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14 octubre 2011

El Quiasmo (2 de 5)


Traducido con el amable permiso de Jeff Lindsay de su página personal www.jefflindsay.com.

Este artículo ha sido traducido de http://www.jefflindsay.com/chiasmus.shtml#bom.
Traducción : Marco Royo.

De un modo interesante, El Libro de Mormón reclama tener sus raíces literarias en el antiguo Oriente Medio, y muestra muchos ejemplos excelentes de que parece ser deliberado el quiasmo; muy bien tramado. Los ejemplos son los suficientemente robustos y difíciles de explicar, si se asume que José Smith (u otra persona de la década de 1820) escribiera el libro. En mi opinión no hay modo de que un joven granjero con muy poca instrucción en ese tiempo pudiera haber trazado ejemplos refinados y bien tramados de una antigua forma literaria que era completamente desconocida para él. E incluso si entonces se hubiera comprendido el quiasmo, e incluso si José Smith pudo ser capaz de armar ejemplos propios en su texto, a él y a sus seguidores se les habría señalado su existencia como evidencia de autenticidad. De hecho, no se investigó ni descubrió el quiasmo en el Libro de Mormón hasta fines de los 60 del siglo pasado, cuando un erudito SUD John Welch asimiló de la obra de erudición del quiasmo en la antigüedad y lanzó la hipótesis de que en el Libro de Mormón podría también contener ejemplos de quiasmo [4]. Sus hallazgos fueron ciertamente sorprendentes, revelando que existen en el Libro de Mormón pasajes de quiasmo claros, diferenciados y elegantes. Desde entonces se han encontrado muchas estructuras quiásmicas. Véase, por ejemplo, Donald W. Parry's The Book of Mormon Text Reformatted According to Parallelistic Patterns, FARMS, Provo, Utah, 1992 (pedir como PAR-92 por $18.50 de FARMS, que también incluye un excelente ensayo sobre poesía semítica y el papel del quiasmo. 

Varios breves ejemplos de quiasmo en el Libro de Mormón incluyen:

Mosiah 3:18,19:
(mas los hombres beben condenación para sus propias almas a menos que...)

(a) se HUMILLEN

(b) y se vuelvan como NIÑOS pequeños

(c) y crean que la salvación fue, y es, y ha de venir en la SANGRE EXPIATORIA DE CRISTO

(d) Porque el HOMBRE NATURAL

(e) es enemigo de DIOS

(f) y lo HA SIDO desde la caída de Adán

(f') y lo SERÁ para siempre jamás

(e') a menos que se someta al influjo del SANTO ESPÍRITU

(d') y se despoje del HOMBRE NATURAL

(c') y se haga santo por la EXPIACIÓN DE CRISTO

(b') y se vuelva como un NIÑO

( a') sumiso, manso y HUMILDE.

Mosiah 5:10-12:

(a) Y acontecerá que quien no tome sobre sí el NOMBRE de Cristo

(b) tendrá que ser LLAMADO por algún otro nombre

(c) por tanto, se hallará a la IZQUIERDA de Dios.

(d) Y quisiera que también RECORDASÉIS que éste es el NOMBRE

(e) que dije que os daría, el cual nunca sería BORRADO,

(f) sino por TRANSGRESIÓN;

(f') por tanto, tened cuidado de no TRANSGREDIR,

(e') para que el nombre no se BORRADO de vuestros corazones.

(d') Yo os digo, quisiera que os ACORDASÉIS de conservar este NOMBRE

(c') escrito en vuestros corazones, para que no os halléis a la IZQUIERDA de Dios,

(b') sino que oigáis y conozcáis la voz por la cual seréis LLAMADOS,

(a') y también el NOMBRE por el cual él os llamará.

El uso del paralelismo en este pasaje resalta el peligro de la transgresión (pecado) y la importancia de recordar el Nombre que hemos tomado sobre nosotros, el de Cristo. 

Consideren también un ejemplo interesante en Alma 41: 13-14

Oh, hijo mío, tal no es el caso; sino que el significado de la palabra restauración es volver de nuevo mal por mal, o carnal por carnal, o diabólico por diabólico;

(a,a) BUENO por lo que es BUENO,

(b,b) RECTO por lo que es RECTO,

(c,c) JUSTO por lo que es JUSTO,

(d,d) MISERICORDIOSO por lo que es MISERICORDIOSO.

