Busca en Nuestro Sitio

23 abril 2009

Bautismo y creencias cristianas en la antigua América

Muchos historiadores han descubierto registros que describen ceremonias y ritos muy similares a las ordenanzas enseñadas por Jesucristo. ¿Podrían haber sido ellas heredadas y preservadas en el tiempo?

Por John A. Widtsoe y Franklin S. Harris, Tr.


Un rito semejante al bautismo fue practicado por los americanos. 
"El uso del agua, más o menos santificada, era usada como una manifestación de purificación que le libraba a uno del pecado. Esto viene de un período pre-cristiano entre los mexicanos, mayas y otras naciones americanas. Ellos eran limpiados del pecado por lavamiento". (Bancroft 3:119).
Gann y Thompson, cuidadosos estudiantes de los mayas, dicen que éstos practicaban una forma de bautismo, y que la palabra maya por bautismo, significaba "renacer", y que los niños eran bautizados cuando tenían, poco mas o menos, 12 años de edad. (Véase Gann y Thompson, pp. 139, 140).

El bautismo no era conocido en ninguna de las provincias de Nueva España, sino en Yucatán, y este nombre lo daban ellos significando ser nacido otra vez, teniendo tan grande veneración que nadie quedaba sin él, creyendo ellos que recibían una pura disposición para ser buenos; que los demonios no podían dañarles y que eran puestos en el camino de la felicidad. Ningún hombre podía casarse sin él". (Antonio de Herrera, "Historia de América", 4:172).

Con estos votos, a menudo estaba asociado el rito del bautismo, por aspersión o por inmersión en agua. Aun entre los rudos indios de Tierra del Fuego encontramos que el niño al nacer, era rápidamente sumergido en agua del río no por razones sanitarias, sino religiosas.

En otra manera (el bautismo) parecería ser una purificación de un pecado inherente, en tal sentido era practicado por los nahuas de México, y los quichuas del Perú. Con los mayas de Yucatán era de uso común y era conocido por el significante nombre de "el segundo nacimiento". (D. G. Brinton, "Reli-gions of Primitive Peoples", 1897, p. 195).

Los nativos al tiempo de la cosecha del maíz acostumbraban sacrificar a un hombre a los dioses de la cosecha. Alrededor del altar estaban esparcidos granos de maíz. Sobre éstos se ponían los adoradores y con cuchillos de piedra se herían las partes más sensibles de su cuerpo dejando caer las gotas de sangre sobre los granos. Estos eran comidos como alimento sagrado, como parte del sacrificio. (Oviedo, Historia de las Indias, Lib. X, cap. XI). 

Algo similar se acostumbraba en Perú al tiempo del equinoccio vernal, a todos los extranjeros se les ordenaba salir de la ciudad de Cuzco, donde residía el Inca. Era inmolada una víctima humana, y las inmaculadas "Vírgenes del Sol" eran ordenadas a mezclar su sangre con avena y amasarla en pequeñas tortas. Estas eran distribuidas entre el pueblo y comidas, y una, enviada a cada una de las capillas y templos del imperio". (Balboa, "Histoire du Perú", pp. 125-127; D. G. Brinton, "Religions oí Pri-mitive Peoples", p. 190).

D. G. Brinton nos dice: 
"E1 asombro de los misioneros romanistas se elevó a horror cuando descubrieron entre varias naciones un rito de bautismo de aterradora similitud al de ellos, relacionado con la imposición de un nombre, hecho manifiestamente con el propósito de librarle de un pecado inherente, creyendo producir una regeneración de la naturaleza espiritual y aun, en más de una ocasión llamado por una palabra indígena significando "ser nacido otra vez".
Tal rito era de inmemorable antigüedad entre, los cherokees (tribu de indios en el este de los Estados Unidos) aztecas, mayas "y peruanos". (Myths of the New World, 1S68, pp. 125, 126). (También citado por Herrera, Historia de América, citado en "Scraps", p. 288; Gann y Thompson. "History of the Maya", pág. 140).

