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19 noviembre 2008

Transcripción de Anthon tercera parte de 3


En febrero de 1947 en el Improvement Era, fue publicado un completo estudio efectuado a la transcripción del Libro de Mormón que fue presentado a Anthon. Se comparó signo por signo la similitud que mostraba con caracteres egipcios, demostrando una increíble cercanía. Es importante mencionar que en la época de José Smith no existía ningún trabajo de investigación profundo sobre el idioma Egipcio, el primero de ellos fue publicado en ingles solo en 1927.

A continuación,  imágenes de estas comparaciones:








La información completa para su propia investigación, se encuentra en:

http://www.shields-research.org/Scriptures/BoM/Anthon_Transcript-Crowley/Anthon_Transcript-Crowley.htm

15 noviembre 2008

¿Se necesita otra Biblia.? (El Libro de Mormón)

¿Por qué es necesario un registro adicional a la Biblia, en este caso el Libro de Mormón?, ¿por qué 2 libros?, ¿qué significa esto y qué importancia tiene?, ¿La Biblia enseña sobre el Libro de Mormón?, Cada una de estas preguntas son contestadas en este artículo.

Autor: Jack H. West.


Al presentar esta tesis, los acusadores dijeron: "Usted tiene que admitir que aunque la Biblia no parece contener la total palabra de Dios, y que no están cerrados los cielos tampoco, aún tendrá que admitir que no se necesita otra Biblia."

Se respondió a aquella afirmación así: "Cuantos más testigos, mejor." ¿No se robusteció nuestro caso por el hecho de tener doce hombres parados aquí delante de ustedes como testigos a favor de los doce testigos presenciales, que si hubiera habido solo uno? Abrase la Biblia misma a 2 Corintios 13:1. Allí nos cuenta que, "... En la boca de dos o de tres testigos consistirá todo negocio."

¡Dos o más testigos siempre! Vaya usted delante del juez de su parte con solo un testigo y que de la otra parte vayan dos. Es excelente la posibilidad de que el juez falle a favor de la otra parte, a menos que se pueda comprobar que los dos testigos no son competentes, honestos, etc.

En la boca de dos o más testigos; dos o más individuos; dos o más anales; dos o más naciones; sí le plazca, dos o más de las tribus de Israel. Pues yo no sé de qué forma mejor se podría responder a esta afirmación que ir a las palabras de Jesucristo otra vez. Se ve que el respondió a tal afirmación aun antes de hacerse. Pues él le mostraba a uno de sus profetas sobre este continente,en tiempos antiguos, que iban a pasar ciertas cosas.
Y porque mis palabras resonarán,—muchos de los gentiles dirán: ¡Una Biblia!
¡Una Biblia! ¡Tenemos una Biblia, y no puede haber más Biblia!
(2 Nefi 29:3.)
Los misioneros mormones oyen esta afirmación repetidas veces en el mundo. Por donde quiera que van, la escuchan. Ahora pasemos al sexto versículo.
¡Oh necios, vosotros que decís; Una Biblia; tenemos una Biblia y no necesitamos más Biblia! ¿Tendríais una Biblia, de no haber sido por los judíos?
¿No sabéis que hay más de una nación? ¿No sabéis que yo, el Señor vuestro Dios, hé croado a todos los hombres y me acuerdo de los que viven en las islas del mar; que gobierno arriba en los cielos y abajo en la tierra, y llevo mi palabra a los hijos de los hombrea, sí, a todas las naciones de la tierra? . .
¿Por qué murmuráis por tener que recibir más de mis palabras? ¿Acaso no sabéis que el testimonio de dos naciones os es un testigo de que yo soy Dios y que me acuerdo tanto de una nación como de otra? Por tanto, hablo las mismas palabras, así a una como a otra nación. Y cuando las dos naciones se junten, su testimonio se juntara también. (¿Así ha pasado? cierto que sí. Los testimonios de las dos naciones ciertamente obran juntos como uno.) Así que no por tener una Biblia, debéis suponer que contiene todas mis palabras; ni tampoco suponer que no hé hecho escribir otras mas.
Porque mando a todos los hombres. . . que escriban lo que yo les hable; porque de los libros que se han escrito juzgaré al mundo, cada cual según sus obras, conforme a lo que se haya escrito. (Ahora, escuchen su lógica. Acuérdense que habla Jesucristo.)
Porque hé aquí. Hablaré a los judíos y lo escribirán (la Biblia); y hablaré también a los nefitas, y éstos lo escribirán (¿De qué tribu son los nefitas? La tribu de José de Israel. ¿Escribieron? Sí, escribieron el Libro de Mormón, o el Palo de José, como lo llama la Biblia); y también hablaré a las otras tribus de la casa de Israel que hé conducido lejos, y lo escribirán; y también hablaré a todas las naciones de la tierra, y ellas lo escribirán. (2 Nefi 29:6-8, 10-12.)
¿Cuántas otras tribus hay? Diez. ¿Cuántas biblias más que esperar? Hay los que dicen que podría ser una cosa combinada, pero al leer el texto entero, me parece que se podrían esperar diez anales más; uno de cada tribu de las diez restantes. ¿Cuántas Biblias se necesitan antes de tener la absoluta certeza de que Jesús es el Cristo, el Salvador del mundo, antes de tener la absoluta seguridad de habernos dado un plano para vivir que, si lo incorporamos en nuestra vida, nos traerá paz, gozo y armonía? ¿Cuántas necesitan ustedes? ¿Basta con una? ¿Los ayuda dos? ¿O van a ser ustedes de los tercos y esperar a que haya media docena antes de creer de veras estas cosas? ¿O van a ser de los verdaderos testarudos y cabezas duras y esperar hasta tener una docena o más de ellas? 