(d')Por tanto, hijo mío, procura ser MISERICORDIOSO con tus hermanos;

(c') trata con JUSTICIA,

(b') juzga con RECTITUD,

(a') y haz lo BUENO sin cesar; y si haces todas estas cosas, entonces recibirás tu galardón;

(d'') sí, la MISERICORDIA te será restablecida de nuevo;

(c'') la JUSTICIA te será restaurada otra vez;

(b'') se te restituirá un JUSTO juicio nuevamente;

(a'') y se te recompensará de nuevo con lo BUENO.

Este pasaje empieza con elementos dobles en la primera mitad (bueno,bueno; recto, recto; etc.). Los elementos dobles también se suceden en la segunda parte, pero se expanden en dos series de elementos simples (d',c',b',a') y (d'',c'',b'',a''). Esto demuestra el uso talentoso del paralelismo. Se destaca el atributo de la misericordia en este pasaje.

Los primeros escritos de Nefi contienen múltiples ejemplos de quiasmo; de hecho, los dos primeros libros de Nefi completos parecen haberse organizado en un quiasmo total. Acaso aun más interesante es la estructura del libro de Mosiah, que se organiza en un quiasmo complejo que tiene por punto central las enseñanzas mesiánicas de Abinadí. y también pone énfasis en las poderosas enseñanzas de Benjamin y Mosiah (Véase Welch, BYU Studies, Vol. 10, No. 1, 1969, p.82,

A El rey Benjamin exhorta a sus hijos(1:1-8)
B Mosiah elegido para suceder a su padre (1:10)
C Mosiah recibe los registros (1:16)
D El discurso de Benjamin y las palabras del ángel(2:9-5:15 )
E El pueblo hace un convenio (6:1 )
F Se consagran sacerdotes(6:13)
G Ammon deja Zarahemla por l tierra de Lehi-Nephi (7:1-6)
H El pueblo en cautiverio, Ammon arrojado a la prisión(7:15)
I Las 24 planchas de oro(8:9)
J The record of Zeniff begins as he leaves Zarahemla (9:1)
K Defensa contra los lamanitas (9:14-10:20)
L Noé y sus sacerdotes (11:1-15)
M Abinadi perseguido y arrojado a la prisión (11-12)
N Abinadi lee la ley antigua y las antiguas profecías mesiánicas a los sacerdotes (13-14)
N' Abinadi hace nuevas profecías respecto de Jesucristo (15-16)
M' Abinadi perseguido y asesinado (17:5-20)
L' Noé y sus sacerdotes (18:32-20:5)
K' Los lamanitas amenazan al pueblo Limhi (20:6-6-26)
J' Concluye el registro de Zeniff cuando abandona la tierra de Lehi-Nephi
I' Las 24 planchas de oro (21:27, 22:14)
H' El pueblo de Alma bajo esclavitud (23)
G' Alma deja la tierra de Lehi-Nephi por Zarahemla (24)
F' Alma organiza a la Iglesia (25:14-24)
E' Los incrédulos rechazan entrar en el convenio(26: 1-4)
D' Las palabras de Alma y las palabras del ángel del Señor (26-27)
C' Alma el Joven recibe los registros (28:20)
B' Se eligen a juecen en lugar de un rey (29:5-32)
A' Mosiah exhorta a su pueblo (29:5-32)

He observado que existen otros elementos que se podrían incluir con algunos de los agrupamientos arriba expresados. Por ejemplo, para A y A', podríamos también notar que Mosiah 1:1 habla de "paz continua" en la tierra, atribuible a los esfuerzos del rey Benjamín, mientras que al final del libro habla de "paz continua en la tierra" (Mosiah 29:40) como resultado del sistema establecido por Mosiah II y la obra del juez Alma. El capítulo 1 también empieza con Benjamín anciano y enfrentándose a la muerte (1:9), la cual motiva su discurso de despedida, mientras que Mosiah acaba con las muertes de Alma padre a la edad de 82 años y de Mosiah II a la edad de 63 (29:45,46), después del relato de su discurso más importante en el capítulo 29.

