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03 enero 2008

NOMBRES INUSUALES EN EL LIBRO DE MORMÓN


la de la foto es Cindia Escalante , analiza sobre los nombres que aparecen en el Libro de Mormón , después publico mas artículos sobre este increíble tema

NOMBRES INUSUALES EN EL LIBRO DE MORMÓN


CINDIA ESCALANTE MATTSSON

Filóloga. Universidad de Gotemburgo

Muchos son los estudios que se han realizado sobre El Libro de Mormón, sacado a la luz por Joseph Smith en el siglo XIX. Estos estudios intentan o bien corroborar la posible autenticidad del libro, es decir, que se trate verdaderamente de una recopilación de escritos de autores hebreos del año 600 A.C. que Smith tradujo de planchas de oro, o bien detractar su posible veracidad y demostrar que José Smith inventó el libro.

En 1950 Hugh Nibley publicó Lehi in the desert, un estudio analítico de las características de la expedición de Lehi y sus hijos desde Jerusalén, que es también el punto de partida del libro de Mormón, en el año en que Nabucodonosor invadiría la capital judía. Nibley hizo, entre otros, un estudio de los orígenes de los nombres extraños o inusuales de El Libro de Mormón. Tema que trataremos en este artículo.
Cuadro de texto:


Algunos críticos han afirmado que Smith pudo haber copiado los nombres que aparecen en El Libro de Mormón de la Biblia. En ese caso, no sería peculiar que existiese una gran cantidad de nombres hebreos y griegos en El Libro de Mormón. Si, por el contrario, los inventó, deberían ser nombres totalmente desconocidos. Coincidimos con Nibley en que si el libro es auténtico sus nombres también deberían reflejar las carasterísticas del pueblo israelita del 600 A.C. con influencias egipcias y retazos culturales árabes y babilonios.
El profesor Hugh Nibley

NOMBRES HEBREOS Y EGIPCIOS

La crítica ha sostenido que El Libro de Mormón estaba escrito en hebreo con caracteres egipcios. Sin embargo, Moroni (Mormón 9:32-34) observa que los nefitas habían alterado su egipcio escrito según su forma de hablar y que el hebreo había sido también alterado:

Hemos escrito estos anales según nuestro conocimiento, en los caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado; y los hemos transmitido y alterado conforme a nuestra manera de hablar. Y si nuestras planchas hubiesen sido suficientemente amplias, habríamos escrito en hebreo; pero también hemos alterado el hebreo.

Como consecuencia, ningún otro pueblo conocía su idioma. No era ni egipcio ni hebreo. Moroni afirma que en caso de haber usado hebreo antiguo, que no es hablado por su pueblo, no hubiese habido imperfección en sus anales (Mormón 9:33) pero escribe ”en los caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado”. Simplemente porque tomaba menos espacio al escribir. El egipcio se podía ecribir en menos espacio que el hebreo y, como además era la segunda lengua de Lehi -judío adinerado y orgulloso de su educación egipcia- no es de extrañar que Lehi no sólo escribiera y hablara egipcio sino que insitiera en que sus hijos hablasen también esta lengua. Sin embargo, la lengua de sus descendientes no sería ni hebreo ni egipcio sino una mezcla de los dos, siendo las dos lenguas corrompidas en el proceso hasta el punto de que ningún otro pueblo la conocía. Siendo así, los nombres hebreos y egipcios en El Libro de Mormón deberían componer a partes iguales la mayoría de los nombres del libro (además, encontraríamos elementos hititas, árabes y jónicos). Al menos, es lo que lo que deberíamos esperar encontrar según la información que recibimos de uno de los escritores, Moroni, cuando afirma que las dos lenguas se usaban igualmente entre ellos. Así pues, los nombres de los personajes de El Libro de Mormón deberían reflejar esta procedencia egipcia.

Lo extraño y la cuestión es cómo pudo Smith, un campesino sin estudios, tener conocimiento de estos nombres, ya que, sorprendentemente y, de hecho, coinciden con nombres egipcios.

He aquí algunos ejemplos :

Aha: nombre del primer Faraón y que significa ”guerrero”.

Aminadab: jefe de una ciudad cananea bajo domino egipcio.

Ammón: el dios universal del imperio.

Giddonah: el nombre egipcio de Sidón

Hem: hermano de Ammón

Helamán: ”en presencia de Ammón”

Korihor: sumo sacerdote de Ammón en Tebas, hacia el 1085 A.C.

Mantí: príncipe del Alto Imperio hacia el 650 A.C.

Paanchi: gobernador del sur de Egipto

Sam: título egipcio que significaba ”unificador de la tierra”

Zenoc: nombre propio egipcio, antiguo dios serpiente. (Nibley,1950)





Paiankh, hijo de Kherihor y Sumo Sacerdote Jefe de Ammón. Este nombre, en su forma ”Paankhi”, era el de dos gobernadores del sur, en el primero y quinto reinados de la Dinastía XXV. Es absolutamente idéntico al Paanchi de Helamán 13

(Hugh NIBLEY, 1950)




La forma egipcia del nombre ”Sidón” se pronuncia aproximadamente Djidonah (la ”d” muy fuerte), sugiriendo el nombre propio del Libro de Mormón ”Giddona”. La forma hebrea es muy común en el Libro (Max BURCHARDT, ”Altkanaanaischen Fremdworte”)





El título completo de Kherihor antes de ser rey en Tebas. En el Libro de Mormón (Alma 30), Korihor es enviado por Ammón, cuyo oficio de Sumo Sacerdote sobre el pueblo de Ammón tenía importantes funciones judiciales y políticas, para comparecer ante ”el sumo sacerdote y juez superior de la tierra”. Justamente esa autoridad combinada era ostentada por Kherihor en Egipto como Servidor Jefe (Hem) de Ammón. El Ammón del Libro de Mormón tenía un hermano llamado Hem.

NOMBRES ACABADOS EN –ÍAH

Como hemos indicado anteriormente, Smith tenía acceso al Antiguo Testamento y obviamente, los nombres hebreos de la Biblia podrían haber sido plagiados en el Libro de Mormón. Sin embargo, la abundancia de nombres propios acabados en -íah que el Libro de Mormón contiene, Moroníah, Nefíah, Zemnaríah, por ejemplo, no pudo ser deducida por José Smith de la Biblia. Las llamadas Cartas de Laquis, investigadas mucho después de su muerte (Torczyner 1938), revelan una especie de moda en poner nombres acabados en -íah entre los hebreos del tiempo de Lehi, en el año 600 A.C. Smith podía haber insertado en su libro, sin levantar sospecha alguna, nombres hebreos más comunes como, por ejemplo: Herzron, Menahem, Efer, Ezer, Lecah, Amnon, etc. (Nibley 1950). Curiosamente, el Libro de Mormón menciona el tipo correcto de nombres hebreos, a saber, los que eran modernos en aquella época.

