Busca en Nuestro Sitio

14 septiembre 2009

¿Quetzalcóatl y santo Tomás?


El Libro de Mormón  nos enseña que Jesucristo visitó el continente americano luego de su resurrección, nosotros tenemos mucha claridad con respecto a este magnifico acontecimiento, pero no así los análisis de diferentes estudiosos que en el tiempo de la conquista, no encontraban explicación de por qué tenían  los indígenas tanto conocimiento del evangelio de Jesucristo, por lo que buscaron diferentes teorías. Una de ellas, fue asociar a Quetzalcóatl con santo Tomás, como la solución a la respuesta que buscaban.

En la segunda mitad del siglo XVII, el sabio novohispano don Carlos de Sigüenza y Góngora hace un curioso planteamiento por medio del cual expresa que el dios Quetzalcóatl era el apóstol santo Tomás, que había venido a estas tierras a predicar el evangelio.

No era la primera vez que algo así se planteaba, pues tenemos sobradas evidencias como las antes relatadas, de que el camino estaba preparado para llegar a una aseveración de este tipo.

En efecto, al presumir los frailes del siglo XVI que había señales que indicaban la evangelizaron cristiana en estas tierras antes de la llegada de loa conquistadores, tenia que devenir tarde o temprano en establecer y personificar de manera inequívoca de quien se trataba, todo la cual cobraba realidad con santo Tomás, que no sería otro que Quetzalcóatl.

De lo anterior nos da luces don Juan José de Eguiara y Eguren en su Biblioteca Mexicana, escrita en 1755, en donde al tratar lo concerniente al sabio Sigüenza y sus aportes bibliográficos en la segunda mitad del siglo XVII hace ver que existen algunos inéditos de su puño y letra.

Entre ellos menciona uno que tiene por título El Fénix del occidente, Santo To­más Apóstol, llamado Quetzalcóatl, descubierto entre las cenizas de las antiguas tradiciones, conservado en las estelas, en los poemas y canciones de los Tultecas, Teochichimecas y Mexicanos, inédito al cual hace refe­rencia el mismo Sigüenza en su obra Paraíso Occiden­tal y al que se refieren otros autores como Vetancurt, Guzmán y Pinelo.

Según Eguiara: 
“El argumento da aula obra investiga la predicación de Santo Tomás Apóstol extendida a nuestra América Sep­tentrional, y después de haber conseguido muchos documentos de donde quiera, prueba el autor esparcimiento de los Apóstoles por la extensión del orbe da la tierra; después demuestra que la América nuestra no era desconocida para los antiguos; luego, que Santo Tomás, uno de los Doce Apóstoles, habla emigrado esta tierra, al cual llamaron Quetzalcóatl, hallando la coincidencia de entre ambos nombres por la vestimenta, la doctrina y los vaticinios del Apóstol; obteniendo todo ello, recorriendo con espacio los lugares por donde aquél anduvo indagando los rastros que a su paso había dejado, descubriendo los prodigios que había hecho, de los cuales dejaron memoria sus discípulos, por lo me­nos cuatro, a quienes en estas regiones había cristianamente instruido”.
En las palabras de Eguiara está claro el contenido del estudio del jesuita Sigüenza, quien debió de acudir a muchos de los cronistas citados. Poco más podemos agregar, aunque es necesario resaltar el pensamiento predominante en aquel momento -siglo y medio después de alcanzada la conquista militar de Hernán Cortés so­bre Tenochtitlan-, que llevaba a validar no sólo los relatos bíblicos, sino también a justificar la acción divina, pues era difícil entender que Dios hubiera olvidado a enormes mul­titudes de individuos en diversas regiones de la tierra. La respuesta era, pues, Quetzalcóatl/santo Tomás.

Para ellos era la única respuesta plausible a concebir, que un Apóstol de Jesús vino a América y enseñó el cristianismo, pero para cada lector sincero del Libro de Mormón  la verdad es tan pura como el evangelio mismo, Jesucristo lo declaró en la Biblia diciendo:
“También tengo otras ovejas que no son de este redil. A ellas también me es necesario traer, y oirán mi voz. Así habrá un solo rebaño y un solo pastor." Juan 10:16
Es decir los habitantes de América.

07 septiembre 2009

Tres días de oscuridad en América, 3 horas en Jerusalén

Gentileza: www.mundolsd.blogspot.com.