De la remota antigüedad de esta práctica nos asegura también Bancroft (Native Races, 3:119) y De Roo, quien dice: 
"Los misioneros cristianos y otros escritores de ese tiempo, (La conquista por España) aseguran que el bautismo —prácticamente el sacramento del bautismo— era administrado en varios distritos americanos desde tiempo inmemorial". (De Roo, pág: 466).
Sahagum, la más importante autoridad en lo que concierne a la religión de los aztecas de México, y quien vivió por los españoles, nos dice esto concerniente al rito del bautismo entre los aztecas: 
"El que bautizaba salpicaba agua en la cabeza del infante diciendo: "Oh, hijo mío, toma y recibe agua del Señor del Mundo, que es nuestra vida, es para lavar y purificar; que estas gotas puedan quitarte el pecado que te fue dado antes de la creación, del mundo, dado que todos nosotros estamos bajo su poder..." El rito era terminado con: "Ahora él está purificado y limpio de nuevo, y nuestra madre el agua le trae a él nuevamente al mundo". ("Historia de Nueva España", lib. 6, cap. 37).
En cuanto a la forma del bautismo y la edad de los bautizados, Brinton nos dice: 
"En Perú el niño era sumergido en fluido. En cualquier país la aspersión podía tomar el lugar de la inmersión. Eos che-rokees creían que, a menos que el rito fuera puntualmente efectuado cuando la criatura fuera de tres días de edad, inevitablemente moriría". ("Myths of the New World", pág, 128).
Kastner, una autoridad en el asunto, nos habla también de la inmersión. (Citado por De Roo, p. 466).

Que el bautismo no era solamente una ceremonia nos es mostrado por el respeto y significado que se le atribuía en Yucatán y la América Central. El obispo Landa, de Yucatán, quien escribió a mediados del siglo XVI sobre las creencias religiosas de los mayas, dice esto: 
"Tienen ellos tal respeto por el bautismo que aquellos que tienen pecados sobre sus conciencias o se sienten inclinados a cometer pecados, se confiesan con el sacerdote para encontrarse en estado de recibir el bautismo... Ellos creen que reciben de ello una disposición inclinada hacia la buena conducta que les preserva de toda tentación del demonio, con respecto a las cosas temporales, y por medio de ese rito y la buena vida se aseguran la salvación". (Citado en la Enciclopedia de Religión y Etica "Hastings" 11:529).
Esta ayuda que hace posible llevar una vida buena y obtener "salvación" es mencionada también por De Roo: 
"Era el deber de todos los mayas tener bautizados a todos sus hijos, porque creían ellos que por esta ablución recibían una naturaleza más pura, eran protegidos de los espíritus malos y posibles desgracias. Sostenían, además, que una persona sin bautismo, ya sea hombre o mujer no podía llevar una buena vida, ni hacer bien cosa alguna". (De Roo, pág. 467).
De estas variadas citas que nos han llegado por medio de la investigación histórica, es evidente que el bautismo era practicado en América por varios pueblos. Es también evidente que ellos entendían el bautismo como un 'renacimiento' limpiándoles del pecado y haciéndoles posible una vida mejor y la salvación.