DOS NOMBRES GRIEGOS

Al haberse escrito el Nuevo Testamento en griego podría Smith también haber plagiado los nombres griegos de esta parte de la Biblia. Sin embargo, los únicos nombres griegos que aparecen en el Libro de Mormón son Timoteo y Laconeo. Timoteo es un nombre jonio, y los griegos de la Palestina del 600 A.C. eran justamente jonios (el nombre hebreo para los griegos entonces era “hijos de Javanim”). Laconeo significa simplemente “procedente de Laconia”, y los laconios, que tenían colonias en Chipre, llevaban comerciando con los hebreos desde mucho antes de los tiempos de Lehi. Los contactos entre Palestina y el Egeo se iniciaron en el 1300 A.C., y proliferaban los mercenarios y los mercaderes griegos en Egipto desde el año 650 A.C. Justamente los mercernarios egipcios eran griegos (Nibley, 1950). Consecuentemente, el pueblo de Lehi no pudo evitar tener contactos con estos pueblos. Sobre todo, teniendo en cuenta que Lehi estaba educado según la cultura y tradición egipcia.

Debemos destacar que en El Libro de Mormón, todo lo que concierne a Egipto es estrictamente cultural. No se hace referencia ninguna del Faraón o del gobierno egipcio. Sólo de la cultura egipcia y especialmente de la lengua. Lehi, uno de los personajes principales de El Libro de Mormón, es un judío egiptófilo como debían de existir muchos en la época. El interrogante es cómo pudo José Smith, sin conocimientos de la cultura egipcia, inventar un personaje cuya educación y lenguas coincide precisamente con algo de lo que se tienen pruebas gracias a estudios realizados posteriormente a la publicación de su libro.

AUSENCIA DE NOMBRES ACABADOS EN –BEL O –BAAL

Como Nibley indica, no encontramos nombres en El Libro de Mormón con la partícula –baal, cuya transcripción biblíca es –bel. Existen nombres como Isaías, Benjamín, Aarón, Jacob, Ismael, etc., que también existen en la Biblia. Sin embargo, no existen nombres como Belsasar, Jezabel, Zorobabel, Asbel, Bela, Es-baal, Merib-baal, etc. (NIBLEY, 1950). Nombres que son biblícos de personajes hebreos. Para José Smith hubiese sido fácil, en caso de plagio, tomar alguno de estos nombres terminados en -bel. Sin embargo, no aparecen por ninguna parte de El Libro de Mormón. Curiosamente, en estudios posteriores a la publicación de dicho libro, se ha esclarecido el sentido del versículo 17 de Oseas 2, en el año 700 A. C., en el que el profeta Oseas había prohibido la continuación de los nombres con la partícula –baal (Oseas 2: 17). Además en el Papiro Elefantino, del 650 A. C. (OFFORD, 1917), podemos encontrar unos 400 nombres propios y ninguno con la partícula –bel. Estos documentos eran totalmente desconocidos por Smith y aún así, en El Libro de Mormón se cumple esta ley, una prohibición que data del siglo VII A. C.

LA PRONUNCIACIÓN DE LOS NOMBRES

Un dato que Nibley destaca y que no deberíamos pasar por alto y que tiene mucha importancia a la hora de utilizar los nombres de El libro de Mormón con miras filológicas es la forma en la que están escritos. José Smith tradujo el libro de planchas de oro y lo redactó a su escribiente, Oliverio Cowdery. ¿Cómo pudo José Smith saber cómo se pronunciaban estos nombres? Y si es que su escribiente los oyó, ¿cómo pudo saber transcribirlos fonéticamente? Debemos recordar que los nombres no fueron traducidos al inglés, como el resto del libro, sino que se mantuvieron como partes auténticas y originales en lengua nefita. De acuerdo con los registros que se conservan de entrevistas con personas allegadas a José Smith y Oliverio Cowdery, Smith nunca pronunció los nombres durante la traducción del libro ni Cowdery tuvo nunca que adivinar cómo se escribían. Los nombres fueron siempre deletreados por José Smith. Es por esta razón que no fueron alterados en la traducción.

FIGURAS POÉTICAS Y EXPRESIONES ARÁBICAS

No podemos dejar de considerar en esta reseña la existencia de figuras poéticas arábicas en El Libro de Mormón, figuras que no están en la Biblia, y que se explican por la proximidad cultural del grupo de Lehi con los árabes del desierto. La expresión “vapor de tinieblas”, que describe un fenómeno del desierto (1 Nefi 8:23), aparece en uno de los tempranos poetas árabes del desierto, al-Ajajj (AHLWARDT 1903), así como “un campo grande y espacioso, a semejanza de un mundo”, presente en la poesía árabe como maydân, que significa justamente “el mundo como campo grande y espacioso”; o la expresión “río de aguas”, que sólo emplearía un hombre del desierto, o la “fuente de aguas sucias”, que tiene su equivalente en el sayl árabe. Aparte hay otras figuras más sutiles, pero demasiado semejantes para ser consideradas casuales a la ligera: el vocativo “mormónico” “Oh, que tú...”, traduccíon literal del típico vocativo árabe Yâ laytaka; el juramento “Como vive el Señor...”, equivalente al juramento árabe wa hayat Allah, etc. etc.

No sólo nombres de personas, sino los nombres de lugares designados por la expedición de Lehi y sus descendientes presentan una exactitud etimológica difícil de inventar: Irreántum, que el mismo Libro de Mormón dice que significa “muchas aguas” (1 Nefi 17:5), es, en egipcio y en copto, justamente eso, “gran lugar que contiene agua” (SPIEGELBERG); Shazer, donde se muda el grupo de Lehi (1 Nefi 16:13-14), es una palabra común entre los árabes palestinos, que transcribiríamos como shajer, y que los árabes egipcios pronuncian shazher, lo cual significa “arboleda” (CONDER, 1876); Nahom, donde es enterrado Ismael (1 Nefi 16:34), presenta la raíz árabe NHM, con el significado básico de “suspirar, lamentarse”, cuando, casualmente, las hijas de Ismael “se lamentaron sobremanera a causa de la muerte de su padre” (1 Nefi 16:35; JAUSSEN, 1901).

