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24 febrero 2008

Anacronismos del Libro de Mormón: Animales


Anacronismos del Libro de Mormón: Animales
De FAIRMormon
Este articulo ha sido traducido con permiso de FAIR LDS por: Mario Rodolfo Montani y redactado por Alberto Barrios

La acusación
Los críticos proclaman que El Libro de Mormón menciona animales que no pertenecen al entorno de un Nuevo Mundo precolombino. Citan esto como evidencia de los errores introducidos por José Smith y que revelarían su fraude. Los ejemplos más a menudo atacados incluyen:

El asno (burro)
abejas
La vaca
El elefante
El caballo
Gusanos de seda
Porcinos (cerdos)
Cierta burla se produce también a expensas de dos animales desconocidos, cuyos nombres no tienen traducción:

curelomes
cumones
La(s) fuente(s) de la acusación
John Hyde, Jun., Mormonism: It’s Leaders and Designs (New York: W.P. Fetridge and Co.), 1857.
Thomas D.S. Key, Sc.D., Ed.D. (Biology), Th.D., “A Biologist Examines the Book of Mormon” Journal of the American Scientific Affiliation, XXX–VIII, 2, (June 1985).
Floyd C. McElveen, The Mormon Illusion (Ventura: Reagal Books, 1977).
La respuesta
En primer lugar, no deberíamos rechazar la posibilidad de un “préstamo sustitutivo”, en el que el nombre para una especie conocida es aplicado a nuevas especies. Este es un fenómeno bien constatado – por ejemplo, los Amerindios denominaron ‘ciervos’ a los caballos europeos en su primer encuentro con ellos. El ejemplo clásico, por supuesto, es el hipopótamo, nombre que los griegos dieron a un animal que caracterizaron como “caballo (hippo) de río (potamus). Aquellos críticos que se burlan deberían preguntarse cómo podría alguien confundir un hipopótamo con un caballo – la respuesta, por supuesto, es que los griegos sabían perfectamente que el hipopótamo no era un verdadero caballo, pero el nombre se impuso.

Además de estas consideraciones, algunas de las especies ‘ridículas’ pueden no ser tan extrañas como pretenden los críticos




Asnos (Burro)
La única clave sobre el rol del “asno” en la sociedad nefita proviene de Mosiah 12:5 y Mosiah 21:3, en las que aquellos en cautiverio llevan cargas como “mudos asnos”. Otras menciones se dan en 1 Nephi 18:19 y Mosiah 5:14, mientras que Mosiah 13:24 es una cita de los Diez Mandamientos. “Asno” ha sido sugerido como préstamo semántico del tapir, al cual muchos han descripto en términos decididamente equinos.[1][2] Puede agregarse que algunos modernos entusiastas del tapir señalan la incapacidad de los tapires para criarse en rebaños (por no tratarse de animales de rebaño, tienden a pelear), pero “la gente de los territorios nativos del tapir mantiene ejemplares aislados para engordarlos y utilizarlos como alimento, aunque... algunos son bastante salvajes y otros pueden llegar a ser extremadamente peligrosos... Son grandes, pesados y fuertes, con poderosas mandíbulas y dientes, pudiendo movilizarse muy rápidamente"[3] Un reciente informe gubernamental indica:

El tapir es dócil frente al hombre y por tanto su manejo es relativamente fácil. Un indígena describe al tapir del siguiente modo: “Es un animal muy sociable. Tomado de pequeño uno puede fácilmente domesticarlo; sabe cómo comportarse cerca de la casa; va a alimentarse a la montaña y luego regresa para dormir cerca del hogar.” [4] Pareciera que al menos un rol limitado para el tapir no debería descartarse de la discusión, ya sea como fuente alimenticia (El tapir constituye entre el 7 y el 10% de la dieta en la Amazonia rural[5]o como potencial bestia de carga a pequeña escala (dada su fuerza). Charles Darwin aún observó que los tapires en las Américas eran domesticados, aunque no tendían a reproducirse en cautiverio [6]Este hecho podría explicar la relativamente poca frecuencia de su mención en el Libro de Mormón.

Abejas
Entre los supuestos anacronismos del Libro de Mormón está la mención de “abejas” (Éter 2:3)...Debería observarse primeramente que el uso del término “abejas” en el Libro de Mormón se produce en el entorno del Viejo Mundo (jaredita), y nunca se lo utiliza en conexión con el Nuevo Mundo, por lo que la controversia podría simplemente terminar aquí. ¿Trajeron los jareditas abejas al Nuevo Mundo? Quizás nunca lo sepamos. De todos modos, algunos estudios sugieren que las abejas eran conocidas en el arcaico Nuevo Mundo. Bruce Warren, por ejemplo, señala que “hay muchas referencias en la región maya a la existencia de abejas en la antigüedad y estas referencias se dan en contextos rituales, es decir, de origen nativo o pre-hispánico”. Otros estudiosos del Nuevo Mundo han observado que “no sólo existían abejas domésticas en la antigua América sino también dioses de las abejas y de los apicultores ... La miel era considerada un presente real por los indios. De igual importancia era la cera tomada de las colmenas la cual era a menudo intercambiada por otras mercancías"[7]
Mayor información sobre las abejas del Nuevo Mundo en un contexto doméstico puede hallarse en F. Padilla, F. Puerta, J. M. Flores and M. Bustos, "Bees, Apiculture and the New World," en Archivos de zootécnica, 41/154 (1992-extra): 563–567. PDF link

