Busca en Nuestro Sitio

29 noviembre 2009

Más datos sobre Mesoamérica

Mientras los críticos cantan su mantra: "No hay evidencias, no hay evidencias..." ignorando las impresionantes evidencias del Libro de Mormón procedentes del Viejo Continente, existen además algunas del Nuevo Mundo que merecen atención.

Traducción: Marco Royo



Mientras los críticos cantan su mantra: "No hay evidencias, no hay evidencias..." ignorando las impresionantes evidencias del Libro de Mormón procedentes del Viejo Continente, existen además algunas del Nuevo Mundo que merecen atención. 

El mejor trabajo sobre geografía del Libro de Mormón sitúa su asentamiento en una área pequeña en Mesoamérica (Sur de México, Guatemala), y es allí donde se espera encontrar mayor evidencia. Ya he mencionado evidencia referente a fortificaciones, jardines y templos en entradas anteriores. Pero fíjense en otras nociones que sabemos de la región para compararlas con el Libro de Mormón (algunas de ellas se han analizado en An Ancient American Setting for the Book of Mormon de John L. Sorenson, Deseret Book Comp., Salt Lake City, UT, 1985). Es el único lugar del Nuevo Mundo con una larga tradición de literatura escrita, como requeriría el Libro de Mormón; es el lugar donde repentinamente aparecieron ciudades, consistente con el hecho de inmigración de pueblos que construyeron una ciudad y también con las épocas jaredita y nefita-lamanita; es el lugar plagado de reyes y reinos, guerras y políticos, comercio y comerciantes, disputas religiosas y cuestiones filosóficas, todas ellas consistentes con el contexto cultural presentado en el Libro de Mormón.

Considerénse, por ejemplo, las implicaciones culturales de 3 Nefi 6:10-12:
Pero aconteció que en el año veintinueve empezaron a surgir algunas disputas entre los del pueblo; y algunos se ensalzaron hasta el orgullo y la jactancia, por razón de sus sumamente grandes riquezas, sí, al grado de causar grandes persecuciones;porque había muchos comerciantes en la tierra, y también muchos abogados y muchos oficiales. 
Y empezó el pueblo a distinguirse por clases, según sus riquezas y sus oportunidades para instruirse; sí, algunos eran ignorantes a causa de su pobreza, y otros recibían abundante instrucción por motivo de sus riquezas.
Si José Smith describiera lo que conocía de la cultura de los indios en la frontera norte del estado de Nueva York, ¿por qué presentaría tales ideas extrañas en el texto? Atribuir mercaderes, oficiales, abogados, educación de élite, etc. a los antiguos americanos estaba fuera de lugar si utilizara su conocimiento de los indios de allí. Pero esos versículos describen exactamente aspectos de la sociedad mesoamericana. ¿Es una conjetura afortunada?. Ciertamente no era de conocimiento común en 1830.

Otro ejemplo de los sistemas políticos descritos en el Libro de Mormón sugiere una jerarquía de ciudades como el factor organizador de los gobiernos nefita y lamanita (véase Brant A. Gardner, FARMS Review of Books, Vol. 13, No. 2, 2001, pp. 44-45, reviewing John L. Sorenson, Nephite Culture and Society, Salt Lake City: New Sage Books, 1997). Incluso se muestran a reyes lamanitas sometidos a reyes de superior autoridad. Como Gardner sugiere, si José Smith inventara el Libro de Mormón usando lo que conocía, se podría esperar ver un sistema federal de gobierno o divisiones entre ciudad, condado, estado. En lugar de ello, se encuentra un sistema basado en la jerarquía de ciudades, tal como lo conocemos en la antigua Mesoamérica.

Mesoamérica es también el lugar de las leyenda del Gran Dios Blanco que visitó al pueblo antiguamente y que prometió regresar, tal como informa el Libro de Mormón. Y es el lugar tiene leyendas de antiguas emigraciones en barco. Por ejemplo, un príncipe amerindio del siglo XVI llamado Ixtlilxochitl escribió:
"Los que poseyeron este nuevo mundo en esta tercera edad fueron los olmecas y los Xicalanas; y según lo que se relatan en sus historias, llegaron en barcos o barcas del este de la tierra de Pontochan desde donde empezaron a asentarse." (Ixtlilxochitl, Fernando de Alva "Obras Historicas," Editora Nacional, S.A. Mexico, 2 vols., 1950, p. 19, citado por John K. Wise, "Clouds Without Water, Zeal Without Knowledge," Journal of Mormon Apologetics, Vol. 1, 1999, pp. 116-140.)
Esto concuerda con la descripción del Libro de Mormón de los jareditas, que vinieron del Viejo Mundo en barcos ajustados o barcos en el momento del nacimiento de la civilización.