EL SOPORTE: PLANCHAS DE ORO

Por último, José Smith indicó que El Libro de Mormón estaba originalmente escrito en planchas de oro. Si hubiese sido una invención suya, podía haber fácilmente afirmado que el libro había sido traducido de papiros egipcios, de tablillas de madera (como en algunos registros romanos) o de tablillas de arcilla, que eran los métodos de transcripción antigua más conocidos en aquella época. No obstante, Smith siempre sostuvo que los anales estaban escritos en planchas de oro. Aun habiendo testimonios escritos por testigos que afirmaban haber visto las susodichas planchas, la crítica se mostró escéptica a creer que planchas de ese tipo se hubiesen utilizado alguna vez para conservar y escribir registros. No fue hasta el siglo XX que se hicieron descubrimientos arqueológicos revolucionarios que apoyarían las afirmaciones de José Smith sobre las planchas de oro. Más de un siglo después de la publicación de El Libro de Mormón, publicado en el año 1830, se desterraron, entre otras, planchas de cobre hebreas del siglo XII A.C., planchas de oro con el registro real de Darío, planchas de bronce con textos en egipcio reformado en Byblos, planchas de metal con la Crónica Demótica de Egipto, sarcófagos con tablas de oro escritas en una lengua desconocida, etc. (ALBRIGTH 1939).

Como conclusión, apoyamos la parte de la crítica que sostiene que José Smith no pudo ni plagiar ni copiar los nombres de El Libro de Mormón . No existe la posibilidad de que, como hemos mencionado anteriormente, este joven sin estudios ni conocimientos de lenguas antiguas ni arqueología, pudiese haber inventado o plagiado estos nombres inusuales. Tampoco consideramos creíble que los hubiese podido escribir casualmente, por cuanto justamente estos nombres poco comunes siguen las leyes y modas que datan de muchos siglos A.C., conocimientos que no estaban ni al alcance de Smith ni de ninguna persona contemporánea a él, ya que se descubrieron gracias a estudios realizado muchos años después.

CINDIA ESCALANTE MATTSSON

Filóloga. Universidad de Gotemburgo

Bibliografía:

· W. AHLWARDT, Sammlungen alter arabischer Dichter. Berlín, Reuther & Reichard, 1903

· William ALBRIGHT, “A Hebrew Letter of the Twelfth Century”, Bulletin of the American Schools of Oriental Research, febrero 1939.

· Claude R. CONDER, “Notes on the Language of the Native Peasantry in Palestine”, Palestine Exploration Fund Quaterly, 1876

· Antonin JAUSSEN, “Chronique”, Revue Biblique 10, 1901:607

· Joseph OFFORD, “Further Illustrations of the Elephantine Aramaic Jewish Papyri”, Palestine Exploration Fund Quaterly, 1917.

· Hugh NIBLEY, Lehi in the desert, 1950.

· Hugh NIBLEY, Collected Works, Vol.5.

· Wilhelm SPIEGELBERG, Koptisches Handwörterbuch, 204, 258.

· Harry TORCZYNER, The Lachish Letters. Londres, Oxford University Press, 1938.

· El Libro de Mormón.

· La Biblia.

31 diciembre 2007

El Dr C. Wilfood Griggs ha previsto la notable semejanza del "arbol de la vida"



El Libro de Mormon comparado con otros Escritos de su época


El Dr C. Wilfood Griggs ha previsto la notable semejanza del "arbol de la vida" del libro de mormon y otros textos del siglo 7 d.C encontrados enterrados alrededor del Mediterraneo, Grggs repasó y observó que estaban mas cercanos y particularmente a los textos egipcios, el entonces comparó el sueño de Lehi con estos textos antiguos y concluyó que los relatos del libro de mormon , es altamente similares a los escrituras, de las tablas de metal dela literatura egipcia relacionada (ibid pag. 75)
El Dr H. W Nibley ha examinado 2 secciones de relatos del libro de mormon, el exodo de Lehi de Jerusalen y el minesterio de Jesucristo en la america, en un estudion reciente y rigorosamente comparó, las cartas de Lachis´h, descubiertas en 1935 con la historia de Lehi y encontró paralelos, verdaderamente asombrosas en forma geografica intima e incluso la mencion de nombres y de acontecimientos especificos, Nibley tambien comparó las escrituras cristianas tempranas llamadas literaturas de 40 dias con 3 Nefi en el libro de mormon y encontró otra vez paralelos notables (Ibid pag. 103).
El Dr Eugene England, ha hecho una comparacion de los detalles del viaje arabe de Lehi como se relata en el libro de mormon, publicado en 1830, con resultados culturales, geograficos subcecuentes, este estudio no reveló ninguna contradiccion si no todo lo contrario encontró correspondencia notable y numerosa, England desarrolló la exposicion de que el relato del viaje de Lehi (del libro de mormon ),que atraviesa la penisula arabiga, no la podría escribir alguien, en los años 1820s, de 20 detalles geograficos significativos que se describen en el libro de mormon, pero no conocidos en america en los tiempos de J.Smith sirve como evidencia de que el libro de mormon es un ducumento antiguo con informacion de primera mano (Ibid pag 143)
El Dr Wayne A .Larsen y el Dr Alvin Rencher, han divulgado sus resultados de un analises estadistico del estilo del libro de mormon, usando el analises de programa de compuatadora Wordprint, un metodo para determinar patrones subsecuentes idiocicraticos en las escrituras, de cualquier autor, concluye
1. El libro fue escrito por muchos autores
2. en ninguno de losl ibros que componen el libro de mormon, se asemeja a las obras literarias de los autores comunmente sugeridos como autores del libro de mormon en el siglo 19.
Es claro que todas caracteristicas idnarvertidas del libro de mormon descubiertas por Larsen y el relato de J.Smith y el apoyo fuete sobre el origen del libro de mormon
por Rencher Ibid pag,158

30 diciembre 2007

¿En el principio Dios se “reveló” a la Hispanidad?


