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28 agosto 2009

Jardines, torres y mercados en El Libro de Mormón

Fuente:http://www.jefflindsay.com/BMEvidences.shtml.
Traducción : Marco Royo.



En Helaman 7:10, El Libro de Mormón habla del profeta y líder religioso Nefi, descendiente de Nefi que cruzó el océano, clamando en una torre de su jardín "que estaba cerca del camino real que conducía al mercado principal que había en la ciudad de Zarahemla". En 1830 la idea de que los antiguos americanos tuvieran jardines urbanos, múltiples mercados (deducido la existencia de un "mercado principal"), calzadas y torres personales parecía fuera de lugar. Recientes descubrimientos muestran que es enteramente plausible. El Capítulo 68 de Reexploring the Book of Mormon, (ed. John Welch, Deseret Book Comp., Salt Lake City, UT, 1992, pp.236-237) explica:





La "torre" pudiera fácilmente referirse a montículos piramidales, algunos construidos y utilizados por familias y líderes de linajes para ceremonias religiosas y que se referían los conquistadores españoles como "torres". 

Las calzadas en Mesoamérica en la época del Libro de Mormón, han sido grandemente respaldadas por la ciencia. Pero, ¿qué evidencia existe de los jardines y de los mercados principales en las antiguas ciudades de Mesoamérica?

Jardines. Durante décadas la visión predominante era que no existían ciudades con poblaciones de alta densidad en Mesoamérica. Sin embargo, en los últimos veinte años trabajos intensivos en lugares como Teotihuacan y Monte Alban han demostrado incuestionablemente que las ciudades en el sentido moderno de la palabra se conocían de hecho en la época del Libro de Mormón.

De hecho, en algunas de esas ciudades se cultivaron áreas de jardin de adyacentes a sencillos complejos habitacionales. En el sitio arqueológico de El Tajín, cerca de la costa del Golfo de México, al este de la ciudad de México, se encontraron los restos de una ciudad que se extendía en unos cinco km2. en su máxima expansión en 600 - 900 después de Cristo. En ese tiempo las casas de la gente de clase media estaban rodeadas de jardines y árboles frutales. Igualmente la célebre ciudad de Tula, al norte de la capital México era aún mucho mayor, de más de 14 km2. hacia 1000 - 1100, y las parcelas con jardines eran comunes allí también.

Mercados principales. Ningún conocedor del México precolombino duda de que los mercados se encontraban en todos los asentamientos. Cortés y sus compañeros se asombraron del mercado de Tlatelolco en el Valle de México por la diversidad de productos y la complejidad de su organización. Sin embargo, hasta fechas recientes se había puesto poca atención al hecho de que un número de esas ciudades poseyera múltiples mercados.

La evidencia, sin embargo, parece bastante clara. Blanton y Kowalewski, por ejemplo, habían observado que Monte Albán tenía un mercado principal y varios subsidiarios. Para Teotihuacán, Rene Millon identifica a un lugar como "el mercado principal" y sugiere que existieron otros mercados para productos específicos como útiles de cocina. George Cowgill, otro experto en Teotihuacán, lo confirma. Por otro lado Edward Calnek revisó la evidencia documental de la organización de la capital azteca Tenochititlan, y ha demostrado que cada sector importante de la ciudad tenía su propio mercado, además del gigantesco mercado central. Aparentemente Zarahemla no era diferente.

Esto parecía problemático en la descripción incidental de la vecindad de Nefi en el libro de Helamán. Las investigaciones de los últimos años han dado la vuelta a lo que parecía ser un problema.

Respecto a jardines, Michael D. Coe en The Maya (4th edition, London: Thames and Hudson, 1987, p. 156) afirma:
"Todos los palacios mayas tienen su propio huerto en el que se cultivan verduras y árboles frutales, y los frutales también se extienden cerca de los asentamientos. Se cultivaban los árboles de la papaya, aguacate, crema de manzana, chicozapote, y del maní. . . ."
La idea de que Nefi tuviera su propio jardín en un asentamiento urbano tiene ahora más sentido.

Respecto al concepto de mercado principal, una publicación seria advierte que "el sumo desarrollo del mercado como institución y el auge de mercaderes especializados son inconfundiblemente mesoamericanos" y "se remarcan los mercados tanto en la Mesoamérica antigua como en la actualidad" (Gordon R. Willey,Gordon F. Elkholm, and René F. Millon, "The Patterns of Farming Life and Civilization" in Handbook of Middle American Indians (Austin:University of Texas Press, 1964), 1:461-62, citado en Pressing Forward with the Book of Mormon, editado por John W. Welch y Melvin J. Thorne, Provo, Utah: FARMS, 1999, p. 197).

Otro autor dijo: "Alrededor del mercado principal había una serie de lugares de mercado" que "se especializaban en un producto dado o en una mercadería y . . . llevan una selección reducida de los bienes disponibles en el mercado central." (Manning Nash, "Indian Economies" in Handbook of Middle American Indians, 6:87, in Pressing Forward with the Book of Mormon, p. 198). Otros observaron que "la institución económica más importante de la antigua civilización maya era el mercado centralizado." (S.G. Morleyand G.W. Brainerd, The Ancient Maya, 4th ed. (Stanford: Stanford Univ.Press, 1983), p. 249, as cited in Pressing Forward with the Book of Mormon,p. 198).

Los indios americanos que pudiera haber conocido José Smith, no pudieron haberle provisto de conocimiento de mercados centrales que una vez existieron en ese continente.

¿Pudo haber adivinado en 1829 que los antiguos habitantes de este continente tuvieron una vez mercados centrales y muchos otros complejos sociales y elementos económicos de una civilización avanzada? ¿Pudo haber sabido de antiguos elementos mesoamericanos como jardines urbanos, calzadas, torres, templos, ciudades fortificadas, mantenimiento de registros, etc.?

El conocimiento de la civilización mesoamericana en el tiempo de José Smith era minúsculo (véase, por ejemplo, "What Could Joseph Smith Have Known about Mesoamerica?"). Si ha inventado el Libro de Mormón basándose en lo que sabía o intuía, nada había defendible después de un par de décadas desde su publicación. En vez de ello, el Libro de Mormón al principio parecería previsiblemete ridículo, tratando de antiguos indígenas en civilizaciones avanzadas, por lo que a diferencia de aquellos del entorno de José Smith, se avanza en mayor conocimiento que conduce a la plausibilidad de que el Libro de Mormón se ambiente en el medio mesoamenricano de forma que descarte a José Smith como su autor.

25 agosto 2009

Fray Diego Durán, comenta sobre el posible origen judío de leyendas Mesoamericanas.


