Busca en Nuestro Sitio

26 noviembre 2009

Pesos y medidas en el Libro de Mormón

Fuente : www.jefflindsay.com/BMEvidences.shtml
Traducción: Marco Royo.



Caso tras caso se encuentran "errores" ridículos en el Libro de Mormón que se convierten en hechos completamente plausibles e incluso en "dianas" a la luz de la erudición moderna. El tema de las "monedas" en el Libro de Mormón representa un caso típico. Los críticos han atacado con intensidad al capítulo 11 de Alma. No existen evidencias de que se utilizaran monedas en el Nuevo Mundo antes de la llegada de Colón. Pero el texto en cuestión no menciona monedas o que implique su uso, sino que habla de varias medidas aparentemente pesos de oro y de plata y su equivalencias en grano. (El encabezamiento moderno del capítulo 11 de Alma 11 en la edición de 1981 del Libro de Mormón se refiere al sistema monetario nefita, pero esto es una suposición injustificada.)

Se ha mostrado que el refinado sistema de pesos mencionado en Alma 11, sistema que se normalizó bajo el reinado del rey Mosiah hacia el 100 antes de Cristo, se corresponde con el sistema egipcio que Nefi y Lehi pudieron haber traido con ellos al Nuevo Mundo. John Welch presenta la evidencia en "Weighing and measuring in the Worlds of the Book of Mormon," Journal of Book of Mormon Studies, Vol. 8, No. 2, pp. 37-47 (1999), disponible online en http://farms.byu.edu/display.php?id=198&table=jbms.

Welch encuentra varios paralelos con los antiguos sistemas de pesos y medidas del Viejo Continente que coloca al sistema del Libro de Mormón perfectamente en un contexto antiguo:

Los antiguos reyes desarrollaron típicamente su progreso económico mediante decretos oficiales. En este contexto es interesante que el estatuto del rey Mosíah contuviera similitudes con otros antiguos códigos legislativos anteriores al sistema nefita. Por ejemplo, aparecen similitudes casi sin esfuerzo en el código de leyes de Eshnunna, que se compiló hacia 1800 antes de Cristo en la ciudad Babilonia del mismo nombre que se encontraba aproximadamente a 75 km. al nordeste de Bagdad en el moderno Irak. De hecho, las similitudes son bastante sorprendentes. En primer lugar, las líneas de encabezamiento en el código de leyes de Eshnunna exponen una importante equivalencia que se convierte en la base del comercio: "un kor de cebada es igual a un shekel de plata." También se utilizaba una conversión parecida entre la plata y la cebada entre los hititas. Acaso es coincidencia, pero la ley de Mosiah comienza con un a comparación de valor basada en una parecida fraseología: "un senum de plata que equivale a un senine de oro, . . . y uno y otro valía una medida de cebada" (Alma 11:3, 7).

Welch descubre otros paralelos, que al menos asombrarían a los que pretenden entender, que incluirían la relación entre el sistema fraccionario nefita y las fracciones del Viejo Continente con posibles relaciones de uso de fracciones entre los mayas. Existen también relaciones entre algunos nombres del Mundo Antiguo y los del Libro de Mormón para las unidades de medida. El paralelo que sería considerado el más intrigante, involucra a los valores relativos de las medidas nefitas y las del antiguo sistema egipcio:

