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09 junio 2014

El Altar y el Sacrificio de Lehi en el desierto

¿Cómo podía Lehi, que observaba la ley mosaica justificar la construcción de altares y la ofrenda de sacrificios fuera del templo de Jerusalén?

Autor: David Rolph Seely
Traductor: Iván Martín

El Libro de Mormón registra que Lehi, en obediencia al mandato del Señor, salió de Jerusalén con su familia y "después de haber viajado tres días por el desierto, asentó su tienda en un valle situado a la orilla de un río de agua. Y sucedió que erigió un altar de piedras y presentó una ofrenda al Señor, y dio gracias al Señor nuestro Dios."(1 Nefi 2:6-7). Este simple acto de adoración plantea un dilema importante para el lector familiarizado con la ley bíblica.

El Libro de Mormón  nos asegura en repetidas ocasiones que los nefitas continuaron guardando la ley de Moisés hasta la venida de Cristo (2 Nefi 5:10; Jarom 1:5; Alma 30:2-3; 4 Nefi 1:12). Siendo ese el caso, muchos lectores no se sorprenden por el sacrificio de Lehi en el desierto, ni por las demás ocasiones en que los del pueblo “ofrecieron sacrificios y holocaustos al Señor" (1Nefi 5:9; 7:22) ni por la construcción de un templo, el cual seguramente tenía un altar (2 Nefi 5:16; Mosíah 2:3).[1] Sin embargo, Deuteronomio 12 parece prohibir estrictamente la construcción de altares y la realización de sacrificios fuera del lugar que el Señor había elegido para ese fin, normalmente se entiende que el lugar designado para ello era el templo de Jerusalén.

Entonces surge la pregunta, ¿Cómo podían justificar estas personas que observaban la ley mosaica la construcción de altares y la ofrenda de sacrificios fuera del templo de Jerusalén? Si bien hay varias respuestas posibles, el pasaje en el Libro de Mormón que menciona el viaje de tres días de Lehi por el desierto (1 Nefi 2:6-7) puede proporcionar una explicación que es tanto sorprendente como simple a la vez.

Entonces surge la pregunta, ¿Cómo podían justificar estas personas que observaban la ley mosaica la construcción de altares y la ofrenda de sacrificios fuera del templo de Jerusalén? Si bien hay varias respuestas posibles, el pasaje en el Libro de Mormón que menciona el viaje de tres días de Lehi por el desierto (1 Nefi 2:6-7) puede proporcionar una explicación que es tanto sorprendente como simple a la vez.

Los comentaristas Santos de los Últimos Días normalmente no han tenido [, ni tienen,] que lidiar con cuestiones como los sacrificios nefitas, los altares y templos a las afueras de Jerusalén y no han hecho comentarios sobre los problemas particulares que presenta Deuteronomio 12.[2] En su “Book of Mormon Compendium” (compendio del Libro de Mormón) Sperry simplemente declara: "Lehi construyó un altar de piedras y ofreció sacrificios al Señor", sin más comentarios.[3] Nibley describe el sacrificio de Lehi como una práctica habitual en el desierto entre los semitas de todas las edades.[4] Al parecer Welch asume que el decreto procedente de Deuteronomio no afectaba a Lehi, argumentando que "Lehi padre también estaba siguiendo los patrones establecidos por los patriarcas de la antigüedad".[5] McConkie y Millet mencionan que Lehi ofreció sacrificios en virtud del Sacerdocio de Melquisedec, lo que puede ser una manera de decir que el mandato de la ley menor en Deuteronomio no era aplicable a Lehi.[6] En su debate sobre la construcción del templo nefita, hacen referencia a las tradiciones judías derivadas de Deuteronomio 12, pero declaran que, basándose en otra evidencia bíblica, los templos se podían construir en cualquier lugar: "La idea generalizada entre los Judíos es que sólo puede haber un templo -el templo de Jerusalén-. Mandamientos bíblicos atestiguan lo contrario".[7] Me parece que hay mucho más que rascar.

