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04 agosto 2009

Aspectos inusuales inusualmente narrados

Un Documento Único.
Desde Cumora:
El Libro de Mormón en el mundo moderno.



El aspecto más maravilloso del Libro de Mormón, filológicamente hablando, es que no hay nada que discutirle. Las falsificaciones literarias masivas son fácilmente detectadas por aquellos resueltos a no dejarse engañar y pueden ser absolutamente desacreditadas ante los ojos de cualquiera dispuesto a escuchar la evidencia.

Nada podría ser más fácil que exponer la vasta y detallada historia del Libro de Mormón como fraude si ese fuera el caso. Justamente dejarlo de lado no es suficiente; uno puede dejar de lado cualquier cosa; pero ignorar al Libro de Mormón después de los reclamos que ha hecho, la influencia que ha ejercido y las oportunidades que ha ofrecido a los críticos de exponerlo, es huir de él.

Si el Libro de Mormón es una invención, diez páginas del mismo deberían ser suficiente para habilitar a cualquier estudiante de documentos antiguos, no únicamente a rechazarlo, sino también a demostrar al mundo exactamente por qué lo encuentra fraudulento. Esto, extrañamente, ningún erudito ha podido lograrlo, aunque muchos eminentes eruditos se han dado secretamente a la tarea de llevar a cabo esa "fácil y gratificante aporte a la humanidad".

Existen tres explicaciones posibles para el origen del Libro de Mormón. Una es que es el producto de la generación espontánea. Otra es que llegó a existir en la forma en  José Smith dijo que llegó a existir, por la intermediación de mensajeros especiales y dones de Dios. La tercera es la hipótesis de que José Smith o algún otro grupo o grupos simplemente lo hicieron aparecer. Ningún experimento se ha llevado a cabo jamás para probar alguna de esas teorías. La primera no ha sido siquiera considerada, la segunda ha sido desechada con una desdeñosa ola de aplausos y la tercera ha sido aceptada sin cuestionamientos o indecisión.

Y aunque la tercera teoría es tan completamente extravagante como las otras dos, la misma demanda, limita la credibilidad y la suspensión de todo juicio crítico por parte de cualquiera que la acepte. Está basada en la simple proposición de que ya que la gente escribe libros, alguien, a saber, José Smith o un contemporáneo, escribió éste. 

Pero para hacer esta tesis válida es necesario demostrar no solamente que la gente ha escrito libros, sino que alguien ha sido capaz de producir un libro similar a este. ¿Dónde encontrarán una obra que remotamente se aproxime al Libro de Mormón en alcance y audacia? 



El Libro de Mormón aparece repentinamente de la nada -no se trata de una acumulación de revelaciones durante 25 años como el Corán, sino un único desarrollo, estallando como una explosión en medio de un mundo conmocionado y escandalizado; la historia auténtica de un pueblo antiguo, siguiéndolos a través de todos los desafíos, triunfos y vicisitudes de miles de años sin interrupción, contando cómo una civilización tuvo su origen, alcanzó una grandeza momentánea y desapareció, dando la debida atención a cada fase de la historia de la civilización en una densamente compacta y vertiginosa historia que interrelaciona docenas de argumentos con una inagotable fertilidad de invención y una misteriosa consistencia que nunca es sorprendida en un desliz o contradicción. 

Respetuosamente solicitamos el nombre de cualquier estudiante o investigador del mundo que pudiera recorrer las diez mil millas de tal clase de ideas. Como un absoluto tour de fuerza no hay nada como él. La teoría de que José Smith escribió el Libro de Mormón simplemente no merece mayor atención. ¿Qué clase de libro es este?

El Libro de Mormón es una estructura colosal. Considerado puramente como ficción, es una realización sin paralelo. ¿Qué otro ejemplar puede duplicar esta riqueza de detalles y entretejer tal nivel de complejidad, esta factual precisión combinada con una simple y luminosa lucidez?

Cualquier libro que escojamos es débil. En comparación: algunos de ellos tienen solo una cualidad y otros otra, pero al igual que el Hornero de Matthew Arnold, el Libro de Mormón combina éstas usualmente incomparables cualidades, en una estructura de impecable consistencia.

Nuestra literatura americana esta repleta de grandes, torpes, incoherentes, sosas, aburridas y contradictorias obras, prolongando las reminiscencias e impresiones (usualmente adolescentes) personales de su autor en las grandes y trilladas extensiones de tinta y papel. Pero esta brusca y compacta historia religiosa de miles de años está del todo alejada del posible alcance de la imaginación creativa.

Para verificar esta aseveración, permitan al lector escéptico que piense en un número: Cualquier número entre el 10 y el 30; entonces, iniciando en la página 1 del Libro de Mormón, permítanle examinar cada página del libro que es un múltiplo de ese número y veamos qué es lo que encuentra. O dejémosle escoger por decir una cantidad, 50 números o cualquier otra cantidad, entre 1 y 500 y entonces consulten esas páginas del Libro de Mormón. El punto a considerar aquí es que estamos escogiendo un gran número de aspectos del Libro de Mormón y lo estamos haciendo de forma completamente aleatoria. ¡Que pasmosa riqueza de detalles descubrimos! ¡Que ¡limitada capacidad de inventiva! Analicemos, por ejemplo, una serie de páginas:




Página 1: Un colofón explicando quien escribió el libro, su trasfondo, sus fuentes de información, su grado de confiabilidad, su cultura, el lenguaje en el que se está escribiendo, un recuento de la época y lugar de su historia, las peculiares condiciones prevalecientes, las preocupaciones y viajes de Lehi—todo esto y mas en los primeros cinco versículos.