Para muchos ejemplos adicionales de quiasmo de los escritos de Nefi, véase el artículo, "Nephi's Convincing of Christ through Chiasmus: Plain and Precious Persuading from a Prophet of God" de David E. Sloan, Journal of Book of Mormon Studies, Volumen 6, Fascículo 2, 1997. (El enlace es para un archivo PDF. El artículo también está disponible en formato HTML .) También véase Página del Quiasmo de Russell Anderson y Quiasmo en el Libro de Mormón: Notable arte literario) Chiasmus in the Book of Mormon: A Remarkable Literary Art en ComeToZarahemla.org, donde se habla de la estructura quiásmica de 1 Nefi. 

Sólo aprendí recientemente que todo el Libro de Mosiah posee una estructura de quiasmo bien definida que coloca a las enseñanzas mesiánicas de Abinadí en el punto central, con énfasis secundario en las enseñanzas del rey Benjamín y del rey Mosiah al principio y al final del libro. Muy improbablemente el modelo parece haber sido accidental o fingido, pero es lógico, enriquece el significado del texto, y es consistente en muchos niveles paralelos.

09 octubre 2011

El Quiasmo ( 1 de 5 )


Traducido con el amable permiso de Jeff Lindsay de su página personal www.jefflindsay.com.
Este artículo ha sido traducido de http://www.jefflindsay.com/chiasmus.shtml#intro.
Traducción: Marco Royo.

Un descubrimiento reciente es que la poesía del antiguo Oriente Medio, incluida la Biblia, utilizaba a menudo una forma poética llamada quiasmo, forma de paralelismo en el que se estructuraban las ideas clave en una forma espejo o imagen reflectante como A,B,C,C',B',A'. Algunos ejemplos más bellos y poderosos de esta antigua forma se encuentran en el Libro de Mormón (descubierto por primera vez en 1967 por John Welch). La importancia del quiasmo en los escritos semíticos antiguos sólo se ha reconocido en este siglo, y aún hoy muy pocas personas instruidas lo han oído alguna vez. Su poderosa presencia en el Libro de Mormón es evidencia de que sus escritores poseyeron una antigua tradición literaria semítica, como afirma el Libro de Mormón, y (en mi opinion) refuta de primera mano la afirmación de que el Libro de Mormón es el producto de un escritor del siglo XIX (aunque hay otros factores que refutan dicha afirmación). Alma 36 es un ejemplo sorprendente de quiasmo.

Introducción al quiasmo
El quiasmo es una forma de paralelismo utilizado como estructura poética en algunos escritos antiguos de Oriente Medio. (1) La palabra quiasmo deriva de la letra griega chi (X) que simboliza el reflejo de la imagen en un espejo de arriba abajo conseguidos por elementos del texto. Un ejemplo de un quiasmo muy simple se encuentra en Salmos 124:7:

Nuestra alma escapó cual ave

del lazo de los cazadores;

Se rompió el lazo

y escapamos nosotros

Aquí hay dos ejemplos de Isaías, como lo presentó Victor L. Ludlow en Isaiah: Prophet, Seer, and Poet (2) (uno de mis libros preferidos),

(a) Engruesa el corazón de este pueblo,

(b) agrava sus oídos,

(c) ciega sus ojos,

(c') para que no vea con sus ojos,

(b') ni oiga con sus oídos,

(a') ni su corazón entienda,
ni se convierta, y haya para él sanidad. (Is. 6:10)

(abc) Venid ... a la casa del Dios de Jacob; y ... y nos enseñará sus caminos...

(d) Y juzgará entre las naciones

(e) volverán sus espaladas en rejas de arado

(e') y sus lanzas en hoces

(d') no lanzará espada nación contra nación

(a'b'c') Venid, oh, casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová. (Isaias 2:3-5)

El ejemplo de Isaías 2 muestra que el modelo se puede complicar con grupos de elementos paralelos (abc) tratados como un único elemento. Los elementos conjugados en el quiasmo (v.g. b y b') se pueden relacionar de múltiples maneras: repetición directa (paralelismo de sinónimo), ideas contrastantes (paralelismo antitético), conceptos complementarios (paralelismo sintético) en el que los elementos se completan o complementan entre sí, etc. Por medio de tales técnicas se pueden crear estructuras muy literarias (véase Ludlow(2), op. cit., pp. 31-39). En la mayor parte de los pasajes del quiasmo, las partes más importantes tienden a ser el punto central o pivotal (el punto focal) en el medio del quiasmo, y en segundo lugar los extremos (partes superior e inferior).