Acuérdense de que Cristo dijo que hablaría a todos los hombres — toda nación— y que ellas escribirían, y que cuando las naciones se juntaran, su testimonio se juntaría y crecería hasta formar una defensa inquebrantable. (Véase 2 Nefi 29:8.)

A veces me pongo un poco alarmado. Cuando llego a saber, por ejemplo, que el consejo de aquellos que prepararon la versión de normas enmendadas de la Biblia — plenamente aceptada por muchas de las iglesias cristianas—se compuso de muchos hombres que no eran ni cristianos, que querían que toda referencia a Jesucristo, como el Hijo de Dios, se quitara de la Biblia, pues entonces me pongo nervioso. ¿Hasta qué punto podemos descarrilarnos de la verdad? Ellos, sí,tuvieron éxito en quitar toda referencia a María como la virgen madre del Hijo de Dios. Llegaron hasta allí con su perfidia. ¿Hasta dónde se pueden desviar de estas cosas?.

Pues la Biblia nos ha dicho que iba a haber dos grandes libros, uno escrito para Judá y otro escrito para José. Al indagar en el Libro de Mormón desde 1 Nefi 5:14 hasta cerca del fin del libro, 3 Nefí 10-17, se halla la constante repetición de que aquel pueblo es de la tribu de José — cuyos profetas están escribiendo el registro religioso de este continente.

Entonces, ¿tenemos nosotros otra Biblia? A mí no me importa si la gente quiere llamar al Libro de Mormón la Biblia Mormona sí, al llamarlo así, no haya la implicación de que por el hecho de tener una Biblia Mormona, no aceptamos ni utilizamos la otra Biblia. Claro que no puede haber nada mas lejos de la verdad. Ningún pueblo sobre la faz de la tierra, creo yo, entiende y aprecia la Santa Biblia como los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días. La comprendemos mejor porque tenemos el segundo registro. ¿Cuáles eran las palabras de Mormón?:
... con el fin de que créais en aquellos (la Biblia); y si creéis en aquellos, 
creeréis también en éstos (el Libro de Mormón);...

(Mormón 7:9.)
Entonces había de haber dos grandes anales obrando como uno.

Me gustaría ilustrar este punto. Vamos a imaginar que se enciende primero un grupo de luces eléctricas y después otro gupo de luces. Vanos a suponer que los dos grupos de luces son iguales en brillo. Piensen en la iluminación total cuando los dos juegos de luces están encendidas. De repente, se apaga uno de los juegos de luces. ¿Es menos brillante el primer juego que antes  por sí solo? Pues, no. Sigue brillando con la misma fuerza de antes, pero por haber perdido el apoyo del segundo juego de luces, su compañero.- la iluminación total ha sido reducida mucho ¿verdad? Pues, es lo mismo con la "luz de la Santa Biblia" y la "luz del Libro de Mormón." Si se apaga la "luz del Libro de Mormón" y sólo se enciende la "luz de la Santa Biblia," o como quiera que se haga, hay más brillo en total cuando las dos grandes luces obran juntas que cuando cualquiera de las dos esté obrando sola.