Deuteronomio 12

Primero veamos los pasajes relevantes de Deuteronomio. Según Deuteronomio 12, después de que Israel entrara en la tierra prometida, el lugar de sacrificio debía estar confinado a un solo altar situado donde el Señor escogiera poner su nombre. Los versículos claves son los siguientes:
Más el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis y allá iréis. Y allí llevaréis vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, y vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, y vuestros votos, y vuestras ofrendas voluntarias y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas. (Deuteronomio 12:5-6)
Mas pasaréis el Jordán y habitareis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar,... al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre (Deuteronomio 12:10-11).
Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres, sino en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus; allí ofrecerás tus holocaustos y allí harás todo lo que yo te mando. (Deuteronomio 12:13-14)
Los estudiosos llaman a esta sucesión de estatutos la "centralización del culto" o "centralización de la adoración", en referencia a la forma en que los sacrificios y ofrendas, que eran los rituales más importantes de la ley mosaica, debían llevarse a cabo en un solo lugar.[8] A su manera, la centralización de la adoración era una ley revolucionaria que, cuando se implementaba, podría cambiar la práctica de la religión israelita de una manera muy drástica. Puesto que las leyes en Deuteronomio 12 afectaron varias prácticas de la ley mosaica, -la ofrenda de diezmos y primicias (Deuteronomio 14:22-26), la celebración de las fiestas (Deuteronomio 16:1-17), las ciudades refugio (Deuteronomio 19:1-9), y la investidura de los levitas (Deuteronomio 18:6-8)- la centralización también pudo afectar la adoración de todas las personas en Israel. Por ejemplo, debido a que el sacrificio era una parte integral de todos los festivales, las fiestas ya no se celebraban en los distintos pueblos, sino que sólo en el altar central del templo después de que se hubiera establecido.

También hay que recordar que, de acuerdo con Levítico 17, incluso la matanza de animales limpios estaba considerado como un tipo de sacrificio que tenía que realizarse en un altar, inclusive si el animal iba a ser matado sólo para el consumo humano.[9] Por lo tanto, mientras que Deuteronomio 12 prohibió el sacrificio de animales en todos los lugares que no fueran "el lugar escogido por el Señor", también dio instrucciones para la "matanza secular", por la cual un animal podría ser matado para el consumo humano, incluso donde no existía ningún altar (Deuteronomio 12:14-16). Este tipo de matanza se debía realizar a las puertas de la ciudad, y la sangre tenía que ser "derramada sobre la tierra," presumiblemente como símbolo de reconocimiento de la santidad de la vida como se describe por primera vez en Génesis 9:4: "Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis."

Un breve repaso sobre la historia de la centralización de la adoración en Israel nos ayudará a entender la situación que afrontaba Lehi. Los patriarcas no dejaron claro que sólo podía haber un único lugar de sacrificio. Puesto que construyeron altares y ofrecían sacrificios en muchos lugares en la tierra de Canaán, incluyendo Siquem, Betel, Hebrón, Moriah, y Beerseba (Génesis 12:6-8; 13:18; 26:25; Abraham 2:17 - 20). Durante el éxodo israelita de Egipto y la estadía en el desierto, el altar portátil del tabernáculo servía para el sacrificio.

Más tarde, desde la época de la conquista de Canaán hasta la construcción del templo, numerosos altares e incluso templos estaban en funcionamiento por todo el Israel bíblico. Por ejemplo, Samuel sacrificó en Ramah (1 Samuel 9:12-24) y Saúl tanto en Gilgal (1 Samuel 10:8) como en Ayalón (1 Samuel 14:35). Según el célebre erudito Menachem Haran, "Los altares solitarios eran numerosos y repartidos por todo el país; probablemente no hubo ningún asentamiento sin su altar e incluso los altares se podrían encontrar fuera de las ciudades, en el campo"[10] Además del templo de Jerusalén, Haran ha contado 12 templos que funcionaron durante diferentes épocas en Israel, incluyendo aquellos en Silo, Betel, Dan, Gilgal, Mizpa, e incluso uno en Arad que operaron durante la época del templo de Jerusalén.[11]