Ejemplo bíblico aún mayor y muy elegante de quiasmo es Levitico 24:13-23 (detalles presentados en (3)Welch, 1991, pp. 115,116).

El quiasmo era una forma común de presentar ideas entre los que tenían talentos literarios en el mundo antiguo y se utilizaban para crear poesía poderosa. Esta forma, sin embargo, no se apreció generalizadamente como clave de la escritura antigua en Oriente Medio hasta el siglo XX. John Welch provee antecedentes históricos en su clásico e innovador artículo"Chiasmus in the Book
of Mormon" BYU Studies, Vol. 10, No. 1, 1969 (el enlace en un archivo PDF:

"El quiasmo parece haber empezado como forma estructural que posteriormente se desarrollaría en un intrigante dispositivo retórico que muchos autores han usado esporádicamente en prosa y poesía por unos tres mil años. No obstante, el conocimiento de tal forma, excepto en casos aislados, quedó en una parte de la subconsciencia intelectual de la Europa Occidental moderna hasta que se descubrieron en la Biblia pasajes frecuentes, puesto que en siglo XIX hubieron varios eruditos reputados, en su mayor parte teólogos, que publicaron sobre el tema. Sus obras indican que, aunque algunos quiasmos aparecieran en griego, latín e inglés, la forma era originariamente hebrea y se remonta al menos entre los siglos X y VIII antes de Cristo en Isaias y los Salmos.


El redescubrimiento del quiasmo en la Biblia se puede acreditar a tres teólogos del siglo XIX: Robert Lowth, John Jebb y John Forbes. Lowth (Robert Lowth, De Sacra Poesi Hebraeorum Praelectiones Academicae, traducido por G. Gregory, Andover, Mass., 1829 [disponible online via Google Books]), Obispo de Londres, y Jebb (John Jebb, Sacred Literature, 1820 [disponible online en Google Books]), Obispo de Limerick, escribieron volúmenes de 300 páginas, describiendo hebraismos en las Santas Escrituras. Pero coloca su énfasis casi totalmente en las imágenes poéticas y en los paralelismos directos, y sólo Jebb pone mucha atención a los epanodos (nombre que usa para el quiasmo). En 1854, sin embargo, John Forbes (John Forbes, The Symmetrical Structure of Scripture, T. Clark, Edinburgh, 1854) completó un estudio mucho más exhaustivo.... Con la publicación de este libro, es posible empezar a hablar de comprensión relativamente generalizada de las formas del quiasmo en la Biblia. Una serie de escritores siguieron a Forbes, y en 1860 una sección sobre el quiasmo se añadió a la famosa enciclopedia de T. H. Horne Introduction to the Critical Study and Knowledge of the Holy Scriptures 

(T. H. Horne, 3 Vols., 11th Edition: London, 1860). Esto señala el reconocimiento de la forma como genuina y significativa."


John Welch ha revisado someramente algunas primeras conclusiones sobre la posibilidad de que José pudiera haber conocido algo acerca del quiasmo. Lo virtualmente imposible no es sumamente improbable. Su artículo"How Much Was Known about Chiasmus in 1829 When the Book of Mormon Was Translated?" aparece en FARMS Review of Books, Vol. 15, No. 1, 2003, y disponible online en PDF o en HTML. Welch observa que era teóricamente posible pero altamente improbable que José pudiera haber conocido algo sobre el quiasmo. Considera muchos detalles históricos referente a la información acerca del quiasmo en el tiempo de José Smith.

