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06 octubre 2007

Quiasmos


Este es un clasico, creo que fue el primer articulo que lei sobre evidencias del libro de mormon,marco el inicio de un gran interes por este tema,lo que a travez de los años a aumentado,aunque este no es el articulo original que lei,asi que como no colocarlo...


QUIASMOS
Un estilo de escritura hebrea, es el llamado "quiasmo" o "Chiasmus", el cual ha sido usado por muchos autores
semíticos por cerca de 3000 años. La cultura hebrea (la del Antiguo Testamento) usó este estilo en muchas partes del
sus escrituras

El quiasmo consiste en una progresión de ideas o elementos escritos en forma que se dirigen a un tema principal y
luego las mismas ideas o elementos se escriben en reversa alejándose del punto principal. Un quiasmo simple es un
paralelismo con los elementos de la segunda línea en reversa. Por ejemplo sencillo seria el diagrama de paralelos en el
Salmo 124:7

"Nuestra Alma escapo cual ave
del lazo de los cazadores
Se rompió el lazo
Y escapamos nosotros"

Este cruzamiento fue notado primero por teólogos alemanes e ingleses, en el siglo XIX, pero la idea tuvo que aguardar
hasta la década de 1930 para que alguien la pudiese dar a conocer al mundo (Nils Lund) en una forma convincente.
Actualmente son comunes los artículos que hablan acerca del tema. Gracias al descubrimiento del quiasmo, se ha
logrado tener una mayor comprensión de la literatura bíblica, un ejemplo de esto seria el Salmo 3:7-8, el cual dice:

"... Sálvame Dios mío; Porque tu heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos
quebraste. La salvación es de Jehová..."

a primera vista, este versículo no tiene nada de raro, excepto alguna redundancia en las ideas; sin embargo, si
disponemos este versículo en la siguiente forma, veremos algo que quizás no habíamos notado:

Sálvame Dios mío;
Porque tu heriste
a todos mis enemigos
en la mejilla;
Los dientes
de los perversos
quebraste
La Salvación es de Jehová

Ahora resulta bastante claro que la repetición y la redundancia no eran algo casual, sino que era la idea original del
autor, una idea que expresa una gran belleza y refinación literaria, y que es típico de los pueblos del medio oriente,
donde se escribió la Biblia.

Otros ejemplos de la Biblia pueden ser Génesis 7:21-23, Salmo 58, Isaias 55:8, Isaias 6:10, etc. Sin embargo, resulta
interesante el ver que algunos de los mayores y mas espectaculares ejemplos de quiasmo, se encuentran en el Libro de
Mormón.

El Libro de Mormón afirma haber sido escrito por descendientes de personas que vivieron en el área del medio
oriente, donde se utilizo mas profusamente el estilo del Quiasmo, y en sus escritos exhibe muchos y complejos
ejemplos de quiasmos, los cuales muy difícilmente se pueden explicar de haber sido escritos por José Smith (o por
cualquier otra persona del siglo XIX), debido a que los primeros estudios serios sobre quiasmos fueron publicados en
Europa mas de 10 años después de la muerte de José, y en el mismo Libro de Mormón fueron descubiertos recién en
los años 60 por John W. Welch.

Algunos ejemplos de quiasmos en el Libro de Mormón pueden ser:

Mosiah 5:10-12

(a)Y acontecerá que quien no tome sobre si el NOMBRE de Cristo
(b) Tendrá que SER LLAMADO por algún otro nombre
(c) Por tanto, se hallara a la IZQUIERDA DE DIOS
(d)Y quisiera que RECORDASEIS que este es el NOMBRE
(e) Que dije que os daría, el cual NUNCA SERIA BORRADO
(f) Sino por TRANSGRESION
(f’) Por tanto, tened cuidado de no TRANSGREDIR
(e’) Para que el nombre NO SEA BORRADO de vuestros corazones
(d’)Yo os digo: quisiera que os ACORDASEIS de conservar siempre escrito ese
NOMBRE
(c’) En vuestros corazones para que no os halléis a la IZQUIERDA DE DIOS
(b’) Sino que le oigáis y conozcáis la voz por la cual SEREIS LLAMADOS
(a’)Y también el NOMBRE por el cual el os llamara.

En este pasaje el uso del paralelismo es centrado en el peligro de la transgresión (pecado) y la importancia de tomar
sobre nosotros el nombre de Cristo.

Otro interesante ejemplo, lo constituye Alma 41:13-14 con su mensaje sobre el termino "restauración":

Oh, hijo mío, tan no es el caso; sino que el significado de la palabra restauración
es volver de nuevo mal por mal, o carnal por carnal, o diabólico por diabólico;
(a,a) BUENO por lo que es BUENO,
(b,b) RECTO por lo que es RECTO,
(c,c) JUSTO por lo que es JUSTO,
(d,d) MISERICORDIOSO por lo que es MISERICORDIOSO.
(d) Por tanto, hijo mío, procura ser MISERICORDIOSO con tus hermanos
(c) Trata con JUSTICIA
(b) Juzga con RECTITUD
(a) Y haz lo BUENO sin cesar; Y si haces todas estas cosas, entonces recibirás tu galardón
(d) Si, la MISERICORDIA te será restablecida de nuevo,
(c) La JUSTICIA te será restaurada otra vez
(b) Se te RESTITUIRA un justo juicio nuevamente
(a) Y se te recompensara de nuevo con lo BUENO

este ejemplo, constituye un uso de paralelismo aun mas complejo que los clásicos, en los cuales Alma explica a su
hijo el hecho de que si hacemos tales cosas esas serán las que nos serán restauradas en el día final.
En el libro de Nefi, se encuentran muchos ejemplos de Quiasmos, de hecho, los primeros dos Nefi parecen haber sido
organizados de esta manera. Aun mas interesante resulta ser la estructura del Libro de Mosiah, el cual es organizado
como un complejo quiasmo centrado en las enseñanzas mesiánicas de Abinadi, y poniendo énfasis en las enseñanzas
de Benjamin y de Mosiah.

A El Rey Benjamin exhorta a sus hijos (1:1-8)
B Mosiah es elegido para suceder a su padre (1:10)
C Mosiah recibe los registros sagrados (1:16)
D Discurso del Rey Benjamin (2:9-5:15)
E El pueblo entra a un convenio (6:1)
F Son ordenados los sacerdotes (6:3)
G Ammon viaja a Zarahemla y descubre la tierra de Lehi-Nefi (7:1-6)
H Gente en cautiverio, Ammon sale de la prisión (7:15)
I Las 24 planchas de oro (8:9)
J Zeniff comienza los registros y sale de Zarahemla (9:1)
K Defensa ante los Lamanitas (9:14-10:20)
L El Rey Noé y los sacerdotes (11:1-15)
M Abinadi es perseguido y cae en prisión (11-12)
N Abinadi expone la vieja Ley de Moisés y las viejas
profecías Mesiánicas a los sacerdotes (13-14)
N’Abinadi da nuevas profecías acerca de Jesucristo (15-16)
M’ Abinadi es perseguido y muerto (17:5-20)
L’ El Rey Noé y los sacerdotes (18:32-20:5)
K’ Los Lamanitas atacan a la gente de Limhi (20:6-26)
J’ Los registros de Zeniff finalizan al salir de la tierra de Lehi-Nefi (22)
I’ Las 24 planchas de oro (21:27, 22:14)
H’ La gente de Alma en problemas (23)
G’ Alma sale de la tierra de Lehi-nefi hacia Zarahemla (24)
F’ La Iglesia es organizada por Alma (25:14-24)
E’ Muchos no quisieron hacer un convenio (26:1-4)
D’ Las palabras de Alma y las palabras del ángel del Señor (26-27)
C’ Alma hijo recibe los registros (28:20)
B’ Jueces son elegidos para reemplazar los reyes (29:5-32)
A’ Mosiah exhorta a su gente (29:5-32)

El quiasmo de Mosiah es tan complejo que contiene aun mas elementos que los nombrados, por ejemplo, en su primer
versículo, Mosiah 1:1 habla de "una paz continua" en la tierra, atribuida al buen reinado de Benjamin, y al finalizar el
libro nuevamente se refiere a que se había establecido "la paz en la tierra", atribuida al trabajo hecho por Mosiah y los
Jueces.

Como mencione antes, el punto focal del Libro de Mosiah constituyen las enseñanzas Mesiánicas de Abinadi (para
variar, Cristo es el centro del Libro de Mormón), precedidos y continuados por las enseñanzas del rey Benjamin y del
rey Mosiah, y los resultados de no vivir el evangelio y de seguirlo. Difícilmente alguien pudo haber escrito esto y en
forma accidental resultar los niveles de paralelismo que exhibe el texto completo, a menos que hubiese venido de una
cultura en la cual este tipo de escritura halla sido algo de su tradición.

