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11 octubre 2012

Extranjeros barbudos en Mesoamérica

Interesante evidencia arqueológica de indígenas con rasgos físicos hebreos en Mesoamérica en el siglo IV a.C, coincide con el tiempo de los hebreos nefitas.

Autor: V. Garth Norman.
Traductor: Joel Molina.

Registro Maya, encontrado
en Iximch, Guatemala

Antropólogos americanos, sumergidos en la teoría de la evolución aislacionista en el origen y desarrollo de las antiguas civilizaciones americanas, tienden a evitar el tema de los importantes contactos transoceánicos del tipo registrado en el Libro de Mormón. Sin embargo, la fallecida historiadora de arte mesoamericano, Tatiana Proskouriakoff, publicó un artículo en 1968 en el cual reconoció figuras preclásicas barbudas en la escultura de La Venta (a fines del período Olmeca-Jaredita y principios del período Mulekita) como “extranjeros barbudos”. Sin embargo, no sugirió una obvia procedencia Medio Oriental debido a la falta de evidencias más concretas, siendo que los exploradores mar-oceánicos del mediterráneo y el atlántico fueron vitales para establecer vínculos comerciales con esa civilización. Muchas figuras barbudas que datan de los primeros tiempos nefitas son prominentes en las esculturas que están en Izapán como también en La Venta (por ejemplo, Estelas de Izapa 5, 11, 67; Estela de La Venta 3 y Altar 3).

Es un hecho que los indios americanos no tenían tanto vello facial como para que les creciera barba [1]. Así que, ¿cómo se explica que existan numerosas esculturas y retratos de terracota de indios barbudos? Considerando su importancia, tendría que haber otra raza predominante dentro de las culturas avanzadas de Mesoamérica que dejó de existir. Una explicación lógica es presentada en el declive de los pueblos nefitas del Libro de Mormón. Mormón siendo un descendiente puro de Lehi (3 Nefi 5:20), implica que un importante número de la población nefita mantuvo sus rasgos medio-orientales. Nefi también vio en una visión que su posteridad sería destruida en la guerra con los lamanitas cuatro generaciones después de la venida de Cristo (1 Nefi 12:19-20). La muerte del pueblo de Mormón en la guerra y la mezcla de los sobrevivientes con la población mesoamericana lamanita dominante, debe haber agotado el gen “barbudo“ para cuando los españoles llegaron y conquistaron en Mesoamérica en el siglo XVI.

Diane Wirth (1986:32) citó una importante investigación de Alexander Von Wuthenau (1969:a2): 
“Empecé un intenso estudio de las cabezas de terracotas precolombinas. Lo que yo buscaba eran las típicas cabezas ‘indígenas’. Pese a ello, no pasó mucho tiempo en que no pude descubrir las típicas cabezas indígenas, sino solamente descubrí cabezas de aquellos ‘indígenas originales’. Las primeras figuras que encontré tenían características mongoloides, y todo tipo de gente blanca, especialmente de raza semita con o sin barba. Lo que se considera ‘indígena genuino’ se desarrolló solamente, hasta donde yo soy capaz de juzgar, sobre estas representaciones de terracota, al principio y a mediados del período clásico, y probablemente derivaron de otras formas originales.” [2]
Kirk Magleby en un artículo de la FARMS hizo un análisis de más de 230 figuras barbudas del arte mesoamericano y encontró una distribución importante en la zonas de alta civilización. Aunque las figuras barbudas datan de todos los períodos de tiempo, Magleby encontró que eran más frecuentes durante el tiempo del Libro de Mormón antes del 300 a.C y relativamente poco frecuentes en los tiempos de la llegada española.

Registro Precolombino encontrado en
Veracruz, Cerro de las Mesas, México

Piedra tallada descubierta en Monte Albán, México

Fuentes
  1. Wirth 1986, p. 29, citando a Sylvanus G. Morley, 1956, p. 23.
  2. Alexander Von Wuthenau (1969:a2)


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