Vacas
El término “ganado” es utilizado en tres ocasiones en el Libro de Mormón (Éter 9:17-19; Enos 1:21; 3 Nefi 3:22), mientras el término “vaca” es utilizado en dos (Éter 9:18; 1 Nefi 18:25). El registro jaredita no es muy claro acerca de si “ganado” y “vacas” son lo mismo, o si “vaca” representa una subcategoría de “ganado” ...
Como ocurre con muchos animales en el Libro de Mormón, es probable que estos términos del Libro de Mormón provengan de reasignar nombres familiares a elementos desconocidos.... Los indios Miami, por ejemplo, desconocían al búfalo y simplemente lo nombraron “vaca salvaje” De modo similar, el “explorador DeSoto llamó al búfalo “vaca”. Los indios Delaware nombraron a la vaca como su denominación para ciervo, y la tribu Miami bautizó a la oveja al verla por primera vez como ‘la-que-se-parece-a-la-vaca’” [8][9]

Elefante
El único lugar donde los elefantes son mencionados en El Libro de Mormón es enÉter 9:19 aproximadamente en 2500 A.C. De modo que ningún elefante que existiese sobre el continente Americano tiene que necesariamente haber sobrevivido después del 2400 A.C. ...Además de las tradiciones, cinco esfinges de elefantes han sido encontradas en el México antiguo. El Dr.Verrill, un muy conocido arqueólogo (no-mormón) describe una de esas figuras como “tan sorprendente y obviamente elefantina que no puede ser explicada por ninguna de las teorías ordinarias de que pueda tratarse de un tapir exagerado, un oso hormiguero o un guacamayo. La figura no sólo tiene una trompa sino que, adicionalmente presenta las grandes orejas en forma de hoja y las rodillas que flexionan hacia adelante tan peculiares de los elefantes. Más aún, muestra un peso o carga sobre su lomo. Es inconcebible que alguien haya imaginado una criatura con las orejas batientes y las peculiares rodillas de un elefante, o que algún ser humano haya estilizado un tapir a ese extremo”...

Las tradiciones orales, registros escritos y obras de arte mostrando elefantes establecen una fuerte base para la posición de que existieron elefantes en la antigua América. Un apoyo aún más sustancial – restos reales – también se ha descubierto. Hoy en día todos los estudiosos están de acuerdo en que los mastodontes y mamuts (incuestionablemente elefantes para los zoólogos) vivieron una vez en las Américas. La disputa existente es hasta cuándo vivieron. De acuerdo al libro de Mormón no necesariamente debieron vivir con posterioridad al 2400 A.C.. La evidencia arqueológica de años recientes ha demostrado que el elefante pudo haber sobrevivido hasta fechas tan tardías como esa. Huesos de mastodonte cazado se descubrieron recientemente en un sitio arqueológico que data de la época inmediata posterior a Cristo. Otro sitio, datado aproximadamente en 100 A.C., ha sacado a luz restos de un mamut, un mastodonte y también un caballo.[10]

Algunos catedráticos han sugerido que el elefante (mamut o mastodonte) vivieron mucho más tarde de lo que anteriormente se creía. Ludwell Johnson, en un artículo titulado “Hombres y Elefantes en Améerica” publicado en Scientific Monthly, escribió que “ los descubrimientos de restos con asociación de humanos y probóscides no son para nada inusuales. Para 1950, Mac Cowan listó no menos de veintisiete” incluyendo como lo señaló Hugo Gross “un esqueleto de mastodonte parcialmente quemado y numerosos restos de cerámica en Alangasi, Ecuador... Ya no puede haber dudas de que el hombre y el elefante coexistieron en América... Probablemente sea seguro declarar que los Proboscidos Americanos han estado extintos por un mínimo de 3000 años.” Si los elefantes desaparecieron hace por lo menos 3000 años, aún así se ubicarían dentro del rango de la era jaredita. Y, como se observó más arriba, alguna evidencia indica que, en números limitados, el elefante pudo haber sobrevivido por varios siglos más.[11]
Para resumir, el elefante no representa un problema para el Libro de Mormón

Caballo
Como ya se ha mencionado, no deberíamos rechazar la posibilidad de un “préstamo sustitutivo” – bajo esta interpretación las especies candidatas para “caballo” incluirían al tapir, el ciervo .[12]