Cortés informó que el rey azteca Moctezuma, en el primer encuentro de los hombres blancos con los pobladores de Texcoco, dijo:
"Durante mucho tiempo por conocimiento de nuestros escritos hemos poseído el conocimiento transmitido por nuestros antepasados de que nadie que habitó esta tierra era nacido aquí. Somos extranjeros y vinimos aquí de partes muy remotas. Poseemos información de que a nuestro linaje se le condujo a esta tierra por un señor a quien le debemos lealtad. Él posteriormente dejo esta [tierra] de su país nativo .....pero siempre hemos creído que sus descendientes de cierto vendrían a subyugar esta tierra y a nosotros que somos por derechos sus siervos. Debido a lo que dices concerniente a la región de donde vienes, que es donde nace el sol...creemos y mantenemos por cierto que él debe ser nuestro legítimo ...." (Nuttal, Zelia, "Some Unsolved Problems in Mexican Archaeology," American Anthropologist, XIII, 1, 133-149, 1906, p. 135, as cited by Wise, op. cit., p. 129.)
Bernardino de Sahagún, sacerdote español del siglo XVI, después de estudiar los registros mayas y aztecas (los españoles quemaron la mayor parte de ellas), escribió:
Han pasado innumerables años desde que los primeros colonizadores llegaron a estas partes de Nueva España que es casi otro mundo, y llegaron en barcos por el mar, fondeando en el puerto que hay al norte." (Bernardino de Sahagun, Historia General de las Cosas de Nueva Espana, S.A. Mexico, 3 vols., 946, II, 306, citado por Wise, op. cit., p. 129.)
Aunque se debe ser cauto para distinguir lo auténtico de lo cuestionable cuando llegan informes de leyendas antiguas entre los antiguos habitantes de las Américas, existen numerosos relatos que parecen haber derivado de la antigua visita de Cristo a las Américas, como se informa en el Libro de Mormón. Las leyendas de Mesoamérica parece particularmente interesantes en este respecto. La práctica maya de los bautismos encontrada por los españoles, por ejemplo, tiene numerosos paralelos con el bautismo como lo enseñó Cristo y sus profetas en el Libro de Mormón. Véase Diego de Landa, Relación de las cosas de Yucatan, traducida por William Gates y publicada como Yucatan Before and After the Conquest, New York: Dover Books, 1978, pp. 42-45, del cual se cita y analiza con más detalle en la página LDSFAQ de Questions about LDS Baptism. Este rito se asocia con la confesión a un sacerdote, la pureza, nacer de nuevo, arrepentirse de los pecados, alcanzar una mejor vida después de la muerte, y se le designaba por un nombre que significaba "la ascendencia del dios". Combínenlo con las antiguas leyendas del Gran Dios Blanco o figuras relacionadas que se decían haber visitado a pueblos en Mesoamérica, y se tendrá algo digno de considerar.

De hecho, sobre la base de las numerosas leyendas entre los amerindios un escritor no SUD se ha convencido de que Cristo estuvo alguna vez en las Américas y y compiló esos relatos en el libro He Walked the Americas, Amherst, Wisconsin: Amherst Press, 1963. Algunas selecciones se pueden consultar en la Web en http://www.geocities.com/willow1d/amer.html. L. Taylor Hansen obtuvo maestrías en Arqueología, Antropología y Geología de la Universidad de Stanford y pasó una estancia significativa con los indios para comprender mejor sus tradiciones y leyendas.

Aunque vestigios de de algunas prácticas inspiradas como el bautismo pueden haber sobrevivido en Mesoamérica, hubo muchas formas de mal entre los antiguos pueblos del Libro de Mormón cuyos vestigios se descubren más fácilmente. Por ejemplo, el Libro de Mormón describe sacrificios humanos como práctica de los grupos más corruptos, lo cual se atestigua extensamente en Mesoamérica, incluyendo el concepto de las sangre sacrificada (se alude en Alma 34:11, como si fuera una práctica cultural conocida). "Las combinaciones secretas, particularmente las sociedades secretas mafiosas para ganar poder y riqueza, se describen con detalle en el Eter 8 y en otras partes del Libro de Mormón, y también se atestiguan en la cultura mesoamericana. De hecho los detalles aportados coinciden notanblemente con lo que se conoce de tales sociedades secretas de la erudición e investigaciones criminales modernas. Las prácticas culturales, la estructura de la sociedad , los tipos de edificios y de ciudades, los modelos del arte de la guerra, calzadas y cemento, jardines y mercados, etc. mencionados en el Libro de Mormón se pueden encontrar en la antigua Mesoamérica, lugar muy desconocido para José Smith , cuando se tradujo el Libro de Mormón.

