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26 enero 2009

El Libro de Mormón como el libro más correcto

Tomado de www.mundolds.blogspot.com.


La Crítica

En Historia de la Iglesia, la siguiente entrada está grabada como hecha por José Smith el 28 de noviembre de 1841.[1]
Domingo, 28.—Pasé el día en el consejo con los Doce Apóstoles en la casa del Presidente Young, conversando con ellos sobre una variedad de temas. El hermano Joseph Fielding estaba presente, habiendo estado ausente por cuatro años en una misión a Inglaterra. Declaré a los hermanos que el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro.(1)
Los críticos de la Iglesia dicen que la frase "el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra" significa que el Profeta José Smith declaraba que el Libro de Mormón era libre de error de cualquier tipo. 

Ya que cada edición del Libro de Mormón publicada desde 1829 (inclusive las ediciones publicadas durante la vida de José Smith) ha incluido cambios de fraseología, deletreo, o puntuación, los críticos afirman que la declaración de José Smith fue manifiestamente falsa, así probando que él fue profeta falso.

Respuesta

Significado de "más correcto"

Los críticos del Libro de Mormón erróneamente han interpretado "correcto" como sinónimo con "perfecto," y por lo tanto suponen que el Libro de Mormón sea sin errores de gramática, deletreo, puntuación, claridad de fraseología, y otras maneras similares.

Pero cuando José Smith dijo que el Libro de Mormón era el "más correcto de todos los libros," él se refería a más que fraseología, lo cual fue clarificado por el resto de su declaración: Él dijo que "un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro." Cuando se lee en contexto, la declaración del Profeta se refiere a la exactitud de los principios que enseña.

Ningún libro de escrituras es "perfecto"

Los santos de los últimos días no estamos de acuerdo con la creencia conservadora Protestante que la Biblia no contiene ningún error. No creemos que ningún libro de escritura sea perfecto o infalible. Brigham Young explicó:
Cuando Dios habla a la gente, él lo hace en una manera para acomodar sus circunstancias y capacidades.... Si el Señor Todopoderoso enviara a un ángel para escribir de nuevo la Biblia, en muchos lugares sería muy diferente de lo que ahora es. Y aún aventuro a decir que si el Libro de Mormón se escribiera de nuevo ahora, en muchas instancias sería sustancialmente diferente de la traducción actual. Según la gente esté dispuesta a recibir las cosas de Dios, los cielos emiten sus bendiciones.[2]
Aunque el Libro de Mormón nos ha llegado con menos errores de doctrina y corrupciones que la Biblia, aún ello podría ser mejorado si estuviéramos listos para recibir más luz y conocimiento.

Traducido perfectamente

Otra perfección del libro es su traducción. Edward Stevenson relató la descripción de Martin Harris de la necesidad de que la traducción fuera perfecta antes de que el Señor permitiría progresión al siguiente carácter:
Por la ayuda de la piedra de vidente, frases se aparecían y fueron leídas por el Profeta y escritas por Martin, y cuando había terminado él decía "Escrito," y si se había escrito correctamente, esa frase se desaparecía, y otra se aparecía en su lugar, pero si no se había escrito correctamente, se quedaba hasta que se había corregido, así que la traducción fue tal cual como estaba grabada en las planchas, exactamente en el lenguaje entonces usado.[3]
Conclusión

El Libro de Mormón es el "el más correcto de todos los libros", el que contiene la plenitud del evangelio y lo presenta en una manera que es "clara y preciosa" (1 Ne. 13:35,40).

Fuentes:
  1. Joseph Smith (José Smith), History of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (Historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), 7 volúmenes, editado por 
  2.  Brigham H. Roberts, (Salt Lake City: Deseret Book, 1957), 4:461.
  3. Brigham Young, Journal of Discourses (Diario de discursos) 9:311.
Martin Harris, "Statement to Edward Stevenson (Declaración a Edward Stevenson)," Millennial Star (Estrella milenaria) 44/6 (6 February 1882): 86–87.

24 enero 2009

El Libro de Mormón Anacronismos: Mar Rojo v/s Mar de Caña

Tomado de: www.mundolds.blogspot.com.