El Libro de Mormón nos dice que, el significado y forma del bautismo fue enseñado a los antecesores de los indios por profetas de Dios (Léase 2 Nefi 9: 22-24; Moroni 6 y 8) y en verdad, el Salvador durante su visita a los nefitas les dio la instrucción siguiente con respecto al bautismo: 
"He aquí que descenderéis al agua, os pararéis en ella, y en mi nombre lo bautizaréis... diciendo: Habiendo sido autorizado por Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Y entonces le sumergiréis en el agua, y después saldréis de ella". (3 Nefi 11:23-26).
Fueron nombrados los oficiales de la Iglesia para llevar a cabo la obra e igualmente "Quetzalcoatl tenía sacerdotes que eran llamados quequetzalcohua, vale decir, sacerdotes de la orden de Ouetzalcoatl", (Bancroft 3:259).
"A la cabeza del sacerdocio azteca estaba el "Señor de substancia Divina". Tenía un lugar en el concilio del Emperador, segundo en autoridad real. El siguiente rango era el sumo sacerdote de Ouetzalcoatl, quien tenía autoridad solamente sobre su propia casa. Los sacerdotes de Quetzalcoatl eran llamados por el nombre de su deidad tutelar. Los grados menores incluían a los sacerdotes comunes... La orden menor eran los pequeños sacerdotes, jóvenes que se estaban graduando en el oficio sacerdotal". (Spence, pág. 116).
El legendario Cristo de América efectuó milagros y enseñó doctrinas cristianas. Rosales, en su historia de Chile, declara: 
"Un hombre maravilloso había venido a ese país... quien efectuaba milagros, curaba repentinamente enfermos y daba vista a los ciegos". (Kingsborough, 6:419; Roberts 3:25).
"Se decía que, cuando las mujeres estériles oraban y hacían sacrificios a Quetzalcoatl, les era dado tener hijos. Era el dios de los vientos, y el poder de soplar le era atribuido, como también el de calmarlos... El suelo daba ricas cosechas sin cultivación". (Bancroft 3:259-260, 274).
"Al contemplar el sistema religioso de los aztecas, uno es sorprendido por su aparente falta de conexión, como si una parte de él emanara de un pueblo comparativamente refinado, abierto a influencias delicadas; mientras que el resto respira un espíritu de inmitigada ferocidad. Esto, naturalmente, sugiere la idea de dos distintas fuentes y autoriza la creencia que los aztecas han heredado de sus antecesores una fe dócil en la cual después injertaron su propia mitología. Esta última pronto se hizo dominante y dio ese obscuro colorido a los credos de las naciones conquistadas —que los mexicanos, igual que los romanos, parece que gustosamente lo incorporaron como propio, hasta que las mismas fúnebres supersticiones se asentaron sobre los más lejanos límites de Anahuac—". (Prescott, "México", 1: 47).
"Quetzalcoatl no quería tener nada que ver con la guerra, aun se tapaba los oídos cuando el asunto le era mencionado. Su época podría considerarse como de oro; como en el tiempo de Saturno, los hombres y' animales vivieron en paz". (Bancroft, 3; 274; Ro-berts 3:35).
Gann y Thompson también dicen que los mayas ayunaban antes de las ceremonias importantes. (Págs. 143, 144).

"Así llegamos, aun en primitivas condiciones, a ideales personales tales como Quetzalcoatl entre los aztecas, de quien se decía en sus leyendas que era un personaje majestuoso, casto en su vida, contrario a la guerra, sabio y generoso en sus acciones, deleitándose en el cultivo de las artes de la paz; o, como lo vemos entre los peruanos, en su héroe cultural Tonapa, de cuyas enseñanzas un escritor católico del siglo XVI dice: 
"Tan íntimamente se parecen a los preceptos de Jesús que nada falta en ellos sino su nombre y el de su Padre". (D. G. Brinton, "Religions of Primitive Peoples", p. 251).
"Las doctrinas del benigno y santo Quetzalcoatl o Cuculcán deben ser clasificadas entre los grandes credos de la humanidad, y a su autor, único de todos los grandes maestros de moral excepto Cristo, inculcando una moralidad positiva, debe dársele precedencia sobre la mayoría de los grandes maestros chinos e hindúes de la antigüedad". (Short, p. 515).
"Además de esta señal de una creencia en Cristo, una ceremonia, de sugestiva analogía con los sacramento s de la comunión, fue presenciada con asombro por los invasores (Cortés). Los sacerdotes aztecas fueron vistos preparando unas tortitas de harina, mezcladas con sangre, las que ellos consagraban y daban a la gente, quienes al comerlas mostraban signos de humildad y pena, declarando que era carne de deidad". (Prescott, 3:314).
"Quetzalcoatl "se separó de ellos, enviándoles de vuelta a su ciudad, instruyéndoles para decir a sus vecinos que, vendrían un día en que los hombres blancos desembarcarían en sus costas, por el lado del mar en el cual nace el sol; hermanos de él y teniendo barbas iguales a las de él, y que ellos gobernarían sobre la tierra". (Bancroft, 3:25).
Fuente:
www.bibliotecasud.blogspot.com

20 abril 2009

Cristo nació de una virgen: conocimiento encontrado en la antigua América

La tradición de que Cristo era el Hijo de Dios, nacido de una virgen se encontraba muy presente entre los nativos americanos.

Por John A. Widtsoe y  Franklin S. Harris, Tr.


