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08 diciembre 2007

El Códice Grolier



Esta es una imagen del mencionado Códice Grolier, un Códice es algo asi como un conjunto de escritos antiguos, bueno si hacemos una analogia comparando este códice con el libro de mormón, obtendremos una lección.


El Códice Grolier nos da una lección de sensatez

Basado en investigaciones realizadas por John L. Sorenson y John W. Welch.
Traducido por Estrella La Font Díaz

La historia de cómo se autentificó el Códice Grolier hace veinticinco años todavía nos enseña algunas lecciones valiosas en cuanto a los peligros de sacar conclusiones precipitadas así como sobre los problemas de poner calificativos, aun cuando los eruditos implicados ya no mantienen sus posturas originales. Según ha sido tratado recientemente por John L. Sorenson, el descubrimiento de manuscritos antiguos es un tema delicado que, para algunos, puede resultar inquietante1.

En 1971, se descubrió en el sur de México lo que parecía ser un antiguo códice mesoamericano. Se afirmó que procedía de "arqueología no autorizada" (la mayoría de los arqueólogos lo llamarían pillaje). Los expertos en Mesoamérica lo tacharon de falso sin dedicarle mucha atención o ninguna. Michael D. Coe fue uno de los que más defendió la autenticidad del documento, que finalmente recibió el nombre de "Códice Grolier"2. El afamado experto en temas mayas, Sir J. E. S. Thompson, jugó un papel primordial en contra de esta tesis3.

En 1992, Coe dijo sobre Thompson que éste había "ignor[ado] el argumento principal al centrarse en detalles que, según él pensaba, le ofrecían mayores posibilidades de dar una estocada maestra"4. Thompson, por su parte, había criticado a Yuri Knorosov, el lingüista soviético que ha sido reconocido por muchos como el principal artífice del desciframiento de los jeroglíficos mayas. Thompson consideró que la postura de Knorosov era absolutamente insostenible y tildó el trabajo del ruso de "patraña marxista".

En general, hoy en día, se reconoce la autenticidad del Códice Grolier, basándose en las características del propio documento y no en la forma, poco ortodoxa, en que fue descubierto. Tras haber quedado plenamente demostrada su autenticidad, Coe cree que si el Códice Grolier hubiera tenido un origen menos cargado de prejuicios, "habría [sido] aceptado como genuino hasta por el más reticente de los eruditos"5.

Los que habían asegurado que el Códice Grolier era falso cometieron al menos cinco errores, los mismos que suelen cometer los críticos del Libro de Mormón:

(1) Permitieron que la aparición poco convencional del códice prejuzgara el caso. Al igual que Thompson, quien hizo gala de un escepticismo dogmático desde el principio, muchos han descartado, de manera conminatoria, que se pueda dar tratamiento científico al Libro de Mormón.

(2) Además, los que se opusieron al Códice Grolier lo descartaron sin examinarlo con detalle. De manera similar, como una vez informó Thomas O'Dea, "el Libro de Mormón no ha sido considerado, en general, como uno de esos libros que deban leerse para poderse formar una opinión sobre el mismo"6.

(3) Los que juzgaron erróneamente el Códice Grolier sacaron poco beneficio de su estrechez de mente. Actuaron de forma irreflexiva, basándose en opiniones que habían dejado que se consolidaran, hacía mucho tiempo, en un cemento intelectual de su propia hechura.

(4) Cuando los que estaban en contra del Códice Grolier dedicaron tiempo a examinarlo, decidieron cargar contra pequeños detalles, los cuales ofrecían blancos más fáciles que las características principales de aquél complejo documento. Esto nos recuerda la actitud de Alexander Campbell, quien se deleitaba hasta la saciedad señalando, de manera quisquillosa, los pequeños desatinos gramaticales que encontró en la primera edición del Libro de Mormón7.

(5) Finalmente, si todo lo demás falla, el crítico siempre puede acudir a los calificativos. En estos casos, la lección se vuelve particularmente lamentable, ya que incluso un erudito tan responsable como el propio Coe, en cierta ocasión, se refirió al Libro de Mormón en términos despectivos8. Hacer esto es igual de poco afortunado y de improcedente tanto si se trata de juzgar el Libro de Mormón como si se está tachando de "marxista" la labor de erudición de Knorosov con el fin de empañarla. El uso de semejantes calificativos le permite a uno evitar el penoso trabajo de investigación seria que debería realizarse antes de emitir un juicio en cuanto a la autenticidad de cualquier texto que pudiera ser antiguo.

Algún día aflorará la verdad en lo que respecta a la autenticidad del Libro de Mormón. Hasta ese momento, las insinuaciones despectivas y el trabajo de investigación descuidado no hacen ningún bien a nadie.

NOTAS
1. John L. Sorenson, "The Book of Mormon as a Mesoamerican Record", en Book of Mormon Authorship Revisited, ed. Noel B. Reynolds (1997), 484-6.

2. Véase Michael D. Coe, Breaking the Maya Code (1992), 227-9-

3. J. E. S. Thompson, reseña de The Maya Scribe and His World, de Michael D. Coe, The Book Collector 26(1976): 64-75.

4. Coe, Breaking the Maya Code, 229.

5. Ibíd.

6. Thomas F. O'Dea, The Mormons (1957), 26.

7. Alexander Campell, "Delusions", Millennial Harbinger (10 febrero 1831): 85-97.

8. Michael D. Coe, "Mormons and Archaeology: An Outside View", Dialogue 8/2 (1973): 40-


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