De todos modos, el caso en contra de los caballos precolombinos puede que no esté tan “blindado” como los críticos asumen:

Excavaciones en el paraje de Mayapan, que data de algunos siglos antes del arribo español, ha mostrado huesos de caballo en cuatro sitios (Dos de los lotes eran superficiales de modo que podrían representar caballos españoles) De otro sitio, el Cenote (pozo de agua) Ch'en Mul, vinieron más indicios, esta vez de un contexto arqueológico firme . En el estrato más bajo de una secuencia de niveles de tierra no consolidada de casi dos metros de espesor, se encontraron dos dientes de caballo. Estaban parcialmente mineralizados, indicando que eran definitivamente antiguos y no podrían haber venido de un animal español. Lo interesante es que también se encontró alfarería mayan en la muestra estratificada donde se hallaban los dientes.[13]
Algunos han argumentado que los restos de caballo deberían estar mejor constatados si es que jugaron un rol en la sociedad nefita. De todos modos, debe recordarse que los caballos no juegan un rol importante en el Libro de Mormón. Se los menciona en los siguientes contextos:

Citas de escrituras del Viejo Mundo

2 Nefi 12:7 - cita de Isaias
2 Nefi 15:28 - cita de Isaias
Enseñanzas apocalípticas al estilo del Viejo Mundo.

3 Nefi 21:14 - Jesús habla de “caballos y carros” en un discurso simbólico y apocalíptico.
Caballos en el Nuevo Mundo

1 Nefi 18:25: encontramos en la tierra de promisión, mientras viajábamos por el desierto … el caballo .. ...
Éter 9:19 - Los jareditas poseían “caballos”.
Usados conjuntamente con carros

Alma 18:9 - Ammón alimenta los caballos del rey lamanita, asociados a sus “carros”.
Alma 20:6 - El rey lamanita utiliza caballos y carro para visitar un reino vecino
3 Nefi 3:22 - Los nefitas llevaron sus caballos y carros a un área central fortificada como protección contra los ladrones
(Debe notarse que no se nos dice si estos carros servían para ser montados, o si eran para el transporte de mercaderías, o si cumplían una función ceremonial. Uno asume cierto tipo de practicidad ya que los carros son llevados a un asedio en 3 Nefi)

Rol en la cría de animales

Enos 1:21 – el pueblo de Nefi… crió rebaños de reses y manadas de toda clase de ganado, y cabras y cabras monteses, y también muchos caballos.
3 Nefi 4:4 – Durante el asedio de los ladrones, los nefitas “se habían provisto de víveres y de caballos, y ganado, y rebaños de toda clase, para poder subsistir por el término de siete años”.
3 Nefi 6:1 – Después del sitio, los nefitas volvieron a sus tierras llevando cada uno sus posesiones, incluyendo “caballos y ganado”.
Es interesante que los caballos son a menudo agrupados con el ganado, por lo que parecieran haber jugado un rol en la dieta (aunque esto pudo ser bajo las exigencias del asedio de 3 Nefi)

Llamativamente ausente es el rol del caballo en los muchos viajes registrados en el Libro de Mormón. Tampoco parecen caballos y carros jugar un papel en las guerras nefitas; esto en contraste con los relatos bíblicos, en los que los carros de Egipto, Babilonia y los Filisteos son super-armas temidas sobre las planicies de Israel.

No se ve un rol para el caballo en las galantes cargas de caballería que eran el ideal guerrero romántico en los días de José Smith. Ni hay el menor signo de la rápida guerra de maniobras y escaramuzas promovida por las caballerías de las naciones occidentales. Estos no son los caballos de las realidades prácticas del siglo diecinueve ni de sus fantasiosos sueños.

Ha habido sociedades para las cuales el caballo era vital, como entre los guerreros Hunos de Asia y Europa Oriental, para quienes los caballos eran un signo de riqueza y estatus, así como esenciales para la alimentación, el vestido y la guerra. Sin embargo, no existen a la fecha huesos de caballo de ese período en los registros arqueológicos.[14]

Si los cientos de miles de caballos que poseyeron los Hunos dejaron poca o ninguna traza, puede ser no tan sorprendente que poco se haya encontrado en América, dado que el rol para los caballos en el Libro de Mormón es mínimo. Irónicamente, ¡hay más evidencia de caballos en Mesoamérica que entre los Hunos!

Además, “todos saben” que no había caballos en América antes de Colón. José Smith habría entendido esta creencia común. Si estaba tratando de perpetrar un fraude, ¿para qué incluir un elemento sobre el que todos habían escuchado, especialmente cuando juega un rol tan pequeño en el libro?

