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01 junio 2015

Exitoso Simposio en Talcahuano, Chile, cuenta con la visita de El Faro Mormón


Este domingo 31 de mayo se realizó el cuarto Simposio del Libro de Mormón en la ciudad de Talcahuano, presentado por nuestro sitio web.
El orador fue el Director Álvaro Figueroa, quien mostró a los asistentes, evidencias que desmienten una serie de anacronismos supuestamente presentes en El Libro de Mormón.
En esta oportunidad, se contó con la prestigiosa visita de El Faro Mormón. 


A continuación, el enlace de la noticia publicada en este medio:


28 mayo 2015

Onceavo Simposio del Libro de Mormón, Cuarto realizado en la ciudad de Talcahuano, Chile


Este domingo 21 de mayo nos encontraremos en la ciudad de Talcahuano, Chile, para formar parte del 11 avo Simposio del Libro de Mormón en que nuestro Sitio Web ha participado.

Nos hemos congregado en diferentes sitios del país para llevar a cabo experiencias similares y por cuarta vez estaremos en la ciudad de Talcahuano, para compartir nuevamente nuestro interés común y gran testimonio de la veracidad del Libro de Mormón, con todos quienes deseen acompañarnos.

Agradecemos a la Obra Misional del Barrio Cruz del Sur, por organizar este nuevo Simposio y permitirnos estar otra vez con a los fieles hermanos y hermanas de Talcahuano.

18 marzo 2015

El Libro de Lehi y las Planchas de Lehi

Explicación a la supuesta contradicción entre “El Libro de Lehi” mencionado por José Smith y “un compendio del relato de Nefi”, mencionado en Doctrina y Convenios 10:44.

Autor: David E. Sloan
Traductor: Antonio A. Caballero

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En el prólogo de la edición de 1830 del Libro de Mormón, José Smith escribió que las 116 páginas perdidas contenían su traducción “del Libro de Lehi, el cual era un registro producto del compendio de las planchas de Lehi realizado por Mormón.” Sin embargo, en Doctrina y Convenios 10:44, el Señor dijo a José que las páginas perdidas contenían “un compendio del relato de Nefi.” Algunos críticos han argumentado que estas declaraciones son contradictorias y por lo tanto, de alguna manera, proporcionan una evidencia de que José Smith no era un profeta.[1] Sin embargo, una lectura más concisa del Libro de Mormón demuestra que estas críticas no tienen validez.

La descripción de las páginas perdidas como “un compendio del relato de Nefi” es claramente preciso. Nefi escribió que él hizo sus propias planchas mayores para que así pudiera “grabar sobre ellas la historia de [su] pueblo” (1 Nefi 19:1). La frase “relato de Nefi” reconoce a Nefi como autor principal y copista de esa parte de las planchas mayores, así como el creador de dichas planchas. El relato de Nefi fue posteriormente compendiado por Mormón; el compendio de éste fue traducido por José Smith y finalmente dicha traducción se perdió.

En un principio, parece que la referencia a “las planchas de Lehi” sea un error. Sin embargo, a pesar de que puede que él no hubiera grabado personalmente su registro sobre las planchas mayores de Nefi, Lehi era, en un sentido muy real, el primer autor de esas planchas. Nefi dió la siguiente descripción sobre el contenido de las planchas mayores: 
“Y sobre las planchas que hice, grabé la historia de mi padre, y también nuestros viajes en el desierto y las profecías de mi padre; y también muchas de mis propias profecías he grabado sobre ellas.” (1 Nefi 19:1).[2] 
Lo primero en la lista de Nefi es el registro de su padre. A diferencia de las planchas menores, en las cuales Nefi hizo un compendio del registro de su padre (véase 1 Nefi 1:17), parece ser que las planchas mayores contenían el registro completo de Lehi.[3] Nefi probablemente copió el registro de su padre en las planchas mayores de Nefi, del mismo modo que después copió los capítulos de Isaías, de las planchas de bronce, en las planchas menores de Nefi.[4]

Si las planchas mayores de Nefi comenzaron con el registro de Lehi, esta parte de las planchas mayores pudieron haberse llamado correctamente las planchas de Lehi. De hecho, Jacob, hijo de Lehi, confirmó dicha práctica cuando escribió: “Estas planchas se llaman las planchas de Jacob, y fueron hechas por las mano de Nefi” (Jacob 3:14). En otras palabras, a pesar de que Nefi hizo las planchas menores, la parte de las planchas menores que contenían el registro de Jacob se denominaron “las planchas de Jacob.” Del mismo modo, a pesar de que Nefi hizo las planchas mayores y escribió en ellas, la parte de las planchas mayores en la que copió el registro de Lehi, se denominó “Las planchas de Lehi.” Por lo tanto, el compendio de Mormón del registro de Lehi que se encuentra en las planchas mayores, precisamente se podría describir como “un registro del compendio de las planchas de Lehi realizado por Mormón.”