Anacronismo del Libro de Mormón: Tres Dias de Oscuridad

La Critica:

La Biblia nos dice que a la crucifixión de Jesús, la oscuridad cubrió la tierra por tres horas (Mateo 27:45; Marcos 15:33; Lucas 23:44). No obstante, el Libro de Mormón declara tres veces diferentes que hubo oscuridad “durante tres días” (Helamán 14:20,27; 3 Nefi 8:3, énfasis añadido). Desde luego, esta es una gran diferencia y contradicción.

La Respuesta

Los críticos afirman que el Libro de Mormón contradice a la Biblia. La Biblia enseña que hay tres horas de oscuridad cuando Cristo murió (Lucas 23:44), mientras que el Libro de Mormón dice que los vapores de tinieblas persistieron en la tierra durante tres días después de tres horas de intensa tormenta (3 Nefi 8:19, 23). Como suele ser el caso, un vistazo a este libro de sus supuestos problemas resultan consolidando la autenticidad y el origen divino del Libro de Mormón.

La "niebla de la oscuridad" aparentemente se refiere a la ceniza volcánica que estuvo presente en ese momento en América Central (territorio del Libro de Mormón), pero no en Jerusalén.

Muchos eventos de temblores en la tierra, que son literalmente descritos en el Libro de Mormón en el momento de la muerte de Cristo son coherentes con lo que se conoce sobre la actividad volcánica, temblores de tierra, ciudades enterradas y quemas, cambios en el nivel de las agua o las olas sísmicas asociadas con tal actividad (ciudades hundidas), rayos intensos y tormentas.

Más particularmente, la actividad volcánica puede resultar en cenizas volcánicas de espesor que cumplen con las descripciones del vapor de tinieblas en el Libro de Mormón (3 Nefi 8:19-23): la ceniza puede ser sentida, puede dominar a las personas (3 Nefi 10:13), puede hacer difícil encender luz (sobre todo cuando la ceniza es húmeda o está asociado con la lluvia), puede bloquear la luz del sol por completo, y puede persistir durante varios días (tres días, por ejemplo). La actividad volcánica está fuertemente implicada en el texto y es descrita con precisión (José Smith no podía saber estas cosas por sí mismo). La única pregunta es, entonces, si hay alguna evidencia de actividad volcánica en el Nuevo Mundo en el momento de la muerte de Cristo.

La respuesta es un sí sorprendente: Si hubo actividad volcánica significativa en el Nuevo Mundo, cerca de la hora de la muerte de Cristo - y la ubicación es América Central, La Geografía del área limitada (LGT) que los estudiosos SUD han concluido debe ser la región descrita en el Libro de Mormón.

El Modelo LGT

El modelo LGT para el Libro de Mormón sitúa al Libro en el modelo de las placas tectónicas de las tierras del Caribe, y en la intersección múltiples placas tectónicas de mucha actividad sísmica y volcánica. Los 3 días de oscuridad son consistentes con un periodo de intensa actividad volcánica. Esta explicación de los tres días de oscuridad ha sido particularmente popular entre esos quienes abogan por un limite geográfico en el modelo del Libro de Mormón. La mayoría de los Modelos LGT ubican al Libro de Mormón en la tierras de Centro América y esta área es bien conocida por la intensa actividad volcánica.

Un autor sugiere:

* La causa básica de la destrucción fue una tremenda conmoción volcánica.
* Numerosos mecanismos destructivos se vieron envueltos, pero la lluvia no fue uno de ellos.
* El acompañamiento al periodo de oscuridad fue causado por una inmensa nube local de ceniza volcánica.
* El hecho sin precedentes fue debido a una descarga eléctrica dentro de una nube de ceniza.
* Los truenos intensos fueron debidos a los rayos, al retumbar de la tierra y a los movimientos sísmicos.
* El vapor de oscuridad (1 Nephi 12:5; 19:11) y la neblina de oscuridad (3 Nephi 8:20) fueron cenizas volcánicas y polvo disperso por el fuerte movimiento de un terreno.[1]


También:

La inhabilidad de encender la madera sumamente seca es interesante en vista del hecho que unas personas también son descritas como muriendo de asfixia durante el período de la destrucción que precedió al período de la oscuridad (3 Nephi 10:13). Esto sugiere que en algunas regiones la concentración de gases volcánicos densos (dióxido de carbono y dióxido de azufre) sobre el nivel de las tierra fuera suficiente para prevenir el encendimiento de la leña y causar asfixia..