Cerdos
Los “cerdos” son mencionados dos veces en el Libro de Mormón: una en 3 Nefi 14:6, en donde el Señor usa el término de manera figurativa, y otra en Éter 9:18 donde son descriptos como animales útiles para la alimentación. Algunos críticos han ridiculizado la sugerencia del Libro de Mormón de que los cerdos se utilizaran como alimento (debido a las restricciones dietarias de la Ley de Moisés), pero debe tenerse en cuenta que la historia contenida en Éter se desarrolla antes de la Ley Mosaica. Otros críticos han señalado que los cerdos eran desconocidos en el antiguo Nuevo Mundo... Sin embargo, los primitivos americanos sí tuvieron un cerdo autóctono. Los aztecas lo llamaron pizote, “que básicamente significa glotón” nombre a menudo aplicado al pecarí o cerdo salvaje. “Con respecto al pecarí” observa Sorenson, “dos términos en nahuatl quauhcoyamet y quahpizotl se desarrollaron después de la conquista para distinguir las especies nativas del cerdo de Castilla...”[Sorenson, An Ancient American Setting, 290.][15]

Curelomes y Cumomes
Estos nombres son términos jareditas sin traducción. Se han sugerido una variedad de animales potenciales, tales como las llamas, alpacas, mastodontes, u otros mamíferos del Pleistoceno.[16]

Sin mayor información disponible, uno no puede considerarlo un golpe contra el Libro de Mormón. Algo interesante es que, si José Smith estaba inventando el Libro de Mormón, esta era una ocasión de dejar correr su imaginación, y sin embargo ninguna descripción de las extrañas bestias nos es dada (aunque para el modelo de producción fraudulenta, sí se tomó el trabajo de nombrarlas)

La conclusión
Podemos bosquejar las siguientes conclusiones tentativas:

Asno – el tapir de aspecto equino es una posibilidad.
Abejas – no necesariamente en América según el texto, pero igualmente existen ejemplos pre colombinos
Vaca – especies bovinas (p.ej. búfalo) estaban presentes en América
Elefante – necesario sólo en la era jaredita, hay tanto evidencias tradicionales, de inscripciones y restos biológicos que apoyan al Libro de Mormón
Caballo – existe alguna evidencia, aún no considerada definitiva, que sugiere era conocido por lo menos en ciertas partes de Mesoamérica en épocas pre-colombinas anteriores a Cristo. También hay amplios precedentes de nombras diferentes animales con nombres en común, y hay otros candidatos del Nuevo Mundo como el ciervo o el tapir..
Gusanos de seda – presentes en el Nuevo Mundo con otras opciones disponibles para la ropa de seda. silk
Cerdos – existieron especies originarias aunque sólo está registrado su uso por los jareditas (lo cual no debe sorprendernos, ya que los nefitas se hallaban bajo la Ley de Moisés)
Notas
[back] "Horses in the Book of Mormon" (Provo: Utah, FARMS, 2000). off-site
[back] See, for example, the Encyclopedia Brittanica, 1911 edition for horse).
[back] Sheryl Todd, "The Tapir Gallery, the Tapir Preservation Fund," Tapir Gallery archive (7 May 1997, 14:03:06 -6h00), (last accessed 22 October 2005) off-site
[back] Joseph Henry Vogel, "White paper: The Successful Use of Economic Instruments to Foster Sustainable Use of Biodiversity: Six Case Studies from Latin America and the Caribbean," Biopolicy Journal, Vol. 2, Paper 5 (PY97005), 1997. off-site
[back] OAS.org off-site (last accessed 22 October 2005).
[back] Charles Darwin, The Variation of Plants and Animals Under Domestication, Vol. 2, (1868), 86. off-site
[back] Mike Ash, mormonfortress.com off-site
[back] Plantilla:Aas1
[back] Mike Ash, mormonfortress.com off-site
[back] Plantilla:Aas
[back] Mike Ash, mormonfortress.com off-site
[back] "Horses in the Book of Mormon" (Provo: Utah, FARMS, 2000). off-site
[back] Plantilla:JBMS-10-1-14
[back] S. Bokonyi, History of Domestic Mammals in Central and Eastern Europe (Budapest: Akademiai Kiado, 1974), 267.
[back] Mike Ash, mormonfortress.com * off-site
[back] For a discussion, see Plantilla:Aas1
Obtenido de "http://es.fairmormon.org/Anacronismos_del_Libro_de_Morm%C3%B3n:_Animales"

23 febrero 2008

¿Jesús nació en Jerusalén?


La siguiente es una idea recurrente: se sugiere que  un error del Libro de Mormon es señalar que Jesús nació en Jerusalén puesto que la Biblia dice que nació en Belen. No encontramos el nombre del autor de este articulo, pero se trata de  una de las respuestas mas completas que hemos leído al cuestionamiento aludido.