Piensen en dos brillantes juegos de luces obrando juntos —sesenta y seis (el primer juego) en la "biblioteca de libros" de la Santa Biblia, y los quince libros (el segundo juego) en la "biblioteca de libros" del Libro de Mormón. Cuanta más iluminación haya sobre cualquier problema de hoy, mejor. Hay los que dicen, "no necesitamos más Biblia." Escojan cualquier principio del evangelio que quieran: no importaría el que fuere — el amor, por ejemplo. Es una gran ley. Escojan el principio de fe o del ayuno, o de la imposición de manos para recibir el don del Espíritu Santo, o de los Diez Mandamientos. No importa el principio que estudien. Al dilucidar todo lo que se pueda de uno de los dos grandes anales y luego sacar todo lo posible del otro, la total iluminación es mucho mayor cuando los dos grandes anales obran juntos — como uno en las manos del pueblo y como uno en las manos de Dios, de acuerdo con lo que El tenía pensado. (Véase Eze. 37:16-20; 2 Nefi 29:3-12.)

No sé qué mejor ejemplo se pudiera escoger que el bautismo, la primera ordenanza exterior del evangelio, uno de los cuatro principios fundamentales del evangelio de Jesucristo. ¿Hasta qué punto se podrá variar de un principio hermoso y aun sencillo? ¿Hasta donde? Vamos a recapitular un poco:

En las iglesias cristianas del mundo existe el bautismo por inmersión; bautismo por rocío; bautismo al mojar; bautismo mediante el uso de otros líquidos diferentes al agua; bautismo sin usar ningún líquido. Hay bautismo por los que afirman tener autoridad; por los que afirman no tener ninguna autoridad; por los que afirman que la autoridad no es necesaria. Hay bautismo donde se dicen ciertas palabras; donde se dicen otras; donde no se pronuncia ninguna. Hay un bautismo donde todo lo necesario es sentarse a meditarlo y ¡hé allí, se está bautizando de muchas formas! Pues, ¿hasta dónde se puede desviar  un principio tan sencillo, pero tan poderoso?

Tomemos los dos grandes anales y dejemos que obren juntos en las manos del pueblo.

Pasemos, por ejemplo, a las palabras directas de Jesucristo, como aparecen anotadas en el Libro de Mormón, cuando El estuvo en este continente con este pueblo. Esta escritura ayuda a aclarar el principio del bautismo, sobre el cual parece haber tanta confusión en el mundo.
De cierto os digo que de este modo bautizaréis a quien se arrepintiere de sus pecados a causa de vuestras palabras, y deseare ser bauti-zado en mi nombre: He aquí, iréis y entraréis en el agua. (Nótese eso "entraréis en el agua," ¿verdad que va a ser buena maniobra si todo lo que se tiene es una taza de agua?) y en mi nombre Y he aquí las palabras que pronunciareis, llamando a cada uno por nombre:

Habiéndoseme dado autoridad de Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. (Aparentemente la autoridad era necesaria para que ciertas palabras se dijeran y se hicieran en su nombre.)

Y entonces lo sumergiréis en el agua, y volveréis a salir del agua.

(3 Nefi 11:23-26.)
¡Con qué ganas nos dificultamos la vida!, torciendo la sencillez de palabras tan bellas. Se acordarán que la Biblia nos cuenta que mucha gente iba al Río Jordán para ser bautizada "porque había allí muchas aguas," (Véase Juan 3:23.) Si lo único necesario era una taza de agua, ¿por qué ir al Río Jordán? También se iban allí porque había alguien con la autoridad para bautizar. En este caso, se está hablando de Juan el Bautista.

Estuve en los altos valles de los Andes en un viaje reciente. Zigzagueamos 38,500 millas, equivalente a vuelta y media alrededor del mundo, para sacar más diapositivas a colores y visitamos todas las ruinas principales incaicas y pre-íncaicas del pueblo de este continente que habían sido excavadas en detalle, y luego seguimos nuestro viaje por Centro América y América del Norte. Allá lejos, en la cumbre de los Andes, en la antigua capital incaica, Cuzco, alguien había construido un hotel moderno para turistas, como yo, que van allí y quieren acomodarse entre sus viajes de exploración a las afueras. Sobre la pared de uno de los cuartos del hotel hay un mural hermoso. Se ve a Juan el Bautista y a Jesucristo parados en las aguas del Río Jordán hasta los tobillos, mientras Juan derrama el contenido de una taza de agua sobre la cabeza de Jesucristo. Al mirar el mural pensé otra vez en las dificultades en que nos metemos torciendo palabras e ideas sencillas. 