Diego Durán, (Sevilla, 1537 - 1588) historiador y domínico español conocido también como fray Diego Durán, fue escritor de una de las primeras obras sobre diversos aspectos de la sociedad mexicana, para lo que estudió el náhuatl y consultó un número importante de testimonios originales, tanto orales como escritos.

Tenia una especial idea sobre muchas de las costumbres que investigó exhaustivamente en fuentes orales, códices y testimonios diversos. Esto es lo que pensaba sobre el origen de una de estas leyendas en particular.


Cito textual su comentario:
“...donde es de saber, que tratando de un gran varón, de quien no poca noticia se halla entre ellos, me contaron que después de haber pasado grandes aflicciones y persecuciones de la tierra, que junto a toda la multitud de gente que era de su parcialidad y que les persuadió a que huyesen de aquella persecución a una tierra en donde tuviesen descanso; y que haciéndose caudillo de aquella gente, se fue a la orilla del mar, y que con una vara que en la mano traía, dio en el agua con ella y que luego se abrió el mar y entraron por ahí él y sus seguidores y que los enemigos, viendo hecho camino se entraron tras él, y que luego se tornó la mar a su lugar, y que nunca más tuvieron noticias de ellos. ¡Que más clara razón se puede dar de que estos sean judíos, que ver cuán manifiestamente y al propio relatasen la salida de Egipto, el dar Moisés con la vara en la mar! El abrirse y hacer camino, al entrar faraón con su ejército tras ellos y volver Dios las aguas a su lugar”.

17 agosto 2009

Fray Bernardino de Sahagún describe conocimiento del evangelio en América Precolombina

Registro histórico devela conocimiento del evangelio entre los habitantes de América Precolombina.


Fray Bernardino de Sahagún en su "Historia general de las cosas de la Nueva España", hace ver que antes de la lle­gada de los españoles, hubo predicadores del evange­lio:
“También he oído decir que en Chanpanton o en Campe­che, hallaron los religiosos que fueron allí a convertir pri­meramente, muchas cosas que aluden a la Fe Católica y al Evangelio; y si en estas dos partes dichas hubo pre­dicación del Evangelio, sin duda que la hubo también en estas partes de México, y sus comarcas, y aun en esta Nueva España...”

15 agosto 2009

Indígenas americanos conocían la historia de la creación

Fuente: http://www.gospeldoctrine.com/spanish/indexsp.html.



Las planchas de bronce obtenidas de Labán, contenían los cinco libros de Moisés (aparentemente muy similares a los primeros cinco libros de la Biblia – el Pentatéuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio). Un registro de los Judíos, desde el principio hasta Sedequías y las profecías de los profetas, desde el principio hasta Jeremías. (1 Nefi 3:3-20, 5:11-13.) Esto explicaría como las historias bíblicas eran conocidas por los indígenas americanos, antes de la llegada de los sacerdotes católicos y de sus Biblias después de la llegada de Colón.

Los historiadores han llegado a la conclusión de que los indios americanos conocían la historia de la creación, el diluvio, etc., antes de la llegada de Colón, aunque no habían podido explicar cómo llegaron a tener ese conocimiento.

En el volumen 4 de las "Antiguedades de México", Lord Kingsborough relata muchas evidencias de relatos bíblicos entre los indios americanos y llegó a la siguiente conclusión:
"No es necesario tratar en este lugar de buscar nuevas analogías en las tradiciones y mitología del Nuevo Mundo, ya que las coincidencias que ya se han mencionado son suficientemente fuertes para garantizar la conclusión de que los indios, en el periodo que antecede a la llegada de los españoles en América, estaban familiarizados, por lo menos, con una parte del Antiguo Testamento." (Londres: Robert Havell, 1831-1848, pág. 409.)" (Daniel Ludlow, A companion to Your Study of the Book of Mormon, págs. 98-99)

11 agosto 2009

¿El Libro de Mormón cita la traducción bíblica del rey Santiago?

duart678, es un participante de los foros de Univisión; su característica principal es su destacada defensa de la verdad. Con mas de 3.000 mensajes desde el año 2005 hasta el día de hoy, dedica su tiempo y gran conocimiento a esclarecer y testificar sobre cada uno de los puntos que confirman la veracidad de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días y El Libro de Mormón. Con sus acertados comentarios y bien documentados argumentos, es normal verle realizando una labor apologética efectiva, un apoyo constante al crecimiento del testimonio de miles de personas que en la Web buscan respuestas a sus preguntas. El siguiente es uno de sus artículos.

Tomado de:
Usuario duart678 , 

Foros Univisión.


El hecho de que El Libro de Mormón tenga cerca de 17.000 palabras iguales a las de la traducción bíblica del rey Santiago, incluyendo las palabras escritas en itálicas, ¿prueba que no es una traducción divinamente inspirada?

De una aproximación de 264.000 palabras que contiene El Libro de Mormón,cerca de 17.000 son iguales a la traducción bíblica del rey Santiago.

La mayoría de los versos paralelos ocurrieron cuando Nefi citó a Isaías del antiguo Testamento usando las planchas de oro traídas de Jerusalén. Otros paralelos ocurrieron cuando el Salvador resucitado repitió el sermón del monte a los nefitas y después citó a Malaquias extensamente. Ambos casos nos indican que estas citas de las escrituras estaban registradas en otros lugares.

Para seguir leyendo  haz clik aqui... 
José Smith no dejó ningún expediente de cómo tradujo las planchas, más allá de decir que lo hizo por el poder de Dios. Los eruditos SUD. convienen generalmente que en los casos donde el Libro de Mormón es paralelo a la Biblia, J.Smith debe haber observado los paralelos existentes, utilizó la Biblia del rey Santiago para tener una opción de escoger las palabras para la traducción. Si el Libro de Mormón convergía con el texto bíblico en el significado, él utilizó al parecer el texto bíblico en todas las palabras, hasta las escritas en letra itálica ,sin embargo, cuando las planchas se diferenciaban del texto bíblico, él continuaba con el texto de las planchas.



Por ejemplo de 433 versos de Isaías citados en el Libro de Mormón, 46% son idénticos a los de la Biblia, mientras que el 54% se modificaron en cierto grado. Estos versos son y han sido estudiados con mucha frecuencia por los eruditos SUD. Varias estructuras literarias hebreas se encuentran en forma degradada en la Biblia del rey Santiago, mientras que estas mismas formas literarias hebreas se encuentran intactas y completas en el Libro de Mormón. Con esto se demuestra que la versión de las planchas de bronce encontradas en el Libro de Mormón contiene  un texto más antiguo.