Según el prólogo de la edición de 1830 del Libro de Mormón, Mormón dio el título “el Libro de Lehi” a su compendio de las planchas de Lehi. Dicha acción concuerda con la costumbre de Mormón a lo largo de su compendio de las planchas mayores, en el cual con frecuencia agrupaba a varios autores en un mismo libro y después nombraba el libro con el primer autor. Por ejemplo, a pesar de que la muerte de Helamán se registra casi al principio del libro de Helamán (véase 3:37) y desde entonces los hijos de Helamán, Nefi y Lehi, eran la fuente principal del compendio de Mormón,[5] el libro seguía manteniendo el nombre de Helamán.[6] De igual modo, debido a que las planchas mayores de Nefi comenzaban con el registro de su padre Lehi, no debería de sorprendernos que Mormón titulara esta parte de su compendio de las planchas mayores “el Libro de Lehi.”[7]

En resumen, los términos “Libro de Lehi,” “planchas de Lehi” y “registro de Nefi” son frases distintas con significados diferentes.[8] Como siempre, tanto José Smith como el Libro de Mormón demuestran una consistencia interna completa en el uso de estos términos diferentes.

Fuentes
  1. Jerald and Sandra Tanner, Covering Up the Black Hole in the Book of Mormon (Salt Lake City: Utah Lighthouse Ministry, 1990), 10. En su libro, los Tanners presentan una evidencia que creen que demuestra que José Smith estuvo obligado a inventarse la teoría de las planchas menores porque no podía recordar que había escrito en las páginas perdidas. Para ver las tres respuestas sobre Covering Up The Black Hole, véase los artículos escritos por L. Ara Norwood, Matthew Roper, y John A. Tvedtnes en Review of Books on the Book of Mormon 3 (1991): 158–230.
  2. Una descripción similar se da en siguiente versículo: “por tanto, la historia de mi padre, y la genealogía de sus padres, y la mayor parte de todo cuanto hicimos en el desierto están grabadas sobre aquellas primeras planchas de que he hablado” (1 Nefi 19:2) Para un análisis guiado sobre la naturaleza del registro de Lehi, véase S. Kent Brown, "Lehi's Personal Record: Quest for a Missing Source," BYU Studies 24/1 (1984): 19.
  3. Véase S. Kent Brown, "Nephi's Use of Lehi's Record," en Rediscovering the Book of Mormon, ed. John L. Sorenson y Melvin J. Thorne (Salt Lake City: Deseret Book and FARMS, 1991), 3–5. De todos modos, el registro de Lehi nos hubiera llegado en forma de compendio. La traducción de las planchas menores incluyen el compendio de Nefi del registro de Lehi. Las páginas perdidas contenían el compendio de Mormón de aquel registro.
  4. El hecho de que Nefi copiara el registro de su padre en planchas de metal sugiere que el registro de Lehi estaba escrito en un material perecedero en vez de en unas planchas más duraderas. Véase Brown, "Nephi's Use of Lehi's Record," 5. Jacob, hermano de Nefi, escribió: “mas lo que escribamos sobre cualquiera otra cosa que no sea planchas, ha de perecer y desvanecerse” (Jacob 4:2).
  5. A pesar de que el hijo mayor de Helamán era probablemente quien custodiaba los registros de Nefi (véase Helamán 3:37), los transmitió finalmente a su propio hijo Nefi (véase 3 Nefi 1:2), su otro hijo Lehi, parece ser que también participó en la escritura del registro. El prólogo del libro de Helamán registra que el compendio es un registro “de acuerdo con los anales de Helamán y sus hijos”; véase también Helamán 16:25.
  6. Se ha llegado a sugerir con cierta indecisión que “el libro de Mosíah… probablemente se le puso el nombre de el primer Mosíah, cuya historia habría formado parte de las páginas perdidas; de otro modo, uno podría suponer que el libro tuviera el nombre de Benjamín.” Tvedtnes, review of Covering Up the Black Hole, 203.
  7. Otro ejemplo de esta práctica se encuentra en el libro de Omni, en el cual el hijo de Omni, Amarón, escribió: “Y ahora yo, Amarón, escribo las cosas que vaya a escribir, y que son pocas, en el libro de mi padre.” (Omni 1:4).
  8. Al registro de Lehi se le suma que el libro de Lehi pudo haber incluido parte o todo el compendio de los escritos de Nefi de las planchas mayores. Al mismo tiempo se suma al registro personal de Nefi, que el término registro de Nefi podría incluir el registro de Lehi que copió Nefi en las planchas mayores.
  9. Artículo original: http://publications.maxwellinstitute.byu.edu/fullscreen/?pub=1393&index=18

30 diciembre 2014

Complejidades del Libro de Mormón: Libro de Éter

La complejidad literaria del Libro de Mormón día a día es descubierta y en la genealogía del Libro de Éter podemos constatarlo.