Pero, escuchen ahora las palabras de Jesucristo otra vez al pueblo de este continente, como aparece en el Libro de Mormón. Aparentemente, habían habido ciertas disputas en este continente, en cuanto al método del bautismo.
Y de acuerdo con lo que os he mandado, así bautizaréis; y no habrá disputas entre vosotros, como hasta ahora há habido; no habrá controversias entre vosotros sobre los puntos de mi doctrina, como hasta aquí las há habido.
(3 Nefi 11;28.)
Ojalá que existiera una declaración tan clara como esa en la Biblia. Estoy seguro que había una hace mucho; pero no se olviden, muchas de las cosas más claras y preciosas se han quitado de la Biblia (Véase 1 Nefi 13: 26, 29).

¿Se necesita otra Biblia? ¡Pues, seguro que sí, necesitamos otra Biblia! Cuantos más testigos, mejor. Los mismos mandamientos que Ezequiel recibió de Dios nos dijeron que necesitábamos otro gran registro —un palo para Judá; uno para José. Aquí está la única respuesta sobre este punto que se ha dado jamás sobre la tierra. Que yo sepa, ningún otro pueblo ha afirmado tener el Palo de José, con excepción de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Sabemos, que es el Palo de José, porque versa sobre la Tribu de José. Sabemos que es el registro de que se ha hablado que se juntaría "como uno" con el otro registro, porque si lo leemos, vemos que sí corrobora, comprueba y verifica a la Biblia, así que hoy, en el Libro de Mormón, tenemos más que verificación. 

Me gusta expresarlo así — corroboración de la Biblia y más. Muchas cosas se ven con mayor claridad. 

A la luz de lo que hemos aprendido del bautismo del Libro de Mormón, volvamos a la Biblia. Se nota que en realidad verifica lo que ha dicho el Libro de Mormón. Véase Mateo 3:16; Juan 3:23; Hechos 8:38; Efesios 4:5.* Léanlas otra vez, teniendo en cuenta lo que acabamos de leer en el segundo gran registro de este mundo. Verán que sí verifica que la gente iba grandes distancias porque había allí muchas aguas; que había gente con la autoridad de bautizar, que aún Jesucristo, por puro que fuera, sabía que era necesario bautizarse para cumplir toda justicia. Se acordarán que Juan el Bautista se resistía mucho porque no se sentía digno de bautizar al Hijo de Dios, pero Jesús insistió. Y ¿cómo fue bautizado Jesús? Por inmersión en agua, por uno que tenía la autoridad. (*) Estas y otras escrituras han quedado registradas en la lámina de notas relacionadas con el acto segundo, en la página 33 así como la número 34. Dejamos, con este pensamiento, la segunda acusación de que no se necesitaba mas Biblia.

Acuérdense de una de las cosas que Jesucristo les dijo a sus discípulos sobre el antiguo continente: "Tengo otras ovejas que no son . de este redil. . ." (Juan 10:16.) Y les dijo que iba a visitar al otro pueblo y que habría "un rebaño y un pastor." (Juan 10:16.) Y cuando Cristo vino a este continente y apareció a este pueblo en persona, declaró: 
Y de cierto os digo que vosotros sois aquellos de quienes dije: Tengo otras ovejas que no son de este redil; a éstas también debo yo traer y oirán mi voz, y habrá un redil y un pastor.(3 Nefi 15:21.)
Esto dice, pues, que el antiguo pueblo sobre este continente que ahora, llamamos América eran las "otras ovejas", a quienes se refería Jesucristo cuando desempeñaba su ministerio en tierras de la Biblia. 

Claro que no le entendieron, pero cuando se juntan los dos libros, solo entonces —y no antes— se comprende lo que quería decir cuando dijo en el antiguo continente que tenía otras ovejas, y luego en este continente, ". . .vosotros sois aquellos de quienes dije: Tengo otras ovejas. . ."

Fuente:
www.bibliotecasud.blogspot.com

13 noviembre 2008

¿La Biblia es toda la palabra de Dios y por tanto los cielos están cerrados?