Quizás el mayor y mas hermoso ejemplo de quiasmo del Libro de Mormón (y quizás de todas las escrituras(, lo
constituye el capitulo 36 de Alma, con su quiasmo en torno a Cristo. Alma 36 está centrada en la experiencia de Alma
cuando en profunda desesperación a causa de sus pecados recuerda el nombre de Cristo, se entrega a el, y es redimido:

(a) Hijo mío, da oído a mis PALABRAS (1)
(b) Al grado que GUARDES LOS MANDAMIENTOS DE DIOS PROSPERARÁS en la tierra (1)
(c) QUE HICIESES LO QUE YO HE HECHO (2)
(d) RECORDANDO EL CAUTIVERIO de nuestros padres (2)
(e) Por que estaban en CAUTIVERIO (2)
(f) Nadie podía RESCATARLOS (2)
(g) Salvo EL DIOS de Abraham, Isaac y Jacob (2)
(h) Él de cierto los LIBRÓ (2)
(i) Porque (yo) SÉ (3)
(j) Pongan su CONFIANZA EN DIOS (3)
(k) SOSTENIDOS EN...TRIBULACIONES Y...DIFICULTADES Y...AFLICCIONES (3)
(l) YO SÉ.DE DIOS (4)
(m) Hubiese NACIDO DE DIOS (5)
(n) Dios me ha.HECHO SABER estas cosas a mí (5)
(o) Yo andaba.TRATANDO DE DESTRUIR la Iglesia de Dios (6)
(p) Y me levanté y me PUSE DE PIE (8)
(q) no pude abrir mi boca NI HACER USO de mis miembros (10)
(r) ANGEL (11)
(s) Miedo de VOLVER A LA PRESENCIA de Dios (14-15)
(t) Era ATORMENTADO CON LAS PENAS del infierno (16)
(u) Me vi atormentado mi alma CON INDECIBLE HORROR (14)
(v) Me atribulaba el RECUERDO DE MIS MUCHOS PECADOS (16)
(w) ME ACORDE haber oído (17)
(x) JESUCRISTO, UN HIJO DE DIOS (17)
(x’)OH, JESÚS, HIJO DE DIOS (18)
(w’) CUANDO PENSE en esto (19)
(v’) Dejó de atormentarme el RECUERDO DE MIS PECADOS (19)
(u’) Qué gozo, qué luz tan MARAVILLOSA FUE LA QUE VI (20)
(t’) No puede haber cosa TAN INTENSA NI DULCE COMO FUE MI GOZO (21)
(s’) Anhelo de ESTAR EN LA PRESENCIA de Dios (22)
(r’) ANGELES (22)
(q’) Mis miembros RECOBRARON su fuerza (23)
(p’) Me PUSE DE PIE (23)
(o’) He trabajado ... PARA TRAER ALMAS al arrepentimiento (24)
(n’) Las palabras que él me HA COMUNICADO (26)
(m’) Han NACIDO DE DIOS (26)
(l’) YO SÉ...DE DIOS (26)
(k’). SOSTENIDO EN LAS TRIBULACIONES Y DIFICULTADES (27)
(j’) Pongo mi CONFIANZA EN ÉL. (27)
(i’) Y SE que me... (28)
(h’) (El) Los ha LIBRADO (28)
(g’) El (Dios) (29)
(f’) Por su sempiterno poder también los ha LIBRADO (29)
(e’) Su servidumbre y CAUTIVERIO (29)
(d’) RETENIDO EL RECUERDO de su cautiverio (29)
(c’) TÚ DEBES SABER COMO YO SÉ (30)
(b’) Al grado que GUARDES LOS MANDAMIENTOS DE DIOS PROSPERARÁS (30)
(a’) Y esto es según su PALABRA (30)

Alma no pudo haber encontrado una mejor expresión literaria para colocar a Cristo en el centro mismo de todas las
cosas, que como lo hizo en este ejemplo de quiasmo. Alma 36 es aun mas complejo, ya que el anterior fue solo un
esquema rápido, pero el capitulo aun esconde quiasmos mas complejos, sin embargo, el poder de Alma 36 es la
belleza que encierra su mensaje: La amor en la enseñanza de un padre a un hijo, el relato del dolor de lo que
experimento Alma por causa de sus errores y su conversión, todo centrado en Jesucristo, el Hijo de Dios, y la paz y
gozo que vino a el gracias al poder del Señor. Alma 36 es hermoso, una de las piezas mas hermosas de literatura
antigua, y es una prueba mas del origen del Libro de Mormón.

Conclusiones.
Los textos que vimos son ejemplos espectaculares en escritos antiguos. Son ejemplos espectaculares de estructura
quiásmica de la cual José Smith nada sabía, de la cual en realidad nadie de esa época sabía. Apenas fueron
descubiertos en escritos antiguos en este siglo. Son ejemplos tan interesante que muchos estudiosos no mormones han
quedado sorprendidos por su existencia en el Libro de Mormón, ya que evidencia los orígenes en escritura semítica
antigua, y no una forma literaria del siglo XIX.

Ya que es evidente que un joven campesino de 20 años muy difícilmente pudo haber escrito formas literarias tan
complejas como esta, algunos detractores del Libro de Mormón comienzan a sostener que realmente se trato de una
traducción, sin embargo, con un origen distinto al conocido, por ejemplo se encuentra en un libro de Loftes Tryk:
"The best kept secrets in the Book of Mormón". El opina que el Libro de Mormón se encuentra con elegantes
ejemplos de quiasmo y otras complejas estructuras literarias, que son imposibles sin un alto trabajo intelectual, debido
a el estilo casi de computadora en la selección de las imágenes e ideas y su precisión al ponerlas en cada parte de la
historia. Para el, Alma 42 constituye una formidable pieza de escritura, brillante e inigualada en cualquier parte de la
literatura, demasiado para cualquier ser humano, por lo cual la única explicación razonable es un origen sobrenatural,
bueno, el lo describe como un origen por el poder sobrenatural de Satanás (supongo que para confundir). Bueno, es
una explicación de donde vienen los quiasmos, ya que José Smith como autor realmente no calza. Sin embargo, a
quienes dan este argumento acerca de su origen solamente le pediría que leyese aquellos versículos del Libro de
Mormón, que mirasen por ejemplo Alma 36. Que liberándose de los prejuicios que pudiesen tener, que vean la belleza
de cómo Cristo es el centro de un mensaje de mensaje de redención. Que tal como todo el libro, el centro es
Jesucristo, y que una vez que lo lean, realmente y con honestidad, mediten sobre quien pudo haber sido su autor

El Libro de Mormón tiene un origen divino y antiguo, y ha sido escrito y preparado por profetas del Señor en la
antigua América para ser un testimonio de Jesucristo, y una ayuda para cada uno de nosotros para acercarnos a El.
El estudiar y comprender el quiasmo nos ayuda a entender mejor el mensaje, un mensaje centrado en Nuestro
Salvador, Jesucristo.

Aborígenes americanos cortaban los brazos de sus contendores al igual que lo hizo Ammon


En El Libro de Mormón se habla de la historia de Ammon, quien ataca con gran valor a los ladrones de ovejas del Rey Lamanita Lamoni. Existe una costumbre peculiar entre los antiguos habitantes precolombinos. Cortando un brazo del enemigo en batalla no solamente rendían a su oponente sino que lograban una satisfacción plena de victoria: el brazo cortado representaba un trofeo que tomaban de la escena de la batalla y con la cual constatarían su valor y destreza en el combate cuerpo a cuerpo. Esta costumbre se documenta en escritos de México y Guatemala.

En el palacio nacional de la ciudad de México, el artista famoso Diego Rivera representó la vida de Aztecas y sus precursores en una serie de murales coloridos y exactos. El que está en el primer pasillo del palacio representa el mercado en Tlatelolco, un cuarto de la metrópoli capital Azteca que fue hecha a partir de las descripciones vivas proporcionadas por los conquistadores españoles (1). En cuidadosa investigación del mural de Rivera, podemos notar ciertos hombres que rodean a una mujer prostituta en el mercado, en la figura dos. Se ve como algunos de esos hombres ofrecen obsequios como collares precioso para ella haciendo alarde del símbolo de la abundancia y de la energía. Otro admirador, soldado, ofrece a la mujer el brazo de un hombre blanco al cual él seguramente acababa de derrotar en combate.

Fuente:

  1. Bernal Diaz del Castillo, El descubrimiento y la Conquista de México.1517-1521

04 octubre 2007

Muchos antiguos registros han sido descubiertos

Cuando se publicó en inglés, por vez primera, el Libro de Mormón en 1830, parecía una obra bastante anómala, a pesar de su tono bíblico. Nadie había oído jamás hablar de la existencia de libros antiguos escritos sobre planchas de metal y ocultos en cajas de piedra. Además, el libro afirmaba que había sido redactado originalmente por antiguos israelitas en un tipo de escritura llamado "egipcio reformado". A los críticos les faltó tiempo para ridiculizar estas ideas, pero todo eso cambió a mediados del siglo XX.


Autor: John A. Tvedtnes.