"Quetzacoatl nació en Chiuenaiuecatl que es donde está la mano (esta mano indica el nicho en el calendario que tiene la fecha chiconahuiehecatl). El es el que fue nacido de una virgen llamada Chimalman en los cielos... Este Quetzacoatl era de quién se decía que hizo el mundo, porque ellos decían que Tonacatechuhtli (el Dios Supremo que habita en los más altos cielos) cuando le plació alentó soplo de vida y engendró a Quetzacoatl. A este ser ellos le edificaban iglesias redondas, sin esquina alguna. Decían que él era el que había hecho al primer hombre...
"Un dios, Citlalatonac, envió un mensaje a una virgen que vivía en Tula, llamada Chimalman. Esta virgen concibió un hijo sin haber conocido varón, el cual fue llamado Quetzacoatl, diciendo que él es el dios del aire". (Códice Mess. Ríos No. 3738, Transcripción del texto explicativo, p. 25-28; Smith p. 58).
Lord Kingsborough, quien entre 1830 y 1848 publicó los resultados de sus investigaciones sobre América antigua, dice: 
"De la mitología mexicana, hablando de ningún otro hijo de Tonacatecutle, (un dios y el pueblo) excepto Quetzacoatl que fue nacido de Chimalman, la virgen de Tula, sin contacto con hombre, y por su soplo solamente (por el cual puede significarse su palabra o su voluntad, anunció a Chimalman por la palabra de un mensajero celestial, a quien envió él a anunciarle a ella que concebíría un hijo) se presume que Ouetzalcoatl era su único hijo. Pueden aducirse otros argumentos para demostrar que los mexicanos creían que Ouetzalcoatl era ambos, dios y hombre... Ouetzalcoatl fue nacido de una virgen de las hijas de los hombres". (6:507).
H. H. Bancroít dice: 
"El fue nacido de una virgen en un nacimiento milagroso... Tenía cuerpo humano como cualquier otro hombre, sin embargo, era un dios, el hijo de un dios, de nacimiento misterioso". (3:372).
D. G. Brinton dice: 
"Ouetzalcoatl fue nacido de una virgen en la tierra de Tula o Tlapallán, en el lejano oriente y era sumo sacerdote de esa feliz región". (P. 214).
Torquemada, un antiguo escritor español, relata que: 
"Los indios otomíes, una raza guerrera y salvaje, originariamente desparramada sobre la meseta norte del valle de México estaban también en conocimiento de la embajada de un ángel de Nuestra Señora, bajo una figura, relatando que algo muy blanco, como la pluma de un ave, cayó de los cielos, y que una virgen se agachó y la recogió y poniéndosela en el pecho se encontró embarazada". (Kingsborough, citado por Roberts 2:473).
El élder Angus W. McKay, relata la siguiente tradición de los indios navajos: 
"Un niño fue encontrado cerca del océano Pacífico por una hermosa virgen, quien nunca había visto hombre. Ellos alegaban que el cielo y la tierra se juntaron y que el niño fue dejado caer de los cielos puro y sagrado". (McKay, "Utah Genealogical Magazine", 24:60).
La tradición de una virgen dando a luz a un dios es encontrada entre los antiguos pueblos americanos. Brinton, dice: 
"Muchas de las diosas eran deidades vírgenes, como las aztecas Coatlicue, Xochiquetzal y Chimalman; y muchos otros de los grandes dioses de la raza, como Quetzalcoatl, Manibozho, Viracocha y Ioskeha, se dice que fueron nacidos de una virgen. Aun entre los indios del Paraguay los primeros misioneros fueron sorprendidos al encontrar esta tradición de una madre virginal de un dios, similar a la que ellos fueron a enseñar". ("Myths of the New World", p. 172).
Para los Santos de los Últimos Días estas tradiciones no son sorprendentes. Reconocemos en ellas restos de las verdades una vez enseñadas a los primitivos habitantes americanos. De acuerdo con el Libro de Mormón el pueblo no solamente recibió la profecía del nacimiento de Cristo (Helamán 14) sino también le fue mostrado al profeta Nefi, en una visión, "la virgen blanca y hermosa en extremo.... según la carne, la madre del Hijo de Dios.. . que llevaba un niño en sus brazos". (1 Nefi 11:13-20). La visita de Cristo, después de su crucifixión, también está descrita en una forma de singular belleza. (3 Nefi 11-25).