La Crítica

La Biblia KJV: Los críticos ponen en duda la partida milagrosa de Moisés del Mar Rojo asegurando que esta creencia surgió debido a un contrasentido (desacierto) de la frase hebrea "yam sup". Los críticos argumentan que la frase debería leerse "el Mar de Caña," y que los Israelitas en verdad simplemente cruzaron una entrada pantanosa mientras los carruajes de los egipcios se atascaron en el lodo.

El Libro de Mormón: ha "probado" que el entendimiento popular de la versión del Rey Santiago (KJV) es inexacta, las críticas además concluyen que el uso de "Mar Rojo" del Libro de Mormón es evidencia que José no estaba produciendo una traducción inspirada, sino simplemente copiándose del (equivocado) texto del King James.

La Respuesta

El Libro de Mormón: Aun si la traducción del Rey Santiago del Mar Rojo estuviera en error, uno sería incapaz de sacar conclusiones acerca de la exactitud de la traducción del Libro del Mormón. Lo mismo que los escritos del Nuevo Testamento del Apóstol Pablo usan el idioma de la Septuaginta (El Nuevo Testamento en Griego), a pesar de la existencia más temprana, más los manuscritos precisos conocidos hoy, Jose Smith usó el idioma de la Biblia del Rey Santiago. En ambos casos, un profeta usó el idioma de la versión más comúnmente usada de las Escrituras para la época.

El autor del artículo del BAR, Bernard F. Batto, está de acuerdo que yam sûp literalmente no quiere decir Mar Rojo (aquello sería yam adam). Más bien, él cree que está relacionado con la raíz hebrea sup, que significa "dejar de existir," o la palabra sop, significando simplemente "fin". Así, una traducción literal del nombre hebreo para esta extensión de agua sería "El mar al final del mundo". Este nombre es apropiado, ya que los ancianos consideraron que el Mar Rojo está en la frontera o al borde de la geografía conocida, o su "mundo". Este uso es confirmado en la literatura judía extra-bíblica, donde la frase yam sup se usa para referirse al Mar Rojo, el Golfo Pérsico, y el Océano Indico; o sea., "Todos aquellos océanos contiguos al sur".(1) Así, el título "el Mar al final del mundo" es apropiado, ya que era el borde del mundo conocido.

A pesar de las complejidades hebreas, puesto que la extensión de agua descrita es conocida por el lector moderno como el Mar Rojo, es apropiado traducir a yam sup como tal. El propósito de la traducción del Libro de Mormón es de seguro comunicar su significado, no los puntos sutiles de modismo hebreo. 

Claramente, el uso de Mar Rojo en el Libro de Mormón está de acuerdo con el uso moderno y la idea de sus autores antiguos.

Conclusión:

No hay razón para reescribir el texto de Éxodo. Los Santos de los Últimos Días generalmente consideran que el relato del Éxodo de la partida del Mar Rojo es un acontecimiento literal, milagroso. Y, aun si los lectores modernos tienen duda, Los profetas del Libro de Mormón claramente aceptaron el éxodo como literal. Así, la traducción del Libro de Mormón refleja su idea, no las preocupaciones de los lingüistas modernos.

Fuente:

1. Bernard F. Batto, "Red Sea or Reed Sea?: How the Mistake Was Made and What Yam Sûp Really Means," Biblical Archaeology Review 10:4 (July/August 1984): 56–63.

17 enero 2009

Planchas de oro y egipcio reformado en América

Jack H West, nos demuestra citando a arqueólogos y libros reconocidos mundialmente (no Mormones), diferentes evidencias sobre Planchas de oro en América y egipcio Reformado. Algunas citas son realmente reveladoras.