En 1945, se encontraron en Chenoboskion, Egipto, lugar también conocido como Nag Hammadi, varios volúmenes de escritos cristianos, encuadernados en cuero, pertenecientes al siglo V d. C. Entre sus contenidos había libros supuestamente escritos por algunos de los primeros apóstoles. 

Al igual que el Libro de Mormón, estos libros habían sido escondidos bajo tierra en una gran vasija de cerámica. Dos años más tarde, en 1947, se descubrieron otros documentos, en mayor cantidad, ocultos en unas cuevas que se encuentran en los acantilados de la orilla occidental del Mar Muerto. De la mayoría sólo se habían preservado fragmentos, pero los que se habían guardado en recipientes de terracota estaban en condiciones relativamente buenas. En total se hallaron fragmentos de unos 800 rollos distintos. Estos Rollos del Mar Muerto incluían múltiples copias de todos los libros del Antiguo Testamento, exceptuando el de Ester, junto con muchos otros textos religiosos que fueron venerados por los judíos en tiempos antiguos, pero que no se habían incluido en la Biblia. 

La mayor parte de los rollos fueron escritos en el primer siglo de nuestra era, pero algunos datan de los primeros siglos antes de Cristo. Uno de los Rollos del Mar Muerto de mayor tamaño es una copia casi completa del libro bíblico del profeta Isaías. También había otra copia extensa de este libro, aunque está deteriorada. En ambos rollos se detectan pequeñas diferencias respecto al texto hebreo del que se han traducido nuestras Biblias modernas. Esto es significativo porque el Libro de Mormón, que cita material de por lo menos 22 de los 66 capítulos de Isaías, también presenta algunas pequeñas diferencias respecto al texto bíblico de Isaías. En algunos casos, concuerdan con la versión del Libro de Mormón una o más de las versiones del Isaías de los Rollos del Mar Muerto (1).

Planchas de oro y cajas de piedra

Uno de los más importantes rollos del Mar Muerto, es un documento inscrito sobre una plancha de cobre que había sido enrollada y posteriormente oculta. Pero éste es sólo uno de los muchos ejemplos de textos antiguos que, como el Libro de Mormón, fueron escritos sobre hojas de metal. Desde los años treinta, se han descubierto, en varios lugares del mundo, casi cien documentos, antiguos y medievales, escritos sobre planchas u hojas de metal (2). Pero los que más nos interesan son los procedentes del antiguo cercano Oriente, la tierra natal de los pueblos del Libro de Mormón.


En Irak se encontraron tres láminas de cobre, que databan del 2900 al 2425 a.C., con una inscripción de un templo de la antigua Adab. Asimismo, se ha encontrado una plancha de cobre con escritos sumerios pertenecientes a la misma época. En 1894, en Djokha Umma, Irak, se halló una pequeña plancha de oro con una inscripción acadia del siglo XXV a. C., la cual se conserva hoy en el Louvre de París, lugar que también alberga otras varias planchas de metal con inscripciones. 

En la Baja Galilea se encontró una lámina de bronce con una inscripción ugarítica del siglo XIV a. C. En 1950 se encontraron, en el valle de Beritz, en el Líbano, unas planchas de plata y plomo con inscripciones hititas. En los años treinta, Mauricio Dunand descubrió, en la antigua ciudad fenicia de Biblos, también en el Líbano, seis láminas de bronce con escritura pseudo-jeroglífica, que se remontan a la época comprendida entre el 2000 y el 1800 a. C. Tampoco faltan los ejemplos egipcios: el tratado entre Ramsés II, rey de Egipto, y el rey hitita Hatusilis, redactado en el 1287 a. C., se escribió sobre planchas de plata; se ha hallado un decreto del rey Ramsés III (1198-1167 a. C.) escrito sobre planchas de plata y de oro; en Egipto, en la tumba del rey Menkhure, quien construyó la tercera pirámide de Giza (cerca del 2800 a. C.), se han encontrado planchas finas de oro que, según parece, contienen restos de escritura jeroglífica. 

En Lisht se ha encontrado una hoja de oro con escritos jeroglíficos del 2000 al 1788 a. C. Existe un bloque de planchas de metal, posteriores al siglo IV a. C., que contienen una crónica escrita en demótico egipcio, que no es sino una especie de egipcio reformado. Los antiguos asirios escribían sobre planchas de metal, que a menudo se usaban como placas dedicatorias para templos y palacios. El rey asirio Sargón II (722-705 a. C.) repite en todos sus anales que él llevaba registros sobre planchas de oro, plata, bronce y plomo.

En 1854, durante unas excavaciones de su palacio en Khorsabad, se descubrieron seis pequeñas planchas (de oro, plata, bronce, estaño, plomo, y una de alabastro), que contenían inscripciones, en una caja de piedra enterrada bajo los cimientos del palacio. Dos de las planchas y la caja se perdieron durante el naufragio de un barco en el río Tigris, en Irak, el 23 de mayo de 1855. Las cuatro planchas que quedaron, de oro, plata, bronce y estaño, se llevaron a Francia y actualmente se encuentran en el Louvre de París.

La costumbre de conservar documentos de metal en cajas de piedra -de la que se habló por vez primera cuando José Smith descubrió las planchas del Libro de Mormón- también se practicaba en la antigua Persia, donde se han encontrado varios ejemplos de la misma. En 1923, en Hamadán, Persia (la Irán actual), se descubrieron dos placas pequeñas, una de plata y la otra de oro. Contenían inscripciones del rey Darío I (521-485 a. C.) en las que se hablaba sobre la construcción de palacios en la ciudad. En 1938, se encontraron dos pares de planchas, de las que una de cada par era de plata y la otra de oro; estaban metidas en cajas de piedra que se habían colocado en los ángulos de los cimientos del palacio de Darío en Persépolis. Las planchas están en Teherán, Irán, en el Museo Nacional de Arqueología.

También se han descubierto documentos de metal en Israel. En 1968, se descubrió en Betania un pequeño rollo de plata, escrito en griego y en copto, que data de alrededor del 400 d. C. En 1980, los arqueólogos abrieron una tumba del siglo VII a. C., contigua a la Iglesia Presbiteriana Escocesa de San Andrés, en Jerusalén, y descubrieron dos pequeñas tiras de plata enrolladas, que contenían una inscripción de la Biblia (Números 6: 24-26).

Egipcio reformado

En 1829, mientras José Smith estaba terminando su traducción del Libro de Mormón, un erudito francés llamado Jean-François Champollion se ocupaba en la preparación del primer diccionario y la primera gramática de la lengua egipcia, que se publicó tras su muerte en 1832. Hasta entonces, nadie había sido capaz de traducir textos egipcios antiguos, puesto que habían dejado de utilizarse en el siglo IV d. C. Pero el Libro de Mormón, según Moroni, uno de los que escribió en él, se redactó utilizando caracteres en "egipcio reformado", aunque los nefitas también sabían hebreo (Mormón 9: 32-34). Otro de los que participaron en la redacción del libro, Nefi, dijo que él estaba empleando el "lenguaje de los egipcios" para escribir el documento (1 Nefi 1: 2).

Los jeroglíficos (palabra griega que significa "símbolos sagrados") del egipcio se diseñaron para ser grabados en piedra, proceso lento y tedioso que implicaba el uso de más de 700 caracteres que eran representaciones muy exactas de cosas de la vida real, tales como personas, animales, accidentes geográficos, cuerpos celestiales, ropa, y utensilios cotidianos. Se diseñó una forma de escritura cursiva denominada hierática (en griego, "sagrada" o "sacerdotal"), que permitía escribir con más rapidez y que se empleó muchísimo sobre papiro. Luego, alrededor del 900 a. C., los egipcios desarrollaron otra forma de escritura, aún más cursiva, que se conoce como demótico (en griego, "popular"); ésta, aunque se basaba en la hierática, mantiene poco parecido con los jeroglíficos. Así pues, los egipcios ya habían reformado su sistema de escritura dos veces antes de que se escribieran las primeras porciones del Libro de Mormón alrededor del 600 a. C.

Puede parecer extraño que los antiguos israelitas que escribieron el Libro de Mormón usaran un sistema de escritura egipcio. Pero existen precedentes de esta práctica y hoy sabemos que fueron varios los sistemas de escritura del antiguo Cercano Oriente que se tomaron del egipcio. Quizá el caso más notable sea la adopción, ya antes del siglo II a. C., de algunos jeroglíficos egipcios para formar el sistema alfabético de la lengua meroíta, que se hablaba antiguamente en Nubia (en el Sudán actual). El meroíta también desarrolló un sistema de escritura cursiva que se parece al demótico egipcio. El sistema silábico empleado en escritos (algunos de ellos sobre planchas de bronce) que se han encontrado, durante excavaciones arqueológicas, en la antigua ciudad fenicia de Biblos, se componía de caracteres modificados a partir de los jeroglíficos egipcios.