Durante más de 160 años, comenzando con la publicación en 1833 de "Las Ilusiones" de Alexander Campbell, innumerables críticos han afirmado que el uso de la frase “la tierra de Jerusalén” era un error y una prueba de que el Libro del Mormón era falso. La critica sobre todo se realizaba porque el uso de esta expresión hacía referencia al lugar donde Cristo nacería. Se argumentaba que la frase no había sido usada en la Biblia, ni en los Libros apócrifos de la Biblia. En base a ello, los críticos concluían que esto era un ejemplo de la ignorancia de José Smith y una prueba de que había tratado de perpetrar un fraude.

Decían que no había mas que discutir hasta que Hugh Nibley mostró en 1957 que una de las Tablas de Amarna, (escritas en el siglo trece a.C. y descubiertas en 1887), hacía referencia a la captura "de una ciudad de la tierra de Jerusalén, Bet-Ninib" (CWHN 6:101 [Nota.: CWHN Significa = Las Obras Completas de Hugh Nibley. Volumen 6, An Approach to the Book of Mormon]).

Como era de esperar, estas pruebas, junto con pruebas adicionales del uso general de este tipo de terminología en el Viejo Mundo (ver a W. Welch, ed., Reexploring the Book of Mormon, 170-72) han sido ignoradas por críticos del Libro del Mormón.

Sin embargo el hallazgo de Los Rollos del Mar Muerto ha dado más luz a este tema. En ellos viene un registro aún más específico de la frase "la tierra de Jerusalén" que nos da un mejor entendimiento de su uso y significado (en un texto que indirectamente une dicha frase a la época de Lehi).

Dos eruditos no SUD, Robert Eisenmann y Michael Wise, en The Dead Sea Scrolls Uncovered (1993), hablan de un documento que ellos han llamado provisionalmente "Pseudo-Jeremiah" (Rollo 4Q385).

En el principio del texto dañado se puede leer: 
"Jeremiah el Profeta antes del Señor [... quienes] fueron tomados cautivos de la tierra de Jerusalén" [Eretz Yerushalayim, column 1, line 2] (p. 58).

En su discusión de este texto, Eisenmann y Wise se refieren al significado de la frase "la tierra de Jerusalén," que ellos ven como un equivalente de Judea (Yehud):

"Otra referencia interesante es a 'la tierra de Jerusalén' en la Línea 2 del Fragmento 1. Esto realza enormemente el sentido de historicidad de todo, ya que Judah o 'Yehud' (el nombre del área en monedas a partir del período persa) para estas fechas consistía en un poco más que Jerusalén y sus alrededores inmediatos." (p. 57)

Basado en las pruebas de Qumran, y en las palabras de Eisenmann y Wise, podemos concluir que el uso consecuente de tal lenguaje entre gente de Israel que huyó de Jerusalén en la época de Jeremías también "realza enormemente el sentido de historicidad" del Libro de Mormón.

Los críticos del Libro de mormón seguirán probablemente criticando, a pesar de las pruebas.

Lehi y su gente se marcharon de "la tierra de Jerusalén" en los días de Jeremías. Con los Rollos del Mar Muerto ante nosotros, ahora sabemos que sería absolutamente lógico para ellos referirse al lugar donde Cristo nacería como "la tierra de Jerusalén." El uso de aquel término era completamente ilógico para José Smith, que publicó el Libro de Mormón más de un siglo antes de que los Rollos del Mar Muerto fueran descubiertos.

Si buscamos en el Libro de mormón encontraremos al menos 40 casos donde la frase "tierra de Jerusalén" ocurre en referencia al Viejo Mundo (hay también un lugar Lamanita en el Nuevo Mundo llamado igual Jerusalén), más varios otros sitios donde la Jerusalén antigua se menciona como "una tierra"

Los siguientes versículos usan la frase "la tierra de Jerusalén"
1 Nefi 2:11; 1 Nefi 3:9; 1 Nefi 3:10; 1 Nefi 5:6; 1 Nefi 7:2; 1 Nefi 7:7; 1 Nefi 16:35; 1 Nefi 17:14; 1 Nefi 17:20; 1 Nefi 17:22; 1 Nefi 18:24; 2 Nefi 1:1; 2 Nefi 1:3; 2 Nefi 1:9; 2 Nefi 1:30; 2 Nefi 25:11; Jacob 2:25; Jacob 2:31; Jacob 2:32; Omni 1:6; Mosiah 1:11; Mosiah 2:4; Mosiah 7:20; Mosiah 10:12; Alma 3:11; Alma 9:22; Alma 10:3; Alma 22:9; Alma 36:29; Helamán 5:6; Helamán 7:7; Helamán 8:21; Helamán 16:19; 3 Nefi 1:2; 3 Nefi 5:20; 3 Nefi 16:1; 3 Nefi 20:29; Mormón 3:18; Mormón 3:19; Éter 13:7.