Deuteronomio 12 dice que después de que los hijos de Israel entraron en la tierra prometida, "[habrá un] lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre” (v. 11). En ese lugar designado debían hacerse todos los sacrificios y ofrendas. Mientras que el templo de Jerusalén no se ha especificado en el momento de Deuteronomio 12, en la tradición bíblica el templo se convirtió en el lugar autorizado. Cuando el rey Salomón dedicó el templo, lo declaró como el lugar donde el Señor pondría su nombre (1 Reyes 8:29). Sin embargo, incluso después de que el templo fue construido, los sacrificios y ofrendas se sucedían por todo Israel, sobre todo en lugares altos (1 Reyes 12:26-33; 2 Reyes 16:4), los cuales fueron unánimemente condenados por los profetas (Isaías 57:7; Oseas 10:8; Amós 7:9). Las cosas cambiaron durante los reinados de dos de los últimos reyes de Judá. Ezequías (715-687 aC) "quitó los lugares altos" y eliminó la idolatría en Judá por lo que la religión en Judá fue reformada (2 Reyes 18:4). Más tarde, Josías (640-609 aC) finalmente centralizó el culto en Jerusalén siguiendo las directrices dispuestas en Deuteronomio 12 (2 Reyes 23:7-9, 15).

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Lehi construyó un altar después de 3 días de viaje desde Jerusalén
Legitimidad del Altar y Sacrificio de Lehi

A la luz de la evidencia de las escrituras emergen varias explicaciones posibles de por qué Lehi construyó un altar en el desierto y ofreció sacrificios en aparente desconocimiento de las leyes establecidas en Deuteronomio 12. Vamos a examinar tres posibles explicaciones.

1. Deuteronomio 12 no intenta eliminar todo sacrificio lejos del santuario principal. La primera posibilidad es que los estatutos hallados en Deuteronomio no tenían la intención original de eliminar todo sacrificio fuera del templo de Jerusalén. El hecho de que, después de que los israelitas poseyeran la tierra, continuaron con los altares y sacrificios en varios lugares e incluso con otros templos, esto ha llevado a muchos estudiosos a creer dos cosas: que las leyes de Deuteronomio 12 fueron entendidas de forma diferente antes de que llegaran las reformas de Ezequías y Josías o que fueron escritas pero impuestas más tarde -tal vez durante los reinados de Ezequías, Manasés y Josías.[12]

Los que creen que las leyes relativas a la centralización del culto eran anteriores sostienen que la intención original de esas leyes era distributiva. Es decir, la frase “el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere” originalmente no fue interpretado como aplicable exclusivamente a Jerusalén (de hecho, en Deuteronomio no se menciona Jerusalén en ninguna parte). Más bien, se entendió originalmente que la expresión se aplicaba a una serie de santuarios a lo largo de la historia (tales como Siquem y Shiloh) y sólo finalmente a Jerusalén.[13] Otros han argumentado que la escritura no pretendía referirse a un solo lugar, sino a cualquier lugar que el Señor aprobó. Bajo este punto de vista, puede haber cualquier número de lugares de sacrificio divinamente aprobados.[14]

Incluso dejando a un lado el asunto de la intención original de Deuteronomio 12, parece ser que en la época de Lehi, en el antiguo Israel, se entendía que "el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere" era el templo de Jerusalén, según se entiende por la oración dedicatoria de Salomón en 1 Reyes 8. Durante las reformas de Josías (quien fue contemporáneo de Lehi), se descubrió en el templo un libro que muchos eruditos creen que era alguna versión del libro de Deuteronomio. Lo cierto es que las reformas de Josías se describen en un lenguaje similar al que encontramos en Deuteronomio y la naturaleza de las reformas siguen de cerca las leyes que se encuentran sólo en Deuteronomio, especialmente en cuanto a la centralización del culto.[15] Motivado por las instrucciones del libro, Josías eliminó la idolatría en todo el país, limpió y purificó el templo de prácticas apóstatas, derribó los lugares altos y destruyó los altares por todo el país, incluyendo el altar de Betel (2 Reyes 23).