Una gran explicación de por que no solo la Biblia es la Palabra de Dios, nos entrega Jack H. West en su escrito "El Juicio del Palo de Efraín".

Autor: Jack West.


¿La Biblia es toda la palabra de Dios y por tanto los cielos están cerrados?

¿De donde habrán sacado esa idea? -  les pregunté.

Pues,- dijeron - busque usted en el último capítulo de la Biblia, Apocalipsis 22:18-19 — el último libro y casi el último versículo.
"Porque yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida ...." (Apocalipsis 22:18-19)
Así que me dijeron: Ahí esta. No se puede añadir ni quitar nada del libro de la palabra de Dios.

¡La Biblia, pues, contiene toda la palabra de Dios!

Suena lógico, ¿verdad? pero cuando miramos las pruebas con detalle, percibimos que hay varias discrepancias.

Primero, cuando Juan escribió aquellas palabras, ¿escribía en la Biblia? No.

La Biblia, como la conocemos hoy día, ni estaba en existencia.

¿Qué quiere decir Biblia? Viene de la palabra "biblio" que quiere decir, literalmente, "una biblioteca de libros pequeños." ¿Cuántos libros hay en la versión King James? Sesenta y seis libros — treinta y nueve en el Antiguo Testamento y veintisiete en el Nuevo Testamento.

Ahora bien, Juan escribía en solo uno de este conjunto de sesenta y seis libros, el libro de Apocalipsis, no en el "libro de la Biblia."

Entonces, ¿Qué habrá querido decir con aquellas palabras? ¿que estaba sellado y cerrado un registro que llegaría a ser un conjunto de varios libros pequeños muchos años después?

Muchos de los grandes estudiantes de la Biblia nos cuentan que Apocalipsis nunca debe haber sido último en la cronología del Nuevo Testamento, sino que otras escrituras, incluso las de Juan mismo, por ejemplo, vinieron más tarde que Apocalipsis.

Luego les dije: - Si ustedes se empeñan en esa interpretación dogmática de esos dos versículos, vamos a regresar al Antiguo Testamento, Deuteronoronomio 4:2. Pues aquí estamos casi al principio del Antiguo Testamento, ni cerca del principio del Nuevo Testamento, analicemos un pensamiento casi idéntico al de Apocalipsis:
"No añadiréis a la palabra que yo os mande, ni disminuirés de ella, para que
guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno."(Deuteronomio 4:2)
- ¿Verdad que son casi las mismas palabras? les dije. Se quedaron asombrados. Son casi las mismas palabras. No se puede añadir ni quitar, según esto, seguí. - Pues ya que es verdad, vamos a arrancar y tirar el resto de la Biblia. Por poco se desmayan los acusadores y el juez.

¿Y sí no tuviéramos el resto del Antiguo Testamento después de Deuteronomio? ¿Y qué si no tuviéramos el Nuevo Testamento y su bello testimonio del ministerio personal de Cristo? ¡Cuánto menos sabríamos de la palabra de Dios!

Se sabe, pues, que las palabras de Juan no podrían interpretarse como quisieron los acusadores. Entonces, ¿cómo deben de interpretarse?

Del mismo modo que se nos pide interpretar en el día de hoy la revelación moderna; por que el mandamiento está con nosotros aún en la actualidad. Cuando Dios se ha comunicado con sus profetas y a causado que escriban sus palabras, no está en la facultad del hombre añadir ni quitar de aquellas palabras; osea, no  cambien ustedes los mandamientos de Dios ni los adapten a los requerimientos de los hombres.

Si comparáramos con cuidado más de mil copias antiguas del Nuevo Testamento en griego, no encontraríamos ni una sola copia totalmente igual a  otra. En aquel tiempo no existía la imprenta como hoy día, las copias se hacían laboriosamente a mano, y era muy fácil cometer errores, omisiones o adíciones si no se tenía muchísimo cuidado.


Lo que quería decir Juan el Revelador era que cuando copiamos o cuando queremos informar a otros de estas cosas, debemos tratar de ser fieles a las palabras originales y no inyectar nuestras propias ideas.