Además José Smith y sus seguidores casi con certeza no sabían nada de las grandes civilizaciones prehispánicas cuando se publicó el Libro de Mormón. De hecho, la idea de civilizaciones antiguas avanzadas sobre el continente americano era tan completamente extraña que los testigos del Libro de Mormón temían que fueran rechazados por esa razón. David Whitmer dijo en una entrevista con James H. Hart en 1883:

Cuando se nos pidió [a los testigos] publicar por primera vez nuestra declaración, teníamos la seguridad de que la gente no la creería, porque el Libro de Mormón hablaba de un pueblo que se perfiló y vivió en grandes ciudades; pero el Señor nos dijo que lo haría saber a la gente, y la gente descubriría la evidencia de la verdad de lo que está escrito en el Libro.

(Entrevista con James H. Hart, Richmond, Mo., Aug. 21, 1883, registrado en la libreta de notas de Hart, reimpreso en Lyndon W. Cook, David Whitmer Interviews: A restoration Witness (Orem, Utah: Grandin Book, 1991), p. 76, citado por Daniel C. Peterson, FARMS Review of Books, Vol. 9, No. 1, 1997, p. xxvi.)

Otros detalles interesantes del Libro de Mormón encuentran apoyo en lo que se conoce ahora de la Mesoamérica antigua. Un ejemplo incluye el relato de Ammón que luchó y literalmente desarmó a los bandidos, cuyos brazos se presentaron al rey como prueba de la escaramuza. Los detalles se pueden consultar en el artículo Ammon and the Mesoamerican Custom of Smiting off Arms, Journal of Book of Mormon Studies, Vol. 8, No. 1, 1999.

Fuentes

  1. www.jefflindsay.com/BMEvidences.shtml
  2. Para más información sobre lo poco que se sabía de Mesoamérica hacia 1830, véase Joseph's Knowledge of Mesoamerica y "Joseph Smith and the Beginning of Book of Mormon Archaeology" en AncientAmerica.org. Véase también "The Book of Mormon and the Writings of Alexander von Humboldt." Como un plus adicional, léase relato satírico, "One Day in the Life of Joseph Smith, Translator Extraordinaire of the Book of Mormon."

26 noviembre 2009

Pesos y medidas en el Libro de Mormón

Fuente : www.jefflindsay.com/BMEvidences.shtml
Traducción: Marco Royo.



Caso tras caso se encuentran "errores" ridículos en el Libro de Mormón que se convierten en hechos completamente plausibles e incluso en "dianas" a la luz de la erudición moderna. El tema de las "monedas" en el Libro de Mormón representa un caso típico. Los críticos han atacado con intensidad al capítulo 11 de Alma. No existen evidencias de que se utilizaran monedas en el Nuevo Mundo antes de la llegada de Colón. Pero el texto en cuestión no menciona monedas o que implique su uso, sino que habla de varias medidas aparentemente pesos de oro y de plata y su equivalencias en grano. (El encabezamiento moderno del capítulo 11 de Alma 11 en la edición de 1981 del Libro de Mormón se refiere al sistema monetario nefita, pero esto es una suposición injustificada.)

Se ha mostrado que el refinado sistema de pesos mencionado en Alma 11, sistema que se normalizó bajo el reinado del rey Mosiah hacia el 100 antes de Cristo, se corresponde con el sistema egipcio que Nefi y Lehi pudieron haber traido con ellos al Nuevo Mundo. John Welch presenta la evidencia en "Weighing and measuring in the Worlds of the Book of Mormon," Journal of Book of Mormon Studies, Vol. 8, No. 2, pp. 37-47 (1999), disponible online en http://farms.byu.edu/display.php?id=198&table=jbms.

