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31 octubre 2012

Relato Mapuche de Jesucristo en las Américas

Impresionante evidencia de la visita de Jesucristo a las Américas entregada por el principal pueblo originario de Chile: los Mapuche.

Autora: Pamela Carrasco.


La leyenda del hombre blanco barbudo haciendo milagros y enseñando la paz, recorrió gran parte de la América precolombina y se transmitió de generación en generación a través de los años y los diferentes pueblos. Sin lugar a dudas, una leyenda con demasiadas coincidencias como para ser tan solo eso: una leyenda.

En Chile, el proceso de conquista fue liderado en gran manera por el español Pedro de Valdivia, quien fundó muchas de las ciudades que actualmente conforman el país, entre ellas la capital, Santiago. En esta etapa, Valdivia debió lidiar con uno de los principales pueblos originarios de la zona, los Mapuche, quienes en su mayoría pusieron resistencia y rechazaron el proceso de conquista. Sin embargo, algunos caciques intentaron establecer la paz y el diálogo con los visitantes.

Existe un registro histórico que relata la fundación de Santiago y el encuentro de Valdivia con algunos de estos caciques mapuche, quienes manifestaron tener conocimiento de este Dios, del cual les hablaron los españoles. Este texto, la “Historia General del Reino de Chile”, fue escrito por Diego Rosales en 1674 y publicado por primera vez por Benjamín Vicuña Mackena en 3 tomos entre los años 1877 y 1878. En las páginas 340 y 341 del primer tomo, encontramos el relato auténtico y que transcribimos de manera textual, sin modificaciones al lenguaje de la época y cuyo contenido es simplemente impresionante, porque muestra evidencias únicas de la visita de Cristo a las Américas:

“De la primera poblazion de la ciudad de Santiago, corte y caueza del Reino de Chile, de su sitio, fertilidad, edificios, republica, y primer Gouernador 
1. Planto Valdivia su campo en el valle de Mapocho, que propriamente se llama Mapuche que quiere decir Valle de gente, por la mucha, que en el auia y de aý tomó el Río esse nombre: mas los españoles, y el tiempo a corrompido el vocablo, y en lugar de Mapuche, le llaman Mapocho. Dio buelta al valle mirando los assientos, y la hermosura de sus campañas y llanura, que es de los mejores y mas fertiles valles del Reino, fecundado de un rio, que liberal reparte sus aguas por diferentes sangrias, para que todos rieguen sus sembrados. Y pareciendole ser el lugar mas acomodado, donde Loncomilla se dezia, pobló la ciudad de Santiago en el sitio donde oy está. Cuia fundación fue a dose de febrero de 1541 años, pidiendo a Nuestro Señor gracia para estender y entablar la fee entre aquella gente. Y a catorce caciques, que alli le dieron la paz, rogó le ayudassen para hazer alli una casa de oracion, y un templo para el culto y adoracion del Dios Verdadero: que está en los cielos, y crio el uniuerso donde se celebrassen los diuinos afficios. Y para persuadirles a ello les traxo a la memoria la honra que se debe al culto diuino, y al verdadero Dios. A que le respondieron: que ya tenian noticia de que auia, que abitaba en los cielos. Porque abian oydo dezir a sus antepassados, que antiguamente auia estado un hombre maravilloso en esta sierra, con barba crecida, y con ojotas calzadas, y manto al modo que ellos traian, sus mantas, sobre los hombros, el qual hazia muchos milagros, sanaba enfermos con agua, hazia llober, y crezer las plantas, y los sembrados, y con un soplo hazia encender fuego, y otras marabillas: sanando de repente a los enfermos, y dando vista a los ciegos. Y en la lengua de esta tierra hablaba con tanta propiedad, y elegancia como si siempre ubiera estado en ella con palabras muy dulces, y nueuas para ellos: diziendoles: que en lo alto de los cielos estaba el Criador de todas las cosas, y que tenia consigo mucha cantidad de hombres, y mugeres, que resplandecian como el sol, y que a poco tiempo se fue al Peru. Y assí muchos a imitacion del habito y ojotas, que este varon usaba las traen entre ellos, calzadas, y la manta; suelta sobre los hombros, o prendida en el pecho, o por las puntas anudada. Por donde se infiere; que este varon era algun Apostol, cuio nombre no saben; quedó admirado Valdiuia de esta relacion, y conociendo que Dios le tomaba a el por instrumento, para voluer a plantar la fee que el Santo Apostol auia predicado en este Reino, y perdidose la noticia de ella por la injuria de los tiempos, o por los peccados de sus habitadores.