¿Por qué proceso llegaron a ser estas mil copias del Nuevo Testamento tan diferentes una de la otra? A veces el que copiaba sería igual que usted y yo. Una señora de otra iglesia miró mi Biblia en cierta ocasión y dijo: "Sr. West, eso es un sacrilegio." Es que yo tenía notas al margen; había subrayado en muchas partes; había hecho círculos, es decir, yo había marcado mi Biblia conforme a mis necesidades, de modo que cuando yo abría esa Biblia en cierta pagina, algo me indicaba mis reacciones anteriores. Ustedes hacen lo mismo, supongo — poner su sello personal a los libros que estudian.

Imaginen lo mismo en aquellas copias griegas del Nuevo Testamento. Pero acuérdense que aquellas personas no tenían la hoja impresa como punto de partida; tenían que copiar las escrituras a mano. Se encuentran notas al margen por algunos de los que copiaban. Cuando otra persona copiaba de una copia que había sido copiada de otra copia, no se sabía si una nota al margen era para corregir una omisión o si representaba el pensamiento personal o una idea del traductor o de la persona que copiaba el texto. De modo que a veces se encuentran notas marginales que ya forman parte del texto cuando no deben estar allí y otros pensamientos han sido omitidos, quizás como simples errores de omisión.

En cualquier caso, eso es lo que quería decir Juan. Cuando Dios había dado una profecía a un profeta, el hombre no tenía derecho de añadir o quitar de ella como profecía. El hombre no debe añadir. No dijo que Dios no añadiría ¿verdad? ¿Al libro de qué profecía? De "esta" profecía, no esta profecía de la Biblia en su totalidad, sino a la profecía de Apocalipsis.

Como prueba adicional, la terminología de la Biblia misma nos enseña que tampoco es la Biblia toda la palabra de Dios, ni tampoco están cerrados los cielos. Miremos los anales otra vez.

Se nota que Dios reveló todo desde el principio al fin, profeta tras profeta; a Adán, a Moisés, a Abrahám y a otros. Empezaban a anotar aquellas revelaciones y progresaban hasta cierto punto cuando Dios les paraba y les decía, en efecto. - Basta por ahora. El pueblo tiene que aprender a digerir la leche antes de poder digerir la carne. El resto se le revelará al hombre algún día, pero aun no es el momento. El pueblo tiene que aprender a caminar antes de correr.

Por ejemplo, el Antiguo Testamento nos dice — y debe estar bastante claro a todas las personas:
"¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina?
¿A los quitados de la leche? ¿a los arrancados de los pechos?
Porque mandamiento debe estar tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá." (Isaías 28:9-10)
Mas tarde Isaías cuenta que aún en extraña lengua hablará el Señor a su pueblo.
"Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra como de pitón, y tu habla susurrará desde el polvo." (Isaías 29 :4)
 

Pues es claro que Dios no tenía intención de que fueran cerrados los cielos. Nunca han estado cerrados, excepto al grado que el hombre los cierra en su propia alma y dice dentro de sí: "Yo sé que no puedo recibir nada de lo alto." Seguro que aquella persona no puede ser inspirada de lo alto. Aún en la revelación moderna, Jesucristo a dicho claramente que fue prohibido dar ciertas bendiciones a ciertos individuos, porque había "duda en su alma".

Sí, cada uno de ustedes tiene el poder de cerrar los cielos respecto a sí mismos, si quieren, pero Dios no los ha cerrado, ni jamás tuvo la intención de que la Biblia fuera toda su palabra, de hecho faltan ciertas partes de la Biblia misma. Entonces dijeron los acusadores, "Si falta algo de la Biblia, seguramente no tenía mucha importancia." 

Algunas personas postulaban que hasta las marcas de puntuación se pusieron bajo inspiración divina. Claro que no estamos muy al tanto de las condiciones que regían entre los religiosos doctos que se juntaron durante el reinado del Rey Jaime (Santiago) de Inglaterra para darnos su versión de la Biblia. Al juntarse ese cuantioso grupo de peritos religiosos para ponerse de acuerdo en cuanto a la traducción más exacta de la Biblia, lo único en que pudieron ponerse de acuerdo era que estaban en desacuerdo y cuando no hubo modo de ponerse de acuerdo, adoptaron la técnica de poner la palabra o frase en letra bastardilla para señalar al lector la falta de correlación entre los peritos. No importa la página que se abra en el Antiguo Testamento o el Nuevo Testamento, sin excepción se encuentra allí algo en letra bastardilla. En otras palabras, hubo dificultades en cuanto a la interpretación de lo que ponían, qué debían hacer, qué debían poner y qué debían quitar.