James Baer nota que las erupciones volcánicas podrían haber acompañado al terremoto violento descrito en 3 Nefi. Él nota que éstos habrían hecho la atmósfera oscura con polvo y cenizas y habrían liberado monóxido de carbono, dióxido de carbono, y gases sulfurosos, que habrían estado asfixiando a las personas y podría haber hecho imposible encender fuego.

Otro mecanismo, sin embargo, muestra una explicación igualmente probable de la inhabilidad de encender madera seca. Si uno supone que las chispas del sílex fueran el método común para encender fuego, entonces la caída de ceniza pesada podría haber sido eficaz en la prevención de la ignición. Esta caída de ceniza pesada también ofrece una explicación probable de los términos vapor de tinieblas usada en 1 Nefi 12:4–5.

Datación de pruebas

Además, los datos del núcleo helado son consistentes con un principal acontecimiento volcánico en el momento de la muerte de Cristo, dentro del margen de error proporcionado por las medidas que datan, aunque no es actualmente posible determinar la posición de estas erupciones.

La Conclusión

3 Nefi 8:5-25 proporciona una descripción detallada de una erupción volcánica y sísmica masiva. Tales detalles son precisos tanto en relatos antiguos como modernos, aunque hubieran sido desconocidos a José Smith.

01 septiembre 2009

Fray Diego López describe conocimiento del evangelio entre indígenas americanos


Fray Diego López de Cogolludo nació en Alcalá de Henares en España, y entró a la orden de los franciscanos del convento de San Diego de Alcalá, el 31 de marzo de 1629. Emigró a Yucatán y volvióse lector de teología, luego guardián del convento de Mérida y por fín provincial de su Orden.


Su obra, la "Historia de Yucatán", que se publicó en Madrid en 1688, es un trabajo importante, que cubre toda la historia del Yucatán de los siglos XVI y XVII, la llegada de los conquistadores, la evangelización, las revueltas indígenas, las entradas de los piratas ingleses, etc. 

En su obra "Historia del Yucatán" comenta sobre como los indios conocían sobre el evangelio antes de que ellos llegaran, él dice:

“Se halló en este Reyno de Yucatán fundamento para poder presumir una evangelización de las Indias por los apóstoles, y que no dio poco que considerar a los escri­tores antiguos, para nuestros españoles, cuando en él entraron, hallaron cruces...”

28 agosto 2009

Jardines, torres y mercados en El Libro de Mormón

Fuente:http://www.jefflindsay.com/BMEvidences.shtml.
Traducción : Marco Royo.



En Helaman 7:10, El Libro de Mormón habla del profeta y líder religioso Nefi, descendiente de Nefi que cruzó el océano, clamando en una torre de su jardín "que estaba cerca del camino real que conducía al mercado principal que había en la ciudad de Zarahemla". En 1830 la idea de que los antiguos americanos tuvieran jardines urbanos, múltiples mercados (deducido la existencia de un "mercado principal"), calzadas y torres personales parecía fuera de lugar. Recientes descubrimientos muestran que es enteramente plausible. El Capítulo 68 de Reexploring the Book of Mormon, (ed. John Welch, Deseret Book Comp., Salt Lake City, UT, 1992, pp.236-237) explica:





La "torre" pudiera fácilmente referirse a montículos piramidales, algunos construidos y utilizados por familias y líderes de linajes para ceremonias religiosas y que se referían los conquistadores españoles como "torres". 

Las calzadas en Mesoamérica en la época del Libro de Mormón, han sido grandemente respaldadas por la ciencia. Pero, ¿qué evidencia existe de los jardines y de los mercados principales en las antiguas ciudades de Mesoamérica?

Jardines. Durante décadas la visión predominante era que no existían ciudades con poblaciones de alta densidad en Mesoamérica. Sin embargo, en los últimos veinte años trabajos intensivos en lugares como Teotihuacan y Monte Alban han demostrado incuestionablemente que las ciudades en el sentido moderno de la palabra se conocían de hecho en la época del Libro de Mormón.