2. Y confirma esta noticia de auer venido algun Apostol a este Reino a predicar el santo Euangelio, una cosa marabillosa, que hasta oy perseuera en el valle de Jaurua, donde esta una piedra de bara y media de alto, y dos de largo en la qual estan estampadas las huellas de un hombre con ojotas, que en la piedra dejo ympressas, y sin duda sobre ella se subía a predicar a los yndios de aquel valle, y dejó las plantas impresas. Y demas de eso en la frente de la piedra escribio tres renglones abiertas las letras en la peña, y con caracteres, que no ay quien las entienda, ni sepa explicarlos. Y abiendolos echo sacar y copiar fielmente el Padre Joseph María Adamo de la Compañía de Jesus, missionero de la prouincia de Cuio, y que a trabaxado muchos años gloriosamente en la conuersion de los yndios de aquella prouincia, las embió a tres padres de la Compañia, noticiosos en lenguas al Padre Angelo de Magistris a Cordoua, al Padre Coninc al Pero, y al Padre Nicolas Mascardi a Chiloe, y ninguno acertó a leerlas con que hasta ahora no se sabe su significado.” (1)
El relato anterior es simplemente incuestionable. Una evidencia cuyas características de claridad y autenticidad no dan lugar a dudas; Jesucristo mismo les visitó algún día, les ministró, hizo milagros entre ellos, le acompañaron ángeles del cielo, se fue y les prometió volver. El registro histórico es verídico, usted puede verificarlo por sí mismo, no obstante, una oración sincera responderá cualquier duda en su corazón...
Fuentes
  1. Diego Rosales, “Historia General de el Reino de Chile”, Flandes Indiano, Tomo I, (1674): 340 - 341.

22 octubre 2012

Calzadas en el Libro de Mormón

El Libro de Mormón menciona “calzadas”, un término que podría considerarse muy moderno para ser mencionado en un libro de más de 2.000 años de antigüedad, sin embargo, la arqueología nuevamente confirma la historicidad del registro Nefita.
Autor: John Tvedtnes. 
Traductor: Antonio A. Caballero Prieto.


Pregunta:

¿Es anacrónico que se mencionen "calzadas" en el Libro de Mormón, (Helamán 7:10; 14:24; 3 Nefi 6:8; 8:13) considerando el conocimiento casi universal de que las primeras carreteras de América fueron construidas sólo después de la colonización del Nuevo Mundo por los europeos?

Respuesta:

Aunque en nuestro tiempo el término "calzada" hace referencia a carreteras bien pavimentadas para el tráfico de automóviles y camiones, su uso es anterior a la era moderna. De hecho, el término se usa 25 veces en la versión Reina-Valera (RV) de la Biblia, la cual fue traducida cerca de cuatro siglos antes de la invención del automóvil. A diferencia de nuestro uso moderno de la palabra, en las escrituras puede referirse a los senderos o rutas utilizadas para el tráfico de personas o de animales, aunque puede hacer referencia a carreteras mejoradas. Algunas de las calzadas mencionadas en 3 Nefi fueron destruidas y desmoronadas en el momento de la muerte de Cristo (3 Nefi 8:13), por lo que puede que los colonizadores europeos no las hubieran reconocido.

Excelentes y extensas redes de carreteras son bien conocidas en todo Centro y Sudamérica, algunas de las cuales concuerdan con la época del Libro de Mormón. Una calzada de superficie dura en la península de Yucatán, México y otra en Cerros fueron datadas al 300 a.C.. En Belice otra calzada se utilizó entre los años 150 y 50 a.C.. Al parecer los norteamericanos precolombinos de ciertas regiones estaban familiarizados con las carreteras o “calzadas”. Un nuevo erudito ha descubierto lo que parece haber sido un camino de 60 millas de largo que unía los centros ceremoniales Hopewell en Newark, Ohio, y Chillicothe. Una red mucho más pequeña de carreteras abarcó la región Anasazi del suroeste de Estados Unidos. Un erudito escribió que “en Yucatán fueron construidos caminos [Mayas] que reúnen todos los principios conocidos sobre la construcción de carreteras. . . La buena ingeniería y la minuciosidad de su construcción compiten con los famosos caminos del imperio romano o con las autopistas actuales. En la antigüedad, Chichén Itzá y todas las ciudades, fueran grandes o pequeñas, de la península de Yucatán, estaban vinculadas por una red de calzadas suaves y de superficie dura... esta tierra... Una vez tuvo las mejores carreteras del mundo."

