Hoy en día no nos parece tan increíble la existencia de civilizaciones, ciudades, carreteras y edificios construidos con cemento. Sin embargo, en 1830, cuando no se había descubierto ningún índice de este nivel de desarrollo en América, Jose Smith fue altamente criticado por afirmar esto en el Libro de Mormón. Jack H. West nos documenta estas evidencias usando referencias de reconocidos arqueólogos.
Autor: Jack H. West.
Antiguos habitantes de las Américas construyeron ciudades, carreteras y edificios con cemento.
Yo no sé si existían grandes compañías para construir edificios allá en 1830, pero si las hubiera, seguro que algunos peritos en la materia habrían dicho después de leer el Libro de Mormón: "Pues, bien, hay muchas cosas en ese libro que sí puedo creer, pero en esto está hablando de mi profesión. ¿Quiere usted decirme que en nuestra época avanzada de 1830, cuando apenas sabemos lo que es el cemento, cuando todavía no construimos nada con él, que estos salvajes paganos (como los llamaban) allá en épocas lejanas podían construir enormes carreteras que unían los mares, pasando de costa a costa, y tremendas ciudades, y enormes edificios usando el cemento? ¡Qué ridículo!"
Y, claro está, nuestra gente en 1830 no podía decir más que "Tenemos fe en ese libro y lo creemos." Pero en aquel año era imposible que probáramos que los antiguos habitantes construían con cemento.
Con respecto al uso de cemento, el Libro de Mormón dice:
Y como no había sino un poco de madera sobre la superficie del país, aquellos que llegaron allí se hicieron sumamente expertos en el trabajo de cemento; por tanto, construyeron casas de cemento y vivieron en ellas.
(Helamán 3:7.)
Y así habilitaron a la gente del país del norte para que edificasen muchas ciudades ......de cemento.
(Helamán 3:11.)
Es sumamente interesante que no se hallan ningunas pruebas del uso de cemento en Sudamérica, pero al pasar al norte de la pequeña "lengua de tierra", en la zona de Panamá, el cemento aparece en todas las obras de construcción.
El cemento de aquellas obras antiguas era superior a todo cemento que se usa hoy en día.
Fijémonos en el testimonio de uno de los peritos modernos. Farns-worth cita de T.A. Willard una vez más en la página 38. Cada vez que leo esto me acuerdo de una experiencia personal que tuve yo puliendo cemento de la forma más difícil.
Willard cuenta la histora de un ingeniero escosés, Juan MacAdam, que vivió y murió convencido de que había inventado un sistema para construir carreteras, que hasta el momento presente seguimos llamándolas carreteras "MacAdam." Pero hace más de dos mil años antes de que naciera Juan Mac Adam, se nos dice que los constructores de carreteras usaban las mismas técnicas en Yucatán.
... se construían carreteras en Yucatán que utilizaban todas sus técnicas fundamentales para la construcción de caminos. Y MacAdam vivió y murió sin haber oído jamás de ellos ..... Lo esmerado de su construcción y los principios básicos de ingeniería que usaron, hacen rivalizar a los famosos caminos del imperio romano con nuestras carreteras de hoy en día.
En tiempos antiguos, Chichén Itzá junto con todas las ciudades mayores y menores de la Península de Yucatán, se conectaban mediante una red de carreteras lisas y de superficie dura; esta tierra, en su época tenía las mejores carreteras del mundo.
Las antiguas carreteras, sin excepción, descansaban sobre la roca solida y sobre esa base firme se construía un lecho usando piedras calizas más grandes primero y encima más pequeñas. (Esto quiere decir que cavaron cincuenta a sesenta pies, algunas veces, antes de empezar la construcción usando "primero las piedras más grandes," etc.)
Al llegar al nivel de la superficie, se usaban piedras cada vez más pequeñas hasta llenar todos los huecos. Luego se ponía una capa lisa y dura de cemento Robre, sobre toda la superficie de la carretera. Luego se aplicaba una capa más delgada de cemento y cuando esto se había endurecido lo suficiente, grupos de obreros bien fuertes, armados de piedras lisas de una contextura fina para pulir, trabajaban la superficie plástica hasta que se endurecía en una capa pulida y plana, casi tan lisa como el azulejo, y casi así de dura.
Cuando el señor Willard escribió esta descripción de las antiguas carreteras, no sabía que los científicos hallarían más de 4,000 millas de una carretera continua solo en Centroamérica, con cada trozo cubierto de cemento; este cemento de muy alta calidad.
Yo no puedo imaginar, ni en sueños, a bastantes hombres de rodillas para pulir aquella tremenda carretera de cemento con finas piedras pulidoras.
Cuando yo era miembro del obispado del barrio de Monrovia y estaba encargado de la Asociación de Mejoramiento Mutuo, el obispo me llamó un día y me dijo: "Jack, te gustaría venir a la iglesia con algunos de los niños exploradores para quitar algunos nombres que escribieron en el cemento fresco?" De modo que fui con algunas de esas "finas piedras pulidoras," y de rodillas con aquellos jóvenes, tratamos de quitar los nombres, y conste que esto paso solo unas cuantas horas después de escribirlos. ¡Como trabajamos!
Después de esa experiencia, me es imposible concebir el pulir 4,000 millas de carreteras. Puede ser que los antiguos habitantes hayan usado máquinas para trabajar y pulir el cemento de sus carreteras. No se olviden que el Libro de Mormón dice que tenían maquinaria.