Ahora vamos a ver lo importante de algunas de las cosas que faltan de la Biblia.

El origen de la siguiente escritura es que Dios había mandado que Moisés juntara a los hijos de Israel para leerles de cierto libro.
"Y tomó el libro de la alianza, y leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos." (Éxodo 24:7.)
Seguro que deben haber habido muchos mandamientos. Seguro que habrán, sido de gran importancia como para juntar al pueblo de Israel a que escuchara las palabras de este libro. Pues bien, puedo ahorrarles tiempo. No vayan ustedes a buscar página por página en la Biblia en busca del "libro de la alianza" porque no está. Si la Biblia es toda la palabra de Dios ¿dónde está ese elemento tan importante de las escrituras?.

¿Y esto es todo? Con seguridad no lo es. Nótese, por ejemplo, la referencia en Números, capítulo 21, versículo 14, "el libro de las batallas de Jehová", el que tampoco encontramos en la Biblia actual.
"Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová: Lo que hizo en el Mar Rojo y en los arroyos del Arnón..." (Números 21: 14).
Luego pasen a Crónicas, capítulo 29, versículo 29. Allí, se nos habla de tres libros de escrituras, y sin embargo, sólo uno de ellos se encuentra en nuestra Biblia de hoy; faltan dos de ellos.

"Y los hechos del rey David, primeros y postreros, están escritos en el libro de las crónicas de Samuel Vidente, y en las crónicas del Profeta Nathan, y en las crónicas de Gad Vidente." (1 Crónicas 29:29.)
Leemos de dos videntes y un profeta. Tenemos el libro de Samuel Vidente, pero no tenemos el libro de Nathan el Profeta. No está. Falta también el libro de Gad Vidente. Si son escrituras, y están mencionadas en la Biblia, y si no aparecen en la Biblia, pues entonces, ¿como podría ser la Biblia toda la palabra de Dios?

Aún en el Nuevo Testamento, en 1 Corintios, capítulo 5,versículo 9, en lo que se acepta como la primera epístola de Pablo a los Corintios, vemos que hace referencia a una epístola anterior. ¿Era importante? ¡Claro que sí! Pablo estaba reprendiendo a los Corintios; estaba algo enojado con ellos por no haber cumplido los mandamientos de Dios que les había enseñado en su epístola anterior. Pues bien, si tenemos la primera, ¿donde está el numero cero de sus epístolas a los santos en Corinto?

No, la Biblia no está completa. Los cielos no están cerrados y jamás hubo intención de que así fuera, a menos que el hombre los cerrara por cerrar su propio corazón. Esto no le parecería raro al mundo, si solo prestara atención al segundo gran registro. Nos testifica de ciertas cosas que iban a pasar en esta época —los últimos días—, que destrozarían una porción de la palabra de Dios.
"Has visto que el libro salió de la boca de un judío, y cuando salió de la boca del judío contenía la claridad del evangelio del Señor, de quien dan testimonio los doce apóstoles, ...
Y después de transmitirse, por conducto de los doce apóstoles del Cordero, de los judíos a los gentiles, tu ves la fundación de una iglesia grande y abominable, que es más abominable que todas las otras iglesias, porque ha despojado el evangelio del Cordero de muchas partes que son claras y sumamente preciosas, y también ha quitado muchas de las alianzas del Señor.
A causa de que se han quitado del libro muchas cosas claras y preciosas que
eran clarass al entendimiento de los hijos de los hombres, según la claridad que hay  en el Cordero de Dios, sí, a causa de estas cosas que se han suprimido del evangelio del Cordero, muchísimos tropiezan, sí, de tal modo que Satanás tiene gran poder sobre ellos.... (1 Nefi 13:24, 26, 29.)
Sí, claro que las cosas quitadas de la Biblia tenían importancia, ¿Por qué están en existencia mas de setecientas religiones cristianas o facciones de religiones cristianas? Todas afirman creer en la Biblia y precisamente lo que iba a pasar según la profecía del "Palo de José," sí paso y, como resultado, "muchísimos tropiezan."

Pues, de este modo, se logró contestar la acusación de los acusadores y comprobar, a satisfacción de la corte (del juez), que la Biblia no es toda la palabra de Dios y que los cielos no están cerrados. Otras escrituras "salieron desde el polvo" y aún recibiremos muchas cosas grandes y preciosas por conducto de los profetas y apóstoles de Dios que hoy viven sobre la tierra.

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