Carretera Prehispánica de Guayabo, Centro América 
Comentario de un lector:

"Después de haber andado por muchos caminos fangosos de América Central, puedo dar fe de que en una cultura económicamente avanzada se tendrían que desarrollar caminos que pudieran hacer frente a las vacas y los caballos y no convertirse en un agujero de barro a la primera señal de lluvia; esto para que la economía pudiera tener alguna posibilidad de llegar a ser tan grande o tan dinámica como la que se describe en el Libro de Mormón".

Fuentes
  1. Enlace a la versión original: http://www.bmaf.org/node/412

19 octubre 2012

Nueva información acerca de Mulek, “hijo del rey”

¿Sabías que ha sido encontrada fuerte evidencia que apoya la existencia de un hijo del Rey Sedequías no mencionado en la Biblia, pero sí en el Libro de Mormón?
Autor: Robert F. Smith.
Traductor: Antonio A. Caballero.

"Ahora bien, no había tantos de los hijos de Nefi, o sea, tantos de aquellos que eran descendientes de Nefi, como de los del pueblo de Zarahemla, el cual era descendiente de Mulek, y de aquellos que salieron con él al desierto." (Mosíah 25:2)
Mulek, hijo de Sedequías, es mencionado muchas veces en el Libro de Mormón (ver Mosíah 25:2; Helamán 6:10; 8:21), pero no en la Biblia (por lo menos no de forma reconocible para las personas) hasta hace muy poco. Ahora algunos estudios bíblicos comparten la siguiente declaración del Libro de Mormón: El rey Sedequías tuvo un hijo llamado Mulek.

En el verano del año 586 a.C., cuando las tropas del rey Nabucodonosor se abrieron camino a través de las murallas de Jerusalén, Sedequías, rey de Judá y una gran compañía de guerreros, intentaron escapar durante la noche hacia el este, siendo alcanzados por las tropas babilónicas en las llanuras de Jericó. Presumiblemente muchos de ellos escaparon, pero el propio Sedequías fue capturado y llevado a la presencia de rey Nabucodonosor en Ribla (en el río Orontes, justo al sur de Kadesh, hoy en día llamado Siria). Allí, como condena por romper su sagrado juramento de lealtad hacia el rey, los babilonios forzaron a Sedequías a presenciar la ejecución de sus hijos capturados, le sacaron los ojos y le llevaron a Babilonia con cadenas de bronce (ver 2 Reyes 25:4-7; 2 Crónicas 36:13).

Sedequías cautivo en Babilonia

Según nos cuenta el Libro de Mormón, ese no fue el final de la historia. Un hijo [del rey Sedequías], llamado Mulek escapó (ver Omni 1:15-16; Helamán 8:21), aunque esos detalles permanecen en la sombra. Desde que [Mulek] llegara por primera vez a la tierra de Desolación, en la costa este (ver Alma 22:30-31; Helamán 6:10), probablemente viajaría a Mesoamérica a través del Mediterráneo, cruzando el océano Atlántico y atravesando el Caribe, posiblemente con ayuda fenicia.
La primera evidencia de la existencia y huída de Mulek, hijo de Sedequías, puede ser encontrada en 2 Reyes 25:1-10, donde se informa que Nabucodonosor y “todo su ejército” esparcieron “a todos los hombres” y “a todo el ejército [del rey]” y quemaron “todas las casas de Jerusalén”, y con “todo el ejército” destruyeron las murallas. Aunque, en el medio de todo esto, solamente en 2 Reyes 25:7 se omite la palabra todos cuando se hace referencia a la muerte de “los hijos” de Sedequías, dejando abierta la pregunta de si fueron o no asesinados todos sus hijos.