¿En el principio Dios se “reveló” a la Hispanidad?
por David Elizalde

www.arbil.org/113hisp.htm

Los pueblos hispanos comparten desde mucho antes de su encuentro, una tradición, una cultura. En el Popol Vuh (o libro sagrado de los mayas) encontramos un prater cristianismo
La humanidad dividida
Hubo un tiempo en que le tocó a España unir dos civilizaciones que permanecían separadas físicamente (por el mar Océano) pero unidas trascendentalmente. En aquel momento los que dirigían los destinos de España basaban sus decisiones en la Biblia y las enseñanzas de Jesucristo. Dios se había “revelado” a ambos lados del océano, les había enseñado el camino, y no quería que sus hijos permaneciera sin encontrarse y no tuvieran la revelación completa.
En la zona norte de Centroamérica, en la región que ocupa actualmente Guatemala, existió un reino de la civilización maya, el Reino Quiché. Gracias a esta sociedad, podemos darnos cuenta de la “unión” que ya existía entre los habitantes del Viejo y el Nuevo Mundo, y muy especialmente en el destino que esperaba a los españoles y que desembocaría en la Hispanidad. Se halló una narración precolombina, basada en la tradición quiché, que trata de contar de alguna manera el origen del mundo, de la civilización, y diversos fenómenos de la naturaleza.
El Popol Vuh (o libro sagrado de los mayas)
Dicha narración se conoce como Popol Vuh o Popol Wuj (en lengua quiché se conoce como “Libro de la Comunidad” o “Libro del Consejo” – Vuh sería “libro” y Popol puede interpretarse como “comunidad, reunión, casa común” –). La primera versión escrita de la cual se tiene registro fue elaborada en lengua quiché utilizando caracteres latinos entre los años 1554 y 1558. Dicha versión permaneció oculta hasta 1701, cuando los mayas quiché de la comunidad de Santo Tomás Chuilá (hoy Chichicastenango, Guatemala) mostraron la recopilación de sus historias y mitología a un sacerdote dominico: el párroco Fray Francisco Ximenez, el cual, debido a que los caracteres del manuscrito eran latinos, pudo sumergirse en su traducción y descubrir su significado.
Se desconoce el original del Popol Vuh, pero sin duda debía ser una acumulación de jeroglíficos que los sacerdotes se dedicaban a interpretar con la finalidad de mantener vivos los orígenes de su pueblo y la base de su religión.
El Popol Vuh está dividido en cuatro partes:
La primera habla de la creación: los dioses crean el mundo, los primeros seres humanos (de madera, que posteriormente son convertidos en monos), y cómo los dioses destruyen al arrogante Vucub-Caquix.
La segunda parte narra historias de Hunahpú e Ixbalanqué; la tercera describe la creación de los primeros hombres reales (de maíz), cómo hablan el mismo lenguaje y posteriormente se dispersan; y la cuarta habla de la destrucción del Quiché y enumera las generaciones.
La Biblia maya
El libro sagrado por excelencia de los mayas guarda unas similitudes conmovedoras con la Biblia y la religión cristiana. El génesis del primer capítulo del Popol Vuh guarda conexiones incuestionables con el del Antiguo Testamento (libro sagrado para judíos y cristianos, y profético para los musulmanes).
Es digno de destacar al menos cuatro áreas de yuxtaposición entre la Biblia y el Popol Vuh:
1. La Trinidad: en el libro de los quichés se habla de tres personas celestes que siendo cada una de ellas un dios, entre todas ellas son un único dios (“el Corazón del Cielo”). Estas tres personas son Caculha Huracán, Chips-Caculhá y Raxa-Caculhá. Y entre las tres se ponen de acuerdo para provocar la creación, y crean al hombre para que les invoque y les adore.
2. La Creación: “todo estaba en calma, en suspenso, existía sólo el cielo y el Corazón del Cielo”, “llegó aquí entonces la Palabra”. Esto nos conecta con el Evangelio de San Juan en donde se dice que “en el principio existía la Palabra”. Los dos libros sagrados hablan de la Creación: “¡Qué se llene el vacío! …” (se dice a los quichés), y “haya un firmamento por en medio de las aguas …” (se exhorta a los judeocristianos). Los dos libros hablan de la voluntad de los creadores en que se haga la luz y aclare.
El orden creacional es idéntico en el Popol Vuh y en el Génesis: se separan las aguas, se crea la luz, las hierbas y la vegetación, se crean los animales, y finalmente se crea el hombre. “De tierra, de lodo, hicieron la carne del hombre” (aunque esta experiencia deberá repetirse al no lograr lo deseado) sentencia el Popol Vuh.
3. El Diluvio: “una inundación fue producida por el Corazón del Cielo”, “un gran diluvio se formó”, porque los nuevos seres eran altivos, vanidosos y frívolos, por lo que “enseguida fueron aniquilados, destruidos, …”. ¿No es acaso estremecedor este relato similar al del diluvio bíblico?
4. El Demonio: otro aspecto llamativo es la similitud con el Ángel Caído. Antes de la existencia del hombre “aún no había sol”, sin embargo había un ser orgulloso de sí mismo que se llamaba Vacub-Caquix, el Lucifer de los mayas.
La revelación divina
Las coincidencias del libro prehispánico maya con el Antiguo Testamento y en especial con el Génesis, hace que al que lo lee se le pongan los pelos de punta. Cotejando la Biblia con el Popol Vuh, se observa la existencia, en el inicio de los tiempos, de una fuente común de revelación divina. Pero ¿cuándo se separó este tronco común maya-judeocristiano?. La respuesta la encontramos en las migraciones espaciadas y muy diversas que llegaron al continente americano a lo largo del neolítico superior y a través del océano Pacífico, trayendo consigo un bagaje cultural propio.
Múltiples son las coincidencias entre ambos libros sagrados, lo que potencia aún más los lazos de unión que conforman la Hispanidad. Estábamos predestinados a alabar a Dios en comunión, los españoles del viejo mundo y los indígenas de allende los mares.
El adelantado Pedro de Alvarado probablemente no se cruzó con las enseñanzas del Popol Vuh, quizás tan sólo llegó a conocer a los ídolos mayas, suplantadores de la tradición del pueblo quiché, adoptados por las diferentes invasiones toltecas que recibió este pueblo creyente.
Cuando don Ramiro de Maeztu cita en el Preludio de “Defensa de la Hispanidad” el verso de Ovidio «Impetus ille sacer, qui vatum pectora nutrit», adivinamos que en ese ímpetu sagrado, que es la corriente histórica de que han de alimentarse los pueblos, simbolizaba (con los ojos puestos en nuestra epopeya católica) un ímpetu más alto aún, y que es el del Espíritu Santo
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David Elizalde

29 diciembre 2007

Nuestro homenaje a José Smith, el traductor


Jose Smith y la Estadistica,un gran trabajo que encontre,luego voy subir algunas cosas de lo que se refiere este articulo con respecto al viaje de lehi en el desierto,por ahora disfruten a Jose smit desde el punto de viste de las estadistica...


Nuestro homenaje a José Smith, el traductor
By Richard Wellington & George Potter Por Richard & George Wellington Potter
Traducción libre por: Alvaro Figueroa Z.