Autor: James
Traductor: Antonio A. Caballero

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El Libro de Mormón es un libro muy complicado. Aquellos días en los que era rechazado por considerarse las divagaciones incoherentes de un joven granjero sin educación, se acabaron hace tiempo. De forma lenta pero segura los estudiosos están develando el texto igual que una cebolla y en el proceso están descubriendo capa tras capa su complejidad literaria. Para los creyentes del Libro de Mormón, dicha complejidad es evidencia de su autenticidad. Para los críticos, esta complejidad literaria es evidencia de la genialidad no reconocida y sin igual de José Smith.

Grant Hardy publicó recientemente un nuevo libro llamado “Understanding the Book of Mormon: A Reader's Guide.”(entendiendo el Libro de Mormón: guía de un lector). Este libro se escribió para analizar la complejidad literaria del Libro de Mormón (para saber más, véase “Life On Gold Plates” [vida en planchas de oro]). Todavía no he leído este libro, pero recientemente he aprendido algo de Hardy en otra de sus publicaciones. En la introducción de “The Book of Mormon: A Reader's Guide” Hardy analiza una minúscula parte de la complejidad del Libro de Mormón que me gustaría compartir.

El Libro de Éter empieza con una larga genealogía de 30 nombres empezando por el más reciente (Éter) y terminando por el más antiguo (Jared). La mayoría de estos nombres se podrían considerar raros para los anglohablantes (ej. Amnigadda, Corom y Riplákish). Posteriormente, del capítulo 6 al 11 se dan resúmenes cortos (en ocasiones muy cortos) sobre la vida de estos individuos. Éstos se dan en el orden contrario al que se listaron en Éter 1. Empiezan con el más antiguo (Jared) y terminan con el más reciente (Éter) [1]. Ésto de por sí es complicado, pero no es lo que lo hace sorprendente.

Lo que hace lo tan impresionante es que según los testimonios de los testigos presentes en el proceso de traducción, José nunca miró atrás para repasar lo que ya había dictado anteriormente cada vez que retomaba el dictado. En otras palabras, después de tomarse un descanso o terminar hasta al día siguiente, José retomaría el dictado del texto sin consultar ni una sola palabra que hubiera dictado a su escriba con anterioridad [2]. Ésto significa que José dio una lista de 30 nombres raros y que después dio sus historias en orden inverso sin retroceder para asegurarse de los nombres o del orden de los mismos. Es más, las historias de los 30 individuos aparecen 5 capítulos después del listado inicial de los mismos. No fue como si José volviera inmediatamente sobre sus pasos y lo dijera a la inversa; dictó sus historias en un orden inverso después de 5 capítulos de dictado no relacionado.

Para los creyentes, esto es una evidencia de autenticidad. Para los no creyentes, esto es una evidencia de la auténtica genialidad de José. El problema es que los registros históricos contradicen la idea de que en aquel momento de su vida José fuera un prodigio [3].

Fuentes

1. La siguiente lista es la genealogía según se da en Éter 1, con cada nombre seguido de donde se menciona posteriormente cada individuo en el texto. Nótese que sus relatos se dan en el orden contrario. 

1.  Éter (11:23)
2.  Coriantor (11:18)
3.  Morón (11:14)
4. Etem (11:11)
5.  Ahah (11:10)
6.  Set (11:9)
7.  Shiblón (11:4)
8.  Com (10:31)
9.  Coriántum (10:31)
10. Amnigadda (10:31)
11.  Aarón (10:31)
12.  Het (10:31)
13.  Heartom (10:29)
14.  Lib (10:18)
        15.  Kish (10:17)
16.  Corom (10:16)
17.  Leví (10:14)
18.  Kim (10:13)
19.  Moriantón (10:9)
20.  Riplákish (10:4)
21.  Shez (10:1)
22.  Het (9:25)
23.  Com (9:25)
24.  Coriántum (9:21)
25.  Emer (9:14)
26.  Omer (8:1)
27.  Shule (7:7)
28.  Kib (7:3)
29.  Oríah (7:1)
30.  Jared (cap. 1-4)