Un problema levemente más difícil, son las semejanzas del Libro de Mormón con las escrituras bíblicas que no existían cuando Lehi salio de Jerusalén, por ejemplo Moroni 7:45,46 y 1 Corintios 13:4-8, los paralelos del discurso de Pablo sobre la caridad, son tan semejantes que para ello se encontró la siguiente explicación:

Mormón, padre de Moroni vivió después que Cristo vino a las Américas, por tanto conocía las enseñanzas de Cristo. Puesto que las últimas enseñanzas de Pablo provienen de Cristo, no debe sorprender a nadie encontrar a Mormón y a Pablo enseñar lo mismo. El hecho de que ambos escribieron de la caridad indica la importancia de este concepto en el evangelio,si Mormón entregó un discurso sobre la caridad, por lógica tendría que contener mucho del mismo material de las enseñanzas de Pablo. Sin embargo, es impresionante contar con redacciones idénticas, palabra por palabra, aunque de hecho no son totalmente idénticas. 2 clausulas significativas encontradas en 1Corintios están ausentes en el Libro de Mormón, y la definición de Mormón de la caridad esta ausente en las escrituras de Pablo, no obstante, varias frases son idénticas. Estas frases idénticas, se comprenden de la misma manera  como manejó los pasajes de Isaías.

J.Smith reconoció las enseñanzas de Mormón como similares a las escrituras de Pablo y utilizó probablemente el texto bíblico donde asemejaba con el significado de las planchas; donde era diferente continuó solo con las planchas.

Puesto que la última fuente de enseñanzas del Libro de Mormón es Cristo y puesto que las últimas enseñanzas del viejo y nuevo Testamento, es también Cristo, no debe sorprender a nadie que haya paralelos entre el, Libro de Mormón y la Biblia, mientras que que no se puede probar en forma concluyente que J.Smith utilizó la traducción del rey Santiago de la Biblia para ayudarse a traducir los pasajes iguales. Esta explicación es razonable.

Fuentes
  1. Gorton "Herencia de las planchas de oro de Laban"
  2. Nibley "Dede Cumurah", pág. 123-52"
  3. B.H Roberts "Citas de la Biblia del Libro de Mormón"
  4. Sperry "Los problemas del Libro de Mormón" pág. 73-121,206-07

10 agosto 2009

Una prueba de identificación.

"Incluso empleando los textos de las traducciones actuales de los primeros libros apócrifos, podemos mezclar algunas frases encontradas en ellos con la traducción del Libro de Mormón realizada por José Smith y desafiemos a los expertos a que nos digan cuales provienen de los documentos del Mundo Antiguo y cuales del documento del Nuevo Mundo. Ninguna traducción es propia de quien esto escribe."

Desde Cumora: El Libro de Mormón en el Mundo Moderno (Fragmento).
Por: Hugh Nibley.


Comparaciones:

1. Preparemos nuestras almas para poseerlas y no para ser poseídas.
2. (En preparación para el Mesías) han llegado a ser libres para siempre...para actuar por sí mismos y no para que actúen sobre ellos.


1. Pero juzgándolos paso a paso les disteis una oportunidad de arrepentirse, vos sabíais que su naturaleza era impía.
2. Y entonces el diablo engaña sus almas y las conduce cuidadosamente al infierno.

1. Aquel que haya cavado un foso caerá en el y aquel que haya tendido el lazo, en él quedará atrapado.
2. El gran foso que fue cavado para la destrucción de los hombres se llenará con todos aquellos que lo cavaron.

1. Lamentaos vosotros los ricos, porque habéis confiado en vuestras riquezas y es por vuestras riquezas que sois desechados.
2. Pero lamentaos los ricos...que han puesto sus corazones en sus riquezas...Y he aquí, su tesoro perecerá también con ellos.

1. Porque han puesto sus corazones en las riquezas, [yo] ocultaré sus tesoros.
2. Seréis maldecidos a causa de vuestras riquezas y vuestras riquezas serán también malditas, pues habéis puesto el corazón en ellas.

1. El Señor les bendiga para siempre, ya que vuestra simiente no será totalmente destruida.
2. Concédeme mi petición de dejarme una posteridad sobre la tierra y no destruir toda carne.
3. Nos ha prometido que nuestra posteridad según la carne no será completamente destruida.

Aquí nos parece que tenemos un claro caso de plagio: En una advertencia de un padre a sus hijos las palabras clave son "y ahora hijos míos" (en Mosíah 3:1 se lee hermanos míos); terrible; la faz del gobernador del cielo (la presencia del Señor); dolor sin fin (tormento sin fin) todo apareciendo en ese orden. 

El único problema es que el documento del cual el Libro de Mormón sería un plagio no fue descubierto sino hasta 1892.

Estos paralelos ilustran el hecho de que en los sermones del Libro de Mormón estamos tratando con un concientemente formulismo, es decir, un tipo de literatura deliberadamente común. Esto fácilmente explica los paralelos; pero si el Libro de Mormón no fuera un genuino producto literario de su época, no sobreviviría una sola hora colocado en contra de los antiguos estereotipos.

04 agosto 2009

Aspectos inusuales inusualmente narrados

Un Documento Único.
Desde Cumora:
El Libro de Mormón en el mundo moderno.



El aspecto más maravilloso del Libro de Mormón, filológicamente hablando, es que no hay nada que discutirle. Las falsificaciones literarias masivas son fácilmente detectadas por aquellos resueltos a no dejarse engañar y pueden ser absolutamente desacreditadas ante los ojos de cualquiera dispuesto a escuchar la evidencia.

Nada podría ser más fácil que exponer la vasta y detallada historia del Libro de Mormón como fraude si ese fuera el caso. Justamente dejarlo de lado no es suficiente; uno puede dejar de lado cualquier cosa; pero ignorar al Libro de Mormón después de los reclamos que ha hecho, la influencia que ha ejercido y las oportunidades que ha ofrecido a los críticos de exponerlo, es huir de él.

Si el Libro de Mormón es una invención, diez páginas del mismo deberían ser suficiente para habilitar a cualquier estudiante de documentos antiguos, no únicamente a rechazarlo, sino también a demostrar al mundo exactamente por qué lo encuentra fraudulento. Esto, extrañamente, ningún erudito ha podido lograrlo, aunque muchos eminentes eruditos se han dado secretamente a la tarea de llevar a cabo esa "fácil y gratificante aporte a la humanidad".