El libro nos dice que no solo escribieron sobre planchas de oro, sino que sus historiadores escribieron en jeroglíficos llamados egipcio reformado y también en hebreo. "En nuestra vida hemos oído de nadie que escribiera sobre oro," decía mucha gente en 1830. "¡Que cosa más ridicula!", dijeron, cuando "Pepe" Smith, como lo llamaban, afirmaba tener unos anales antiguos de oro de aquel antiguo pueblo hebraico, escritos en una forma de jeroglíficos egipcios. Y, sin embargo, los anales siguen afirmando que, en efecto, escribieron—sobre oro:
Y como prueba de la verdad de lo que habían dicho, trajeron veinticuatro planchas, llenas de grabados, que son de oro puro. (Mosíah 8:9.)
Ahora pasemos a Mormón, quien era uno de los grandes profetas del libro y también el hombre que hizo un compendio de gran parte de la historia de este pueblo. Hablando del idioma que usaron al escribir el libro, él escribió:
Y hé aquí, hemos escrito estos anales, según nuestro conocimiento, de caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado; y han sido transmitidos y los hemos alterado conforme a nuestra manera de hablar.
Y si nuestras planchas hubiesen sido suficientemente amplias, hubiéramos escrito en hebreo; pero también el hebreo ha sido alterado;. . .(Mormón 9:32-33.)
Por muchos años estas declaraciones tenían perplejos a los científicos. Todavía en el día de hoy, hay algunas que aun son enigmas para ellos. Imagínense, por favor, al pobre arqueólogo Profesor Marett, paseándose de aquí para allá delante de una tumba que acababan de excavar en Monte Al-bán, allá en la cima de las montañas en México, cerca de Oaxaca.

Está medio fuera de sí, diciendo. "¡Imposible!" "¿Cómo es posible que un pueblo sea egipcio al mismo tiempo que son hebreos y, cosa más rara, estar sobre este continente?" Hacía tiempo que él no había leído en el Antiguo Testamento la historia del joven hebreo José —el joven de la ropa de colores—, un hijo de Israel. No había leído como José llego a ser líder de una de las tribus de Israel, una porción de la que vino a este continente, según la historia del Libro de Mormón.

Leído recientemente en la Biblia cómo este joven hebreo bajó a Egipto, vendido a la esclavitud por sus hermanos, y llego a ser, con la ayuda de Dios, el literal y verdadero jefe del gobierno de Egipto. Porque llegó el momento en que el Pa-raón le dijo a José:
". . . por tu dicho se gobernará todo mi pueblo- yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto." (Véase Génesis 41: 40, 41.) 
Y luego, durante los años de gran hambre, su familia bajó a Egipto para conseguir de comer. Eso ya es una historia aparte. 

Cuando Faraón supo del sufrimiento por falta de comida allá en Canaán, le dijo a José:
17 Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: Cargad vuestras bestias e id; volved a la tierra de Canaán;

18 y tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto y comeréis de la grosura de la tierra.
19 Y a ti se te manda: Haced esto; tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras esposas; y tomad a vuestro padre y venid.
20 Y no os preocupéis por vuestras posesiones, porque lo bueno de la tierra de Egipto será vuestro. (Génesis 45: 17-20)
Viviendo allá en Egipto, el pueblo hebreo, sobre todo los de la tribu de José, aprenderían las artes y las ciencias de los egipcios y, naturalmente, aprenderían su idioma, pero, claro, mantendrían, como todos los hebreos, su antiguo idioma y costumbres.

Esta historia es la única respuesta posible al problema del arqueólogo Marett cuando no entendía cómo un pueblo podría ser egipcio y hebreo a la vez, y estar, además, sobre este continente.

Vamos a ver si esta gente, realmente, escribía sobre oro. En la página 65 de The Americas before Columbus, hay una cita de The Goldsmith's Art in Ancient México (El arte del orfebre en el México antiguo,) por Saville:
"Padre Gay menciona. . . que los indios mexicanos vendieron a unos anticuarios europeos unas planchas de oro muy delgadas, aparentemente labradas con martillo, que sus antepasados habían logrado conservar y sobre las cuales estaban grabadas antiguos jeroglíficos."
Sí, claro que escribían sobre oro y escribían en antiguos jeroglíficos egipcios, pero sus escritos no eran como el egipcio más antiguo, ni tampoco como el más moderno. Era como si algún pueblo hubiera venido de la zona del egipcio mas antiguo para ir apartándose del original en los caracteres de sus grabados y en su lengua, como dijo Mormón.