2. Emma Smith dijo: “Después de las comidas o de las interrupciones, [José] empezaría de inmediato donde lo había dejado anteriormente, sin tan siquiera mirar el manuscrito o tener que leerle cualquier parte del mismo.” Joseph Smith III, “Last Testimony of Sister Emma,” The Saints’ Herald, 1 octubre de 1879, 290. (Según se cita en Maxwell, Neal A., “By the Gift and Power of God” en Echoes and Evidences of the Book of Mormon)

3. Para un pequeño análisis de esto, entre otras cosas, véase Peterson, Daniel C., “The Divine Source of the Book of Mormon in the Face of Alternative Theories Advocated by LDS Critics” que es una transcripción de su presentación en la conferencia de FAIR de 2001.

4. Artículo original: http://lehislibrary.wordpress.com/2010/04/20/bom-complexity-book-of-ether/

20 octubre 2014

El Libro de Mormón y las acusaciones de plagio

La coherencia interna del Libro de Mormón es un fuerte testimonio de su origen proveniente de múltiples autores y compendiado por la mano Mormón. Los intentos de acusaciones de plagio se van descartartando a la luz de su importante contenido.

Autor: FAIRMORMON
Traductor: Iván Martín Espino Trejo

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Algunos afirman que Helamán 12:25-26 cita a Juan 5:29:
Y yo quisiera que todos los hombres fuesen salvos. Pero leemos que habrá algunos que serán desechados en el gran y postrer día, sí, que serán echados de la presencia del Señor; sí, que serán condenados a un estado de miseria sin fin, en cumplimiento de las palabras que dicen: Los que hayan hecho el bien, tendrán vida eterna; y los que hayan hecho el mal, recibirán condenación eterna. Y así es. Amén. (Helamán 12:25-26)
Se afirma que la “lectura” mencionada es de Juan:
Y los que hicieron el bien saldrán a resurrección de vida, más los que hicieron el mal, a resurrección de condenación. (Juan 5:29)
El problema es que Helamán 12:26 no cita a Juan, sino como mucho, lo parafrasea. El inconveniente reside en la palabra “leemos” que se utiliza para forzar la conexión. Debemos recordar que el orador en este caso es Mormón, quien estaba escribiendo más de tres siglos después de Jesucristo y quien tenía acceso a una gran variedad de registros nefitas.

Por ejemplo, los siguientes versículos del Libro de Mormón son una fuente potencial para estas ideas:

3 Nefi 26:5
si fueren buenas, a la resurrección de vida eterna; y si fueren malas, a la resurrección de condenación....
Mormón tenía acceso a este texto y se aproxima bastante al utilizado en Helamán. (Recuerde que, hasta este punto, muchos de los que critican el Libro de Mormón, reclaman que Helaman está hablando antes de Jesucristo en vez de Mormón, el editor, quien es posterior a Jesús y por lo tanto posterior a 3 Nefi).

Otras opciones son las que se enumeran a continuación:

1 Nefi 14:7
Porque viene el día, dice el Cordero de Dios, en que haré una obra grande y maravillosa entre los hijos de los hombres, una obra que será sempiterna, ya para una cosa u otra; ya para convertirlos a la paz y vida eterna, o entregarlos a la dureza de sus corazones y ceguedad de sus mentes hasta ser llevados al cautiverio, y también a la destrucción, tanto temporal como espiritualmente, según la cautividad del diablo, de la cual he hablado.
2 Nefi 10:23
Anímense, pues, vuestros corazones, y recordad que sois libres para obrar por vosotros mismos, para escoger la vía de la muerte interminable, o la vía de la vida eterna.
Alma 22:6
"Y además, ¿qué significa esto que Ammón dijo: Si os arrepentís, seréis salvos, y si no os arrepentís, seréis desechados en el postrer día?"
Mientras que en Helamán, Mormón no utiliza "resurrección de vida" y "resurrección de condenación" que se encuentra en Juan, sí hace uso de "serán echados fuera" y "el último día". Ahora bien, tampoco es exacta y es bastante probable que no sea una citación literal de este pasaje.