Existen tres explicaciones posibles para el origen del Libro de Mormón. Una es que es el producto de la generación espontánea. Otra es que llegó a existir en la forma en  José Smith dijo que llegó a existir, por la intermediación de mensajeros especiales y dones de Dios. La tercera es la hipótesis de que José Smith o algún otro grupo o grupos simplemente lo hicieron aparecer. Ningún experimento se ha llevado a cabo jamás para probar alguna de esas teorías. La primera no ha sido siquiera considerada, la segunda ha sido desechada con una desdeñosa ola de aplausos y la tercera ha sido aceptada sin cuestionamientos o indecisión.

Y aunque la tercera teoría es tan completamente extravagante como las otras dos, la misma demanda, limita la credibilidad y la suspensión de todo juicio crítico por parte de cualquiera que la acepte. Está basada en la simple proposición de que ya que la gente escribe libros, alguien, a saber, José Smith o un contemporáneo, escribió éste. 

Pero para hacer esta tesis válida es necesario demostrar no solamente que la gente ha escrito libros, sino que alguien ha sido capaz de producir un libro similar a este. ¿Dónde encontrarán una obra que remotamente se aproxime al Libro de Mormón en alcance y audacia? 



El Libro de Mormón aparece repentinamente de la nada -no se trata de una acumulación de revelaciones durante 25 años como el Corán, sino un único desarrollo, estallando como una explosión en medio de un mundo conmocionado y escandalizado; la historia auténtica de un pueblo antiguo, siguiéndolos a través de todos los desafíos, triunfos y vicisitudes de miles de años sin interrupción, contando cómo una civilización tuvo su origen, alcanzó una grandeza momentánea y desapareció, dando la debida atención a cada fase de la historia de la civilización en una densamente compacta y vertiginosa historia que interrelaciona docenas de argumentos con una inagotable fertilidad de invención y una misteriosa consistencia que nunca es sorprendida en un desliz o contradicción. 

Respetuosamente solicitamos el nombre de cualquier estudiante o investigador del mundo que pudiera recorrer las diez mil millas de tal clase de ideas. Como un absoluto tour de fuerza no hay nada como él. La teoría de que José Smith escribió el Libro de Mormón simplemente no merece mayor atención. ¿Qué clase de libro es este?

El Libro de Mormón es una estructura colosal. Considerado puramente como ficción, es una realización sin paralelo. ¿Qué otro ejemplar puede duplicar esta riqueza de detalles y entretejer tal nivel de complejidad, esta factual precisión combinada con una simple y luminosa lucidez?

Cualquier libro que escojamos es débil. En comparación: algunos de ellos tienen solo una cualidad y otros otra, pero al igual que el Hornero de Matthew Arnold, el Libro de Mormón combina éstas usualmente incomparables cualidades, en una estructura de impecable consistencia.

Nuestra literatura americana esta repleta de grandes, torpes, incoherentes, sosas, aburridas y contradictorias obras, prolongando las reminiscencias e impresiones (usualmente adolescentes) personales de su autor en las grandes y trilladas extensiones de tinta y papel. Pero esta brusca y compacta historia religiosa de miles de años está del todo alejada del posible alcance de la imaginación creativa.

Para verificar esta aseveración, permitan al lector escéptico que piense en un número: Cualquier número entre el 10 y el 30; entonces, iniciando en la página 1 del Libro de Mormón, permítanle examinar cada página del libro que es un múltiplo de ese número y veamos qué es lo que encuentra. O dejémosle escoger por decir una cantidad, 50 números o cualquier otra cantidad, entre 1 y 500 y entonces consulten esas páginas del Libro de Mormón. El punto a considerar aquí es que estamos escogiendo un gran número de aspectos del Libro de Mormón y lo estamos haciendo de forma completamente aleatoria. ¡Que pasmosa riqueza de detalles descubrimos! ¡Que ¡limitada capacidad de inventiva! Analicemos, por ejemplo, una serie de páginas:




Página 1: Un colofón explicando quien escribió el libro, su trasfondo, sus fuentes de información, su grado de confiabilidad, su cultura, el lenguaje en el que se está escribiendo, un recuento de la época y lugar de su historia, las peculiares condiciones prevalecientes, las preocupaciones y viajes de Lehi—todo esto y mas en los primeros cinco versículos.

Página 20: Se interpreta un sueño sobre un grande y espacioso edificio; Nefi ve en visión las guerras, tribulaciones y por último el extermino de sus descendientes, grandes destrucciones sobre la tierra y la visita del Salvador a los sobrevivientes.

Página 40: Disensión y problemas a bordo; Nefi es atado y la nave casi sucumbe ante un tifón; el pueblo arriba al Nuevo Mundo y continúa sus prácticas de agricultura y pastoreo nómada del Viejo Mundo; domestican animales y buscan metales preciosos.

Página 60: La conclusión de un himno de agradecimiento por parte de Nefi, asombrosamente parecido al Himno de Acción de Gracias de los Rollos del Mar Muerto. (Algunos han llamado a esto un salmo, pero estrictamente hablando un salmo es una plegaria ritual asociada con los rituales del templo.) Los hermanos de Nefi lo acusan de querer erigirse como rey sobre ellos y planean deshacerse de él. Por su parte Nefi sale de la tierra llevando consigo a todo aquel que este dispuesto a unírsele. Hay una descripción de la forma en que tales civilizaciones se esparcen entre esas tierras vírgenes.

Página 80: Citas completas tomadas del libro de Isaías; ya hemos visto algunos indicios de cuán atrevidas e ingeniosas pueden ser esas traducciones del libro de Isaías.

Página 100: Un discurso de Nefi sobre el modus operandi de Satanás en este mundo; profetiza el recogimiento final de Israel y describe las condiciones bajo las cuales se llevará a cabo.

Para ahorrar espacio saltemos de las primeras cien páginas, hasta las últimas cien.


Página 420: Describe la época posterior de un grande y muy exactamente descrito terremoto, evento que esperamos analizar mas tarde.

Página 440: Aquí Jesús mismo esta dirigiéndose al pueblo a quien se ha manifestado después de la resurrección, mostrándoles todo lo que los profetas hablaron de él.

Página 460: El profeta Mormón, de tan solo diez años de edad, recibe instrucciones sobre el cuidado de registros sagrados en los malos tiempos que están por venir. Un año después va con su padre a Zarahemla y es sobrecogido por la contemplación del lugar. Una complicada guerra local en esa época es feroz.

Página 480: Nos remontamos miles de años atrás hasta la época de la dispersión de la gran torre, describiendo con cierto detalle la naturaleza de esas migraciones proto-históricas.

Página 500: Las extrañas costumbres de los reyes Jareditas son descritas -como pasan sus días en la cautividad. Profetas, incluido Éter, aparecen entre el pueblo.