Concerniente a Lowth, un estudiante del quiasmo me envió el siguiente e-mail en 1998:

"Los discursos de Lowth se produjeron en Oxford en la década de 1740 y se publicaron en latín en 1753. A pesar del hecho de que todos los eruditos leían y escribían en latín, sus comentarios sobre el paralelismo pasaron muy desaparcibidos. Se puso mucho mayor atención a la naturaleza exótica de las costumbres del Próximo Oriente que describía. Este último interés encaja en la creciente fascinación con lo 'sublime'.

Mientras que al quiasmo ahora se le reconoce como algo distintivo de los antiguos escritos semíticos, nada prueba per se, puesto que el quiasmo ocurre en algunos textos modernos por accidente. De hecho, cualquiera puede forzar una débil y artificial forma de quiasmo para adecuarlo a muchos textos, si alguien desea trabajarlo a fondo. Sin embargo, si un pasaje muestra una estructura de quiasmo que se relaciona con el significado del texto, se teje estrecha y compactamente en el texto, con múltiples capas, por tanto se puede sospechar que tal pasaje se creó con gran destreza y no accidentalmente.

En consecuencia, ¿cuál es la probabilidad de que un quiasmo dado se escriba más por accidente que intencionalmente? Una nueva publicación significativa aplica un cuidadosos razonamiento estadístico para dirigir este tema. La obra es la de Boyd F. Edwards y W. Farrell Edwards,denominada "Does Chiasmus Appear in the Book of Mormon by Chance" BYU Studies, Vol. 43, no. 2, pp. 103-130 (2004). Todo el artículo y muchos materiales suplementarios - incluyendo software para explorar las estadísticas del quiasmo, también se encuentran disponibles online en http://byustudies.byu.edu/chiasmus/. Los autores encuentran ejemplos de quiasmos en el Libro de Abraham o en Doctrina y Convenios que se deben probablemente al azar, pero varios ejemplos muy famosos de quiasmos en el Libro de Mormón parecen ser intencionales en un alto nivel de fiabilidad.

Otros recursos incluyen la página multimedia de FARMS con videos del discurso de John Welch, "Chiasmus in the Book of Mormon" - una lección magistral de 54-minutos que podría ser un recurso valorable para una clase o para cualquier estudioso del Libro de Mormón. La película está disponible en Quicktime y Windows Media Player . También puedes saltarte el video y y escuchar el discurso si tienes Quicktime.

También véase el capítulo de John Welch "What Does Chiasmus in the Book of Mormon Prove?" Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, pp. 199-224.

Fuentes
  1. Hildesheim, Chiasmus in Antiquity,Gerstenberg, 1981, as cited by J. Welch, "Chiasmus in Alma 36", FARMS Working Paper WEL-89a, Foundations for Ancient Research and Mormon Studies, Provo, Utah, 1989.
  2. Victor L. Ludlow, Isaiah:Prophet, Seer, and Poet, Deseret Book Comp., Salt Lake City, Utah, 1982, p.37.
  3. John W. Welch, "A Masterpiece: Alma 36",in Rediscovering the Book of Mormon, ed. J.L. Sorenson and M.J. Thorne, Deseret Book Comp., Salt Lake City, Utah, 1991.

04 octubre 2011

La Biblia de las Américas

Autor: Judith T. Roiz.


No recuerdo exactamente en qué momento comencé a pensar que en alguna parte tenían que existir registros religiosos de los antiguos pueblos de América; sólo sé que, después de años de investigación religiosa, descubrí en mí esta convicción.

Desde que era niña había asistido a una iglesia protestante, pero en mi adolescencia ya rechacé la idea del Dios rencoroso y vengativo que me habían enseñado y empecé a tratar de encontrar la verdad por medio de un estudio personal que estaba basado en la Biblia y que duró cinco años. Yo estaba segura de que este libro sagrado tenía que contener los principios de la verdadera Iglesia.

Estudié, además, libros donde esperaba encontrar respuesta a la pregunta que me tenía perpleja: "¿Cuáles serían las características temporales y espirituales de la Iglesia verdadera?"

Esto era para mí como un rompecabezas, donde cada respuesta que pudiera encontrar sería otra pieza para llegar a la solución final; sentía que era importante que hallara esas piezas, porque mediante ellas me sería posible reconocer aquello que tan desesperadamente andaba procurando. Además de estudiar, traté de conocer personas que estuvieran interesadas en ciencia, historia y religión, y hablé con ellas respecto al tema que me intrigaba.