Recientemente los eruditos Bíblicos han tenido algunas cosas interesantes que decir sobre un personaje llamado Malaquías. Jeremías 38:6 habla de una "cisterna de Malaquías hijo de Hamelec . . . en el patio de la cárcel." pero este nombre Hebreo, MalkiYahu ben-hamMelek, debería de ser traducido "MalkiYahu, hijo del rey", la palabra hebrea melek significa "rey".
¿Sería este MalkiYahu uno de los hijos del rey Sedequías? Varios factores indican que sí lo era, por el hecho de que el título “hijo del rey” era usado a lo largo del antiguo oriente cercano para referirse a los hijos del rey que servían en la administración imperial como oficiales de alto rango [1]. Asimismo hay verdades en la Biblia como que los hijos de los reyes dirigían prisiones (ver 1 Reyes 22:26-27; Jeremías 36:26; 38:6) o realizaban otras funciones oficiales (ver 2 Reyes 15:5; 2 Crónicas 28:7). Por otra parte, en vista del hecho que el nombre MalkiYahu había sido encontrado en dos ostracones de Arad (al sur de Judea), el encargado del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, Yohanan Aharoni, dijo lo siguiente: "MalkiYahu es un nombre común e incluso procedente de un hijo contemporáneo del rey Sedequías" [2].
Pero, ¿Fue éste MalkiYahu la misma persona que Mulek? Los estudios sobre estos nombres nos dicen que perfectamente podría haber sido él. Por ejemplo, en el caso de Baruc, escriba de Jeremías, la forma alargada de su nombre, BerekYahu, ha sido descubierto por Nahman Avigad de la Universidad Hebrea de Jerusalén en una imagen sellada [3]. En el documento de Jeremías a Baruc el nombre completo fue acortado.

Sello de Malkiyahu ben hamelek
En vista de esta abreviatura, como en tantos otros nombres bíblicos, no hay razón para que la abreviación de Mulek no fuera posible. Es más, la forma qult del Hebreo arcaico podría dar buena cuenta de ello, y lo cierto es que mulk aparece en ugarítico y en fenicio, significando “de la realeza, sacrificio principesco; Tofet [altar] de la promesa” (al igual que en púnico molk o en hebreo molek [ver Levítico 18:21; 2 Reyes 16:3]; sacrificio infantil [ver Hechos 7:43]), y el significado árabe "reinado, soberanía, dominios" (en amorreo Muluk así como en acadio y eblaíta Malik). Uno podría ser llevado inconscientemente a compararlo con el vocablo maya Muluk, el Bacab-rojo del este, a quien David H. Kelley lo relaciona con “sangre” y con “la devoración de niños” [4].
Recientemente un destacado especialista en el cercano oriente de la antigüedad (no mormón) declaró acerca de que el Libro de Mormón nombre a “Mulek” como un hijo de Sedequías, "Si a José Smith se le ocurrió eso, ¡lo hizo muy bien!" Agregó que las vocales en el nombre podrían ser explicadas como un estilo de pronunciación fenicio. Se encontró asimismo en acuerdo con que "MalkiYahu, hijo del rey" podría ser perfectamente un hijo del rey Sedequías, y que de hecho la abreviación del nombre podría ser Mulek [5].

Fuentes
  1. Anson Rainey, "The Prince and the Pauper," Ugarit-Forschungen 7 (1975): 427-32.
  2. Yohanan Aharoni, "Three Hebrew Ostraca from Arad," Bulletin of the American Schools of Oriental Research, 197 (February 1970): 22.
  3. Nahman Avigad, "Jerahmeel and Baruch: King's Son and Scribe," Biblical Archeologist 42 (Spring 1979): 114-18.
  4. David H. Kelley, "Calendar Animals and Deities," Southwestern Journal of Anthropology 16 (1960): 317-37.
  5. Basado principalmente en investigaciones de Robert F. Smith, febrero de 1984 y apoyado por Benjamin Urrutia en “Insights”, febrero de 1985. Para las últimas declaraciones sobre Mulek y los Mulekitas, ver “the entry on Mulekites” por Curtis Wright en “Macmillan's Encyclopedia of Mormonism” (1991) y un artículo de John L. Sorenson, "The Mulekites,"Estudios de la BYU 30 (verano de 1990):6-22.
  6. Enlace del artículo original: http://maxwellinstitute.byu.edu/publications/books/?bookid=71&chapid=806

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