Página 520: Moroni, habiendo finalizado su infausta historia, tiene todo el tiempo del mundo en sus manos; escribe un potente testimonio de su libro y discursa sobre los varios dones del espíritu.


De no ser suficiente, el lector puede continuar el ejercicio por sí mismo. En este ejercicio hemos seleccionado aleatoriamente menos del dos por ciento de las páginas del Libro de Mormón y de cada una de ellas hemos tomado por lo menos un tópico o dos. Este tipo de ejercicio es una buena forma de llamar la atención sobre el denso y compacto contenido del libro; la extraordinaria distribución del material, el fácil, aceptable, confiable y útil manejo del vasto y complicado detalle. ¿En dónde más se puede encontrar tan inagotable inventiva combinada con tan infalible precisión y consistencia?

Para plantear el asunto de manera burlona, pero no injusta, el artista debe, no únicamente balancear un tazón con peces de colores y tres velas encendidas en el extremo de un palo mientras intenta sacudirse una multitud de tábanos, sino al mismo tiempo debe estar tallando una inmortal pieza estatuaria en un bloque de sólida diorita. Ante una empresa de tal envergadura, simplemente evitar la confusión y el desastre totales sería un logro sobrehumano. Pero esa no es la tarea; se trata únicamente de un detalle coincidente con el tema central que estamos tratando, el cual es, con todo este consumadamente diestro manejo de simple detalle técnico, tener algo significativo que decir; no únicamente significativo, sino profundo, conmovedor y tan relevante, dadas las peculiares condiciones de nuestros propios días, como para resonar en nuestros oídos con voz de trueno.

Uno queda horrorizado ante la presunción de esos periodistas, profesores y seudo-escritores quienes a través de los años han hecho burla del pintoresco lenguaje y desconocido asunto tratado en el Libro de Mormón, mientras que por otra parte, escogen ignorar su alcance y maestría sin paralelo. Uno está sorprendido por la fácil desfachatez de aquellos que todavía nos aseguran que cualquiera con un poco de tiempo en sus manos y una Biblia abierta a su lado, podrían producir un Libro de Mormón.

Lo menos que puede hacer el cándido estudiante es admitir que estamos lidiando contra un problema. Aquí existen elementos de la producción del Libro de Mormón que nosotros simplemente no comprendemos. Esto fue francamente admitido en los días de José Smith y todo el cuerpo de literatura dedicado a exponer los triunfos del Libro de Mormón, únicamente exponen la confusión de sus autores. Los estudiantes de la Biblia ahora se encuentran a sí mismos en la misma situación. Hace treinta años todo seminarista estaba convencido de que conocía de dónde provenían tanto la Biblia como el Libro de Mormón. Esos fueron los días en los que ellos tenían todas las respuestas, pero actualmente nuevas pruebas están siendo aplicadas al texto bíblico y sugerimos se apliquen las mismas pruebas al Libro de Mormón (1).

Fuente
  1. Desde Cumora: El Libro de Mormón en el mundo moderno.Parte del capitulo, Hugh Nibley.

01 agosto 2009

Cataclismos en El Libro de Mormón

La gran catástrofe: Vulcanismo en las tierras del Libro de Mormón.


Fuente: http://www.jefflindsay.com/BMEvidences.shtml.
Traducción : Marco Royo.



El Libro de Mormón en 3 Nefi describe un gran desastre que se extiende sobre las tierras descritas en el Libro de Mormón en el momento en que Cristo fue crucificado en el Viejo Continente. Esta destrucción derroca a los gobernadores malignos y estremence una sociedad que se ha vuelto inicua, a pesar de que hay algunos justos en su seno. 

Se describe la destrucción, mencionado grandes tormentas, terremotos, y levantamientos y hundimientos de la tierra. Una violenta tormenta trajo viento violento y torbellinos, acompañados de truenos, rayos y relámpagos sin precedentes. Se cambió la faz de la tierra y lo que fue roca sólida se quebró en algunos lugares. La violenta actividad duró unas tres horas, aunque pareciera más largo para algunos. 

Después, se presentaron las tinieblas que se podían sentir. El vapor de humo y tinieblas asfixiaron o sofocaron a algunos, y el espeso "vapor de tinieblas" impidió ver los incendios que se mantuvieron encendidos durante tres días. Se habían destruido muchas ciudades por incendios (se nombran seis ciudades incendiadas), por hundirse en el océano la ciudad de Moroni, cerca de la costa, por ser cubierta por la tierra, o, en el caso de Jerusalén, que fue cubierta por las "aguas". (Algunas ciudades permanecieron, y los puntos geográficos de referencia no cambiaron, por lo que la gran deformación de la tierra fue en gran manera superficial.)



Los detalles sobre la destrucción tienen excelente sentido si la actividad volcánica estuvo presente. La ceniza volcánica y los vapores pueden resultar en vapores espesos, tangibles y húmedos que pueden matar a la gente, ocultar la luz durante días y opacar la luminosidad de los incendios. (Los que experimentaron la erupción del volcán Santa Elena en los Estados Unidos saben algo de esto.) La fuerte actividad volcánica puede también acompañarse de actividad sísmica y cambios en la tierra por el flujo de la lava, los depósitos de cenizas, corrimientos de tierras o torrentes de lodo, y el levantamiento y hundimiento de porciones de tierra, y cambios en el nivel de las aguas de los lagos cercanos. José Smith nunca contempló una erupción volcánica, pero la descripción del Libro de Mormón es notablemente consistente con el conocimiento moderno de la actividad volcánica.

Dado que el Libro de Mormón parece describir actividad volcánica de alrededor del año 33 de nuestra era, tenemos un detalle físico importante y fácilmente verificado de gran valor en evaluar los méritos de cualquier geografía para el Libro de Mormón: el Libro de Mormón--si es historia verdadera--tuvo lugar en una región donde la mayor actividad volcánica ocurrió alrededor del 33 de nuestra era. ¿Existe algún lugar en este continente (América) donde algo como la destrucción mencionada en el Libro de Mormón pudiera haber ocurrido? La respuesta es SÍ.