De hecho, en algunas de esas ciudades se cultivaron áreas de jardin de adyacentes a sencillos complejos habitacionales. En el sitio arqueológico de El Tajín, cerca de la costa del Golfo de México, al este de la ciudad de México, se encontraron los restos de una ciudad que se extendía en unos cinco km2. en su máxima expansión en 600 - 900 después de Cristo. En ese tiempo las casas de la gente de clase media estaban rodeadas de jardines y árboles frutales. Igualmente la célebre ciudad de Tula, al norte de la capital México era aún mucho mayor, de más de 14 km2. hacia 1000 - 1100, y las parcelas con jardines eran comunes allí también.

Mercados principales. Ningún conocedor del México precolombino duda de que los mercados se encontraban en todos los asentamientos. Cortés y sus compañeros se asombraron del mercado de Tlatelolco en el Valle de México por la diversidad de productos y la complejidad de su organización. Sin embargo, hasta fechas recientes se había puesto poca atención al hecho de que un número de esas ciudades poseyera múltiples mercados.

La evidencia, sin embargo, parece bastante clara. Blanton y Kowalewski, por ejemplo, habían observado que Monte Albán tenía un mercado principal y varios subsidiarios. Para Teotihuacán, Rene Millon identifica a un lugar como "el mercado principal" y sugiere que existieron otros mercados para productos específicos como útiles de cocina. George Cowgill, otro experto en Teotihuacán, lo confirma. Por otro lado Edward Calnek revisó la evidencia documental de la organización de la capital azteca Tenochititlan, y ha demostrado que cada sector importante de la ciudad tenía su propio mercado, además del gigantesco mercado central. Aparentemente Zarahemla no era diferente.

Esto parecía problemático en la descripción incidental de la vecindad de Nefi en el libro de Helamán. Las investigaciones de los últimos años han dado la vuelta a lo que parecía ser un problema.

Respecto a jardines, Michael D. Coe en The Maya (4th edition, London: Thames and Hudson, 1987, p. 156) afirma:
"Todos los palacios mayas tienen su propio huerto en el que se cultivan verduras y árboles frutales, y los frutales también se extienden cerca de los asentamientos. Se cultivaban los árboles de la papaya, aguacate, crema de manzana, chicozapote, y del maní. . . ."
La idea de que Nefi tuviera su propio jardín en un asentamiento urbano tiene ahora más sentido.

Respecto al concepto de mercado principal, una publicación seria advierte que "el sumo desarrollo del mercado como institución y el auge de mercaderes especializados son inconfundiblemente mesoamericanos" y "se remarcan los mercados tanto en la Mesoamérica antigua como en la actualidad" (Gordon R. Willey,Gordon F. Elkholm, and René F. Millon, "The Patterns of Farming Life and Civilization" in Handbook of Middle American Indians (Austin:University of Texas Press, 1964), 1:461-62, citado en Pressing Forward with the Book of Mormon, editado por John W. Welch y Melvin J. Thorne, Provo, Utah: FARMS, 1999, p. 197).

Otro autor dijo: "Alrededor del mercado principal había una serie de lugares de mercado" que "se especializaban en un producto dado o en una mercadería y . . . llevan una selección reducida de los bienes disponibles en el mercado central." (Manning Nash, "Indian Economies" in Handbook of Middle American Indians, 6:87, in Pressing Forward with the Book of Mormon, p. 198). Otros observaron que "la institución económica más importante de la antigua civilización maya era el mercado centralizado." (S.G. Morleyand G.W. Brainerd, The Ancient Maya, 4th ed. (Stanford: Stanford Univ.Press, 1983), p. 249, as cited in Pressing Forward with the Book of Mormon,p. 198).

Los indios americanos que pudiera haber conocido José Smith, no pudieron haberle provisto de conocimiento de mercados centrales que una vez existieron en ese continente.

¿Pudo haber adivinado en 1829 que los antiguos habitantes de este continente tuvieron una vez mercados centrales y muchos otros complejos sociales y elementos económicos de una civilización avanzada? ¿Pudo haber sabido de antiguos elementos mesoamericanos como jardines urbanos, calzadas, torres, templos, ciudades fortificadas, mantenimiento de registros, etc.?