Aquellas reformas son importantes para estudios del Libro de Mormón ya que Lehi se crió en Jerusalén durante el reinado de Josías y tuvo que haber sido influenciado por las reformas religiosas que afectaron las vidas de todos los que vivían allí y que no pasaron desapercibidas. Por ejemplo, Jeremías, contemporáneo de Lehi, lamentó la muerte de Josías y lo elogió por su reinado justo (Jeremías 22:15-16). Debido a que las planchas de bronce contenían los cinco libros de Moisés (1 Nefi 5:11), Lehi y sus descendientes debían de haber estado familiarizados con el libro de Deuteronomio. El lenguaje y la teología del Libro de Mormón dependen mucho de Deuteronomio, quizás más que de cualquier otro libro de la Biblia. La propia base del convenio tantas veces repetido en el Libro de Mormón de que "según guardéis mis mandamientos, prosperaréis”(1 Nefi 2:20) refleja la teología del Deuteronomio: "Guardaréis, pues, las palabras de este convenio y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hagáis." (Deuteronomio 29:9).[16]

Las reformas de Josías dictaron la centralización del culto, que incluyó el mandamiento de que los altares y sacrificios debían limitarse a un solo lugar. El único lugar de las Escrituras donde se encuentra este mandato es en Deuteronomio 12. Por supuesto, es posible que el pasaje en Deuteronomio originalmente no tuviera la intención de limitar el sacrificio a un solo lugar. Aun así, cualquier explicación sobre el altar y los sacrificios de Lehi deben hacer frente a la evidencia bíblica de que, durante la época de Lehi, se entendida claramente y se hacía cumplir que Jerusalén era el único lugar donde se podía ofrecer sacrificio.

2. Los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec no estaban sujetos a la centralización del culto según lo prescrito en Deuteronomio 12. Parece cierto que Lehi, no siendo descendiente de Leví, [17] ofició por medio del Sacerdocio de Melquisedec.[18] Debido a que Lehi y sus descendientes poseían este sacerdocio puede que no se vieran constreñidos por todos los mandamientos de la ley de Moisés. Hay muchas cosas que no entendemos sobre el culto nefita en vista del hecho de que Lehi y su pueblo vivían la ley de Moisés, pero, al parecer, poseían la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec. El Libro de Mormón simplemente no proporciona datos suficientes.

Puesto que Lehi no era un levita, es probable que personalmente no tuviera acceso al templo de Jerusalén. Mientras vivía allí, puede que simplemente hubiera ofrecido los sacrificios requeridos a través de los canales autorizados del Sacerdocio Aarónico, o tal vez recibió la aprobación divina y la autoridad para construir altares y ofrecer sacrificios según otras instrucciones del Señor o de acuerdo a su propia discreción. No lo sabemos. Sin embargo, el hecho de que los patriarcas de la antigüedad, que oficiaban con la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec, construyeran altares y ofrecieran sacrificios en varios lugares, y el hecho de que la Iglesia de Jesucristo restaurada edifique templos en todo el mundo, sugieren que el culto centralizado prescrito en Deuteronomio fue una de dos: incomprendida o formaba parte de la ley menor -una ley temporal- que se culminó con la expiación de Jesucristo.

3. Deuteronomio 12, pudo haber sido interpretado en la antigüedad como aplicable sólo a la tierra de Israel. Si bien está claro que Josías interpretó que los preceptos del culto centralizado se remitían sólo a Jerusalén, es posible que antiguamente hubiera otra interpretación viable de esas leyes. 

Los Rollos del Mar Muerto proporcionan posibles evidencias para este punto de vista. En el Pergamino del Templo aparece dos veces la expresión “tres días de viaje desde el templo” (columna 43:12 en relación a la ley de los diezmos y la columna 52:14 relativa al sacrificio). La escritura más importante para nuestro estudio aparece en la columna 52:
No matarás un buey o una oveja o una cabra sin mancha en todas tus ciudades, cerca de mi templo a una distancia [no menor] de tres días de viaje; no, pero dentro de mi templo los podrás sacrificar, haciendo de ellos holocausto u ofrenda de paz y comerás y te regocijarás delante de mí en el lugar que yo escoja para poner mi nombre"(11QT 52:13-16, énfasis añadido). [19]
En este pasaje la interpretación más habitual realizada por Yigael Yadin y otros de la frase “tres días de viaje” es que el Pergamino del Templo prohíbe toda matanza no sacrificatoria dentro de un límite de tres días de distancia de Jerusalén. Dentro de este límite geográfico la única matanza permisible es sacrificatoria, es decir, el Pergamino del Templo prohíbe toda matanza que no esté destinada a sacrificio, la llamada matanza secular para el consumo humano.[20] Por supuesto, este sería un precepto muy restrictivo. Recientemente, un erudito, Aharon Shemesh, ha sugerido una nueva interpretación de la frase en cuestión.[21] Ha demostrado, partiendo de fuentes rabínicas, que la distancia real de un viaje de tres días desde el templo de Jerusalén, a todos los efectos prácticos, marcaría un radio que abarcaría toda la tierra de Israel, ya que, desde el templo, se puede alcanzar cualquier punto durante ese período de tiempo.[22]

