Blanca Álvarez nos envió este excelente material, donde explica como pudo Pizarro con tan solo 40 jinetes y 60 infantes, conquistar a 14 millones de personas.

La hazaña de Pizarro
¿Por qué entonces este pueblo tan poderosamente organizado, cuya población se estima en 14 millones de habitantes, cae ante un grupículo blanco de 40 jinetes y 60 infantes?
La interrogante encierra un sofisma. La hazaña de Pizarro es una añagaza.
"... El Dios Blanco, fue un miembro de una raza blanca que vivía en las selvas del Perú. Para los indígenas, era corno un mesías, que enseñó una nueva religión de paz y la inmortalidad de alma... Centenares de años antes que un puñado de españoles buscadores de oro extendieran sus conquistas a todas las grandes civilizaciones de América..., los indígenas habían trasmitido a través de la Historia, la creencia en un Dios salvador blanco con ojos azules, cabello rubio y barba, llegado del Este... En México se lo llamó Quetzalcoatl, en Perú Viracocha; y los mayas de la Península de Yucatán lo conocían por el nombre Kukulkan... El Dios Blanco dijo a los indígenas que algún día regresaría... Cuando llegaron los conquistadores españoles, los nativos creyeron que se trataba de aquel Dios y facilitaron el camino de su propia conquista" (Gene Savoy -Dios Blanco- 1969-).
"... Al llegar Pizarro, en 1532, los indios dan a los conquistadores el nombre de Wiracocha (espuma de lago): Señores blancos, venidos de lejos, surgidos de los espacios, de una raza de hijos del Sol. Reinaba y enseñaba allí, hace milenios. Desapareció de golpe, pero volverá. En todos los lugares de la América del Sur, los europeos que iban en busca de oro conocieron esta tradición del hombre blanco y se aprovecharon de ella. Sus dedos de conquista fueron auxiliados por el más grande y misterioso recuerdo" (Louis Pauwels y Jacques bergier -ob. cit.).
Los indios vieron en los españoles a aquellos seres sobrenaturales que esperaban. Y, Pizarro se aprovechó a maravilla de la tradición. Se sintieron los españoles evidentemente "sobrenaturales". Por eso, en contraposición, a los indios les llamaron "naturales".
Estos "naturales" quedaron petrificados ante el caballo y su jinete cubierto de hierro; ante la lanza de acero y el arcabuz que horrísono tronaba y vomitaba fuego mortífero...
Pizarro se apoderó de Atawallpa; cuyos ejércitos se dejaron lancear y balear como ovejas paralíticas.
Sucedió lo que sucedería ahora si los Ovnis (Platillos Voladores) con toda la leyenda que se ha tejido, bajaran sobre las ciudades de la tierra. La gente quedaría exactamente igual que aquellos indios de aquel sábado 16 de noviembre de 1532, ante Pizarro, esto es, sin poder mover un dedo.
Pero apenas los indios, descubrieron que los españoles no eran los Hijos del Sol, ni seres "sobrenaturales", sino entes perversos, rapaces y asesinos, ipso facto, súbitamente declararon GUERRA A MUERTE a la raza blanca...
Y comenzó la Gran Epopeya India que hoy arrecia.
No eran los hijos del Sol, ni seres "sobrenaturales" eran entes PERVERSOS, RAPACES Y ASESINOS. ¡LES DECLARAMOS LA GUERRA A MUERTE!"
Fuente:
Manifiesto Indio (IV)
http://www.willka.net/Documentos-filer/Manifiesto/Manifiesto_04.htm