2 Nefi 2:26

Otra fuente de esta enseñanza en el Libro de Mormón viene en 2 Nefi 2, particularmente, en el versículo 26:
" Y el Mesías vendrá en la plenitud de los tiempos, a fin de redimir a los hijos de los hombres de la caída. Y porque son redimidos de la caída, han llegado a quedar libres para siempre, discerniendo el bien del mal, para actuar por sí mismos, y no para que se actúe sobre ellos, a menos que sea por el castigo de la ley en el grande y último día, según los mandamientos que Dios ha dado." (2 Nefi 2:26)
Mormón también utiliza este pasaje cuando escribe en Palabras de Mormón 1:11:
"Y fueron transmitidas de generación en generación, desde el rey Benjamín hasta que han llegado a mis manos. Y yo, Mormón, ruego a Dios que sean preservadas desde hoy en adelante. Y sé que serán preservadas, porque sobre ellas están escritas grandes cosas, por las cuales mi pueblo y sus hermanos serán juzgados en el grande y postrer día, según la palabra de Dios que está escrita."
¿Otra enseñanza de la época de Cristo?

Dado que Mormón está escribiendo mucho después de la visita de Jesús a los nefitas, también es posible que estuviera citando otro texto cristiano de la época -, sería lógico que Jesús enseñara entre los nefitas algo similar a Juan 5:29, aunque como hemos visto, también había en Abundancia otros textos anteriores a la crucifixión disponibles para los nefitas.

Resumen

Puesto que tenemos esta idea presente en Alma 22:6 (el misionero Aaron citando a Alma hijo), parece probable que se trataba de una idea comúnmente enseñada entre los nefitas. Esto se confirma por medio de los otros pasajes citados. Por lo tanto tengamos o no la fuente en uno de estos pasajes a los que se refiere el libro de Helamán, podemos ver cómo el pasaje en Helamán refleja una teología nefita y no necesita ser una teología del Nuevo Testamento introducida anacrónicamente.

En última instancia, la idea no es especialmente compleja y podría haber tenido fácilmente múltiples fuentes o aproximaciones. Mormón ni siquiera necesita estar citando un texto en particular, sino simplemente indicando que uno puede "leer" esta idea en diferentes textos nefitas, como se ha demostrado anteriormente.

Por lo tanto, la afirmación de plagio parece forzada, ya que hay textos nefitas que se aproximan más a la cita que lo que hace el Evangelio de Juan, y en ningún caso existe una mención precisa.

Fuentes
Enlace original:
http://en.fairmormon.org/Book_of_Mormon/Plagiarism_accusations/King_James_Bible/Helaman_12:26_quotes_John_5:29

21 agosto 2014

9° Simposio del Libro de Mormón, 3° realizado en la ciudad de Talcahuano, Chile

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Este domingo 24 de agosto nos encontraremos en la ciudad de Talcahuano, Chile, para formar parte del 9° Simposio del Libro de Mormón en que nuestro Sitio Web ha participado.

Nos hemos congregado en diferentes sitios del país para llevar a cabo experiencias similares y por tercera vez estaremos en la ciudad de Talcahuano, para compartir nuevamente nuestro interés común y gran testimonio de la veracidad del Libro de Mormón, con todos quienes deseen acompañarnos.

Agradecemos a la Obra Misional del Barrio Cruz del Sur, por organizar este Simposio con apoyo del Obispado y en forma especial, a Luis Burboa por su preocupación y gestión.

13 agosto 2014

El uso de Alma de la palabra estado en el Libro de Mormón: Evidencia de una autoría múltiple

La autoría múltiple del Libro de Mormón es algo que gracias a estudios recientes, podemos comprobar al analizar el uso que cada autor hace del lenguaje. Mediante este análisis, podemos evidenciar el estilo literario personal y diferente de cada uno de ellos.

Autor: Philip A. Allred
Traductor: Manuel A. Copaira

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José Smith afirmó que el Libro de Mormón fue producto de múltiples autores de la antigüedad. Estudios recientes sobre las palabras y frases utilizadas por los diversos escritores del libro han proporcionado evidencias sobre esta afirmación.[1] Las siguientes notas sobre el uso de la palabra estado[2] en el Libro de Mormón sugieren que Alma puede ser identificado como un autor distinto dentro del registro.

Valor estadístico

Once individuos utilizaron la palabra estado en el Libro de Mormón.[3] Sólo Alma usó la palabra con cierto grado de valor estadístico potencial.[4] Sin embargo, a pesar de que el uso de una palabra por un autor se puede calificar potencialmente como valor estadístico, cualquier modelo estadístico que pudiera ser empleado para determinar tal valor asumiría necesariamente una distribución temática normal o similar en el Libro de Mormón. Debido a que los diferentes escritores trataron diversos temas, no hay manera estadística de comparar la probabilidad de uso de la palabra estado por los diferentes autores.[5] Por lo tanto, es casi imposible demostrar objetivamente que el uso de las palabras de un autor es estadísticamente significativo basándose exclusivamente en la frecuencia de las mismas.