Por alguna razón que desconocía, me fascinaba el estudio de las civilizaciones antiguas, las pirámides de Egipto y las ruinas de América. ¿Cómo habían podido los mayas desarrollar su calendario? ¿Dónde se originaron los incas? ¿Sería Colón el primer hombre que había venido a América? 

Encontraba yo demasiada evidencia de un intenso intercambio entre el Viejo y el Nuevo mundo como para creer esto. Después de leer escritos antiguos de historia y religión, me convencí de que Cristo no había limitado a los judíos su ministerio terrenal; y, aunque parecía extraño, empecé a sentir intenso interés por los antiguos pueblos que habían habitado América. Poco a poco llegué a pensar que en alguna parte tenía que existir lo que yo llamaba, a falta de un mejor nombre, una "Biblia de América". Sin embargo, no lograba encontrar muchos escritos antiguos de sus primeros habitantes, porque los españoles los habían destruido todos en la época de la conquista. No obstante, no podía dejar de pensar en lo curioso que resultaba el hecho de que los indios americanos hubieran recibido al conquistador español como el ''Dios blanco que vendría desde el Este".

Hacia el final de mi larga búsqueda y después de todo lo que había leído, tenía una idea bastante definida de algunos de los principios que debería enseñar la verdadera Iglesia:

Tendrían que enseñar que Dios el Padre es un Dios de amor; el Espíritu Santo debería ser parte activa de la fe; la Iglesia tendría el poder de sanar al enfermo y consolar al afligido; enseñarían que hay otra vida después de la muerte; tendrían el don de profecía; presentarían una explicación lógica del Libro de las Revelaciones (Apocalipsis); enseñarían que las verdades científicas y las religiosas, lejos de ser contrarias, se complementan unas a otras; tendrían que creer que hay otros mundos como el nuestro, donde existe la vida; y algunos otros principios que no mencionaré aquí.

Por entonces, segura ya de que gran parte de la verdad religiosa no se encontraba en la Biblia que conocemos hoy, decidí concentrarme en el estudio de las civilizaciones Inca, Maya y Azteca, donde tenía la certeza de poder encontrar la clave de la religión verídica, si tan sólo pudiera aprender a descifrar los códigos del lenguaje. Nunca me pude explicar porqué habría yo de empeñarme en algo semejante, cuando durante siglos los eruditos lo habían intentado sin mayores éxitos. No obstante, compré dos libros en desuso, uno sobre idiomas y otro sobre lenguas antiguas, y empecé a estudiar los jeroglíficos egipcios. 

Pienso que fue en aquel momento que el Señor decidió mostrarme su misericordia. A medida que estudiaba, iba anotando lo que yo consideraba serían las características de la Iglesia verdadera, y de
cuando en cuando llamaba a una buena amiga para compartir con ella mis conceptos. Cada vez que le nombraba una condición que "mi" Iglesia tendría que reunir, ella me respondía: "¡Pero si eso es lo que los mormones creen!" o "Lo que me dices parece doctrina mormona". 

Es extraño, pero en toda mi búsqueda nunca me había puesto en contacto con alguien que perteneciera a la mencionada fe.

Después de algunas semanas de similar intercambio con mi amiga, finalmente decidí pedirle prestado su libro de Doctrina y Convenios; lo leí inmediatamente, luego leí "Los Artículos de Fe", por James E. Talmage. Después, llamé por teléfono a la oficina de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y pedí que me enviaran misioneros.

Las cosas que éstos me enseñaron no me resultaban nuevas, sino que había aprendido a creer en ellas a través de los largos años de mi búsqueda. Cuando finalmente, el líder de zona que me entrevistó para el bautismo, me leyó escrituras de los hermosos pasajes de 3 Nefi, donde habla de la visita del Señor, con lágrimas en los ojos yo sólo podía repetir: 

"¡Lo sabía!, lo sabía!, ¡Ya sabía yo que Cristo tenía que haber visitado América!"

Después de mi larga jornada  había encontrado, por fin, la "antigua Biblia de las Américas".

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