Textos hebreos escritos con formas egipcias

Cuando Moroni afirmó que estaba realizando sus escritos en egipcio reformado, también hizo la observación de que todavía utilizaban el hebreo (Mormón 9: 32-34). De manera similar, su antepasado Nefi había efectuado "una relación en el lenguaje de mi padre, que se compone de la ciencia de los judíos y el idioma de los egipcios" (1 Nefi 1: 2). Esto nos sugiere que el Libro de Mormón puede haber sido escrito en hebreo pero utilizando una forma de escritura egipcia. En años recientes se han encontrado pruebas de la existencia de formas de escribir de este tipo.

Por ejemplo, en tres papiros mágicos egipcios, de los siglos XIV y XIII a. C. (el Papiro Mágico de Londres, el Papiro Mágico Harris y el Papiro Anastasi I) se incluyen varios textos semíticos noroccidentales (relacionados con el hebreo). Otro documento egipcio, el Ostracón 25759, de principios del siglo XI a. C., también contiene un texto semítico que se lee en hebreo pero que está escrito con caracteres egipcios.

El papiro Amherst 63, documento escrito en demótico egipcio, que data del siglo II a. C., fue hallado en una vasija de barro en Tebas, Egipto, durante la segunda mitad del siglo XIX. Aunque la forma de escritura es egipcia, la lengua de base es el arameo, que está estrechamente relacionado con el hebreo. Entre los escritos que se incluyen en el texto religioso aparece una versión paganizada de Salmos 20: 2-6. Aquí, pues, tenemos un pasaje de la Biblia, en su traducción al arameo, escrito con caracteres egipcios tardíos.

En 1967, unos arqueólogos israelíes descubrieron en el antiguo emplazamiento de Arad un ostracón de poco antes del 600 a. C., la época de Lehi. El texto del ostracón está escrito con una combinación de caracteres hieráticos egipcios y hebreos, pero se puede leer enteramente como egipcio. De las diecisiete palabras del texto, diez están escritas en hierático y siete en hebreo. Este descubrimiento sugiere que cuando Nefi, el hijo de Lehi, habló de que escribía en una lengua que constaba de "la ciencia de los judíos y el idioma de los egipcios", puede que hubiera usado una forma de escritura combinada similar a esta última. Existen otros dos ejemplos de escritura combinada egipcio-hebrea, del mismo período, que fueron descubiertos en la parte norte de la península del Sinaí a finales de los años setenta.

Conclusiones

Aunque fue ridiculizado por sus afirmaciones respecto a la naturaleza del documento original del que tradujo el Libro de Mormón, el relato de José Smith ha encontrado apoyo durante la segunda mitad del siglo XX. Los israelitas y otros pueblos antiguos no sólo enterraban sus registros sagrados, sino que también los situaban en ocasiones dentro de recipientes protectores tales como vasijas de arcilla o cajas de piedra. Dichos escritos se realizaban a veces sobre planchas de metal, y algunos de los textos hebreos y de otros semitas fueron escritos haciendo uso de caracteres egipcios, igual que el Libro de Mormón.

Fuentes

1. En 1983 la Fundación para la Investigación de la Antigüedad y Estudios Mormones (Foundation for Ancient Research and Mormon Studies; FARMS) publicó un informe preliminar, con tamaño de libro, titulado "Variantes de Isaías en el Libro de Mormón" (Isaiah Variants in the Book of Mormon), de John A. Tvedtnes. En 1984 se publicó, con el mismo título, un artículo más breve del mismo autor, en Monte S. Nyman (ed.), Isaías y los Profetas (Isaiah and the Prophets ) (Salt Lake City: Brigham Young University and Bookcraft, 1984). Se pueden obtener reimpresiones en inglés de este artículo en FARMS. Hay una traducción al español del mismo: "Variantes de Isaías en el Libro de Mormón", en Josué Sánchez (ed.) El Libro de Mormon Ante la Crítica (Salt Lake City: Publishers Press, 1992).

2. Se han encontrado planchas de oro, plata, cobre y plomo, con inscripciones, en lugares tan diversos como Java (una isla indonesia), Tailandia, India, Pakistán, Portugal, España, Grecia, Marruecos y Corea. En los años cuarenta Franklin S. Harris, hijo, compiló una lista de este tipo de descubrimientos que se publicó en varios artículos y libros. (Traducido por Estrella La Font Díaz; Rama de Logroño de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días).

Un estudio sobre el lenguaje usado en El Libro de Mormón

Por John A. Tvedtnes.


Moroni, el último de los profetas que se hizo cargo del documento que conocemos como el Libro de Mormón, escribió: "hemos escrito estos anales según nuestro conocimiento, en los caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado; y los hemos transmitido y alterado conforme a nuestra manera de hablar. Y si nuestras planchas hubiesen sido suficientemente amplias, habríamos escrito en hebreo; pero también hemos alterado el hebreo" (Mormón 9: 32-33).

Esto sugiere que, aunque los nefitas emplearon caracteres egipcios, el hebreo siguió siendo su lengua nativa mil años después de que sus antepasados hubieran salido de Jerusalén para asentarse en el Nuevo Mundo. En el artículo anterior, sugerí que probablemente escribieron un texto hebreo haciendo uso de caracteres egipcios, y mostré ejemplos de tales textos procedentes del antiguo Cercano Oriente. Siendo así, no nos debería extrañar que se encontraran indicios del original en hebreo en la traducción al inglés del Libro de Mormón. Uno de tales indicios se advierte en el uso de consonantes en los nombre del Libro de Mormón, las cuales coinciden con las usadas en hebreo (1).

Modismos hebreos

Algunas expresiones de las que se utilizan en el Libro de Mormón deben de haber parecido extrañas cuando se publicó en 1830, porque no están en buen inglés. Sin embargo, son expresiones válidas en hebreo, lo que nos da una idea de la lengua a partir de la cual tradujo José Smith.

Un ejemplo es lo que se denomina el "estado de construcción", en el que encontramos dos nombres hebreos, uno tras otro, con una estrecha relación gramatical. Por ejemplo, en inglés, se dice stone altar (lit. piedra altar, 'altar de piedra'), si bien en hebreo sería "altar piedra". Pero para poder reflejar, de manera correcta, la relación entre los dos nombres hebreos, es necesario decir "altar de piedra", aunque la palabra "de" no existe en el hebreo bíblico. Cuando el Libro de Mormón utiliza expresiones tales como plates of brass (lit. planchas de bronce) en vez de brass plates (lit. bronce planchas, 'planchas de bronce'), y mist of darkness (lit. niebla de oscuridad) en vez de dark mist (lit. oscura niebla), no hace sino reflejar el orden de palabras hebreo.

El acusativo cognato es un modismo hebreo en el que un verbo va acompañado de un objeto directo (acusativo) que se deriva de la misma raíz que el verbo. Algunos ejemplos del Libro de Mormón son: I dreamed a dream (lit. soñé un sueño), cursed with a sore cursing (lit. maldecidos con una grave maldición) (en vez de cursed sorely, lit. gravemente maldecidos), work all manner of fine work (lit. trabajaran toda clase de finos trabajos) (en vez de work well, lit. trabajaran bien), y judge righteous judgment (lit. juzgasen juicios justos) (en vez de judge righteously, lit. juzgasen justamente). Las expresiones de este tipo son redundantes en inglés, pero necesarias en hebreo.

Palabras con significado hebreo

Algunas de las palabras que se emplean en la traducción al inglés del Libro de Mormón reflejan un significado hebreo. Por ejemplo, Alma 49: 22 habla de "las piedras y flechas que les arrojaron". Mientras que el verbo "arrojar" tiene sentido en el caso de las piedras, para las flechas se utilizaría el verbo "lanzar". De hecho, el verbo hebreo yrh, que significa "arrojar" (por ej. piedras, como en Números 21: 30; Job 38: 6), también significa "lanzar" cuando se trata de flechas (ej. Éxodo 19: 13; 1 Samuel 20: 11; 20; 36-37; 2 Reyes 13: 17; 19: 32).

En 1 Nefi 1: 6, leemos que mientras Lehi "estaba orando al Señor, apareció una columna de fuego y habitó [dwelt] sobre una roca ante él". El término inglés dwelt normalmente implica mucho tiempo, por lo que habría sido mejor usar sat (lit. 'se sentó') o rested (lit. 'descansó'). Es significativo que el verbo hebreo ysb tiene ambos significados, "morar/habitar" y "sentarse". Por ejemplo, los hijos de Jacob "se sentaron a comer" (Génesis 37: 25), pero "Israel habitó en aquella tierra" (Génesis 35: 22). En ambos pasajes se usa el mismo verbo.

