, los que se opusieron al Códice Grolier lo descartaron sin examinarlo con detalle. De manera similar, como una vez informó Thomas O'Dea, "el Libro de Mormón no ha sido considerado, en general, como uno de esos libros que deban leerse para poderse formar una opinión sobre el mismo"6.

(3) Los que juzgaron erróneamente el Códice Grolier sacaron poco beneficio de su estrechez de mente. Actuaron de forma irreflexiva, basándose en opiniones que habían dejado que se consolidaran, hacía mucho tiempo, en un cemento intelectual de su propia hechura.

(4) Cuando los que estaban en contra del Códice Grolier dedicaron tiempo a examinarlo, decidieron cargar contra pequeños detalles, los cuales ofrecían blancos más fáciles que las características principales de aquél complejo documento. Esto nos recuerda la actitud de Alexander Campbell, quien se deleitaba hasta la saciedad señalando, de manera quisquillosa, los pequeños desatinos gramaticales que encontró en la primera edición del Libro de Mormón7.

(5) Finalmente, si todo lo demás falla, el crítico siempre puede acudir a los calificativos. En estos casos, la lección se vuelve particularmente lamentable, ya que incluso un erudito tan responsable como el propio Coe, en cierta ocasión, se refirió al Libro de Mormón en términos despectivos8. Hacer esto es igual de poco afortunado y de improcedente tanto si se trata de juzgar el Libro de Mormón como si se está tachando de "marxista" la labor de erudición de Knorosov con el fin de empañarla. El uso de semejantes calificativos le permite a uno evitar el penoso trabajo de investigación seria que debería realizarse antes de emitir un juicio en cuanto a la autenticidad de cualquier texto que pudiera ser antiguo.

Algún día aflorará la verdad en lo que respecta a la autenticidad del Libro de Mormón. Hasta ese momento, las insinuaciones despectivas y el trabajo de investigación descuidado no hacen ningún bien a nadie.

NOTAS
1. John L. Sorenson, "The Book of Mormon as a Mesoamerican Record", en Book of Mormon Authorship Revisited, ed. Noel B. Reynolds (1997), 484-6.

2. Véase Michael D. Coe, Breaking the Maya Code (1992), 227-9-

3. J. E. S. Thompson, reseña de The Maya Scribe and His World, de Michael D. Coe, The Book Collector 26(1976): 64-75.

4. Coe, Breaking the Maya Code, 229.

5. Ibíd.

6. Thomas F. O'Dea, The Mormons (1957), 26.

7. Alexander Campell, "Delusions", Millennial Harbinger (10 febrero 1831): 85-97.

8. Michael D. Coe, "Mormons and Archaeology: An Outside View", Dialogue 8/2 (1973): 40-

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