No sólo hay un lugar en América donde probablemente la actividad volcánica y sísmica ocurriría cerca del tiempo específico en el Libro de Mormón, sino que ocurrió en el único lugar plausible para el Libro de Mormón, basándose en otras muchas consideraciones: Mesoamérica. Los flujos de lava más importantes se han datado en esa área alrededor del año 75 de nuestra era, 50 años arriba o abajo (un erudito no SUD, Payson Sheets, dijo que aconteció "aproximadamente del tiempo de Cristo"), haciendo el relato del Libro de Mormón completamente plausible. Algunos de los flujos de lava de ese tiempo enterraron ciudades mesoamericanas, tales como la ciudad de Cuicuilco en el Valle de México (véase Sorenson, p. 320, para la foto). En el área de Chiapas, que pudo ser la tierra de Zarahemla, según John Sorenson An Ancient American Setting for the Book of Mormon), se incendiaron importantes edificios en los centros de Santa
Rosa y Chiapa de Corzo, alrededor del 50 de nuestra era (Sorenson, p. 128).

Sorenson escribe sobre la plausibilidad de la gran catástrofe en términos de un asentamiento mesoamericano (Sorenson, pp. 320-322):

Estos hechos en el Libro de Mormón establecerían la escena mesoamericana. Los mismos tipos de fuerzas destructivas en marcha en el relato de 3 Nefi serían familiares en el sur de México y sus alrededores. Después de todo, sería la intensidad de la catástrofe lo que impresionaría al registrador nefita, no la novedad del fenómeno (3 Nefi 8:5, 7). Todas esas clases de destrucción evidentemente han acontecido con anterioridad en la tierra, pero nunca con efecto tan terrorífico. No es de sorprender que las clases de fuerzas naturales que se desataron en esas tres horas fatídicas concuerden con el escenario mesoamericano.

Ese área se extiende en una zona de intensa actividad sísmica: el borde de la placa del Pacífico, a la vez que periódicos temblores de tierra intensos forman parte de la vida [Manuel Maldonado-Koerdell, "Geohistory and Paleogeography of Middle America" Handbook of Middle American Indians, ed. Robert Wauchope, Austin: University of Texas Press, Vol. 1, 1964, pp. 22-26; Robert C. West, "Surface Configuration and Associated Geology of Middle America" ibid., pp. 42-58, 75-78]. Volcanes se extienden a lo largo de esta particular zona de inestabilidad desde México a Nicaragua. Muchos de ellos han sido activos en tiempos históricos [Felix W. McBryde, Cultural and Historical Geography of Southwest Guatemala, Smithsonian Institution, Institute of Social Anthropology, Publications, Vol. 4, 1947, p. 6]. Antigua, la antigua capital de Guatemala, fue completamente destruida por un terremoto en 1773 y de nuevo con violencia en 1917. 

El gran daño realizado en Guatemala en 1976 por otra serie de terremotos es típico. Tradiciones y la presencia de jeroglíficos que significan terremotos, demuestran el profundo efecto que tuvieron en los pueblos precolombinos [Maldonado-Koerdell, Geohistory, p. 26].

La erupción del volcán Conseguina en Nicaragua en 1835 da pistas del terror y destrucción que resultó del poderoso desastre en tiempo de Cristo. Se elevó primero una densa nube encima del cono, y en un par de horas "envolvió todo en la mayor oscuridad, por lo que los objetos más cercanos eran imperceptibles". Animales salvajes espoleados por el miedo se toparon con asentamientos, lo que aumentó el terror. A continuación llegaron los terremotos, "permanente ondulación". LA ceniza volcánica empezó a caer como "pólvora fina".

Los truenos y los relámpagos "continuaron durante toda la noche y el día siguiente". El polvo lanzado a la atmósfera se combinó con el calor del volcán para provocar los torbellinos. Un poco después el peor temblor del sismo fue lo suficientemente fuerte para arrojar a la gente al suelo. Vino de nuevo la oscuridad, en esta ocasión de una duración de 43 horas[Payson D. Sheets, "An Ancient Natural Disaster" Expedition, 13 (Fall 1971): 27]. Estas condiciones, multiplicadas en intensidad y territorrio, suenan muy paerecido a 3 Nefi.

En el capítulo 3, se cita a literatura científica que reporta evidencia de volcanismo en el tiempo de Cristo. Probablemente la más espectacular aconteció en El Salvador. El arqueólogo y geólogo Payson Sheets ha trabajado para aclarar la fecha y extensión de la erupción "hacia el tiempo de Cristo". El volcán devastó una extensión de 7.800 kilómetros cuadrados, la ceniza ha sepultado población sobre población hasta una profundidad de unos 15 metros.

Sorenson continúa explicando con amplia documentación cuántos más relatos recientes de actividad volcánica en América Central y sur de México son también consistentes con las descripciones del Libro de Mormón de grandes truenos, torbellinos provocados por erupción volcánica, asociada con coladas de lodo, depósitos de ceniza, etc. Es de especial interés el destino de la ciudad de Jerusalén (la ciudad nefita(, donde Sorenson en su análisis lo sitúa en Guatemala a orillas del lago Atitlán. Sorenson escribe:

El nivel de este lago ha fluctuado unos trece metros debido a los movimientos subterráneos en el material volcánico que obstaculiza su salida, según los geólogos [McBryde, Cultural and Historical Geography, pp. 132, 168, 179-80; Samuel K. Lothrop, in Atitlan, Carnegie Institution of Washington, Papers, 444 (1933), p. 83, informaron potsherds arrastrados por el agua desde el lugar de Chuitinamit muy por encima del nivel de las aguas de ese tiempo; que sólo se pueden explicar por grandes fluctuaciones].

Los terremotos y las erupciones volcánicas pudieron haber removido el fondo del lago para hacer que el agua "ocupara el lugar" de Jerusalén (3 Nefi 9:7). La cercana tierra o valle de Middoni, probablemente hoy el lugar de Antigua, la capital de Guatemala, se ha visto convulsionada violentamente muchas veces [Maldonado-Koerdell, Geohistory, pp. 25-26]. Todo el sistema de fallas y de conos volcánicos que se extienden por las tierras altas de El Salvador, Guatemala, y Chiapas [Robert C. West and John P. Augelli, Middle America: Its Lands and Peoples, 2nd ed. (Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice-Hall, 1976), p. 35] debió haberse involucrado simultáneamente para crear el vasto caos descrito en la escritura. 

Otra zona propensa a terremotos y erupciones volcánicas se sitúa al norte de México en los estados de Veracruz, Oaxaca, Puebla, y México. (Sorenson, pp. 322-323)

Sorenson concluye (p. 323):

Indudablemente los tipos de fuerzas naturales que produjeron la devastación relatada en 3 Nefi son típicamente caracterísiticos de Mesoamérica. Nada sorprende en el relato excepto la magnitud, que fue sin precedentes. Nuestras fuentes arqueológicas, entretanto, nos suministra algunas pistas que un desastre monumental de hecho hubo en el tiempo de Cristo. A medida que pase el tiempo, podemos aprender más de ello.