Aunque el sistema egipcio posee ciertas similitudes con el de los nefitas ambos son binarios, ambos tienen seis medidas definidas, y ambos presentan la suma total adicional que es la suma de las partes menores o sumando los dos sistemas no son absolutamente idénticos. Tal observación concuerda, por supuesto, con el reconocimiento de Mormón de que su pueblo había "alterado su modo de contar y medir" de generación en generación (Alma 11:4). Sin embargo, la escala relativa de las unidades de medida encontradas en el Egipto del Imperio Nuevo y entre los nefitas de la época de Alma coinciden exactamente, como se desarrolla en la tabla 6 [del artículo de Welch]. En otras palabras, si se asume que el "limnah" de oro nefita(Alma 11:5-10) es afín o se relaciona con la antigua mina "ligera" de unas 17.6 oz, entonces todas las medidas nefitas se pueden interpretar como múltiplos exactos delqdt o kite -peso de 0.31 oz (muy cercano al "shekel" babilónico de 0.3 oz) egipcio de los períodos del Imperio Nuevo y del Tercer Período Intermedio. Desde el "leah" nefita (Alma 11:17) hasta el peso más pequeño nefita conocido, se pueden correlacionar todas las fracciones de medida de grano egipcias mencionadas en el párrafo anterior con el peso nefita, identificando el "leah" nefita con el kite egipcio -peso que representa uno. La correspondencia es sistemática y notable, y parece ser una alteración del seqel, por lo que 50 shekels valdrían una mina. Tal adaptación o reorientación del sistema israelita ya pudo haber estado en proceso en la época de Lehi, a juzgar de la aparición frecuente de numerales hieráticos egipcios en los pesos del shekel hebreo en el coetáneo reino de Judá. Por tanto la norma nefita implica que un limna (¿mina?) equivalga a 56 teóricos leahs (¿shekels?).

Welch, en su estilo típico, facilita extensas referencias a la literatura erudita para sus hallazgos.

21 noviembre 2009

Espadas en El Libro de Mormón



Hablar de espadas de acero en El Libro de Mormón e imaginarse un ejército con ellas, es muy poco lógico y habla de un pobre estudio del Libro.

Primero consideremos la arqueología en el medio oriente. Que un arqueólogo encuentre una espada en ese lugar, se convierte en algo poco común, ya que es muy difícil encontrarlas, a pesar de que en el medio oriente las condiciones climáticas deberían conservarlas mejor que acá en el nuevo mundo.

En primera instancia si son armas escasas, como en el caso del Libro de Mormón, el pensar que alguien la dejara tirada es absurdo, ya que si alguien moría en una guerra usándola ésta era recuperada por su enemigo y eso especialmente en América donde el metal era mucho mas escaso que en el medio oriente.

El Libro de Mormón indica que al menos algunas espadas eran de metal. Solo algunas, no las de todo el ejército,  el sugerir esto es un error.

Nefi dice que el trajo una Espada del viejo mundo, "la espada de Laban". Sabemos que esta espada fue traspasada de líder a líder. Las espadas metálicas eran muy escasas y usadas excepcionalmente. Veamos.

Una de las primeras referencias de espadas en El Libro de Mormón es en una guerra donde el príncipe Shule quien se describe como fuerte en juicio (Eter 7:8), narra que él fundió metal y formó espadas para los que habían salido con él; después dio batalla con Corihor y obtuvo el reino. Solo habla que este príncipe tenia el conocimiento sobre la fundición de metales, luego el pasaje no dice si el traspaso su conocimiento y en toda la historia Jaredita no se vuelven a mencionar las espadas.

Después de esto Nefi dice traer una espada del viejo mundo y en base a ésta, fabrica otras. No dice que para todo un ejército, si no que perfectamente podrían ser solo ser algunas.

Algo sobresaliente aquí, es que la descripción de Nefi habla de una espada de doble filo, y efectivamente las espadas de esa época y del lugar en que provenía Nefi eran de doble filo. ¿Coincidencia?. Interesante punto que después se vuelve a mencionar con la espada de Jarom.

Entonces, los versículos indican que las espadas eran escasas y usadas por la elite, los líderes, príncipes o capitanes, pero en ningún caso, todo un ejército. 

En Jacob se habla del rey Mosiah, se anuncia que para defender al pueblo estaría dispuesto a tomar la "espada de Laban". Si las espadas fuera algo común, ¿que necesidad tendría de especificar la espada a utilizar?

Investigaciones modernas en América del norte hablan de manejo del cobre y los estudiosos se preguntan por qué este conocimiento no fue traspasado a otras culturas de América. En el Libro de Mormón ocurre lo mismo, muy pocos conocían el trabajo del metal, que pudo ser conseguido por ejemplo de los meteoros.

¿Existían espadas en Mesoamérica?.