Shemesh sugiere que la escritura de la columna 52 del Pergamino del Templo debería ser considerada una interpretación de Deuteronomio 12:1-5, que se menciona en el Pergamino del Templo en el pasaje anterior de la columna 51. Esos versículos de Deuteronomio describen cómo realizar un sacrificio en el país posterior a la conquista y destrucción de los altares paganos. Shemesh concluye que el Pergamino del Templo interpreta todo Deuteronomio 12 según se puede ver en su primer versículo: "Sobre esta base, podemos sugerir que el autor del Pergamino del Templo abrazó la opinión de que la ley de la centralización del culto sólo se aplicaba en la tierra de Israel de acuerdo con la declaración inaugural de Deuteronomio 12:1: 'Estos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra'"[23] Shemesh cita varios ejemplos más procedentes de la literatura rabínica para mostrar que algunos de los antiguos rabinos no condenaban los templos, altares o sacrificios en el templo judío de Onías de Egipto porque estuvieran "fuera de la tierra de Israel".[24]

El mismo método de interpretación de Deuteronomio 12, puede estar detrás de la justificación nefita para la construcción de un templo en el Nuevo Mundo, incluso en vista de su continua obediencia a la ley de Moisés. Es posible que entendieran que los preceptos de Deuteronomio 12, relativos a los altares, sacrificios y templos sólo se aplicaban en la tierra de Israel, como sugiere Deuteronomio 12:1.

Así, en el Pergamino del Templo encontramos una interpretación antigua sobre la centralización del culto de Deuteronomio que prohíbe sacrificios a menos de tres días de viaje de Jerusalén. Tanto si esta escritura se interpreta en el sentido de que no debería haber ninguna matanza sacrificatoria en Israel, excepto en el templo o la matanza secular estaba permitida en Israel, está claro que una interpretación antigua limitó el uso de Deuteronomio 12 a una zona geográfica establecida por una distancia de tres días de viaje desde Jerusalén -un área que más o menos coincide con las fronteras de Israel.

¿Una pista en el registro?

Nefi documentó de su padre Lehi “que después de haber viajado tres días por el desierto… que erigió un altar de piedras y presentó una ofrenda al Señor, y dio gracias al Señor nuestro Dios." (1 Nefi 2:6-7). Esta declaración puede deberse simplemente al hecho histórico de que Lehi y su familia viajaron durante tres días antes de que se detuvieran a descansar significativamente. Pero destacar el viaje de tres días también puede ser la forma que tiene Nefi de decir que Lehi y su familia estaban actuando de acuerdo con una interpretación de la ley de Moisés que se encuentra en Deuteronomio 12.

Aquella interpretación concuerda con lo que se preserva en el Pergamino del Templo. Según ese documento, la construcción de un altar y la ofrenda de sacrificio estaban permitidas únicamente fuera del radio de un período de tres días de viaje desde el templo de Jerusalén. Para poner el asunto de forma diferente, los sacrificios más allá del límite de tres días eran aceptables bajo la ley de Moisés. Desde este punto de vista, Lehi se ajustaba a los requisitos Mosaicos expresados en Deuteronomio 12 cuando construyó un altar en el desierto y ofreció sacrificio.