Otro buen artículo de la evidencia volcánica del libro de Mormón se encuentra disponible online en FARMS escrito por Matthew Roper, "Unanswered Mormon Scholars" FARMS Review of Books, Vol. 9, No. 1, 1997, pp. 87-145. Una parte de este extenso artículo se refiere a los volcanes que se encuentra en las páginas 112-114, del cual se tomó el siguiente fragmento:

M. T. Lamb [un prominente autor anti-mormón mencionado por los Tanner] llamó al desastre descrito en 3 Nefi 8 - 9 uno de los relatos más "estúpidos y físicamente imposibles" jamás descritos.57 La reciente erudición del Libro de Mormón, sin embargo, sugiere que todos los elementos de este suceso se pueden explicar razonablemente en el contexto de un antiguo desastre volcánico en Mesoamérica.58

Bruce Warren ha analizado la evidencia de actividad volcánica en Mesoamérica por el tiempo de Cristo.59 La arqueología suministra evidencia para tal actividad volcánica en el valle de México, donde se creee que el volcán Xitle antiguamente, cubriendo gran parte de la parte sur del valle.60 Cummings, el arqueólogo que originariamente excavó en Cuicuilco, creyó que el Xitle entró en erupción hacia el 2860 antes de Cristo.61 Basándose sobre evidencia más reciente, los eruditos ahora saben que este desastre ocurrió hace unos 2000 años.62 En ese tiempo el lugar de Copilco fue sepultado debajo de más de diez metros de lava, así como también el cercano lugar de Cuicuilco. La evidencia arqueológica procedente de esos lugares indica que el flujo de lava fue precedido por una fuerte lluvia de ceniza.63 Ambos lugares se localizan en el extremo sudoeste del Valle de México. A unos 50 km. al noreste se encuentra el impresionante lugar de Teotihuacan. Existe una capa de ceniza volcánica, procedente al parecer de esa erupción, que cubre estructuras de la fase Tzacualli (1-150 de la era cristiana). Las pruebas hechas con el Carbono-14 del material enterrado por la ceniza volcánica data del 30 ± 80 después de Cristo.64

Evidencia adicional sobre la actividad volcánica en Mesoamérica en el tiempo de Cristo se puede encontrar en la región de Tuxtlas, al sur de Veracruz, una región que muchos eruditos SUD lo asocian con la "tierra del norte" del Libro de Mormón. En la década de los 40 los arqueólogos Matthew Stirling y Phillip Drucker descubrieron que una gran capa de ceniza cubrió lo que parecía ser cerámica preclásica y otros materiales en el lugar de Tres Zapotes. Michael Coe observa que mientras que esta cerámica "tiene gran continuidad con el Preclásico Medio, (...) en general las mayores semejanzas tienen más que ver con el Preclásico Tardío de Mesoamérica, como Chicanel del área de las tierras bajas mayas, Chiapa IV y V en Chiapa de Corzo, y últimas manifestaciones del Preclásico en el Valle de México. 

El elemento olmeca y otros del Preclásico Medio se encuentran ausentes o son muy poco significativos".65 Luego Coe observa que "la famosa Estela C" descubierta directamente debajo de la capa de ceniza en cuestión, "si leída en la correlación Goodman-Martinez-Thompson, debiera leerse 31 antes de Cristo, exactamente dentro del período que nos concierne".66 Si el argumento de Coe se mantiene, entonces colocaría al lugar de San Martin poco después del año 31 antes de Cristo.

El arqueólogo Payson Sheets ha publicado sobre varias grandes erupciones volcánicas en El Salvador durante varios milenios. Uno de ellos ocurrió probablemente a fines del siglo II, aunque posterior al descrito en 3 Nefi, es otra evidencia de actividad volcánica en la región. En 1955 Muriel Porter describió varios lugares en El Salvador que fueron enterrados por ceniza volcánica de entre 10 y 12 metros de espesor en el tiempo de Cristo.67 En un artículo más reciente Sheets has publicado evidencia adicional para una erupción menor en el tiempo de Cristo en la región de Costa Rica.68 Aunque esa evidencia sea tentadora y y sin contrastar, presta credibilidad al relato de 3 Nefi.

Referencias citadas por Roper:

57 M. T. Lamb, The Golden Bible, or, the Book of Mormon: Is It from God?
(New York: Ward & Drummond, 1887), 83.

58 John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon,
op. cit., 318-23; Russell H. Ball, "An Hypothesis Concerning the Three Days of Darkness among the Nephites" Journal of Book of Mormon Studies 2/1 (1993): 107-23; John A. Tvedtnes, "Historical Parallels to the Destruction at the Time of the Crucifixion," Journal of Book of Mormon Studies 3/1 (1994): 170-86; James L. Baer, "The Third Nephi Disaster: A Geological View" Dialogue 19/1 (1986): 129-32; Bart J. Kowallis, "In the Thirty and Fourth Year: A Geologist's View of the Great Destruction in Third Nephi" forthcoming in BYU Studies.

59 Bruce Warren and Thomas S. Ferguson, The Messiah in Ancient America (Provo, Utah: Book of Mormon Research Foundation, 1987), 40-4. [Roper cree a Bruce Warren por proveerle de varias fuentes clave de este elemento.]

60 Byron Cummings,"Cuicuilco and the Archaic Culture of Mexico" University of Arizona Bulletin (Social Science) 4/8 (15 November 1933): 8-12.

61 Ibid., 14.

62 Copilco-Cuicuilco: Official Guide del Instituto Nacional de Antropologia e Historia (Mexico: Instituto Nacional de Antropologia e Historia, 1959),8, 11-2.

63 Ibid., 12, 18. Véase también Paul B. Sears, "Pollen Profiles and Culture Horizons in the Basin of Mexico" in The Civilizations of Ancient America: Selected Papers of the XXIXth International Congress of Americanists,ed. Sol Tax (Chicago: University of Chicago Press, 1949), 57.

64 René Millon and James Bennyhoff, "A Long Architectural Sequence at Teotihuacan," American Antiquity 26/4 (April 1961): 519.

65 Michael D. Coe, "Archaeological Synthesis of Southern Veracruz and Tabasco" en Archaeology of Southern Mesoamerica, part 2, ed. Gordon R. Willey, Handbook of Middle American Indians, vol. 3 (Austin: University of Texas Press, 1965), 694.

66 Ibid., 696.

67 Muriel N. Porter, "Material Preclasico de San Salvador" Sobretiro de "Communicaciones" del Instituto Tropical de Investigaciones Científicas de la Universidad de El Salvador 4/3-4 (July-December 1955): 105-14.