Si, al macahuitl, el arma de madera y obsidiana que usaban los guerreros, se le llamó espada por muchos historiadores. A continuación, ejemplos de libros y citas en que esto se menciona:
  • Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España, trad. Doris Heyden (Norman: University of Oklahoma Press, 1994), 66, 76, 109, 135, 139, 150, 152–53, 171, 198, 279, 294, 323, 375, 378, 412, 428, 437, 441, 451, 519, 552–53; 
  • Diego Durán, Book of the Gods and Rites and the Ancient Calendar , trans. Doris Heyden (Norman: University of Oklahoma Press, 1994), 66, 76, 109, 135, 139, 150, 152-53, 171, 198, 279, 294, 323, 375, 378, 412, 428, 437, 441 , 451, 519, 552-53; 
  • Diego Durán, Libro de los dioses y ritos y el calendario antiguo, trad. Doris Heyden and Fernando Horcasitas (Norman: University of Oklahoma Press, 1971), 124, 178–80, 234, 236; 
  • El macuahuitl "era equivalente a la espada del Viejo Continente"; S. Francisco Clavijero, Historia de México, trans. Charles Cullen, 3 vols. Charles Cullen, 3 vols. (Philadelphia: Budd and Bartram, 1804), 2:165. (Filadelfia: Budd y Bartram, 1804), 2:165. Citado en la Plantilla: JBMS-5-1-7 Véanse las notas 4-5.

La traducción de José Smith también pudo usar el término espadas para definir el arma mesoamericana. 

Existe un versículo que puede aclarar esto; en Alma 24:11-13. Explican que sus espadas estaban manchadas con sangre, estas manchas no se podían quitar , haciendo una analogía con el arrepentimiento y cómo  las espadas milagrosamente podrían quedar limpias.

¿Esta alegoría sirve con una espada de metal?.

No, por que fácilmente puede ser quitada una mancha de sangre.

¿Esta alegoría sirve con una espada de madera y obsidiana?.

Si, ya que al mancharse la espada con sangre un milagro podría quitarla y dejarla brillante, la obsidiana al pulirla brilla.

Conclusión:

1.- Las espadas de metal son raras en El Libro de Mormón  por lo que se entiende totalmente que no se pudieran encontrar por lo escasas que son al mencionarlas en El Libro de Mormón.

2.- Muy pocas armas de cualquier tipo se han encontrado en excavaciones arqueológicas del viejo mundo, la falta de arqueología que aun es pobre en América y además las condiciones climáticas, hacen imposible su recuperación.

3.- Sí existían las espadas en América (madera y obsidiana) reconocidas como tales por historiadores e inclusive registradas como tales por los conquistadores españoles, por ejemplo en el código Florentino.

4.- Algunas de las descripciones de espadas en El Libro de Mormón tienen más sentido si estas son espadas de madera y obsidiana.

5.- El término espada, solo es exclusivo en algunos versículos, donde se menciona espadas en plural, perfectamente así como muchos historiadores, José Smith tradujo por espadas el macuhuitl.

20 noviembre 2009

La acusación: ¿Por qué un Dios justo “maldeciría” a los lamanitas con “una piel de color oscuro” (2 Nefi 5:21)?

Por: Jack R. Christianson
www.endefensadelarestauracion.blogspot.com.



Es verdad que El Libro de Mormón dice que los lamanitas tenían una piel de color oscuro que cayó sobre ellos. Sin embargo, no es verdad que la piel de color oscuro fue una maldición a ellos. Al inicio del segundo capítulo del libro, Laman y Lemuel, los hijos rebeldes del profeta Lehi, fueron advertidos que si ellos continuaban en su maldad, serían apartados de la presencia del Señor. Esta separación de la presencia del Señor sería la maldición, no el color de su piel. En 1 Nefi 2:21, 23 se lee:

“Y según se rebelen tus hermanos contra ti, serán separados de la presencia del Señor.

“Porque he aquí, el día en que se rebelaren contra mí, yo los maldeciré con penosa maldición, y no tendrán ningún poder sobre tu posteridad, a menos que ella también se rebelare contra mí.”
Ellos no se arrepintieron ni cambiaron, y de esta manera cuando las familias se dividieron en 2 Nefi, capítulo 5, la maldición fue traída a efecto. Se lee en 2 Nefi 5:20-24:
“Por tanto, se cumplió la palabra que el Señor me habló, diciendo: Por cuanto ellos no quieren escuchar tus palabras, serán separados de la presencia del Señor. Y he aquí, fueron separados de su presencia.