En nuestro libro, Lehi en el Desierto, hemos estudiado sólo la más pequeña parte de los conocimientos dados a la humanidad por el profeta José Smith. Nos hemos concentrado en sólo 18 capítulos del Libro de Mormón, apenas 42 páginas de los cientos Y miles de páginas que el Profeta tradujo . Sin embargo, no hay un solo verso que se ha mencionado que no hable con elocuencia de la veracidad de las revelaciones dadas, que no griten el testimonio de que José Smith fue un verdadero profeta. Joseph Smith afirmó que el Libro de Mormón es un antiguo registro traducido. Sus críticos han alegado que él, o que otros, fueron los verdaderos autores, y que el Libro de Mormón es la obra moderna de una joven mente imaginativa. Sin embargo, aquí vamos a reclamar con valentía que haciendo un análisis del proceso por el cual José Smith Tradujo el registro y el contenido del primer libro de Nefi revela que es imposible que José Smith podría haber inventado esta historia.
Recientes pruebas indican que José Smith produjo el texto del libro de Mormón en un período increíblemente corto de tiempo. Si bien tenia que llevar a cabo el proceso de traducción del texto, también el tenia que llevar a cabo su vida cotidiana. Durante el período la traducción sabemos que también se trasladó en una carreta de caballos de la armonía de Fayette, hizo por lo menos un (y posiblemente dos) viajes a Colesville treinta millas de distancia, recibió y registró trece revelaciones que están ahora en las secciones de la Doctrina y Convenios, convirtió y bautizó a Hyrum Smith y Samuel, predicó Unos días y bautizo a varias personas cerca de Fayette, adquirido los derechos de autor de el Libro de Mormón y comenzó a hacer los arreglos para la publicación del Libro de Mormón, estuvo en busca de empleo, junto con el experimentaron manifestaciones los Tres y Ocho testigos, recibió el Sacerdocio Aarónico y de Melquisedec así como dedico tiempo para Comer, dormir y realizar todas las demás tareas del hogar de un amante esposo. Dentro de esta apretada agenda José Smith tradujo el Libro de Mormón entero en aproximadamente 63 días, o poco menos de 8 ½ páginas por día. En otras palabras, todo del Libro de Primera Nefi que se ha traducido en aproximadamente una semana.
Por el contrario hemos estado investigando este material por 6 años y escrito por cuatro. Hemos hecho numerosos viajes de campo cada año para examinar el terreno y de las tierras sobre las que propuso Joseph que viajó a la familia de lehi. Entre nosotros hemos cubierto unos 50000 kilómetros de desierto. Cada capítulo se ha escrito y reescrito e investigado por su precisión, corregido y presentado para su crítica, luego reescrito de nuevo. Hemos tenido acceso a cientos de obras que citar en todo nuestro trabajo en nuestra página Web. Sin embargo, nuestro trabajo es sólo un comentario de Joseph 'S original, que él escribió, sin tiempo para que hiciera una investigación, en su "tiempo libre" en poco más de una semana.
En Cada proyecto original de un capítulo de Nuestro libro, había cientos de errores, incluso con la ayuda de los modernos programas de procesamiento de texto, y gastamos mucho de nuestro tiempo en la corrección de los demás trabajos. Invariablemente regresábamos capítulos con numerosos cruces en cada Página. En cambio Joseph Smith hizo asombrosamente pocos cambios en el Libro de Mormón. Alrededor de la cuarta parte del manuscrito original está en poder de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y las páginas tienen pocos cruces. La gran mayoría de los cambios Que se hicieron cuando el libro fue publicado fueron de ortografía, la capitalización, puntuación y gramática. El Escrivá dijo En 1820 José "no podía ni escribir, ni dictar una Coherente y bien redactado carta, y mucho menos dictar un libro como el Libro de Mormón... La mayor parte de esta mano de obra [de la traducción] se hizo en mi presencia, y donde pude ver y saber qué se estaba haciendo… En ninguna parte José Smith tuvo algún manuscrito o libro de cualquier tipo del que pudiera leer dictar excepto los metálicos placas que yo sabía lo que tenía. No, había tenido nada que podría haber ocultado de mí: Añadió, a su hijo:
Estoy convencido de que ningún hombre podría haber dictado la escritura de los manuscritos a menos que sea inspirado, yo actúe como su escribano, su padre, me dictaba hora tras hora, y cuando regresábamos después de las comidas, o después de las interrupciones, el Presidente comenzaba donde lo había dejado sin ver el manuscrito, sin importar el lugar o cualquier posición de él que quedáramos. Esto era una cosa habitual para El. Habría sido improbable que un hombre pudiera hacer esto, y, más bien alguien de escaso conocimiento como lo fue, es simplemente imposible.
Al concluir nuestro estudio de seis años, estamos convencidos de que Arabia tiene su historia y pruebas concluyentes de que José Smith no pudo ser el autor del Libro de Mormón. Más bien el profeta tenía que haber sido entre los más grandes, si no el mayor, Traductor de la antigua escritura que ha vivido. Por lo tanto, es el perfecto trabajo en cada traducción, los nombres dados en 1 º de Nefi, ahora se pueden identificar fácilmente en Arabia con posibles lugares que se ajusten en armonía completa con la narrativa del Libro de Mormón. Nueve de nueve lugares se han identificado con Un alto grado de certeza. Sin embargo, en 1830, cada uno de esos nueve lugares remotos del desierto, La Frontera, Río de Laman, Valle de Lemuel, Shazer, La mayoría de las partes fértiles, las partes más fértiles, Nahom, Land Bountiful y lugar Bountiful (donde El buque fue construido), que solo eran conocidos sólo por los árabes que viven en las inmediaciones de cada uno de estos lugares. Tuvimos que viajar en el desierto de Arabia en carreteras durante casi seis años para encontrar estos lugares, ¿cómo podría haber sabido Joseph Smith de ellos? En el curso de la escritura de nuestro libro hemos discutido, en detalle, algunos de los 81 puntos obtenidos el primer libro de Nefi relativos a la geografía o topografía del viaje y el barco de Nefi.
Si fuera casualidad que Joseph Smith podría haber adivinado estos 81 detalles de Arabia y llegado correctamente y en el orden correcto y la dirección de los lugares ¿cual es la probabilidad de adivinar correctamente que existe un río en el desierto de Arabia Saudita? 1 en 1,000? 1 in 1,000,000? ¿Cuál es la probabilidad de adivinar que las abejas silvestres no se encuentran en cualquier otro lugar en Arabia, pero si existen en la costa sur de Arabia? Un sendero que existe en el borde sur de la Rub 'Al Khali? Que dos cadenas de montañas, cerca una de la otra y cerca del Mar Rojo,y que corra a lo largo del Mar Rojo en Madián? Seamos muy generosos. Supongamos que José Smith tuvo una oportunidad uno de cada dos de adivinar estos 81 puntos . Esto significa que:
En el momento en que llegó a Shazer las posibilidades de que José Smith pudo haber adivinado correctamente los detalles sería 1 en 8388608.
En el momento en que llegó a Nahom las posibilidades de que José Smith pudo haber adivinado correctamente los detalles sería 1 140737488355328
En el momento en que llegó a Bountiful José Smith las posibilidades de haber adivinado correctamente los detalles sería 1 en 36028797018964000
En el momento en que se viaja para las América José Smith ,las posibilidades de haber adivinado correctamente los detalles sería 1 en 241785000000000000000000
Este número es más de 2,4 Septillón, que también ser escritas 2,4 x 10 24 (2,4 con 24 ceros después).. Por supuesto, el número debe ser mucho mayor que esta cantidad porque nos pusimos 1 y 2 oportunidad para cada uno de estos posibilidades, y que en realidad debería ser más como 1 en un millón o más. En este caso, la posibilidad de que José Smith adivinar estos detalles sería incomprensible, ya que seria mucho mas que 2,4 Septillón! Para poner esta cifra en perspectiva vamos a realizar un sencillo ejercicio. Se calcula que hay 5 x 10 8 (5 seguido de 8 ceros) estrellas de nuestra galaxia. El telescopio Hubble, el más poderoso disponible, ha sido capaz encontrar Galaxias distantes hasta ahora desconocidos para la humanidad. Existen en la actualidad, se calcula que 5 x 10 8 galaxias en el universo. Eso hace que 2,5 x 10 19 (2,5 con diecinueve ceros) de estrellas existen en todo el universo conocido.
Para poner las cosas en perspectiva la posibilidad de que José Smith adivinara todos estos puntos en una fila sería mucho más elevada que las posibilidades de que usted y yo apuntáramos hacia el cielo y apuntan taramos a la misma estrella en la misma galaxia, recordando que hay 500000000 estrellas en nuestra galaxia y el cielo contiene 500000000 galaxias! De hecho, que nos dé las mismas probabilidades de José Smith como adivinando los 81 100000 cielos, el mismo que todos los nuestros!. Y es que cuando nos dan una relación de 50/50 En realidad las posibilidades de José Smith de haber adivinado esto todo, es tan infinitamente pequeño como para haber sido racionalmente imposible.