68 Payson D. Sheets and Brian R. McKee, eds., Archaeology, Volcanism, and Remote Sensing in the Arenal Region, Costa Rica (Austin: University of Texas Press, 1994), 318.

Actualización 2004:

En la página de las publicaciones del Dr. Paul Wallace en el sitio de la Universidad de Oregon, por favor noten que los títulos de dos artículos indican que el volcán Xitle entró e erupción hace 2000 años.

* Cervantes P, Wallace P, Magma degassing and basaltic eruption styles: A case study of the 2000 yr B.P. eruption of Xitle Volcano, central Mexico. Submitted to Journal of Volcanology and Geothermal Research.

* Wallace P, Cervantes P (1999) Magma degassing and basaltic eruption styles: A case study of the 2000 yr B.P. eruption of Xitle Volcano, central Mexico. EOS v. 80, p. 1089.

El resumen del último artículo está disponible online.

Sin embargo, la fecha de la erupción del volcán Xitle hace 2000 años está puesta en entredicho por un par de recientes publicaciones analizadas al fin de la página http://www.intersurf.com/~chalcedony/FOG11.html,u na de ellas dice que la datación de radiocarbono sugiere que el Xitle entró en erupción "hace 1670 años, unos 300 años después de lo que se creía". Aún no he visto los estudios y no sé cómo afecta en cuanto al volcanismo y al Libro de Mormón, pero por favor recordemos que el Xitle no es la única erupción volcánica que los eruditos SUD la han relacionado con la descripción de 3 Nefi.

Para mayor información sobre actividad volcánica en las montañas del sur de México, véase el artículo "WhenDay Turned into Night" en formato PDF.

También de interés, la página sobre Teotihuacan sugiere que algunos de sus primeros habitantes vinieron del sur como resultado del volcán Xitle, "que causaría una gran devastación y forzó a los superviventes de la región a buscar un nuevo lugar donde asentarse". Se cree que Teotihuacan estaba en la tierra al norte de Zarahemla y de la lengua de tierra estrecha y angosta, lugar donde la construcción de cemento se hizo popular según Helaman 3.

Información y fotografías de volcanes en Guatemala (parte de Mesoamérica, donde los eruditos SUD concluyen que tuvieron lugar los hechos descritos en el Libro de Mormón) están disponibles en Los volcanes de Guatemala en MayaParadise.com.

Concerniente a la detallada profecía de Nefi acerca de la catástrofe

Las dramáticas catástrofes del Nuevo Mundo que acompañaron a la crucifixión de Cristo, se predijeron con 600 años de antelación por Nefi en 1 Nefi 12: 2-6:

4 Y aconteció que vi un vapor de tinieblas sobre la faz de la tierra de promisión; y vi relámpagos, y oí truenos y terremotos y toda clase de ruidos estrepitosos; y vi que se hendieron las rocas y la tierra; y vi montañas desplomarse en pedazos; y vi las llanuras tornarse escabrosas; y vi que se hundieron muchas ciudades; y vi que muchas otras fueron abrasadas por fuego; y vi muchas que cayeron a tierra por causa de los terremotos.

5 Y sucedió que después de presenciar estas cosas, vi que el vapor de tinieblas desaparecía de sobre la faz de la tierra; y he aquí, vi multitudes que no habían caído a causa de los grandes y terribles juicios del Señor.

6 Y vi abrirse los cielos, y al Cordero de Dios que descendía del cielo; y bajó y se manifestó a los que no habían caído.

Desconocido para José Smith y más aún para muchos SUD, parece que Nefi no fue el único profeta antiguo que sabía de los dramáticos trastornos de la naturaleza que acompañarían a la crucifixión de Cristo. Y Nefi no fue el único profeta en dar detalladas profecías sobre la vida y la muerte de Cristo. Un documento antiguo, El Libro de los Rollos (disponible en Margaret D. Gibson, Apocrypha Arabica , London: Clay and Sons, 1901),contiene una notable profecía atribuida a Adán que se correlaciona excelentemente con el Libro de Mormón. El Libro de los Rollos es una obra pseudepigráfica conocida sólo en la versión árabe, atribuida a Clemente, discípulo del apóstol Pedro. Según John A. Tvedtnes en su investigación, "Knowledge of Christ to Come" Journal of Book of Mormon Studies,Vol. 5, No. 1, Spring 1996, pp. 159-161, el Libro de los Rollos "refleja la misma tradición encontrada en las antiguas obras cristianas sobre las primeras generaciones de la humanidad...". En este documento, se dice a Adán que Cristo vendría a la tierra y que nacería de una virgen llamada María. Cristo, mucho antes de su nacimiento mortal, dice a Adán:

"Bajaré y moraré en tu casa, y me vestiré con tu cuerpo.... ayunaré cuarenta días;... Recibiré el bautismo;... Se me levantará en la cruz;... Soportaré calumnias;... Será azotado;... Me darán de probar vinagre I will taste vinegar;... mis manos serán atravesadas con clavos;...Seré atravesado con una lanza;... Tronaré en lo alto;... Oscureceré el sol;... Partiré las rocas; ... después de tres días, que pasé en la tumba, elevaré el cuerpo que tomé de ti".

(Book of the Rolls in Gibson, f.100b-101a, p. 16)

Los detalles sobre truenos, oscurecimiento del sol, y el rompimiento de las rocas se informan destacadamente en el Libro de Mormón (Helaman 14:20-22; 3 Nefi 8:17-20; y 1 Nefi 12:4). La Biblia brevemente menciona tres horas de oscuridad y dice que la tierra tembló y que las rocas se quebraron (Mat. 27), pero no hace mención de truenos. El antiguo Libro de los Rollos presta verosimlitud a las detalladas profecías de Cristo en el Libro de Mormón y es consistente con la profecía de Nefi acerca de las violentas manifestaciones de la naturaleza al tiempo de la crucifixión de Cristo. No prueba nada del Libro de Mormón, pero,no obstante, es fascinante.

Según Mariano Veytia (1720-1778), un español que nació en México y se familiarizó con las leyendas mexicanas, las cuales hablan de oscuridad yde intensos terremotos al tiempo que coresponden con la muerte de Cristo. Se citan en "Mesoamerican Traditions of Darkness and Seismic Events when Christ Died".

Para comparar la destrucción aparentemente volcánica descrita en el Libro de Mormón y un antiguo texto egipcio que describe los resultados de un volcán (incluida la imposibilidad de encender antorchas), véase el artículo de John Gee "Another Note on the Three Days of Darkness" en Journal of Book of Mormon Studies, Vol. 6, No. 2 (1997), pp. 235-244.

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