Welch encuentra varios paralelos con los antiguos sistemas de pesos y medidas del Viejo Continente que coloca al sistema del Libro de Mormón perfectamente en un contexto antiguo:

Los antiguos reyes desarrollaron típicamente su progreso económico mediante decretos oficiales. En este contexto es interesante que el estatuto del rey Mosíah contuviera similitudes con otros antiguos códigos legislativos anteriores al sistema nefita. Por ejemplo, aparecen similitudes casi sin esfuerzo en el código de leyes de Eshnunna, que se compiló hacia 1800 antes de Cristo en la ciudad Babilonia del mismo nombre que se encontraba aproximadamente a 75 km. al nordeste de Bagdad en el moderno Irak. De hecho, las similitudes son bastante sorprendentes. En primer lugar, las líneas de encabezamiento en el código de leyes de Eshnunna exponen una importante equivalencia que se convierte en la base del comercio: "un kor de cebada es igual a un shekel de plata." También se utilizaba una conversión parecida entre la plata y la cebada entre los hititas. Acaso es coincidencia, pero la ley de Mosiah comienza con un a comparación de valor basada en una parecida fraseología: "un senum de plata que equivale a un senine de oro, . . . y uno y otro valía una medida de cebada" (Alma 11:3, 7).

Welch descubre otros paralelos, que al menos asombrarían a los que pretenden entender, que incluirían la relación entre el sistema fraccionario nefita y las fracciones del Viejo Continente con posibles relaciones de uso de fracciones entre los mayas. Existen también relaciones entre algunos nombres del Mundo Antiguo y los del Libro de Mormón para las unidades de medida. El paralelo que sería considerado el más intrigante, involucra a los valores relativos de las medidas nefitas y las del antiguo sistema egipcio:

Aunque el sistema egipcio posee ciertas similitudes con el de los nefitas ambos son binarios, ambos tienen seis medidas definidas, y ambos presentan la suma total adicional que es la suma de las partes menores o sumando los dos sistemas no son absolutamente idénticos. Tal observación concuerda, por supuesto, con el reconocimiento de Mormón de que su pueblo había "alterado su modo de contar y medir" de generación en generación (Alma 11:4). Sin embargo, la escala relativa de las unidades de medida encontradas en el Egipto del Imperio Nuevo y entre los nefitas de la época de Alma coinciden exactamente, como se desarrolla en la tabla 6 [del artículo de Welch]. En otras palabras, si se asume que el "limnah" de oro nefita(Alma 11:5-10) es afín o se relaciona con la antigua mina "ligera" de unas 17.6 oz, entonces todas las medidas nefitas se pueden interpretar como múltiplos exactos delqdt o kite -peso de 0.31 oz (muy cercano al "shekel" babilónico de 0.3 oz) egipcio de los períodos del Imperio Nuevo y del Tercer Período Intermedio. Desde el "leah" nefita (Alma 11:17) hasta el peso más pequeño nefita conocido, se pueden correlacionar todas las fracciones de medida de grano egipcias mencionadas en el párrafo anterior con el peso nefita, identificando el "leah" nefita con el kite egipcio -peso que representa uno. La correspondencia es sistemática y notable, y parece ser una alteración del seqel, por lo que 50 shekels valdrían una mina. Tal adaptación o reorientación del sistema israelita ya pudo haber estado en proceso en la época de Lehi, a juzgar de la aparición frecuente de numerales hieráticos egipcios en los pesos del shekel hebreo en el coetáneo reino de Judá. Por tanto la norma nefita implica que un limna (¿mina?) equivalga a 56 teóricos leahs (¿shekels?).

Welch, en su estilo típico, facilita extensas referencias a la literatura erudita para sus hallazgos.

21 noviembre 2009

Espadas en El Libro de Mormón



Hablar de espadas de acero en El Libro de Mormón e imaginarse un ejército con ellas, es muy poco lógico y habla de un pobre estudio del Libro.

Primero consideremos la arqueología en el medio oriente. Que un arqueólogo encuentre una espada en ese lugar, se convierte en algo poco común, ya que es muy difícil encontrarlas, a pesar de que en el medio oriente las condiciones climáticas deberían conservarlas mejor que acá en el nuevo mundo.

En primera instancia si son armas escasas, como en el caso del Libro de Mormón, el pensar que alguien la dejara tirada es absurdo, ya que si alguien moría en una guerra usándola ésta era recuperada por su enemigo y eso especialmente en América donde el metal era mucho mas escaso que en el medio oriente.

El Libro de Mormón indica que al menos algunas espadas eran de metal. Solo algunas, no las de todo el ejército,  el sugerir esto es un error.

Nefi dice que el trajo una Espada del viejo mundo, "la espada de Laban". Sabemos que esta espada fue traspasada de líder a líder. Las espadas metálicas eran muy escasas y usadas excepcionalmente. Veamos.