En Alma 13: 18, leemos que Melquisedec "era rey de Salem; y reinó bajo su padre". Para una mente inglesa, esto implicaría que Melquisedec gobernaba a la vez que su padre mientras éste todavía vivía. Pero no ocurre así en hebreo, en el que la palabra que significa "debajo" también quiere decir "en lugar de", como en Génesis 4: 25, donde Dios da a Eva otro hijo "en lugar de Abel, a quien Caín mató", o en Génesis 22: 13, donde Dios proporcionó a Abraham un carnero para sacrificarlo "en el lugar de su hijo" Isaac. En varios pasajes, se usa esta palabra para referirse a alguien que sirvió como rey en sustitución de su predecesor (1 Reyes 3: 7; 2 Reyes 14: 21; Jeremías 22: 11; 37: 1), igual que sucede en el pasaje del Libro de Mormón.

El primero de los que escribió el Libro de Mormón, Nefi, cuenta cómo obtuvo un documento, escrito sobre planchas de bronce, de una "tesorería" de Jerusalén (1 Nefi 4: 20, 24). Para el lector moderno, puede parecer extraño que se guardasen libros en una tesorería en vez de una biblioteca. Parecería más lógico guardar los libros en una biblioteca que en una tesorería. Sin embargo, los pueblos antiguos guardaban con frecuencia documentos en las tesorerías. Un solo pasaje bíblico, Ezra 5: 17-6:2, habla de una "casa del tesoro" que contenía documentos escritos. La palabra que se usa en arameo para "tesoro" en este pasaje es ginzayyâ, de la raíz que significa "guardar, ocultar" tanto en hebreo como en arameo. De la misma raíz es el término hebreo mishnaico gnîzah, que designa un depósito para rollos de sinagoga deteriorados, y gannaz, "archivero" o encargado de registros. La práctica de depositar rollos deteriorados en la tesorería de una sinagoga continúa en el judaísmo hasta hoy. Algunos pueblos antiguos, incluidos los griegos, guardaban documentos en sus tesorerías.

En el capítulo quinto de su libro, Jacob, hermano de Nefi, narra una parábola sobre un olivo plantado en un "viñedo". Lo más lógico sería que un olivo estuviera en un huerto y las vides en un viñedo. Pero de nuevo encontramos referencias antiguas según las que se plantaban árboles en los viñedos. El rey israelita Ahab le pidió a Naboth: "Dame tu viñedo, que yo lo pueda tener como jardín de hierbas (verduras)" (1 Reyes 21: 2). 
De manera similar, en los Cantares de Salomón 8: 11-13, el viñedo se considera como un jardín. Un capítulo antes, leemos que las granadas crecían en el viñedo junto con las uvas (Cantares 7: 12). En Lucas 13: 6-9, se habla de una higuera plantada en un viñedo. En la Mishnah judía (Zeraim 4: 1-8:1), leemos que los rabíes de hace dos mil años discutían sobre qué otras cosas se podían cultivar en un viñedo sin quebrantar la ley mosaica sobre las diversas especies. La mayoría pensaba que en un viñedo se podían plantar verduras, granos, y flores, con tal que hubiera suficiente espacio entre las varias especies. También trataban la cuestión de si se debían dedicar más cuidados a las vides que a los árboles, fueran frutales o no; a este respecto, mencionan tanto el olivo como la higuera (Zeraim 4: 1-8:1). La palabra que se usaba en egipcio antiguo para "viñedo" también significa "jardín", que unas veces se escribe con el determinante ideográfico de vid y otras con el de árbol. El escriba egipcio Any menciona doce vides que él plantó en su jardín, junto con 100 higueras, 170 datileras, y otras plantas.

Juegos de palabras hebreas

En ocasiones, hay pasajes del Libro de Mormón que tienen más sentido cuando nos damos cuenta de que en hebreo habría en ellos juegos de palabras. Uno de los más conocidos se encuentra en la historia de unos conversos lamanitas, a quienes los nefitas permitieron habitar la tierra llamada Jersón (ingl. Jershon). Este nombre, aunque no se documenta en la Biblia, posee un auténtico origen hebreo: la raíz yrs significa 'heredar', y el sufijo -ôn es un toponímico2. Es teniendo esto en mente como debemos interpretar las palabras de Alma 27: 22 ("y esta tierra de Jersón es la que daremos a nuestros hermanos por herencia"), Alma 27: 24 ("para que hereden la tierra de Jersón"), y Alma 35: 14 ("tienen tierras para su herencia en la tierra de Jersón").

Encontramos otro juego de palabras en 1 Nefi 16: 34, donde leemos "que murió Ismael, y fue enterrado en el lugar llamado Nahom. Y sucedió que las hijas de Ismael se lamentaron sobremanera a causa de la muerte de su padre". El nombre Nahom deriva, como resulta evidente, de la raíz hebrea nh.m, 'lamentarse, consolar'.

Nombres del Libro de Mormón

Algunos eruditos han investigado los nombres del Libro de Mormón y han señalado que muchos de ellos poseen etimología hebrea, incluso en los casos en que no aparecen en la Biblia. Así, por ejemplo, el nombre de Zarahemla, la capital nefita, procede del hebreo zerac-h.emlah, 'semilla/simiente de compasión'.

Ciertos nombres del Libro de Mormón hacen uso del gentilicio hebreo, que denota origen étnico o geográfico. En hebreo, -î es el sufijo gentilicio en masculino singular. En el Libro de Mormón se encuentra en nombres como Moroni ('moronita, de la tierra de Morón'), Lamoni ('lamanita'), y Muloki ('mulekita'). Mulek fue hijo de Sedequías, el último rey de Judá, por lo que es muy significativo que su nombre se derive de la raíz hebrea para "rey".

Hay unos pocos nombres en el Libro de Mormón, tales como Nefi, Paanchi, y Pahorán, que son de origen egipcio, y reflejan el hecho de que el libro se escribió originalmente con caracteres egipcios.

Formas poéticas hebreas

En el Libro de Mormón también se encuentran estructuras poéticas hebreas. Las dos formas más frecuentes son el paralelismo y el quiasmo. El paralelismo consiste en la repetición de un verso, a menudo sustituyendo elementos clave del mismo, mientras que el quiasmo (nombre que procede de la letra xi, X) es un paralelismo invertido, en el que el segundo verso se construye en orden inverso en relación con el primero. 

Veamos unos ejemplos de ambas estructuras, tomados de Isaías 2: 2-3:

El monte de la casa del Señor
a será establecido en lo alto de los montes,
a' y será exaltado por encima de las colinas;
b Y todas las naciones correrán a él.
b' Y muchas personas irán
y dirán, Venid, y subamos
c al monte del Señor,
c' a la casa del Dios de Jacob;
d y nos enseñará sus caminos,
d' y caminaremos por sus senderos;
e porque de Sión saldrá la ley,
e' y la palabra del Señor de Jerusalén.

Cada par de versos numerados contiene una construcción paralela. Así, en a-a', "será establecido" se corresponde con "será exaltado", y "lo alto de los montes" con "por encima de las colinas". En b-b', "naciones" se relaciona con "personas" y "correrán" con "irán". En c-c', "monte del Señor" tiene como correlato "casa de Dios". En d-d', "nos enseñará" está en relación con "caminaremos" y "sus caminos" con "sus senderos". Los versos e-e' constituyen estructuras quiásticas; en ellos, "de Sión", al principio de e, se corresponde con "de Jerusalén", al final de e', mientras que "la ley", que está al término del verso e, se halla en relación con "la palabra de Dios", que está al comienzo de e'.

El Libro de Mormón hace uso de estas dos antiguas formas poéticas y a veces sus quiasmos son bastante complejos. Seguidamente reproducimos uno de los ejemplos más sencillos de quiasmo, tomado del relato de la señal del nacimiento de Cristo que se encuentra en 3 Nefi 1: 15:

a porque he aquí, a la puesta del sol
b no hubo obscuridad;
c y el pueblo comenzó a asombrarse
b' porque no hubo obscuridad
a' al caer la noche.

En la época en que José Smith tradujo el Libro de Mormón, apenas se acababa de descubrir la presencia de quiasmos en la Biblia; de hecho, la mayoría de los eruditos en cuestiones bíblicas la desconocían, y no digamos la gente corriente. José Smith no sabía hebreo por aquel entonces; no obstante, su traducción al inglés refleja la estructura de la lengua hebrea. )Cómo es posible esto? Mientras que los no creyentes podrían atribuirlo a una mera coincidencia, los que aceptan la autenticidad del Libro de Mormón como un texto israelita antiguo también aceptan el testimonio, dado por José Smith, de que fue a través de la inspiración divina como sacó a la luz el Libro de Mormón para la gente de nuestra época.

Notas:

1. Ver John A. Tvedtnes, "A Phonemic Analysis of Nephite & Jaredite Proper Names", Newsletter and Proceedings of the Society for early Historic Archaeology No. 141, diciembre 1977.
2. En inglés, la J se pronunciaba antiguamente como Y, al igual que en Alemán.
(Traducido por Estrella La Font Díaz; Rama de Logroño de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días).

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¿Qué es El Libro de Mormón?