Esto nos lleva a la única conclusión posible, algo que los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los santos del último días han dicho por más de 150 años. La única conclusión que puede extraerse es que el Libro de Mormón es un antiguo libro, narrando en su primera parte los sucesos de Nefi a través de un viaje por Arabia y que José Smith era verdaderamente lo que decía ser, que se le encomendó el Libro de Mormón por Dios, y que es traducido por los poderes de los cielos.
Nuestro último homenaje a José Smith, el hombre que trajo esta registro del Libro de Mormón para nosotros a pesar de innumerables pruebas y dificultades, es que es cierto. Damos las gracias a él a través de las manos del tiempo.

27 diciembre 2007

LA CUESTIÓN DE LAS “FALSAS PLANTAS” EN EL LIBRO DE MORMÓN




LA CUESTIÓN DE LAS “FALSAS PLANTAS” EN EL LIBRO DE MORMÓN: TRIGO, CEBADA, HIGOS, UVAS Y SEDA
Luis A. Benito
Saint-Louis University
Artículo basado en las investigaciones de Jeff Lindsay:
TRIGO, CEBADA
El trigo y la cebada se mencionan en el Libro de Mormón (Mosíah 7:22, 9:9; y Alma 11:7,15). Pero no se dice en ningún momento que se deriven de las semillas del Viejo Mundo que el grupo de Nefi pudo llevar a las Américas en el 600 A.C. Efectivamente, el traslado de plantas de un continente a otro en aquellas condiciones es posible que fuese complicado y poco exitoso. Por ello podemos considerar la tesis de que la mayor parte de las referencias a granos y plantas en el Libro de Mormón lo son de especies del Nuevo Mundo. Es decir, que allí hubiese plantas que aquellos israelitas, por analogía, denominasen “trigo” o “cebada”.
Nuevamente estamos ante el complejo asunto de la traducción de términos antiguos al inglés del siglo XIX.
La referencia a la cebada, tan largamente atacada por los críticos, recibió un fuerte espaldarazo en 1983, cuando un grupo de arqueólogos anunció el descubrimiento de cebada doméstica precolombina encontrada en Arizona (concretamente de la cultura Hohokan, en La Ciudad, lugar muy próximo a Phoenix; ver el número de Science 83 de diciembre de 1983). Ésta fue una especie de cebada cultivada del nuevo Mundo. Otros autores no mormones, Nancy B. Asch y David L. Asch, ofrecen los recientes descubrimientos de cebada doméstica precolombina en Oklahoma e Illinois, concretamente de la variedad Hordeum pusillum,con fuertes indicativos de que había sido cultivada en la región durante los anteriores 2000 años (McGimsey y Conner, 1985: 78). Como declara otro especialista, Vorsila L. Bohrer, “es razonable pensar que estamos descubriendo grano cultivado en Norteamérica de cuya existencia nunca habíamos sospechado” (Bohrer 1984: 252).
Además, se ha conocido durante muchos años la existencia de diversas clases de cebada silvestre originaria de las Américas (Sorenson y Smith, 1992: 130-132). Cualquiera puede verificarlo en la nueva página Web USDA Plants, donde la búsqueda de cebada (teclear “barley”) revela que la “cebada de rabo de zorro” y la “cebada enana” son plantas nativas de Estados Unidos, junto con la “cebada de Arizona”, la “cebada de California”, la “cebada Stebbins”, y algunas otras.
Los críticos ahora dicen que la cebada americana no tiene nada que ver con la cebada del Libro de Mormón, la cual incorrectamente asumen que se trata de cebada del Viejo Mundo. Pero la mención de cebada en el Libro de Mormón se produce cientos de años después de que Nefi llegase al Nuevo Mundo. No hay ninguna razón para creer que esta cebada descendiese de la del Viejo Mundo que teóricamente Nefi llevase. Los nefitas podrían haber estado usando fácilmente un grano similar del Nuevo Mundo que llamaron cebada y que José Smith tradujo como cebada. Es llamativo que los críticos, después de atacar durante decenios al Libro de Mormón por su “anómala” mención de la cebada, simplemente ignoran los últimos descubrimientos científicos de antigua cebada cultivada en el Nuevo Mundo y dicen que tal cebada es “inaplicable”. Eso es honestidad intelectual.
Hay una gran variedad de granos cultivados en la antigua Mesoamérica que podría llamarse “trigo” o “cebada”. Sorenson ofrece una lista parcial (Sorenson, 1994: 338-339) incluyendo el amaranto, la huauzontle, la chia (usada por los aztecas), el mijo rabo de zorro, dos especies de “maíz perenne” y el teosinte de Chalco. Las referencias provienen de publicaciones especializadas no “mormonas”. Tecleando “wheat” en la nueva base de datos USDA Plants, podemos encontrar que hay numerosas especies nativas norteamericanas cuyos nombres comprenden la palabra “wheat” (trigo). Específicamente, hay múltiples variedades de “trigo de hierba” (wheatgrass), “trigo de gamo” (buckwheat), y “trigo de vaca” (cowwheat), y una especie llamada “trigo indio del desierto” (desert Indianwheat). No hay evidencia de que alguna de éstas se haya cultivado. El asunto, sin embargo, es que los anglohablantes han usado nombres comunes de granos, como trigo o cebada, para designar especies nativas, cosa que muy bien puede haber sucedido con otros pueblos.
Una planta interesante mencionada en el Libro de Mormón es el sheum (Mosíah 9:9). Este término, obviamente, viene del babilonio (acadio) she-um, ‘cebada’ (en antiguo asirio, ‘trigo’), el nombre de cereal más popular en la antigua Mesopotamia (Gelb, 1992: vol. 17, 345-355). La fuente jaredita para este término es la más lógica, porque el grupo jaredita partió de Mesopotamia, aunque la referencia del Libro de Mormón es a una planta cultivada por los zeniffitas, un grupo nefita-mulekita del segundo siglo antes de Cristo (Sorenson, 1994: 338). Sorenson cita esto como ejemplo de un cambio de nombre que podría deberse a que los nefitas en este tiempo tuviesen una palabra distinta para cebada, y podrían llamar a otras especies con el nombre de sheum. Quizás era uno de los varios granos mesoamericanos que hemos enumerado anteriormente.