Esto es lo que se halla hoy en día sobre este continente; los jeroglíficos reformados de los egipcios, pero en el modo de 'hablar' de los hebreos, T. A. Willard, citando de la pagina 140 de Farnsworth, nos dice que del cenote sagrado de Chichén Itzá "se sacaron muchos discos de oro cubiertos de bien labradas figuras en reposo, y por los bordes había caracteres y símbolos y a veces jeroglíficos."

Algunos críticos dijeron a nuestra gente en el año de 1830 "Si es verdad que el pueblo del Libro de Mormón tenía un fondo egipcio, ¿Cómo es que, no se hallan ningunas pirámides sobre este continente?" En el año 1830, fue imposible contestar esa pregunta porque todavía no se habían, encontrado ninguna pirámides aquí.

Hoy día se han hallado pirámides, sobre toda la faz de la tierra y ¡que pirámides! Una es tan gigantesca que se podría ubicar la pirámide más grande de Egipto en un rincón de la base, colocar dos pirámides mas en otros dos rincones, y todavía tener lugar en el otro rincón para una cancha de fútbol. Esta es la gran pirámide de Cholula.

Ocho kilómetros de túneles se han cavado dentro de ella por el gobierno mexicano, para que cualquiera que pague la entrada, pueda pasar adentro para conocer algunos de sus secretos. Pues, claro que se han hallado pirámides sobre este continente.

En la página 22 de The Americas before Columbus, Jones, el arqueólogo, afirma con seguridad que estos antiguos americanos son egipcios y luego, en la página 18, está igualmente cierto que son hebreos. Esto resulta en un problema grande y dice: "¿Como puede ser? Un minuto son egipcios y hebreos el otro?"

De su América antigua, como cita Farnsworth en la página 22, Jones ofrece el siguiente testimonio:
Y como si fuera una copia exacta de lo egipcio, hemos demostrado que el tamaño de la base de la pirámide de Copan* (Honduras) es idéntica a la de la gran pirámide del Nilo — mientras que la de Cholula, México, es exactamente el doble de la medida de su base. Es prácticamente imposible que estas dimensiones hubieran ocurrido accidentalmente al construirse.
(*) Los llevaremos a Copan, Ciudad de los Muertos, mediante transparencias en colores en nuestra próxima sesión—la manera mas fácil. Yo tuve que cambiar de avión seis veces para llegar allí. Aterrizamos doce veces; ocho, de las veces, no había aeropuerto— nada más que claros hechos en la selva por los indios. Yo no tuve miedo, pero ¡Cómo se agachaban los arboles selváticos al efectuar el aterrizaje.
En la página 18, este mismo investigador, Jones, representa a muchos científicos que han hallado tanto el fondo egipcio como el hebreo.

Muchas otras costumbres y ceremonias religiosas existen. . . estrechamente análogas con la raza de Abraám, pero suficientes pruebas se han dado en este tomo para proponer estas (como creemos nosotros) preguntas sin otra contestación posible: "Si no son de las Tribus Perdidas de Israel, ¿quiénes son? ¿Qué nación de la antigua historia puede pretender identificar aquellas costumbres y modos de ser como suyos, si no la hebrea?"

Se han hallado escritos en hebreo últimamente. En una tumba en Monte Albán, el Profesor Marett descubrió artefactos y obras de escultura que eran, por una parte puramente egipcios y nos da muchas razones de por qué. Luego, por otra parte, descubrió otros artefactos y obras de escultura en la misma tumba, hechas de los mismos materiales y, a su mejor juicio, hechas por los mismos artesanos, que eran "ciertamente hebreos."

Y como les he dicho antes, el arqueólogo Marett, se halla en dificultades. Leamos, para terminar con este punto en particular, una declaración de Marett. Esto también se halla en la página 22 de Farnsworth:

Lejos de aclarar el origen del antiguo mexicano y la fuente de sus asombrosos conocimientos de la escultura, astronomía, arquitectura y de los colores permanentes, esta colección maravillosa de antigüedades no hace más que ahondar el misterio. Los ídolos y las imágenes aquí exhibidos demuestran facciones de tipos indios; algunos sin duda son hebreos; otros seguramente egipcios.

Sí, es cierto que escribían sobre oro; escribían en egipcio; y podrían haber escrito y, en verdad, escribían, muchas veces en hebreo.

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