En este punto, los críticos han sostenido por mucho tiempo que el Libro de Mormón es falso porque "todo mundo sabe que Cristo nació en Belén." Seguramente José Smith lo sabía  ya que él estaba familiarizado con la mayor parte de la Biblia y había oído la historia del nacimiento de Cristo numerosas veces. Si él hubiera inventado el Libro de Mormón ¿por qué tendría una equivocación tan terrible, colocando el nacimiento de Cristo en Jerusalén en lugar de Belen?

"La equivocación" no tiene sentido si José Smith fuera el autor - pero esto no es una equivocación en absoluto y tiene un perfecto sentido si sólo tradujera un documento antiguo auténtico.

El uso del término "la tierra de Jerusalén" en Alma 7:10 ( entre otras muchas cosas) puede ser visto ahora como una prueba de la autenticidad del Libro del Mormón, conclusión a la que llegamos basándonos en los descubrimientos recientes sobre el uso de ese término en el mundo antiguo.

Como dijo John Tvedtnes :
"Considerando que prácticamente todos - niños y adultos - en los días de José Smith sabían que Jesús nació en Belén, ¿cómo podría el profeta haberse equivocado? El nombre Jerusalén tiene que ser deliberado. Es, de hecho, significativo que en este versículo de Alma no se afirme que Jesús nacería en la ciudad de Jerusalén, sino "en Jerusalén que es la tierra de nuestros antepasados." Mientras no encontramos en la Biblia el término "la tierra de Jerusalén" si ocurre más de 40 veces en el Libro del Mormón, mientras otros versículos también se refieren a Jerusalén como "una tierra" (Alma 7:10; 21:1; 3 Nefi 20:33, 46)".

En el Libro de Mormón se designa el término Jerusalén tanto para nombrar a una ciudad como una tierra

Lehi y Nefi parecen haber sabido que la designación de Jerusalén se refería tanto a una ciudad como a una tierra que era gobernada. El término "la tierra de Jerusalén" lo hallamos en 1 Nefi 3:9-10; 7:2. En el Libro de Mormón, leemos que Lehi moró "en Jerusalén todos sus días" (1 Nefi 1:4). Pero claramente vemos que el no vivió en la ciudad de Jerusalén. Después de ir a Jerusalén, donde Laman visitó a Laban en su casa (1 Nef 3:11, 23), los hijos de Lehi, pensando sobornar a Laban, "descendieron a la tierra de su herencia" (1 Nefi 3:22) a recoger su riqueza. Ellos entonces "subieron otra vez" a Jerusalén (1 Nefi 3:23) y ofrecieron comprar las planchas a Labán. Él los ahuyentó y, dentro de un momento, ellos volvieron "a los muros de Jerusalén" (1 Nefi 4:4), y Nefi "entró furtivamente en la ciudad y se dirigío a la casa de Labán.". De esto se desprende  evidentemente que " Jerusalén" donde Lehi vivió “todos los días de su vida" tuvo que estar en las afueras de la ciudad, es decir en algún sitio cerca de la ciudad, pero aun pertenecía a "la tierra de Jerusalén

¿Coinciden los términos con lo expresado en la Biblia?

En todas partes del Libro de Mormón, los términos "ciudad" "y tierra" parecen ser intercambiables. Hay una ciudad de Nefi y una tierra de Nefi, una ciudad de Zarahemla y una tierra de Zarahemla, etcétera. Claramente, cada ciudad controlaba un cierto territorio o la tierra era denominada igual que el nombre de la ciudad.

Esto es sobre todo claro en Alma 50:14, donde leemos de la construcción de un nuevo sitio: "y a la ciudad o tierra, ellos dieron el nombre de Nefíah." El modelo seguido por los nefitas (y los Lamanitas cuando se hicieron sedentarios) fue claramente traído del Viejo Mundo.

Las ciudades bíblicas, como en el Libro de Mormón, controlaban la tierra cercana. De ahí, leemos "del rey de Hai, y su gente, su ciudad, y su tierra" (Josué 8:1) y de la ciudad de Hebron, “sus tejidos, su territorio y sus aldeas” (1 Crónicas 6:55-56). En la Biblia, las ciudades son a veces llamadas por el término "tierra." Tapúa es llamada "una tierra" en Josué 17:8, y "una ciudad" en Josué 16:8. Jeremías predijo que Jerusalén se haría "una tierra inhabitada" (Jeremías 6:8; ).

La estela arqueológica llamada Mesha o Moabite del siglo IX a. de J.C. proporciona pruebas arqueológicas contemporáneas de que tanto el término “ciudad” como “tierra” se usaban de manera intercambiada. El texto, que relata la rebelión de Mesha, rey de Moab, contra Israel, utiliza varias veces el término "tierras” al referirse a lugares que son conocidos en la Biblia como ciudades. La razón por la cual las tierras fueron nombradas por sus ciudades principales era que algunas ciudades controlaban los sitios cercanos.