Aparte de los retos de esta clasificación estadística, todavía es posible ver a Alma como un autor distinto en el Libro de Mormón. Esto se puede hacer examinando el uso que hace de la palabra estado contrastando con otros escritores en tres frentes: concentraciones inusuales de la palabra, sumario de cambios y comparación temática compartida.

Las concentraciones inusuales de la palabra estado

Todos menos dos de los once escritores que utilizaron la palabra estado lo hicieron con poca frecuencia y de forma esporádica. Por el contrario, los escritos registrados de Alma y en un caso, Lehi, contienen pasajes que muestran concentraciones inusuales de la palabra estado. Por ejemplo, Lehi usa la palabra cuatro veces en tres versículos al describir la existencia paradisíaca de Adán y Eva en 2 Nefi 2:21-23. Mucho más impresionante es la concentración de la palabra estado que aparece en Alma 40, donde Alma enseña a Coriantón acerca de la vida postmortal.
Ahora bien, respecto al estado del alma entre la muerte y la resurrección ...
... los espíritus de los que son justos serán recibidos en un estado de felicidad que se llama paraíso: un estado de descanso, un estado de paz....
Así que éste es el estado de las almas de los malvados; sí, en tinieblas y en un estado de terrible y espantosa espera de la ardiente indignación de la ira de Dios sobre ellos; y así permanecen en este estado, como los justos en el paraíso, hasta el tiempo de su resurrección.
Ahora bien, hay algunos que han entendido que este estado de felicidad y este estado de miseria del alma, antes de la resurrección, era una primera resurrección. (Alma 40:11–12, 14–15)
Aquí, en sólo cinco versículos, Alma emplea la palabra diez veces. Aún más notable es la concentración en el capítulo 41, donde en sólo dos versículos Alma utiliza el estado seis veces.
Y así, hijo mío, todos los hombres que se hallan en un estado natural, o más bien diría, en un estado carnal, están en la hiel de amargura y en las ligaduras de la iniquidad; se encuentran sin Dios en el mundo, y han obrado en contra de la naturaleza de Dios; por tanto, se hallan en un estado que es contrario a la naturaleza de la felicidad
Y he aquí, ¿significa la palabra restauración tomar una cosa de un estado natural y colocarla en un estado innatural, o sea, ponerla en una condición que se opone a su naturaleza? (Alma 41:11–12)
En el capítulo 42 Alma agrupa nuevamente dicho concepto y lo vemos aparecer seis veces en los versículos 10-13. En una obra que proclama ser escrita por varios autores obviamente es lógico encontrar que uno de estos autores muestre un uso inusual de una palabra en particular cuando los otros escritores no lo hacen.[6]

Sumario de cambios[7] en la palabra estado

En varios casos Alma muestra una tendencia a reformular la palabra estado. Por ejemplo, al discutir el carácter preparatorio de la existencia mortal después de la caída, Alma escribe, “Y así vemos que le fue concedido al hombre un tiempo para que se arrepintiera; sí, un tiempo de probación, un tiempo para arrepentirse y servir a Dios"(Alma 42:4). Retomando esta idea seis versículos más adelante, Alma lo recalifica como estado de probación —"este estado de probación llegó a ser para ellos un estado para prepararse; se tornó en un estado preparatorio."(Alma 42:10). De nuevo tres versículos después repite esta reformulación con "Por tanto, según la justicia, el plan de redención no podía realizarse sino de acuerdo con las condiciones del arrepentimiento del hombre en este estado probatorio, sí, este estado preparatorio"(Alma 42:13).

Otro ejemplo de la tendencia de Alma por redactar de nuevo la palabra estado, se encuentra unas cien páginas antes. Durante su visita a Gedeón, Alma esperaba "hallar que estábais sin culpa ante él, y de no hallaros en el terrible dilema en que estaban vuestros hermanos en Zarahemla." (Alma 7:3). Tres versículos más adelante Alma define el dilema cuando reanuda el pensamiento con "confío en que no os halléis en un estado de tanta incredulidad como lo estaban vuestros hermanos" (Alma 7:6). Después de hablar acerca de la expiación regresa de nuevo a este tema y combina las dos frases anteriores. "Porque como os dije desde el principio, deseaba mucho que no estuvieseis en el estado de dilema semejante a vuestros hermanos; y he hallado que se han realizado mis deseos" (Alma 7:18).[8] Ningún otro autor del Libro de Mormón reformula con la palabra estado— en esta, Alma tiene una postura completamente única.

Cuando sólo un escritor muestra este tipo de preferencia por un término en particular al reafirmarse, especialmente cuando se trata de una palabra no esencial como estado, la reacción razonable es creer que este escritor es distinto dentro de una obra mayor escrita por otros individuos.