Página 20: Se interpreta un sueño sobre un grande y espacioso edificio; Nefi ve en visión las guerras, tribulaciones y por último el extermino de sus descendientes, grandes destrucciones sobre la tierra y la visita del Salvador a los sobrevivientes.

Página 40: Disensión y problemas a bordo; Nefi es atado y la nave casi sucumbe ante un tifón; el pueblo arriba al Nuevo Mundo y continúa sus prácticas de agricultura y pastoreo nómada del Viejo Mundo; domestican animales y buscan metales preciosos.

Página 60: La conclusión de un himno de agradecimiento por parte de Nefi, asombrosamente parecido al Himno de Acción de Gracias de los Rollos del Mar Muerto. (Algunos han llamado a esto un salmo, pero estrictamente hablando un salmo es una plegaria ritual asociada con los rituales del templo.) Los hermanos de Nefi lo acusan de querer erigirse como rey sobre ellos y planean deshacerse de él. Por su parte Nefi sale de la tierra llevando consigo a todo aquel que este dispuesto a unírsele. Hay una descripción de la forma en que tales civilizaciones se esparcen entre esas tierras vírgenes.

Página 80: Citas completas tomadas del libro de Isaías; ya hemos visto algunos indicios de cuán atrevidas e ingeniosas pueden ser esas traducciones del libro de Isaías.

Página 100: Un discurso de Nefi sobre el modus operandi de Satanás en este mundo; profetiza el recogimiento final de Israel y describe las condiciones bajo las cuales se llevará a cabo.

Para ahorrar espacio saltemos de las primeras cien páginas, hasta las últimas cien.


Página 420: Describe la época posterior de un grande y muy exactamente descrito terremoto, evento que esperamos analizar mas tarde.

Página 440: Aquí Jesús mismo esta dirigiéndose al pueblo a quien se ha manifestado después de la resurrección, mostrándoles todo lo que los profetas hablaron de él.

Página 460: El profeta Mormón, de tan solo diez años de edad, recibe instrucciones sobre el cuidado de registros sagrados en los malos tiempos que están por venir. Un año después va con su padre a Zarahemla y es sobrecogido por la contemplación del lugar. Una complicada guerra local en esa época es feroz.

Página 480: Nos remontamos miles de años atrás hasta la época de la dispersión de la gran torre, describiendo con cierto detalle la naturaleza de esas migraciones proto-históricas.

Página 500: Las extrañas costumbres de los reyes Jareditas son descritas -como pasan sus días en la cautividad. Profetas, incluido Éter, aparecen entre el pueblo.

Página 520: Moroni, habiendo finalizado su infausta historia, tiene todo el tiempo del mundo en sus manos; escribe un potente testimonio de su libro y discursa sobre los varios dones del espíritu.


De no ser suficiente, el lector puede continuar el ejercicio por sí mismo. En este ejercicio hemos seleccionado aleatoriamente menos del dos por ciento de las páginas del Libro de Mormón y de cada una de ellas hemos tomado por lo menos un tópico o dos. Este tipo de ejercicio es una buena forma de llamar la atención sobre el denso y compacto contenido del libro; la extraordinaria distribución del material, el fácil, aceptable, confiable y útil manejo del vasto y complicado detalle. ¿En dónde más se puede encontrar tan inagotable inventiva combinada con tan infalible precisión y consistencia?

Para plantear el asunto de manera burlona, pero no injusta, el artista debe, no únicamente balancear un tazón con peces de colores y tres velas encendidas en el extremo de un palo mientras intenta sacudirse una multitud de tábanos, sino al mismo tiempo debe estar tallando una inmortal pieza estatuaria en un bloque de sólida diorita. Ante una empresa de tal envergadura, simplemente evitar la confusión y el desastre totales sería un logro sobrehumano. Pero esa no es la tarea; se trata únicamente de un detalle coincidente con el tema central que estamos tratando, el cual es, con todo este consumadamente diestro manejo de simple detalle técnico, tener algo significativo que decir; no únicamente significativo, sino profundo, conmovedor y tan relevante, dadas las peculiares condiciones de nuestros propios días, como para resonar en nuestros oídos con voz de trueno.

Uno queda horrorizado ante la presunción de esos periodistas, profesores y seudo-escritores quienes a través de los años han hecho burla del pintoresco lenguaje y desconocido asunto tratado en el Libro de Mormón, mientras que por otra parte, escogen ignorar su alcance y maestría sin paralelo. Uno está sorprendido por la fácil desfachatez de aquellos que todavía nos aseguran que cualquiera con un poco de tiempo en sus manos y una Biblia abierta a su lado, podrían producir un Libro de Mormón.

Lo menos que puede hacer el cándido estudiante es admitir que estamos lidiando contra un problema. Aquí existen elementos de la producción del Libro de Mormón que nosotros simplemente no comprendemos. Esto fue francamente admitido en los días de José Smith y todo el cuerpo de literatura dedicado a exponer los triunfos del Libro de Mormón, únicamente exponen la confusión de sus autores. Los estudiantes de la Biblia ahora se encuentran a sí mismos en la misma situación. Hace treinta años todo seminarista estaba convencido de que conocía de dónde provenían tanto la Biblia como el Libro de Mormón. Esos fueron los días en los que ellos tenían todas las respuestas, pero actualmente nuevas pruebas están siendo aplicadas al texto bíblico y sugerimos se apliquen las mismas pruebas al Libro de Mormón (1).

Fuente
  1. Desde Cumora: El Libro de Mormón en el mundo moderno.Parte del capitulo, Hugh Nibley.


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1 comentario:

aerview dijo...

El leer este articulo me hizo tener el deseo de leer todo el libro completo de donde proviene,ya lo descargue y estoy en eso asi que gracias por sus articulos obispo:D

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