¿Qué es el Libro de Mormón? ¿Qué contiene? ¿Dónde fue escrito y por quién? ¿Cómo lo obtuvimos?... Algunas preguntas que contesta el siguiente artículo...
Autor: John A. Tvedtnes.
Traductora: Estrella La Font Díaz.

Uno de los libros más populares del mundo, después de la Biblia, es el Libro de Mormón. Desde que saliera a la luz, por vez primera, en 1830, se han publicado unos 78 millones de ejemplares en 94 idiomas; tan sólo en 1997 se distribuyeron más de cuatro millones de ejemplares.

La historia del Libro de Mormón comenzó en la primavera de 1820, cuando un chico americano de catorce años llamado José Smith fue a orar a un bosque que se encontraba cerca de la granja de su familia, en el estado de Nueva York, en Estados Unidos. Él explicó cómo Dios el Padre y su hijo Jesucristo se le aparecieron y dieron respuesta a las preguntas que tenía en lo tocante al tema de la religión. Este fue el principio de su llamamiento como profeta contemporáneo.

Tres años después, se encontraba de nuevo orando cuando recibió la visita de un ángel que le dijo que se llamaba Moroni. "Dijo que se hallaba depositado un libro," escribió José Smith más adelante, "escrito sobre planchas de oro, el cual daba una relación de los antiguos habitantes de este continente [americano], así como del origen de su procedencia. También declaró que en él se encontraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salvador lo había comunicado a los antiguos habitantes. (José Smith-Historia 1:34)

Se le dijo que las planchas de oro estaban escritas en egipcio reformado y que las habían escondido y enterrado en la ladera de una colina que se encontraba cerca del hogar de José, en una caja cuadrada de piedra cubierta por otra piedra redonda más grande. Con el registro se encontraba un antiguo pectoral que contenía dos piedras llamadas Urim y Tumim, que el Señor había preparado para ayudar a José Smith a traducir el antiguo registro. (En la época de la Biblia, los israelitas recibían revelación de Dios mediante el Urim y el Tumim, que el sumo sacerdote llevaba sujetos a un pectoral; cf. Éxodo 28:30. Números 27:21).

Los escritos que se encontraban en las planchas de oro narraban la historia de un antiguo profeta israelita llamado Lehi, que vivió en Jerusalén seiscientos años antes de Cristo. Dios avisó a Lehi de que se aproximaba la destrucción de la ciudad a manos de los babilonios y le dijo que se marchara con su familia y algunos amigos.

Vivieron en tierras deshabitadas por las que viajaron durante ocho años. Cuando llegaron al mar, probablemente en la costa sur de la península arábiga, el Señor les mandó que construyeran un barco en el cual navegaron hasta las Américas. La mayor parte de los estudiosos que aceptan el Libro de Mormón creen que ellos y sus descendientes habitaron principalmente en lo que actualmente es el sur de Méjico y Guatemala.

Una vez en el Nuevo Mundo, este grupo no tardó mucho en dividirse en dos naciones: una de ellas se llamó nefita, en honor del nombre de Nefi, uno de los hijos de Lehi; la otra se denominó lamanita, por ser seguidores de Lamán, hermano de Nefi. Durante los siglos posteriores se produjeron muchas disputas entre ambas. La mayor parte del tiempo los nefitas fueron justos y escucharon a una serie de profetas que predijeron la venida de Cristo y que explicaron detalladamente la Expiación que Él llevaría a cabo. Durante la mayor parte de su historia, los lamanitas no creyeron en Cristo, mientras que los nefitas guardaron por escrito su historia y sus creencias religiosas. El Libro de Mormón contiene un compendio de dichos escritos. 

Es debido a sus comentarios doctrinales acerca de la Expiación de Jesucristo por lo que se dice que el Libro de Mormón contiene "la plenitud del evangelio" (José Smith-Historia 1:34; Doctrina y Convenios 20:9; 27:5; 42:12; 135:3).

De las muchas historias de las que habla el Libro de Mormón, la más importante trata de cómo Cristo se apareció a su pueblo del continente americano después de su resurrección y ascensión a los cielos. Les enseñó los mismos principios que había enseñado a sus discípulos judíos del Viejo Mundo y organizó la iglesia entre ellos, eligiendo a doce discípulos, los cuales, según Él dijo, iban a ser juzgados, en los últimos días, por los doce apóstoles que Él había elegido durante su ministerio mortal en Tierra Santa. Aún antes de volver a su Padre, Jesús continuó revelando sus deseos a los discípulos nefitas. A su visita le siguió una era de paz durante la cual nefitas y lamanitas vivieron unos doscientos años como un solo pueblo.

Finalmente, la paz se vio desbaratada por el pecado y antes del cuarto siglo después de Cristo, volvieron a producirse nuevas guerras entre las dos naciones. Sabiendo que su pueblo iba a ser destruido pronto por los lamanitas, un profeta nefita llamado Mormón preparó un compendio de los anales sagrados de su pueblo y los dejó en las manos de su hijo Moroni para que los enterrara en un lugar donde Dios los preservaría hasta que otro profeta fuera llamado para traducirlos. Este era el mismo Moroni que, como ángel de Dios, se le apareció a José Smith 1.400 años después.

Los profetas que guardaron los anales que luego se convertirían en el Libro de Mormón testificaban de Cristo tanto antes como después de su venida. El primero de ellos, Nefi, escribió: "Y ahora bien, mis amados hermanos, y también vosotros los judíos y todos los extremos de la tierra, escuchad estas palabras y creed en Cristo; y si no creéis estas palabras, creed en Cristo. Y si creéis en Cristo, creeréis en estas palabras, porque son las palabras de Cristo, y él me las ha dado, y enseñan a todos los hombres que deben hacer lo bueno" (2 Nefi 33:10). Cien años después, en su prefacio, Mormón escribió que el propósito de este libro era "convencer al judío y al gentil de que Jesús es el Cristo, el eterno Dios, que se manifiesta a sí mismo a todas las naciones." Por esta razón en 1987, se le dio al libro el subtítulo de "Otro Testamento de Jesucristo."

Las planchas de las que se tradujo el Libro de Mormón fueron devueltas al ángel antes de que se publicara la traducción en inglés. Pero varias personas más las vieron y las tocaron. Entre estas personas hubo tres testigos, Oliverio Cowdery, David Whitmer y Martín Harris, que dieron testimonio de que el ángel Moroni les había enseñado las planchas y el pectoral con el Urim y el Tumim; testificaron que el ángel había pasado las hojas una a una para que pudieran ver los grabados que había en ellas; también declararon que habían oído la voz de Dios, proveniente del cielo, que les dijo que la traducción del registro era correcta. En otra ocasión, José Smith llevó a un grupo de otros ocho hombres al bosque, donde les enseñó las planchas y les permitió cogerlas y pasar las páginas. Todos estos hombres hicieron un relato escrito de sus experiencias, que aparece al comienzo del Libro de Mormón. Aunque, más tarde, algunos de ellos se indispusieron con José Smith y ya no le siguieron más, nunca negaron su testimonio, y muchos de ellos continuaron reafirmándolo hasta su muerte.

Durante el transcurso de la traducción del Libro de Mormón, José Smith y su escriba, Oliverio Cowdery, oraron en cuanto a algunas de las cosas que encontraron en el texto, como por ejemplo la necesidad de un bautismo realizado por la autoridad apropiada del sacerdocio. A José se le había dicho, en su visión de 1820, que esta autoridad se había perdido en la tierra, pero que sería restaurada en un futuro próximo. El 15 de Mayo de 1829, cuando estaban orando en el bosque, al lado del río Susquehanna, cerca de Harmony, Pennsylvania, José y Oliverio recibieron la visita de Juan el Bautista, ahora resucitado, quien había bautizado a Cristo unos dieciocho siglos antes. Juan puso sus manos sobre sus cabezas y les ordenó al Sacerdocio Aarónico, confiriéndoles así autoridad para bautizar. En el transcurso de algunas semanas después de este suceso, tres apóstoles de la antigüedad, Pedro, Santiago y Juan, vinieron y ordenaron a los jóvenes al Sacerdocio de Melquisedec, lo que les daba autoridad para imponer las manos y otorgar el don del Espíritu Santo, así como para volver a organizar la Iglesia de la antigüedad.

El seis de abril de 1830, se organizó oficialmente la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Fayette, Nueva York, reconociéndose a José Smith como profeta de Dios. Durante los años siguientes la iglesia creció y se restauraron varios oficios del sacerdocio; entre éstos se incluían los de apóstol, setenta, patriarca, obispo, élder, presbítero, maestro y diácono, todos los cuales se conocían en la antigua Iglesia Cristiana.

A partir de este pequeño comienzo, la Iglesia ha crecido hasta tener más de diez millones de miembros en más de 200 países. Casi la mitad de ellos se encuentran en América Latina y en las naciones que bordean al Océano Pacífico. Una cuarta parte de los miembros de la Iglesia son de habla hispana y se espera que, con el rápido crecimiento en la América Latina, el español llegará a ser algún día la lengua fundamental de la Iglesia. El portugués, el tercer idioma más utilizado entre los Santos de los Últimos Días, sólo se habla por uno de cada diecisiete miembros.