HIGOS Y UVAS
Higos y uvas se mencionan en 3 Nefi 14:16, cuando el Señor resucitado declara el Sermón del Monte a un grupo de Zarahemla: “¿Se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?”. El modelo griego del Nuevo Testamento dice literalmente “racimos” (staphulas) en lugar de uvas. Mientras que los espinos y los cardos estaban presentes en el Nuevo Mundo, los críticos han argumentado que no había uvas ni higos. Sin embargo algunas clases de uvas sí que estaban presentes, y varias plantas del Nuevo Mundo podrían ser descritas con el término “racimos”. Las higueras mesoamericanas existen, y una corteza de higo es lo que usaban los aztecas para hacer papel. Nótese sin embargo que el Libro de Mormón no dice si las uvas y los higos estaban disponibles para aquellos pueblos; quizás solamente tenían noticia de estas plantas desde sus escrituras de Israel, o quizás el contexto del sermón dejaba claro a qué tipo de frutos disponibles en racimos podría estarse refiriendo. Quizás los nefitas usaban las palabras semíticas correspondientes a higos y uvas para describir las plantas del Nuevo Mundo que iban encontrando. Los argumentos en contra del Libro de Mormón basados en las palabras “higos” y “uvas” se debilitan.
Inventarios extensos de plantas cultivadas en Mesoamérica se han publicado en diversas fuentes (Heiser, 1965: 930-949). Algunos críticos han difundido pequeñas listas de plantas descubiertas en excavaciones individuales, como si estas enumeraciones fraccionadas representasen un problema para el Libro de Mormón. Listas más completas incluyen especies de uva (algunas veces llamada vitis). Algunos críticos dicen que ninguna planta del Viejo Mundo ha sido identificada en las Américas, pero esto es manifiestamente falso. Una bibliografía extensa la tenemos en Pre-Columbian Contact with the Americas Across the Oceans: An Annotated Bibliography, de J.L. Sorenson y M.H. Raish. Evidencia de numerosas plantas del Viejo Mundo, incluyendo plantas cultivadas en cosechas, se han encontrado en el Nuevo Mundo. Estas plantas fueron traídas a través de los océanos, pero no sabemos cómo ni por quién.
La crítica antimormona llega al extremo de Thomas Murphy, quien dice que el Libro de Mormón es falso porque cuenta que la gente comía “trigo y copos de avena”. Del trigo ya hemos hablado. Pero la verdad es que en ningún versículo del Libro de Mormón se menciona que comieran avena ni “copos de avena” ni Choco-Krispies. Murphy ha debido estar leyendo demasiada literatura antimormona.
LA SEDA
Alma 4:6 menciona la seda en el Nuevo Mundo. Algunos estudiosos del Libro de Mormón han propuesto algunos materiales conocidos en Mesoamérica que podrían traducirse como seda. Hasta hace poco algunos han intentado desacreditar a José Smith por mencionar la seda en el Libro de Mormón (ver la página web the old Smithsonian statement on the Book of Mormon), pero hoy día ya hay evidencia de que el gusano de la seda era conocido en el Nuevo Mundo antes de la llegada de Colón (Connell, 1962: 324-325). Otra publicación reciente no mormona, el Museum Quarterly, también ha ofrecido las evidencias de la existencia de seda entre los aztecas (Peigler 1993: 10-11).
Así que los críticos continúan desafiando el Libro de Mormón basados en la vieja creencia de que la seda no existía en las antiguas Américas. Pero ahora resulta que están equivocados. ¿Se trata de otra conjetura afortunada de José, de otro de los casuales aciertos de su creatividad?
BIBLIOGRAFÍA MENCIONADA
• BOHRER, Vorsila L., “Domesticated and Wild Crops in the CAEP Study Area” en Prehistoric Cultural Development in Central Arizona: Archaeology of the Upper New River Region, ed. Patricia M. Spoerl y George J. Gumerman Carbondale, Ill.: Southern Illinois University, 1984, p. 252.
• CONNELL, Maurice W., The Prophet Said Silk, The Improvement Era, Vol. 65, No. 5, May 1962, pp. 324-345.
• GELB Ignace J., et al., The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the University of Chicago, ed. Chicago: Oriental Institute, 1992, vol. 17, pt. 2, 345–55.
• HEISER, C.B. Jr., "Cultivated Plants and Cultural Diffusion in Nuclear America ," American Anthropologist, Vol. 67, pp. 930-949, 1965.
• McGIMSEY, Charles R. y CONNER, Michael D., “Archeobotany”, en Deer Track: A Late Woodland Village in the Mississippi Valley, ed., Kampsville, Ill.: Center for American Archeology, 1985, 44; p. 78.
• PEIGLER, Richard S., Ph.D., Curator of Entomology, “Silkworm of the Aztecs”, en Museum Quarterly, Vol. 2, No. 1 (Spring, 1993): pp. 10-11 (publicada por el Denver Museum of Natural History).
• Science 83 de diciembre de 1983
• SORENSON, John L. y RAISH M.H., Pre-Columbian Contact with the Americas Across the Oceans: An Annotated Bibliography, de 2 vols., Provo, UT: Research, 1990 (disponible a través de FARMS).
• SORENSON, John L., Review of Books on the Book of Mormon, Vol. 6, No. 1, 1994, pp. 338-339.
• SORENSON, John L., y Robert F. SMITH, “Barley in Ancient America”, en Reexploring the Book of Mormon, edited by John W. Welch, 130–32. Salt Lake City: Deseret Book and FARMS, 1992.
• USDA Plants (“barley” y “wheat”).

21 diciembre 2007

El salmo de Nefi







El salmo de Nefi: Un documento posterior a Lehi

por John W. Welch
Traducido por Estrella La Font Díaz

Desarrollando las ideas presentadas en los últimos tres boletines de FARMS, el presente informe examina un ejemplo de cómo el relato que se encuentra en las planchas menores de Nefi refleja la época y las circunstancias en las que fue escrita. La magistral meditación de Nefi en 2 Nefi 4:16-35 se vuelve más intensa y viva si nos damos cuenta de que este salmo fue escrito cuando Nefi se sentía dolorosamente vulnerable después de perder a su padre.