Afirma el Libro de Mormón que, al tiempo del nacimiento de Cristo, hubo dos días y noches de luz. Esto también lo confirma la tradición americana. Bancroft citando a Juarrors: 
"Y esta división (de un imperio) fue hecha en un día que fueron vistos tres soles, que causó a muchos pensar que tuvo lugar en el día del nacimiento del Redentor, un día en el cual se creía comúnmente que tal meteoro fue observado". (Bancroft 5:566).
Bancroft, siguiendo al escritor nativo Ixtilxochiti: 
"El siguiente evento registrado... es la detención del sol en su curso, como el mandato de Josué registrado en el Antiguo Testamento". (Bancroft, 5:209-210).
Fuente:
www.bibliotecasud.blogspot.com

18 abril 2009

Jesucristo visitó el continente Americano

     Las leyendas sobre un personaje grandioso visitando los diferentes pueblos de América, con características similares a las de Jesucristo, recorrieron todo en continente.

Por John A. Widtsoe y Franklin S. Harris, Tr.



El Libro de Mormón relata que el Salvador después de su resurrección, pero antes de su ascensión, visitó América, enseñó, organizó la Iglesia y ordenó a hombres para llevar a cabo la obra del evangelio.

La idea de la venida de un Cristo sería común entre los indios americanos, si ellos fueran de origen hebreo y hubieran tenido acceso a los libros sagrados hasta el año 600 a. C. Una gran acumulación de tradiciones prueba que un esperado Salvador era parte de la primitiva tradición religiosa americana. Hay también muchas tradiciones y leyendas que describen al esperado caudillo y salvador en donde se evidencia que efectivamente habría estado entre ellos. Tan extensa es esta tradición y tan sólidos los detalles descubiertos, que es imposible desconocerlos.

Parece fuera de sentido atribuir estas leyendas y creencias a la influencia cristiana después de Colón, pues están muy extensamente difundidas y muy inherentes en la fe de todos los pueblos desde tiempos memoriales. 
"La diseminación de las ideas cristianas, desde la conquista, no es suficiente razón para responder por estos mitos". (Nadaillac, p. 431). 
"Entre los mexicanos, mayas, incas y pre-incas del Perú, había una tradición persistente y generalmente creída de un hombre blanco y barbudo que visitó sus tierras, les enseñó, su religión y civilización, y después desapareció misteriosamente. La tradición dice de este dios barbudo que llegó a México y Yucatán en un 'barco mágico'; y la tradición del primer inca, Manco Capac, es que apareció en el lago Titicaca, declarándose a sí mismo el 'Hijo del Sol'. (Verrill p. 28).
"Los aztecas tienen una tradición de un dios sufriente y crucificado llamado Quetzalcoatl, y de uno que le precedió para preparar el camino y llamarles al arrepentimiento. Tezcaltlipoca le ofreció una copa llamándole 'hijo mío'; habla también de su aversión para probarla y de su llanto amargo después de haber bebido su contenido; despreciando los reinos temporales por el espiritual, siendo después llamado por el Padre. A su partida hubo cuatro terremotos. Prometió volver otra vez y redimir a su pueblo", (Kings-borough, 8:3; Lesueur, pp. 236-237).
Aunque teniendo varios nombres y apareciendo en diferentes países, los héroes de la cultura americana presentan todos las mismas características. Todos son descritos como blancos, barbudos y generalmente vestidos con largas túnicas, apareciendo repentina y misteriosamente en el lugar de su obra; tratando de mejorar a la gente instruyéndoles en artes beneficiosas y ornamentales; dándoles leyes, exhortándoles a practicar el amor fraternal y otras virtudes cristianas, e introduciendo una forma mejor de religión. Habiendo completado su misión desaparecen tan de improviso y misteriosamente como vinieron y finalmente ellos son deificados y tenidos en gran reverencia por una agradecida posteridad.
"En tal carácter o en tal misión Quetzalcoatl apareció en Cholula, Votan en Chiapas, Wixepecocha en Oaxaca, Zamrna y Cukuícán con sus diecinueve discípulos en Yucatán, Gucumatz en Guatemala, Viracocha en Perú, Sume y Paye-Tome en Brasil, el misterioso apóstol mencionado por Rosales en Chile y Bochica en Colombia". (Bancroft, 5:23-24).
Las Casas, obispo de Chiapas, relata en su apología, manuscrito que está en el convento de Santo Domingo, que cuando él pasó a través del reino de Yucatán encontró allí a un respetable eclesiástico de edad madura.  Le pidió que siguiera al interior de su país dándole un cierto plan de instrucción para predicar. Al final de un año, así le escribió al obispo:
"... que habían encontrado a un señor quien le había informado que ellos creían en Dios que residía en los cielos, aún el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—. El padre era llamado 'Yeona', el hijo 'Bahab' quien fué nacido de una virgen llamada 'Chibirías' y que el Espíritu Santo era llamado 'Euach'. Bahab, el hijo, decían ellos, fue muerto por Eupuro, quien le azotó y puso en su cabeza una corona de espinas, y le puso con sus brazos abiertos sobre un madero, y que al tercer día volvió a la vida y ascendió a los cielos donde está con su padre; que inmediatamente después vino Euach en su lugar como un mercader trayendo preciosas mercaderías, llenando a aquellos que quería, con abundantes y divinos dones y gracias". (Kingsborough, Mill. Star 60:86-87).
"Solamente Quetzalcoatl entre todos los dioses era preeminentemente llamado Señor, de tal manera que cuando alguien juraba, diciendo por nuestro Señor, significaba Qutzalcoalt y no otro; aunque había muchos otros dioses muy estimados". (Baneroft, 3:253).
"Él (Quetzalcoalt) se despidió de sus seguidores prometiéndoles que él y sus descendientes volverían a visitarles en el futuro". (Prescott, México, 1:50).
"Los mexicanos creían que Quetzalcoalt era dios y hombre, y que previamente a su encarnación, existió desde toda la eternidad". (Kingsborough, 6: 507).
Particularmente, la serpiente era el símbolo del Cristo, de ahí que la serpiente emplumada se encuentra representada en las esculturas y los pocos manuscritos de la América antigua. La concepción hebrea del reino del Mesías es expresada por la imagen de una serpiente 'volando' o 'alada'. La palabra usada por Isaías 14:29 es 'seraph' (ceraste) que nos podría ser familiar a nosotros en su forma plural 'seraphim' que leemos serafines, y entendemos que significa una alta orden de ángeles que atienden al Señor. (Isaías 6:2, 6).