“Y él había hecho caer la maldición sobre ellos, sí, una penosa maldición, a causa de su iniquidad. Porque he aquí, habían endurecido sus corazones contra él, de modo que se habían vuelto como un pedernal; por tanto, ya que eran blancos y sumamente bellos y deleitables, el Señor Dios hizo que los cubriese una piel de color obscuro, para que no atrajeran a los de mi pueblo.
“Y así dice el Señor Dios: Haré que sean repugnantes a tu pueblo, a no ser que se arrepientan de sus iniquidades.
“Y malditos serán los descendientes de aquel que se mezcle con la posteridad de ellos; porque serán maldecidos con la misma maldición. Y el Señor lo habló; y así fue.
“Y a causa de la maldición que vino sobre ellos, se convirtieron en un pueblo ocioso, lleno de maldad y astucia, y cazaban animales salvajes en el desierto.
Por estos versículos parecería evidente que la maldición fue ser aislados de la presencia de Dios, o en otras palabras, experimentaron una pérdida del Espíritu Santo. Esto, entonces, fue la causa de su pereza, vandalismo, sutileza, y corazones como pedernal. En relación a esta maldición y seña, el autor Daniel Ludlow ha dicho:
“Esta es la única referencia en todo el Libro de Mormón donde un adjetivo definido de color ["negrura"] se usa para referirse a esta seña. Todas las otras referencias lo llaman una ‘piel de oscuridad’ o una ‘piel oscura.’ Es interesante notar que los términos ‘negrura’ y ‘oscura’ son intercambiables en el hebreo. Incluso en el hebreo moderno no es inusual para algunos traductores diestros escoger oscura como la mejor traducción (Book of Mormon Companion, página 132).
Por lo tanto, la palabra “negrura” podría y posiblemente debería significar “oscura.” El color de la piel de uno no tiene nada que ver con el comportamiento. Tener el Espíritu o no tener el Espíritu, tiene todo que ver con el comportamiento de una persona. El presidente Joseph Fielding Smith aclara este punto. El dijo: 
“La piel oscura fue puesta sobre los lamanitas para que ellos pudieran distinguirse de los nefitas y evitar que los dos grupos de personas se mezclaran  La piel oscura fue un signo de esta maldición. La maldición fue el retiro del Espíritu del Señor. La piel oscura…no se considera más un signo de la maldición. Muchos de estos conversos son deleitables y tienen el Espíritu del Señor” (Answers to Gospel Questions, 1:123-24).
Alma 9:14 reitera las enseñanzas del presidente Smith:
“Ahora quisiera que recordaseis que los lamanitas, por cuanto no han guardado los mandamientos de Dios, han sido separados de la presencia del Señor. Vemos, pues, que la palabra del Señor se ha cumplido en esto, y los lamanitas han quedado separados de su presencia, desde el principio de sus transgresiones en esta tierra.” 
De nuevo, la maldición es estar separados de la presencia del Señor, no el color de la piel. Donde muchos se confunden en este asunto, es cuando leen en Alma 3:6-10:
“Y la piel de los lamanitas era obscura, conforme a la señal que fue puesta sobre sus padres, la cual fue una maldición sobre ellos por motivo de su transgresión y su rebelión en contra de sus hermanos Nefi, Jacob, José y Sam, que fueron hombres justos y santos.
“Y sus hermanos intentaron destruirlos; por lo tanto, fueron maldecidos; y el Señor Dios puso una señal sobre ellos, sí, sobre Lamán y Lemuel, y también sobre los hijos de Ismael y en las mujeres ismaelitas.
“Y se hizo esto para distinguir a su posteridad de la posteridad de sus hermanos, para que por ese medio el Señor Dios preservara a su pueblo, a fin de que no se mezclaran ni creyeran en tradiciones incorrectas que causarían su destrucción.
“Y aconteció que quien mezclaba su simiente con la de los lamanitas traía la misma maldición sobre sus descendientes.
“Por tanto, todo el que se dejaba desviar por los lamanitas recibía ese nombre, y le era puesta una señal.”
Así que, la señal se convirtió en una maldición pero esa no era la maldición. Llegó a ser una maldición porque las personas participaron de la maldad de los lamanitas. Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet se pronunciaron sobre este punto cuando escribieron: “Debido a su iniquidad, los lamanitas fueron maldecidos con una ‘piel de oscuridad.’ Nuestro texto nos dice que ellos fueron maldecidos a fin de que no fueran atractivos para los nefitas. El Antiguo Testamento contiene amplia evidencia que cuando los hijos de Israel se casaban fuera del convenios, eran disuadidos de la veneración de la verdad y del Dios viviente, y rápidamente aceptaban la idolatría de los cananeos”.(Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 1:123-24).