Fuentes
  1. Por desgracia hay muy poca información acerca de los templos Nefitas en el Libro de Mormón. El estudio más completo de los templos nefitas hasta la fecha es John W. Welch, "El templo en el Libro de Mormón: Los templos en las ciudades de Nefi, Zarahemla y Bountiful," en los templos del mundo antiguo: Ritual y Simbolismo, ed. Donald W. Parry (Salt Lake City: Deseret Book y , 1994).
  2. Para una breve discusión de algunas de las cuestiones relacionadas con el sacrificio de Lehi y los nefitas más allá de las acciones de  interdictos en Deuternomio 12, ver JBMS 8.1 (1999): 71. 
  3. Sidney B. Sperry, el Libro de Mormón Compendio (Salt Lake City: Bookcraft, 1968), 99.
  4. Hugh W. Nibley, un acercamiento con el Libro de Mormón (Salt Lake City: Deseret Book y FARMS, 1988), 245-46.
  5. Welch, "El templo en el Libro de Mormón", 320. 
  6. "Como profeta, Lehi tenía el Sacerdocio de Melquisedec y por esa autoridad ofreció sacrificio (Enseñanzas, pág. 181) .... El Sacerdocio Aarónico fue la provincia de la tribu de Leví, y por ello no fue tomado por los nefitas a América. parecería, pues, que los sacrificios realizados por la colonia de Lehi se llevaron a cabo bajo la dirección del sacerdocio mayor, que comprende todas las funciones y autoridades de la menor "(Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet, doctrinal sobre el Libro de Mormón [Salt Lake City: Bookcraft, 1987], 1:31). 
  7. McConkie y Millet explica además: "Una religión con pacto centrado requiere un santuario del pacto El hecho de que los nefitas construyeron un templo sugiere que todos los restos de Israel, donde quiera que se habían dispersado, si poseyeran el sacerdocio habrían hecho lo mismo." (Ibid ., 1:223).
  8. Para una revisión reciente de los estudios bíblicos en Deuteronomio 12, véase Bernard M. Levinson, "La innovación de Cultic Centralización en Deuteronomio 12," en el Deuteronomio y la hermenéutica de la Innovación Jurídica (Oxford: Oxford University Press, 1997), 23-52. Una excelente discusión sobre el tema de la restricción de sacrificio a un solo santuario se encuentra en Jeffrey H. Tigay, Deuteronomio: El texto tradicional hebreo con la JPS Traducción del Nuevo (Philadelphia: Jewish Publication Society, 1996), 459-64.
  9. La interpretación de Levítico, en términos de la llamada masacre secular es muy debatido. Ver Tigay, Deuteronomio, 366 n. 43, y Baruch A. Levine, Levítico: El texto tradicional hebreo con la JPS Traducción del Nuevo (Philadelphia: Jewish Publication Society, 1989), 112-13.
  10. enachem Harán, Templos y Templo de servicio en el antiguo Israel (Oxford: Clarendon, 1978), 459-64. Este comentario es muy recomendable como una presentación modelo de erudición bíblica a un público laico educado.
  11. Ibid., 26–42. 
  12. Esta es la opinión que prevalece entre los estudiosos modernos. En la hipótesis documental clásico, la cadena literaria D-principalmente el libro de Deuteronomio, data de mediados del siglo VII A.C. Aunque la mayoría de los estudiosos que sostienen este punto de vista coinciden en que hay material más antiguo en el Deuteronomio, creen que el libro en su forma actual fue editado en el siglo VII y sus leyes se aplicaron por primera vez en su totalidad por el rey Josías. Para una presentación equilibrada y fácil de leer de esta vista, consulte Tigay, Deuteronomio, xix-xxvi, y Moshe Weinfeld, "Deuteronomio, libro de" Intérpretes Diccionario de la Biblia (Nashville: Abingdon, 1962), 2:168-83.
  13. Véase, por ejemplo, Alexander Rofé, "los estratos de la Ley sobre la centralización del culto en el Deuteronomio y la Historia del Movimiento de Deuteronomio," en el Volumen Congreso: Uppsala 1971 (Leiden: Brill, 1972), 221-26; Baruch Halpern, "La Fórmula Centralización en el Deuteronomio," Vetus Testamentum 31 (1981): 20-38, y Levinson, "La innovación de Cultic Centralización," 24-25.
  14. AC Welch, "El problema de Deuteronomio," Journal of Biblical Literature 48 (1929): 291-306. 
  15. Ver Moshe Weinfeld, Deuteronomio 1-11: Una nueva traducción con introducción y comentario (Nueva York: Doubleday, 1991), 65-84.