Comparación temática compartida

Como se señaló anteriormente, a causa de la variedad de temas de los que hablan los diferentes escritores del Libro de Mormón, es difícil hacer comparaciones estadísticas de su uso con cualquier palabra dada. Por otro lado, se puede conseguir una comparación entre aquellos versículos donde múltiples escritores abordan el mismo tema. Uno de esos temas es el concepto de albedrío. Es aquí donde la preferencia de Alma por la palabra estado se distingue muy claramente del resto de los escritores del Libro de Mormón.

Debido a que es razonable esperar que cualquier tema generará algún lenguaje común para describirlo, no es ninguna sorpresa que cada uno de los cuatro escritores que abordan el albedrío -Lehi, Jacob, Alma, y Samuel- utilicen de alguna forma las palabras actuar y elegir.[9] Sin embargo, cuando se analiza cada versículo más de cerca, el uso que hace Alma de estado lo distingue de nuevo de otros escritores del Libro de Mormón.
Por tanto, dio mandamientos a los hombres, habiendo éstos transgredido previamente los primeros mandamientos concernientes a las cosas que eran temporales, llegando a ser como dioses, discerniendo el bien del mal, colocándose, o siendo colocados, en condiciones de actuar según su voluntad y placer... .
… habiéndoseles concedido primeramente escoger el bien o el mal; por lo que, habiendo escogido el bien y ejercido una fe sumamente grande, son llamados con un santo llamamiento. (Alma 12:31; 13:3)
Es importante señalar que tanto Lehi como Jacob usaron la palabra estado en otras partes de sus escritos, por lo que su capacidad de haberlo hecho en pasajes relativos al albedrío no está en duda.[10] Además, la presencia de estado no es la única diferencia entre Alma y los demás. Tanto Lehi, como Jacob y Samuel incluyen referencias a la palabra libre cuando se habla de albedrío.[11] Alma no lo hace.

De interés tangencial, existe un marcado contraste entre Alma y José Smith cuando se comparan sus escritos acerca del albedrío.[12] En Doctrina y Convenios 93:30-31, José reveló que ¨Toda verdad es independiente para obrar por sí misma en aquella esfera en que Dios la ha colocado, así como toda inteligencia; de otra manera, no hay existencia. He aquí, esto constituye el albedrío del hombre". En comparación con el pasaje de Alma en Alma 12:31, José Smith escribe acerca de una esfera en la que existe el albedrío, mientras que Alma escribe acerca de un estado de albedrío; sus significados son los mismos, pero el lenguaje es decididamente diferente. Además, Alma sólo describe el principio, mientras que José en realidad lo denomina como albedrío en sí. De hecho, cada versículo importante relacionado con el albedrío del hombre en Doctrina y Convenios está marcado con las palabras albedrío, agente o agentes.[13] Que se precie claramente, el Libro de Mormón no tiene una sola referencia a estas palabras. Esto sugiere que el uso de estado en el Libro de Mormón fue una característica del texto original y no introducida simplemente por José Smith.

Ciertamente, la distinción de Alma de sus homólogos en el Libro de Mormón es clara cuando se habla de albedrío. No sólo muestra su preferencia por la palabra estado de forma exclusiva al abordar este tema, sino que también optó por no utilizar una palabra clave que los otros tres autores emplearon.

Conclusión

Sin duda Alma se diferencia de otros autores del Libro de Mormón cuando se analiza su uso de la palabra estado. Su singular concentración de la misma, su tendencia a reformularla y su particular uso de un tema común que integre dicho concepto, señalan a Alma como un escritor único dentro del Libro de Mormón. Esto concuerda perfectamente con las afirmaciones de José sobre el Libro de Mormón. Así mismo, las diferencias entre el Libro de Mormón y las otras escrituras elaboradas por José Smith en relación con el uso de la palabra estado, también son lo que uno esperaría encontrar en las diversas publicaciones de un profeta que tradujo escritos de otros y recibió su propio material profético.