Una de las primeras referencias de espadas en El Libro de Mormón es en una guerra donde el príncipe Shule quien se describe como fuerte en juicio (Eter 7:8), narra que él fundió metal y formó espadas para los que habían salido con él; después dio batalla con Corihor y obtuvo el reino. Solo habla que este príncipe tenia el conocimiento sobre la fundición de metales, luego el pasaje no dice si el traspaso su conocimiento y en toda la historia Jaredita no se vuelven a mencionar las espadas.

Después de esto Nefi dice traer una espada del viejo mundo y en base a ésta, fabrica otras. No dice que para todo un ejército, si no que perfectamente podrían ser solo ser algunas.

Algo sobresaliente aquí, es que la descripción de Nefi habla de una espada de doble filo, y efectivamente las espadas de esa época y del lugar en que provenía Nefi eran de doble filo. ¿Coincidencia?. Interesante punto que después se vuelve a mencionar con la espada de Jarom.

Entonces, los versículos indican que las espadas eran escasas y usadas por la elite, los líderes, príncipes o capitanes, pero en ningún caso, todo un ejército. 

En Jacob se habla del rey Mosiah, se anuncia que para defender al pueblo estaría dispuesto a tomar la "espada de Laban". Si las espadas fuera algo común, ¿que necesidad tendría de especificar la espada a utilizar?

Investigaciones modernas en América del norte hablan de manejo del cobre y los estudiosos se preguntan por qué este conocimiento no fue traspasado a otras culturas de América. En el Libro de Mormón ocurre lo mismo, muy pocos conocían el trabajo del metal, que pudo ser conseguido por ejemplo de los meteoros.

¿Existían espadas en Mesoamérica?.

Si, al macahuitl, el arma de madera y obsidiana que usaban los guerreros, se le llamó espada por muchos historiadores. A continuación, ejemplos de libros y citas en que esto se menciona:
  • Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España, trad. Doris Heyden (Norman: University of Oklahoma Press, 1994), 66, 76, 109, 135, 139, 150, 152–53, 171, 198, 279, 294, 323, 375, 378, 412, 428, 437, 441, 451, 519, 552–53; 
  • Diego Durán, Book of the Gods and Rites and the Ancient Calendar , trans. Doris Heyden (Norman: University of Oklahoma Press, 1994), 66, 76, 109, 135, 139, 150, 152-53, 171, 198, 279, 294, 323, 375, 378, 412, 428, 437, 441 , 451, 519, 552-53; 
  • Diego Durán, Libro de los dioses y ritos y el calendario antiguo, trad. Doris Heyden and Fernando Horcasitas (Norman: University of Oklahoma Press, 1971), 124, 178–80, 234, 236; 
  • El macuahuitl "era equivalente a la espada del Viejo Continente"; S. Francisco Clavijero, Historia de México, trans. Charles Cullen, 3 vols. Charles Cullen, 3 vols. (Philadelphia: Budd and Bartram, 1804), 2:165. (Filadelfia: Budd y Bartram, 1804), 2:165. Citado en la Plantilla: JBMS-5-1-7 Véanse las notas 4-5.

La traducción de José Smith también pudo usar el término espadas para definir el arma mesoamericana. 

Existe un versículo que puede aclarar esto; en Alma 24:11-13. Explican que sus espadas estaban manchadas con sangre, estas manchas no se podían quitar , haciendo una analogía con el arrepentimiento y cómo  las espadas milagrosamente podrían quedar limpias.

¿Esta alegoría sirve con una espada de metal?.

No, por que fácilmente puede ser quitada una mancha de sangre.

¿Esta alegoría sirve con una espada de madera y obsidiana?.

Si, ya que al mancharse la espada con sangre un milagro podría quitarla y dejarla brillante, la obsidiana al pulirla brilla.

Conclusión:

1.- Las espadas de metal son raras en El Libro de Mormón  por lo que se entiende totalmente que no se pudieran encontrar por lo escasas que son al mencionarlas en El Libro de Mormón.

2.- Muy pocas armas de cualquier tipo se han encontrado en excavaciones arqueológicas del viejo mundo, la falta de arqueología que aun es pobre en América y además las condiciones climáticas, hacen imposible su recuperación.

3.- Sí existían las espadas en América (madera y obsidiana) reconocidas como tales por historiadores e inclusive registradas como tales por los conquistadores españoles, por ejemplo en el código Florentino.

4.- Algunas de las descripciones de espadas en El Libro de Mormón tienen más sentido si estas son espadas de madera y obsidiana.

5.- El término espada, solo es exclusivo en algunos versículos, donde se menciona espadas en plural, perfectamente así como muchos historiadores, José Smith tradujo por espadas el macuhuitl.

Adsense2