En el registro de la asignación de tierras a las tribus bajo Josué, con frecuencia leemos de "ciudades con sus aldeas" (Josué 13:23, 28; 15:32, 36, 41, 44, 46-47, 51, 54, 57, 59-60, 62; 16:9; 18:24, 28; 19:6-8, 15-16, 22, 30-31, 38-39, 48; 21:12, 2 Crónicas 28:18; Nehemías 11:25, 27, 30-31).

En algunos casos, una ciudad tiene otras ciudades o pueblos bajo su dominio. Así, leemos " Hesbon y todas sus ciudades" (Josué 13:17), "Ecron, con sus ciudades y sus aldeas" (Josué 15:45), "Megiddo y sus aldeas" (Josué 17:11), "y Asdod, con sus villas y sus aldeas" (Josué 15:47). Jeremias 34:1 habla "de Jerusalén y... todas sus ciudades ."

El uso del nombre Jerusalén para denotar tanto una ciudad como una tierra es seguido, en la Biblia, en referencias que se hacen a Samaria, la ciudad capital del reino del norte de Israel. Las escrituras de Antiguo testamento con frecuencia amplían el término Samaria para incluir también a las regiones circundantes o a" las ciudades de Samaria" que estaban bajo el control político del estado (1 Reyes 13:32; 2 Reyes 17:24, 26; 23:19).

Las tabletas de arcilla a que me referí mas arriba encontradas en 1887 en el Tell --Amarna en Egipto usan el término "tierra" para sitios Canaanitas conocidos por haber sido ciudades antiguas. Por ejemplo, un texto (EA 289) habla "de la ciudad de Rubutu," mientras otras menciona "la tierra de Rubutu" (EA 290). El primero de éstos también habla "de la tierra de Shechem," "y la tierra de la ciudad de Gath-carmel" (ambas ciudades antiguas) y dice de Jerusalén, "esta tierra pertenece al rey."

Un tercer texto menciona las tierras de Gezer, Ashkelon, y Jerusalén (EA 287). Pero hay pruebas de que, hasta en el Viejo Mundo, se pensó que Belén era parte "de la tierra de Jerusalén." Uno de los textos Amarna (EA 290) habla "de una ciudad en la tierra de Jerusalén llamada Bît-Lahmi," que es el equivalente hebreo dado a Beth –Lehm ( Belén) en Biblias inglesas.

Concluimos que los descendientes de Lehi en el Nuevo Mundo siguieron la auténtica costumbre del Viejo Mundo de denominar cada tierra por la ciudad principal de esa tierra. Esta clase de detalles es una evidencia mas de la autenticidad y antigüedad del texto del Libro de Mormón.

21 febrero 2008

«Si alguno añadiere a» o «si alguno quitare de» la Biblia?



Cuando tenia cerca de 14 años, me hicieron esta misma pregunta y no supe responder, como mi testimonio era fuerte, sabia que habia una respuesta.


«Si alguno añadiere a» o «si alguno quitare de» la Biblia?
De FAIRMormon
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Artículo traducido y redactado con permiso de FAIRLDS por: Alberto Barrios y Andrew Miller

La acusación
La acusación afirma que el Libro de Mormón no puede ser verdadero porque nada debería ser «agregado a» o «quitado de» la Santa Biblia.

La(s) fuente(s) de la acusación
«[José] Smith aparentemente no estaba enterado de la expresa advertencia acerca de agregar o quitar de la palabra de Dios, o con gusto desobedeció a ella (véase Apoc. 22:18,19).» (el 'Dr.' Walter Martin, Mormonism [Minneapolis, Minnesota: Bethany House Publishers, 1984], 29. [La traducción es nuestra.])

La respuesta
El pasaje citado con frecuencia (por el 'Dr.' Martin, arriba) es Apocalipsis 22:18-19.

Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la Santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.

Sin embargo, el crítico ignora que:

El libro de Apocalipsis fue escrito antes de varios otros textos bíblicos, sin olvidar que fue unido a una colección de textos. No obstante, estos versículos pueden ser aplicados solamente al libro de Apocalipsis, y no a la Biblia completa (algunos de los cuales fueron escritos de nuevo y ninguno aun había sido recopilado como 'La Biblia'). Mientras la fecha tradicional del libro de Apocalipsis es de 95 o 96 años después de Cristo (primeramente basado en unas afirmaciones de Irenaeus), la mayoría de eruditos fechan el libro entre 68 o 69 años después de Cristo. El evangelio de Juan es generalmente fechado entre 95 - 100 años después de Cristo (para mas información sobre las fechas del Apocalipsis, véase el artículo bíblico (en inglés) por Thomas B. Slater's Biblica article).



El nuevo testamento está compuesto en primer lugar de los cuatro evangelios y luego de las epístolas apostólicas. Puesto que el libro de Apocalipsis no es un libro evangélico ni una epístola apostólica, los que compilaron el nuevo testamento lo agregaron al final del nuevo testamento. Juan no tenía la intención de escribir las últimas líneas como advertencia y aplicarlas a toda la Biblia, ya que él no se encontraba escribiendo el capítulo final de la Biblia completa y puesto que la Biblia no estaría canonizada y completada por unos siglos después.