Fuentes
  1. E.g., John W. Welch et al., "Words and Phrases," in Reexploring the Book of Mormon, ed. John W. Welch (Salt Lake City: Deseret Book and FARMS, 1992), 282–85; Roger R. Keller, "Mormon and Moroni as Authors and Abridgers," en ibid., 269–71; John L. Hilton, "Wordprints and the Book of Mormon," en ibid., 221–26; y John W. Welch, "Three Accounts of Alma's Conversion," en ibid., 150–53.
  2. "The condition of a person or thing, as with respect to circumstances or attributes," Webster's Encyclopedic Unabridged Dictionary of the English Language (1989), s.v. "state."
  3. Abinadi, Alma, Amulek, Benjamin, Jacob, Lehi, el Señor, Mormón, Moroni, Nefi, y un visitante angelical a Nefi, todos usaron la palabra estado; cf. Eldin Ricks, Eldin Ricks's Thorough Concordance of the LDS Standard Works (Provo, UT: FARMS, 1995), 691–92.
  4. Un autor tiene que mostrar por lo menos un uso de la palabra por cada mil palabras totales. Alma es el único autor cuyo uso de la palabra estado lo cualifica en este primer paso (Alma usó estado 35 veces en 19.137 palabras totales, lo que iguala casi dos uso por cada 1.000 palabras). La idea de este ejemplo comparativo se extrajo de Roger R. Keller's de un artículo titulado "Law and Commandments in the Book of Mormon" (Provo, UT: FARMS, 1991). La metodología completa se detalla en el próximo libro de Keller titulado “Author Uniqueness within the Book of Mormon: An Aid to Interpretation”.
  5. Por ejemplo, a pesar de que Alma usó estado un inusual número de veces en Alma 40:12-15, está hablando sobre el mundo de los espíritus postmortal, lo cual es algo que lo caracteriza en el Libro de Mormón. Por lo tanto, en este caso, no se puede realizar ninguna comparación estadística entre Alma y los otros escritores. Estoy muy agradecido al Dr. John L Hilton, BYU, por haberme explicado estos puntos críticos sobre el valor estadístico.
  6. Más evidencia para este argumento se encuentra en la presencia de otra concentración de la palabra estado, unas noventa páginas antes, en Alma 12. Nuevamente aquí Alma agrupa su uso de la palabra nueve veces, empezando por el versículo 12. Cómo mencionó John W. Welch en otro lugar, a pesar de que las palabras de Alma se encuentran dispersas entre los escritos de otros por casi una quinta parte del Libro de Mormón, sus palabras llevan “las inconfundibles marcas de una sola persona en particular”, en Reexploring the Book of Mormon, 153. Por ejemplo, tanto las palabras de Amón como de Amulek aparecen entre Alma 12 y Alma 42 -ambos usaron la palabra estado, pero ninguno muestra una concentración similar de la palabra; de hecho, cada uno sólo expresan su mensaje con estado en una ocasión; véase Alma 26:17 y 34:35 respectivamente. También es significativo mencionar que en la conversión inicial de Alma registrada en Mosíah 27 usara la palabra estado dos veces (Mosíah 27:25).
  7. Esto no puede compararse con repeticiones superfluas, las cuales se usan específicamente para divagar con una misma frase; véase Larry G. Childs, "Epanalepsis in the Book of Mormon" (Provo, UT: FARMS, 1986).
  8. Otra reformulación de estado (aunque no necesariamente renovada), sucede en Alma 41:11—Alma escribe que todos los hombres “han obrado en contra de la naturaleza de Dios; por tanto, se hallan en un estado que es contrario a la naturaleza de la felicidad.”
  9. 2 Nefi 2:26–27; 10:23; Alma 12:31; 13:3; y Helamán 14:30–31.
  10. Véase 2 Nefi 2:21–23 y 9:27 respectivamente.
  11. 2 Nefi 2:26–27 (tres veces); 2 Nefi 10:23; y Helamán 14:30 (dos veces).
  12. La comparación entre las cuatro mayores obras de José Smith que salieron más adelante sugieren una autoría múltiple del Libro de Mormón. Mientras que el Libro de Mormón contiene el término setenta y siete veces (Ricks, Thorough Concordance, 691–92), el libro de Abraham y Moisés, así como toda la traducción de José Smith de la Biblia carece de cualquier uso de la palabra estado. También es interesante que Doctrina y Convenios contenga la palabra sólo tres veces (71:1; 93:38; y 130:9) y que José Smith Historia use la palabra una vez (José Smith—Historia 1:29). Además, la expresión de José Smith en José Smith-Historia 1:29- en la cual sinonimamente asocia estado con posición- es interesante porque la palabra posición sólo aparece dos veces en el Libro de Morón y en ninguna de las dos junto con estado; véase Mosíah 4:11 y Alma 13:5.
  13. Véase Doctrina y Convenios 29:35–39; 58:27–28; 93:30–31; y 101:78. Moisés 4:3 y 7:32 también hace referencias al albedrío y Moisés 6:56 se refiere a agentes.
  14. Artículo original: http://publications.maxwellinstitute.byu.edu/fullscreen/?pub=1390&index=5

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