La evidencia de que esta señal llegó a ser una maldición viene de la historia en el mismo capítulo de Alma, cuando los amlicitas se señalaron a sí mismos y se unieron a los lamanitas:
“Ahora volveremos otra vez a los amlicitas, porque también sobre ellos fue puesta una señal; sí, ellos mismos se pusieron la señal; sí, una marca roja sobre la frente.

“De este modo queda cumplida la palabra de Dios, porque éstas son las palabras que él dijo a Nefi: He aquí, he maldecido a los lamanitas, y pondré sobre ellos una señal para que ellos y su posteridad queden separados de ti y de tu posteridad, desde hoy en adelante y para siempre, salvo que se arrepientan de su iniquidad y se vuelvan a mí, para que yo tenga misericordia de ellos.
“Y además: Pondré una señal sobre aquel que mezcle su simiente con la de tus hermanos, para que sean maldecidos también.
“Y además: Pondré una señal sobre el que pelee contra ti y tu posteridad.
“Y digo también que quien se separe de ti, no se llamará más tu posteridad; y te bendeciré a ti, y al que fuere llamado tu descendencia, desde hoy en adelante y para siempre; y éstas fueron las promesas del Señor a Nefi y a su posteridad.
“Ahora bien, los amlicitas no sabían que estaban cumpliendo las palabras de Dios cuando empezaron a marcarse la frente; sin embargo, se habían rebelado abiertamente contra Dios; por tanto, fue menester que la maldición cayera sobre ellos.
“Ahora bien, quisiera que entendieseis que ellos trajeron sobre sí mismos la maldición; y de igual manera todo hombre que es maldecido trae sobre sí su propia condenación” (Alma 3:13-19).
Los amlicitas se marcaron con rojo, y la maldición cayó sobre ellos, pero la piel oscura no cayó sobre ellos. Ellos mismos se distinguían de los nefitas por sus marcas y trajeron sobre sí la maldición de ser separados de la presencia de Dios.

Otro excelente ejemplo de la diferencia entre la señal y la maldición, es la historia de los anti-nefi-lehitas que se encuentra en Alma 23:17-18:
“Y sucedió que se pusieron el nombre de anti-nefi-lehitas; y fueron llamados por ese nombre, y dejaron de ser llamados lamanitas.

“Y empezaron a ser una gente muy industriosa; sí, y se volvieron amistosos con los nefitas; por lo tanto, establecieron relaciones con ellos, y la maldición de Dios no los siguió más.”
La maldición no los siguió más, pero sí la piel oscura por ser lamanitas de nacimiento. La piel oscura era la señal para distinguir a los dos grupos de personas. Cuando esa característica ya no fue necesaria, entonces ya no había necesidad de colores diferentes de piel. Las personas entonces se distinguían por buenas y malas, no claras y oscuras. Sólo a un grupo de personas les fue cambiado el color de su piel. Todas las personas rectas entre los nefitas y lamanitas que se habían unido contra la banda secreta de los ladrones de Gadiantón. La maldición y la señal fueron quitadas a los lamanitas en esta ocasión.
“Y les fue quitada su maldición, y su piel se tornó blanca como la de los nefitas;

“y sus jóvenes varones y sus hijas llegaron a ser sumamente bellos, y fueron contados entre los nefitas, y fueron llamados nefitas. Y así concluyó el año trece” (3 Nefi 2:15-16).
La palabra clave en el versículo 15 es “y”, la cual crea una diferencia distintiva entre la maldición y la señal.

Adsense2