El conocimiento de la civilización mesoamericana en el tiempo de José Smith era minúsculo (véase, por ejemplo, "What Could Joseph Smith Have Known about Mesoamerica?"). Si ha inventado el Libro de Mormón basándose en lo que sabía o intuía, nada había defendible después de un par de décadas desde su publicación. En vez de ello, el Libro de Mormón al principio parecería previsiblemete ridículo, tratando de antiguos indígenas en civilizaciones avanzadas, por lo que a diferencia de aquellos del entorno de José Smith, se avanza en mayor conocimiento que conduce a la plausibilidad de que el Libro de Mormón se ambiente en el medio mesoamenricano de forma que descarte a José Smith como su autor.

25 agosto 2009

Fray Diego Durán, comenta sobre el posible origen judío de leyendas Mesoamericanas.


Diego Durán, (Sevilla, 1537 - 1588) historiador y domínico español conocido también como fray Diego Durán, fue escritor de una de las primeras obras sobre diversos aspectos de la sociedad mexicana, para lo que estudió el náhuatl y consultó un número importante de testimonios originales, tanto orales como escritos.

Tenia una especial idea sobre muchas de las costumbres que investigó exhaustivamente en fuentes orales, códices y testimonios diversos. Esto es lo que pensaba sobre el origen de una de estas leyendas en particular.


Cito textual su comentario:
“...donde es de saber, que tratando de un gran varón, de quien no poca noticia se halla entre ellos, me contaron que después de haber pasado grandes aflicciones y persecuciones de la tierra, que junto a toda la multitud de gente que era de su parcialidad y que les persuadió a que huyesen de aquella persecución a una tierra en donde tuviesen descanso; y que haciéndose caudillo de aquella gente, se fue a la orilla del mar, y que con una vara que en la mano traía, dio en el agua con ella y que luego se abrió el mar y entraron por ahí él y sus seguidores y que los enemigos, viendo hecho camino se entraron tras él, y que luego se tornó la mar a su lugar, y que nunca más tuvieron noticias de ellos. ¡Que más clara razón se puede dar de que estos sean judíos, que ver cuán manifiestamente y al propio relatasen la salida de Egipto, el dar Moisés con la vara en la mar! El abrirse y hacer camino, al entrar faraón con su ejército tras ellos y volver Dios las aguas a su lugar”.

17 agosto 2009

Fray Bernardino de Sahagún describe conocimiento del evangelio en América Precolombina

Registro histórico devela conocimiento del evangelio entre los habitantes de América Precolombina.


Fray Bernardino de Sahagún en su "Historia general de las cosas de la Nueva España", hace ver que antes de la lle­gada de los españoles, hubo predicadores del evange­lio:
“También he oído decir que en Chanpanton o en Campe­che, hallaron los religiosos que fueron allí a convertir pri­meramente, muchas cosas que aluden a la Fe Católica y al Evangelio; y si en estas dos partes dichas hubo pre­dicación del Evangelio, sin duda que la hubo también en estas partes de México, y sus comarcas, y aun en esta Nueva España...”

15 agosto 2009

Indígenas americanos conocían la historia de la creación

Fuente: http://www.gospeldoctrine.com/spanish/indexsp.html.



Las planchas de bronce obtenidas de Labán, contenían los cinco libros de Moisés (aparentemente muy similares a los primeros cinco libros de la Biblia – el Pentatéuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio). Un registro de los Judíos, desde el principio hasta Sedequías y las profecías de los profetas, desde el principio hasta Jeremías. (1 Nefi 3:3-20, 5:11-13.) Esto explicaría como las historias bíblicas eran conocidas por los indígenas americanos, antes de la llegada de los sacerdotes católicos y de sus Biblias después de la llegada de Colón.

Los historiadores han llegado a la conclusión de que los indios americanos conocían la historia de la creación, el diluvio, etc., antes de la llegada de Colón, aunque no habían podido explicar cómo llegaron a tener ese conocimiento.

En el volumen 4 de las "Antiguedades de México", Lord Kingsborough relata muchas evidencias de relatos bíblicos entre los indios americanos y llegó a la siguiente conclusión:
"No es necesario tratar en este lugar de buscar nuevas analogías en las tradiciones y mitología del Nuevo Mundo, ya que las coincidencias que ya se han mencionado son suficientemente fuertes para garantizar la conclusión de que los indios, en el periodo que antecede a la llegada de los españoles en América, estaban familiarizados, por lo menos, con una parte del Antiguo Testamento." (Londres: Robert Havell, 1831-1848, pág. 409.)" (Daniel Ludlow, A companion to Your Study of the Book of Mormon, págs. 98-99)

Adsense2