Frecuentemente a los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se les llama incorrectamente "mormones" porque creen en el Libro de Mormón; pero son seguidores de Jesucristo, no de Mormón que fue un siervo de Cristo. Aceptan tanto la Biblia como el Libro de Mormón, pero también creen en la revelación moderna. El octavo artículo de fe de la iglesia declara: "Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde este traducida correctamente: también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios." El noveno artículo declara: "Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela y creemos que aún revelará muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios."

Durante los próximos meses, examinaremos algunos de los contenidos del Libro de Mormón y los compararemos con lo que se conoce de la Biblia y con los descubrimientos históricos y arqueológicos que se han producido desde la época de José Smith. Comenzaremos viendo cómo el Libro de Mormón nos ayuda a entender la Biblia como registro histórico y como la palabra de Dios. Después de esto, estudiaremos el origen del Libro de Mormón, que compararemos con el de otros documentos antiguos que han sido descubiertos a lo largo del último siglo, como es el caso de los rollos de pergamino del Mar Muerto. Después examinaremos varios aspectos de las investigaciones actuales que se están haciendo sobre el Libro de Mormón, incluyendo sus orígenes lingüísticos y su relación con el antiguo Israel.

Nota biográfica

John A. Tvedtnes es director jefe de proyectos de la Fundación para la Investigación de la Antigüedad y de Estudios Mormones, que reside en Provo, Utah, Estados Unidos. Ha estudiado en la Universidad de Utah, la Universidad de Brigham Young, la Universidad de California (Berkeley) y la Universidad Judía de Jerusalén. Es licenciado en Antropología, y posee otros títulos universitarios en estudios del Oriente Medio y en lingüística; actualmente se encuentra terminado su trabajo de cara a la obtención del título de doctor en egipcio y lenguas semíticas. Nacido en Estados Unidos, el señor Tvedtnes también ha vivido en Suiza (un año), en Francia (un año y medio) y en Israel (ocho años y medio). Ha escrito cuatro libros y alrededor de 120 artículos; lleva diecisiete años ejerciendo la docencia universitaria en Israel y Estados Unidos.

Unidos en amor y testimonio: Un discurso del Elder John K. Carmack

"Los miembros de la Iglesia están unidos en Cristo por medio del amor y el testimonio. El sendero de esta dispensación que conduce a nuestro Salvador pasa por José y el Libro de Mormón".

Élder John K. Carmack
De los Setenta

Hace diecisiete años, durante la sesión del domingo por la tarde de la conferencia general, respondí a la asignación del presidente Hinckley de hablar en nombre de seis hermanos a los que recientemente se nos había llamado como Setenta. Me hallaba aguardando mi turno entre dos grandes apóstoles, los élderes Marvin J. Ashton y Bruce R. McConkie. Sentí su amor y apoyo mientras contemplaba con inquietud la congregación de santos reunidos en el Tabernáculo. Dicho sea de paso, hoy día el número es cuatro veces más grande. El élder Ashton, al percibir mis sentimientos, me susurró: "Sé que es una vista asombrosa, pero son sus amigos". Al ponerme de pie para discursar por primera vez, sentí el amor de los santos derramarse sobre mí, y desde entonces, en todas partes del mundo a donde nos han llevado mis asignaciones, mi esposa, Shirley, y yo hemos sentido ese mismo amor y hemos intentado corresponderlo.

La unidad de los santos es única y poderosa. La he visto y percibido prácticamente en cada continente y en las islas del mar. Esa unidad es uno de los motivos principales del progreso de la Iglesia; sin ella, fracasaríamos. Tal y como explicó Jesús: ". . .toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá"1. La división y las fallas abundan en el mundo, mas "uno somos todos, uno en verdad"2. Disfrutamos de esa unidad bajo la dirección espiritual de nuestro profeta. Nuestras posesiones, estado social o color de la piel no importan; el banquete del Evangelio está libremente al alcance de todos los que deseen participar de sus manjares. Jesús dijo a Sus discípulos: "Vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos"3. La Iglesia avanza tranquilamente en crescendo, al igual que una orquesta sinfónica se aproxima al punto culminante, fortaleciendo las comunidades a medida que crece.

Disfrutamos de esa unidad a través del amor; no podemos comprarla ni forzarla. Nuestro método consiste en "persuadir. . . y con sabiduría, amor y luz bendecir. . . Pero jamás la mente del hombre forzar"4. Cuando actuamos de forma diferente, reducimos nuestro derecho a que se nos reconozca como discípulos de Cristo. "En esto conocerán todos [los hombres] que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros"5.

Ese amor unificador viene combinado con nuestro testimonio personal. Si se les pidiera, casi cada miembro podría y accedería a compartir su testimonio en esta conferencia. Sí, estamos unidos en amor y testimonio.

Mi testimonio está edificado en las firmes convicciones de que el Libro de Mormón es verdadero y que Jesús es nuestro Salvador, un cimiento espiritual que me ha ayudado a resistir las tormentas de las dificultades y la duda. Comencé a leer el Libro de Mormón cuando era joven y he continuado aprendiendo y bebiendo de su espíritu con cada estudio.

Estuve en el último grupo de misioneros que fueron llamados antes de que las demandas de la guerra con Corea llamara a filas a nuestros jóvenes, y participé en cinco días de capacitación en la casa de la Misión Salt Lake, en la calle State. Uno de nuestros instructores fue Bryant S. Hinckley, un prominente líder de la Iglesia y un maestro estimulante que invitó a los misioneros allí reunidos a compartir los motivos por los que creían que el Libro de Mormón era verdadero. Yo me quedé asombrado por la gran variedad de razones que expusieron. En aquella ocasión sugerí que, aparte del testimonio del Espíritu, me había impresionado el número de nombres nuevos de personas, lugares, animales y cosas que había en el libro.

Cincuenta años después todavía me siguen impresionando esos nombres nuevos. Cuando los arqueólogos informaron sobre el descubrimiento de unas piedras en el sur de Arabia con el nombre "Nahom" grabado en ellas, presté mucha atención. Dichas inscripciones parecen datar del año 700 a.C. Leemos que Ismael fue enterrado en un lugar llamado Nahom, uno de los nombres que me impresionaron.

Sigue aumentando la evidencia de la autenticidad del Libro de Mormón. Durante su misión en Alemania, Jack Welch encontró unos versículos en el libro de Mosíah que formaban claramente un quiasmo o configuración de ideas en forma de X. Ese hallazgo evidenciaba una autoría antigua en vez de moderna, y los eruditos continúan encontrando y publicando nuevas reflexiones sobre lo que dice el libro y cómo lo dice. Un distinguido profesor de literatura ha publicado recientemente un estudio que ha hecho del Libro de Mormón durante su vida, detallando su sorprendente variedad de formas literarias6. Los estadísticos han descubierto evidencias de múltiples autores del libro; y aunque todas estas evidencias hayan contribuido a mi testimonio, el testimonio original y poderoso del Espíritu Santo ha permanecido firme e inquebrantable, y se ha repetido en muchas ocasiones.

También me pregunto si apreciamos plenamente el valor y la fortaleza del testimonio de los testigos que aparece publicado en cada ejemplar del Libro de Mormón. Oliver Cowdery, David Whitmer y Martin Harris vieron las planchas y el ángel, y José también mostró las planchas de oro a otros ocho hombres que las vieron y las palparon7. Dichos testigos no negaron sus testimonios, ni jamás han sido éstos impugnados. Los ocho testigos adicionales, de hecho, testificaron: "Hemos visto y sopesado [las planchas], y [José] Smith las tiene en su poder". Los testigos han sido importantes para mí. El Señor dijo a José que las declaraciones de éstos probarían "al mundo que las Santas Escrituras son verdaderas, y que Dios inspira a los hombres y los llama a su santa obra en esta edad y generación, así como en las antiguas"8.

Tras haber descubierto que el Libro de Mormón es verdadero, debemos preguntarnos: "¿Cuál es su mensaje?". Alma --y, a propósito, el profesor Welch afirma que recientemente se descubrió el uso antiguo de la palabra Alma--, al hablar al pueblo de Gedeón, hizo hincapié en el mensaje central del libro, y dijo: ". . .muchas cosas han de venir; y he aquí, hay una que es más importante que todas las otras, pues he aquí, no está muy lejos el día en que el Redentor viva y venga entre su pueblo"9. Sí, por supuesto, Alma. . . la venida de Jesús y Su Expiación, efectuada en Getsemaní y en la cruz, son de seguro más importantes que cualquier otro conocimiento que pueda obtener una persona. Y el Libro de Mormón es "Otro testamento de Jesucristo", como proclama su subtítulo.