Otras escrituras (tales como Deuteronomio 4:2, Deuteronomio 12:32, y Proverbios 30:6) de manera similar también prohíben agregarle a las escrituras, así que los argumentos de los críticos no parecen tan consistentes, porque tendrían que descartar todo lo escrito en el nuevo testamento y mucho del antiguo testamento, siendo que estos versículos anteceden a 'las otras escrituras' agregadas por el mismo Dios por medio de antiguos profetas.



Hay más evidencia que el Apocalipsis 22:19 no se refiere a la Biblia completa cuando dice «las palabras del libro de esta profecía» al comparar el pasaje con Apocalipsis 1:3 y 1:10-11 («Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía». «Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, Que decía: Yo soy el Alpha y Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia; a Efeso, y a Smirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia, y a Laodicea.»). Está claro que el libro a que se refiere en el principio de Apocalipsis es el mismo libro al que refiere en fin de Apocalipsis. Todo lo que vio y oyó Juan entre estos dos puntos es el libro a que se refiere.



La Biblia le prohíbe al hombre agregarle a o quitarse de la palabra de Dios; pero no dice que Dios no pueda hacerlo, por medio de un profeta, agregarle a la palabra de Dios. Si esto no fuera posible, entonces la Biblia nunca habría existido.

El erudito Bart Ehrman escribió en cuanto al pasaje en Apocalipsis:

Eso no es amenaza que el lector tiene que aceptar o creer todo lo escrito en este libro de profecía, como a veces se interpreta; mas bien, es una amenaza típica a los escribientes del libro, que ellos no debían añadir ni quitar las palabras de él. Imprecaciones similares se encuentran en muchos lugares en los escritos de los cristianos antiguos.[1]
O sea, Juan estaba preocupado con el texto que él escribió, sabiendo que hubo personas que tratarían de cambiar el texto mismo. El profeta Nefi del Libro de Mormón menciona que una «grande y abominable iglesia» iba a quitar «muchas cosas claras y preciosas del libro [la Biblia], el cual es el libro del Cordero de Dios» (1 Nefi 13:28). Entonces, el Apocalipsis 22:18-19, irónicamente, apoya a las enseñanzas del Libro de Mormón y la necesidad de el.

La conclusión
Los criticones, como «los indoctos e inconstantes,» tuercen las palabras de Apocalipsis «como también las otras Escrituras» (2 Pedro 3:16). No entienden la manera en que fue canonizada la Biblia e ignoran a las escrituras anteriores y el contexto del pasaje para mantener su idea falsa. Al considerar el contexto del pasaje, hemos visto que en realidad apoya las creencias mormonas que hubo ciertas cosas que fueron quitadas de la Biblia y que fueron restauradas por medio de las otras escrituras sagradas que Dios ha revelado en nuestro día. Los criticones ignoran la verdad de eso porque quieren mantener que el Libro de Mormón ni puede ser de origen divino. Jesucristo, de otro modo, nos dijo que debemos pedirle a Dios para saber la verdad y que no debemos confiar en el brazo de los hombres.

El profeta Nefi vio nuestro día y sabía cómo responderían los críticos del Libro de Mormón. Por el don de profecía escribió así:

Sí, ¡ay de aquel que escucha los preceptos de los hombres, y niega el poder de Dios y el don del Espíritu Santo! Sí, ¡ay de aquel que dice: Hemos recibido, y no necesitamos más! Y por fin, ¡ay de todos aquellos que tiemblan, y están enojados a causa de la verdad de Dios! Pues he aquí, aquel que está edificado sobre la roca, la recibe con gozo; y el que está fundado sobre un cimiento arenoso, tiembla por miedo de caer.¡Ay del que diga: Hemos recibido la palabra de Dios, y no necesitamos más de la palabra de Dios, porque ya tenemos suficiente! Pues he aquí, así dice el Señor Dios: Daré a los hijos de los hombres línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí; y benditos son aquellos que escuchan mis preceptos y prestan atención a mis consejos, porque aprenderán sabiduría; pues a quien reciba, le daré más; y a los que digan: Tenemos bastante, les será quitado aun lo que tuvieren. ¡Maldito es aquel que pone su confianza en el hombre, o hace de la carne su brazo, o escucha los preceptos de los hombres, salvo cuando sus preceptos sean dados por el poder del Espíritu Santo! (2 Nefi 28:26-31)
Notas de pie
[back] Bart D. Ehrman, Misquoting Jesus: The Story Behind Who Changed the Bible and Why (HarperSanFrancisco, 2007), 54–55. [La traducción es nuestra.]
Otras fuentes de información

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