Poco después de bendecir a su posteridad, Lehi murió en la tierra de su primera herencia (2 Nefi 4:14). "No muchos días después?, Lamán, Lemuel y los hijos de Ismael se enfadaron muchísimo con Nefi (2 Nefi 4:13; 5:1-2). El lamento de Nefi de que estaba enojado "a causa de mi enemigo" (2 Nefi 4:27, 29) se refiere más directamente a sus hermanos rebeldes, sus únicos "enemigos" conocidos, quienes, como el salmo recuerda, habían sido confundidos en una ocasión y habían llegado a ?temblar delante de? Nefi (2 Nefi 4:22; ver 1 Nefi 17:52-54). En esta ocasión, al aumentar de nuevo las tensiones con sus hermanos, Nefi anhelaba ser rescatado una vez más.

En su salmo, Nefi se regocija porque Dios le había preservado "sobre las aguas del gran mar" (2 Nefi 4:20). Estas palabras recuerdan el seguro viaje que realizó el grupo y también cómo Nefi se libró de los inicuos designios que sus hermanos tramaban respecto a él. En conflictos anteriores con sus hermanos, Nefi pudo contar con el apoyo emocional de Lehi; pero después de la muerte de su padre, Nefi tuvo que armarse de valor él solo, por lo que su salmo habla con fuerza en primera persona: "Mi Dios ha sido mi apoyo; me ha guiado . . . . El ha oído mi clamor durante el día, y me ha dado conocimiento en visiones durante la noche." (2 Nefi 4:20, 23).

Estando muerto Lehi, cada mención que se hace en las planchas menores que compara Nefi con Lehi (por ej. 1 Nefi 14:29; 17:44) cobra nuevo significado. Cada profecía de que Nefi llegaría a gobernar sobre sus hermanos, cada comentario sobre la iniquidad de sus hermanos y cada predicción acerca de la caída de la posteridad de los mismos, presta fuerza a la legitimidad y justicia de la posición de Nefi como sucesor de Lehi. Por consiguiente, el salmo de Nefi refuerza varios vínculos entre Nefi y su padre fallecido. Así como Lehi había tenido visiones, también las tuvo Nefi (1 Nefi 1:8; 2 Nefi 4:23). Así como se le aparecieron ángeles a Lehi, también ministraron a Nefi (1 Nefi 1:11; 2 Nefi 4:24). Y así como Lehi había implorado misericordia al Señor, también lo hizo Nefi (1 Nefi 1:14; 2 Nefi 4:26).

El sentido salmo de Nefi refleja, sobre todo, el profundo pesar que sentía en el momento en que lo compuso (2 Nefi 4.17, 19). Aunque desvió este pesar hablando de sus propias "iniquidades" (2 Nefi 4:17), probablemente fue la muerte de su padre lo que le hizo sentir tan profundamente su propia mortalidad y sus propios sentimientos de incapacidad.

Sabiendo que el alma de Lehi estaba descansando, Nefi incluyó varios pareados poderosos poniendo énfasis en el despertar de la expiación del Señor. Exclama: "¡Despierta, alma mía!" (2 Nefi 4:28). Alaba a Dios, "la roca de mi salvación?, y suplica ?¿redimirás mi alma, oh Señor?" (2 Nefi 4:30, 31).

Nefi terminó su salmo con una fuerte confianza en que el Señor también le libraría de sus enemigos (2 Nefi 4:31, 33). Después de la muerte de su padre, Nefi sabía que tendría que confiar solamente en el Señor al enfrentarse a los desafíos que suponía el asegurar la paz y la prosperidad de su pueblo (2 Nefi 4:34).

Es un gran tributo a la espiritualidad de Nefi el que él pudiera sobrellevar tantas penalidades reuniendo una creciente fe en Dios. Las planchas menores se escribieron para cubrir muchas necesidades que surgieron después de la muerte de Nefi. El salmo de Nefi encaja particularmente bien en este contexto posterior a Lehi.

16 diciembre 2007

INSCRIPCIONES EGIPCIAS EN AMÉRICA


Interesante descubrimiento muestra detalles que sumados todos, unen y testifican de algo, la veracidad del libro de mormom

INSCRIPCIONES EGIPCIAS EN AMÉRICA
Con el paso del tiempo, los investigadores tenaces suelen obtener nuevas informaciones que enriquecen trabajos anteriores. Es el caso de Paul Gallez en relación a los antiguos egipcios en América, publicado en Predescubrimientos de América [Instituto Patagónico, Bahía Blanca, 2001, p.52 y ss.]. Dice el sabio belga-argentino: “en 1976, Barry Fell [América A.C. Los primeros colonizadores del Nuevo Mundo. México, Diana, 1983]dio su traducción de una inscripción trilingüe hallada en el túmulo funerario de Davenport, en Iowa, describiendo la celebración egipcia del Año Nuevo en el equinocio de marzo. Las tres lenguas son el egipcio, el ibero púnico y el libio. Esta lápida ha sido fechada alrededor del año 800 a.J.C., durante la XXIª dinastía (libia) de Egipto. Las expresiones referidas a la astronomía y a la religión en la escritura hierática egipcia no difieren más que en textos copiados por manos diferentes”.
Según la televisión francesa –escribe Paul Gallez-, una momia egipcia de la misma XXIª dinastía fue perfumada con tabaco y cocaína, dos productos típicamente americanos [“Predescubrimientos de América”, Bahía Blanca, 2001].
Un descubrimiento sensacional, también de Barry Fell, es el uso de signos jeroglíficos por los indios Micmac de Acadia, la parte del Canadá situada al norte del Maine y al sur del estuario del río San Lorenzo. Esta tribu, que pertenece al grupo algonquino (*), fue evangelizada en el siglo XVIII por el abate Maillard (**), quien escribió en jeroglíficos, para sus parroquianos, un catecismo, una historia religiosa, el rito de la misa, las oraciones principales y algunos salmos. Para sus compatriotas franceses, Maillard redactó en 1738 su Manuel hieroglyphicus Micmac. Se ha creído durante dos siglos que Maillard había inventado estos signos jeroglíficos para escribir las oraciones de sus fieles, pero en 1823, sesenta y un años después de la muerte de Maillard, Champolion empezó a descifrarlos. Ahora Barry Fell ha demostrado que estos jeroglíficos egipcios son muy similares a los de los Micmac. ¿Cómo pudo Maillard aprender la escritura egipcia antes que Champolion revelara su lectura e interpretación? Respuesta inevitable, sentencia Gallez: los Micmac conocían y usaban la escritura jeroglífica egipcia y la habían aprendido de los propios egipcios. Cómo y cuándo, si por colonización o de otra manera, son problemas sin resolver, pero haberlo planteado ya es un gran progreso para la ciencia. Lo cierto es que los algonquinos contemporáneos celebran cada año la llegada de sus ancestros a América por mar, pero no saben ni de dónde ni cuándo vinieron.

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