  16. Ver Ellis Rasmussen, "Deuteronomio," Enciclopedia del mormonismo, ed. Daniel H. Ludlow (Nueva York: Macmillan, 1992), 1:378-79.
  17. Lehi era descendiente de Manasés (véase Alma 10:3).
  18. El sacerdocio que Alma2 celebrada se describe como " el sumo sacerdocio del santo orden de Dios " (Alma 04:20 ; comparar 13:1-12 , que describe el sacerdocio de los nefitas como el Sacerdocio de Melquisedec ) . Respondiendo a la pregunta de si el Sacerdocio de Melquisedec se llevaron cuando murió Moisés , el profeta José Smith enseñó: " Todo sacerdocio es Melquisedec , pero hay diferentes partes o grados que la parte que trajo Moisés de hablar con Dios cara a cara. se lo llevaron , pero lo que trajo el ministerio de los ángeles permanecido Todos los profetas tuvieron el Sacerdocio de Melquisedec y fueron ordenados por Dios mismo " (Enseñanzas del Profeta José Smith , comp Joseph Fielding Smith [ Salt Lake City : . . Deseret Book , 1976 ] , 180 ) . Él también enseñó : " ¿Cuál fue el poder de Melquisedec ' no era el sacerdocio de Aarón que administra las ordenanzas exteriores , y la ofrenda de sacrificios Los titulares de la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec son reyes y sacerdotes del Dios Altísimo , que sostiene  las llaves del poder y bendiciones, de hecho , ese sacerdocio es una ley perfecta de la teocracia , y se erige como Dios para dar leyes para el pueblo , la administración de la vida sin fin para los hijos e hijas de Adán " ( ibid. , 322) .
  19. Traducciones del Rollo del Templo de Yigael Yadin, El Rollo del Templo (Jerusalén: Israel Exploration Society, 1983). 
  20. Yadin, Rollo del Templo 1,315 a 20, 2,233 a 39, Lawrence H. Schiffman, "El deuteronomista Paráfrasis del Rollo del Templo," Revue de Qumran 15 (1992): 558-61, y "sacro y la No-Sacral Masacre", en Tiempo para preparar el camino en el desierto, ed. Devorah Dimant y Lawrence H. Schiffman (Leiden: Brill, 1995), 69-84.
  21. Aharon Shemesh, "'Tres días' Viaje desde el Templo ': El uso de esta expresión en el Rollo del Templo," Descubrimientos del Mar Muerto 6.2 (1999): 126-38, y idem ", una nueva lectura del Rollo del Templo 52:13-16. ¿Este Rollo da permiso de Sacrificios Fuera de la Tierra de Israel? "Actas del Congreso Internacional, Cincuenta Años del Descubrimiento de  los Rollos del Mar Muerto, ed. Lawrence H. Schiffman, Emanuel Tov, y James C. Vanderkam (Jerusalem: Israel Sociedad de Exploracion, 2000), 400-410. 
  22. Shemesh, "'tres dias' Viaje,'" 126–27; enfasis agragado.
  23. Ibid., 130; enfasis agragado. 
  24. Ibid., 130-32. Esto puede ayudar a explicar el hecho de que los Judios construyeron templos en Egipto en Elefantina (destruido en el año 410 antes de Cristo) y Leontopolis (cerrado en el 73 dC), donde se ofrecía el sacrificio. Ver Harán, templos, 46-47. Shemesh cita Mishná Menahot 13:10 y Talmud de Babilonia Menahot 109a.
  25. Artículo original:http://publications.maxwellinstitute.byu.edu/fullscreen/?pub=1405&index=10


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2 comentarios:

Unknown dijo...

he leido esta exposicion y me parece una absoluta falsedad todo basado en suposiciones y argumentos rebuscados que solo un enfermo mental puede validar, dan lastima los mormones

Unknown dijo...

Soy miembro activo de la iglesia Mormona desde 1979 y El Espíritu Santo me ha confirmado que El Libró de Mormón es escritura sagrada escrito por profetas antiguos. A parte de esto soy un lector constante del libro y he podido encontrar evidencias internas como externas de que el libro de Mormón es verdadero. En cuanto al sacrificio u holocausto que Lehi ofreció fuera de Jerusalén hay que verlo como un acto válido, especialente porqun Lehi lo efectuó teniendo autoridad de Dios, Todas las posibilidades planteadas justificando este holocausto tienen validez,pero sobre todo lo que importa es el espíritu de la ley y ea que por medio de este holocausto fuera de Jerusalén Lehi y su familia le rindieron culto y agradecimiento al gran JEHOVÁ.

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