Incluso antes de leer el Libro de Mormón, tenía un testimonio infantil de Jesús. La primera vez que fui consciente de Él fue cuando mi abuela Carmack, una artista conocida en su comunidad, me mostró la belleza de la puesta de sol en Arizona, y luego me preguntó: "John Kay, ¿quién creó este mundo maravilloso?"; y respondiendo a su misma pregunta dijo: "Jesús creó este mundo. Sí, Él lo creó". Por supuesto que mi abuela tenía razón; Jesús, el hijo de Dios, creó los mundos bajo la dirección del Padre10. Por cierto, los abuelos no deben subestimar la influencia que tienen en la vida de sus nietos.

La expiación de Cristo es la doctrina central, pero aún de mayor consuelo y beneficio ha sido lo maravillosamente accesible e individual que ha sido Su misericordia y ayuda en mi vida. Estas conocidas palabras encierran mis sentimientos sobre ese aspecto importante de la influencia y el ministerio de Jesús.
"En vida o muerte, salud o dolor,
a ricos y pobres que tengan su luz,
en mar o en tierra, en todo lugar,
de todo peligro os libra Jesús"11.
Durante esos momentos caóticos por los que parecemos pasar; cuando padecemos ansiedad o desesperación; cuando se nos malinterpreta o menosprecia; según se requiera, nuestro Salvador puede socorrernos y ayudarnos en momentos de necesidad, y lo hará. Su socorro nos da paz. ¿Acaso no dijo Él: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo"?12. ¡Ah, cuánto he precisado esa paz! Y la he recibido en condiciones diversas, según lo exigían mis circunstancias y mi situación.

Para concluir, los miembros de la Iglesia están unidos en Cristo por medio del amor y el testimonio. El sendero de esta dispensación que conduce a nuestro Salvador pasa por José y el Libro de Mormón13. Por ellos podemos saber que la relación que el Nuevo Testamento hace de Jesús es verdadera. Jesús es nuestro Salvador y Redentor. Debemos aprovechar toda oportunidad para proclamar: "Aleluya, ¡grande eres Tú!".

El presidente Hinckley es Su profeta en la tierra. Ésta es Su Iglesia. Ruego que nuestra unidad sea una evidencia al mundo de que somos discípulos Suyos. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Fuentes

1. Mateo 12:25.
2. "Con valor marchemos", Himnos, Nº 159.
3. Mateo 8:11.
4. "Know This, That Every Soul Is Free", Hymns, Nº 240.
5. Juan 13:35.
6. Richard Dilworth Rust, Feasting on the Word: The Literary Testimony of the Book of Mormon, 1997.
7. "El testimonio de ocho testigos", Libro de Mormón.
8. D. y C. 20:11.
9. Alma 7:7.
10. Véase Hebreos 1:1–2.
11. "Qué firmes cimientos", Himnos, Nº 40.
12. Juan 16:33.
13. D. y C. 5:10.

03 octubre 2007

Leyendas indígenas que testifican la veracidad del Libro de Mormón

Un recopilación de leyendas indígenas sobre la visita de Cristo a las Américas...
Obtenido de "http://es.mormonwiki.com/Evidencias_del_Libro_de_Mormon"



Evidencias Indio Americanas del contenido del Libro de Mormón.

Los escritos de los indios americanos son evidencias fuertes de que las ocurrencias descritas en el [Libro de Mormón] sucedieron realmente. Por ejemplo, la evidencia para sostener el reclamo de los mormones respecto a que los indios americanos son descendientes de Israel, son dados por un traductor del Título de los Señores de Totonicapán. (Para entender, sea informado que el Libro de Mormón profesa ser un registro de grupos antiguos de personas que partieron de Jerusalén y otras tierras para navegar a las Américas.) “El texto original del Título de los Señores de Totonicapán se registró en 1554 en el idioma del Quiché de Guatemala de siglos de leyendas viejas.” El traductor parece indicar que tales grupos migratorios posiblemente podrían haber existido. En resumen de sus conclusiones, él hace la siguiente declaración:
“Las tres gran naciones del Quiché  (...) son descendientes de las Diez Tribus del Reino de Israel, quien Shalmaneser redujo a cautiverio y, encontrándose en la frontera de Asiría, resolvieron a emigrar (...)

‘Estos, entonces, eran las tres naciones Quichés, los descendientes de Israel, con el mismo idioma y las mismas costumbres y tradiciones (...) Ellos eran hijos de Abraham y Jacob (...)

Ahora en el veinte-octavo de septiembre de 1554 firmamos esta confirmación en la que hemos escrito el que por la tradición que nuestros antepasados nos dijeron, que vinimos de la otra parte del mar, del Civán-Tulán, fronterizo con Babilonia” (1)
Se ha dicho que la sangre de estas personas migratorias fluye en las venas del las tribus Blackfoot y Blood Indians de Alberta, Canadá; en el Navajo y el Apache del Suroeste Norteamericano; el Inca de Sudamérica occidental; el Azteca de México; el Maya de Guatemala; y en otros grupos INDIO AMERICANOS en el Hemisferio Occidental y las islas pacíficas (2)

El Dios con barba Blanca – Quetzalcoatl en el Libro de Mormón

La literatura norteamericana antigua se refiere con frecuencia a un Dios “blanco y con barba, que descendió de los cielos.” Llamado por muchos nombres, esta figura legendaria a menudo se le refiere como Quetzalcoatl. “Los historiadores del siglo XVI registraron creencias pre-hispanicas con respecto al Dios blanco y barbado que vino a las Américas mucho tiempo antes que los conquistadores españoles” (Brewerton, 30). Mientras esto puede parecer una leyenda o una parte inexplicable de la historia, el Libro de Mormón, que se considera escrito por antiguos profetas americanos, cuenta de la visita de Jesucristo al continente norteamericano siguiendo su Resurrección. Las coincidencias entre el Libro de Mormón y las historias y leyendas de los INDIO AMERICANOS es asombroso. Los siguientes párrafos contienen ejemplos de estas leyendas INDIO AMERICANAS:

Bernardo de Sahagun (nacido en 1499) escribió: “Quetzalcoatl se estimó y fue considerado un Dios, y fue adorado en tiempos más viejos. El tuvo pelo largo y era barbado. Las personas adoraban solo al Señor”  (3). 

Diego Duran (nacido en 1537) escribió: “Un gran hombre—una persona venerable y religiosa— alto, con pelo largo y barbado, conducta digna, actos heroicos, milagros—Afirmo que él podría haber sido uno de los santo apóstoles” (4).

Bartolomé de las Casas (nacido 1474) escribió que Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, era blanco, tenía una barba redondeada, era alto, y vino del mar del este, de donde el volverá (5). 

La tribu de los indios Tamanacos en Venezuela tienen la misma leyenda de un Dios blanco y con barba: [“Amalivacá] Tenia una cara del color de las nubes de la mañana, y blanco su cabello largo. … El dijo: ‘Soy Amalivacá, y yo vengo en el nombre de mi padre ‘INA-UIKI’ (6). 

Aunque no sea un cuento comúnmente compartido en el mundo cristiano, es posible que las congruencias en el Libro de Mormón y las leyendas Norteamericanas Antiguas nos enseñan que Jesucristo Mismo apareció a las personas en América siguiendo Su resurrección. Estos relatos pueden revelar el significado detrás de la declaración de Jesucristo a sus apóstoles en Juan 10:16 cuando él dijo, “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor” (Versión Reina Valera). En el Libro de mormón, Cristo explica a los antiguos habitantes norteamericanos que ellos eran las "otras ovejas." [Lee las palabras de Jesucristo a los antiguos habitantes de América]

Mientras estos estudios pueden estar intrigantes y provocan el pensamiento, Mormones enseñan que la única manera de saber si el Libro de Mormón es verdadero y saber si Cristo realmente visitó las Américas es de preguntar a Dios por medio de la oración. Si el Libro es verdadero, Dios ayudará que el libro a tenga sentido y traiga una influencia positiva cada vez que se lea. Una respuesta de Dios será la evidencia más segura en determinar si el Libro de Mormón es verdadero o no.

Fuentes
  1. El Título de los Señores de Totonicapán, Dionisio José Chonay y Delia Goetz, Norman, Oklahoma: University of Oklahoma Press, 1953, pp. 167, 170, 194)
  2. Ted E. Brewerton, “The Book of Mormon: A Sacred Ancient Record,” Ensign, Nov. 1995, 30 
  3. Historia General de las Cosas de Nueva España, Mexico: Editorial Porrua, S. A., 1985, pp. 195, 598
  4. Historia de las Indias de Nueva España, 1867, first ed., 2 vols., Mexico: Editorial Porrua, S. A., 1967, 1:9
  5. Los Indios de Mexico y Nueva España Antologiá, Mexico: Editorial Porrua, S. A., 1982, pp. 54, 218, 223
  6. Arturo Hellmund Tello, Leyendas Indígenas del Bajo Orinoco, trans. Ted E. Brewerton, Buenos Aires, Argentina: Imprenta Lopez Peru 666, 1948, pp. 19–22, (Brewerton, The Book...)

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