"Son representados como teniendo seis alas, tal es la celeridad de su servicio. Alas son ángeles. (Hebreos 1:7). Ellos son príncipes, nobles en los cielos. Pero, Gesenius dice, 'si uno elige seguir los usos hebreos, Loquendi, en el cual 'seraph' es serpiente, puede en verdad traducirlo (serafines) por serpientes aladas; dado que la serpiente, entre los hebreos antiguos y los egipcios, era el símbolo de la sabiduría y del arte de curar. (Véase Números 21:8; 2 Reyes 18: 4)". (Smith,.p. 60).

El tema o motivo de la serpiente controlaba el arte maya y era de primordial importancia en todas las artes subsecuentes en América Central y México. La serpiente muy pocas veces era representada al natural y, sin embargo, podemos en verdad inferir que la culebra de cascabel era el modelo prevaleciente. 

Partes de otras creaciones eran el 'trogon o quetzal', los dientes del jaguar y los ornamentos del hombre. La serpiente fue idealizada y sus líneas características entraban en la delineación de muchos sujetos distintos de la serpiente misma. Espirales y otros detalles sinuosos eran asignados al cuerpo de la serpiente, y ornamentos humanos tales como aros para las orejas y narices y aun adornos eran agregados a su cabeza. Finalmente, una cabeza humana era puesta en sus fauces. Los mayas pueden haber intentado expresar la inteligencia humana de las serpientes en esta figura. La serpiente con una cabeza humana en la boca, pertenece sin duda a la misma categoría de los dioses parcialmente humanizados de Egipto, Asiría e India.

Ilustra la apropiación parcial de la forma humana por una bestia divina. Los rasgos combinados son tan peculiares y afectados que la influencia del arte maya puede ser distinguida en toda la América Central y México, por un estudio comparativo del tema o motivo de la serpiente. (Spinden, p. 85).

Fuente:
www.bibliotecasud.blogspot.com

Adsense2